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Teoría del conocimiento. Concepto, juicio, raciocinio.

Dios
Aristóteles tenía en cuenta el mundo de un modo sistemático, donde todo podía ser explicable,
por medio del pensamiento y las esencias. Para él todo es un conjunto sistemático de
substancias. Cada substancia tiene esencia. Aristóteles considera que podemos “conocer”
estas substancias.
Detrás de su metafísica Aristóteles tiene una teoría del conocimiento que desencadena en esta
metafísica perfecta. La teoría del conocimiento para Aristóteles refleja la misma estructura que
la de la sustancia. Conocer es primero formar conceptos, que es constituir notas características
para cada una de las esencias que se realizan en la substancia individual. O sea, saber de
memoria características que pueden variar un poco pero que todas sean a fines a una cosa o
substancia. La esencia de los caballos es que tienen 4 patas, son algo grandes, comen pasto,
etc. Y la substancia individual es el caballo al cual nos referimos específicamente.
Los procesos de abstracción y generalización que sobre el material de la precepción sensible
ejercitamos, nos conducen a la formación de un arsenal de conceptos. O sea, lo que es
inteligible para nuestros sentidos y las conjeturas que hacemos de estos, nos llevan a
almacenar conceptos de las cosas.
El conocimiento en segundo lugar es aplicar esos conceptos que hemos formado a cada cosa
individual. Contemplar el objeto o substancia e investigar dentro nuestro en nuestro arsenal de
conceptos cual es el que le viene bien a esta substancia y formular el juicio.
Para Aristóteles esto es el saber, este no consiste en explicar por causas antecedentes en el
tiempo, sino que consiste en subsumir cada substancia en su concepto correspondiente.
Primero habiendo formado el concepto y luego aplicándolo.
I. En tercer lugar, el conocer es barajar estos juicios en forma de razonamientos para concluir que
substancia no tenemos delante.
II. Formación de conceptos
III. Subsunción de los individuos en los conceptos y razonamientos que nos permitan ver,
determinar las substancias que no tenemos en nuestra experiencia inmediata.

Eso es el conocimiento para Aristóteles.


El universo para Aristóteles es una magnífica colección sistemática de substancias
ordenadamente clasificadas como en ciencias o historia naturales. Por eso cuando se hacen
ejemplos de la lógica de Aristóteles hay que buscar ejemplos en la historia natural.
Estas substancias clasificadas están además jerarquizadas debido a que algunas substancias
son más amplias que otras; unos conceptos, unas esencias son superiores que otras, y todo
este conjunto culmina en la idea suprema de dios. Esta es la causa primera y fin último de toda
la realidad del mundo y del universo.
El es necesario según Aristóteles porque él pensando, le da su esencia a cada ser contingente.
Cada ser es una realización de Dios y van todos a culminar en ese puro pensamiento, que es
Dios.
El hombre es otro más entre los seres que constituyen el universo. Pero este ser humano tiene
un privilegio sobre los demás seres de tener una chispa de pensamiento. Por tanto, el hombre
debe pensar, la actividad propia del humano es pensar. Sin embargo, no pensará el hombre
con la claridad y pureza que lo hace Dios; piensa el hombre, pero no es Dios. La teoría; la
contemplación de las esencias; el pensamiento; el conocimiento de las esencias y de Dios, es
la ocupación más propia del hombre. Santo Tomás, en cuanto intente imaginar o ver o intuir en
que haya de consistir la bienaventuranza de los Santos, no encuentra otra actividad que la
misma de Aristóteles; los Santos son bienaventurados porque contemplan la verdad porque
contemplan a Dios. Como Dios es pensamiento puro contemplan el pensamiento puro y viven
eternamente en la zona del puro pensar
La Sustancia Fundamental, El Argé.
Ha sido tema eterno de la filosofía el de la pregunta última, la pregunta por la sustancia
fundamental, aquella de la cual se forma toda la realidad. Los griegos la llamaron argé, y de
ellos provienen las primeras respuestas. Luego, el medievo le llamó quididad, esto es, la
búsqueda por el quid de las cosas. Estas respuestas, aun incompletas, insuficientes, tuvieron
en un principio tres diferentes momentos que se exponen a continuación:
Primer Momento:
La preocupación: El primer principio.
El principio material u ordenador de las cosas.
La pregunta: ¿De qué está formado el mundo? La respuesta: De un principio material y físico:
El agua, lo indeterminado, el aire, el fuego, los cuatro elementos, las homeomerías, los átomos.
Corrientes: La Escuela de Mileto: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Diógenes de Apolonia.
Heráclito. Empédocles, Aristóteles. Anaxágoras. Leucipo, Demócrito, Epicuro, Tito Lucrecio
Caro.
La pregunta: ¿Quién o qué ordena o forma las cosas del mundo?
La respuesta: Una fuerza elemental: El número.
Corriente: La Escuela Itálica, Pitágoras, Filolao, Arquitas
Segundo Momento:
La preocupación: El cómo llega la materia a la forma.
La pregunta: ¿Cómo surgen las cosas del mundo? ¿Cómo se aplican el perpetuo nacer y morir,
la eterna mutación?
Una respuesta: Las cosas no existen, ¡Son! Existe lo invariante, el Ser. Escuela Eleática:
Xenófanes, Parménides, Xenón. 64 18 Apuntes para el estudio de la filosofía
Otra respuesta: Las cosas surgen por la unidad del ser y el no-ser. Existe el cambio. Escuela
Heraclitea: Heráclito.
Tercer Momento:
La preocupación: Esencia única o esencia plural.
La pregunta: Lo eseyente, ¿Es algo múltiple o algo único?
La respuesta: No hay una sola esencia sino una pluralidad de esencias: El agua, la tierra, el
aire, el fuego. La doctrina de los elementos: Empédocles, Aristóteles. El Átomo: La atomística:
Anaxágoras, Leucipo, Demócrito, Epicuro, Tito Lucrecio Caro.
Momento actual
La sustancia material y única:
El campo Espinar: Las partículas elementales son estados de excitación del campo espinar.
Principal representante: Werner Heisemberg.
El fluido protomaterial: Las partículas elementales son gotas del fluido protomaterial.
Principal representante: Luis de Broglie.
Los leptones y los quarks: Las partículas elementales son simples leptones y quarks.
Esta es la posición de la ciencia actual.

Uno de los grandes intereses de la filosofía ha sido siempre el contestarse la


pregunta acerca de qué está formado el mundo, esto es, la pregunta por la
esencia de las cosas. Las respuestas, en su diversidad, se agrupan en dos
posiciones: Esencia única y esencia plural. De alguna manera pareciera ser que,
tanto la pregunta como la respuesta deberían corresponder al campo de la
ciencia y no al de la filosofía. ¿No sería más apropiado que los filósofos
cambiaran la pregunta por alguna como por qué existe el mundo, por qué se
molestó el universo en existir, qué es el mundo?

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