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Libro Exabruptos Biológicos Volumen II Versión Preliminar
Libro Exabruptos Biológicos Volumen II Versión Preliminar
biológicos
Volumen II
2021
PREFACIO
El autor.
Contenido Página
1. Woody Guthrie y la Corea de Huntington 1
2. La perspectiva de género de Caster Semenya 8
3. Gato sordo 16
4. El oscuro origen del SARSCoV 2 27
5. Las vivencias de un “rockstar” de la biología 35
molecular: Caenorhabditis elegans
6. Hannibal Lecter y el concepto de evolución 42
7. El histórico mito de las jirafas y la selección natural 50
8. Rápidos y curiosos 58
9. Contra Drácula, estacas 65
10.
Exabruptos Biológicos Volumen II 1 | Página
Woody Guthrie
No es extraño hablar de los ganadores del Premio Nobel en un libro que trata sobre ciencia
en general y biología en lo particular. Lo que sí podría ser algo extraño es hablar del
Premio Nobel de Literatura, pero este ensayo justo trata de esto y de algunos otros temas
que se van ligando de una inesperada forma alrededor del citado galardón. En 2016, el
Comité de la Academia Sueca, encargada de otorgar año con año los famosos premios
Nobel, se vio envuelta en una polémica mundial al tomar la decisión de nombrar ganador al
músico estadounidense Bob Dylan. Nadie duda de la calidad poética de muchas de las
composiciones de Dylan y de la fuerza de la palabra que reflejan sus canciones, pero ser
galardonado de tan importante premio fue, para propios y extraños, un auténtico exceso y
por supuesto una sorpresa.
Dylan fue nominado al Nobel en varias ocasiones previas, lo que a los críticos del
arte literario les parecía una broma, sobre todo a los más escépticos y ortodoxos literatos,
hasta que, en 2016, se le otorgó el premio. Esto desató una serie de reacciones a favor y
en contra. El escritor británico Irving Welsh, autor del libro Trainspotting, que más tarde fue
adaptado para un filme cinematográfico aclamado por la crítica, comentó con sarcasmo
desmedido que aquello era “un acto de nostalgia absolutamente hippie”. En contraste,
escritores de la talla del hindú-británico Salman Rushdie, ganador del Premio Nobel y autor
de libros como Los versos satánicos e Hijos de la medianoche, escribió para la BBC:
“desde Orfeo a Faiz, la canción y la poesía han estado íntimamente ligadas. Dylan es el
más brillante heredero de la tradición de los bardos. ¡Gran elección!"
La extraña y cruel enfermedad que acabó con la vida de Woody Guthrie, denominada como
Mal de Huntington, Corea de Huntington y mejor conocida desde la antigüedad como Mal
de San Vito o baile de San Vito, es del tipo de males neurodegenerativos que acaban por
disminuir el estado mental y físico de las personas afectadas en un grado superlativo. La
denominación de Mal de San Vito, obedece a que en la época medieval se habían
presentado algunos casos en una región italiana donde tenían como Santo Patrono a San
Vito, de modo que a este santo le rezaban para curar el mal. Por otro lado, la denominación
de Corea de Huntington se debe a que el doctor George Huntington la describió y
caracterizo por primera vez en 1872, en el extremo oriental de Long Island, cuando atendió
varios casos en el seno de una familia, que le hicieron sospechar que se trataba de un
problema heredado, por lo que hizo un seguimiento genealógico, hasta una pareja de
migrantes que se asentaron en Nueva Inglaterra entre 1650 y 1690. En esa época, algunos
de los descendientes de aquella pareja de migrantes que arribaron a Nueva Inglaterra,
fueron condenados a morir en la hoguera en el contexto del famoso caso de las Brujas de
Salem. Es posible que algunos de los signos y síntomas de la enfermedad, caracterizados
por movimientos bruscos, grotescos e involuntarios, se hayan considerado como
posesiones demoniacas o comportamientos impropios para la cultura dominante en la
época y de ahí el que hayan sido condenados por entablar “pactos con satanás”. Aunque
es una suposición con un alto grado de probabilidad, esta última información no ha sido
verificada.
Volviendo al caso de Guthrie, algunas descripciones indican que poco antes del fatal
desenlace, la condición del cantante era muy delicada. Se vio fuertemente afectado por la
enfermedad degenerativa, la cual produce severas alteraciones cognoscitivas, psiquiátricas
y motoras, así como un movimiento exagerado de las extremidades, así como la aparición
de muecas repentinas y un deterioro neurológico constante (por ello la denominación de
“baile de San Vito”). Woody Guthrie murió en Nueva York, el 3 de octubre de 1967. Pocos
meses después de su muerte, se gestó, en el famoso Carnegie Hall, un concierto en
homenaje a su trayectoria y como tributo a su memoria. Allí apareció Bob Dylan que, ya
convertido en una estrella, no tocaba en directo desde el verano de 1966; así que
reapareció y lo hizo para presentarle sus respetos al maestro que se lo había dado todo.
En 1992, en el concierto de su propio cumpleaños, Dylan empezó su actuación cantando
“Song to Woody”, ante la presencia de una emocionada Nora Guthrie, la hija del cantante
que, según palabras del propio Dylan, “mataba fascistas” con su guitarra.
El equipo de investigación del Dr. Wexler reportó en 1993, haber encontrado el gen
responsable del mal de Huntington. Se identificó que el alelo dominante, es decir el
causante de la enfermedad, presentaba una mutación debida a una repetición múltiple del
trinucleótido (CAG) que codifica para el aminoácido glutamina. Esta serie de repeticiones
produce un largo tramo de glutaminas más o menos a la mitad de la proteína sintetizada, lo
que la vuelve inestable e afuncional. Este es un caso en que se conoció primero al gen y
sus mutaciones, que a la proteína misma que produce, que posteriormente se bautizó con
el nombre de huntingtina. De hecho, se conoce muy poco de esta proteína y su función a
nivel del sistema nervioso, y alrededor de todo este enigma genético hay más dudas que
respuestas. Entre las dudas más acuciantes en relación con la mutación está el hecho de
que entre más repeticiones del trinucleótido CAG existen, más rápida y fulminante es la
enfermedad. Otra duda que surge es por qué toda marcha bien en los primeros años de
vida, hasta los 30 más o menos, y luego se desencadenan los problemas dramáticamente.
Representación de un modelo del gen y la proteína hungtintina. Arriba el gen sano que tiene entre 10 y 26
repeticiones CAG y produce una proteína funcional. Abajo el gen conteniendo más de 35 repeticiones CAG, que
produce una proteína mutante con múltiples glutaminas que forma agregados indisolubles. (Tomado de
www.rafer.es/innovacion-laboratorio-clinico/silenciando-la-enfermedad-de-huntington/)
Hasta aquí, es claro que la mutación que produce la multiplicación de las secuencias
CAG, debido a inserciones durante la replicación, tiene fatales consecuencias en los
individuos portadores del alelo dominante, una vez que pasan de los 30 años. Este es un
problema muy grande, porque los individuos alcanzan con mucha anticipación la edad
reproductiva. De tal suerte que una persona, cuyo padre o madre haya muerto del Mal de
Huntington, tiene un 50% de probabilidad de contraer la enfermedad al llegar a la madurez
y si tuvo hijos antes, puede continuar heredando el gen a las próximas generaciones.
Ya hemos visto que, en el lenguaje del Código Genético, CAG viene a ser un codón
(como si fuera una palabra) que significa el aminoácido glutamina (Glu) y que aquellos que
tienen una forma grave de la enfermedad de Huntington (y algunas otras como el síndrome
de X frágil o la Ataxia Cerebelosa), es porque el número de repeticiones de este codón se
multiplica desmesuradamente. Tanto más largo es el número de repeticiones, es más
probable que éste se siga incrementando en cada ciclo de la replicación del DNA. Conocen
ustedes, queridos lectores, ese tipo de ejercicios donde se repite consecutivamente una
palabra, por ejemplo “agua”. Si se dice rápida y repetidamente la palabra agua, por decir
algo unas seis o siete veces, parecerá que en lugar de decir “agua” se dice “guau”. No es lo
mismo repetir seis veces “agua”, que hacerlo 20, 30 o 100 veces, uno puede terminar por
equivocarse. Análogamente, cuando la DNA polimerasa, la enzima encargada de copiar el
DNA, encuentra cinco o diez veces el triplete CAG, puede replicarlo sin mucho problema,
pero cuando lo encuentra más de 30 veces e incluso cientos de veces, la probabilidad de
“cometer un error” es mucho más alta y las repeticiones pueden acortarse o crecer. Si
crecen, la proteína resultante tendrá más glutaminas, se plegará en forma errónea y tendrá
como consecuencia un brote de la enfermedad.
Todo esto revive con dramatismo la letra de Dylan en la canción que escribió como
homenaje para Woody Guthrie:
Hey, hey, Woody Guthrie, I wrote you a song. Hey, hey, Woody Guthrie, te escribí una canción
Bout a funny ol’world that’s a-comin’ along sobre un mundo viejo y raro que se está acercando.
Seems sick an’ it’s hungry, it’s tired an’ it’s torn Parece enfermo y está hambriento, está cansado y está roto.
It looks like it’s a-dyin’ an’ it’s hardly been born… Parece que se muere y apenas ha nacido…
Fuentes.
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"Ya no se podrá llamar deporte", sentenció la exatleta británica Paula Radcliffe cuando
le preguntaron sobre el triunfo de la competidora sudafricana en la gran final de los 800
metros planos. Semenya, que a su vez había asombrado al mundo en 2009, cuando arrasó
en la final de la misma prueba en los mundiales de atletismo de Berlín, con tan sólo 18 años,
mientras tanto se disponía a celebrar su triunfo, no sin un dejo de preocupación y ansiedad,
pues desde meses atrás había estado bajo el escrutinio público, acusada de hacer trampa,
todo por ser lo que se considera una atleta intersexual.
Algunos años antes, la atleta ugandesa Annet Negesa, no corrió con la misma suerte.
Ella había concluido su entrenamiento preparatorio para participar en los Juegos Olímpicos
de Londres en el 2012, cuando se le notificó que no podría participar en ellos, debido a que
sus niveles de testosterona eran muy altos. Negesa tenía entonces 20 años y se perfilaba
como una de las promesas de medalla más importantes para Uganda, ya que había roto el
récord nacional para los 800 metros, era también tricampeona nacional y ganadora del oro en
los Juegos Panafricanos de 2011, además de haber sido nombrada atleta del año en
Uganda. La noticia fue devastadora para la atleta, al grado de que accedió a someterse a una
cirugía para remover las gónadas masculinas y así poder seguir compitiendo. Sin embargo,
las restricciones originadas por las visiones ortodoxas en la reglamentación del COI y de la
WA, le impidieron participar en subsecuentes competencias, a pesar de las cirugías y de la
administración de hormonas femeninas para disminuir el hiperandrogenismo natural de la
atleta.
mujeres. Según World Athletics, la mayoría de las mujeres, incluidas las atletas femeninas de
alto nivel, tienen niveles naturales de testosterona de 0,12 a 1,79 nanomoles por litro,
mientras que el rango típico masculino después de la pubertad es mucho mayor, de 7,7 a
29,4 nanomoles por litro. Por lo tanto, se estableció puntualmente que las atletas
intersexuales que desean participar en eventos de carrera de mujeres de media distancia,
deben tomar medicamentos de supresión hormonal y reducir los niveles de testosterona por
debajo de los 5 nanomoles por litro durante seis meses antes de competir, y luego mantener
esos niveles reducidos. Es algo sin duda paradójico, pues el órgano internacional que regula
el dopaje, el TAS, recomienda una especie de dopaje “al revés” para este tipo de atletas.
Los cromosomas X e Y se conocen como los cromosomas sexuales, por la evidente razón de
que determinan, de una forma casi perfecta, el sexo del cuerpo. De este modo, todo mundo
adquiere un cromosoma X de su madre, pero, si se hereda un cromosoma Y del padre se es
un varón y si se hereda uno X se es una mujer. Solo que en la primera frase de este párrafo
se señala que los cromosomas sexuales determinan de forma “casi perfecta” el sexo. Pues
bien, existen raras excepciones, que ahora se sabe realmente no son tan raras, de personas
aparentemente mujeres con un cromosoma X y uno Y, pero son precisamente las que
confirman la regla, ya que en ellas el gen masculinizante clave en el cromosoma Y está
ausente o es inoperante.
A decir verdad, no hay que estudiar mucha biología para encontrarse con los
cromosomas X e Y, y reconocer su papel en la determinación del sexo en las personas.
Muchas personas saben también que la razón de que el daltonismo, la calvicie, la hemofilia y
otros padecimientos sean más comunes en hombres que en mujeres, se debe a que estos
fenotipos son producto de la influencia de genes localizados en el cromosoma X, que al
expresarse en condición haploide dan lugar a lo que se conoce como herencia ligada al sexo
o herencia ligada al cromosoma X (vale la pena resaltar que en los varones se da el único
caso de cromosomas en forma haploide, dado que se tiene solo un juego de genes en el
cromosoma X y un juego de distintos genes en el cromosoma Y, a diferencia de las mujeres
que poseen dos cromosomas X y del resto de los autosomas en ambos sexos que tienen
todos una condición diploide, es decir con dos juegos de genes debido al par de cromosomas
homólogos). Dado que los varones tienen solo un cromosoma X, la probabilidad de tener las
afecciones se multiplica. Como dijo alguna vez un investigador, “los genes del cromosoma X
de los hombres vuelan sin copiloto”. Pero, hay cosas de los cromosomas X e Y que mucha
gente ignora, cosas inquietantes y extrañas que últimamente han perturbado los fundamentos
mismos de la biología y del deporte, especialmente el atletismo.
“Es probable que el cromosoma Y de los mamíferos, esté comprometido en una batalla
en la que su adversario (X) resulta vencedor”. Esta frase forma parte del texto de un artículo
científico publicado en la Philosophical Transactions of the Royal Society. Llama la atención
el lenguaje empleado para una revista formal y sobria en el mundo de la ciencia, es decir,
términos como “batalla”, “adversario” o “vencedor”, son el tipo de palabras que uno no
esperaría encontrar en una publicación científica de este tipo. En otro título se puede leer:
“Evolución: la guerra de los cuatro mil millones de años”, para referirse nuevamente a las
interacciones entre los cromosomas sexuales. Uno más dicta: “Los enemigos internos: el
conflicto intergenómico y la evolución de la contienda entre locus de los cromosomas X e Y”
Si los expertos utilizan términos asociados con la guerra y la lucha para referirse a las
diferencias entre los cromosomas sexuales, ¿qué podríamos esperar de las personas que no
tienen conocimientos específicos en esta área tan especializada de la genética?
Otro presupuesto teórico que también está a debate, pero que bien pudo ser parte de
la evolución de la diferenciación sexual cromosómica, es la del intercambio genético entre X
e Y. Al parecer, el dilema se resolvió cuando algún control genético, en el que no se descarta
alguna mutación en un gen diferente al de la determinación del sexo, suprimió el proceso
normal de intercambio de material genético entre el par de cromosomas que otrora fueran
similares. De esta manera, los genes sexualmente antagonistas podían estar separados y
seguir caminos distintos. Así, por ejemplo, mientras la versión del cromosoma Y podía utilizar
el calcio para hacer cornamentas grandes y duras para la lucha por las parejas y ser más
atractivo sexualmente, la versión del cromosoma X lo emplearía para producir leche y
alimentar a las crías. Como resultado, en determinado momento el par de cromosomas de
tamaño medio que contenían toda clase de genes “normales”, fueron afectados por el
proceso de determinación sexual y se convirtieron en los cromosomas sexuales, cada uno de
ellos con grupos de genes distintos. En el cromosoma Y se acumularon genes benéficos para
los hombres, pero relativamente perjudiciales para las mujeres. A la inversa, en el
cromosoma X se acumularon los genes buenos para las hembras, pero a menudo
perjudiciales para los varones.
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Exabruptos Biológicos Volumen II 12 | P á g i n a
La interacción entre el gen DAX y el SRY, ayudan a explica muchos de los rasgos
“anormales” que suelen presentarse en la intersexualidad. Es así como, algunas personas
poco comunes nacen con un cromosoma X y uno Y, pero con dos copias del gen DAX en el
cromosoma X, debido a una mutación por duplicación en las secuencias nucleotídicas que
incluyen este gen. El resultado es que, aunque genéticamente estas personas son varones
por el hecho de portar una combinación XY, simplemente se transforman en mujeres
normales. La razón es que DAX y SRY (el gen del cromosoma Y que transforma a los
hombres en hombres) son antagonistas, de modo que al momento de la expresión un SRY
derrota a un DAX, pero dos DAX le ganan a un SRY.
Al momento de la integración del genoma haploide del padre y del genoma haploide de
la madre, resultado de la unión de dos gametos para formar un cigoto, los cromosomas
homólogos proveniente de cada célula gamética se encuentran y a partir de ahí se mantienen
cercanos. Esto ocurre incluso para X e Y. Si el nuevo individuo cuenta con dos cromosomas
X, el gen DAX, localizado en los dos cromosomas X, dirige la diferenciación y organogénesis
durante el desarrollo embrionario y en pocas semanas se desarrolla una mujer. Si, por el
contrario, el nuevo individuo posee un cromosoma X y uno Y, el gen SRY ubicado en este
último cromosoma, inicia un torrente de acontecimientos que conducen a la masculinización
del embrión. Pocas veces un gen muestra tanto poder y aunque sólo enciende el interruptor
que modifica el camino hacia un varón en lugar de hacia una mujer, a esto le sigue mucho
más, los genitales adquieren la apariencia típicamente masculina, la constitución del cuerpo
cambia, las hormonas despliegan su campo de acción en el cerebro y el resto del cuerpo y el
resultado final es muy diferente a cuando el gen está ausente o no se expresa.
Ahora sabemos que, como expresó Bill Hamilton, el investigador que puso en marcha
por primera vez las ideas que llevaron al antagonismo sexual, el conocimiento actual sobre
los genes y su expresión han sacudido nuestro concepto previo, no se trata del banco de
datos monolítico, semejante a un grupo de ejecutivos dedicados a un proyecto, que hasta
ahora habíamos imaginado. En cambio, parece ser más como una sala de juntas de una
compañía donde la lucha de poderes, las diferentes facciones, los intereses distintos y las
posiciones encontradas, generan un escenario que influye poderosamente en el desarrollo
colectivo.
Todo esto no solo es con respecto a los genes ubicados en los cromosomas sexuales,
sino en todo el genoma. Pero, indudablemente es en estos cromosomas en los que las cosas
son dramáticas, insospechadas y altamente polémicas y obligan a ampliar aún más las
concepciones relativos al sexo e incluso al género, su diversidad y equidad, es decir, las
perspectivas de género son más amplias de lo que hasta ahora se ha considerado. De ello
mucho pueden decir personas como Semenya, Degesa o Chand.
Fuentes consultadas.
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máximo deseo. The New York Times 17 de diciembre de 2019. Consultado en
https://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2019/12/17/la-triste-historia-de-annet-negesa-la-
atleta-intersexual-a-la-que-la-privaron-de-su-maximo-deseo/
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Oliva, R., Ballesta, F., Oriola, J., Clària, J. (2003). Genética médica (3ª edición). España:
Publicaciones I Edicions Universitat de Barcelona.
El gato sordo
Un combo 3x1 de los modelos hereditarios y de expresión génica
Siempre me han gustado los gatos. Cuando era niño mi padre me regaló uno y desde
entonces me encanta verlos. Me parece que son animales muy astutos, ágiles,
independientes y hasta cierto punto muy convenencieros. Hace mucho tiempo que no tenía
uno, pero unos meses antes del inicio de la pandemia por coronavirus a inicios del año 2020,
una amiga me llevo un pequeño gatito de color blanco, ojos azules y pelaje suave. No tuve
inconveniente en quedarme con él, me encantó, realmente era muy bonito. Sus ojos, de un
azul intenso me provocaban emociones múltiples, así que estuve muy complacida.
A poco tiempo de tener al gato, a quien bauticé con el nombre de Cotton (Algodón en
inglés), por su elegante y uniforme color blanco. Muy pronto comencé a darme cuenta de
algunos curiosos detalles, que cada vez se
fueron haciendo más frecuentes. Con otros gatos
que había tenido, cada vez que encendía mi
equipo de sonido estéreo y ponía música con un
volumen alto, lo que ocurría con regular
frecuencia, salían corriendo o se apartaban. Lo
mismo ocurría cuando usaba mi ruidosa
aspiradora, bastaba un primer empuje al
interruptor y si los gatos andaban cerca huían
despavoridos. Pero contrario al resto, este gatito
no hacía caso del ruido. Incluso cuando le
hablaba ni siquiera se dignaba voltear a verme.
Otro detalle curioso es que maullaba con una
estridencia inusitada, con un volumen muy alto y
agudo, por momentos era realmente molesto.
El gato Cotton (Archivo personal)
Lo más significativo del caso, es que cuando lo llamaba para darle de comer u
simplemente para saber dónde andaba, el gato no daba signos de hacerme caso, pensé que
educarlo me costaría mucho, pues era un gato rebelde y necio. Sólo cuando necesitaba algo
estaba ahí y se restregaba entre mis pies, como cualquier otro gato.
Otro detalle que parecía peculiar de Cotton, era que no tenía la misma habilidad que
yo acostumbraba a ver en los gatos. Con relativa frecuencia titubeaba al encontrarse sobre el
borde de una mesa o una ventana y al bajar de ahí, por lo general con un brinco no mayor a
un metro de altura, caía con poco estilo, se trompicaba o perdía el equilibrio al aterrizar. Este
detalle me parecía muy extraño, porque si algo sabía de los gatos, era que tenían grandes
dotes para mantener el equilibrio casi sin inmutarse.
Intrigada por la conducta de Cotton y aprovechando que debía llevarlo al veterinario para la
aplicación de un antiparasitario de rutina, no perdí la ocasión de preguntar sobre su extraño
comportamiento. El veterinario esbozo una enigmática sonrisa y me dijo con un tono hasta
cierto punto académico, como si se alegrara de encontrar un típico caso de libro
especializado en enfermedades gatunas y un ingenuo a quien mostrarle su grandiosa
sabiduría, lo más seguro es que su gato esté sordo, las características encajan
perfectamente y con toda seguridad es portador del gen W.
Veras, dijo él, con tono de vaca sagrada del posgrado en una facultad especializada
en gatos dando cátedra a sus pupilos. Te diré no solo porque es sordo, sino también porque
este gato es blanco y algo torpe de movimientos. Sin ocultar mi sorpresa, decidí que sería
interesante escucharlo, así que pare oreja. Los gatos, pueden tener una coloración blanca
por diversas causas, comenzó a explicarme el veterinario. Un gato puede ser blanco si es
albino, y para serlo necesita ser homocigoto recesivo respecto del gen que porta la
información para la producción de pigmento en el pelaje, el cual se llama white spotting gen y
se denomina con la letra “S”. De esta forma, si un individuo tiene doble alelo recesivo (ss),
será blanco porque su gen presenta variantes alélicas que al expresarse son incapaces de
sintetizar pigmento en el pelaje. Obviamente, si el gato tiene homocigoto dominante (SS) o
heterocigoto (Ss), no será blanco o a lo más tendrá algunas áreas del pelaje con manchas
blancas. Es un caso clásico de herencia mendeliana, dijo categórico.
Pero, no es la única forma en que un gato puede ser blanco, continuó el veterinario sin
detenerse ni comprobar si entendía lo que me estaba explicando. También puede serlo,
agregó, si es poseedor de un alelo dominante del gen llamado dominant White, mejor
conocido por los genetistas y los criadores de gatos como el gen “W”. Este gen es en realidad
un gen del desarrollo y su expresión regula diversos procesos en la etapa embrionaria, de
manera que su presencia en un gato produce efectos múltiples en el fenotipo y también
puede enmascarar la expresión de otros genes. Por cierto, añadió, cuando un gen tiene
varios efectos en el fenotipo, o sea que afecta a diferentes caracteres físicos o fisiológicos, se
dice que tiene un efecto pleiotrópico. Por otra parte, cuando un gen enmascara, oculta o
impide la expresión de otros genes, se denomina epistático, que significa “estar por encima
de otro”.
supuesto, también hay gatos homocigotos de este gen (WW), blancos por supuesto, y que
sólo darán hijos blancos en su caso. ¿Esto significa que un gato negro, marrón, café, amarillo
o de cualquier otro color –aunque no creo que haya gatos azules, bromeé– e incluso con
manchas de varios tonos, es homocigoto recesivo para el gen W (ww)?, le pregunté y de
inmediato hizo una evidente afirmación moviendo la cabeza de arriba abajo.
De acuerdo, dije un poco titubeante, ya me quedó claro porque es blanco. ¿Pero aún
no sé que tiene eso que ver con que sea sordo y torpe?, pregunté a continuación. Para
contestar a esta pregunta, respondió, debemos retroceder y echar un vistazo a la fase
embrionaria de un gatito, en el vientre materno. En un determinado momento de la formación
del embrión, las células se agrupan formando capas que se pliegan creando lo que se
conoce como tubo neural, en el cual hay una región con actividad muy intensa denominada
“cresta neural”. Esta zona provee de células que se van a ir transformando, según crece el
embrión, en tipos celulares muy diversos. En ese momento tomó un libro de un estante y me
mostró una imagen como la siguiente:
B
A
Después siguió con su complicada explicación. Como puedes ver, las imágenes muestran
embriones de gato durante el desarrollo. Entre los 20 y 24 días de gestación, el embrión se
encuentra enrollado como si fuera un taco. Más o menos a la mitad del embrión tendiente al
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Exabruptos Biológicos Volumen II 19 | P á g i n a
extremo donde se desarrolla la placa neural del mesencéfalo (o sea, la futura cabeza del
gatito), se va conformando una estructura denominada cresta neural. Esta estructura da
origen a varios tipos de células, algunas de las cuales migran desde esta área, a diferentes
destinos embrionarios. Entre las células que salen de esta zona y se van diferenciando, están
los melanoblastos. Los melanoblastos son células que migran a lo que será la dermis para
posicionarse en la base de los folículos pilosos, donde se acabarán convirtiendo en
melanocitos (en la imagen B se aprecian con flechas verdes y rojas). La función de los
melanocitos es sintetizar melanina y aportársela al nuevo pelo. Así es como los gatos
adquieren su color.
Entonces, cuando la falla es generalizada y afecta a todo el cuerpo del gato por acción
del gen W, es debido a la falta de señales adecuadas durante la migración de las células en
pleno desarrollo embrionario. Lo que ocurre con el gen W es que los melanoblastos son
incapaces de llegar a los folículos de la piel del animal. Para que un melanocito migre a su
destino en forma correcta, son necesarias señales moleculares que las células van siguiendo
como si fueran instrucciones para encontrar la ruta correcta, de suerte que, si las
instrucciones no se producen o son defectuosas, los melanocitos migrantes no llegarán a su
destino, dando como resultado gatos completamente blancos ya que sus células
pigmentarias no existirán a nivel de los folículos.
Los ojos, por su parte, pueden estar pigmentados o “casi normalmente pigmentados”
incluso en los gatos blancos, dándoles color cobre, amarillo o verde. La razón de este suceso
es que la coloración de los tejidos del ojo no
depende exclusivamente de esta migración de
melanoblastos. Es decir, hay una parte que sí, pero
otros melanoblastos proceden de otra parte, como
son las células de la retina. En ocasiones, la
presencia de otros genes modificadores junto al
gen W, pueden provocar que incluso los
melanoblastos del ojo sean deficientes y acaben
siendo de color azul (o solo uno de ellos,
creándose así un gato de ojos dispares, también
conocido como heterocromía).
Bien, entonces que tiene que ver todo esto con la sordera, señaló el veterinario, resulta
que algunas células que migran en conjunto con los melanoblastos y que también provienen
de la cresta neural, se dirigen a otras zonas y acaban formando parte del sistema auditivo del
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Exabruptos Biológicos Volumen II 20 | P á g i n a
gato, incluyendo los órganos del equilibrio en el interior del oído medio. Estas células se
ubican en el epitelio vascularizado de la oreja del gato, que una vez que se ha desarrollado
completamente es responsable de crear un potencial eléctrico adecuado en la cóclea (un
hueso del oído). Este potencial eléctrico es fundamental para que las células receptoras
auditivas puedan recibir la señal del sonido. Las células acompañantes de los melanocitos
que se dirigen al oído, son las únicas células de esta zona capaces de crear este potencial de
modo estructural, así que, sin ellas, el gato sencillamente, no oye. Algunas de estas células
también formarán parte de los órganos del equilibrio, pero la mayoría de las que forman este
órgano provienen de diferentes capas embrionarias, lo que explica que haya algunas fallas
en la habilidad y equilibrio del gato, pero no impide que el gato se mueva libremente.
En conclusión, dijo enfáticamente, como puede ver, su gato tiene un gen que altera varias
características fenotípicas, es lo que los expertos en genética llaman un gen pleiotrópico, que
como ya dijimos un efecto pleiotrópico ocurre cuando un gen al expresarse afecta varios
rasgos del individuo, en este caso el gen W que produce color blanco, color azul de ojos,
sordera, probablemente problemas de equilibrio y quizá otros aspectos en la anatomía y
fisiología del gato. Aunque, hay que decirlo, no todos los gatos blancos son sordos y hay
muchas variantes debido a la interacción de este gen con otros, lo cual hace muy complicada
la genética del pelaje en estos y otros animales.
Debo reconocer que no entendí todos los detalles que me explicó el veterinario, pero en lo
general, comprendí que mi gato era todo un enigma genético. Como cualquier otro
organismo, Cotton tiene sus genes, como sean defectuosos o correctos y todos esos genes,
que por cierto conforman su genotipo único e irrepetible, establecen interacciones con otros
genes del mismo genoma. Esas interacciones son muy variadas y hacen posible que los
organismos tengan características físicas, fisiológicas, metabólicas y hasta de
comportamiento, gracias a la expresión del conjunto de genes y su interrelación con el
entorno.
Fuentes.
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Mucho ruido.
Cuando el divorcio es absurdo1
1
Los personajes a los que hace referencia este relato, son ficticios, la información correspondiente a los tipos de sangre y
su herencia no.
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Exabruptos Biológicos Volumen II 22 | P á g i n a
– Que quede bien claro, licenciado, ¡No solo es el divorcio! No quiero que por ningún motivo
esa traidora se quede con mi dinero y con mis hijos. No estoy dispuesto a dejarle lo que con
tanto sacrificio he logrado. Lo que me hizo es imperdonable. Tanto que la procuré durante
todos estos años y así me paga, ¡no es justo!
– Ya le digo señor Ramírez- dijo enfático Jorge Luis Manríquez, abogado del señor Ernesto
Ramírez, dejando fluir las palabras lentamente y en un tono cansino– para lograr lo que
quiere, necesitamos convencer al juez, por eso debemos presentar las pruebas de la
infidelidad de su mujer, esas de las que usted tanto me habla, pero que yo aún no veo.
El señor Ramírez se movió por la oficina con una gran ansiedad, él quería que las cosas
fueran a su modo y no sabía cómo hacer entender a su abogado que tenía la razón. Esta
forma de comportarse era algo que le caracterizaba en todos los ámbitos de su vida personal
y laboral, al grado de molestarse cuando no ocurrían las cosas como él quería.
– Claro que tengo las pruebas– dijo algo molesto el Señor Ramírez– las tendrá a su debido
tiempo. Pero, es que, ¿cómo pudo hacerme esto? Y pensar que hasta ahora me doy
cuenta, debí poner un alto desde hace mucho tiempo, cuando sospeché la primera vez de
sus falsedades y engaños. ¡Qué torpe he sido!
– Vamos señor Ramírez, deje ya de estarse lamentando y tráigame esas pruebas, las
necesitamos para el día 25 de este mes y recuerde que hoy estamos a 21. Las
presentaremos ante el juez en la primera audiencia. Ah, por cierto, olvidaba decirle que
asignaron a la juez De la Vega. ¡Caramba!, esa mujer es terriblemente feminista, así que no
debemos andarnos con rodeos y necesitamos preparar muy bien el caso. Así que, por favor,
mándeme las pruebas y lo espero aquí el lunes 24 a la misma hora. Y no lo olvide, ¡traiga
las pruebas!
El señor Ramírez salió de la oficina del abogado, todavía con un semblante de molestia y
enojo evidentes. Por su parte, el abogado se quedó pensativo, meditando sobre el caso y al
mismo tiempo evaluando lo difícil que es lidiar con clientes que hablan más, pero actúan
poco.
– Licenciado Manríquez, está aquí el señor Ramírez– sonó por el interfono la melodiosa voz
de la secretaria que anunció al abogado la presencia de su cliente.
– Hágalo pasar, señorita Ruiz– contestó el abogado haciendo un gesto de hastío sin poder
evitarlo.
Ernesto Ramírez entro a la oficina, miró al abogado con detenimiento y dejó caer sobre el
escritorio un sobre con documentos, con una marcada actitud soberbia.
– Como le dije licenciado, ahí tiene las pruebas de la infidelidad de mi esposa. Como podrá
ver, ¡son innegables! Me quedaré con todo y por supuesto con la custodia de Paquito y
Nora, mis adorados hijos, nada les faltará, y ya hablé con mi madre, ella está dispuesta a
ayudarme en su educación y darles el hogar que merecen, ellos no tienen la culpa del
deshonroso comportamiento de su madre y no puedo abandonarlos pues son sangre de mi
sangre y aunque no lo fueran, todo con tal de no darle gusto a la bruja de su madre.– Dijo
enfático, casi a grito tendido y nuevamente con cierta agresividad.
Con parsimonia paquidérmica el abogado tomó el sobre y sacó los documentos, los leyó con
calma, los revisó cuidadosamente, se tomó más tiempo del que verdaderamente hubiese
requerido y luego se volvió atónito, fijando la mirada hacia el señor Ramírez.
– Basta, señor Ramírez, con insulto y gritos no se arregla nada. Ya le dije que someteremos
esto a la opinión de un especialista y si es el caso, podremos utilizarlo como una prueba
ante el Juez, pero por ahora déjeme hacer mi trabajo y ya le informare de los avances.
– ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar para dejar en la ruina a esa arpía? – preguntó
el señor Ramírez, ya un poco más clamado, pero aún con actitud desafiante.
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Exabruptos Biológicos Volumen II 24 | P á g i n a
– El tiempo que sea necesario señor Ramírez– dijo el abogado levantándose y adoptando una
actitud de haber terminado la entrevista.
– Adelante, abogado, pase, lo esperaba. Tiene suerte, mañana salgo a un congreso a Cuba y
tardo más de una semana en volver, si no hubiera venido hoy mismo, no podría ayudarle y
por lo que me dijo, le urge saber un poco de genética, ¿no es así? – preguntó la Dra.
Cifuentes, con cierto tono de sarcasmo.
– Así es Dra. Otra vez me tiene aquí para aprovechar sus bastos conocimientos– contestó el
abogado, aportando su propia cuota sarcástica– Pues, ya en serio, como le decía tengo
entre manos un asunto que me plantea muchas dudas y qué mejor que un experto para
aclararlas.
El licenciado Manríquez le platicó a la Dra. Cifuentes del caso con lujo de detalles, además
de mostrarle los resultados de las pruebas de sangre que le había entregado el señor
Ramírez.
– Mire licenciado, en mi opinión, necesitan evidencias mucho más convincentes, pues con
esto quizá logren el divorcio, pero dudo que el resultado sea favorable para su cliente. Se
preguntará por qué digo esto, pues bien, mire usted– adoptando una actitud catedrática a la
que estaba profundamente acostumbrada, la Doctora Cifuentes le explicó al abogado. –
Existen varias formas de clasificar la sangre en los humanos, el sistema más utilizado es el
sistema ABO. Este sistema se basa en la identificación de cierto tipo de proteínas en la
membrana de los glóbulos rojos sanguíneos ¿comprende? –dijo la Dra. sin darle tiempo a
responder al abogado– Pues bien, estas proteínas tienen un carácter antigénico…
interacciones entre esas variantes alélicas ¿comprende? –volvió a preguntar la Dra. esta
vez dando tiempo al abogado de responder.
– Para el tipo de sangre existe tres alelos y diferentes interacciones entre ellos, los alelos se
representan con letras o símbolos, para el caso de éstos se utilizan los símbolos I A, IB e Io.
Una persona que tiene sangre tipo A, puede tener los alelos I AIA, o bien, IAIo, lo que significa
que el alelo IA, es dominante sobre Io. Por cierto, abogado, a esta representación de los dos
alelos del gen le llamamos genotipo ¿de acuerdo? Ahora bien, si la persona tiene sangre
tipo B, su genotipo será IBIB o IBIo.
– ¡Muy bien abogado! –dijo jubilosa la doctora Cifuentes mientras mostraba la imagen de un
libro al abogado– mire este esquema, si el tipo de sangre es AB, quiere decir que la persona
tiene un genotipo IAIB. Y para que una persona tenga sangre tipo O, el genotipo deber ser
IoIo. Pues bien, y aquí viene lo bueno del asunto, los alelos de cada gen de una persona
provienen de sus progenitores, uno de la madre y otro del padre. Con esto licenciado, ya
puede saber cuál es el posible genotipo de su cliente, sus hijos y su esposa, por lo tanto, ya
puede saber por qué le digo que necesita evidencias más claras. ¿Entiende licenciado?
Sabía que iba a necesitar algo más que suerte para ganar el caso como lo requería su
cliente, pero lo peor, era que tenía que enfrentar al señor Ramírez para explicarle todo y
comenzaba a imaginar la escena. En ese momento, deseó más que nada en el mundo ser el
abogado defensor de la esposa del señor Ramírez y no lo contrario.
Fuentes consultadas.
Nelson DL, Cox MM (2015). Lehninger Principios de Bioquímica. 6ª ed. Ediciones Omega, S.A.
Barcelona: Omega.
Conocemos la historia, ya que todo es reciente y hemos sido parte de ella desde finales de
2019. Para muchos ha resultado auténticamente catastrófico, para otros estresante y para
todos abrumador e inédito. Lo que es un hecho es que desde la aparición de la variante de
coronavirus responsable de la enfermedad del Coronavirus de 2019 (CoViD19 por el
acrónimo en inglés), el mundo ha dado un giro inesperado y muchas, sino que todas las
esferas del desarrollo humano, se han visto sustancialmente modificadas. Algunas cosas
que tenían una regularidad establecida por los hábitos, costumbres y procesos sociales
propios de este siglo, que hay que decirlo, es aún incipiente, se han detenido o han
disminuido hasta correr el riesgo de extinguirse. Contrariamente, otros ámbitos se han
acelerado vertiginosamente. Entre éstos últimos figura, sin lugar a duda, la venta de
multitud de artículos en línea, la distribución y venta de productos médicos y farmacéuticos
y el rubro de la investigación biomédica. Este último, se ha desbordado, a través del
incremento de publicaciones de manera masiva en diferentes áreas de la medicina, la
biología celular y molecular, así como de muchas otras ramas de las ciencias biológicas y
de la salud.
En este contexto, es natural que las áreas con mayor productividad científica,
incluyendo los artículos y publicaciones diversas, sean las que se enfocan al desarrollo de
tratamientos, vacunas, cuidados y procedimientos médicos, pues la urgencia es evidente,
de cara al costo sanitario y económico que representa la enorme cantidad de pacientes y el
creciente número de muertes producto de la infección. No obstante, otro tipo de
investigaciones y reportes también se han incrementado, casi por lo general alrededor del
famoso SARS-Cov2, el mal afamado virus que en todo 2020 y ahora en 2021, tiene “en
jaque” a la humanidad.
Algunos de estos artículos que van desde los especializados y de divulgación, hasta
los periodísticos acerca del citado virus, están relacionados con su origen y cómo es que,
en menos de un año, afectó a una importante proporción de la población humana. En la
mayor parte de las publicaciones, se ha llegado a la hipótesis de que el virus SARS-CoV2
se originó como resultado de lo que se denomina “salto interespecífico”, un fenómeno
frecuente en el que un agente infeccioso, generalmente virus o bacterias, que
habitualmente son capaces de infectar a una especie en particular, de pronto por un
proceso de mutación seguido de selección natural, son ahora capaces de infectar a otras
especies. De este modo se ha descrito que el coronavirus pudo haberse originado por uno
de estos saltos y haya logrado infectar a la especie humana, a partir de cepas de virus que
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Exabruptos Biológicos Volumen II 28 | P á g i n a
Ante ello, vale la pena resaltar que los coronavirus, forman una familia variada de
virus de RNA con los que los veterinarios y biólogos están estrechamente familiarizados,
pues son la causa de múltiples afecciones respiratorias y gastroentéricas en un buen
número de mamíferos, siendo uno de sus principales rasgos ser extremadamente
específicos, por lo que, estadísticamente hablando, son verdaderamente pocos los que
llegan a rebasar la barrera de la especie a la que infectan. Por otro lado, es bien conocido,
en el terreno de la epidemiología y la salud pública, que un porcentaje elevado cercano al
75% de las nuevas patologías infecciosas que atacan a la humanidad, son resultado de la
transgresión de las barreras específicas de ciertos patógenos provenientes de animales, lo
que se conoce como zoonosis. De esto se desprende que si bien la mayor parte de los
agentes virales infecciosos en las distintas especies, se mantienen estadísticamente dentro
de los límites de una especie, ocasionalmente algunos dan el salto y pueden infectar a
otras especies, donde de ninguna manera se excluye a los humanos.
El murciélago Rhinolophus affinis y el pangolín Manis javanica especies que potencialmente pudieron ser los
reservorios del que se derivaron los virus SarsCoV 2. (Tomado de naturallista.com).
Las razones por las cuales un virus generalmente infecta a una especie o un rango
de especies muy limitada, se deben a los mecanismos que éste emplea para la infección.
Es sabido que los virus son sistemas biológicos que carecen de un metabolismo propio, por
lo que su reproducción y la replicación de su genoma, debe llevarse a cabo a través de un
proceso de infección a una célula. Una vez que un virus infecta a una célula, se apodera
del sistema metabólico de ésta y la utiliza para dirigir la multiplicación de partículas virales,
replicando el genoma viral y sintetizando las proteínas y lípidos que conforman las
cápsides. El detalle ulterior de la infección se centra en la manera en que el virus, o en su
caso su genoma, ingresa a la célula. Para ello, los virus vienen armados con proteínas u
otras moléculas que son reconocidas por receptores específicos, ubicados a nivel de las
membranas celulares, y gracias a este reconocimiento pueden introducir el genoma viral
directamente en la célula. Dicho a manera de una analogía clásica, los virus poseen
ganzúas que abren las cerraduras que dan acceso al interior de las células. Por supuesto,
las células tienen “llaves” para dichas “cerraduras”, que normalmente son enzimas,
hormonas u otras moléculas útiles para la célula, que provienen de otras células, del medio
extracelular o directamente del medio externo del organismo. Por tanto, los virus utilizan las
vías de acceso de otras moléculas útiles y así ingresan a las células.
Organización molecular del SARSCoV2, microfotografía electrónica con colores falsos modificada con computadora
(Tomada de isglobal.org)
Es sabido que otros virus del mismo grupo (es decir, las múltiples variantes de los
coronavirus) cuentan también con proteínas semejantes a “S”, por lo que entonces es
lógico pensar que todos esos tipos de virus comparten genes con secuencias similares que
dan lugar a sus propias proteínas tipo espiga. Siguiendo con la lógica de pensamiento, bien
podría ocurrir que un virus, que, de manera natural infecta a un murciélago, a un pangolín o
a un felino, sufriera una mutación al momento del proceso replicativo, dicha mutación
podría ocurrir en el gen que codifica a la proteína “S” y como consecuencia, los virus
producidos tuvieran ahora la capacidad de utilizar los receptores de la ACE2 humanos. Si
así fuera, estaríamos en presencia del famoso salto interespecífico, que dicho sea de paso
es altamente factible y hay evidencias que indican que, por un fenómeno semejante, se
han producido muchos virus en la naturaleza.
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Exabruptos Biológicos Volumen II 30 | P á g i n a
¿Qué tan drástica podría ser la o las mutaciones para que un virus ordinario en los
murciélagos, o en otro animal hospedero, pudiera infectar a las células humanas utilizando
el receptor ACE2? Para responder este cuestionamiento, se realizaron estudios
encaminados a contrastar las secuencias proteicas y nucleotídicas del receptor de la
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Exabruptos Biológicos Volumen II 31 | P á g i n a
De esta manera, ya se ha puesto de manifiesto que los virus van mutando y tales
mutaciones producen cambios fenotípicos que pueden ser seleccionados, ya sea positiva o
negativamente. Para completar la complejidad que representa reconocer los orígenes del
multicitado coronavirus, es necesario enfatizar que parte de las variantes que han ido
surgiendo son producto de la recombinación.
Esquemas de la recombinación viral por multi infección de una célula (Tomado de researchgate.net/virologia)
Así que entonces, encontrar los orígenes del SARSCoV2 es una tarea difícil en la
que diversos grupos de investigación trabajan arduamente, pues este tipo de conocimiento
pueden apoyar para la producción de terapias, vacunas, tratamientos eficaces y
disminución de los riesgos que implica la infección. Ahora bien, con respecto al huésped
intermediario que ha actuado en este momento, es necesario resolver todavía algunas
incógnitas, pero para que un virus precursor adquiera las mutaciones adecuadas en el
lugar de anclaje es preciso una especie animal con una codificación de ACE2 similar al
humano, que facilite el salto de la barrera de especie hasta llegar al hombre y, además,
este huésped intermedio tendría que estar masivamente infectado para permitir que la
selección natural fuese efectiva.
Fuentes
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Sydney Brenner
Entre las especies más afamadas en este rubro figuran sin duda la bacteria
Escherichia coli, la levadura Saccharomyces cerevisiae, el hongo Neurospora crassa, la
mosca Drosophila melanogaster, la planta Arabidopsis thaliana y en las últimas décadas el
nemátodo Caenorhabditis elegans. Este último, mejor conocido como C. elegans, es un
pequeño animal vermiforme del grupo de los nemátodos, es decir, en palabras más
sencillas es un pequeño gusano como un hilo (de hecho, el término nemátodo es un
vocablo proveniente del griego que significa “hilo”).
Finalmente, otro de los detalles de esta fulgurante estrella de los modelos biológicos
es su capacidad de adaptación y aclimatación a diversos ambientes, razón por la cual
nuestros pequeños amigos nemátodos han sido parte de las tripulaciones de algunas
misiones espaciales desde 2006, con lo cual han demostrado que no solo se adaptan a
vivir en la tierra, sino que lo hacen también en el espacio. A pesar de que esta última
hazaña parece una frivolidad humana, lo cierto es que muchos de los cambios biológicos
que ocurren durante los vuelos espaciales, afectan a los astronautas y a los gusanos de la
misma manera, por lo que el uso de los gusanos permite probar de forma segura y
relativamente barata los sistemas de las naves antes del envío de misiones tripuladas.
Caenorhabditis elegans visto en microscopio óptico con contraste de fases (Tomado de genotipia.com)
Como todo buen rockstar, C. elegans muestra una vida compleja y con múltiples detalles
que, desde el punto de vista humano, podrían considerarse escandalosos, como en su
sexualidad. Claro está que los aspectos morales de las sociedades humanas, nada tienen
que ver con la curiosa sexualidad de los pequeños nemátodos. Y es que, como en la
mayoría de los animales, los miembros de la especie presentan dos sexos, pero a
diferencia de dicha mayoría sólo hay machos y hermafroditas. Los hermafroditas presentan
órganos sexuales masculinos y femeninos y son capaces de auto fecundarse. Esta
característica es una de las propiedades que les han dado fama como animales de
laboratorio, pues basta tener un solo organismo, para generar una población completa tras
varias generaciones. Se ha visto que esta es la forma más común de reproducción en los
cultivos de laboratorio. Ocasionalmente surgen algunos machos, más o menos en una
proporción de un macho por cada mil hermafroditas. Los machos desarrollan órganos
sexuales copulatorios y en presencia de un macho, los hermafroditas actúan como
hembras.
Dado que gran parte del trabajo en genética se realiza para conocer cómo se
heredan las características y de qué manera se expresa un determinado gen, C. elegans
representa un organismo modelo siempre soñado por los genetistas, ya que al auto
fecundarse en el laboratorio, todos los descendientes de un individuo son prácticamente
idénticos. De suerte que, al contar con un solo individuo, que presenta una mutación
específica y que da como resultado un fenotipo que puede identificarse y seguirse para
saber detalles de su herencia y de su expresión, se puede tener toda una cepa, es decir,
muchos individuos (clones) con el mismo rasgo fenotípico. Si se cuenta con un mutante
específico y se auto fecunda, se obtiene una cepa y si más adelante surge un macho, que
es haploide (o sea que cuenta con la mitad de la información genética), puede aparearse
con individuos de otras cepas y entonces ahora se puede rastrear la herencia y expresión
de los genes de interés particular.
modalidades donde participan dos individuos ocurren con mayor frecuencia en los
individuos de vida libre.
C. elegans es lo que se conoce como una forma de vida libre, o sea, viven en el
suelo y puede encontrarse en suelos de bosques, prados y jardines con relativa facilidad. A
pesar de su pequeño tamaño, viven escarbando entre los intersticios de las partículas de
suelo y detritos, donde se alimentan de bacterias. Es muy común encontrar poblaciones
más o menos grandes de C. elegans en suelos ricos en materia orgánica o composta.
Por lo tanto, la única forma en que se puede garantizar una sólida diversidad
genética en las poblaciones naturales se debe al flujo génico. El flujo génico se reconoce
como el conjunto de procesos que implican la transferencia de genes de una población a
otra, o entre dos o más poblaciones diferentes o geográficamente distantes.
De modo que el rockstar sigue dando de qué hablar. No solo es un auténtico ídolo
de las multitudes de investigadores moleculares y genetistas, ahora también ofrece amplias
perspectivas de estudio entre los ecólogos y los evolucionistas, con modelos que apenas
comienzan a vislumbrarse, pero que muestra la belleza de los procesos naturales que
conducen a la diversificación.
Fuentes consultadas.
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“¡Está evolucionando!”, dijo enfático el Dr. Hannibal Lecter al agente especial Graham, en
referencia a los cambios observados en el actuar de un asesino en serie y multihomicida,
durante una estremecedora y sorprendente escena en la película Dragón Rojo,
estelarizada magistralmente por Anthony Hopkins en el papel del siniestro Dr. Lecter,
apodado el caníbal, solo porque se comía a sus víctimas e invitaba a otras personas al
“banquete”. Lecter, psiquiatra, especialista en derecho y poseedor de una mente brillante y
sagaz, preso desde algunos años anteriores, acepta auxiliar al agente Graham para
capturar al asesino serial que tiene en vilo a la comunidad y a la policía.
Lo sorprendente, al menos para mí, quien quizá haya sido el único que se
estremeció por dicha escena, no se debe a la brutalidad de las acciones o la
espectacularidad de los efectos especiales, que hay que decir que no sobran en este tipo
de películas, sino que obedece básicamente a lo dicho por el Dr. Hannibal Lecter, pues en
sus palabras, y en el contexto en que se desarrolla la trama de la citada película, se refleja
claramente que el concepto de evolución que se tiene del asesino tiene un marcado
sentido progresista.
Por supuesto que, para efectos de la trama de la cinta referida, basada en la obra
literaria de Thomas Harris (1981), quien hábilmente explota el género de novelas policiacas
y de misterio, no existe problema alguno, ya que todo mundo entiende y comprende a qué
se refiere Lecter cuando dice que el buscado asesino está en un proceso de evolución. Es
decir, se refiere concretamente a que ha ido perfeccionando sus métodos para matar, esto
es, en una palabra, ha progresado.
De hecho, una de las más frecuentes acepciones que tiene el polisémico término
evolución, es precisamente aquel que lo equipara con el progreso. Stephen Jay Gould,
eminente paleontólogo y brillante divulgador de la ciencia, aclara con elocuencia que la
evolución no puede ser vista como progreso, porque éste último es un elemento propio del
contexto humano, con una direccionalidad y una finalidad previamente establecida, en
tanto que en la naturaleza los acontecimientos evolutivos son imprevisibles y contingentes,
no hay nada escrito, no hay una finalidad, no está predeterminado y tampoco existe una vía
única en una sola dirección. Razón por la cual el progreso no puede definir la historia de la
vida. Y si bien es cierto que la noción de progreso evolutivo es en la actualidad altamente
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Exabruptos Biológicos Volumen II 43 | P á g i n a
controversial, es también cierto que constituye una de las ideas más extendidas que se
tiene para concebir a la evolución biológica.
Bueno, la evolución es una teoría. Es también un hecho. Y los hechos y las teorías son cosas
diferentes, no escalones de una jerarquía de certidumbre creciente. Los hechos son los datos del
mundo. Las teorías son estructuras de ideas que explican e interpretan los hechos. Los hechos
no se marchan mientras los científicos debaten teorías rivales para explicarlos. La teoría de la
relatividad de Einstein reemplazó a la de Newton, pero las manzanas no se quedaron colgadas
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en medio del aire pendientes de este resultado. Y los seres humanos evolucionaron, a partir de
antepasados simiescos, ya fuera por medio del mecanismo propuesto por Darwin o por algún
otro.
Esto último, desde luego, es extremadamente importante y en la enseñanza de la
biología debe enfatizarse que la evolución es un hecho y que la forma en que ocurre este
hecho conforma un cuerpo de teorías sobre las cuales se investiga desde hace mucho
tiempo, es decir, la interrogante importante en evolución no es si esta ocurre o no, ya que
sobre esto no hay duda, sino más bien, cuáles son los mecanismos por los que ocurre.
Una vez que queda claro que la evolución es un hecho y las explicaciones de cómo
ocurre son teorías, ahora es necesario desmitificarla. He dicho anteriormente que evolución
es un término polisémico y se ha empleado para diversos fines, por tanto, es importante
despojar de diversos mitos a la evolución señalando lo que no es, siempre desde la
perspectiva de la Biología.
La evolución también ha sido mitificada en otros sentidos. Por ejemplo, se dice que
los seres humanos provenimos de los monos, o que los humanos de raza blanca tienen
superioridad sobre otras razas. Frecuentemente encontramos información donde se
percibe que los humanos somos la cúspide de la evolución, que los hombres son
superiores a las mujeres, que ciertos síndromes y enfermedades hereditarias son
retrocesos en el curso de la evolución, que los mamíferos son superiores a otros grupos de
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organismos como los peces, los insectos o las bacterias. Igualmente existen otras ideas en
torno al término evolución que tienen consecuencias religiosas, teológicas, filosóficas,
sociales y de otras índoles. Ante esto, lo importante es ubicarnos en el contexto de la
biología y desmitificar, con argumentos de la propia disciplina, dejando en claro que la
evolución es un hecho incuestionable y la forma en que este hecho se va dando es materia
de estudio desde antes de Darwin hasta nuestros días.
Vale la pena, además, hacer hincapié en que, a la evolución como parte de una
disciplina científica, no le interesa demostrar la inexistencia de fuerzas superiores o todo
poderosas que sean las responsables de la creación. Se investiga y se proponen
alternativas teóricas sobre los mecanismos y procesos del hecho evolutivo, si eso
contradice los presupuestos teológicos creacionistas, es un efecto colateral, pero de
ninguna manera es el objeto central del estudio de la evolución.
No hay duda de que una de las maneras en que se arraigan los conceptos en el
seno de la vida social, es el empleo del lenguaje y los hábitos generales que la gente
adopta como modos de vida. En este contexto es importante recalcar que esto puede ser
parte de los factores que contribuyen a una concepción errónea de la evolución biológica.
Los siguientes ejemplos dan muestra clara de lo que queremos enfatizar a este
respecto. Inicialmente veamos qué dice un diccionario etimológico acerca del término
evolución.
EVOLUCIÓN. La palabra evolución es un cultismo tomado del latín evolutio del verbo evolvere,
derivada del sufijo ex- (echar afuera) y el verbo volvere (dar vueltas), es decir "dar vueltas hacia
afuera", “girar” o “revolver”.
Por su parte en biología, evolución se usa para describir el proceso de cambio de una forma
simple (e.g. célula) a una más compleja.
Si esto se encuentra en los recursos que dan sentido a las palabras y los términos
que se emplean, qué esperamos que ocurra con otros ejemplos. Veamos algunos casos
tomados de diferentes fuentes, que suelen ser cotidianas en el devenir general de la
sociedad:
En un reporte médico: “El paciente ha evolucionado satisfactoriamente después de la
operación…”
En un diario deportivo: “…el clavadista dio dos giros y medio en una evolución precisa de su más
reciente actuación…”
En un documento oficialista: “La Ciudad de México, cambió su estatus y pasó a ser el estado 32,
lo que marca un momento histórico de grandes proporciones en su evolución…”
En un libro de embriología: “Tras 120 días el embrión ha evolucionado hasta convertirse en un
organismo casi independiente…”
Nótese como en todos los casos el término relativo a la evolución hace referencia a
un mejoramiento, al progreso, un avance de un determinado estado a otro, o a la
realización o ejecución de una acción. Es notorio entonces que el uso del término evolución
en el lenguaje cotidiano, no contribuye a aclarar los términos en el terreno de la ciencia en
lo general, ni en el de la biología en lo particular.
Uno de los aspectos más notables del pensamiento popular y de las formas en que
se conceptualizan las cosas surge de los hábitos de consumo, que generalmente van a la
par de la publicidad. Y es en este rubro de la publicidad, es donde los ejemplos son
verdaderamente abrumadores. Actualmente es posible encontrar infinidad de imágenes
publicitarias que emplean la iconografía de la evolución como estrategia implícita de
mercadotecnia.
Otro aspecto que muestra la imagen es que el camino es lineal y progresivo. Por
último, como se puede apreciar la imagen culmina, en un lado más avanzado, hacia la
derecha, con un individuo que casi siempre muestra rasgos caucásicos y de sexo
masculino (aquí cabe preguntar por qué siempre es un hombre blanco, por qué no un
asiático o un negro, por qué no una mujer, igual representan a la especie, ¿o acaso hay un
sesgo discriminatorio en este ícono?).
Como sea entonces, el uso frecuente de esta iconografía alimenta los errores
conceptuales e impide una concepción adecuada cuando se intenta comprender y estudiar
la evolución biológica.
Fuentes
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actualizada de la 1ª ed. (Barañáin: Eunsa, 2004). 177 p. ISBN: 84-313-2172-5.
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Richards, R.J., 1992a, The Meaning of evolution. The Morphological Construction and Ideological
Reconstruction of Darwin’s Theory, The University of Chicago Press.
Hace algunos años durante un periodo vacacional, me encontraba viajando por carretera
en compañía de mi familia, súbitamente presenciamos un aparatoso accidente entre dos
vehículos que colisionaron a gran velocidad, en la autopista de cuota que va de México a
Guadalajara. Los autos involucrados me habían rebasado segundos antes, yo manejaba
aproximadamente a 100 km/hr, por lo que supongo que ellos viajaban a mucha mayor
velocidad, pues al rebasarme por el carril izquierdo pasaron muy rápido. A unos 600 metros
de distancia, después que nos rebasaron, uno de los coches quiso adelantar al otro, pero la
maniobra resultó fallida, por lo que lo alcanzó golpeando el costado del conductor por la
parte posterior. El conductor del vehículo que impactó al otro coche perdió el control, el
auto patinó sobre el asfalto en forma horizontal y terminó con un par de escalofriantes y
espectaculares volteretas, en un caos de cristales rotos, autopartes que salían despedidas
en diferentes direcciones y el asombro de los testigos, entre los que nos contábamos mi
familia y yo. El otro vehículo también derrapo en el pavimento y se fue a estrellar contra un
muro de contención, pero el conductor tuvo mejor pericia y alcanzó a frenar y controlar el
auto sin mayores percances.
Justo en ese momento, comencé a percatarme de que cada uno de nosotros tenía
una reconstrucción distinta de los hechos. Mi hijo mayor, que viajaba en el asiento trasero
justo atrás de mí, aseguraba que el auto que golpeó al otro, invadió el carril para evitar un
bache. Por mi parte estoy plenamente seguro de que no había bache alguno y que
simplemente el conductor se había distraído y no supo maniobrar para rebasar al otro
coche. Mi esposa, situada en el asiento del copiloto, insistía en que ambos coches iban
“echando carreras” y con el exceso de velocidad el auto más dañado intentó bloquear el
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paso del otro, lo que produjo que fuera alcanzado y golpeado por detrás. En medio de la
discusión, mi hija menor, que en ese tiempo contaría con unos 12 años y que viajaba en el
asiento trasero a la derecha, concluyó terminantemente la discusión señalando que lo cada
uno de nosotros decía era una forma de relatar e interpretar lo sucedido, pero aun cuando
habíamos sido testigos de primera línea, no teníamos todos los elementos para reconstruir
correctamente los hechos, pues muchas veces lo que vemos es limitado o lo vemos de una
manera muy particular.
Esta curiosa y trágica anécdota, es muy útil para mostrar que, en efecto, la manera
en que nos aproximamos a la realidad, vista o no vista, actual o del pasado, es
extremadamente personal y viene precedida de muchos factores, tanto propios como del
entorno, que nos hacen ver las cosas de manera diferente y estrictamente personal. Si esto
lo extrapolamos a todos los ámbitos de la vida sea social, cultural, científica e histórica,
tendremos como resultado diferentes formas de ver, percibir, asumir e interpretar los
hechos, es decir como diría el vejo sabio, hay mil formas de encontrarle la cuadratura al
círculo y nunca se halla.
Imagen iconográfica de la supuesta controversia entre Lamarck y Darwin respecto al cuello de las Jirafas
(Tomado de
Los relatos acerca de la propuesta lamarckiana como explicación al alargamiento
paulatino del cuello de las jirafas, tiene en sí misma varias interpretaciones y va desde
aquellas que enfatizan que el pensamiento evolutivo de Lamarck gira en torno al uso y
desuso de los órganos y la herencia de caracteres adquiridos, hasta aquellos que
sostienen que el filósofo y biólogo francés consideraba que los animales poseían un deseo
interno que les impulsaba a alcanzar las ramas más altas y con ello los cuellos se fueron
alargando. Por su parte, y en contraposición con los planteamientos anteriores, Darwin
tenía una propuesta de tipo poblacional donde las variaciones en el tamaño del cuello se
heredaban entre los individuos, de suerte que las que poseían cuellos más largos
sobrevivían más que las que tenían cuellos cortos. En consecuencia, debido a las ventajas
que obtenían para alcanzar las ramas más altas, la selección natural operaba en la fijación
del carácter “cuello largo”, al grado de que, con el paso de las generaciones, éste llegaba a
ser una adaptación casi perfecta para el ambiente en que se desarrollan las jirafas.
Como podemos ver, el ejemplo cuadra perfectamente con una historia digna de un
guión cinematográfico o de serie televisiva y esa es una de las razones que quizá hacen de
este ejemplo el ideal didáctico para diferenciar entre ambas formas de pensamiento. El
problema es que, si se analiza con detalle los textos de Lamarck, principalmente el más
importante en términos de sus ideas evolucionistas “Philosophie Zoologique”, se advierte
que en ningún momento se emplea el ejemplo de las jirafas para describir la necesidad, el
deseo interno o el poder de los fluidos corporales internos del animal por alargar el cuello y
hacerse de las ramas más altas de las acacias. Lamarck sí utiliza en algunas ocasiones
referencias a las jirafas, pero nunca en el sentido que la historiografía clásica nos indica, es
decir, no emplea el largo cuello de las jirafas para explicar el cambio a partir de la mecánica
de fluidos. Sólo se aboca a describir que en las jirafas las largas patas delanteras y el
cuello alargado le permiten elevar su cabeza y alcanzar las hojas de los árboles en las
sabanas africanas. Más tarde emplea otros ejemplos, entre los que figuran los osos
hormigueros, serpientes, ratas topo, cetáceos y algunos más, para reiterar que “cuando la
voluntad determina a un animal a una acción cualquiera, los órganos que deben ejecutar la
acción se ven conducidos por fluidos corporales muy sutiles que se convierten en la causa
determinante de los movimientos que la acción emprendida exige”.
En algunos textos se asevera que tiempo después Darwin refuta la idea de Lamarck
del alargamiento del cuello de las jirafas y utiliza el mismo ejemplo para poner de relieve el
papel de la selección natural como el mecanismo más convincente para explicar el cambio
evolutivo. Nuevamente el famoso pero inexistente debate entre Lamarck y Darwin, solo que
ahora el pero estriba en que tuvieron que pasar seis ediciones del famoso libro de Darwin,
“El Origen de las Especies”, para que éste introdujera a las jirafas como ejemplo y además
lo hizo no para denostar o refutar las ideas de Lamarck, sino para dar respuesta a un
naturalista y zoólogo religioso llamado Saint Georges Mivart, quien objetó varios aspectos
de la selección natural en un libro que intentaba conciliar la teoría evolutiva darwiniana con
las creencias de la iglesia católica.
Evidentemente estamos ante un mito colosal que valdría la pena indagar de dónde
ha surgido y cómo es que se ha convertido en un auténtico ícono del contraste entre las
ideas de dos de los más grandes pensadores evolucionistas. Algunas hipótesis apuntan
hacia la respuesta que Darwin da a Mivart, ya que éste cuestiona a la selección natural y
en su discusión utiliza a las jirafas indicando que las ideas de Lamarck se ajustan mejor
como explicación que permite unificar el pensamiento evolucionista con las ideas
religiosas, pues la existencia de un deseo interno es congruente en cierta forma con el
impulso divino que todo ser sobre la tierra posee. Algunos historiadores de la ciencia
piensan que de ahí se deriva el clásico contraste entre el lamarckismo y el darwinismo por
mediación de las jirafas.
VII. El cuello de las jirafas hoy, selección natural, mutaciones del desarrollo y
genes reguladores.
Durante muchos años, a pesar de las ideas de Darwin de la evolución por selección natural
en forma gradual, no existían pruebas de que la evolución del cuello de las jirafas fuese de
este modo. En primera instancia no se tenía constancia de fósiles, ya sea de jirafas
pequeñas o de estados intermedios, para garantizar que la altura y el alargamiento de
piernas y cuello en las jirafas se desarrollara en forma gradual y debido a la selección de
las formas más adaptadas al medio. En la actualidad sólo hay dos miembros vivos del
grupo, la jirafa (Giraffa camelopardalis) y el okapi (Okapia johnstoni). Ambos
representantes parecen compartir un ancestro común que se remonta a unos 11.5 m.a. de
años en el tiempo. Mientras que la línea del okapi ha tendido a achatar o mantener
relativamente corto el cuello, en el linaje de la jirafa, por el contrario, se ha ido alargando.
No fue sino hasta el año 2015 en el que se confirmó la existencia de una forma fósil
intermedia, con un tamaño menor al de la jirafa actual, que sugiere un cierto desarrollo
gradual. El fósil pertenece a la especie Samotherium major, que fue descrito por un equipo
de paleontólogos lidereados por Melinda Danowitz. Ellos describieron recientemente la
existencia de una criatura que habitaba zonas forestales de Eurasia, desde Italia hasta
China, hace aproximadamente 7 millones de años. Su tamaño es intermedio, mientras que
el cuello de una jirafa puede alcanzar los 2 metros, y el del okapi unos 60 centímetros en
promedio, el de Samotherium major es de alrededor de 1 metro. Sorprendentemente el fósil
no fue descubierto recientemente, de hecho, se encontró en 1888, poco después de la
publicación de la sexta edición del Origen de las especies, pero su interés e importancia
pasó desapercibida mucho tiempo, hasta que uno de los directores del actual estudio
Desde entonces, casi cuarenta años más tarde, los investigadores han vuelto al fósil
para confirmar que éste forma parte de la línea evolutiva que conduce a las jirafas. Si bien
no se trata de un antecesor directo, pues parece estar más cerca de la forma de la cual se
diversificaron tanto jirafas como okapis, para los autores es una prueba irrefutable del
desarrollo gradual en el alzamiento del cuello de las jirafas. Estudios posteriores, donde se
analizaron más de 71 especímenes fósiles pertenecientes a 9 especies, resguardadas en
museos de todo el mundo, mostraron resultados en el que los okapis, las jirafas y los
fósiles de Samotherium, Sivatherium y otros géneros, forman parte de un linaje
emparentado, pero no necesariamente con relaciones evolutivas directas entre ellos.
Fuentes consultadas.
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Calpe, Traducción de Antonio de Zulueta de 1921.
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Investigación Educativa en el campo de las Ciencias Exactas y Naturales. Actas, II (2), 373–379.
Rápidos y curiosos
Cheetahs, velocidad pura y pobreza genética. El rol de la Deriva Génica en la
evolución.
I. Reyes de la velocidad.
El guepardo o cheetah, Acinonyx jubatus, es conocido por ser el animal terrestre más veloz
del planeta, llegando a alcanzar entre 95 y 115 km por hora, en carreras de 400 a 500
metros. Esto significa que puede ser más rápido que un automóvil convencional, en un
sprint de unos 200 metros. Su velocidad extrema, es de hecho una de las características
que dotan a esta especie de un alto grado de supervivencia, ya que no hay presa que se le
escape, bueno esa es una exageración, pero ciertamente son cazadores muy eficaces
cuando la captura de una presa depende de la velocidad. También hay que decir que, para
ser el animal más veloz del planeta, presenta una gran cantidad de problemas para su
supervivencia ecológica y evolutivamente hablando a la especie tampoco le ha ido todo
bien. En este ensayo, iremos desglosando y analizando poco a poco algunas de las
particularidades y problemas de esta peculiar y curiosa especie de felino.
Desde el punto de vista anatómico, los cheetahs poseen una cabeza relativamente
pequeña y orejas cortas. Frontalmente en la cara muestran un distintivo que los distingue
de otros felinos, una línea negra parecida a una lágrima, que va desde la parte interna del
ojo hasta el hocico y que, aparentemente, les sirve para mejorar la visión y reducir los
resplandores del sol.
Un ejemplar adulto macho llega a medir entre 110 y 150 centímetros de longitud, en
tanto las hembras tienden a ser más pequeñas. A diferencia de los leones o los leopardos,
los cheetahs no rugen, sino que emiten una especie de maullidos cortos, un tanto agudos,
parecidos a los gorjeos de algunas aves.
Los guepardos son poco sociales y por lo general tanto las hembras como los
machos permanecen solitarios, a menos que las hembras se encuentren con crías y
entonces formaran grupos de una madre y uno, dos o menos frecuentemente tres o cuatro
cachorros de hasta 18 meses. Esta especie es polígama, razón por la cual las hembras
buscan a uno o varios machos para el apareamiento, que además es el único momento en
que pueden ser gregarios o estar en grupos de no más de 5 o 6 individuos, principalmente
una hembra y dos o tres machos a su alrededor.
El período de gestación dura tres meses y pueden nacer entre dos y cuatro crías
que inicialmente pesan tan sólo 300 g. La madre, quien es la que se ocupa de los
cachorros en todo momento, los traslada a sitios seguros fuera de depredadores como
leones, leopardos o hienas. Los pequeños pueden seguir a la madre hasta las cuatro
semanas de edad. Para ese tiempo, las crías empiezan a ser entrenadas por su madre
para cazar. La hembra suele capturarles presas sin matarlas, por lo regular crías de otros
animales, para que los pequeños despierten su instinto de cazadores y aprendan técnicas
de ataque. Después de 10 meses, éstos ya pueden lograr cazar pequeñas especies sin
ninguna ayuda.
Año y medio después, la camada se aleja de la madre, lo que significa que esta
comienza de nuevo su vida solitaria. Los machos, por el contrario, se unen en grupos para
cazar animales de gran tamaño y si alguno sufre una lesión que le imposibilite correr, es
expulsado del grupo. En su hábitat natural viven de ocho a diez años, mientras en los
zoológicos pueden alcanzar hasta los 17 años.
Hace aproximadamente 100,000 años, al final del periodo conocido como Pleistoceno, que
se caracterizaba por tener diversos cambios climáticos globales, principalmente por las
variaciones de temperatura que dieron lugar a numerosas glaciaciones, que a su vez
fueron la causa de la extinción de muchas especies, los ancestros de los cheetahs
deambulaban por América del Norte. Durante esta época, la deriva continental ya era muy
poca, de modo que los continentes ocupaban desde entonces las posiciones que muestran
en la actualidad y los guepardos ancestrales podían desplazarse en grandes extensiones
de terreno.
El clima del Pleistoceno, como ya se señaló, fue una sucesión de ciclos glaciares
seguido de periodos de calentamiento, lo que significa que había períodos muy fríos que
hacían crecer los glaciares y hielos permanentes, seguidos por otros en los que las
temperaturas aumentaban, que a su vez son conocidos como períodos interglaciares. Así
se mantuvo este fenómeno climático a lo largo de todo el Pleistoceno, hasta que terminó
con la última glaciación, conocida como Würn, hace unos 10,000 años y famosa por ser la
que mayormente se representa como la “era de hielo”.
Es claro entonces que, durante los periodos de glaciación, los ecosistemas en los
que se movía los ancestros de los actuales cheetahs y también de los pumas, cambiaban
dramáticamente. Nieve y hielo cubrían gran parte del hemisferio norte, seguido por etapas
de deshielo y calor. Acinonyx pardinensis, el predecesor del actual guepardo de acuerdo
con el registro fósil, sufrió una selección drástica debido a los frecuentes cambios
climáticos. La hipótesis más extendida es que los animales más grandes, fuertes y lentos,
necesitados de mayores recursos y, por tanto, de mayores presas, muy escasas en estas
condiciones, desaparecieron. Los guepardos supervivientes eran más delgados y
estilizados, lo cual les permitía capturar animales rápidos y pequeños, que son los que
mejor sobrevivieron a las glaciaciones. Al mismo tiempo, algunos individuos de esta
especie, se vieron forzados a migrar, hacia tierras menos inhóspitas y con mayor
probabilidad de encontrar alimento. La migración de América del Norte fue costosa para la
especie, ya que provocó una reducción importante en su acervo genético.
Entonces, el guepardo migró de América de Norte a África hace unos 100.000 años
y es descendiente de un pariente de los pumas americanos. Su registro fósil se extiende a
través de las Américas, Europa y Asia. En sentido estricto, la especie ha sufrido dos
eventos en que la población se redujo rápidamente debido a factores ambientales. La
primera de ellas tuvo lugar hace unos 30.000 años, alrededor del Pleistoceno tardío,
cuando los guepardos comenzaron a avanzar hacia Asia a través del puente terrestre de
Beringia y luego viajaron al sur de África. Esta migración fue completada por poblaciones
cada vez más escasas y un flujo genético limitado debido a las vastas fronteras territoriales
de los individuos, lo que aumentó el apareamiento incestuoso.
Se dice que una especie ha sufrido el efecto de cuello de botella cuando en algún
momento del pasado la población ha experimentado un fuerte descenso de la misma,
llegando a estar en el borde de la extinción. Como consecuencia, los individuos posteriores
a este fenómeno presentan una escasa variabilidad genética, de forma que todos los
individuos son muy parecidos entre sí. Esto resulta nefasto porque si las condiciones del
medio en el que habitan cambiaran, tendrían poca capacidad de respuesta, `provocando la
extinción de la especie si la respuesta fuera negativa. Lo mismo ocurriría si algún patógeno
apareciera y no fueran capaces de superarlo.
El cuello de botella que sufrió el guepardo ocurrió durante las glaciaciones del
Pleistoceno y actualmente es uno de los mamíferos con menor diversidad génica, hasta el
punto de que los individuos son fácilmente contagiables de enfermedades por otros, otra
evidencia de la alta endogamia (cruzamiento entre individuos genéticamente similares) es
que los guepardos admiten injertos de piel de individuos no emparentados como si fueran
clones. El análisis del genoma sugiere que esto se debe en parte a la pérdida de genes
inmunológicos relacionados y la dramática pérdida generalizada de la diversidad de genes
en los guepardos. La variación es tan limitada que es muy inferior a la observada en los
perros y gatos endogámicos. Las pruebas llevadas a cabo por los investigadores muestran
que el guepardo ha perdido entre un 90 y un 99% de la variación genética que se observa
típicamente en los mamíferos no consanguíneos.
La teoría de la deriva génica fue desarrollada a comienzos del año 1930, por un
importante biólogo y genetista llamado Sewal Wright. Igualmente, las contribuciones de
Motoo Kimura fueron excepcionales en este campo. Este investigador lideró la teoría
neutral de la evolución molecular, donde expone que los efectos de la deriva génica tienen
una contribución importante en la evolución a nivel de las secuencias de ADN. Estos
autores idearon modelos matemáticos para entender cómo actúa la deriva génica en
poblaciones biológicas.
Existen dos modelos de la deriva genética, que han sido observados en numerosas
especies, el efecto fundador y el cuello de botella. El efecto fundador es un concepto
acuñado por el célebre biólogo evolucionista Ernst Mayr, para referirse a aquellas
poblaciones que han sido originadas por unos pocos individuos para luego alcanzar un
gran número. Estos casos son muy comunes en varias islas oceánicas colonizadas por
algunas poblaciones divergentes que constituían una pequeñísima parte de una población
más grande. Debido a que las poblaciones colonizadoras tienen más probabilidad de
presentar frecuencias génicas diferentes entre individuos, la deriva génica es mayor a
medida que la población va creciendo. Esto produce una disminución considerable de la
variabilidad genética dentro de la población. Una cuestión que se cumple en las diferentes
poblaciones biológicas es que, en una población grande la deriva génica es mucho menor
que en una población pequeña. Por lo tanto, en una población grande la variabilidad
genética va a ser alta, mientras que, en una población pequeña, la variabilidad será muy
baja.
Efecto fundador y los cambios en las frecuencias alélicas debidas al azar en la composición de una población que
migra de un continente a islas (Tomado de
Un fenómeno muy similar, pero causado por cuestiones muy diferentes es el llamado
cuello de botella. Un cuello de botella ocurre, por lo general, cuando una población queda
al borde de la extinción y luego se recupera. Este es el caso de los guepardos (Acynonyx
jubatus), los cuales en tiempos pasados quedaron al borde de la extinción total, pero
lograron sobreponerse en cierta medida. Debido a que el número de sobrevivientes fue
muy pequeño, del orden de unos pocos cientos o miles, las poblaciones actuales de
guepardos presentan tasas endogámicas muy altas, y de paso, corren un doble riesgo: la
alta incidencia de expresión de alelos recesivos, lo cual podría traer consigo un incremento
en patologías y otros males para la especie; y, por otro lado, la alta dependencia de las
poblaciones de sus presas potenciales: las gacelas. Como son animales especializados, en
caso de que sus presas se extingan, no tendrán la capacidad de adaptarse con rapidez y
efectividad a la nueva situación, por lo que corren el gran riesgo de extinguirse en su
estado salvaje.
Efecto cuello de botella en las poblaciones, un caso peculiar en los guepardos (Tomado de nucleovisual.com/deriva-
genetica-que-es-efecto-fundador-cuello-de-botella-y-seleccion-natural/).
Fuentes.
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Biophys J, 82(6): 2847 – 2859.
Este personaje, tuvo una historia complicada y a la que se le han atribuido diversos
detalles no confirmados, desde poderes diabólicos sobrehumanos, hasta heroísmo extremo
en su lucha contra diversos enemigos del antiguo territorio rumano. En este contexto,
algunas referencias históricas indican que el padre de Vlad III, Vlad II, tuvo que entregar a
dos de sus tres hijos al imperio otomano como parte de una inequitativa negociación, pues
de no hacerlo toda la familia sería aniquilada por los soldados otomanos. De tal manera
que, a la edad de trece años, Vlad Tepes y su hermano Radu, fueron trasladados a
Estambul para servir a los generales del imperio otomano. Cuando ambos hermanos
tuvieron oportunidad de volver su tierra natal, en las inmediaciones de Transilvania, se
dieron cuenta que su padre y el hermano que no había sido capturado, fueron asesinados.
En venganza, Vlad se convirtió en militar y partir de entonces se convirtió en un
combatiente feroz y sanguinario, cuya sed de venganza era tan grande, que se convirtió en
una auténtica pesadilla para sus enemigos, pues cuando los capturaba, los torturaba y los
empalaba vivos.
Desde otro ángulo, historiadores aseguran que Vlad Drácula, libró decenas de
batallas contra sus vecinos y enemigos (principalmente otomanos, cristianos y turcos) a
quienes expulsó de los territorios que ocupaban liberando a sus compatriotas rumanos, por
lo que fue también un héroe nacional que más tarde llegó a dirigir a su pueblo, aplicando
en el poder su conocida violencia. Algunos cálculos establecen que entre 1456 y 1462,
mandó ejecutar a más de 60 mil personas, la mayoría de ellas mediante el empalamiento.
Registros escritos de algunos testigos, señalan que a lo largo de las rutas que bordeaban
Valaquia se extendían las “picas” (grandes estacas a manera de postes largos terminados
en punta) con cadáveres de gente colgando. Ese fue precisamente el motivo que le valió el
sobrenombre de “el empalador” y que los rumanos lo asociaran más con las fuerzas
demoniacas, hasta el grado en que el nombre de Drácula, dejo de ser “hijo del dragón”
para transformarse en “hijo del diablo”.
Hay varias especies de alcaudones, pero concretamente los que nos interesan son
del género Lanius. Estas aves, de pequeño tamaño comparable al de un gorrión, se
distribuyen por todo el mundo, con alrededor de unas 26 o 27 especies. El término Lanius
hace referencia a sus hábitos como depredador, pues en latín significa “carnicero”, toda
vez que esta ave posee un pico ganchudo con el que captura a sus presas, las desgarra y
luego las empala en espinas, púas o ramas picudas o filosas. Por lo general, deja un
tiempo así a sus presas y luego vuelve para comérselas. Entre las principales presas
figuran insectos de varios tipos, pero algunas especies de alcaudones pueden capturar sin
problemas pequeños roedores, lagartijas e incluso otras aves como jilgueros.
fina y puntiaguda, para ensartar ahí a la presa, con una rapidez y habilidad que haría
sonrojar a Vlad III.
Una de las características distintivas de los alcaudones es que presentan una ancha
franja de colores oscuros a la altura de los ojos, a manera de un antifaz, mientras el resto
del plumaje suele tener colores claros que varían de una especie a otra y que por lo
general se oscurece al borde de las alas. En general, las especies del género Lanuis
muestran características que sin duda hacen pensar en adaptaciones casi perfectas para
su modo de vida. Entre otras, el pico ganchudo es probablemente una de las armas más
conspicuas y útiles de este grupo, ya que es lo que les permite cazar presas, incluso más
grandes y pesadas que ellos mismos, que no son aves muy grandes y a la postre alcanzan
una talla de hasta 18 o 20 centímetros y pesan entre 30 y 40 gramos, dependiendo de las
especies.
Lanius loduvicianus, el empalador americano en plena caza (tomado de Duncan Usher/Solent News)
De modo que, para cazar una presa más grande como un ratón de campo o un
lagartijo, se lanza contra ellos y clava el pico a la altura del cuello, un conocido punto débil
del esqueleto de los vertebrados, desagarrando y rompiendo la comunicación entre cerebro
y médula espinal. La precisión del movimiento es quirúrgica y altamente efectiva, dejando a
los músculos de las alas, las patas y el propio pico, la siguiente tarea de levantar el vuelo
con todo y presa hasta encontrar una “pica”, una púa lo suficientemente grande y filosa que
sirva como almacén de su voraz instinto. El esfuerzo es tan grande, que el gasto energético
lo convierte en un ave con un apetito enorme, cada día come su mismo peso o quizá algo
más.
Existen otros reptiles, del tipo de los lagartos, que poseen cuernos. Estos son
verdaderas cornamentas y no solo escamas agrandadas. De hecho, las crestas y cuernos
son ornamentaciones muy comunes en muchos tipos de reptiles como iguanas y dragones
(lagartijos de la familia Draconinae) y se han desarrollado en múltiples ocasiones a lo largo
de la historia evolutiva, baste simplemente recordar a los famosos Triceratops que son muy
familiares a raíz de la extendida popularidad de muchas especies de dinosaurios.
Lagarto cornudo del género Phrynosoma, conocidos como llorasangre (Tomado de naturalista.com).
Al igual que los alcaudones, los lagartos cornudos también muestran características
que al parecer son adaptativas, puesto que han probado ser muy útiles para enfrentar los
peligros del medio hostil donde habitan. Una de tales adaptaciones es la capacidad para
expulsar un chorro de sangre a través de los ojos, lo que le ha valido el sobrenombre de
llorasangre. Cuando un depredador acecha y busca capturar a uno de estos lagartos, se
activa un mecanismo de defensa muy sutil que consiste en emitir, con cierta fuerza, un
chorro de sangre que viene mezclado con sustancias repulsivas e irritantes para los
agresores. La mezcla es lanzada hasta un metro de distancia y suele ser eficaz para
ahuyentar a algunos depredadores como coyotes y serpientes. Lamentablemente, para el
llorasangre, los pájaros verdugos no se dejan intimidar por este inesperado y sangriento
chorro defensivo, o más bien, cuando un empalador captura a un lagarto cornudo, no le da
tiempo para reaccionar y emitir su sanguinolenta defensiva, toda vez que el cazador llega
de las alturas sin que la presa lo detecte.
Dos ejemplos podemos mostrar para evidenciar lo anterior. El primero forma parte
de las características de los mamíferos y está relacionado con los huesos craneales. En
muchas obras de anatomía se reconoce que las suturas del cráneo de los mamíferos, que
al momento del nacimiento aún no se han solidificado completamente, son una clara
adaptación para el alumbramiento, pues facilitan el paso de los recién nacidos por el
conducto uterino, de modo que no sufran daños en el proceso. ¿Cómo explicar entonces
que las suturas están presentes en los cráneos de las aves y reptiles cuya inmensa
mayoría nacen de un huevo y no tienen necesidad alguna de cruzar por un estrecho canal
uterino? Más allá de la necesidad de explicar la presencia de las suturas en aves y reptiles,
es importante considerar que más que una adaptación, se trata de una exaptación. Esto es,
las suturas craneales se encontraban en reptiles y se mantuvieron cuando éstos dieron
origen a las aves y a los mamíferos, más tarde el linaje de los mamíferos sacó ventajas de
este carácter y lo empleó con otros fines de cara al alumbramiento de las crías.
El otro ejemplo es más trivial y mejor conocido y está relacionado con un artículo
ampliamente utilizado en las sociedades humanas actuales, los neumáticos. ¿Alguna vez
han visto la cantidad de artículos que se elaboran con las llantas desechadas de los
automóviles? Yo al menos conozco varias, suelas de huaraches, macetas, columpios,
bases o soportes de postes, barreras de contención, entre otras. Obviamente los
neumáticos fueron creados para una función específica, pero eso no impide utilizarlos con
otros hayan o no llegado a su periodo útil. La adaptación, por lo tanto, consiste en utilizar la
llanta para hacer que el auto circule por las calles, todas las demás funciones que resulten
son literalmente exaptaciones.
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