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La mezcla aceite de neem/jabón potásico como remedio ecológico contra las plagas del huerto

junio 16, 2017

María José Cardador

El árbol de neem

En Neem (Azadirachta indica) es un árbol de hoja perenne originario de la India, que crece en
climas tropicales y subtropicales. Sus hojas, corteza, frutos, raíces y flores contienen una gran
variedad de sustancias químicas que destacan por sus propiedades antisépticas, insecticidas,
antifebriles e hidratantes, entre otras muchas. Debido a sus propiedades se ha usado
principalmente como repelente de insectos o plaguicida natural en agricultura, en el tratamiento y
prevención de enfermedades y dolencias en la medicina tradicional o incluso en la elaboración de
productos cosméticos, aunque la variedad de usos es casi inagotable.

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El aceite de neem

Este acetite de color marrón, sabor amargo y olor bastante fuerte se extrae de las semillas del
árbol de neem. En los últimos años ha adquirido mucha importancias en agricultura ecológica
como insecticida, fungicida, acaricida y repelente de insectos. Se ha comprobado su eficacia en
más de 200 especies entre las que destacan por su importancia en el huerto la cochinilla, pulgón,
mosca blanca, araña roja, trips, minadores de hojas o incluso contra nematodos y hongos como el
mildiu y el oidio. Además es biodegradable, respetuoso con el medio ambiente e inocuo para el ser
humano, animales y para los depredadores naturales de plagas como abejas, mariquitas o mantis.
Otro aspecto muy importante es la acción fertilizante de este aceite tanto foliar como incorporado
al agua de riego.

Principios activos del neem

El neem contiene varios miles de sustancias químicas pero de especial interés son los terpenoides.
Aunque se han identificado más de 100 terpenoides, los triterpenos (llamados limonoides) son los
más importantes por su actividad y su concentración en el árbol. Hasta ahora, al menos nueve
limonoides del neem han demostrado eficacia en la inhibición del crecimiento de los insectos
siendo azadiractina, salannina, nimbina y meliantriol los más conocidos y significativos. De estos, la
azadiractina es el componente más importante y más activo y se considera que es la responsable
del 70 al 90% de la actividad biológica del neem.

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Las propiedades insecticidas del neem se basan en el parecido que existe entre las estructuras
moleculares de los limonoides y de las hormonas responsables de la metamorfosis de los insectos.
Debido a este parecido estructural, los limonoides se confunden con las hormonas reales y actúan
bloqueando el sistema endocrino de los insectos. Concretamente, La azadiractina actúa
bloqueando la producción de ecdisona (hormona de la muda). Como consecuencia los adultos
presentan malformaciones en alas, tórax o aparato bucal, que afectan al vuelo y les impiden
reproducirse y alimentarse hasta tal punto que provoca su muerte en pocos días.

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Otro punto a favor del neem es la mezcla tan compleja de componentes bioactivos, que dificulta
enormemente a los insectos desarrollar una resistencia a este insecticida natural.

Aplicación del aceite de neem en el huerto

La radiación solar acelera la degradación de las sustancias activas de neem y por lo tanto su efecto
residual se ve reducido considerablemente a partir del quinto día desde su aplicación. También hay
que tener en cuenta que el Neem no mata a las plagas de forma instantánea como los pesticidas
sintéticos, sino que las va diezmando inhibiendo la alimentación, reproducción y crecimiento de los
insectos. Por eso su acción es relativamente lenta y tarda en hacer efecto entre 5 y 7 días. Debido a
todo esto es recomendable una aplicación continuada y frecuente como método preventivo para
mantener los insectos a raya antes de que la plaga se haga incontrolable.

El aceite de neem puede aplicarse por pulverización en las hojas, o añadido al agua de riego. Si
bien es cierto que aplicado en el riego aumenta su eficacia, permanece estable más tiempo y
además tiene un efecto fertilizante añadido, como ya se ha mencionado antes.

El neem –como cualquier aceite– es hidrófobo y para que pueda ser emulsionado en agua de
manera eficaz, debe usarse un surfactante apropiado como el jabón potásico (aunque podemos
usar cualquier jabón líquido).

mezcla

Además, el jabón potásico trae aparejados importantes beneficios a la mezcla, porque actúa como
insecticida por contacto reblandeciendo la cutícula protectora de los insectos, que utilizan para
respirar y provoca su asfixia. Por tanto acelera y refuerza la acción del neem contra plagas como el
pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, los trips y otros insectos de cutícula blanda y ácaros como la
raña roja. También tiene un efecto limpiador sobre las hojas eliminando los residuos de melaza
generados por los insectos y evitando la aparición de hongos como la negrilla.

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Por lo tanto, para su uso como insecticida, la mezcla se debe preparar de la siguiente manera: 3–5
mL de surfactante (jabón potásico) por litro de agua, mezclar bien y a continuación añadir 3–5 mL
de aceite de neem puro. Si añadimos también bicarbonato a la mezcla puede ser útil para la
prevención y tratamiento de hongos.

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Debe fumigarse preferiblemente al atardecer para retrasar la degradación de la azadiractina por la


acción de la radiación solar. Si queremos usar la mezcla como método preventivo será suficiente
una pulverización cada 15 o 20 días dependiendo de la humedad de la zona. Si por el contrario
intentamos controlar las plagas ya presentes será necesario fumigar cada 4 o 5 días hasta la
completa eliminación de la plaga y después volver a la periodicidad normal. Si las plantas están
muy afectados es recomendable combinar la pulverización (tratamiento de contacto) con el riego
del mismo producto (tratamiento sistémico).

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