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En las siguientes líneas voy a abordar la incursión de Federico García Lorca en las
tendencias de vanguardia, en concreto su expresión -pura e inconfundible- dentro de la
corriente surrealista. Como advertencia metodológica, y dado el carácter ensayístico del
presente trabajo, dejo constancia de antemano de que voy a seguir la fórmula filológica
del espíritu, en virtud de la cual, aun atendiendo al rigor bibliográfico, impera en mayor
medida un criterio personal fundamentado en la propia experiencia como lectora activa
del célebre escritor de Fuente Vaqueros.
1 Julio Cortázar, en una entrevista con Joaquín Soler Serrano para el programa televisivo A fondo,
explica que por medio del surrealismo intenta alcanzar los intersticios de la realidad, ese otro lado de
las cosas en las que ocurren sucesos que ignoramos pero que pueden ser presenciados dando rienda
suelta a todo el aparato sensitivo del que disponemos como individuos vivos.
creativo lorquiano. Decía Borges al respecto que es más fácil escribir, por ejemplo, en
endecasílabos o heptasílabos, porque hay que verter sobre un esquema ya definido un
conjunto de contenidos literarios; por el contrario, en el verso libre, aparente práctica
lorquiana surrealista, la música y la cadencia depende de la pericia y el oído de uno
mismo, no de un patrón matemático ya dado. Por tanto, en el caso de Lorca, considero
que la escritura automática no es tal, sino una apariencia de caos controlado, diseñado a
partir de la combinación insólita reflexionada.
En el poema “Paisaje de la multitud que orina”, declara el poeta que: “Es inútil buscar
el recodo / donde la noche olvida su viaje / y acechar un silencio que no tenga / trajes
rotos, y cáscaras y llanto, / porque tan solo el diminuto banquete de la araña / basta para
romper el equilibrio de todo el cielo”. En esta sucesión de poética decadente retrata
Lorca a la sociedad capitalista del momento, de manera que el surrealismo opera en él
como denuncia social y como compromiso ideológico. Se observan las insólitas
combinaciones que despiertan interés por su extraña mezcolanza dentro del dispositivo
mayor: el poema. El sintagma “banquete de la araña” podría hacer referencia a la noche
como un terrorífico insecto que teje en su dominio la decadencia y el declive de quienes
en ella habitan, y así se observa, a modo de desfile, “trajes rotos, y cáscaras y llanto”,
una triada de semántica de la fealdad. En la fragmentación del poema completo radica el
aparente automatismo técnico, como ya Buñuel, amigo de Dalí, también recomendase,
pero Lorca elige la imagen poética comprendiendo nuevas ilaciones, no de forma
distendida, al revés, otorgando al poema la propiedad de ser parte de otras partes, como
una cadena de eslabones en donde cada junta formara una imagen de esa ciudad soñada,
Nueva York, que retrata Lorca a partir de la crueldad del desengaño.
Por último y siguiendo la línea de la temática y con el fin de seguir mostrando lo
surrealista en la obra del autor, he seleccionado el poema completo “La aurora” uno de
los más célebres y reconocidos de este poemario. He aquí la composición en cuestión:
La aurora
En esta descripción de la ciudad y quienes habitan en ella por parte del poeta se
emplean recursos con tintes claramente surrealistas, destacando en primer lugar el verso
libre que ya había mencionado. Existe, además, una rehumanización propia de esta
corriente que podemos ver en el verso 12: “taladran y devoran abandonados niños”,
viéndose que los niños, en este caso, son considerados seres despersonalizados. Por el
contrario, la aurora se ve tratada mediante atribuciones propiamente humanas: “La
aurora de Nueva York tiene” , “La aurora de Nueva York gime”... esta aurora se
contrapone a la sensación de oscuridad y desesperanza que el autor nos quiere
transmitir, pues cuando llega el amanecer nadie le presta atención: “La aurora llega y
nadie la recibe en su boca” (v.9). Este contraste se refuerza con la antítesis entre la
aurora y las columnas de cieno. Como carácter surrealista también aparece lo ilógico e
irracional con imágenes de este talante: “buscando entre las aristas / nardos de angustia
dibujada” (v. 7-8), que podrían ciertamente recordarnos al cubismo. Oportuno es
mencionar que existen bimembrismos que dotan de ritmo al poema. Recapitulando, este
poema aúna la maestría y técnica del poeta para mostrar el elemento surrealista.
Podemos concluir que el estilo de Lorca es transversal en tanto en cuanto que aúna en
su poesía diferentes perspectivas de lo que debería ser el compromiso social e
ideológico. Así, con esta tesis como signo identitario, resulta justo defender su
universalidad en la historia de la literatura.
BIBLIOGRAFÍA:
GARCÍA LORCA, F. (2006). Poeta en Nueva York (14.a ed.). Cátedra. Universitario.
GARCÍA LORCA, F. (2006). Poeta en Nueva York (14.a ed.). Cátedra. Universitario.El
surrealismo en la obra de Lorca. (s. f.). Angelfire.com. https://www.angelfire.com/id/
ssims/surrealismocom.html