La injusticia selectiva del MP

Viendo la realidad guatemalteca en donde la tasa de muertes por cada 100.000

habitantes se sitúa en 26 víctimas a nivel nacional y que hasta el mes de junio se
registraron 42.077 casos de delitos contra la mujer y la niñez (datos
proporcionados por el GAM), pensaríamos que instituciones como el Ministerio
público enfocaría su esfuerzo en poder reducir los preocupantes niveles de
violencia que vive este país, pero en la realidad es totalmente lo contrario.
Noviembre del 2020 nos llevó a las calles después de tantas decisiones que
atentaban contra la vida y la integridad de la población guatemalteca, el congreso
intentó aprobar un presupuesto que solo nos sumergía en una crisis más grande.
La juventud vivió un momento donde no solo su presente se miraba afectado, si
no que el futuro que le tocaría vivir se pintaba aún más desalentador, por lo que no
causa asombro que hubiera tanta rabia en las y los afectados.

Después de la represión y violencia desmedida que el ministro de gobernación, 

Gendri Reyes, ejercio sobre las y los manifestantes, cumpliendo mas de un año de
tales hechos, vemos que el Ministerio Público (MP) decidió mandar un mensaje a
la población el cual se traduce en "si manifiestan y se expresan habrán
consecuencias”. Durante la semana pasada 3 órdenes de aprehensión fueron
dictadas por MP para Nanci, mujer maya kaqchikel; Dulce, joven de 19 años y
estudiante de ciencia política; y Juan, estudiante de la Escuela superior de arte.
Los de tres señalados por "depredación del patrimonio cultural" por hacer pintas
en el edificio del congreso de la República.
El mensaje del MP es claro y contundente en buscar asustar a la población, en
incriminar a una mujer maya, una joven y un artista. Dentro de las mismas
declaraciones del defensor por parte del Ministerio Público lo escuchamos decir
"La fiscal general nos ordenó crear una Fiscalía específica para investigar los
hechos del 21 de noviembre del 2021" estas son palabras con el mismo propósito
de que llegarán a las personas que escuchan la audiencia.
El MP incriminando a las y los manifestantes, los jueces ligándolos a proceso por
creer que lo que hicieron daña un importante patrimonio "aunque las pintas se
puede borrar con agua”, es una instrumentalización de los procesos judiciales
sobre aquellos que externen su descontento ante este gobierno que se utiliza
como terror de Estado.
Mientras los policías violentado a la población, Un Ministro que utilizo exceso de
fuerza contra manifestantes, las y los políticos corruptos y las empresas que
desalojan comunidades enteras siguen Impunes. Hoy vemos que más allá de
miedo, lo que debemos buscar es continuar unidos y organizados.

Las y los jóvenes, defensores del territorio, de los derechos humanos y la vida
digna, no podemos caer ante las intimidaciones de este Estado represivo, está
bien tener miedo, pero desde ese mismo sentimiento desde la indignación,
acompañémonos para construir espacios, proponer ideas y resistir juntos.
Exigir justicia por nuestros compañeros de aula y lucha, no es una acción
individual, es la exigencia de la libertad colectiva de manifestar y expresar nuestro
desacuerdo sobre todo aquello que transgrede nuestra vida y este país.