TECNOLOGÍA E INFORMÁTICA El Chat y sus implicaciones sociales PROFESOR: JHON JAMES VANEGAS O.
El CHAT, ¿Diversión o peligro?
El CHAT se está convirtiendo en un fenómeno social, una nueva forma de comunicación. En la
actualidad son pocos los portales que no ofrecen algún canal de charla para que los visitantes chateen con otros, existiendo canales temáticos sobre cualquier materia que se pueda imaginar. Su facilidad de uso, la posibilidad de relacionarse e intercambiar archivos instantáneamente con personas en cualquier lugar del mundo, la flexibilidad del lenguaje, son sólo algunos de los factores de éxito que hacen de este servicio uno de los más populares en internet. A pesar de su apariencia inocente, puede presentar importantes riesgos para la seguridad de los usuarios; desde peligros psicológicos, hasta amenazas a la intimidad y seguridad de los equipos de cómputo. Desde el punto de vista personal y emocional, el mayor riesgo del chat es la adicción que genera, especialmente en personas con problemas de integración social. El chatero empedernido termina por preferir el chat, a las relaciones en la vida real, es capaz de dejar cualquier cosa para chatear, siente ansiedad si no puede hacerlo por el motivo que sea, ve degradarse su vida social o familiar si no está interactuando en un entorno virtual. Los menores de edad constituyen un grupo social, especialmente vulnerable a ataques de pederastas y maniacos, ya que es fácil engañarles. Por ejemplo: haciéndose pasar por responsable de una casa de juegos y ordenador que les invita en secreto, sin que sus padres lo sepan, optando por probar el último video juego. Los hombres pueden hacerse pasar por mujeres, los adultos por niños y los ladrones por gente honrada. Nadie conoce realmente a nadie. Atendiendo al punto de vista técnico; el chat constituye la vía más utilizada por hackers para entrar en computadores e instalar virus o simplemente para divertirse y probar su poder entrando al sistema de los demás y haciendo cambios en las configuraciones. La privacidad puede verse igualmente amenazada, especialmente cuando se es ingenuo dado que se suministra datos verdaderos y charlas con extraños sobre temas confidenciales. Dicen las estadísticas que una de cada diez personas que entra a un chat lo hace con fines malévolos y que cinco de cada diez ciberromances terminan siendo falsos. Los canales de charla están poblados por gente normal, pero también abundan delincuentes, estafadores, narcotraficantes, pederastas, entre otros.