En busca de un antiguo amor

Las historias comienzan en un día común y con personas comunes. Este era uno de esos días hasta
que una fotografía, una canción y un aroma detonaron recuerdos comenzando un viaje
inesperado.

En la radio, la voz del locutor presentó una canción de los Beatles, como era costumbre en aquella
estación, toda una hora estaba dedicada al cuarteto de Liverpool. Comenzó unos acordes y la
siguiente canción sonó por toda la casa de Don Abraham:

 Anna, girl, before you go now

I want you to know now
That I still love you so
But if he loves you more, go with him
Mientras la cantaba a pleno pulmón, la conversión en la cabeza de don Abraham, se llevaba a
cabo:
Margarita, nena antes que te vayas
quiero que sepas ahora,
que yo aun te amo
pero si él te ama más
ve con él

Fue como si lo pudiera vivir de nuevo con solo pronunciar de nuevo su nombre, una oleada de
sentimientos intensos se apoderó de él.

Margarita.

Ese nombre en un tiempo fue lo único que lo motivaba a seguir respirando.

Margarita.

A cierta edad, uno puede tener certezas tan contundentes que decide emprender alguna locura.
Por lo que le pidió ayuda a Lupita para comprar un boleto por internet con destino a la ciudad de
Chihuahua. También le dijo que, si podía reservarle una habitación en el hotel Vidal, antes hotel
Francia ubicado en la calle Libertad esquina con Vicente Guerrero.

Lupita pudo completar la tarea en un cincuenta por ciento. Pudo reservar un boleto de avión, pero
no pudo encontrar este hotel, así que le reservó en una casa de huéspedes llamada Lolita, a unos
700 metros de la Catedral. Sabía que le iba a agradar, al contrario de los “hoteles de mil estrellas
impersonales” que desagradaban a su abuelo.

Mientras tanto, don Abraham comenzó la búsqueda de aquella fotografía. Sabía que la había
guardado para que no fuera descubierta por otros ojos, un tesoro para el sólo. Después de abrir
varias cajas y toparse con miles de recuerdos, encontró en un sobre, amarillento por el tiempo,
una pequeña foto, también ya tocada por los años. Solo se veía una mujer caminando con un
abrigo oscuro a la rodilla, un peinado esculpido con rizos de tamaño mediano. No sonreía, pero su
faz era angelical, iluminada por un rayo de sol en las partes correctas. Se podría decir que tenía
una belleza intensa. Ojos profundos y un poco de labial. Atrás de ésta, solo había un nombre, un
lugar y una fecha borrosa. Margarita, Chihuahua, 19--.

-¡¡¡Si, la encontré!!!

Se tomo su tiempo, recorrió la foto, suspiró y sonrío.

Comenzó a evocar un aroma dulce pero discreto. Jazmín. Todos los recuerdos vinieron en galope y
su corazón comenzó a latir con rapidez.

¿Cómo es posible que un pequeño pedazo de papel pueda hacerte reaccionar de esta manera?

¿Quién habrá inventado este detonador de sentimientos? Otro dato para investigar y darle las
gracias por la genial invención.

Una fotografía se convierte en un documento histórico, ya sea para una nación o para una familia.
Imágenes del presente que se convertirán en futuro y al menos, podemos sostener en nuestras
manos un pedazo de pasado.

Capta parte de una memoria ya sea colectiva de un país, o de tu propia historia.

Con los recuerdos a flor de piel solo pudo pensar

¿será posible?... y si aún…

Continuará

Sonó el teléfono. Era Lupita con las noticias sobre el boleto y la reserva. En un momento,
desempolvo una maleta, algunas mudas, un traje formal, camisa y corbata a juego, así como un
pañuelo ya deshilado por el tiempo, pero con una pequeña mancha en el costado.

Al otro día se encontraba en el aeropuerto “General Roberto Fierro Villalobos”, en Chihuahua

extrañamente se sentía emocionado, pero al mismo tiempo sereno. Tomo un taxi y le indico hacia
dónde dirigirse. En el camino, como era costumbre, Abraham platicó con el Sr. Luis, un hombre ya
entrado en años. Primero surgieron los temas cómodos, el clima, la afluencia de turistas y las
recomendaciones de comida.

Abraham se atrevió a preguntarle si conocía el Hotel Vidal o Francia. Luis, soltó una risa asombrada
por reconocer ese nombre.

-uyuyuy, hace mucho que no escuchaba el nombre porque ya hace unas décadas, la verdad no
sabría con precisión cuando desapareció, pero que ya no existe como tal. Digo, el edificio sí, pero
no el hotel. Ahora hay una serie de comercios, una heladería, una joyería, una tienda ropa
deportiva con nombre que no me acuerdo, un consultorio de un dentista y despacho de
abogado.
Cuando llegaron a la casa de huéspedes, se despidió de don Luis, bajó su maleta e ingresó
a la casa. Después de registrarse, se dirigió a la habitación con sabor a casa, como decía.
Ya era tarde para ir a buscar lo que lo había llevado hasta allá. Así que decidió descansar
en una banca en el patio bajo una hermosa buganvilia e ir a investigar temprano por la
mañana del día siguiente.
Esa noche no pudo dormir bien, no sabía si por las ansias de emprender su búsqueda o el frío de la
noche. Aunque ya había pasado el inverno, Chihuahua sigue presentado bajas temperaturas a
comparación del clima benévolo de la Ciudad de México.

Por fin amaneció, se dio una ducha, se vistió y armado con decisión, valor y un par de botas para
caminar se dirigió hacia el centro. Camino el kilómetro y cachito hacia éste y en poco tiempo se
encontraba en la calle Libertad. Ahora era peatonal y por supuesto no reconoció mucho de ella.
Muchos comercios, bullicio y por momentos parecía desorientado. Dista mucho de mis recuerdos-
pensó. Bueno, han pasado ya casi cincuenta y tantos años.

Al llegar a la esquina con Vicente Guerrero, constato lo que le había dicho el taxista. Nada de
hotel, pero si muchos comercios. Aún quedaban las ventanas del segundo nivel tal y como las
recordaba. En medio, dos ventanas juntas adornadas por dos arcos de medio punto. Hasta eso,
muy bien conservadas, pensó para sus adentros.

De haber sabido lo que hoy sé, nunca me hubiera imaginado que este hotel sería considerado un
monumento histórico. Para mí es hermoso, porque ahí, en esa ventana, encontré al amor de mi
vida. Margarita.

Los aromas, las sensaciones y los recuerdos volvieron a su ser, inundando sus sentidos y por un
momento, no sabía cómo hacer para encontrar con solo una fotografía, a aquella mujer después
de un lustro de distancia.

Continuará

Preguntó en cada una de los locales si sabrían algo de una mujer llamada Margarita que trabajó en
el hotel hace unas décadas. Recibió muchas negativas. Solamente un haz de luz volvió a iluminar
sus ojos cuando la recepcionista del dentista le sugirió que fuera al edificio de enfrente. Cruzando
la calle se encontraba la Casa Chihuahua y ahí había escuchado que existía un lugar donde se
guardaban fotografías “viejitas”

En efecto, en un majestuoso edificio de principios del siglo XX, sirvió de defensa contra los
invasores franceses y luego fue rehabilitado para oficinas públicas. Se inauguro como Casa
Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural en 2006 y está bajo custodia del gobierno del estado.

Así que puso un pie frente al otro y en unos cuantos pasos ya estaba ahí.

Se topo en la entrada con un joven de pinta simpática, así que, por boca de éste, se enteró que
también ahí está el famoso calabozo de Hidalgo, que es una torre que correspondía al templo de
Nuestra Señora de Loreto y Colegio Jesuita, que se comenzó a construir en 1718 y que se conservó
por previsión contractual del presidente Juárez en su venta (1865-1866) y cuyo entorno sería
demolido en 1878 para construir un monumento a los héroes de Independencia. La torre fue parte
de la Casa de Moneda y finalmente quedó envuelta en el Palacio Federal.

-Qué suerte haberme topado con este joven, pensó. Estoy seguro que podrá ayudarme.
Así que, así como va, Abraham le preguntó su nombre. Él respondió Jorge y trabajo aquí, en la
Fototeca de este recinto.

-Pero la suerte esta de mi lado!! Vocifero de manera escandalosa y casi lo abraza.

- ¿En qué puedo ayudarle?

Emocionado por tener tan buena suerte, le contó sobre su búsqueda y le enseño la fotografía.
Jorge lo informó, de manera rápida en el patio, que tenía que trabajar ya que la fototeca se
localiza en el sótano de este recinto y se abre de lunes a viernes de 8:00 am a 4:00 pm. Así que lo
invitó a platicar con él, posterior a este horario.

Abraham acordó verse en el restaurante de enfrente al salir de sus labores. Mientras él daría un
buen recorrido para refrescar su memoria lo más posible.

A las 16:15 horas, estaban ya sentados en una mesa, Jorge y Abraham, prosiguieron con el tema.
Jorge se asombró del viaje, los detalles y en sí, de esta misión imperante para su interlocutor.

De hecho, Jorge le dedicó algunos ratos a la búsqueda de algo que pudiera dar razón de esta
mujer.

Recordó que esta fototeca, se estableció el 24 de junio de 1994 con la premisa de rescatar
fotografías del Chihuahua antiguo, conservar las fotografías, realizar acciones relacionadas con la
investigación y utilización respetuosa de la imagen.

En ese mismo año se convocó al concurso de fotografía antigua Reviviendo el pasado, con el
objetivo de preservar y difundir documentos fotográficos como parte sustancial del registro del
patrimonio histórico chihuahuense. Entre diversas acciones, se ha recibido donaciones de
personas que entienden la importancia patrimonial de éstas.

El corpus de esta fototeca cuenta con 18 000 imágenes digitalizadas y que posiblemente podría
encontrar una pista sobre Margarita.

Después de abrir los ojos ante la oportunidad de encontrar algo más sobre ella pero que tardaría
un poco más de tiempo, sonrío pensando que había, aun así, UNA POSIBILIDAD, y por el momento,
era suficiente.

A cierta edad, basta con saber que siempre hay esperanza. Tendría que tramitar algunos permisos,
trabajar por ello, pero estaba decidido a hacerlo. Valía la pena.

Así a Margarita, ya no la sentía tan lejos. Mientras la canción de los Beatles, volvía sonar en su
interior.

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Si quieres saber más sobre este acervo documental estos son los datos:

Jorge Meléndez Fernández

Fototeca INAH Chihuahua
Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural
Tel. 614 429 3300 ext. 11740

https://bityl.co/AnHM
https://www.google.com.mx/maps/@28.6390512,-106.0740888,3a,75y,312.96h,91.07t/data=!
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