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SESIÓN 4
SANANDO EL CORAZÓN
Duración: 1 hora
Objetivo:
Llevar a las personas a identificar las heridas de su corazón y a recibir la sanidad,
a través de la Cruz.
Fundamento bíblico:
“El ánimo del hombre soportará su enfermedad, mas ¿quién soportará el ánimo
angustiado?” (Proverbios 18:14).
INTRODUCCIÓN
Las heridas más profundas que puede padecer el ser humano son las del alma;
pues casi siempre son producidas por las personas más cercanas (familia,
amigos, parejas, etc.) y tocan fibras muy sensibles. Dios creó al hombre para
que amara y para que fuera amado, no para que experimentará el sufrimiento,
la traición, o el rechazo.
Las heridas que tocan el corazón son tan fuertes que ni el tiempo puede
borrarlas, están tan arraigadas en lo íntimo del ser, que en muchas ocasiones
la memoria no las percibe. Son más fuertes que las heridas físicas, es probable
que usted haya escuchado la expresión: “Lo que me dijo, me dolió más que un
golpe”.
- La mente nos hace conscientes del mundo que nos rodea, recibiendo y
procesando toda la información percibida por nuestros sentidos.
- Las emociones son nuestra reacción personal a todo lo que nos rodea. Son
las que le dan color a la vida, si las emociones se ven afectadas, se convertirán
en el mayor martirio de la persona.
¿QUÉ ES EL RECHAZO?
El rechazo es la falta de aceptación. Significa no ser admitido; ser contradicho
en lo que se expresa, propone u ofrece; es no hallar cabida o no encontrar un
lugar en algún grupo.
Al mismo tiempo, muchas mujeres que han tenido que enfrentar las presiones
de un matrimonio tormentoso, viven irritadas continuamente consigo mismas,
y se desahogan con sus hijos, haciendo sus días demasiado difíciles.
Es fundamental que los padres traten de crear puentes de comunicación con sus
hijos y, a la vez, fortalecer los lazos de amistad con ellos.
Para que el Señor pueda traer una restauración total a cada corazón herido es
necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:
• Enfrentar el pasado:
Con ayuda de Jesús, podemos enfrentar cualquier cosa que nos haya
marcado en el pasado, sabemos que el amor de Él es la medicina para
cada herida.
Jesús vivió el abandono del Padre porque estaba tomando nuestro lugar,
llevando sobre los hombros la maldad del mundo entero. Si hay algo que
Dios no soporta, es el pecado, justamente porque Él es Santo. Jesús se hizo
pecado por nosotros, para que usted y yo fuéramos hechos justicia en Él.
Nuestro nacimiento no fue una equivocación, todo fue planeado por Dios. Él
es un Dios paternal y maternal que puede suplir cualquier vacío emocional
causado por el abandono de un padre: “Desde el vientre de mi madre tú eres
mi Dios” (Salmos 22:10b). Dios no es nuestro Dios solamente ahora; ahora es
cuando lo conocimos, pero Él siempre ha sido nuestro Dios.
Desde el vientre de nuestra madre el Señor nos ha puesto Su sello, y hoy nos
dice: “Tú eres mi hijo y yo soy tu Dios”. Entonces sabemos que Él es nuestro Dios
y nuestro verdadero Padre.
Dios quiere darnos consuelo, de la misma manera en la que una madre consuela
a sus hijos: “Y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis
mimados como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros
y en Jerusalén tomaréis consuelo” (Isaías 66:12b).
CONCLUSIÓN
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Identifica cuáles han sido las posibles causas de las heridas en tu vida (Por
ejemplo, cuando alguien cercano te abandonó).
MINISTRACIÓN