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Los 10 mandamientos de una esposa cristiana

A continuación, los 10 mandamientos de una esposa cristiana.


I. Ama a tu esposo, pero no lo ames más que a Dios Nadie debe ocupar el lugar de
Dios en tu vida. Tu primera devoción y tu primer amor deben ser ofrecidos
únicamente al Señor. Cuídate de no hacer de tu esposo un ídolo, al que le dedicas
lo mejor de ti. Recuerda que Dios es un Dios celoso (Exodo 20:4-5).
II. Te someterás a tu esposo El llamado que Pablo le hizo a las casadas, era de
sujetarse a sus maridos. El decía “las casadas estén sujetas a sus propios maridos,
como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza
de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22-23). La mujer
está llamada a someterse a su esposo como una muestra de reverencia a Dios. El
te pide que lo respetes, aun cuando pienses que esta equivocado, en los
desacuerdos y aun si tu esposo no es creyente. En este sentido es vital apoyar y
respetar las decisiones del esposo.
III. Orarás por tu esposo y por tu familia El rol de la mujer dentro del matrimonio es
ser ayuda idónea para su esposo (Génesis 2318). Y esta función tiene su
cumplimiento en gran medida, a través de la ayuda espiritual. Mediante la
intercesión, la mujer cubre a su esposo con protección y bendición del cielo, incluso
si el esposo no es creyente. Hay mucho poder cuando una mujer ora por su marido
y por su familia.
IV. Serás prudente para hablar Tienes que ser sabia con las cosas que declaras,
sobre todo cuando te diriges a tu esposo. Aun en los momentos de crisis y
diferencias debes medir tus palabras para edificar y no para destruir. Debes
siempre conservar la calma recordando que la “blanda respuesta quita la
ira”(Proverbios 15:1)
V. Te vestirás decorosamente Como dama de la casa, debes vestirte con pudor. Tu
apariencia siempre debe ser honrosa y no provocativa. No usarás escotes y ni ropa
pegada al cuerpo, porque tu virtud y belleza vienen de tu carácter interior y no de
tus vestidos ni ornamentos. Esto fue lo que enseñaba el apóstol Pablo cuando
decía: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y
modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con
buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad (1 Timoteo 2:9-
10).
VI. No engañarás a tu esposo Serás fiel a tu esposo en tu corazón y en tus
pensamientos. Tendrás solo ojos para tu esposo honrando el pacto que hiciste
delante de Dios. Fidelidad a tu marido y a tu familia, también es fidelidad a Dios.
VII. Ayudarás económicamente Tu aporte en la economía será importante, porque
la esposa también es responsable de la administración de las finanzas. Trata de
ahorrar, no malgastar, usar bien el dinero y procura contribuir con la estabilidad
financiera de tu familia.
VIII. Reconocerás su autoridad Es necesario que reconozcas la autoridad de tu
marido sobre todo delante de otras personas y delante de los hijos (en caso de que
los tengan). Es un error exponer los defectos, las faltas y las debilidades del esposo
delante de otras personas. Es importante para la estima del hombre que sus
virtudes y sus aciertos sean reconocidas, especialmente de parte de su esposa.
IX. Atiende a tu esposo La esposa debe esforzarse por atender a su marido dentro
del hogar. Dependiendo de tus habilidades y de los gustos de tu esposo, debes
demostrar el amor mediante los detalles. En este sentido, si trabajas fuera de la
casa, quizás no dispongas de mucho tiempo, sin embargo, debes aprovechar las
pequeñas oportunidades para atenderlo (Ejemplo: cocinar su comida favorita).
X. Modela a Cristo Como creyente debes exhibir el carácter de Cristo aun delante
de tu esposo. En tu trato con el, cuando estas bajo presión y más aun cuando tu
esposo necesita de tu apoyo. Para el efecto, pídele a Dios su gracia, sabiduría y
fortaleza. Esto es de mayor importancia si tu esposo no es creyente, pues así lo
enseñaba el apóstol cuando decía: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados
sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa” (1 Pedro 3:1-2)

  ESPOSA… ESPOSO - 1 Pedro 3:1-7

En nuestra cultura moderna, estamos viendo una situación bastante rara. Tenemos más
información que nunca acerca del sexo y del matrimonio. Y sin embargo, tenemos más problemas
matrimoniales y divorcios que nunca. ¡Obviamente algo anda mal!

No es suficiente decir que estos hogares necesitan a Dios, porque incluso muchos matrimonios
cristianos de hoy en día, se están desmoronando. El hecho de que un hombre y una mujer sean
salvos no es garantía de que su matrimonio triunfará. El matrimonio es algo en el cual tenemos que
invertir tiempo y esfuerzo. ¡El éxito no es automático!

EMPECEMOS EN ORACIÓN

Padre, gracias por darnos tu Palabra, para que sea nuestro compás… para que sea nuestro manual
para la vida y el matrimonio. Señor, queremos ser esposas fieles y respetuosas, y queremos lo
mismo de nuestros esposos.

Queremos caminar, como pareja, JUNTOS DE LA MANO CONTIGO, amorosos y comprensivos,


para tu honra y gloria, siendo una luz y un ejemplo relevante para las parejas cristianas y no
cristianas. En el nombre de Jesús, Amén.

El título de esta enseñanza es “ESPOSA… ESPOSO”. Y está dividido en dos compromisos: (1) El
Compromiso de la Esposa; y (II) El Compromiso del Esposo.

No sé en qué estado pueda estar tu matrimonio hoy día. Pero lo que si sé, es esto: Si tú sigues el
diseño de Dios… tu matrimonio se puede convertir en lo que tú siempre has soñado que sea… ¡Y
MÁS TODAVÍA!

¡Así que! ¿Cuál es el secreto? ¿Cómo puedes edificar tu matrimonio para que éste resista las
tormentas de la vida? ¿Cómo puedes tener un matrimonio sólido que dure para toda la vida?

EDIFICANDO TU MATRIMONIO DE ACUERDO A LOS PLANOS QUE DIOS NOS DA EN SU


PALABRA. En las Escrituras, Dios nos ha dado losprincipios necesarios para edificar un
matrimonio, que pueda resistir el paso del tiempo. Principios que pueden producir un matrimonio,
que no solo sobrevivirá… ¡SINO QUE FLORECERÁ!

PAUSA
En nuestro mundo actual, hay muchos motivos por los cuales los matrimonios luchan… batallan.
Uno de ellos es la gran confusión que existe acerca del rol de los esposos y las esposas. Sin
embargo, Dios nos da instrucciones bien claras en la Biblia, con respecto a estos roles.

Otro de los motivos por los cuales muchos matrimonios batallan hoy en día, es porque vivimos en
una cultura, QUE PROFESA, que apenas el matrimonio no parece funcionar, que salgas corriendo a
la Corte de Justicia a pedir tu divorcio. Los esposos y esposas se dan por vencidos… demasiado
rápido.

Muchas veces nos olvidamos de quien inventó el matrimonio. ¡EL MATRIMONIO FUE IDEA DE
DIOS! El matrimonio NO ES UN CONTRATO HUMANO, que se puede romper cuando a uno le da
la gana.

¡NO! Es un convenio establecido por Dios. Es un convenio supremo – es una relación muy por
encima de todas las otras relaciones -- y requiere un compromiso total.

Y como Dios inventó el matrimonio, ÉL ES LA AUTORIDAD MÁXIMA -- de como edificar un


matrimonio que durará para toda la vida. Él sabe, mejor que nadie, los fundamentos que necesitas
para que tu matrimonio florezca.

Hasta puso estos principios en un libro -- el manual del matrimonio -- que te guiará a la clase de
matrimonio que tú quieres tener. ¡ESTE MANUAL ES LA BIBLIA! Tú te estarás preguntando… ¡qué
sabrá la Biblia de como edificar un matrimonio sólido en el siglo 21!

Tú podrás pensar que la Biblia es un libro anticuado y pasado de moda, ¡pero yo te garantizo que no
lo es!

La Biblia le habla a nuestras vidas hoy día, con una relevancia increíble, revelando los fundamentos
del plan de Dios para el matrimonio que prosperará. No conozco a ninguna persona casada que no
quiera tener un gran matrimonio.

Pablo Getty, conocido en su época, como el hombre más rico de la tierra, dijo, “Daría toda mi
fortuna por tener un matrimonio feliz”. Qué triste, ¿no? Getty tenía todo lo que el dinero puede
comprar… ¡excepto un matrimonio feliz!

¡ASI QUE! COMENCEMOS CON NUESTRO PRIMER COMPROMISO…

I. EL COMPROMISO DE LA ESPOSA – 1 Pedro 3:1-6

En Julio de 1981, el mundo entero vio, como el Príncipe Carlos y la bella Diana (Lady Di, como la
llamaban) se casaban en gran pompa y solemnidad, en la Catedral de San Pablo en Londres. Fue una
boda de cuento de hadas, con 3500 invitados, y una audiencia estimada de 750 millones de
personas alrededor del mundo.

Fue una boda espectacular… bellísima… una boda inolvidable. ¿Pero cuánto duró su matrimonio?
Desgraciadamente, terminó convirtiéndose en solo comidilla para los tabloides.

La realidad de las cosas, es que mucha gente le dedica más tiempo… a los preparativos para el gran
día del matrimonio, que preparando y trabajando en el matrimonio mismo. Tener un matrimonio
sólido y saludable ¡no es un accidente! ¡No sucede por casualidad! ¡Hay que trabajarlo todos los
días!
1 Pedro 3:1-6 dice, Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos
no creen en la Palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus
palabras. 2 al observar su conducta integra y respetuosa.

3 Que la belleza de ustedes no dependa de lo externo, es decir, de peinados ostentosos, adornos de


oro o vestidos lujosos. 4 Sino de lo interno, del corazón, de la belleza incorruptible de un espíritu
cariñoso y sereno, pues este tipo de belleza es muy valorada por Dios.

5 Porque así era la belleza de aquellas santas mujeres que en los tiempos antiguos esperaban en
Dios, y mostraban respeto por sus esposos. 6 Por ejemplo, Sara obedecía a Abrahán y lo llamaba
señor. Y ustedes son sus hijas, si hacen el bien y viven libres de temor.

Así que Pedro dice aquí… Esposas, sométanse a sus esposos. ¡UY YU YUY! ¡El tema de la sumisión
no es nuestro tema favorito! Pero quiero que sepan que “la sumisión” es uno de los conceptos más
malentendidos en la Iglesia hoy en día.

La idea de la sumisión, con respecto a la Escritura, es siempre en el contexto de la sumisión mutua.


Esta sumisión mutua es entre esposas y esposos, así como, entre los cristianos, “unos a otros”. La
sumisión no es solo para las esposas. La sumisión es para todos los cristianos, sin excepción.

La Palabra de Dios nos dice claramente que tenemos que someternos, unos a otros, porque la


sumisión es ceder nuestros derechos para el beneficio de otros. Por eso Efesios 5:21 dice, “Cultiven
entre ustedes la mutua sumisión, en el temor de Dios”.

Y en el matrimonio, la sumisión no comienza con la mujer. Comienza con el esposo, que


amorosamente, guía a su esposa. Así como Cristo ama a la Iglesia, así los esposos deben de amar a
sus esposas.

¿CONOCES DE ALGÚN OTRO ACTO DE SUMISIÓN MÁS INCREÍBLE – EN LA HISTORIA DEL


MUNDO -- que cuando Cristo se sometió ASÍ MISMO a morir en la cruz por los pecados del
mundo? ¡JESÚS SE NEGÓ ASÍ MISMO… NEGÓ SUS PROPIOS DERECHOS, y voluntariamente, fue
a la cruz a pagar por nuestros pecados!

Esa es la clase de amor que el esposo debe de tener por su esposa. Debe de amarla y guiarla
abnegadamente… en el vínculo y belleza del compromiso cristiano. Cuando un esposo ama a su
esposa de esta manera -- la respuesta natural de la esposa -- es de amar y respetar a su esposo.

Nosotras también debemos de corresponder a Cristo de la misma forma por Su gran amor por
nosotras. Nosotras amamos a Jesús porque Él nos amó primero. Y nosotras podemos amarlo,
adorarlo, seguirlo, ¡Y SI! someternos a Él porque sabemos cuan apasionadamente nos ama.

Cuando un esposo ama a su esposa abnegadamente, incondicionalmente, y sin reservas, como


Cristo ama a la Iglesia, entonces la esposa puede corresponder en amor, porque ella sabe que es
realmente amada. Pero desgraciadamente, esta clase de amor no es la predisposición natural del
hombre.

Y esto ha creado tensión en el matrimonio, y entre los sexos. Esta tensión tiene sus raíces en el
Jardín del Edén con Adán y Eva. Por causa de su rebelión pecadora, ellos decidieron hacer las cosas
a su manera, en vez de hacerlas, a la manera de Dios. Y como resultado, la maldición del pecado
cayó sobre toda la humanidad.
Cuando Dios les explicó a Adán y a Eva acerca de las consecuencias de su pecado, tuvo una palabra
en particular para la mujer. Le dijo básicamente, “Eva, ahora las cosas van a ser bien diferentes para
ti y para Adán”.

En Génesis 3:16, Dios le dijo a Eva, “Tu deseo te llevará a tu marido, y él te dominará”. La
palabra DESEO es una palabra hebrea que significa literalmente “dominar” o “controlar”.

Dios le estaba diciendo a Eva -- y a toda mujer que viniera después de ella -- que ahora ella
tendría la predisposición egoísta de querer controlar y dominar a su esposo. Y así mismo, Adán –
debido al egoísmo del pecado que nació en él – ahora tendría el deseo de gobernar y dominar a su
esposa.

Hoy en día, VIVIMOS CON LAS IMPLICACIONES DE ESTA MALDICIÓN EN NUESTROS


MATRIMONIOS. Es una inclinación, nacida del pecado, donde el hombre y la mujer quieren
dominarse el uno al otro.

A raíz del pecado del hombre y la mujer,como hijos de Adán e hijas de Eva, todos nacemos con esa
inclinación egoísta, que dice, “Ahora voy a vivir para mí misma”. Y la forma que esta inclinación se
expresa en el matrimonio es la del esposo de querer controlar, dominar, y gobernar a su esposa.

Y de la esposa de querer dominar y controlar a su esposo. Esta propensión al egoísmo es obvia en


muchos hogares de hoy en día. Los esposos y las esposas están viviendo para sí mismos, en vez de
someterse al plan de Dios. ¡La manera de Dios es la sumisión!

Él único antídoto AL EGOÍSMO es de obedecer el mandato de la Escritura, que dice que debemos
de SOMETERNOS MUTUAMENTE… el uno al otro.

Esto significa que un hombre debe de amar a su esposa, y expresarle ese amor a ella. Y él debe de
querer someterse a ella y sacrificarse por ella. Él debe de estar dispuesto a morir por ella. Para la
esposa, esto significa corresponderle a su esposo de la misma manera, negándose a sí misma, y
sometiéndose a él.

Debemos de morir a diario A NOSOTRAS MISMAS, y a nuestros propios deseos egoístas, si


queremos que nuestros matrimonios florezcan. ¡Nuestros deseos egoístas siempre querrán
controlarnos!

ES BIEN IMPORTANTE NOTAR… que la Biblia no enseña, que las mujeres se deben de someter a
los hombres en la sociedad en general.

El concepto de la sumisión es siempre en el contexto de la familia. En la Biblia, vemos que las


mujeres fueron jueces, gobernantes, profetas, y líderes empresariales.

No hay ningún fundamento bíblico que diga, que de alguna forma, el hombre es superior a la mujer.
Así que el problema de la sumisión no tiene nada que ver con superioridad o inferioridad. Tiene
todo que ver con el rol y la responsabilidad del esposo y la esposa en la relación matrimonial.

La sumisión no sugiere que la mujer se vuelva un felpudo. Ni tampoco sugiere que ella deba de ser
dominada y controlada por su esposo. Más bien es algo que Dios requiere de ambos, del esposo y
la esposa. Así como nosotras amamos y nos entregamos a Cristo en sumisión, así mismo, debemos
de someternos el uno al otro.

PAUSA
¡AHORA BIEN! ¿Qué es lo que el esposo necesita de su esposa? Si la sumisión es algo que Dios
requiere de ambos, ¿Qué puede hacer la esposa para satisfacer las necesidades de su esposo?

Un esposo necesita que su esposa lo respete, que lo considere, que lo honre, que lo prefiera, que
note su presencia, que lo estime, y que crea en él.

Lo que él no necesita es una esposa que le pierda el respeto… que lo insulte… que lo critique… que
no lo apoye... y que no satisfaga sus necesidades. Dios creó a la esposa para ser una ayuda idónea.
¡Para que completara a su esposo!

Me encanta la historia de Juan García y su esposa, Lara. Juan era el alcalde de Tarata. Un día, Juan y
Lara estaban inspeccionando un proyecto de construcción en la ciudad.

Mientras caminaban por los alrededores del proyecto, uno de los obreros, reconoció a Lara, y le
dijo: “Hola Lara, ¿te acuerdas de mí? Soy Carlos. Nosotros fuimos al mismo colegio. A decir verdad,
fuimos “enamorados” por un tiempo”. En ese momento, Lara reconoció a su viejo amigo.

Por algunos minutos, ambos intercambiaron cumplidos y amabilidades, y luego ella siguió
caminando. Cuando Juan y Lara ya se iban, Juan comenzó a bromear con ella, y le dijo, “Lara,
imagínate, si tú te hubieras casado con este hombre, hubieras estado casada con un obrero.

Y Lara le contestó con una sonrisa, “Si yo me hubiera casado con él, hubiera estado casada con el
alcalde de Tarata”.

Los hombres necesitan a alguien que crea en ellos, que los aliente, y que los ayude a ser todo lo que
Dios los ha creado a ser.

¿Son las mujeres inferiores a los hombres? Mucha gente cree que la sumisión es una admisión de
inferioridad. Las mujeres no somos inferiores a los hombres. Cuando la Biblia habla acerca de la
sumisión, no habla de inferioridad.

En 1 Corintios 11:3, Pablo nos ayuda a entender esta verdad de forma más clara todavía. “Pero
quiero que sepan que Cristo es la cabeza de todo hombre, y que el hombre es la cabeza de la mujer,
y que Dios es la cabeza de Cristo”.

¿La cabeza de Cristo es Dios? Puede que estés pensando, “Yo pensé que la Biblia enseña que Jesús
es Dios…que es igual a Dios. ¿No dijo Jesús, “Yo y el Padre somos uno”. “Y quien me ha visto a Mí,
ha visto al Padre”.

Así que ¿Cómo puede ser Dios la cabeza de Cristo? Obviamente, no quiere decir que Dios Padre es
superior a Dios Hijo, o que Dios Hijo es inferior a Dios Padre. Más bien, en 1 Corintios 11, Pablo
dice que DIOS HIJO se humilló ASÍ MISMO en Su humanidad… y sometió Su voluntad a la voluntad
y plan del Padre.

¡JESÚS ES COMPLETAMENTE Y TOTALMENTE IGUAL A DIOS! No es una cuestión de


inferioridad, sino de ponerse bajo el liderazgo del Padre.

Así que cuando se dice que el hombre es la cabeza de la mujer, como Dios es la cabeza de Cristo,
esto no implica o sugiere que la mujer es inferior al hombre, o que el hombre es superior a la mujer.
¡NO!
Más bien, indica que la relación dentro del rol y el contexto de un matrimonio cristiano… en que la
esposa se someta al liderazgo y guía de su esposo. Así que, si te vas a someter a tu esposo, como
Dios manda, comienza con la actitud adecuada.

No es una actitud, que dice, “Me someteré a este hombre, ¡aunque me muera”! ¡NO! Más bien,
teniendo un espíritu alegre, dices, “Yo amo a Dios. Yo amo a mi esposo, y amo a mi familia. Y voy a
vivir mi vida a la manera de Dios, y no a la mía”.

ESPOSAS, SOMÉTANSE A SUS ESPOSOS… de modo que si algunos de ellos no creen en la Palabra,
puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras. 2 al observar su
conducta íntegra y respetuosa.

¡Este es un pasaje crítico! Nos recuerda que la sumisión comienza con una disposición de
compromiso inquebrantable… aun cuando el matrimonio no sea ideal. Aquí Pedro no autoriza a la
mujer a que deje a su esposo por no ser creyente, o por no ser un cristiano sólido. Ni tampoco le da
permiso para sermonearlo.

Más bien, ella debe de amar a su esposo -- viviendo una vida devota… una vida amorosa -- para
poder atraerlo a Cristo. Si tu esposo no es creyente, no trates de agobiarlo a que entre al Reino de
Dios… poniendo folletitos del evangelio en su maletín, a lo que se va a trabajar, o citando las
escrituras constantemente.

Yo conocía a una señora, muy devota, que todas las noches ponía la radio, a todo volumen, en el
dial cristiano para que su esposo “no-creyente” OYERA LA VERDAD DE DIOS. Todo lo que lograba
hacer era que su esposo se hartara -- y se fuera de la casa -- para estar con sus amigos.

Son el carácter y la conducta de la esposa las que ganarán al esposo perdido… ¡NO LAS
DISCUSIONES! Ella lo ganará con bellas virtudes, como la sumisión, la comprensión, el amor, la
bondad y la paciencia. Estas cualidades no se fabrican. Son fruto del Espíritu Santo, que viene
cuando nos sometemos a Cristo… y el uno al otro.

¡Sólo ama a tu esposo! ¡Vive para Cristo! Y deja que tu esposo vea la diferencia, que Jesús está
haciendo en tu vida. Y por la gracia de Dios, ¡él se unirá a ti en la fe!

Uno de los grandes ejemplos de una esposa y madre devota, en la historia del cristianismo, es
Mónica, la madre del famoso San Agustín. Dios usó el testimonio y las oraciones de Mónica para
ganar tanto a su hijo, como a su esposo para Cristo, aunque su esposo no se convirtió hasta poco
antes de morir.

San Agustín escribió en su famoso libro Confesiones, en que le confesaba a Dios: “Ella (hablando de
su madre) le servía como a su señor; y diligentemente procuró ganarlo para Ti… predicándote ante
él por su conducta; con la cual Tú la adornaste, haciéndola reverentemente bondadosa para con su
esposo”.

3 Que la belleza de ustedes no dependa de lo externo, es decir, de peinados ostentosos, adornos de


oro o vestidos lujosos. 4 Sino de lo interno, del corazón, de la belleza incorruptible de un espíritu
cariñoso y sereno, pues este tipo de belleza es muy valorada por Dios.

La verdadera sumisión irradia del corazón, y se expresa así misma, en la clase de belleza que brilla a
través de la vida de una mujer. La verdadera sumisión significa que no se concentra en lo exterior.
No estoy sugiriendo -- ni este pasaje lo sugiere -- que una mujer debe de descuidar su apariencia
física. ¡NO!
Más bien, establece un estándar diferente. Una mujer se debe de concentrar en su belleza interior
más que en su belleza exterior. Es lo que Proverbios 31:30 dice, “La belleza es engañosa, y hueca la
hermosura, pero la mujer que teme al Señor será alabada”.

Las Consultoras de Belleza te dirán, QUE NO IMPORTA, cuán físicamente bella pueda ser una
mujer en su exterior, ella nunca lucirá atractiva, si está llena de ira, de ansiedad, de depresión o
desilusión, o falta de satisfacción.

Pero, por otro lado, tú puedes tomar a una mujer que es, MÁS BIEN SIMPLE, pero que resplandece
de la bondad de Dios, de la gentileza del Espíritu Santo, y de la presencia de Jesús en su vida. Ella
será un bello despliegue de lo que Dios puede hacer en la vida de una persona. ¡Esos son los
verdaderos cosméticos! ¡Los que nos hacen resplandecer!

¿Y cómo se expresa esta belleza? Se expresa en un espíritu cariñoso y sereno. Eso no significa que
ella sea timidita. Y no tiene nada que ver con ser extrovertida o introvertida. Lo que Pedro
recalca en este pasaje es una actitud de gentileza… un deseo de aprender… de escuchar ¡Esa es
verdadera belleza!

5 Porque así era la belleza de aquellas santas mujeres que en los tiempos antiguos esperaban en
Dios y mostraban respeto por sus esposos. 6 Por ejemplo, Sara obedecía a Abrahán y lo llamaba
señor. Y ustedes son sus hijas, si hacen el bien, y viven libres de temor.

Algunas de ustedes estarán tentadas, a cruzarse de brazos y responder: “Claro, Sara estaba casada
con Abrahán – ¡el padre de la fe! Si mi esposo fuera un santo como Abrahán, ¡yo también con
mucho gusto iría a donde él fuera”!

No nos olvidemos de la vida tan dura, que Sara tuvo que soportar, como esposa de Abrahán.

Piensa acerca de las cosas, que Sara tuvo que vivir, con una perspectiva bien limitada:

· Su esposo decía que había tenido visiones de Dios, instruyéndolo a que se mudara a una tierra
desconocida (cuando ya estaban bien mayores).

 Su esposo convenció a Sara a que fingiera, que era su hermana mientras estuvieran en


Egipto, dónde el Faraón tomó a Sara temporalmente como su esposa.
 Sara siguió el liderazgo de su esposo cuando Abrahán le dio a su sobrino Lot la mejor tierra
de pastar.
 Por segunda vez, Abrahán trató de hacer pasar a Sara,como su hermana. Esta vez atrayendo
la atención de Abimelec, el rey de Gerar, que quería a Sara como esposa.

· Sara soportó el casi sacrificio de su único hijo, Isaac, en manos de Abrahán, quien decía que Dios le
había dado instrucciones de ofrecer a su hijo.

Desde la perspectiva de Sara, Abrahán parecería impredecible, engañoso, necio, alocado, y hasta
irresponsable. En algunos casos, la evaluación que Sara hace de su esposo podría haber sido
bastante exacta.

Sin embargo, Pedro nos dice que Sara obedeció a Abrahán, llamándolo señor. No porque su
matrimonio era seguro y perfecto, sino más bien, porque su matrimonio era inseguro e imperfecto.

¡A VER! A estas alturas sería bueno, que nosotras las esposas, nos hiciéramos las siguientes
preguntas:
1. ¿Miro yo a santas como Sara, como modelo a seguir, o sigo el ejemplo de las telenovelas?

2. ¿Pongo a mi esposo primero en mi lista de oración?

3. ¿Le doy preferencia cuando planeo algo?

4. ¿Busco la manera de honrarlo?

5. ¿Le hago la vida más fácil? ¿o más difícil?

¡ASÍ QUE! DESPUÉS DE VER EL COMPROMISO DE LA ESPOSA, AHORA VEAMOS…

II. EL COMPROMISO DEL ESPOSO – 1 Pedro 3:7

7 De la misma manera, ustedes, los esposos, sean comprensivos con ellas en su vida matrimonial.
Hónrenlas, pues como mujeres son más delicadas, y además, son coherederas con ustedes del don
de la vida. Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo.

¿Por qué Pedro le dedica más espacio a instruir a las esposas… que a los esposos? Porque
las esposas creyentes estaban experimentando una situación completamente nueva, y necesitaban
dirección.

Por lo general, en el imperio romano, a las mujeres se las mantenía subyugadas, y su nueva libertad
en Cristo, creaba nuevos problemas y retos. Es más, muchas de ellas tenían esposos “no creyentes”
y necesitaban apoyo,,, aliento… estímulo… e iluminación adicional.

En este pasaje, Pedro les recuerda A LOS ESPOSOS CREYENTES, cuatro de los aspectos de
responsabilidad en su relación con sus esposas: Sus Responsabilidades Físicas, Intelectuales,
Emocionales, y Espirituales.

Así que… comencemos con…

1. La Responsabilidad Física: “En en su vida matrimonial.”. Esto implica mucho más que vivir en la
misma casa y tener la misma dirección. El matrimonio es fundamentalmente una relación física.
Efesios 5:31 dice, “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos
serán un solo ser.”

Por supuesto, las parejas creyentes disfrutan de una relación espiritual, mucho más profunda, ¡pero
las dos cosas van juntas! El esposo verdaderamente espiritual cumplirá con sus deberes
matrimoniales, ¡Y AMARÁ A SU ESPOSA!

El esposo debe de dedicarle tiempo a su esposa. Un estudio reciente revela,que por lo general, el
esposo y la esposa tienen apenas treinta y siete minutos a la semana de comunicación real entre sí.

Entonces no es ninguna sorpresa que los matrimonios se desmoronen después de que los hijos


crecen y se van de la casa. El esposo y la esposa se quedan solos. Y se dan cuenta, que cada
cual está viviendo con un extraño.

Este versículo también sugiere que el esposo debe de proveer para las necesidades físicas y
materiales del hogar. Aunque la esposa tenga un empleo o carrera, su primera responsabilidad es de
cuidar de su casa. ¡Y es el esposo el que debe de proveer!
2.La Responsabilidad Intelectual: “Ser compresivos con ellas”. ¡Es increíble cómo un hombre y una
mujer puedan estar casados, y vivir juntos, sin realmente conocerse el uno al otro! La ignorancia es
peligrosa en cualquier aspecto de la vida, pero es especialmente peligrosa, en el matrimonio.

El esposo creyente necesita conocer los cambios de humor de su esposa, sus sentimientos, sus
necesidades, sus temores y sus esperanzas. Necesita “escuchar con el corazón” y tener con ella una
comunicación abierta y elocuente.

Debe de haber en el hogar una atmósfera tan protectora de amor y sumisión, que los esposos
pueden hablar y discutir, y aun así, ser felices en su matrimonio. Hablar es la solución a los
problemas de comunicación.

Bien se ha dicho, que el amor sin la verdad, es hipocresía. Y la verdad sin amor es crueldad.


Necesitamos tanto la verdad como el amor para poder crecer en comprensión el uno por el otro.

¿Cómo puede el esposo mostrar consideración a su esposa, si no entiende las necesidades o los
problemas de ella? Decir: “¡Nunca supe que te sentías de esa manera!” es confesar que, en algún
momento, uno de ellos le cortó la comunicación al otro.

Cuando una esposa tiene miedo de abrirse a su esposo, y de ser franca en cuanto a un asunto, está
construyendo paredes, y no puentes.

3.La Responsabilidad Emocional: “Hónrenlas ”. La CABALLEROSIDAD puede estar muerta, pero


todo esposo debe ser un príncipe azul que trata a su esposa, como una princesa. (Dicho sea de
paso, el nombre Sara quiere decir princesa.)

Pedro no sugiere que la esposa es “más delicada” mentalmente, moral o espiritualmente, sino más
bien físicamente.

Hay excepciones, por supuesto, pero hablando en general, el hombre es el más fuerte de los dos, en
cuanto a logros físicos. El esposo debe tratar a su esposa como un vaso valioso, hermoso, frágil, en
el que hay un precioso tesoro.

PAUSA

Cuando un chico y una chica comienzan a salir juntos, el chico es cortés y considerado. Después de
que se comprometen, él demuestra incluso más cortesía, actuando siempre como todo un caballero.
Pero es triste decirlo, que al poco tiempo de casarse, muchos esposos se olvidan de ser bondadosos
y caballerosos, y dejan de valorar a su esposa.

Se olvidan de que la felicidad en un hogar se forma de muchos detallitos, incluyendo las pequeñas
cortesías de la vida.

Muchas veces, LOS GRANDES RESENTIMIENTOS EMPIEZAN, como ofensas pequeñas. El esposo
y la esposa necesitan ser francos uno con el otro, admitiendo ofensas, y pidiendo perdón para que
la herida sane. Además, el esposo puede no estar de acuerdo con su esposa, y aun y todo,
respetarla y darle honor..

4.La Responsabilidad Espiritual: “Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo”.


Pedro daba por hecho, que los esposos orarían juntos. Muchas veces, ese no es el caso. Y esa es la
razón de tanto fracaso… y tanta desgracia.
Si las personas no cristianas pueden tener hogares felices sin la oración (y muchas veces, los
tienen), ¡cuánto más felices serían los hogares de los creyentes con la oración! ES MÁS… es la vida
de oración de una pareja la que indica cómo marchan las cosas en el hogar. Si algo anda mal, sus
oraciones no serán contestadas.

El esposo y la esposa necesitan tener sus propios tiempos de oración privado e individual… CADA
DÍA. Pero también necesitan orar juntos, y tener un tiempo de devoción familiar.

La forma en que esto se organiza, cambia de hogar en hogar, e incluso de tiempo en tiempo,
conforme los hijos van creciendo, y los horarios van cambiando. La Palabra de Dios y la oración son
los elementos básicos de un hogar feliz y santo.

Los esposos son “coherederos”. Si la esposa muestra sumisión y el esposo consideración, y si ambos
se someten a Cristo y siguen su ejemplo, entonces tendrán una experiencia enriquecedora en su
matrimonio. Si no, se perderán lo mejor de Dios, y se privarán el uno al otro de bendición y
crecimiento. ¿Alguna vez has tratado de orar después de haber tenido una discusión con tu esposo?
¿Te es fácil cogerle la mano para orar, después de haberse dado de cabezazos durante un conflicto?
Cuando el esposo y la esposa no mantienen su vida matrimonial intacta, tienen problemas
manteniendo su vida espiritual por el buen camino. ¿Por qué? Porque hay una relación directa --
entre el amor de Dios -- y el amor a nuestro hermano en la fe. Por eso, el matrimonio funciona
como un barómetro, midiendo nuestras vidas espirituales a través de nuestra relación diaria. Piensa
en esto. Si Jesucristo está en medio de dos personas -- reunidas en Su nombre -- imagínate cuan
poderosas pueden ser las oraciones… ¡ cuando el esposo y la esposa están unidos! ¡Ese es un
maravilloso retrato de la unión de Cristo y Su iglesia! Y YA PARA TERMINAR… Sería bueno, que de
vez en cuando, los esposos y las esposas hicieran inventario de su matrimonio. Las siguientes son
algunas preguntas, que se pueden hacer así mismos, basadas en lo que Pedro nos acaba de
enseñar en este pasaje. 1. ¿Nos estamos ayudando el uno al otro a ser más espirituales?
2. ¿Estamos dependiendo de cosas externas? ¿o de cosas eternas? ¿De lo artificial o de lo real? 3.
¿Nos estamos entendiendo mejor el uno al otro?
4. ¿Somos sensibles, el uno al otro, en cuanto a sentimientos… a ideas, o hemos dejado de
valorarnos el uno al otro? 5. ¿Está Dios respondiendo a nuestras oraciones?

¡Las respuestas sinceras, a estas preguntas, pueden hacer una gran diferencia en tu matrimonio!

ORÉMOSLE AL SEÑOR

Padre, gracias que Pedro nos escribió esta carta para darnos consejos de cómo comportarnos,
como esposas… y como esposos. Ayúdanos a someternos mutuamente. Ayúdanos a nosotras, las
mujeres, a ser las esposas idóneas que Tú nos has creado a ser. Y a los esposos, a amarnos, como
Cristo ama a Su iglesia.

Señor, queremos resplandecer la belleza, que mujeres, como Sara, y otras en la Biblia,
resplandecieron. A pesar de ser mujeres muy bellas físicamente, se caracterizaron más bien por su
belleza interior. ¡Queremos seguir su ejemplo!

Queremos lucir los cosméticos de las virtudes, como la sumisión, la bondad, la comprensión, la
gentileza, y la humildad. Queremos ser mujeres dignas del llamado que nos has hecho. Queremos
brillar para Cristo. En el nombre de Jesús, Amén.
¿CÓMO DEBE UN ESPOSO DIRIGIR A SU ESPOSA Y A SU FAMILIA?
Uno de los problemas más grandes que muchas familias enfrentan hoy en día es la falta de liderazgo de
parte del esposo. Algunos esposos no reconocen que Dios los ha predestinado para este papel, otros
simplemente no saben cómo dirigir; mientras que otros se niegan a tomar el mando. Este problema surge
una y otra vez en las sesiones de asesoramiento matrimonial. La mayoría de los hombres que asesoro no
se da cuenta de que muchos de los serios problemas en sus hogares son consecuencias directas de su
falta de liderazgo. Es evidente que la falta de autoridad del esposo desencadena una serie de problemas
matrimoniales, económicos e incluso dificultades en la crianza de los hijos. Por lo tanto, exploremos por
qué los esposos no toman el mando y cómo pueden comenzar a dirigir a su esposa y a su familia.
¿Por qué los hombres de hoy no toman el mando en el hogar? Existen muchas razones por las cuales
los hombres no toman el mando. Permíteme citar algunas de ellas. (1) Muchos hombres no crecieron con
un buen modelo de liderazgo masculino en el hogar. (2) Algunos pastores no instruyen sobre la autoridad
del esposo porque temen ser acusados de machistas. (3) Muchos esposos simple-mente son holgazanes
y prefieren cederle la autoridad en el hogar a sus esposas. (4) Otros esposos sencillamente se rinden
porque sus esposas desafían su autoridad en el hogar y les recuerdan las malas decisiones que ellos
tomaron en el pasado. (5) Algunos esposos son manipulados por sus esposas por medio de lágrimas,
abstención de relaciones sexuales o acoso verbal para abdicar su mando. Con el pasar de los años, he
descubierto que estas son sólo algunas de las razones que les impiden a los hombres asumir la
responsabilidad que Dios predestinó para los esposos. Es esencial comprender que Dios no aceptará
ninguna de estas razones como excusa válida para justificar a un esposo que no toma el mando en su
hogar. ¿Cómo puedes estar seguro de tu llamado a ser el líder del hogar? Cuando el apóstol Pablo le
escribió a la iglesia en Éfeso, claramente afirmó que el esposo debe tomar el mando del hogar. El
ordenó: “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es cabeza
de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. Pero, así
como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo” (Efesios
5:22-24). La palabra cabeza en este pasaje significa el jefe o el encargado. Pablo directamente instituyó
los preceptos que le confieren al esposo la responsabilidad de dirigir a su esposa. Es más, Pablo usó el
ejemplo de Cristo como cabeza de la iglesia para que todos comparáramos nuestras acciones con las de
Él. Por consiguiente, esposos, si quieren ser discípulos de Jesús, observen a su Amo y Maestro…el
modelo supremo del liderazgo masculino.
¿Qué significa el asumir la responsabilidad de líder en el hogar? ¿Qué debes hacer?
1. Dirige con amor. El liderazgo del esposo en el hogar debe estar firmemente arraigado en el amor. ¿Por
qué? Porque el amor es el meollo que debe gobernar todo lo que dices y haces. Toma nota de lo que
Pablo les dijo a los líderes de la iglesia en Corinto: “Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe;
sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor” (1 Corintios 16:13-14 NVI). Asimismo, si necesitas cambiar
las cosas en el hogar, debes ser fuerte, valiente, actuar en fe y andar en amor. Sí, puedes ser fuerte y
amoroso a la vez. Jesús es el modelo supremo de un líder; Él era fuerte y también cariñoso según lo
exigiera la situación. Podía arrojar a los cambistas del templo pero también podía llevar a un niño en
brazos o llorar por Jerusalén. Por lo tanto, todo lo que hagas como esposo y líder, hazlo con fuerza,
valentía y amor
2. Dirige con iniciativa. El amor te motivará, antes que nada, a ser un iniciador. La iniciativa está al centro
del liderazgo verdadero. Un líder no espera a que otros le den ideas, él incita y toma el primer paso. El
amor de Dios inició una relación con cada uno de nosotros, y le correspondimos por ese mismo
amor. “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Jesús vino a buscar y a salvar lo que
se había perdido (Lucas 19:10). Jesús fue el iniciador.
¿Eres el líder de tu familia? Si amas a tu esposa como Cristo amó a la iglesia, tú serás el iniciador en la
relación. ¿Qué quiero decir con esto? Tú fijarás el tono espiritual en el hogar; iniciarás las devociones y la
oración familiar. Iniciarás la solución de los problemas, la comunicación para resolver los conflictos, y
determinarás cómo se gastará el dinero. Buscarás oportunidades para pasar tiempo con tu esposa. Tú te
adelantarás en estas y en otras áreas del matrimonio porque eres el líder. Cuando hagas esto, tu esposa
reconocerá, de una manera muy práctica, cuánto te interesas por ella y por el bienestar de la familia. Tu
liderazgo hará que ella confíe en ti.
3. Dirige con tu ejemplo. El amor te ayudará a dirigir con tu ejemplo. Jesús sabía que Su ejemplo era
esencial y reconoció este hecho cuando les dijo a los discípulos, “les he dado ejemplo, para que como Yo
les he hecho, también ustedes lo hagan” (Juan 13:15). Pablo siguió el modelo de Cristo y también exhortó
a sus seguidores a que hicieran lo mismo: “Sean imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo” (1
Corintios 11:1). ¿Puedes decirles estas palabras a tu esposa e hijos? Si quieres que tu esposa e hijos te
respeten como el líder del hogar, es importantísimo que seas un buen ejemplo.   ¿Quieres que tu esposa e
hijos te respeten simplemente porque eres cabeza del hogar, o porque han observado tu conducta
piadosa, tu cariño y tu andar cristiano? Reflexiona por un momento, ¿diriges el hogar con tu ejemplo?
¿Modelas la piedad, la paciencia, la pureza, la fe, la búsqueda de Dios, la autodisciplina y la entrega a la
moralidad? ¿Puedes decirles a tu esposa e hijos, “quiero que sigan a Cristo, así como lo sigo yo?”   Y
cuando fallas, ¿reconoces tu falta de una manera franca y humilde? Uno respeta a la persona que con
sinceridad admite sus faltas; la familia pierde el respeto cuando éstas se encubren.
4. Dirige en el mando. ¿Te das cuenta de que como esposo, eres el gerente de tu familia? Esto no
significa que tú lo haces todo en la familia, sino que debes asegurarte de que todo se hace. Pablo explicó
este principio del liderazgo cuando instruyó a Timoteo sobre las cualidades necesarias para los hombres
que habrían de tomar el liderazgo de la iglesia. El enseñó, “pues si un hombre no sabe cómo gobernar su
propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? (1 Timoteo 3:5)”. La palabra gobernar es la mejor
traducción de esta palabra griega. Tú eres el gerente del hogar al igual que la persona que supervisa y
dirige un negocio o empresa. Para dirigir eficientemente necesitas estar al tanto de todo lo que ocurre en el
hogar. Esto significa que debes interesarte por la vida espiritual de cada persona en el hogar, cuidar de las
finanzas, supervisar la disciplina de tus hijos y asegurarte de que se llevan a cabo los asuntos prácticos
del hogar. Sí, esto es bastante, pero es la responsabilidad de la cabeza del hogar. Ahora bien,
consideremos estas responsabilidades en más detalle.
5. Dirige en lo espiritual. ¿Cómo diriges espiritualmente a tu esposa e hijos? Para llevar a cabo esta
tarea primero tienes que ser un hombre espiritual. Es obvio que no puedes dirigir a alguien a un lugar que
no conoces. Jesús se refirió a esto cuando reprendió a los fariseos diciendo, “Déjenlos; son ciegos guías
de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14). Jesús usó una
metáfora para ilustrar que estos líderes religiosos tenían una ceguera espiritual y por lo tanto no eran
capaces de cumplir con las responsabilidades del liderazgo. ¿Tienes la visión espiritual necesaria para
dirigir a tu esposa e hijos al reino? Si no conoces la verdad, ¿cómo podrás dirigirlos en ella (Salmo 25:5)?
Para llegar a ser este tipo de líder debes hacer lo que Jesús ordenó: “busquen primero Su reino y Su
justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33). Si no te adelantas en buscar el reino
primero, los otros aspectos de tu liderazgo no alcanzarán el objetivo que deseas con tu esposa e hijos.
¿Por qué? Porque ellos notarán la contradicción entre lo que les dices que hagan y el ejemplo que tú les
das. El amor es el meollo que debe gobernar todo lo que dices y haces. ¿Tiene Jesucristo prioridad en tu
vida? ¿Es Él tu primer amor (Apocalipsis 2:4-5)? ¿Te entregas a diario a la palabra de Dios y a la oración
para guiar a tu familia en la verdad? ¿Eres un hombre que practica lo que predica? Así es como comienza
y se mantiene el liderazgo verdadero. He descubierto que la manera más fácil y sencilla de ministrar, con
regularidad, a mi esposa y a mi familia es siguiendo el principio que nos dio Moisés: “Amarás al SEÑOR tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. ‘Estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando
te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te
levantes” (Deuteronomio 6:5-7 se agregó subrayado). Comparte lo que Dios te mostró ese día en tu lectura
de las Escrituras cuando se sientan a cenar, cuando viajan en el auto o a la hora de acostarse. Si Dios te
ha plantado Sus palabras en el corazón, compártelas con tu familia. Cuando lo haces, lavas a tu esposa e
hijos con el agua de la Palabra de Dios (Efesios 5:26-27). Así es como los alimentas con la verdad de Dios
(Efesios 5:29; Efesios 6:4). Por lo general, cuando te sientas, caminas o te acuestas, estás con tu esposa
e hijos. Por lo tanto, aprovecha estas oportunidades.
6. Dirige en lo moral. El liderazgo moral se deriva de la intensidad de tu vida espiritual. Si no te has
entregado completamente a Cristo, tus principios morales no serán muy firmes. ¿Por qué? Porque si tu
corazón no está anclado en la verdad de la Palabra de Dios, te guiaras por tus sentimientos, tus
emociones o la opinión de los demás. La Palabra de Dios debe ser el fundamento de toda decisión moral
que tomas en la vida y en el hogar. Esta es la única manera de recibir las bendiciones que Dios te ha
prometido. Jesús contaba con que cada uno de nosotros discerniría lo bueno y lo haría. Él desafió a las
multitudes un día: “¿Y por qué no juzgan por sí mismos lo que es justo? (Lucas 12:57). Él quería que ellos
tomaran decisiones morales y que vivieran con rectitud. Por consiguiente, ¿está tu moralidad basada en tu
propio egoísmo o en la verdad de Dios? ¿Es tu vida un ejemplo de transigencias o de los preceptos
piadosos que les infundes a tu esposa e hijos? ¿Hablas la verdad con amor o la tiñes cuando te conviene?
Las respuestas a estas preguntas determinarán la moralidad de tu liderazgo en el hogar.
7. Dirige en la reconciliación. Un aspecto esencial en el liderazgo moral y espiritual en el hogar es tomar
el primer paso hacia la reconciliación después de un conflicto con tu esposa o tus hijos. Recuerda que
Jesús dio el primer paso para iniciar la reconciliación contigo. El vino “a buscar y a salvar lo que se había
perdido” (Lucas 19:10). Para seguir Su ejemplo, tú debes hacer lo mismo. Esto es el liderazgo verdadero.
Sin embargo, ¿eres tú el que se marcha y tira la puerta por detrás cuando surge un conflicto? ¿Haces
pucheros cuando tu esposa no está de acuerdo contigo? ¿Endureces el corazón o manipulas las
emociones de tu esposa o hijos con arranques explosivos o con un silencio sepulcral? Si es así, esto es
una indicación de inmadurez espiritual y comportamiento infantil. Necesitas madurar, tomar el mando y
humillarte para buscar una solución. Después de una pelea, toma el primer paso en busca de la
reconciliación. Jesús dijo, “¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para
sacar la mota del ojo de tu hermano” (Mateo 7:5). En otras palabras, Jesús lo considera una hipocresía
señalar las faltas de otros antes de examinar las nuestras. Él también dijo, “Por tanto, si estás presentando
tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del
altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24).
Véase también Mateo 18:15. ¿Es así como tratas los conflictos con tu esposa e hijos? ¿Te adelantas a
tomar el primer paso? ¿Admites tu culpa y buscas una solución, o te marchas? ¿No te agrada que Jesús
se adelantó en tu vida y fue en busca de la reconciliación contigo? Comienza a tomar la delantera en esta
área en el hogar. No te arrepentirás.
8. Dirige con tu servicio. Otro aspecto muy importante del liderazgo es el ser siervo del hogar. Puede que
estés pensando, ¿Por qué debo ser siervo si soy cabeza de mi hogar? Vuelvo a repetir, mira a Jesús, ¡tu
ejemplo principal! Él demostró una y otra vez que no le molestaba ensuciarse las manos para servir a los
demás. Después de todo, les lavó los pies a los discípulos, y ¡habrán estado muy sucios después de
caminar por toda Judea! Observa lo que dijo Jesús luego de lavarles los pies, “Pues si Yo, el Señor y el
Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque les he dado
ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan. En verdad les digo, que un siervo no
es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió” (Juan 13:14-16). Por lo tanto, si tu
Maestro y Señor lavó los pies de los discípulos no es denigrante el hacer los quehaceres de la casa. No
obstante, algunos esposos me dicen, “yo no cambio pañales.” “Yo no lavo ropa.” “Yo no friego platos”. A
estos hombres, por lo general, les digo, “eso es como si Jesús dijera, ‘Yo no lavo pies’”. Obviamente, es
todo lo contrario. Sí, esos quehaceres no son parte de tus obligaciones principales, pero si al final del día
tu esposa está estresada y tú te sientas a leer el periódico o a entretenerte con videojuegos y te niegas a
ayudarle porque “trabajaste todo el día” habrás fracasado como líder. Un líder seguirá el ejemplo de su
Señor y se levantará a servir.
9. Dirige en la toma de decisiones. Dejé este tema hasta el final del artículo por una razón muy
particular. Yo creo que la toma de decisiones es uno de los aspectos más difíciles del matrimonio. La
razón es porque si no estás dirigiendo piadosamente en las áreas antes mencionadas, tu esposa no te
respetará como cabeza de familia en la toma de decisiones. Después de muchos años de asesorar
matrimonios, he concluido que existe una correspondencia entre estos. Si tu corazón no está anclado en
la veracidad de la palabra de Dios, te dejarás llevar por tus sentimientos, tus emociones o la
opinión de los demás. Sin embargo, si tomas el mando en amar, en iniciativa, en la vida espiritual, en
ministrar a tu esposa e hijos, en la moralidad y en servir, la mayor parte de las esposas no tendría
dificultad en someterse a tu liderazgo en la toma de decisiones. ¿Por qué? Porque tu esposa confiará en
tu entendimiento espiritual, tu amor por ella y en tu habilidad para tomar decisiones desinteresadas. Ella ya
habrá presenciado tu liderazgo en varias situaciones. Por lo tanto, primero debes decidir si realmente
quieres ser cabeza del hogar en todas estas áreas antes de tomar el mando en las decisiones. Si tu
esposa se niega a someterse a tu autoridad en el hogar, determina si has demostrado liderazgo en todas
estas áreas. ¿Cómo se incorpora el liderazgo bíblico en la toma de decisiones? Te sugiero que como
cabeza del hogar, primero debes obtener todos los datos necesarios para tomar una buena decisión.
Salomón advirtió, “El camino del necio es recto a sus propios ojos, pero el que escucha consejos es
sabio” (Proverbios 12:15). “El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y
vergüenza” (Proverbios 18:13). ¿Averiguas todos los datos importantes? ¿Consideras todas las opciones
antes de tomar una decisión? Para tomar buenas decisiones es esencial tener todos los datos. Luego,
permite que el amor te de la sensibilidad y el interés por el bien de otros más que por el tuyo propio. Pablo
dijo, “No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes
considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino
más bien los intereses de los demás” (Filipenses 2:3-4). ¿Consideras los intereses de tu esposa y de tu
familia, o solamente lo que es más fácil para ti? Lo más fácil no siempre es lo más prudente. Además,
¿buscas maneras de llegar a un acuerdo con tu esposa? Tu forma de hacer las cosas no siempre será la
más adecuada ni la mejor. Sin embargo, no siempre es posible coincidir, especialmente si el tema trata
cuestiones morales o bíblicas. Si los temas no tratan principios morales o bíblicos, es mejor   llegar a un
compromiso. La relación sexual es un buen ejemplo de un tema en el que debes llegar a un acuerdo
mutuo en lugar de imponer tus deseos. Pablo dijo lo siguiente tocante a esto, “Que el marido cumpla su
deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre
su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la
mujer. No se prive el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la
oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio
propio” (1 Corintios 7:3-5). Las palabras común acuerdo en este pasaje demuestran que Dios les
encomienda que se adapten el uno al otro. Pablo declaró que hay ciertas cosas controvertidas en la vida
cristiana que de hecho no tienen ningún beneficio espiritual ni moral. Él le explicó a la iglesia en Corinto
que “la comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si
comemos” (1 Corintios 8:8). Esto causó una controversia entre los creyentes en esa iglesia. Por
consiguiente, él les sugiere a estos creyentes que convengan en refrenar amablemente sus deseos y no
tomar ninguna acción que haga tropezar a sus hermanos (1 Corintios 8:9).La mayoría de los temas
controvertidos en el matrimonio son cuestiones secundarias y por lo tanto, debes tratar de llegar a un
acuerdo mutuo. Frecuentemente platico con parejas que discuten acaloradamente sobre cosas tal como:
¿Cómo se gastará el dinero? ¿Qué disciplina se le aplicará a un hijo? o ¿dónde irá de vacaciones la
familia? Estoy seguro de que si te propones a amar desinteresadamente lograrás llegar a un compromiso.
Si tu esposa no condesciende con tu decisión, pídele al Señor entendimiento y sinceramente considera lo
que ella te ha dicho. Si no necesitas tomar una decisión de inmediato, es mejor esperar y considerar el
tema más a fondo en vista de la Palabra, la oración y, si es necesario, el asesoramiento. Si después de
este proceso aún no llegan a un acuerdo, al final, la decisión es tuya por ser cabeza del hogar. Es esencial
que tomes el mando en ese momento para evitar que el hogar se quede estancado y, por consiguiente,
inactivo. Pero, recuerda que la familia tendrá que vivir con las consecuencias de tu decisión. Por lo tanto,
actúa con prudencia. Debes tener en mente que llegará el día en que tendrás que explicarle a Dios tus
decisiones. ¿Por qué? Porque tú eres el encargado y cabeza de tu familia. Es una responsabilidad
imponente y aterradora, ¿no crees? Un último comentario: Habrá ocasiones en las que no debes escuchar
a tu esposa y ella no está obligada a escucharte a ti ni a someterse a tu autoridad. ¿Cuándo es aceptable
esto? Cuando el uno le pide al otro que haga algo inmoral. Nunca debes escuchar ni someterte a un
pedido perverso. Ambos, esposos y esposas me han dicho que su pareja les ha pedido que mientan en su
declaración de impuestos, que participen en intercambio de esposas, que defrauden a alguien en un
negocio o que hagan algo ilegal. Es obvio de que estas cosas son perniciosas y no debes participar en
ellas.¿Qué te inducirá a asumir la posición del líder de la familia? No es suficiente saber cómo ser el
líder del hogar. Puedes tener toda la verdad del mundo, pero si no la pones en práctica, no te sirve de
nada. Refiriéndose a ser siervo Jesús dijo, “Si saben esto, serán felices si lo practican” (Juan 13:17).
Caballeros, permítanme decirlo claramente: Dios te bendecirá a ti y a tu familia si asumes el liderazgo que
Él destinó para ti. ¿Crees tú que Dios te ha llamado a ser el líder del hogar? Tu corazón no captará esta
verdad, a menos que obedezcas Su llamado a asumir el cargo de líder. Así es como David se dio cuenta
de su llamado a ser el líder de la nación Israelita. En sus últimas palabras antes de morir, David reveló
como el Señor lo elevó para dirigir, “Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí,
Aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel: ‘El espíritu de
Jehová habló por mí, su palabra está en mi lengua. El Dios de Israel ha hablado, me habló la Roca de
Israel: “Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios’” (2 Samuel
23:1-3 RV). Estos son algunos de los principios más importantes del liderazgo que se encuentran en la
Biblia. David reconoció que su llamado al liderato de Israel fue a consecuencia de la unción de Dios la cual
permitió que Dios hablara por medio de él. Dios también le habló a David y le ordenó ser justo y gobernar
en el temor de Dios. Observa estos tres puntos: (1) Dios habló con él y le encargó ese puesto. Esto le dio
la confianza para asumir el liderato. (2) El debía ser justo en todas sus decisiones. (3) Él debía respetar a
Dios para poder dirigir justamente a los demás, ¿Quieres que Dios hable por medio de ti y que te utilice
como hombre piadoso para dirigir a la familia? Pídele que le hable a tu corazón y que te capacite con Su
unción para que seas el hombre que Él te ha llamado a ser. Sólo entonces serás justo y dirigirás el hogar
en el temor de Dios. ¿Por qué no le pides que comience Su obra en ti hoy mismo?
6 Cosas Que Un Marido Cristiano Debería Darle A Su  Esposa
¿Permite la Biblia que un esposo cristiano trate a su esposa de la forma que él decida que es lo mejor? ¿Una esposa cristiana tiene
que someterse a su marido en todo momento? El apóstol Pablo tiene lo siguiente para decirles a los esposos y esposos cristianos
acerca de su conducta el uno hacia el otro: Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus
maridos en todo (Efesios 5:24) En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer
respete a su marido (Efesios 5:33) La palabra griega para «someter» en Efesios 5: 21-24 es hypotassó, y se refiere al
«reconocimiento de una estructura ordenada» por parte de la esposa en la que su esposo es la persona a quien debe mostrar el
debido respeto «en cuanto al Señor» (BDAG, 1042; Efesios 5:22; ver también 1 Pedro 3: 1-6). De manera similar, la palabra
griega para «respeto» en Efesios 5:33 es phobētai, lo que significa tener una medida profunda de reverencia / respeto por alguien
(BDAG, 1061). Mientras que algunos cristianos han usado erróneamente estos versículos de la Biblia como una excusa para que
los maridos maltraten a sus esposas, los versículos en realidad comunican la gran responsabilidad que tiene el esposo de cuidar a
su esposa y el deber de la esposa de honrar a su esposo. En un próximo artículo, nos enfocaremos en las responsabilidades de una
esposa cristiana con su esposo. Primero, aquí hay seis cosas (sin ningún orden en particular) que cada esposo cristiano debería
darle a su esposa: 1. Amor Un esposo cristiano debe amar a su esposa como él mismo y siempre
protegerla de todo daño (Efesios 5: 25-29). Debería hacer lo mejor para «alimentar y cuidar» a su esposa en el amor de Cristo
como lo haría con su propia carne y atender sus necesidades espirituales, emocionales, intelectuales y físicas (Efesios 5:29; Col.
3:19). 2.
Respeto Un esposo cristiano siempre debe respetar a su esposa. Cuando Pablo les dice a las esposas que se sometan a sus esposos
en Efesios 5:24, no quiere decir que las esposas deban soportar abuso, negligencia o maltrato de ningún tipo por parte de sus
maridos. Más bien, Pablo le recuerda a la iglesia que una esposa está bajo el liderazgo de su esposo (Efesios 5:23). Un esposo
cristiano siempre debe mostrar honor a su esposa, tanto pública como privadamente, y proteger su dignidad y reputación de
cualquier calumnia (1 Pedro 3:7).
3. Liderazgo Espiritual Un esposo cristiano debe proporcionarle a su esposa liderazgo espiritual. Aunque su esposa puede estar
bien equipada en doctrina bíblica y aplicación y dedicar una cantidad considerable de tiempo a instruir a sus hijos en la fe, un
esposo debe ser diligente para supervisar y guiar el entrenamiento espiritual de su familia (Efesios 6: 4).
4. Atención Un esposo cristiano debe estar atento a su esposa. Siempre debe hacer todo lo posible para reservar una cantidad
sustancial de tiempo para estar con su esposa, disfrutar de su compañía y tratar de comprenderla mejor. Al hacerlo, un esposo
cristiano y su esposa pueden acercarse más y construir un matrimonio más fuerte que honre a Dios en todo (Proverbios 5:18-19,
Efesios 5:31). 5. Devoción Un esposo cristiano siempre debe ser fiel a su esposa. Incluso
cuando los tiempos son difíciles debido a desafíos financieros, emocionales o físicos, la felicidad personal del esposo siempre
debe estar subordinada a amar a su esposa de manera sacrificada «como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella»
(Efesios 5:25; 1 Corintios 7: 1-5). Al hacerlo, honra no solo a su esposa, sino también a su Señor.
6. Disfrute Un esposo cristiano debería disfrutar de su esposa. Ella es un precioso regalo de Dios dado para consolar, apoyar,
alentar y amar a su esposo (Prov. 18:22; 31: 10-12; 1 Pedro 3:1). Cuanto más un marido aprecie, valore y nutra a su esposa, más
reflejará el amor de Dios como su novia radiante.

Responsabilidades de un esposo cristiano


Para los cristianos y los lectores devotos de la Biblia, el matrimonio es una institución sagrada
alrededor de la cual se construyen familias amorosas y fuertes. El matrimonio no puede tomarse a
la ligera en la fe cristiana. Los esposos (y también las esposas) cristianas tienen muchas tareas,

obligaciones y responsabilidades.

Amor Según Efesios 5:25, una de las responsabilidades más importantes de un esposo cristiana
es, para decirlo de manera sencilla, amar. Un esposo cristiano debe adorar y amar a su esposa
más que a cualquier otra persona del planeta. Tiene que poner a su esposa primero. El esposo
debe hacerle saber con regularidad que la ama, además de mostrarlo con sus acciones, sea a

través de afecto o de su preocupación por el bienestar y la felicidad de su esposa.

Servicio Los esposos cristianos no deben ser egoístas. La meta de un esposo cristiana no debe
ser que lo sirvan, sino servir a su familia (principalmente a sus hijos y su esposa), como lo dice

Efesios 5:25-28.

Hogar Según Corintios 1, 11:3, los esposos cristianos están a cargo de sus hogares. Esto implica
grandes responsabilidades. Es necesario que posean habilidades de liderazgo para esta posición;
desde ser capaces de tomar decisiones financieras razonables hasta supervisar reparaciones
importantes. La relajación y el ocio no son metas de los esposos cristianos en sus días libres. En
vez de eso, necesitan concentrarse en qué hacer para mantener al hogar funcionando de la mejor

forma posible.

Respeto Además de amar, otra tarea de los esposos cristianos (según Pedro 3:7) es respetar a
sus esposas. Los esposos deben recordar que sus esposas los honran usando sus apellidos.
Como resultado, merecen recibir respeto a cambio. Algunas formas de mostrar respeto incluyen
evitar la humillación pública (como los insultos y las calumnias), nunca participar en actos de

violencia física y no demandar perfección (todos tenemos defectos).

Disciplina Un esposo y padre cristiano quiere lo mejor para sus hijos. Esto implica ser una parte
activa en la crianza de los niños. Para ser un padre cristiano efectivo, Timoteo 3:3-5 indica que un
hombre debe enseñar disciplina y reglas a sus hijos. Los esposos cristianos no se desentienden

de la crianza de los hijos.

Fidelidad Corintios 7:3 dice que la fidelidad es un aspecto primordial para ser un buen esposos
cristiano. Sin fidelidad (física y emocional), no pueden existir la confianza y el amor verdadero
entre en hombre casado y su mujer. La falta de fidelidad puede arruinar la comunicación y la

honestidad entre un esposo cristiano y su mujer.

Paciencia La paciencia es una cualidad importante para los esposos cristianos, según Efesios
4:31-32. La vida puede traer muchas situaciones complicadas en las que la impaciencia y el enojo
probablemente sean la "solución" más simple. Sin embargo, la impaciencia nunca solucionó nada.
Los esposos cristianos deben ser un ejemplo positivo para sus familias manteniendo la calma y
siendo pacientes en todo momento (especialmente frente a sus hijos). Mantiene la paz en el
hogar y recuerda que ninguna pelea es digna de ser peleada porque esto no consigue ningún
resultado más que desperdiciar tu tiempo y herir sentimientos.

Responsabilidades del hombre en el matrimonio


Los hombres tienen un papel importante en sus matrimonios y familias. El hombre debe ser el
líder espiritual en el hogar y también un buen proveedor y protector de su casa. Cuando esto no
sucede, incrementa la tensión dentro del matrimonio y se derrama sobre las vidas de los hijos.
Pero cuando el esposo cumple con sus responsabilidades, entonces el matrimonio es más fuerte

y el hogar es un lugar más feliz.

Respeto y apoyo para la esposa Esta es una de las responsabilidades más importantes del
esposo. Si la esposa está sobrecargada con la disciplina de los niños, el esposo debe dar un
paso adelante y reprimir a los hijos por no obedecer los mandatos de su esposa. O si un esposo
está teniendo una aventura y no muestra ningún remordimiento por sus acciones, entonces esto

muestra su falta de respeto y compromiso con su esposa.

Contribución financiera El esposo también debe hacer su parte para asegurarse de que su
esposa y sus hijos estén provistos financieramente. Cuando el esposo descubre que su salario ha
sido reducido y sabe que las cuentas necesitan pagarse, no dejará la mayoría de los deberes
financieros a su esposa. En lugar de eso, se debe hacer responsable y buscar un ingreso
adicional si es necesario para proveer a la familia y complementar su ingreso.

Crianza La esposa no debe ser la única persona a cargo de la educación de los hijos. El esposo
también necesita dedicar su tiempo y recursos al desarrollo espiritual y emocional de sus hijos. Si
un hijo tiene la tendencia a pasar demasiado tiempo jugando videojuegos o viendo televisión, el
esposo necesita poner límites en la cantidad de tiempo sobre estas actividades y reemplazarlas
con otras cosas, como jugar en el exterior o asistir a actividades para niños juntos. El esposo
también necesita pasar tiempo discutiendo los problemas como el manejo del dinero y construir

buenas amistades.

Intimidad El esposo necesita ser capaz de ser emocionalmente vulnerable con su esposa y
comunicar honestamente sus sentimientos hacia ella en una forma madura. El esposo necesita
permitir a su esposa expresar libremente sus sentimientos hacia él sin sentirse subestimada. El
afecto físico del esposo le permite a la esposa saber que la amas y valoras como persona, y que
aprecias su belleza interior y exterior.

El papel cristiano del hombre como líder en el matrimonio


El papel del hombre y la mujer en la Biblia está presentado mediante versos y ejemplos. Cuando
se trata del matrimonio, la Biblia da claras directivas de los papeles que el hombre y la mujer
deben seguir. La Biblia deja en claro que el hombre toma el papel de liderazgo en el matrimonio.
Mientras que el papel del hombre cristiano es el de líder, la forma en que la Biblia define el
liderazgo generalmente difiere de la forma en que los hombres y mujeres seculares podrían
definir el concepto. El Concilio para la Masculinidad y Feminidad Bíblica de Dennis Rainey sugiere
el término “sirviente/líder” como apropiado para el papel del hombre en un matrimonio cristiano.
El deber del liderazgo El hombre cristiano tiene un deber de liderar y dirigir a su familia. Esto
significa que debe tomar una posición de jefe en la familia. El esposo toma la decisión final
basado en las necesidades del matrimonio, pero debe consultar con su esposa antes de decidir.
Como cualquier gerente de un negocio debe hablar con los empleados sobre los problemas o
soluciones, un esposo debe consultar a su esposa y tomar la decisión que sea más conveniente
para ambos en el matrimonio.
Amor en el liderazgo La Biblia dice a los hombres que deben amar a sus esposas. Dennis Rainey
escribió en la página web del Concilio para la Masculinidad y Feminidad Bíblica que los hombres
deben recibir a su esposa como un regalo, así como Adán vio a Eva como un regalo de Dios y
como la compañera de su vida. Un hombre debe amar a su esposa y apreciar lo valiosa que es,
así de esta manera, tomar decisiones que sean beneficiosas tanto para las necesidades de su
esposa como las de él.
Servicio en el liderazgo Un hombre cristiano es un líder en el matrimonio, pero a veces toma el
papel de servidor. El Moorings resalta que un hombre debe tener en cuenta las consideraciones
de su esposa, que en algunos casos significa lavar los platos, sacar la basura o incluso cuidar de
su esposa si llegase a enfermar.
Respeto Los líderes en los negocios son respetuosos con sus empleados y tienen en cuenta sus
necesidades. Lo mismo aplica para el matrimonio cristiano. Un esposo necesita respetar a su
esposa y escucharla cuando tenga una sugerencia, incluso si en última instancia decide en contra
de ésta. Un esposo que respeta a su esposa recibirá lo mismo a cambio y la cónyuge estará
dispuesta a aceptar sus decisiones por su propia voluntad.

Cualidades de una buena mujer


Todo el mundo tiene una idea de cómo debe ser una buena mujer. Algunas son más
favorecedoras que otras, pero estas cualidades van más allá de la simple belleza o de inmediatez
superficial.

Conciencia de sí misma. Una mujer buena debe saber quién es y aceptar cada parte de sí
misma como hermosa. La conciencia en sí mismo genera confianza en uno mismo, lo que

fomenta otras buenas características.

Independencia Independencia significa una mujer que no necesita nada más para cumplir con su
sentido de sí misma. Ella confía en su propia vida y constituye una persona completa,

independientemente de si está o no en una relación.

Responsable. Una buena mujer es alguien con quien puedes contar en tiempos difíciles y que

sabe cómo ocuparse de los problemas sin ayuda.

Bondad. La bondad conduce a la confianza y al afecto. Busca una mujer que piensa en los

demás tanto como en sí misma y que trata a los demás como le gustaría ser tratada.

Confiable. No puedes estar en una relación con una mujer que no sea digna de confianza. Debes
poder contar con ella para ser honesto y no engañar a sus personas cercanas.

Maneras de honrar a tu esposo


Una esposa puede honrar a su esposo de la siguiente manera:

1.  Exhibiendo una conducta irreprochable.  La conducta de una esposa afecta como


los demás ven al esposo.
2. No deshonrando su nombre de ninguna manera frente a otros.  “Criticar a los
esposos” ha venido a ser algo demasiado común cuando las esposas se reúnen. 
Es muy fácil incluirse y aun tratar de competir destacando las faltas de los maridos. 
Una cosa es traer tus dificultades a un consejero, pastor y hasta a un amigo
cristiano confiable, pero es muy distinto compartir las faltas de tu esposo con
amigas casuales o aun con amistades intimas.  También debemos de tener cuidado
con las peticiones de oración públicas.  No todos los cristianos saben guardar una
confidencia.  En muchas ocasiones una petición de oración termina en un secreto
divulgado o en chisme.
3. Recuerda que si tu esposo es creyente tu está casada con alguien de un valor
inigualable para Cristo.  Y si Cristo lo tiene como algo valioso y de alta estima,
¿cómo no ha de ser de igual manera para ti?  Una mujer que está casada con uno
que no es cristiano, debe tratar a su esposo de esta misma manera.  Cristo murió
por sus pecados y también desea tener una relación con él.  1 de Pedro 3:1-2 dice
que nuestra conducta puede ser un vehículo para ganar un esposo no cristiano para
Cristo.  Si tu esposo es no es cristiano, ¿tendría él deseo de conocer más sobre tu
Salvador basándose en tu conducta?
4. Pregúntate si tus hijos te ven honrar a su padre.  Tu eres una gran influencia de
cómo ellos ven a su padre por la forma como lo honras en tu casa.
5. Recuerda que el honor está involucrado en todo lo que haces con tu vida—en la
manera como hablas y que trabajas, con los valores que tienes y tu moral.  No hay
nada que puedas decir o ver que no involucre honor de alguna forma.   

¿Estas tú, como esposa, trayendo honor a Dios en la manera que tratas a tu esposo? 
Debemos de “amarnos los unos a los otros con amor fraternal, respetándonos y
honrándonos mutuamente.” (Romanos 12:10) ¿Estas deleitándote en honrar a tu esposo?

7 cosas que te harán ser una extraordinaria esposa

1. No coloques a los demás antes de su marido. Si usted no toma a su marido como


una prioridad, su matrimonio se verá afectado de buena manera. Las esposas deben
darle a su marido su mejor tiempo, no de lo que le sobra.
2. No esperes que sea igual a ti. Él piensa diferente, procesa las cosas de manera
diferente, no esperes que piense igual que tu, Dios creó de manera diferente al hombre y
a la mujer.
3. No deshonres a tu esposo.  Usted puede deshonrar a su cónyuge por la forma en
que lo trata, o se expresa de él, de forma negativa a los demás o por la forma de hablar
con él como si fuera un niño. Tenga cuidado de no cuestionar su juicio y habilidades.
4. Nunca uses el sexo para negociar con tu marido.  Su relación sexual no es un
juego. No se debe utilizarlo para conseguir lo que quieres. Debe ser una parte muy
importante de su relación. No es algo que «ganó» su marido, sino que debe ser
«libremente» en su relación matrimonial. Dios creó de manera diferente al hombre y a la
mujer.
5. Deja de tratar mal a tu marido cuando se equivoque.  Mantener la «dulzura», ser
la ayuda para su marido aun cuando él no haga bien las labores de ayudas en el hogar, o
hagan los proyectos y metas junto a él. Hay cosas que los dos pueden hacer bien pero
que por naturaleza la mujer lo domina mejor y que debe ser ayuda en enseñarle a su
esposo para que los dos puedan dominar juntos.
6. Tu esposo no se tiene que ganar tu respeto. Al igual que un marido debe amar
incondicionalmente a su esposa, una esposa debe respetar incondicionalmente a su
marido. Eso no quiere decir que ella debe recibir todo lo que hace o estar de acuerdo con
él en todo. Y eso no quiere decir que ella no debería tratar el comportamiento o acciones
con lo inapropiado. Pero sí significa que no importa lo que haga o diga, debe tratarlo con
dignidad y honor, porque él es su marido.
7. No esperes que tu esposo sea el príncipe azul.  Si sigue esperando que su marido
sea el príncipe azul, perfecto sin errores, entonces se cansará de esperar a que suceda,
Dios nos creó lleno de virtudes diferente entre los hombre y mujeres, lo que el hombre
no tiene lo tiene la mujer y viceversa. Pase más tiempo encontrando esas virtudes en su
marido y verá cómo todo empieza a cambiar para bien. ¿Cuáles son algunas otras
cosas que usted piensa esposas deben dejar de hacer?

COMO SE DEBE TRATAR A UN HOMBRE


En nuestra enseñanza anterior hablamos de que hemos llegado a una etapa de la
historia de la humanidad en que los matrimonios se relacionan con responsabilidades
compartidas de acuerdo a conveniencias, pero no de acuerdo al diseño de Dios. Nuestro
Padre Celestial dejo establecido en la Biblia como se debe manejar la relación del
hombre y la mujer en el matrimonio.
 Efesios 5:33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer
como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. Dios a lo largo de toda la Biblia
manda al hombre a amar a su esposa, pero manda a la esposa a respetar a su
esposo. Respetar a su esposo significa tenerle consideración y reconocimiento como su
autoridad espiritual. Del contexto bíblico y de la experiencia, podemos deducir con
absoluta certeza que la necesidad fundamental de la mujer es sentirse amada y la del
hombre sentirse respetado.
Efesios 5:22-24 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al
Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está
sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
Esta instrucción bíblica es muy difícil de aceptar para muchas mujeres, especialmente
aquellas que han sido lastimadas por un esposo. ¡Pero es un comando bíblico! No
obstante debemos aclarar que la sujeción al marido no significa que el marido es el
“jefe”.  Habla de una actitud respetuosa para con él, apoyándolo como una ayuda
idónea y como una mujer sabia que edifica el hogar. Significa que la mujer tiene voz y
voto, pero respeta la identidad de su esposo como el Líder de la Familia.
 La sujeción tiene también límites. Una esposa no debe seguir a su esposo si él le pide
que haga cosas que están fuera del orden Bíblico, porque antes que la autoridad del
esposo o de cualquier otra persona, está la autoridad de la palabra de Dios. Los
comandos de Dios son los que deben prevalecer sobre la vida de todos los
hijos de Dios.
1 Pedro 3:1-4 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos,
para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra por
la conducta de sus esposas,  al considerar vuestra conducta casta y
respetuosa.   Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de
adornos de oro o de vestidos lujosos,   sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios.
La instrucción bíblica enseña claramente que la esposa puede ganar aun al esposo
inconverso con una conducta sabia y respetuosa para con su marido. Le enseña que lo
va a ganar más con su actitud que con sus palabras. Dios dice que no usen las palabras
para ganar a su marido, sino acciones respetuosas y serviciales hacia su esposo, con un
espíritu tranquilo y un corazón amable y apacible. No depende de si su esposo lo
merece o no; es la instrucción bíblica.
 A través de nuestra experiencia como Consejeros, hemos visto como muchas mujeres,
especialmente hoy en día, pretender manejar a sus esposos y hasta gobernarlos.
Entonces, dependiendo del temperamento del varón, si es de temperamento fuerte, se
producen fuertes peleas entre ellos; y si el varón es de temperamento suave, entonces
la mujer lo puede anular completamente. Y después se quejan que su esposo no
sirve para nada!
 La femineidad de una mujer se establece, según el contexto bíblico, por medio de su
actitud interna, un espíritu afable y apacible que es de gran estima delante de Dios.
Habla de una actitud respetuosa, amorosa y tierna para su esposo. La mujer no debe ni
puede asumir actitudes machistas con su mismo esposo.
 No estamos de acuerdo bajo ninguna circunstancia con ningún tipo de abuso en contra
de la mujer ni en contra del hombre. El comando de Dios es que nos amemos y que
seamos mansos y tolerantes. Pero si hay una situación de violencia, se deben separar
temporalmente para sanarse individualmente y luego restaurar la relación.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!

Responsabilidades de la Esposa  Descargar la presentación

Presentación del tema: "Responsabilidades de la Esposa"

1  Responsabilidades de la Esposa
2  Pro. 18:22 El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.
Pro. 12:4 La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos

3  ¿Serás corona o carcoma?

4  Responsabilidades de la Esposa
Someterse a su esposo

5  1. Someterse a su esposo Razones por no someterse


Rebeldía innataLa maldición de Dios (Gen. 3:16)La cultura modernaFracaso del hombre en asumir su
responsabilidad (1 Tim. 5:14)Fue establecida desde la creación (Gen. 2:18-25; 1 Tim. 2:11-15)Es un mandato
de Dios

6  Mandato de DiosLa práctica de Jesús (y debemos ser como Él). (Juan 8:28-29; 1 Ped. 2:21-3:1)La sumisión
es para todo creyente (Efe. 5:21)La insumisión a autoridades humanas es insumisión a Dios (Rom. 13:1)

7  Mandato de DiosDios repite el mandamiento a la mujer por lo menos 9 ocasiones.Gen. 3:16; 1 Cor. 11:3;
14:34; Efe. 5:22-24; Col. 3:18; 1 Ti. 2:12; Tito 2:4-5; 1 Ped. 3:1-6.

8  1. Someterse a su esposoSe extiende a posiciones de liderazgo espiritual (1 Tim. 2:9-10; 1 Cor. 14:34-
35)Sumisión refleja madurez espiritual.Sumisión refleja el papel de la iglesia con Cristo (Tito. 2:4-5)

9  Responsabilidades de la Esposa
Someterse a su esposoAyudar a su esposo

10  2. Ayudar a su esposo El propósito original de la mujer (Gen. 2:18-20)


Requiere sumisión porque nadie quiere servir (Mar. 10:45)Apoyarle en momentos críticosEl ejemplo de la
mujer virtuosa (Prov. 31:23)

11  Responsabilidades de la Esposa
Someterse a su esposoAyudar a su esposoRespetar a su esposo

12  3. Respetar a su esposo Mandato repetido (Efe. 5:33; 1 Ped. 3:1-2)


El ejemplo de Sara (1 Ped. 3:6):Apoyó a su esposo cuando estaba tomando decisiones que casi destruyen
su familia.

13  Responsabilidades de la Esposa
Someterse a su esposoAyudar a su esposoRespetar a su esposoDesarrollar Espiritualmente

14  4. Desarrollar Espiritualmente


El enfoque del mundo:belleza exterior (1 Pedro 3:3)El enfoque de Dios:belleza interior (1 Pedro 3:1-
8)Conducta casta y piadosa (v. 2)Espíritu afable y sumiso (v. 4)Sumisión al esposo (v. 5)Fe y confianza (v. 5-
6)

15  Responsabilidades de la Esposa
Someterse a su esposoAyudar a su esposoRespetar a su esposoDesarrollar EspiritualmenteCentrar su vida
en su familia

16  5. Centrar su vida en su familia


Este concepto ha sido rechazadoEste concepto tiene que ser aprendidoTito 2: Las ancianas asimismo sean
reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las
mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa,
buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

17  5. Centrar su vida en su familia


La mujer virtuosa centra su vida en su familia.

18  La Esposa Virtuosa Sus ganancias son para la familia (11)


Su deseo es suplir las necesidades de su esposo (12)Trabaja en los quehaceres del hogar con gusto (13,
19)Busca las mejores gangas y la mejor calidad (14)Es diligente y esforzada y buena administradora (15, 17,
18, 27)

19  La Esposa VirtuosaUsa sus habilidades administrativas para el beneficio del hogar (16, 24)Es compasiva
y generosa (20)Es precavida y prudente (21)Cuida y decora su hogar (22)Sus éxitos son para el avance de
su esposo (23)

20  La Esposa VirtuosaEs una mujer fuerte y de dignidad, confiada en el futuro (25)Es sabia
(intelectualmente activa) y amable (26)Alabada por sus hijos y su esposo y otros (28, 29, 31)Enfoca su
belleza interior más que su belleza exterior (30)

21  ¿Serás corona o carcoma?

Nuestro rol como esposas


A diferencia de lo que muchos piensan la prioridad de la mujer casada después del Señor es su marido, y no
sus hijos. Dios ha hecho del matrimonio como la relación que más une: “Por tanto, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, Génesis 2:24. Dios hizo a la mujer con
el propósito de ser “ayuda idónea para él” (Génesis 2:18). La Biblia deja claro que este propósito divino en
la creación de la mujer en ninguna manera la hace a ella un ser inferior. La mujer cristiana debe ser una
ayuda a su marido físicamente, emocionalmente, mentalmente y espiritualmente. Ella es el complemento del
hombre. Ella debe ser su ánimo y aquella que le conforta.

Necesitamos tener en cuenta que en nuestro rol como esposas tenemos el potencial de hacer o deshacer a nuestros
esposos: “La mujer virtuosa es corona de su marido, pero la que lo avergüenza es como podredumbre en sus
huesos”, Proverbios 12:4. Según el pasaje de la mujer virtuosa de Proverbios 31 “En ella confía el corazón de
su marido” (v.11), “Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida” (v.12), “su marido también la alaba”
(v.28). En este pasaje de Proverbios 31 podemos encontrar una mujer que ama a su marido, que le es fiel, que
busca su bien y lo hace sentir importante. Ahora bien, ¿cómo se pone todo esto en práctica?:
1) Respétalo. “En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer
respete a su marido”,  Efesios 5:33.
2) No le critiques ni le ridiculices.
3) Sé agradecida y expresa esa gratitud de diferentes maneras.
4) Dile lo que admiras de él y dile que lo amas. Estamos muy equivocadas cuando pensamos que los hombres no
necesitan oír que les amamos.
5) Pon atención a los pequeños detalles, algún regalo inesperado, alguna cena sorpresa, etc.
6) Arréglate para él, no descuides tu aspecto físico.
7) Busca tiempo para estar a solas con él.
Si tienen hijos, intenta pasar tiempo con él en intimidad. Hemos de invertir tiempo en nuestra pareja a lo largo de
la vida, en todas las etapas del matrimonio, desde el principio. Si nos volcamos en nuestros hijos como lo más
importante de nuestra casa, la pasaremos mal cuando llegue el tiempo del nido vacío, por eso debemos lograr una
unidad y acoplamiento para poder disfrutar de la convivencia en la madurez. Tenemos toda una vida para trabajar
la relación, para disfrutar de nuestra pareja a lo largo del matrimonio hasta que los dos seamos viejos. Una de las
imágenes más hermosas para mí es ver a una pareja de ancianos paseando tomados de la mano.
8) Ora por él y con él. Sé que es difícil empezar si no tienes esa costumbre, pero sería bueno que lo hablaras con
tu pareja y buscaran un tiempo de leer la Biblia y orar juntos cada día. Mi esposo y yo antes de casarnos, cuando
ya estábamos comprometidos y en el colegio bíblico, decidimos empezar a orar juntos y comenzar cada día
poniendo al Señor primero y encomendando nuestras vidas en manos de Dios. ¡Esto no tiene precio!
Descubrimos la Palabra de Dios juntos, comentamos las obras de Dios y oramos a Dios por los asuntos o
problemas familiares o de iglesia. Debemos buscar construir nuestro hogar sobre la Roca, que es Cristo y su
Palabra.
9) Sé una mujer sumisa. “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor”, Efesios 5:22.
“Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor”, Colosenses 3:18. “Asimismo ustedes,
mujeres a, estén sujetas a sus maridos b, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra,
puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres ”, 1Pedro 3:1. Como mujeres
cristianas, este es el mandato del Señor. Reconozco que es un tema complicado, pero hay que ponerlo en
práctica. Creo que muchas veces se ha malinterpretado, y muchos hombres han sido machistas o déspotas con sus
mujeres usando este principio como excusa. Quiero dejar claro que sumisión no es subyugación. Es un asunto
que tiene que ver con los diferentes roles dados por Dios al hombre y a la mujer. El hombre es nuestra cabeza
como Cristo es la cabeza de la iglesia. 10) No descuides las
relaciones sexuales. “Que
el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no
tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su
propio cuerpo, sino la mujer. No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para
dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de
dominio propio”, 1Corintios 7:3-5. Muchas mujeres, con el paso de los años piensan que esta área no es tan
importante, y es verdad, no lo es: ¡es crucial! No solo eres la ayuda idónea para tu esposo, su compañera, su
mejor amiga, sino que debes ser su amante. Tu cuerpo no te pertenece, le pertenece a él. Muchos matrimonios se
han roto por no cuidar la relación sexual. Por lo tanto, cuida y disfruta de la relación sexual. Es una bendición
cuando sentimos que después de años de matrimonio los dos nos seguimos deseando, ¡a pesar de nuestros kilos
de más y de nuestras arrugas! Procura ser intencional en que tu matrimonio refleje la unión de Cristo y su iglesia
(Efesios 5:21-33) y en cumplir el rol de esposa que Dios te ha dado.
¿Qué dice la Biblia del esposo y la esposa?
Contenido ¿Qué dice la Biblia acerca de los esposos? Efesios 5:28-29 Así también los esposos deben amar a sus esposas
como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo. Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que
lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia (Ef 5:28-29).
¿Qué dice la Biblia sobre la mujer en el matrimonio? Texto 10: Corintios 7: 3-5
v 3 Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. V 4 La mujer no
tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo,
sino la mujer.
¿Quién es primero el esposo o los hijos según la Biblia? En este pasaje bíblico, la primera enseñanza es amar a tu marido,
ya que la relación con él comenzó primero que tu relación con tus hijos.
¿Qué dice la Biblia de la vida en pareja? El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza,
no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. … El amor jamás se extingue”, 1 Corintios 13: 4-8. “Por eso el
hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser”, Génesis 2: 24. ¿Qué dice la
Biblia sobre el matrimonio? El matrimonio es ordenado por Dios El Señor ha dicho: “… quien prohíbe casarse no es
ordenado por Dios, porque el matrimonio lo decretó Dios para el hombre” (D. y C. 49:15).
¿Quién debe manejar el dinero en el matrimonio? Cuando ambos aportan a la casa, tienen una buena comunicación y
confianza mutua, pueden decidir manejar el dinero en conjunto. Depositar ahí el dinero que gana cada quien, y sentarse a
ver cómo lo van a gastar, porque es dinero de los dos.
¿Qué significado tiene el matrimonio para Dios? El matrimonio no debe romperse ni separarse. Lo que Dios ha unido, no
lo separe el hombre (Mt 19,6). El matrimonio cristiano, no sólo llama a cada uno a la santidad personal, sino que también
llama inseparablemente a contribuir con la misión de la Iglesia, es decir, al apostolado.
¿Qué es lo primero para Dios? Cuando ponemos a Dios cómo lo primero, lo honramos. Le demostramos nuestra fe y
nuestro amor, y le abrimos a Dios la puerta para que nos bendiga. Dios quiere que le ofrezcamos lo mejor de nosotros, lo
que nos cuesta, lo que nos duele. Recuerda que Dios te usa como persona para ser instrumento y para dar a los demás.
¿Qué puedo hacer si mi esposo prefiere a su familia? ¿Qué hacer cuando tu pareja prefiere a su familia? Expresar
compresión. Es importante que tu pareja vea que entiendes que la familia para ti también es un apoyo importante y que
comprendes la importancia que esta le da. … Comunicar tus emociones. … Encontrar un equilibrio.

. ¿Qué Dice La Biblia Acerca De Ser Una Esposa?

Dios creó a Adán y lo puso en el Jardín del Edén. Cuando se le asignó la tarea de nombrar a todas las
bestias del campo y cada ave de los cielos, descubrió que no había ayuda idónea para él (Génesis 2: 19,20).
Y así, Dios formó a una mujer de una de sus costillas y la llevó a Adán, quien exclamó: «¡Esto finalmente es
hueso de mis huesos, carne de mi carne!» (Génesis 2:23). Juntos, el hombre y la mujer tenían dominio
sobre la creación, ambos fueron creados a imagen de Dios (Génesis 1:27). La mujer ayudó y complementó
al hombre, y juntos formaron una unidad, sellada al convertirse en «una sola carne» (Génesis 2:24), que
también se refiere a las relaciones sexuales.
La caída interrumpió la buena relación. La caída interrumpió esta buena relación y el hombre
«gobernaría» sobre la mujer (Génesis 3:16 – esto no fue una orden, sino una consecuencia del pecado). La
falta de respeto mutuo se infiltró en la relación y se encuentra en muchos matrimonios en todo el mundo.
Pero en el Nuevo Testamento, se exhorta a las esposas a respetar a sus esposos, y honrar a su esposo
como el líder de la familia (Efesios 5:22). Esto significa que la esposa le da espacio a su esposo para dar un
liderazgo espiritual y práctico a la familia. Ella lo trata con respeto y lo apoya donde sea necesario. De esta
manera, el esposo y la esposa reflejan la relación de pacto entre Cristo y la iglesia. El esposo se refiere a
Cristo y la esposa a la iglesia. Cristo se entregó por su iglesia, del mismo modo el esposo debe amar a su
esposa como a su propio cuerpo (Efesios 5: 25-28). Y la esposa debe someterse a su esposo como la iglesia
a Cristo. Para ambas partes dentro un matrimonio, no hay lugar para el egocentrismo.
Conducta respetuosa y pura Dios se complace en las esposas que practican «la conducta respetuosa y
pura». Pueden ganarse a los esposos que no son creyentes (1 Pedro 3: 2). Dios se deleita en la «belleza
imperecedera de un espíritu gentil y tranquilo», es muy precioso a sus ojos (1 Pedro 3: 4). Tales esposas
ponen su esperanza en Dios, hacen el bien y no temen por nada aterrador, debido a su confianza en Dios (1
Pedro 3: 6). A los esposos se les dice que muestren honor a sus esposas porque son herederos de ellas en
la gracia de la vida (1 Pedro 3: 7).
Iniciativa propia o liderazgo Ser una ayuda idónea para el esposo, o tener un espíritu gentil y tranquilo, no
significa que la esposa no pueda tomar la iniciativa por sí misma ni ejercer ningún liderazgo. En Proverbios
31, se pinta un retrato de una esposa que compró un campo (versículo 16), tiene un intercambio activo
(versículo 24), dirige hábilmente a su hogar (versículo 15) y enseña con sabiduría (versículo 26). Ella es
alabada como «mucho más preciosa que las joyas» (versículo 10), alabada tanto por el esposo como por
los hijos (versículo 28). Esto se debe a que ella no trata de asumir el papel de su esposo, sino porque «ella
le hace bien y no hace daño, todos los días de su vida» (versículo 12). El corazón de su esposo «confía en
ella, y no le faltará ganancia» (versículo 11). Un esposo que confía plenamente en su esposa y la alaba, es
un esposo que se siente respetado y amado. El esposo tiene una posición de honor dentro de su sociedad:
es «conocido en las puertas cuando se sienta entre los ancianos de la tierra» (versículo 23), una posición
fortalecida por la excelencia de su esposa. En resumen, eso es lo que dice la Biblia sobre ser una esposa:
una mujer que fielmente ayuda y apoya a su esposo, lo respeta, lo ama y tiene una relación sexual con él y
con nadie más. Ella es igual a su esposo a la vista de Dios (Gálatas 3:28, 1 Pedro 3: 7) pero tiene una
posición única en su matrimonio, al igual que su esposo tiene su propia posición en su matrimonio. Juntos
reflejan la relación del pacto entre la iglesia y Cristo (Efesios 5: 22-32).

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