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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

La iglesia de Cristo es una, santa, católica y apostólica

Credo de fe

El Gran Cisma: una batalla por el dominio de la iglesia católica

Este breve ensayo tiene como propósito defender la postura de que “El Gran Cisma entre la

Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente se dio en virtud de obtener el poder sobre la

iglesia católica a través del lenguaje y del núcleo geográfico”.

Para tal propósito, este ensayo se ha divido en tres momentos: La disputa por el

origen de la naturaleza divina, La ruptura de la unión eclesial y Conclusión

En el primer segmento se realizará una investigación en torno a uno de los

problemas fundamentales de la iglesia católica y las respuestas emitidas por la Iglesia de

Oriente y la Iglesia de Occidente, en virtud de observar la diferencia que existe entre cada

una de las diferentes posturas y el porqué de las mismas.

En el segundo segmento se efectuará una indagación en torno a la ruptura de la

unión eclesial por parte de la Iglesia de Oriente, y se observará cuál fue la razón de este

suceso por la que el Papa de Roma vio disminuido su poder.

Y Finalmente, se realizará una conclusión respecto a los puntos tratados con

anterioridad, en virtud de observar si se cumplió, de modo adecuado, con el propósito de

este breve ensayo sobre el Gran Cisma de la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente.

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

La disputa por el origen de la naturaleza divina

En el 313 d. C comenzó el distanciamiento de la Iglesia de Oriente con la Iglesia de

Occidente. Este proceso inició con el emperador Constantino, el grande, quién decidió

trasladar la capital del imperio romano a Constantinopla, dónde posteriormente, Honorio

fue reconocido como emperador de Occidente (con sede en Roma); y su hermano, Arcadio,

de Oriente (con sede en Constantinopla).

Pero, ¿por qué es importante este suceso? Este suceso es significativo, ya que desde

el comienzo del Catolicismo, Roma había sido la única sede de la Iglesia, lo que

centralizaba el poder de la misma. No obstante, al convertir a Constantinopla en sede, el

poder de la Iglesia sufrió una disminución significativa, pues comenzó la batalla por la

legitimidad de cada una de las visiones.

Durante más de un siglo la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente enfrentaron

varias disputas, ya que por un lado, se encontraba Constantinopla, quién privilegiaba del

idioma culto: el griego. Y por el otro lado estaba Roma, quién privilegiaba el idioma del

vulgo: el latín. Es importante destacar que el lenguaje jugo un papel muy relevante.

En todo este mundo mediterráneo, el griego fue durante mucho tiempo la


lengua oficial de la Iglesia. Hay que llegar hasta finales del siglo II para que el
latín- la lengua vulgar de Occidente- sea recibido en la Liturgia cristiana del
África romana y en esta región aparezcan los primeros escritores eclesiásticos y
Padres latinos, entre ellos, Tertuliano, san Cipriano de Cartago más tarde san
Agustín. (Orlandis, J. 2013. p.248).

Una de las disputas más importantes refería a la pregunta: ¿Cuál es la fuente de la

naturaleza divina? A este respecto, la respuesta de la Iglesia de Oriente era diferente a la de

la Iglesia de Occidente.

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

La propuesta de Roma (Iglesia de Occidente) era que: La naturaleza del espíritu santo

provenía del padre y del hijo, en virtud del concepto latino <<Filioque>>, mismo que no

aparece en el idioma griego y que se considera fue añadido durante el Tercer Concilio de

Toledo en 589. Este concepto, significa <<Y del Hijo>>.

En virtud de lo anterior, se puede observar la doble naturaleza del espíritu santo. Por

un lado, una naturaleza divina, que proviene del padre; y por el otro, una naturaleza

humana, que procede del hijo. Es justo mencionar que estas nociones son distintas en

número, pero idénticas en esencia.

No obstante, para Constantinopla (Iglesia de Oriente): La naturaleza del espíritu

santo provenía únicamente del padre. Es importante recordar que en Constantinopla el

idioma que dominaba era el griego, y que en el texto original el termino <<Filioque>> no

se encontraba. En este caso, la naturaleza del espíritu santo sólo es de procedencia divina.

En los siglos II y m había cristianos que creían que Jesús era al mismo tiempo
divino y humano, Dios y hombre. Había cristianos que sostenían que era
completamente divino y para nada humano. (Para ellos, divinidad y humanidad
eran categorías incomparables e incompatibles: Dios no podía ser más humano
de lo que un humano. (Ehrman, B. D. 2004. p. 19).

Es importante observar la importancia del lenguaje en las dos interpretaciones sobre

el origen de la naturaleza del espíritu santo.

En virtud de lo anterior, se observa que no existe una interpretación postura

univoca de La Biblia respecto a uno de los puntos más importantes de la misma por lo que

la Iglesia de Occidente, a cargo del Papa Gregorio VII en Roma, defendió su postura como

legitima y lo mismo ocurrió con la Iglesia de Oriente, a cargo de Focio en Constantinopla.

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

No olvidemos que Roma y Constantinopla se convirtieron en las sedes de la Iglesia

Católica.

La ruptura de la unión eclesial

Por otro lado, en 1504 se dio una ruptura de la unión eclesial, es decir, que se dejó de

reconocer al Papa como la única autoridad de la Iglesia Católica. Tal como lo expuso

Amadeo, J. A. en Cisma de Oriente y Occidente: Actualmente, para la iglesia Católica,

<<cisma>> hace referencia a una separación de la unidad de la iglesia, al no reconocer la

autoridad del Papa.

Pero, ¿Por qué se dejó de reconocer al Papa como la única autoridad de la iglesia

católica? Si recordamos Constantinopla se había convertido en sede de la Iglesia de

Oriente, por lo que estableció a Ecuménico, el patriarca de Constantinopla como si

principal figura religiosa principal, por lo que Constantinopla tomaba sus propias

decisiones teológicas, y proponía que hubiese igualdad entre los obispos de todos los

patriarcados.

No obstante, Roma consideraba que su obispo era la máxima autoridad y quería ser

el primero de los patriarcados y ampliar su poder sobre los demás patriarcados: Alejandría,

Jerusalén, Antioquía y Constantinopla. Es justo notar que el único contrapeso de Roma era

Constantinopla, ya que los demás patriarcados habían disminuido su poder.

Desde aquel instante hasta la actualidad, ambas se denominan a sí mismas


Iglesia Católica Romana e Iglesia Católica Ortodoxa, y reivindican la exclusividad
de la fórmula “Una, Santa, Católica y Apostólica” al tiempo que cada una se
considera como la única heredera legitima de la iglesia primitiva fundada por
Cristo y a tribuye a la otra el “haber abandonado la iglesia verdadera”.
(Molero, J. A. 2007)

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

Es importante notar que el Gran Cisma entre ambas iglesias debilitó la autoridad del

Papa y dañó la unidad de la Iglesia Católica. De igual modo, es justo mencionar que ambas

iglesias se consideraban a sí mismas como las legítimas herederas de Cristo.

Conclusión

En virtud de lo anterior, se puede concluye lo siguiente:

El Gran Cisma entre la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente se dio en virtud

de obtener el poder sobre la iglesia católica a través del lenguaje y la geografía:

En el primer caso, el lenguaje cumplió un papel muy importante, ya que en

Constantinopla el lenguaje que predominaba era el griego, mientras que en Roma

predominada el latín. Esta situación generó una interpretación distinta frente a una de las

preguntas más importantes de la iglesia: ¿Cuál es el origen de la naturaleza del espíritu

santo? Motivo que generó un primer distanciamiento entre la Iglesia de Oriente y la Iglesia

de Occidente.

En el segundo caso, la geografía desempeñó una función relevante, ya que al

trasladar el centro a de la Iglesia a Constantinopla, se le otorgó un valor superior que a los

otros patriarcados, mismo que no fue posible de derrocar tan fácilmente por la Iglesia de

Occidente, generando con ello el cisma que ya había iniciado tiempo atrás.

Esto no significa que estas fueron las únicas causas del Gran Cisma de la Iglesia

Católica. Esto únicamente postula que fueron las principales causas.

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

El Gran Cisma

Causas

Origen de la naturaleza del espíritu Ruptura de la unión eclesial


(Problema del lenguaje) (Problema del núcleo geográfico)

Lo divino: El padre Lo divino: El padre y lo Constantinopla es la Roma es la sede de la


(Iglesia de Oriente) humano: El hijo sede de la Iglesia Iglesia Católica
(Iglesia de Occidente) Católica (Iglesia de Occidente)
(Iglesia de Oriente)

Primacía del griego Primacía del latín


Los obispos de los El Papa de Roma es la
diferentes patriarcados máxima autoridad
tienen la misma
autoridad

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El Gran Cisma: una batalla por el poder de la iglesia

Bibliografía

Orlandis, J. (2013). Historia de la Iglesia I: La iglesia antigua y medieval. Pelicano.

Molero, A. J. (2007). El cisma de Oriente y Occidente. Gibralfaro, Revista de Creación


Literaria y Humanidades, (No. 51). www.gibralfaro.ima.es>pag_1404.

Amadeo, J. A. Cisma de Oriente y de Occidente. Periódico del CONSUDEC, (No.1086).


Periódico del CONSUDEC. www.ceerjircea.org.ar>1086...

Herdman, B. D. (2004). Cristianismos perdidos: Los credos proscritos del Nuevo


Testamento. Ares y Mares.

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