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Octubre mes de nuestra festividad, mes de nuestra canción criolla, mes en que nuestro espíritu

alberga un millón de sentimientos, sentimientos que son a raíz de nuestro pasado, pasado que hoy
en día nos identifica como peruanos que somos.

Exactamente no sé cómo surgió, ni cuándo sucedió, pero llegó el momento, momento en que amé
tus melodías inspiradas en emociones, emociones que representan nuestra triste y alegre alma.
Llegó el día, nuestra capital está de gala, porque festejamos un día único, único como el amor que
yo siento por mi canción criolla que refleja diversidad de nuestra hoy cultura.

Criollismo es Perú, Perú es criollismo; no hay más. Costa, Sierra, Selva asombrosa nuestra riqueza

lo exclamaba el Zambo Cavero entre cajón y guitarra a única voz ¡a triunfar peruanos!

Criollismo es Perú, Perú es criollismo; no hay más.

Peruanos están lejos de su patria, sin embargo, la música siempre nos unirá:

festejo, marinera, vals, jarana, «Alma, corazón y vida» en cada lugar Los Panchos no lo olvidan;

alma, corazón y vida que nos llevó hasta Rusia, y por qué no a Qatar no habrá árbitro de más,

pero cantando el jipi jipi jay aplaudiendo y bailandolo sabremos afrontar.

La música criolla no es solo cajón, risas y jarana. Es la emoción de manos peruanas que evocan un
sentimiento al tocar un instrumento: la peruanidad recorre como una melodía traviesa el sentir de
los corazones

La guitarra y el cajón, un delicioso turrón, en ningún otro lugar hay más asombrosa combinación.
Emociones que llenan el alma, emociones que marcan nuestra identidad

identidad que no perdemos; al oír la voz de Eva Ayllón. «Ritmo, color y sabor» no deja de menear
nuestra cintura, y la sazón de una buena carapulca nos hace deleitar. Criollismo es Perú, Perú es
criollismo; no hay más.

El conjunto va llegando la jarana va a empezar las guitarras van sonando ¡Ay de quién no quiera
cantar! En cada rincón se siente un acorde sin igual
la familia entera disfrutando de este día especial. Un ambiente lleno de criolla algarabía, en
compañía que genera un sentimiento de alegría.

Nuestra música, nuestra cultura, la esencia que perdura, nuestra historia entonada. ¡Al ritmo del
cajón! ¡Al compás de un buen cantor!

A ritmo de vals y en olor a mixtura un buen pisco llevo para armar la jarana. A cada paso que doy
mi corazón se agita la fiesta criolla se siente entre bandas y retretas. Guitarra, cajón y quijada que
gran acompañamiento algarabía y gozo siento ¡viva mi música criolla!

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