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CUESTIONAMIENTO DEL LADO VIRTUOSO TRAS LOS ACTOS HEROICOS DE

HERACLES Y TESEO

Jeremías Micha Abaga Mia


jemiamiha@gmail.com
Universidad de Almería. Almería
5/05/2022

RESUMEN: Este ensayo tiene como finalidad cuestionar una usual


y muy extendida perspectiva, tomada por más de un lector, a la
hora de maravillarse frente a las grandes proezas de los héroes
de la mitología griega; a partir de las definiciones actuales
de la palabra “virtud”. Debido a que cuando pensamos en los
héroes griegos, mediados genealógicamente entre dioses y
humanos, tan solo se nos vienen a la mente un sinfín de actos
heroicos realizados por estos, pero nunca pensamos en si es esa
toda la verdad oculta tras estas hazañas o si realmente han de
considerarse seres virtuosos.

Palabras clave: virtud; perspectiva; héroes; actos heroicos

SUMARIO: 1. Etimología y descripción del héroe 2. Heracles como


modelo de virtud 3. Teseo y la virtud. 4. Conclusión.
5. Referencias 6. Bibliografía citada
1. ETIMOLOGÍA Y DESCRIPCIÓN DEL HÉROE
La palabra héroe proviene del griego antiguo, y se podía
aplicar tanto a hombres como a mujeres célebres. El término
apareció por primera vez en Grecia y fue aplicado por Píndaro,
quien distingue entre dioses, héroes y hombres.1 Otro autor que
elaboró una distinción fue Platón2, este lo hizo entre dioses,
démones o demonios, héroes y hombres. Más adelante, en la época
arcaica, Hesíodo define al héroe como «semidiós» o «dios
local», debido a su naturaleza de origen divino, mientras que
Aristóteles3 expone que los héroes eran, tanto física como
moralmente, superiores a los hombres, esto queda reflejado en
cómo, al igual que los humanos, sufrían durante sus hazañas,
pero las superan de todas formas. Ahora bien, el significado
moderno de héroe o semidiós apareció con latinos como Cicerón y
Virgilio.

Del mismo modo, Károly Kerényi4 (2009) define el concepto del


héroe como:

Recibe un culto (de hecho, buena parte del culto se


consagra a los héroes [griegos]); pero no es, en modo
alguno una divinidad. Tampoco es un ser humano, o por
decir mejor, ya no es un ser humano. Ha sido un hombre, o
una mujer, tras haber vivido, ha sufrido una muerte
heroizadora. La muerte le ha conferido un estatus como

1 Bauzá, Hugo Francisco, El mito del héroe. Morfología y semántica de la figura heroica. México:
FCE, 1998, p. 11. Vid. Károly Kerényi: Los héroes de los griegos. Gerona: Atalanta, 2009, p. 25.

2 Cratilo 379c ss. Apud. Bauzá, Hugo Francisco, El mito del héroe. Morfología y semántica de la
figura heroica. México: FCE, 1998, p. 11.

3 Política, VII 1332b. Apud. Bauzá, Hugo Francisco, El mito del héroe. Morfología y semántica de la
figura heroica. México: FCE, 1998, p. 11.

4 Károly Kerényi: Los héroes de los griegos. Girona: Atalanta, 2009, p. 24-25.
figura religiosa, activa tanto en el culto como en el
mito. Por esto los hombres actuales pueden solicitar su
ayuda, o intentar conjurar su cólera; se dirigen a él, le
invocan y, en último lugar, aunque no menos importante,
cantan sus altas proezas, los designios de Dios, han sido
constituidos como mediadores entre la divinidad y los
otros mortales, aquellos que todavía no han alcanzado la
bienaventuranza eterna. (p. 24-25).

2. HERACLES COMO MODELO DE VIRTUD


Heracles es un héroe que en la Grecia antigua era muy venerado
debido a que fue él quien acabó con muchas de las criaturas
monstruosas que amenazaban la vida de los mortales. Para los
antiguos griegos, este héroe era la personificación de la
virtud, sin importar que a lo largo de su vida ocurrieran
varios sucesos por los que podríamos poner en entredicho este
lado virtuoso que le atribuyen.

El primero es el asesinato de su maestro Lino en uno de sus


episodios de cólera. Este acto está recogido en la obra del
historiador francés Pierre Grimal (Diccionario de mitología
griega y romana, p. 239-256):

Heracles era muy indisciplinado, por lo cual


Lino debía reprenderlo, e incluso un día
trató de castigarlo. Pero Heracles, en vez
de ceder, montó en cólera y, agarrando un
taburete (otros dicen una lira), dio con él
un golpe tan fuerte a su maestro que le causó
la muerte.
El segundo fue el asesinato de su esposa Megara y de sus hijos,
debido a que Hera5 (la envidiosa esposa de Zeus) le produjo
locura transitoria. Pierre (1981) recogió las dos versiones de
estas muertes enunciando que “Según unos — y ésta parece ser la
tradición más antigua—, Heracles arrojó a sus hijos al fuego.
Según otros, y especialmente Eurípides, los mató a flechazos;
incluso llegó a atacar a su padre Anfitrión, y estaba a punto
de matarlo, cuando Atenea, golpeándole en el pecho con una
piedra, lo sumió en profundo sueño.(p. 241)

Bien es cierto que esta serie de asesinatos sí podrían


justificarse, pues se relata que acontecieron debido a la
locura transitoria que le produjo Hera, pero nos hacen darnos
cuenta de la verdadera razón por la que este accede a ponerse
al servicio de Euristeo y, en consecuencia, a realizar los Doce
Trabajos. No fue por una causa humanitaria o por antropofilia,
sino en busca del perdón por sus actos y la divinización. Una
razón meramente egoísta.

3. TESEO Y LA VIRTUD
La biografía de Teseo está casi exenta de cualquier acto por el
que se pudiese poner en duda el lado virtuoso de su vida
heroica. No obstante, este semidiós, pues en algunas versiones
es considerado hijo de Poseidón6, cometió una injuria que se
obtiene mediante el análisis de dos versiones que justifican la

5 Desde pequeño, Hera siempre odio a Heracles por ser el fruto de una de las muchas infidelidades
de Zeus.
6 También se decía que éste era en realidad hijo de Posidón. Ya que, la misma noche en que Etra se
unió a Egeo, había ido, engañada por un ensueño que le había enviado Atenea, a ofrecer un sacrificio
en una isla, donde fue violada por Posidón, que le había dado un hijo. Éste era el hijo que Egeo creyó
que era suyo.
Guerra de las Amazonas, y en las que Teseo juega un papel
fundamental: la primera, el rapto de la amazona Antíope; y la
segunda, sobre cómo repudió a Antíope al casarse con Fedra.
Dice así la primera versión:

Al abordar en el reino de las Amazonas,


había sido bien acogido — ya que
estas guerreras no detestaban a los
extranjeros — y había sido obsequiado con presentes.
Teseo había invitado a la que se los
ofreció, Antíope, a subir a su nave, y una
vez la joven estuvo a bordo, él zarpó trai-
doramente. Éste habría sido el motivo de
la guerra. Las Amazonas se dirigieron en
son bélico contra Atenas, se apoderaron
del Ática y establecieron su campamento en
la misma ciudad. La batalla decisiva se
trabó cerca de la Pnix, al pie de la Acrópolis,
el día en que, en la época clásica, se
celebraba la fiesta de las Boedromias.
Las Amazonas obtuvieron un éxito momentáneo,
pero una de sus alas fue aniquilada
por los atenienses, y las invasoras hubieron
de firmar la paz.(Pierre, 1981, p. 509)

Además de esta primera versión, existen otras tantas que


exponen otra posible causa de la Guerra de las Amazonas. Una de
las cuales, recogida por Pierre (1981), enuncia que “las
Amazonas no habrían atacado el Ática para rescatar a Antíope,
sino porque Teseo la había repudiado después de casarse con
Fedra, que le había dado Deucalión, hijo de Minos.” (p. 509).
Asimismo es importante destacar que este semidiós abandonó a
Ariadna7 después de que la prometiese que la llevaría consigo
después de matar al Minotauro. Esto afectó bastante a la
princesa y un autor que lo expone bastante bien es
Contreras8(2001) enunciando que “El dolor mantiene a Adriana
despierta y con el ánimo suficiente para seguir buscando o
esperando a Teseo” (p.223-242), esto nos demuestra la
resignación de Ariadna a aceptar que Teseo la había abandonado.

4. CONCLUSIÓN
Una vez más nos damos cuenta de cómo nos obliga el mito a tomar
una perspectiva determinada a la hora de estudiarlo, pues en
función de esta será, o bien, la mentira que debemos denunciar
o la gran verdad que dice algo primordial sobre la humanidad.
Lo mismo se aplica a los héroes griegos y sus actos. Estos son
paradigmas que nos hacen dudar de si han de considerarse, o no,
modelos a seguir en cuanto a virtud se refiere.

5. REFERENCIAS

Olímpicas II 1. Apud. Bauzá, Hugo Francisco, El mito del héroe.


Morfología y semántica de la figura heroica. México: FCE, 1998,
p. 11.

Política, VII 1332b. Apud. Bauzá, Hugo Francisco, El mito del


héroe. Morfología y semántica de la figura heroica. México:
FCE, 1998, p. 11.

7 En la mitología griega, Ariadna era una princesa cretense, hija de Minos y Pasífae, que ayudó a
Teseo dándole un ovillo con el que encontró la salida del laberinto tras derrotar al Minotauro.

8 Contreras, C. G. (2001). “El mito de Ariadna y Teseo en tres poetas españoles contemporáneos:
Ángel Petisme, Víctor Botas y David Pujante”. Anuario de estudios filológicos, (24), p. 223-242.
Károly Kerényi(2009): Los héroes de los griegos. Girona:
Atalanta, p. 24-25.

Cratilo 379c ss. Apud. Bauzá, Hugo Francisco, El mito del


héroe. Morfología y semántica de la figura heroica. México:
FCE, 1998, p. 11.

6. BIBLIOGRAFÍA CITADA

Bauzá, Hugo Francisco: El mito del héroe. Morfología y


semántica de la figura heroica. México: FCE, 1998, p. 11.

Grimal, P.(1981): Diccionario de mitología griega y romana.


España: Editorial Paidós, p. 240-510

Károly Kerényi(2009): Los héroes de los griegos. Girona:


Atalanta, p. 25.

Contreras, C. G. (2001). “El mito de Ariadna y Teseo en tres


poetas españoles contemporáneos: Ángel Petisme, Víctor Botas y
David Pujante”. Anuario de estudios filológicos, (24), p.223-
242.

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