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Sociología

EVIDENCIA DE APRENDIZAJE
Anteproyecto: La sociología y la
seguridad pública
Las teorías sociológicas

Alumno: Jonathan Omar Pineda Jiménez


Docente: Carlos Aguirre Retana

05 de agosto de 2022
Introducción

El país exige no solo fortalecer el estado de fuerza o infraestructura de las


instituciones de seguridad pública, sino que precisa impulsar de forma permanente
acciones que contribuyan a la reparación del tejido social afectado por la acción de la
delincuencia, la recuperación de la confianza ciudadana en sus autoridades y el
desarrollo de alternativas de empleo, educación, salud y el ejercicio pleno de las
libertades. Lo que implica fortalecer la coordinación institucional para con la sociedad.
Con esta intención, los programas encaminados a la prevención social de la
violencia y la delincuencia deben estar basados en la aplicación de objetivos
estratégicos orientados al fortalecimiento de la Seguridad Pública como institución y
como aparato del Estado, desde enfoques humanistas y sociales preventivos enfocados
en proteger a comunidades, especialmente las de grupos vulnerables. Sin embargo,
este proceso de ideologización de la sociedad no aporta la solución completa del
problema, aunque abona mucho al respecto. García (2018) sostiene que, en promedio,
México tiene solamente 0.8 policías por cada mil habitantes, eso significa que se
encuentra por debajo de los estándares recomendados por la ONU, que son mínimo 3
por cada mil, pero no se alcanza ni la tercera parte.
Sostiene también que “los estados con el menor número de elementos policiacos
son Baja California, con apenas 0.3 policías por cada mil habitantes; Sonora,
Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, con 0.4 elementos de seguridad”. El bajo
estado de fuerza de las policías ocurre a pesar de que algunas de estas entidades
padecen una crisis de seguridad que ha ido en aumento.

“[…] reconocer que el tejido social compuesto por las


relaciones de reciprocidad, solidaridad y protección de los seres
humanos en los ámbitos familiares, escolares, del trabajo,
religiosos, comunitarios, vecinales y de las organización civiles,
sociales y políticas, se ha venido fracturando como consecuencia de
cambios muy rápidos de la tecnología y de los mercados”
Clara Jusidman, (1999)
Problemática social

Cada vez más personas y con mayor frecuencia se ven afectadas por la violencia
que crece día a día en México, lo que exige una profunda evaluación de la infinidad de
proyectos y programas sociales que el Estado ha centrado en la reducción de las
violencias institucionales, como la pobreza, la desigualdad y la discriminación. El
crecimiento del crimen y la delincuencia está obligando a revisar la restitución y la
construcción de las capacidades y habilidades personales y sociales, que permiten
enfrentar con mayor control las amenazas para conseguir vivir de forma pacífica y libre
de violencia. La ruptura del tejido social coloca en mayor riesgo a aquellos grupos de
población que se encuentran en proceso de crecimiento y desarrollo y que requieren del
cuidado y de la protección de otras personas como son los y las niñas, los y las
adolescentes y jóvenes. Las mujeres, que muchas veces se ven limitadas en su
crecimiento, se vuelven también un grupo en riesgo. Es importante revisar los medios
de socialización y sus procesos, porque de ellos depende integrar una reestructuración
del tejido social eficaz y una participación activa de los aparatos del Estado.
Marco teórico

El tejido social
Según Hábitat (s.f.), es todo eso que tenemos en común quienes pertenecemos
a una comunidad, es lo que nos une, que nos identifica, nos hace ser lo que somos y
sentirnos parte de una misma cultura, de una misma tradición. Podemos decir que el
tejido social lo conforma un grupo de personas que se unen para satisfacer
necesidades humanas elementales o superiores, como son: alimento, salud, educación
seguridad social, cultura, deporte, servicios públicos, transporte y todo lo que
represente mejor calidad de vida.
Podemos identificar dos tipos de tejido social:
1. Familiar: Vínculo formado por personas con parentescos consanguíneos o
núcleo mutuo que se convierte en convivencia diaria.
2. Comunitario: Nace del conjunto de núcleos familiares que por su cercanía y
convivencia conformar una comunidad.
Por todo lo que encierra el término Tejido Social es que resulta preocupante su
deterioro, sin lazos fuertes a nivel social o familiar, difícilmente se logre constituir una
sociedad solidaria, firme y que haga valer sus derechos y el de los demás.
Toledo (2019) afirma que la descomposición o deterioro del tejido social es la
causa principal de la violencia [en Sinaloa], siendo la falta de oportunidades el
detonante para que la juventud se adhiera a la delincuencia y a la criminalidad, aunado
a la poca atención que tienen los padres hacia ellos. Otra muestra de la
descomposición social es la “justicia con propia mano” por no estar regulado y sucede
aun sabiendo que los responsables de impartir justicia son el estado de Derecho, las
leyes y las investigaciones criminales.
Los tejidos sociales se encuentran en un proceso de fragmentación, donde el
núcleo generador de dicha división se encuentra en el proceso de socialización de la
vida, lo que desvirtúa la relación de la tierra con la comunidad. Si el tejido social tiene
elementos de cohesión, de identidad, arraigo, organización política o comunitaria,
entonces habrá mejores condiciones para un tema de paz, pero en el tejido social hay
desarraigo, vacíos institucionales, falta de organización o participación (Peniche, 2021).
Los procesos de socialización
Como noción general, la socialización es un proceso por el cual un individuo se
hace miembro funcional de una comunidad, adquiriendo la cultura que le es propia. Es
decir, la socialización es el proceso de adquisición de cultura. Desde la perspectiva
interaccionista, Cooley (s.f.) decía que todo individuo aprende a juzgarse a sí mismo
con base en el modo en que los demás lo juzgan, que la identidad es transferida
socialmente. Por otro lado, Mead sostiene que el sí mismo tiene carácter social, la
relación progresiva del individuo con los demás mediante el lenguaje y éste es un
proceso cognitivo superior, es decir, adquirido y perfeccionado por la cultura, no por la
naturaleza, centrando así de forma ideológica la perspectiva. No pasa lo mismo con el
conductismo, pues es una corriente que intenta promover la ideología de los aparatos
del Estado a través de la represión sistemática, es decir, a través de castigos para
cuando no se cumplen los objetivos del adoctrinamiento.
Es posible afirmar que el ser humano es una especie que no tiene un hábitat
específico, una región geográfica de la que sea endémico o bien, un espacio donde no
pueda habitar. El ser humano se produce a sí mismo, pues todo orden social existe
como consecuencia de la actividad humana, siendo continua y permanentemente
socializados (receptores de cultura) por instituciones o medios de socialización. Suele
considerarse que existen cinco colaboradores básicos en el proceso de socialización:
1. Familia: Institución socializadora por excelencia. De ella se obtienen las
conductas morales, éticas, religiosas y los valores de convivencia.
2. Grupos primarios: Intervienen en esta institución a los amigos del vecindario,
pues tiene una fuerza importante en la socialización.
3. Escuela: Está orientada a la segunda socialización o a la socialización
secundaria, primando la racionalidad sobre el afecto.
4. Grupos de referencia: Tienen la capacidad de servir como norma de conducta,
al ser el espacio con la aplicación del aparato represivo con más vigor.
5. Medios de comunicación social: Conocidos como los grandes manipuladores
de la consciencia, modernizándose con el paso del tiempo, originando procesos
secundarios o alejados de la socialización adecuada.
Los aparatos del Estado
El Estado, desde la tradición marxista, es concebido como un aparato represivo,
es decir, una máquina de represión que permite a las clases dominantes asegurar su
poder sobre la clase obrera, para someterla a la explotación capitalista. Es ante todo lo
que aquí denominaremos aparatos del Estado. Entre los aparatos del Estado importa
resaltar al Aparato Represivo (ARE) y al Aparato Ideológico del Estado (AIE), pues de
éstos se basará el análisis. La violencia articula un sistema desarrollado desde el ARE,
una ideología partidaria del control social, herramienta en combinación con el Estado y
la fuerza armada. La maquinaria estatal está integrada por instituciones represivas
(policía, ejército, empresas, etc.) e instituciones ideológicas (escuelas, prensa, partidos
políticos, cárceles) con la intención de mantener el control de las masas por parte de las
clases dominantes (García 2008).
Aquel sometimiento de clase ocurre en una estructura social denominada por
Marx en dos niveles como infraestructura y superestructura. La superestructura
depende determinadamente de la infraestructura, pues a esta ultima la integran las
masas populares, no solo para conservar las condiciones materiales, también las reglas
del orden y sometimiento establecidos.
Althusser (1977) dividía al aparato del Estado en dos, el Represivo y el
Ideológico. El represivo funciona en términos de violencia, básicamente; y el ideológico
funciona desde lo escolar, lo familiar, religioso, cultural, político, así como los medios de
comunicación. El aparato Represivo pertenece al dominio público mientras que el
Ideológico es dominado por el sector privado. Aun con esto, ninguno es puramente
ideológico ni puramente represivo, pues las Fuerzas Armadas también difunden
ideologías, mientras que las escuelas, la iglesia y los informativos a veces reprimen
mediante la expulsión, la censura y el juicio social. Ninguna clase (en nuestro caso
fracción de clase) puede en forma duradera mantener el poder sin ejercer al mismo
tiempo su hegemonía sobre y en los Aparatos Ideológicos de Estado.
Transformar a los aparatos ideológicos para fortalecer a los
aparatos represivos del Estado

Los AIE son reales y fuertes estructuras para la difusión de ideologías, desde
donde se moldea la identidad y las ideologías del individuo (Mbarga, 2004). Como en la
obra de teatro “Pluma y tempestad” (Vargas, 1954) y desde una interpretación personal,
la historia cuenta que el personaje cuya identidad y género son desconocidos, va
conociendo a diversos personajes con quienes sostiene un diálogo y una interacción
mágica. Es un análisis de las estructuras ideológicas a las que se debe desafiar con la
finalidad de encajar, tener cabida o desbordar el sistema.
Es necesario conocer las diferencias entre poder del Estado y aparato del
Estado, por ejemplo; el objetivo de la lucha de clases es poder del Estado (funciona
mediante la violencia) y el uso que se hace del aparato del Estado, en función del poder
que las clases determinen. El ARE funciona con predominio en la represión, aunque
también funciona mediante la ideología, es decir, no hay aparato que sea
completamente represivo, así como no existe ningún aparato puramente ideológico
(Althusser, 1977). Los aparatos ideológicos son diversos, múltiples, “autónomos” y
dispuestos a sufrir cambios en función de su contradicción, pues es a través de la
ideología dominante donde se garantizará cierta armonía o equilibrio entre los ARE y
los AIE.
La ideología es el conjunto o sistema de ideas, representaciones o aspectos
culturales que dominan el espíritu del ser humano o el grupo social (Marx, citado por
Longan, 2012), es decir, una ideología existe siempre en el seno de un aparato y en su
puesta en práctica. Los aparatos ideológicos del Estado utilizan a la ideología con el
objetivo de preservar el orden, pues las instituciones ideológicas (familia, iglesia,
sistema político, medios de comunicación, artes, el sistema educativo, etc.) tienen un
efecto impresionante en asegurar el orden establecido, haciéndolo parecer benéfico o
inevitable. La ideología se naturaliza en función de la estructura y la construcción social
del aparato y se ha naturalizado en sostener que “las cosas son así, porque son así y
así nos tocó vivir”, ideología que se tiene que transformar para iniciar el proceso de
reconstrucción del tejido social.
Alternativas
Se han hecho cambios trascendentales en materia de seguridad pública,
especialmente los enfocados en mejorar su formación y su fuerza, sucedió también la
creación de nuevas corporaciones y el incremento de sus facultades en función de la
evolución y las normativas aplicables. El gasto del gobierno federal destinado a la
seguridad pública aumentó sostenidamente de 2010 a 2015, destacando un incremento
importante en 2013 pero una reducción igual de importante en 2016 (Gráfica 1).

Gasto total ejercido


$5,030,108
$4,617,618
$3,732,787

$4,798,618
$2,766,818

$3,473,868
$2,940,637
$2,871,117

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

(Gráfica 1). Fuente: Elaboración propia con datos de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal para los años
2010 – 2017. Disponible en: https://transparenciapresupuestaria.gob.mx/es/PTP/Datos_Abiertos.

Sin embargo, lejos de solucionar el problema se ha acrecentado la criminalidad y


ha abarcado más territorio, debido a que a finales de enero de 2013 se registraban (El
País Colombia) en México a seis cárteles y 89 bandas delictivas (CJNG, Los Beltran-
Leyva, Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, Los caballeros Templarios y los Zetas),
organizaciones conocidas por sus crímenes contra la salud, la humanidad y las finanzas
de la nación, Sin embargo, estas organizaciones no están solas, se les fueron
agregando con el paso de los años (Diario Cambio, 2014) la Familia Michoacana, el
Cártel del Pacífico Sur, Los Carrillo-Fuentes, los Guerreros Unidos, los Rojos, Cártel
Independiente de Acapulco, los Ardillos, los Granados, Cártel Tijuana, etc., sin lograr
reducir absolutamente en nada la evolución criminal, pues pese a que en 2012
comenzaba a notarse una disminución en los homicidios dolosos (por citar un ejemplo)
comparado con el año anterior (de 21,459 y 22,409, respectivamente), tendencia que
continuó así hasta el 2014, donde se registraron 15,520, es decir, una reducción del
69%. En 2015 el registro sube a 17,889 homicidios dolosos, arriba de dos mil más con
respecto del año anterior; para 2016 el registro asciende a 22,563 delitos cometidos, o
bien, un incremento de mas de cuatro mil quinientos comparado con el año anterior
(197% más). En 2017 la cifra es alarmante, con un registro de 28,869 homicidios
dolosos, un incremento de 6,305 con el año anterior (casi un 135% más), 266% más
que en 2015 (Gráfica 2).

Incidencia delictiva

28,868
22,409 22,563
21,459
Homicidios dolosos

20,143
18,105 17,889
15,520

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

Gráfica 2. Fuente: De elaboración propia con información de TResearch Better Understand, López-Dóriga Digital y el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Disponible en:
https://lopezdoriga.com/nacional/la-incidencia-delictiva-en-mexico-en-los-ultimos-anos/

En otras palabras, ha sido una inversión enorme y los resultados han sido
pigmeos. Es claro que no basta con dotar de fuerza, recursos humanos y tecnológicos,
ni siquiera con una formación o desarrollo policial vanguardista por parte del Estado
para lograr disminuir la violencia y la delincuencia que se modela desde la sociedad
civil, esa sociedad de donde salen los policías, los servidores públicos, los maestros,
los políticos, o en su defecto, los líderes sociales. La sociedad nos está entregando
policías, profesores, políticos y sacerdotes corruptos, violentos, mal educados; las
familias parecieran ser incubadoras (conscientes o inconscientes) por los hábitos de
convivencia, las competencias sociales y el desconocimiento de la legalidad (que se
perpetúa en las corporaciones policiacas), que corroen y merma las buenas prácticas
de formación, educación y dotación de valores morales, la sociedad ya no busca
ejemplos dónde mirarse, pues cuenta con malos ejemplos que los justifiquen.
Existen en el país más de 400 mil policías en activo (Ruiz, 2021), divididos en
cuatro tipos policiales: Policía preventivo, Ministerio Público, Policías de investigación,
Oficiales de Guarda y Custodia; así mismo se dividen el siete corporaciones de policías:
Guardia Nacional, Fiscalía General de la República, Agencia de Investigación Criminal,
Policías estatales, Fiscalías estatales, Policías ministeriales de los estados – Servicios
periciales y la Policía municipal.
La cooperación sectorial y la participación de la sociedad en temas culturales
promete incentivar la reestructuración del tejido social, donde se puede recuperar
útilmente a la sociedad y a los espacios donde se desarrollen los ciudadanos, pues
permiten una mejor convivencia de las personas, especialmente de quienes
representan al futuro, las niñas y los niños. En términos civiles se propone la
intervención exclusiva y activa del gobierno para con las empresas (públicas y privadas)
con el objetivo de convocar a la sociedad a participar en eventos que destinen poca o
nula inversión pero que la recompensa no sea solo material, es decir, que la actividad
llene de cultura, de valores y de consciencia a los participantes. Una campaña
permanente de cultura, de compromisos sociales y de cooperación.
En el aspecto educativo se propone la reestructuración del mapa curricular para
la educación básica, donde se fortalezcan las actividades comunitarias y se comience a
desterrar al “Aprendizaje basado en Competencias” impuesto desde el modelo
conductista con la finalidad de crear competitividad e individualismo, centrando la
atención más en el contenido y menos el estudiante, más en la calificación y menos en
el conocimiento adquirido. Un “Aprendizaje basado en Proyectos y Solución de
Problemas” donde los estudiantes sean partícipes y espectadores de las realidades
sociales, donde observen problemáticas sociales a las que haya que buscar soluciones
en común, haciendo uso de los conocimientos adquiridos y los aspectos culturales de
cada uno de ellos, para que en conjunto se logren acuerdos y convivencias sanas.
En el aspecto de la seguridad pública se propone exigir la formación de policías
municipales con la finalidad de superar su nivel educativo: el promedio de estudios de la
institución policial en su totalidad es de 9 a 10 años (dos años de secundaria cursados
o secundaria terminada). Impulsar los estudios de tipo superior en elementos policiales
ayudaría a ejecutar actividades de prevención, procesamiento e impartición de justicia
de una manera confiable y eficaz. Ayudaría también a que, en función de que mejora la
labor policial también mejorará la percepción social que los ciudadanos tienen de los
policías. Ayudará a comprender los derechos humanos garantizados y fundamentales
en la Constitución, así como incrementaría considerablemente el salario. Se propone
también el incremento del salario del policía en un 250% (a partir del monto más alto
recibido, trasladándolo al más bajo y comenzar la escala de aumentos desde ahí).
Si bien es cierto que hoy en día la cultura llega a un mayor número de personas,
hacen falta una cantidad mayor de acciones en donde niños y jóvenes sean los
principales receptores y beneficiarios. Un ejemplo de ello es México, Cultura para la
Armonía, un programa social que propone posicionar al arte y la cultura como
herramientas para la reconstitución del tejido social y el desarrollo humano, en pro de
resolver algunas de las problemáticas sociales de nuestro país. La creación de nuevas
agrupaciones musicales infantiles y juveniles, la implementación de concursos,
convocatorias, más escuelas de enseñanza artística y el acercamiento de una oferta
cultural a través de espacios en el olvido y con poco presupuesto como las Escuelas de
Artes y Oficios mejor conocidos como EDAyO (Ibarrola, 2017).
En la era digital que se vive se puede aprovechar al máximo el potencial que
ofrece internet respecto a la información y el logro del acercamiento de la comunidad,
así como la divulgación de saberes llenos de valores y contenidos de calidad que
ayuden a crear consciencia REAL sobre hechos REALES. Los medios de socialización
(comunicación social) deberán reconfigurar sus valores para ayudar activa y
eficazmente a reestructurar el tejido social, así mismo las familias deberán alinearse a
la nueva sociedad o padecer los juicios sociales a los que haya lugar.
Generando una nueva sociedad dotada de emociones, de razón, de valores
éticos y morales, de un sentimiento de comunidad (no individualista); con conocimiento
real del mundo y sus habitantes; con un sector empresarial firme y comprometido con la
causa se intentará lograr un futuro mejor, comprometido también (en conjunto con el
gobierno) con el importante aumento del salario de todos los empleados, pues en
ocasiones reciben mejores ofertas salariales por parte del crimen organizado y no por
parte del sistema laboral.
La pobreza y la desigualdad son motores principales de la mala convivencia y la
violencia. Hacer frente a estas clases de maltrato institucional (por parte del sistema)
ayudará a eliminar otros tipos de violencia, como la denigración, la discriminación, la
segregación, la falta de educación, el analfabetismo, el desplazamiento civil, la
ignorancia colectiva, el deterioro de las instituciones y al mismo tiempo, el deterioro de
la sociedad. La lucha de clases (violencia por la condición social) debe ser un mero
recuerdo, pues las clases pobres son consideradas fábricas de delincuentes, cuyas
necesidades deben ser satisfechas para la correcta inclusión de personas desplazadas
por quienes, en función de su educación y sus valores, tienden a discriminar, ofender y
rechazar a quienes tienen poder adquisitivo inferior.
La expectativa es que satisfaciendo las necesidades económicas y sociales de
las personas, sin olvidar que enseñando a jóvenes y niños nuevas formas de
convivencia, se espera que en el futuro se cuenten con mejores policías, mejores
políticos, mejores profesores, mejores personas a las que valga la pena usar de
ejemplo. Comenzar con las causas que originan los problemas sociales más comunes y
sentidos de la población.
Conclusiones

“Sin importar el incremento de la violencia en el país, en 2022 el presupuesto


destinado a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) tuvo un retraso
de 31% en los primeros cinco meses de 2022, cuando debió haber gastado $21,652
millones, solo gastó $14,926 millones…” (Mendoza, 2022 con información de México
Evalúa). Para el actual sexenio se contemplaron recortes presupuestales enormes para
la Seguridad (33%) pero se incrementaron recursos para programas sociales
destinados a atender problemas sociales, como la erradicación de la pobreza, del
desempleo y de la educación (aunque el incremento presupuestal debió estar en ambos
problemas).
El problema está, principalmente, en la educación del mexicano, pues la
corrupción avanza cuando se adquieren artículos “pirata” (música, películas,
videojuegos, libros, ropa, zapatos, perfumes, relojes, cigarros, etc.), porque describe los
hábitos de consumo, así como la decisión de la autoridad para que su venta continue.
Bonificar a un servidor (público o privado) con la intención de agilizar algún trámite;
otorgar una “mordida” al oficial de tránsito para evitar sanciones por infracciones
cometidas; el aprovecharse de algún cargo público para adquirir recursos que no le
corresponden pero que puede adquirir por su poder (Martí, 2019).
El individuo suele ser protagonista (involuntaria e inconscientemente) en la
construcción social de la corrupción; puede reproducir y adquirir sus propias
características y patrones en diversos momentos como la convivencia familiar,
comunitaria, y en espacios tan específicos como la escuela. Con una educación, una
formación completa y humanista se tendrán en el futuro policías que llevarán a cabo
sus tareas de forma profesional, basada en su ética y sus valores. Se tendrán padres
de familia capaces de educar a los hijos con elementos que permitan construir una
sociedad,
Fuentes de consulta
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oveja negra.

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