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Estrategias - de - Entrevista - para - Cormier - W - Removed - Removed (1) - Removed
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OBJETIVOS
los efectos de los procedimientos de entrevista son aún escasas. Las guías propuestas
en este capítulo se basan más en consideraciones que proceden de la experiencia
que en datos empíricos. Consecuentemente, necesitará prestar mucha atención a
los efectos que produce el empleo de estas preguntas sobre los clientes.
4. Historial psiquiátrico/terapéutico
Tratamientos terapéuticos y/o psicológicos o psiquiátricos previos:
Tipo de tratamiento
Duración del tratamiento
Lugar o persona que le ha tratado
Problema presentado
Resultados del tratamiento o motivos de finalización del tratamiento
Hospitalizaciones previas y/o administración de fármacos para el tratamiento de
problemas emocionales/psicológicos
5. Historial académico/profesional
Gráfico del progreso académico (asignaturas fuertes y débiles) desde la enseñanza
primaria hasta el último nivel educativo concluido
Relaciones con los profesores y los compañeros
Empleos que ha tenido
Duración de los empleos
Razón para finalizarlos o cambiarlos
Relaciones con sus colegas
Educación/práctica recibida para el empleo
Aspectos más estresantes o productores de ansiedad del trabajo
Aspectos menos estresantes o más favorables en el trabajo
Grado general de satisfacción laboral diaria
6. Historial médico/sanitario
Enfennedades de la niñez, enfermedades importantes que haya sufrido,
intetvenciones quirúrgicas
Enfermedades o molestias corrientes relacionadas con la salud (por ejemplo dolores
de cabeza, hipertensión)
Tratamiento recibido para las molestias frecuentes: qué tipo y prescrito por quién
Fecha y resultados del último examen médico
Problemas de salud importantes frecuentes en la familia de origen del cliente
(padres, abuelos, hermanos)
Patrones de sueño del cliente
Nivel apetitivo del cliente
Medicación (incluidas las aspirinas, vitaminas, píldoras para control de natalidad,
drogas)
Alergias a fármacos y a otros productos
Dieta diaria típica del cliente, incluyendo las bebidas/alimentos que contienen
cafeína; bebidas alcohólicas
Patrones de ejercicio físico
Eje IV. Intensidad de estrés psicosocial (incluye problemas relevantes en las áreas
laboral, académica, legal, recreativa, financiera y social)
A. Clasificación ordenada:
l.
2. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-
3.
4. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
El orden que se sigue para recoger esta información durante la entrevista inicial
es también un factor importante. Normalmente el entrevistador empieza con los
temas menos conflictivos y deja los más sensibles (como el #6, el #7 y el #8)
para el final de la sesión cuando se haya establecido un grado mayor de rapport y
el cliente se sienta más cómodo para revelar información personal.
En la misma línea que la entrevista, el terapeuta puede proporcionar al cliente
un cuestionario o formulario escrito que éste debe cumplimentar a modo de tarea
antes de la próxima sesión. Dos formularios elaborados con este propósito son el
Cuestionario Multimodal de la Vida del Cliente (Lazarus, 1976) y el Cuestionario
del Análisis Conductual (Cautela, 1976). Estos cuestionarios se adjuntan al final
del libro en los Apéndices A y B.
Si, después de la entrevista inicial, usted tiene alguna duda sobre el estado
psiquiátrico del cliente o sospecha la existencia de algún trastorno cerebral orgánico,
puede ser conveniente practicarle un examen sobre el estado mental. En opinión
242 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
de Kaplan y Sadock (1981), el examen del estado mental clasifica y describe las
áreas y componentes del funcionamiento mental implicadas en las impresiones y
clasificaciones diagnósticas. Las principales categorías incluidas en un examen del
estado mental son la descripción del aspecto general del cliente, el estado de ánimo
y el afecto, la percepción, los procesos del pensamiento, el nivel de conciencia,
la orientación en el tiempo, la memoria y el control de impulsos. Por otra parte,
el examinador puede señalar el grado de objetividad o fiabilidad del autoinforme
del cliente. De las categorías anteriores, los trastornos de conciencia (que conllevan
la capacidad para ejecutar tareas mentales, grado de esfuerzo, grado de fluidez/
dudas para ejecutar tareas) y la orientación (si el cliente sabe quién es, dónde está
y en qué fecha, así como quienes son las otras personas) son indicativos del trastorno
o deterioro cerebral orgánico y precisan una evaluación y seguimiento neurológicos.
Los terapeutas y terapeutas deben conocer las funciones y el contenido de los
exámenes del estado mental para remitir al cliente que podría beneficiarse de este
procedimiento adicional de evaluación. Para más información sobre los exámenes
del estado mental y la evaluación neuropsicológica, ver Kaplan y Sadock (1981)
y Meyer (1983). Wing, Cooper y Sartorius (1974) han elaborado un modelo más
amplio del examen del estado mental, «Examen de Estado Presente». Esta versión
publicada incluye también información referente a la fiabilidad y algunos modelos
de preguntas.
El registro del historial (y los exámenes del estado mental, si son aplicables)
se realiza durante las primeras sesiones. Después de obtener este tipo de información
preliminar sobre el cliente y la modalidad de los problemas que presenta, puede
iniciar las entrevistas de evaluación directa con el cliente para definir más espe-
cíficamente los parámetros de los problemas y de los conflictos. En el próximo
apartado se presentan algunos consejos para llevar a cabo las entrevistas de eva-
luación
En esta categoría el terapeuta emplea guías de final abierto para ayudar a los
clientes a identificar todos los aspectos y problemas principales que les afectan en
el momento actual de su vida. Con frecuencia los clientes describirán inicialmente
un sólo problema y en posteriores interrogatorios y comentarios el terapeuta en-
contrará otros problemas adicionales, algunos de los cuales pueden ser más estre-
santes y severos o de mayor importancia que el originalmente descrito por el cliente.
Si el terapeuta no intenta obtener desde un principio la «imagen total», el cliente
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 245
Después de emplear estas guías, el terapeuta debeóa examinar las áreas pro-
blemáticas generales o los motivos de preocupación indicados por el cliente. En
ocasiones un cliente puede no responder a estas guías. Krumboltz y Thoresen
(1976, p. 29) señalan que algunas veces un cliente puede tener un «interés inten-
cionado» para no identificar un problema o puede disponer de una «agenda oculta»
difícil de transmitir inmediatamente. Otros clientes pueden dudar sobre la infor-
mación que desean compartir con el terapeuta, en tales casos, el terapeuta deberá
emplear un enfoque de planteamiento oral diferente para obtener dichos aspectos.
Por ejemplo, Lazarus (1981, p. 55) ha recomendado el uso de la estrategia de
«Círculos Concéntricos» para facilitar al cliente la extracción de esta información.
Se proporciona un dibujo como el siguiente al cliente:
Rara vez los clientes o los resultados de la evaluación sugieren un único área
o problema que requiere ser resuelto o modificado. Normalmente, un problema
inicial se convierte en una multitud de aspectos no resueltos en la vida del cliente.
Por ejemplo, la evaluación de un cliente que manifiesta depresión puede estar
mediatizada por su relación con su hija adolescente y por su obesidad. Una vez
que el cliente ha descrito todos sus conflictos, el terapeuta y el cliente deberán
seleccionar los problemas que mejor representan la intención del cliente al solicitar
la terapia. La primera pregunta que debe contestarse es «¿Qué situación conflictiva
específica ha seleccionado el cliente para trabajar?».
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 247
Algunas respuestas para determinar los problemas que pueden resolverse con
más éxito son:
«¿Crees que te entristecería o molestaría resolver con éxito este problema?».
«¿Qué probabilidades de resolver con éxito este problema opinas que tenemos?».
«Dime, ¿cuál de estos problemas crees que podrías aprender o manejar con mayor facilidad y
con más probabilidades de éxito?».
4. Empezar con el problema que debe ser resuelto antes de pasar a otros
problemas. Algunas veces la presencia de un problema genera una cadena con los
problemas restantes, cuando se elimina o resuelve uno, el resto mejora o asciende
a una posición anterior para ser examinado y modificado. A menudo este problema
es central o prominente en el conjunto de los problemas registrados.
Si después de este proceso, el terapeuta y el cliente aún encuentran dificultades
para establecer un orden de preferencia en los problemas y seleccionar el área de
interés inicial, pruebe el procedimiento recomendado por Goldfried (1976a). El
cliente plantea la siguiente pregunta para cada problema identificado:
«¿Cuáles son las consecuencias si terapéuticamente no hago nada para manejar este problema
particular?». Como advierte Goldfried, «Dependiendo de la gravedad de las consecuencias
asociadas al abandono, por lo menos temporal, de cada uno de los diferentes problemas iden-
tificados, se puede obtener una imagen más clara de qué es lo más importante» (p. 319).
El terapeuta siempre puede pasar por alto la ira encubierta, que es un sentimiento
que tiende a «taparse bajo el manto» con más facilidad que cualquier otro. Lazarus
250 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
señala que «a menudo es fácil negar, desplazar, disimular o suprimir la ira. Menos
fácil suele ser disimular la ansiedad o la pena especialmente cuando_ éstas van
dirigidas hacia uno mismo» (1976, p. 34). Los sentimientos distorsionados más
comunes se refieren al dolor o la ansiedad por la ira, la culpabilidad por el resen-
timiento y a veces la ansiedad por la depresión o vice versa. Es importante también
ser consciente de que el examen del componente afectivo puede ser muy productivo
en un principio para aquellos clientes que procesan la información más fácilmente
de manera kinestésica. Los clientes que no lo hacen de este modo si se les pregunta
«¿Cómo te sientes?», pueden devolver una mirada de incógnita acompañada de
una afrrmación como «Me temo que no te entiendo».
Como cualquier otra propuesta«¿ Cómo te sientes?» no es igualmente productiva
para todos los clientes y tiende a abusarse de ella en las sesiones terapéuticas.
qué hace para llevarse bien o no llevarse bien, o para sentirse bien y no sentirse
bien. En esta parte de la evaluación usted estará interesado en descubrir con
exactitud qué hace o no hace el cliente en relación al problema. Son ejemplos de
conductas manifiestas lavarse compulsivamente las manos, llorar, comer en exceso,
robar y hacer comentarios críticos o despectivos sobre uno mismo o sobre los
demás.
Al preguntar sobre el dominio conductual, el terapeuta desea obtener descrip-
ciones de la presencia y la ausencia de conductas manifiestas concretas relacionadas
de algún modo con el problema, es decir, lo que hace y no hace el cliente. El
terapeuta también deberá prestar atención a la presencia de excesos o déficits
conductuales. Se entiende por excesos aquellas conductas que repite el individuo
con mucha frecuencia como la gula, llorar continuamente o insultar insistentemente.
Son déficits las respuestas que ocurren con escasa frecuencia o no existen en el
repertorio del cliente en el contexto o condiciones esperadas como la falta de
iniciativa para pedir algo de interés personal, la incapacidad para comentar con la
pareja los deseos o problemas sexuales o la falta de ejercicio físico y programas
de condicionamiento corporal. El terapeuta también debe estar interesado en co-
nocer los «opuestos conductuales» (Lazarus, 1976) preguntándole por los momentos
en que la persona no se comporta de este modo. Estos son ejemplos de propuestas
para obtener información sobre las conductas manifiestas y las acciones:
Cogniciones, creencias y diálogo interno. Durante los últimos años los te-
rapeutas de casi todas las orientaciones han enfatizado la importancia de las cog-
niciones o los procesos simbólicos (Bandura, 1969; Ellis, 1984) contribuyendo,
exacerbando o mejorando las situaciones problemáticas que presentan los clientes
en la consulta. Las expectativas irracionales sobre uno mismo y sobre los otros
con frecuencia se relacionan con situaciones como las imágenes molestas, las
autoclasificaciones y autoenunciados y las distorsiones cognitivas. Las cogniciones
252 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
El miedo a los ascensores puede asociarse con imágenes realistas de un ascensor que se precipita
hacia el suelo. La cólera puede fortalecerse mediante el recuerdo de algunas percepciones. Las
autoclasificaciones pueden estar implicadas en las reacciones problemáticas. Un cliente puede
experimentar un estado de ánimo inusual y atribuirlo a una enfermedad mental. Puede sensi-
bilizarse mucho a la ocurrencia de tales estados y puede etiquetar algunos que sólo son similares
como indicadores de que <<Se está volviendo loco». Un cliente depresivo puede formular pocas
autoevaluaciones positivas y una gran cantidad de autoenunciados punitivos. Las distorsiones
cognitivas pueden incluir inferencias arbitrarias formulando conclusiones en ausencia de cual-
quier evidencia o en contradicción directa con la misma, las magnificaciones exageran el
significado de un acontecimiento, la sobregeneralización es el proceso mediante el cual un
acontecimiento único se considera como indicativo de la incompetencia total y el razonamiento
dicotómico que enfatiza las diferencias polares (Beck, 1970) ... [AdemásJ, se asume que hay
una estrecha relación entre la naturaleza de los autoenunciados y la conducta abierta; una persona
que tiene éxito en una situación dada tiene un diálogo interno diferente de quien no tiene éxito
en la misma situación. Los clientes que se quejan de ansiedad y depresión a menudo suelen
disponer de diálogos internos que consisten en la anticipación de consecuencias adversas».
Relaciones y Jos otros significativos. Del mismo modo que los problemas se
vinculan a determinados momentos, lugares o acontecimientos, a menudo se hallan
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 255
Identificar Antecedentes
Usted puede recordar del Capítulo 7 que normalmente existen ciertas cosas que
suceden antes o después del problema y que contribuyen en su aparición. En otras
palabras, las personas no nacen sintiéndose deprimidas o considerándose inapro-
256 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA EN1REVISTA DE EVALUACIÓN
Afectiva
«¿Qué sientes normalmente antes de que ocurra esto?».
«¿Cuál fue la primera vez que te sentiste así?».
«¿Cuáles son los sentimientos que ocurren antes del problema, lo intensifican y favorecen su
constancia?».
«¿Existen otros sentimientos acumulados o no concluidos pertenecientes al pasado y que afectan
a este problema?».
Somática
«¿Qué sucede en tu interior justo antes de que aparezca esta situación?».
«¿Eres consciente de alguna sensación particular en tu cuerpo anterior al problema?».
Conductual
«Si fotografiáramos la escena, ¿qué acciones y diálogos registraríamos antes de que esto
ocurra?».
«¿Qué sueles hacer nonnalmente antes de que esto ocurra?».
«¿Puedes pensar en algo que haces que pueda favorecer o disminuir la presencia de este
problema?>>.
Cognitiva
«¿Qué tipo de imágenes sueles tener antes de que ocurra esto?».
«¿En qué sueles pensar antes de este acontecimiento?».
«¿Qué te dices a tí mismo cuando esto ocurre?».
Contextual
«¿Te ha sucedido esto mismo alguna otra vez?».
«¿Cuándo sucedió?».
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 257
Relacional
«¿Puedes identificar alguna persona en particular que parezca provocar este problema?».
«¿Con qué persona sueles estar inmediatamente antes de que se produzca este problema?».
«¿Existe alguna persona o relación vinculada al pasado que siga influyendo en la actualidad
sobre tu problema?».
Identificar Consecuencias
Afectiva
«¿Cómo te sientes después de ?».
«¿Cómo afecta sobre el sentimiento este problema (por ejemplo. lo mantiene, lo elimina)?».
«¿Eres consciente de algún sentimiento o emoción en particular que sueles tener después del
problema y que lo fortalece o debilita?>>.
Somática
«¿Se produce alguna sensación orgánica después de presentarse el problema? ¿Colabora en su
fortalecimiento o eliminación?».
«¿Puedes pensar en algo físico --enfennedad, dieta, ejercicio. etc.- que parece seguir al
problema? ¿Cómo influye sobre él?».
Conductual
«¿Qué sueles hacer después del problema y cómo afecta esto sobre el mismo?>).
<<¿Puedes identificar algún patrón de conducta particular que ocurra después de ésto? ¿Cómo
colaboran dichos patrones en el mantenimiento o desaparición del problema?».
Cognitiva
«¿Cuando pasa esto, en qué sueles pensar?».
«¿Qué sueles imaginarte/ decir a tí mismo, cuando ya ha finalizado esto?».
«¿Hay algunos pensamientos o imágenes típicas que se te presenten después y que fortalezcan
o debiliten el problema?».
25 8 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
Contextual
«¿Qué sucedió después?».
<1¿Nonnalmente, cuándo desaparece o finaliza el problema?, ¿cuándo empeora?, ¿cuándo me-
jora?».
«¿Puedes identificar algunos lugares, momentos o acontecimientos particulares que aparecen
favorecer el mantenimiento o la reducción del problema?».
Relacional
«¿Puedes identificar alguna persona en particular que influya sobre el problema?».
«¿Puedes pensar en alguna reacción específica de otras personas y que se presenten inmedia-
tamente después del problema? ¿En qué medida afectan al problema estas reacciones?».
evitar recomendaciones para resolver el problema que se añadan al «más del mismo
tipo». En segundo lugar, algunas veces las soluciones probadas por el cliente han
generado nuevos problemas o han empeorado los ya existentes (ver también Ca-
pítulo 20).
Fish, Weakland y Sega! (1982, pp. 13-14) explican cómo los esfuerzos de los
clientes para resolver sus problemas son a menudo origen de otros problemas:
Los problemas se inician en alguna dificultad vital corriente, los cuales nunca escasean. Esta
dificultad se puede originar a partir de un hecho inusual o fortuito. De todos modos, normal-
mente, el origen tiende a ser una dificultad corriente asociada a una de las transiciones regu-
larmente experimentadas en el curso de la vida -matrimonio, nacimiento de un hijo, inicio
de la escuela~ .... La mayoría de las personas sobrellevan tales dificultades de forma razo-
nablemente adecuada -la perfección no es usual ni necesaria- y esas no recibimos en nuestra
consulta. Pero para que una dificultad se convierta en problema sólo es necesario completar
dos condiciones: (1) no se soporta bien la dificultad y (2) cuando no se resuelve la dificultad,
más se desea dicha «solución». Entonces la dificultad original ascenderá mediante un proceso
de círculo vicioso al nivel de problema, cuya magnitud y naturaleza pueden tener poca similitud
aparente con la dificultad original.
Algunas propuestas que usted puede emplear para identificar las soluciones
previas son:
«¿Cómo has manejado este y otros problemas anteriormente? ¿Cuál fue el efecto?, ¿Qué de-
terminó su éxito o su fracaso?».
«¿Cómo has intentado resolver este problema?».
«¿Qué has hecho para mejorar este problema?».
Las siguientes propuestas pueden resultarle útiles para identificar estos recursos
o destrezas de los clientes:
trategia, ésta se enfrente a la resistencia del cliente (Fisch et al., 1982). Usted
puede conseguir que el cliente describa su opinión del problema con brevedad
pidiéndole sólo que dé un título de una línea al problema como si fuera una película,
una obra de teatro o un libro. Otra forma de conocer la percepción que el cliente
tiene del problema es la que recomienda Lazarus ( 1981) y que consiste en describir
el problema con una sola palabra y después introducir dicha palabra en una frase.
Por ejemplo, un cliente puede decir «culpable» y posteriormente «Me siento cul-
pable de haber sido infiel». El mismo cliente puede titular su problema como
«Atrapado entre dos Amantes». Esta técnica también es muy útil para trabajar con
niños que normalmente tienen mucha facilidad para pensar en términos de títulos
y palabras sin meditar en exceso.
Algunas propuestas que nos pueden conducir a identificar y describir la per-
cepción del problema son:
«Dices que sientes ansiedad. En una escala de l a 10, donde 1 es muy tranquilo y 10 es muy
ansioso, ¿dónde estarías tú?».
«¿Cómo interfiere este problema en tus actividades diarias?».
«¿De qué forma se vería afectada tu vida si este problema no se resolviera en un año?».
262 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
Al evaluar el grado de intensidad, usted busca una respuesta del cliente que
indique cuán fuerte, omnipresente o molesto parece ser el problema.
l. Propósitos de la evaluación
Il. Tipo de problemas
III. Priorización de los problemas
IV, V, VI, VII. Identificación de:
Consecuencias
Conductas beneficios
Antecedentes
problemáticas secundarios
(recompensas)
REGISTROS ESCRITOS
Normalmente, desde el momento en que un cliente solicita una cita se inicia
alguna forma de registro escrito. En un principio se apuntan los datos de identi-
ficación del cliente, los días de consulta, las cancelaciones, etc. A continuación
se registra la sesión de entrevista inicial. Al escribir un registro o un historial es
importante evitar las etiquetas, la jerga y las inferencias. Trate de ser tan específico
como le sea posible. No haga evaluaciones gratuitas o valoraciones clínicas sin la
documentación necesaria. Por ejemplo, en vez de apuntar «Este es un cliente
homicida», escriba preferentemente «Este cliente manifiesta tener frecuentemente
(al menos dos veces al día) fantasías de matar a una víctima anónima o no iden-
tificada» o en vez de «El cliente está desorientado», «El cliente no puede recordar
dónde está, por qué está aquí, qué día es y qué edad tiene».
Es importante también guardar los registros de las siguientes sesiones terapéu-
ticas y de los progresos del cliente. Estos aspectos pueden registrarse en formularios
estandarizados como el Plan de Tratamiento Individualizado del Cliente (Tabla
8.3) o de forma narrativa. Normalmente, las anotaciones del tratamiento son breves
y subrayan sólo las principales actividades de cada sesión y el progreso o mejoría
del cliente (o la falta de él). Estas anotaciones se inician durante el ingreso y
progresivamente se va añadiendo la información correspondiente a cada entrevista
de evaluación. También se incluyen los progresos terapéuticos, los objetivos mar-
cados, las estrategias de intervención y la mejoría del cliente. En este caso también
es recomendable evitar siempre las etiquetas e inferencias en los registros escritos.
También es importante incluir cualquier detalle que pueda tener consecuencias
éticas o legales, especialmente los hechos de manejo de casos. Por ejemplo, con
un cliente que manifiesta depresión y fantasías suicidas será importante anotar que
usted ha evaluado la posibilidad de suicidio y cuales han sido los resultados, si lo
ha consultado con su supervisor y si hace algo más para manejar este caso de forma
diferente como visitar al cliente con más frecuencia o establecer un contrato con
él.
TABLA 8.3. Plan de Tratamiento Individualizado del Cliente.
Nombre del c l i e n t e - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Fecha _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Diagnóstico DSM-IIl-R
Ejel _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Eje!l _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Eje IV
Eje 111 -
__-_
-_-_
-_-_
-_-_-_-
_-_-
_-_-
_- -_
__ -_
-_-_
-_-_
-_-_-
_-_
Eje V - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Problemas identificados
l. -
2. _-_- _ -_ -_-- _-
_-_-_
-_--
_-_-
_ -_
-_--
_-_- _-_-_--_-_- _-_-_-
3. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4.
5. -
_-_-_-_
-_--
_-_-_
-_-_
--_-
_-_
-_-_
--_-
_-_
-_-_
--_-
_ -_
-_-_-
266 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
Problemas antecedentes
Pl"~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-
P2
P3
P4
P5
Problemas consecuentes
PI -~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
P2_~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
P3~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
P4_~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
p5_~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Evaluación
A. Pronóstico de duración del tratamiento - - - - - - - - - - - - - - - -
del cliente durante las entrevistas. Como señala Linehan (1977, p. 45), algunas
veces la descripción que hace el cliente durante la entrevista no responde al informe
completo de los acontecimientos, o la forma de describir del cliente difiere de la
forma en que los experimenta. La auto-observación que hace el cliente de las
situaciones y conductas problemáticas debería añadir más precisión y especificidad
a la información comentada durante la entrevista. Consecuentemente, la auto-
observación puede acelerar el tratamiento y aumentar las expectativas del cliente
en favor del cambio (Shelton & Ackerman, 1974, p. 7). La auto-observación es
también un modo útil de comprobar las hipótesis que se han formulado sobre el
problema e identificar las relaciones entre distintas clases de sucesos como los
pensamientos, los sentimientos y las conductas (Hollon & Kendall, 1981).
Como se ha mencionado anteriormente, un cliente puede registrar las obser-
vaciones en base a diversos tipos de registros escritos o registros. Para las diferentes
observaciones que puede realizar un cliente durante la definición del problema se
pueden emplear dos tipos de registros. Un registro descriptivo se utiliza para
registrar los datos relativos a la identificación y selección de las características del
problema. Un registro conductual se utiliza para registrar infonnación sobre las
conductas problemáticas, sus antecedentes y consecuentes o la relación entre estas
clases de sucesos referidos al problema.
Registros Descriptivos
Página de _ __
Conducta
Día Hora Lugar Actividad Personas
Observada
Registros Conductuales
(Conductas (Frecuencial
problemáticas) duración) Antecedentes Consecuencias
Observación de Número o Qué precede a Qué sigue a la
conductas Día Hora Plazo cantidad la conducta conducta
RESUMEN
POSTEVALUACIÓN
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
Con la descripción del anterior cliente, dirija un role-play de evaluación durante
30 minutos donde su objetivo consiste en mostrar propuestas y respuestas asociadas
como mínimo con 9 de las 11 categorías descritas para la evaluación de problemas
(Objetivo Dos del capítulo). Usted también puede plantear esta actividad en tríos,
donde una persona asumirá el rol de terapeuta, otra el rol del cliente «ansioso>i y la
tercera persona adoptará el rol de observador; después pueden intercambiar los
roles. Utilice el Cuestionario de Entrevista que se adjunta al final del capítulo como
guía de Ja entrevista y para obtener feedback.
Después de finalizar la entrevista, elabore algunas hipótesis sobre el cliente. Es-
pecialmente trate de formular c<sospechasn sobre:
1. Fuentes antecedentes que desencadenan o provocan ansiedad, aumentando
su probabilidad de ocurrencia.
2. Consecuencias que mantienen la ansiedad o fa empeoran.
3. Consecuencias que reducen o debilitan la ansiedad.
4. Logros secundarios o «recompensasi> colaterales a la ansiedad.
5. Modos en que las «Soluciones previas)) del cliente favorecían la ansiedad o
la empeoraban.
6. Recursos, medios o destrezas de manejo del cliente y cómo pueden em-
plearse éstas durante el tratamiento/ intervención.
También puede continuar este apartado de la actividad en tríos o a solas, apun-
tando las ideas según vayan surgiendo. En algún momento puede serle útil compartir
sus ideas con sus colegas o con su instructor.
TERCERA PARTE
Idee un procedimiento de auto-observación que podría dar al cliente como tarea
para casa con el propósito de obtener información sobre e! tiempo, lugar. frecuencia,
duración y gravedad de sus sentimientos de ansiedad. Escriba un ejemplo de hoja
de registro que podría dar al cliente (Tercer Objetivo del capítulo).
CUARTA PARTE
Dirija una entrevista de role-play con este cliente donde usted le asigna como
tarea de casa el plan de auto-observación que ha ideado.
1. Explique al cliente la utilidad de esta tarea.
2. Proporcione al cliente instrucciones detalladas sobre qué, cómo, cuándo y
durante cuánto tiempo debe observar.
3. Haga un seguimiento o compruebe que el cliente ha comprendido la tarea.
FEEDBACK: POSTEVALUACIÓN
PRIMERA PARTE
Observe si las preguntas que usted ha formulado son similares a !as siguientes:
¿Es este e! único problema que hay en tu vida o existen otros aspectos que no hemos
mencionado aún? (Alcance del problema).
Cuando dices que sientes ansiedad, ¿a qué te refieres exactamente? (Conducta_
componente afectivo).
¿Qué sensaciones experimentas en tu cuerpo cuando sientes ansiedad? (Conducta_
componente somático).
¿Qué sueles estar haciendo cuando sientes ansiedad? (Conducta _componente con-
ductua!).
¿En qué sueles pensar normalmente cuando sientes ansiedad? (Conducta _compo-
nente cognitivo).
Trata de identificar con exactitud en qué momentos sientes ansiedad o cuándo empeora
ésta. (Conducta _componente contextual).
Describe dónde o en qué situaciones sueles estar cuando surgen estas sensaciones
{Conducta _componente contextal).
¿Puedes decirme qué personas suelen encontrarse a tu alrededor cuando te sientes
así? (Conducta _componente relacional).
¿Hay algún sentimiento que te guíe hacia estas situaciones? (Antecedente _afectivo).
¿Qué tipo de sensaciones suelen ocurrir justo antes de estas situaciones? {Antecedente
_somático).
¿Has advertido alguna reacción o patrón de comportamiento particular que parece ocurrir
justo antes de estas situaciones? (Antecedente _conductual}.
¿Hay algún tipo de pensamientos que parecen llevarte a estas situaciones? (Antece-
dente _cognitivo).
¿Cuándo notaste estas sensaciones por primera vez? ¿Dónde estabas? (Antecedente
_contextual}.
¿Puedes recordar algún otro acontecimiento o momento que parece estar relacionado
con estas sensaciones? (Antecedente _contextual).
¿Influye de algún modo la presencia de algunas personas en particular en la aparición
de estas sensaciones? (Antecedente _relacional).
¿Eres consciente de algún otro sentimiento que mejora o empeora estas sensaciones?
(Consecuencia afectiva).
¿Eres consciente de alguna sensación orgánica o respuesta fisiológica que mejora o
empeora esta situación? (Consecuencia _somática).
¿Puedes hacer algo en particular para fortalecer o debilitar estas sensaciones? (Con-
secuencia _conductual).
¿Puedes identificar alguna cosa en la que piensas o concentras que parece aliviar/
empeorar estas situaciones? (Consecuencia _cognitiva).
¿En qué momentos disminuyen o desaparecen estas sensaciones? ¿En qué lugares?
¿En qué situaciones? (Consecuencia _contextual).
¿Reacciona alguna persona que conoces de algún modo particular que parece mantener
/eliminar estas sensaciones? (Consecuencia _relacional).
¿Como resultado de esta ansiedad, has conseguido alguna vez evitar algo que no te
gusta? (Consecuencia _logro secundario).
¿Este problema de nervios te ha proporcionado alguna vez alguna ventaja especial?
{Consecuencia _logro secundario).
¿Qué has intentado hacer para resolver el problema? (Soluciones previas).
Describe alguna situación en la que no hayas tenido esta sensación o te has sentido
relajado. ¿En qué se diferencia esa situación con otra en la que sí sientes este
problema? (Destrezas de manejo).
280 DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA ENTREVJSTA DE EVALUACIÓN
TERCERA PARTE
Para empezar usted desea obtener información directamente referida al lugar y
tiempo en e! que se producen las situaciones de ansiedad. En la hoja de registro se
pueden incluir:
Fecha I Hora I Lugar I Actividad
Se pide al cliente que registre diariamente todas las sensaciones de ansiedad
que se producen. Posteriormente, puede incluir información sobre la dirección y la
gravedad. Puede añadir estas dos columnas a la hoja de registro:
Tiempo I Intensidad (7 a 7O)
Aunque también puede ser útil pedir a! cliente que registre las cogniciones (pen-
samientos, imágenes .... ). existen pruebas con clientes ansiosos que no completan
esta parte de la auto-observación porque la atención a las cogniciones es reactiva y
puede provocar o aumentar la ansiedad en vez de reducirla (Hallan & Kendal, 1981 ).
9 Seleccionar y definir los resultados
deseados
Durante unos minutos tómese una pausa para responder a las siguientes pre-
guntas:
1. ¿Qué aspecto de sí mismo le guStaría cambiar?
2. Suponga que consigue este cambio. ¿De qué modo cambiarían las cosas para usted?
3. ¿Este resultado implica un cambio en usted mismo o para alguna otra persona?
4. ¿Es factible este cambio?
5. ¿Qué riesgos implica este cambio, para usted o para los otros?
6. ¿Qué ventajas obtendría como consecuencia de este cambio?
7. ¿Qué haría, pensaría o sentiría a consecuencia de este cambio que le gustaría hacer?
8. ¿En qué situación desea ser capaz de hacer esto?
9. ¿Cuántas veces o con qué frecuencia le gustaría ser capaz de hacer esto?
IO. ¿Hay pasos intermedios desde el punto en el que se halla ahora hasta donde le gustaría
llegar? Ordénelos en una lista desde el más fácil de lograr hasta el más complejo de llevar
a cabo.
11. Identifique cualquier obstáculo (personas, sentimientos, ideas, situaciones) que pueden
intetferir en la consecución de su deseo.
12. Identifique cualquier recurso (destrezas, habilidades, personas, conocimiento) que nece-
sitará emplear o adquirir para conseguir esa meta.
13. ¡,Cómo podría observar y revisar los progresos que hace en esa dirección?
OBJETIVOS
1. Identificar una situación propia que usted desearía modificar. Seleccionar y definir un re-
sultado deseado para este aspecto utilizando para ello la Hoja para el Establecimiento de
Metas que se adjunta en la postevaluación.
282 SELECCIONAR Y DEFINIR LOS RESULTADOS DESEADOS
2. Dada una lista de los diez resultados hipotéticos de un cliente, discriminar de esas mani-
festaciones de cambio que pertenecen al cliente, aquellas que se basan en ideas realistas y
están definidas en términos operativos de las que no lo están, con una proporción del 80o/o
de exactitud.
3. Dada la descripción escrita del caso de un cliente, describa los pasos que usted emplearía
con el cliente para examinar, seleccionar y definir las metas deseadas por éste, con un
núnimo de 11 de las 15 categorías de selección y definición de metas que están representadas
en su descripción.
trabajo en nuestra mente y porque dirigen nuestra atención hacia los recursos y
componentes de nuestro entorno que más facilitan la solución de un problema
(Dixon & Glover, 1984, pp. 128-129). Este propósito de las metas es evidente en
la ejecución de los atletas quienes se marcan unas metas para ellos mismos y las
utilizan para motivarse y también como estándar para comparar su ejecución una
y otra vez, muchas veces con el pensamiento y la imaginación.
Un cuarto propósito que cumplen las metas es homogeneizar las bases al se-
leccionar y aplicar ciertas estrategias o intervenciones terapéuticas. Los cambios
que desea el cliente determinarán, en cierto grado, los tipos de planes de acción
y estrategias de tratamiento que pueden introducirse con bastante probabilidad de
éxito. Sin 1,1na identificación explícita de lo que el cliente desea conseguir en la
terapia, es casi imposible explicar y defender por qué se ha escogido una dirección
o una estrategia. Sin metas, el terapeuta puede emplear un enfoque particular sin
ninguna «base racional» (Bandura, 1969, p. 70). Y si este enfoque será o no útil,
es algo que determinará el azar.
El quinto propósito de las metas, y el más importante, es el rol que desempeñan
en la evaluación de los resultados terapéuticos. Las metas pueden indicar la di-
ferencia entre qué y cuánto desea el cliente en este momento y qué y cuánto desea
en el futuro. Teniendo en mente la meta definida, el terapeuta y el cliente pueden
observar el progreso que se produce en dirección a la meta y comparar el progreso
antes y después de una intervención terapéutica. Estos datos proporcionan un
feedback continuo para el terapeuta y para el cliente (Smith, 1976). El feedback
puede usarse para evaluar la posibilidad de lograr una meta y la efectividad de una
intervención. Bandura (1969, p. 74) ha sintetizado adecuadamente el rol de los
resultados bien definidos en la evaluación de la terapia:
Cuando los resultados deseados se definen en términos observables y operativos, inmediatamente
se observa si los métodos han tenido éxito, si no se han logrado o si se requiere un desarrollo
posterior para aumentar su potencia. El rasgo de autocorrección es una medida de seguridad
contra la perpetuidad de los enfoques inefectivos que suelen ser difíciles de eliminar si los
cambios esperados permanecen ambiguos.
Por último, los sistemas de programación de metas son útiles porque al igual
que los procedimientos de evaluación son reactivos, es decir, los clientes progresan
en los cambios como resultado del mismo progreso de programación. Lloyd ( l 983,
p. 60) explica cómo parece influir la reactividad derivada de la definición de metas:
Es probable que los terapeutas que ayudan a sus clientes a establecer los objetivos pueden hallar
un centro de interés más claro para la planificación y tratamiento del caso y aquellos terapeutas
conscientes de sus porcentajes de metas conseguidas pueden encontrarse más motivados para
impulsar a sus clientes a obtener éxitos. También es posible que los clientes que son conscientes
de sus objetivos específicos pueden mejorar más en !a terapia que aquellos que no lo son.
Mientras más implicados se encuentren el terapeuta y el cliente en los detalles procedimentales
de consecución de metas, es más probable que el sistema sea reactivo.
Selección de Metas
1. Explicar el propósito de las metas.
2. Pedir al cliente que especifique los cambios positivos deseados por efecto de la terapia.
3. Detenninar si la meta seleccionada implica cambios en el cliente.
4. Examinar si las metas s9n realistas.
5. Identificar las posibles ventajas derivadas de la consecución de la meta.
6. Identificar las posibles desventajas derivadas de la consecución de la meta.
7. Adoptar una decisión. Con Ja información obtenida sobre las metas deseadas por el cliente,
seleccionar una de las siguientes alternativas: adoptar estas metas como la dirección que va
ha seguir la terapia, reconsiderar las metas del cliente o buscar algo intennedio.
Definición de Metas
s Explicar el propósito
E !
Identificar las metas del cliente en términos positivos
L
Determinar si las metas implican cambios en el cliente
E
Examinar si las metas son realistas
e Describir las ventajas que conllevan las metas para el cliente
e Describir las desventajas que conllevan las metas para el cliente
1
o !
N Reconsiderar el D . ., R .. .
cambio del cliente ~ ec1s1on ~ em1t1r e1 c11entea otro terapeuta
A
R !
Adoptar las metas como la dirección de la terapia
------!------
Definir la conducta
Determinar la condición o circunstancia de cambio
D Establecer la proporción o el nivel
E !
F Para favorecer
1 el logro de la ~ Submctas: identificar y secuenciar
N meta final
1 !
R Identificar obstáculos que pueden impedir la consecución de la meta
Identificar los recursos que se necesitan para lograr la meta
Evaluar el progreso
A veces puede ser útil para los clientes disponer de ejemplos sobre el uso que
hacen otras personas, los atletas o los bailarines, de las metas con el propósito de
favorecer su ejecución.
Tras esta explicación, el terapeuta tratará de obtener alguna respuesta del cliente
que indique si lo ha comprendido o no. Si el cliente parece confundido, el terapeuta
necesitará una segunda explicación de los propósitos de las metas y su valor para
el cliente o para clarificar y examinar la confusión del cliente.
¿Qué representa una meta final? En el nivel más simple, una meta final
implica lo que el cliente desea que suceda como resultado del proceso terapéutico.
Dicho de otro modo, las metas finales son la profundización de los problemas que
experimenta el cliente. Las metas finales implican dos clasificaciones fundamen-
tales de los problemas: elección y cambio (Dixon & Glover, 1984).
En los problemas de elección el cliente dispone de las destrezas y recursos reque-
ridos para la resolución del problema pero se halla atrapado entre dos o más
posibilidades, a menudo conflictivas. En estas circunstancias, la meta final repre-
senta una elección o decisión que debe adoptar el cliente tal como «decidir entre
el Colegio A o Colegio B» o «escoger entre dejar el trabajo y tener mucho tiempo
libre o continuar en el trabajo teniendo más dinero y estabilidad».
En los aspectos de cambio, la meta final consiste en un cambio que el cliente
desea realizar. En tales circunstancias el cliente no dispone de las destrezas o
recursos necesarios para resolver el problema. Además los clientes que se enfrentan
con aspectos de cambio se introducen en la terapia con lo que Gottman y Leiblum
(1974) denominan como «discrepancia ejecutiva»; de algún modo o en algunas
circunstancias, el comportamiento (ejecución) del cliente debe modificarse. La
discrepancia ejecutiva se representa por la diferencia entre la percepción que tiene
el cliente del funcionamiento usual y las expectativas del cliente de las formas
alternativas de funcionamiento (p. 25). Los cambios deseados pueden referirse a
las conductas o situaciones abiertas, a conductas encubiertas o a combinaciones
de ambas. Estas metas finales pueden dirigirse a eliminar algo, aumentar algo,
desarrollar algo o reestructurar algo pero en todos los casos se espera que el cambio
produzca una mejoría sobre lo que existe (Srebalus, 1975, p. 415). Las metas del
cliente que se basan en la discrepancia ejecutiva reflejan la definición de cambio
típicamente denominadas por Srebalus como el movimiento de un estado a otro
(p. 416). Este concepto de cambio indica una discrepancia entre lo que hace el
cliente y lo que éste quiere conseguir. Estos cambios pueden producirse mediante
modificaciones evolutivas, intervenciones terapéuticas o ambas.
En algunas ocasiones, además de las metas de elección y de cambio, los clientes
desean mantener ciertos aspectos de su vida o ciertas conductas en el mismo grado
o del mismo modo. Por ejemplo, un cliente puede desear seguir manteniendo la
relación sexual con su esposa (mantener una conducta) como hasta el momento
aunque desee modificar otros aspectos de la relación.
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 287
La intención de estas guías es que el cliente identifique una meta que representa
una elección o cambio del cliente y no de otros salvo que estos se hallen directamente
afectados. Si el cliente continua seleccionando una meta que representa un cambio
en otras personas más que en sí mismo, el terapeuta y el cliente deberán decidir
si están interesados en mantener esa meta, negociar la meta o derivar al cliente a
otro terapeuta, como se comentará en breve.
Las metas realistas son las factibles, las que pertenecen al ámbito de control y
capacidad del cliente. Las metas realistas implican resultados basados más en
expectativas realistas que en ideas modelos o autodemandas irreales, irracionales
o perfeccionistas.
Cuando los clientes seleccionan las metas, el terapeuta debe cuidar que estas
metas no sean irreales bien porque son excesivamente elevadas para poder alean-
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 289
zarlas o bien porque son demasiado bajas o su logro no es consistente con el curso
natural de los acontecimientos. Los clientes que establecen metas excesivamente
elevadas funcionan normalmente en base a modelos perfeccionistas y autodeman-
das. Dixon y Glover (1984) señalan que con frecuencia estos clientes también
temen al fracaso y la elección de metas excesivamente elevadas elimina la posi-
bilidad de fracaso a sus ojos porque no sienten que nadie les puede responsabilizar
de no haber logrado un objetivo tan exigente. Por ejemplo, un cliente que afirma
«Quiero conseguir sobresaliente en todas mis notas durante mis cuatro cursos del
colegio» sabe que nadie le va a recriminar si no lo consigue porque ésta es ex-
cesivamente «ideal» y difícil de lograr. Establecer metas tan elevadas es también
una forma de evitar riesgos y de no intentar, eliminando así la posibilidad de
fracasar ante el primer riesgo o intento.
Los clientes que se imponen metas poco consecuentes o excesivamente bajas
normalmente también temen al fracaso y seleccionan estas metas porque saben que
éstas sí pueden conseguirse. Desafortunadamente, los resultados son tan inconsis-
tentes como la misma meta y a menudo su obtención no conduce a ninguna
gratificación (Dixon & Glover, 1984, p. 133). Un cliente que manifiesta: «Sólo
quiero conseguir un suficiente en el colegio» es probable que lo logre pero puede
sentir escaso o ningún orgullo cuando la meta ha sido alcanzada o incluso sobre-
pasada. Probablemente las metas retadoras son las que conducen a un nivel de
ejecución más elevado que las metas «fáciles» (Locke, Shaw, Saari & Lathan,
1981).
El terapeuta puede ayudar a los clientes a examinar el grado de realismo de
las metas identificadas, si están basadas en modelos de cambio posibles y racionales
y si en la elección de metas irreales se refleja ansiedad del cliente. Los terapeutas
también pueden ayudar a los clientes a examinar cualquier noción o atribución
inapropiada sobre la responsabilidad del éxito o fracaso para conseguir las metas.
Las atribuciones inadecuadas son aquellas en las que el cliente atribuye el éxito o
fracaso a factores que se hallan fuera del control del cliente (Dixon & Glover,
1984). Al seleccionar las metas realistas, el terapeuta y el cliente deberían tener
la precaución suficiente para no sobreestimar o subestimar las posibilidades del
cliente.
Meta#
Meta# 2
Meta# 3
FIGURA 9.2. Lista de registro de ventajas y desventajas asociadas a las metas iden-
tificadas.
Momento de la Decisión
«Hay obligación de ayudar al cliente para que consiga las metas deseadas, dentro de los límites
del sistema personal de valores y orientación teórica del terapeuta y de los posibles efectos a
corto y largo plazo sobre el cliente y la sociedad. Sin embargo, el sistema personal de valores
y la orientación teórica del terapeuta pueden producir restricciones no éticas en la ayuda que
éste proporciona al cliente. En estas circunstancias, el terapeuta tiene la obligación ética de
derivar al cliente a otro terapeuta que puede analizar con mayor objetividad los resultados
deseados por el cliente».
Brown, 1977). El deseo implica su interés por trabajar con el cliente en los aspectos
y metas que éste ha identificado, sus valores y que usted acepte el valor y la
importancia de las metas, dado el nivel de funcionamiento global del cliente. La
competencia implica sus destrezas y el «saber-cómo» y si usted tiene experiencia
con estrategias alternativas y formas múltiples de intervención para trabajar con
problemas específicos.
Es necesario cuestionarse algunos aspectos. En primer lugar, el ser tan res-
ponsivo como sea posible a las peticiones de cambio del cliente (Gottman &
Leiblum, 1974, p. 64) incluso cuando estas metas no reflejen sus sesgos teóricos
o preferencias personales. Este tipo de responsividad ha sido descrita por Gottman
y Leiblum (1974, p. 64): «Si [el cliente] quiere ayuda para aceptar su homose-
xualidad, no procede establecer un programa para ayudarle a encontrar satisfacción
en las relaciones heterosexuales. El respeto por el cliente implica el respeto por el
diagnóstico de sus necesidades y deseos».
Con mucha frecuencia, voluntaria e involuntariamente, los terapeutas pueden
guiar al cliente hacia una meta en la que ellos se sienten cómodos o más competentes
para tratarla. Como señala Gambrill, «Los valores personales y los conceptos
teóricos sin base empírica han ocasionado mucha angustia entre los clientes a lo
largo de los años» (1977, p. 1035).
En segundo lugar, si usted tiene algún impedimento especial para trabajar en
favor de las metas seleccionadas, puede ser conveniente que el cliente sea derivado
a otro terapeuta (Gottman & Leiblum, p. 43).
Hoose & Kottler, 1977, p. 82). Cuando decide finalizar este «Contrato» y derivar
al cliente, el terapeuta remitente es considerado legalmente responsable si la de-
rivación no se ha ejecutado con el cuidado suficiente (Dawidoff, 1973). El cuidado
suficiente implica que:
«cuando se decide derivar a un cliente, el terapeuta remitente tiene la responsabilidad de asegurar
la idoneidad de la derivación, incluida la capacidad del terapeuta receptor. Además, debería
proporcionar suficiente información al terapeuta receptor para capacitarle en la ayuda del cliente.
También es importante que el terapeuta intente hacer un seguimiento del bienestar de su cliente».
[Van Hoose & Kottler, p. 83]
la meta .... Este es un paso que generalmente la mayoría de las personas olvidan
por completo». Definir metas implica especificar en términos operativos y con-
ductuales lo que va ha hacer el cliente (individuo, grupo u organización) como
resultado de la terapia. Esta parte de la meta define las conductas específicas que
debe ejecutar el cliente y responde a la pregunta: «¿Qué hará, pensará o sentirá el
cliente de forma diferente?». Ejemplos de metas conductuales son hacer deporte
con más frecuencia, pedir ayuda al profesor, comunicar verbalmente sentimientos
positivos sobre uno mismo o pensar de forma positiva sobre un mismo. Como
puede ver, las conductas manifiestas y las encubiertas, los pensamientos y los
sentimientos, pueden incluirse en esta parte de la meta siempre que se defina la
conducta por el significado que implique para cada cliente. Definir conductualmente
las metas especifica el proceso de establecimiento de metas y las metas específi-
camente definidas tienden a crear más incentivos y guías de ejecución que las
intenciones vagamente formuladas (Bandura & Simon, l 977, p. l 78). Cuando las
metas se definen operativa y conductualmente, es más fácil evaluar los efectos de
la terapia (ver también el Capítulo 10). Además, «las metas claramente definidas
favorecen que los problemas sean valorados como más manejables y las soluciones
más probables» (Dixon & Glover, 1984, p. 133).
Es importante que el terapeuta siga empleando estas guías hasta que el cliente
haya definido las conductas manifiestas y encubiertas asociadas con la meta. Esta
no es tarea fácil porque la mayoría de los clientes hablan de los cambios en términos
abstractos y vagos. Si el cliente muestra dificultades para especificar las conductas,
el terapeuta puede ayudarle con más instrucciones, información o ejemplo de alguna
meta propia.
El terapeuta también puede facilitar la tarea de definir las metas aconsejando
al cliente que utilice verbos de acción para describir qué sucederá cuando consiga
la meta (Dixon & Glover, 1984). Como se ha comentado anteriormente, es im~
portante que los clientes especifiquen lo que quieren hacer en vez de lo que no
quieren o quieren dejar de hacer. Una meta está suficientemente definida cuando
el terapeuta puede repetir y parafrasear la definición del cliente.
Otra forma de obtener descripciones conductuales de las metas es la que sugiere
Hill (1975) y consiste en aplicar el Inventario de Resultados Terapéuticos. En este
inventario se pide al cliente que describa características, cualidades o singularidades
que para el cliente son importantes de adquirir o mostrar. Después, el cliente debe
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 297
relacionar conductas con cada una de estas descripciones. Por ejemplo, una des-
cripción ambigua como «seguridad en sí mismo» puede traducirse en términos
conductuales como «hacer menos autoafirmaciones negativas»; la cualidad «ser
más atractivo», puede convertirse en términos operativos en «perder cinco kilos>>
y «sonreír con mayor frecuencia». El inventario facilita la expresión de las metas
en términos observables y ayuda también a elaborar metas que se expresan sig-
nificativamente para los distintos clientes.
El terapeuta buscará una respuesta que indique dónde o con quién ejecutará el
cliente la conducta deseada. Si el cliente no responde o las respuestas no determinan
las condiciones, el terapeuta puede sugerirle auto-obsevarse durante un tiempo
hasta lograr esta información o también puede proporcionarle ejemplos propios
para mostrar que una conducta deseada puede no ser adecuada en todas las situa-
ciones o con todas las personas.
meta sirve como medida para determinar la cantidad de veces que el cliente debe
mostrar Ja conducta deseada. Por ejemplo, un hombre puede decir que desea reducir
su consumo de cigarrillos. L_a próxima semana puede decir que ha mejorado porque
ha fumado menos, tanto el terapeuta como el cliente tendrán dificultad para de-
terminar cuánto ha conseguido acercarse a la meta que se ha propuesto. En este
caso, el nivel de ejecución del cliente es ambiguo. Por el contrario, si manifiesta
que ha reducido el consumo de dos cigarrillos diarios durante una semana, su nivel
de ·ejecución puede determinarse fácilmente. Si su meta fue reducir ocho cigarrillos
diarios, esta información puede ayudarnos a evaluar el progreso hacia la meta.
Del mismo modo que los apartados referentes a las conductas y las condiciones
de la meta, el nivel de cambio debería establecerse siempre de forma individual
para cada cliente. La cantidad de satisfacción derivada del logro de una meta
depende frecuentemente del nivel de ejecución establecido (Bandura & Simon,
1977, p. 178). Un nivel conveniente de cambio dependerá de factores como el
nivel actual de la conducta problemática, el nivel actual de la conducta deseada,
los posibles recursos de cambio, la disposición del cliente a cambiar y el grado en
que otras condiciones o personas mantienen el nivel actual de la conducta proble-
mática. Hosford y de Viser ( 1974) señalan que a menudo dichos factores determinan
que el apartado correspondiente al nivel de cambio sea el más difícil de determinar.
Por ejemplo, supongamos que un cliente desea aumentar el número de opiniones
asertivas que expresa oralmente cuando se encuentra con su marido. Si ahora no
manifiesta ninguna de sus opiniones, su nivel de cambio puede encontrarse en un
nivel más bajo que el definido para otro cliente que ya expresa algunas opiniones.
Y si el marido de la cliente está acostumbrado a sancionarle cada opinión, esto
puede afectar el grado en que cambia, por lo menos inicialmente. La labor fun-
damental del cliente y el terapeuta es establecer un nivel que sea manejable, que
el cliente puede lograr con cierto éxito. Algunas veces el terapeuta puede encon-
trarse con un cliente que siempre quiere cambiar más de lo que puede ser reco-
mendable o incluso posible. Como advierten Krumboltz y Thoresen (1976), al-
canzar progresivamente niveles de cambio tiene un límite (p. 105). Estos autores
sugieren que, en tales casos, el terapeuta debe tratar de evitar el refuerzo de las
intenciones perfeccionistas del cliente (p. 104). Además, si el nivel que se establece
es demasiado alto, la conducta deseada puede no presentarse, eliminando así las
posibilidades de éxito y los consiguientes avances y refuerzos. Brown y Brown
(1977) recomiendan que, por regla general, es mejor equivocarse por proceder con
excesiva cautela y establecer niveles demasiado bajos que por establecer niveles
demasiado altos.
Una forma de evitar el establecimiento de niveles de logro demasiado altos o
demasiado restrictivos consiste en emplear una escala que identifica una serie de
resultados progresivamente deseados para cada área problemática. Este concepto,
introducido por Kiresuk y Sherman ( 1968), se denomina «escala de logro de metas»
y se ha empleado con mucha frecuencia en las agencias que deben mostrar ciertos
niveles de logro de los clientes para seguir recibiendo subvenciones. Al establecer
una escala de logro de metas, el cliente y el terapeuta describen cinco resultados
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 299
para un problema dado y los ordenan según el nivel o cantidad de cambio en una
escala en el siguiente orden (se asigna un valor numérico a cada resultado): el
resultado menos favorable (-2), resultado inferior a lo esperado (-1 ), resultado
esperado o más probable (0), resultado mayor de lo esperado ( + l ), resultado más
favorable (+2). La Tabla 9.1 muestra un ejemplo del uso de esta escala con un
cliente que sufre colitis ulcerosa.
Lloyd ( 1983) presenta una revisión de este modelo y presenta también otros
cuatro modelos similares.
TABLA 9.1. Escala de Logro de Metas para un cliente con colitis ulcerosa.
Adaptado de «Behavioral Treatment of mucous colitis>) de K.J. Youcll & J.P. McCullough. Journal
of Consulting and Clinical Psychology, 43, 740-745. Reproducido con permiso.
para mantener el peso perdido. A menudo las metas y los programas de mante-
nimiento son más difíciles de conseguir y requieren más esfuerzo y planificación
que los intentos iniciales de cambio.
En resumen, el nivel de resultado esperado reflejará normalmente una de las
categorías de problemas y metas que se sintetizan en la Tabla 9.2. Como la mayoría
de los clientes adoptan más que una meta, el objetivo de un cliente puede reflejar
más que una de estas direcciones de cambio. Conocer la dirección y el nivel de
cambio definido en las metas del cliente es necesario para seleccionar las estrategias
terapéuticas. Por ejemplo, Ja auto-observación (ver Capítulo 19) se usa de distinta
forma según se desee aumentar o disminuir una respuesta. Una estrategia terapéutica
puede emplearse adecuadamente para que el cliente adquiera respuestas y otra
estrategia puede ser necesaria cuando el propósito es reestructurar las respuestas.
Es importante que el terapeuta y el cliente dediquen suficiente tiempo para espe-
cificar el nivel deseable de la meta, incluso cuando este proceso parezca difícil o
costoso.
l. Grado de dificultad y complejidad: «¿Cuál es más fácil; cuál es más difícil?». Las tareas
menos complejas y exigentes se colocan en los primeros lugares.
2. Inmediatez: «¿Qué debo hacer antes de empezar esto?». Los prerrequisitos se colocan antes
que el resto de las tareas.
Aunque la pérdida de peso puede incluir otras fases de acción como la modi-
ficación de los hábitos de comida, aumentar la actividad física, reestructurar los
sistemas de pensamientos y valores, las tareas que escoge un cliente pueden ser
muy diferentes de las de otro con la misma meta. El terapeuta debería prestar
atención a tales diferencias y no imponer al cliente su propio método para resolver
del problema. Del mismo modo, cada cliente dispondrá de una idea diferente de
cómo secuenciar mejor sus submetas. En la Figura 9.3 se muestra el ejemplo de
un cliente particular. El cliente opinaba que si aumentaba primero el ejercicio y
la relajación, le resultaría más fácil cambiar sus hábitos de comida. Para él la
reestructuración de los pensamientos sobre sí mismo y su imagen corporal y de-
sarrollar las habilidades sociales para iniciar nuevas relaciones era una submeta
más difícil de conseguir y consecuentemente menos inmediata. Esta última meta
306 SELECCIONAR Y DERNIR LOS RESULTADOS DESEADOS
Meta final: Pensar, sentir y tener el aspecto de una persona delgada perdiendo 20 kilos en
un período de 12 meses.
Meta semanal: Pensar, sentir y tener el aspecto de una persona delgada perdiendo 112 kilo
cada semana.
se consideraba como la más difícil porque su peso le servía en parte para protegerle
de las situaciones de angustia social. Una vez que se alcanzan las seis submetas,
la última consiste simplemente en mantener estas acciones durante un período de
12 meses. En la base de la pirámide, sería conveniente discutir con él el modo de
mantener estas submetas durante más tiempo. Advierta también que la meta se
expresa en términos positivos: «Quiero sentir, pensar y tener el aspecto de una
persona delgada» en vez de «No quiero ser gordo». Las submetas implican acciones
que debe ejecutar para alcanzar el resultado deseado. Advierta que las submetas
al igual que la meta final se han definido con la conducta que debe modificar, el
nivel de cambio y las condiciones o circunstancias del cambio para que el cliente
sepa qué hacer, dónde, cuándo con quién y cuántas veces o con qué frecuencia.
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 307
Guías de entrevista para secuenciar las metas. Guías generales que se pueden
emplear para secuenciar y ordenar las submetas son:
«¿Cuál es la primera fase que vas a dar?».
«¿Qué serías capaz de hacer más fácilmente?».
«¿Cuál sería lo más difícil?».
<(¿Qué es lo más importante para tí?».
«¿Cómo podríamos ordenar estas fases para maximizar tu éxito y alcanzar la meta?».
«¿Puedes pensar en algunas cosas que debes hacer antes que otras para progresar en dirección
hacia la meta que te has propuesto?».
Identificar Obstáculos
Para asegurar que el cliente puede completar cada submeta con éxito, es re-
comendable identificar cualquier obstáculo que pudiera influir sobre él. Los obs-
táculos pueden ser conductas manifiestas y/o encubiertas. Los posibles obstáculos
que se pueden «comprobar» con el cliente son la presencia o ausencia de ciertos
sentimientos o estados de ánimo, pensamientos, opiniones y percepciones, otras
personas y determinadas situaciones o acontecimientos. Otro obstáculo podría ser
la falta de conocimiento o de la destreza que es importante porque el cliente
probablemente necesita información o entrenamiento antes de iniciar con la acción
de las submetas.
Guías de entrevista para identificar los obstáculos. Con frecuencia los clien-
tes no son conscientes de los factores que podrían interferir en la consecución de
las submetas y el terapeuta puede verse obligado a utilizar algunas guías como:
308 SELECCIONAR Y DEFINIR LOS RESULTADOS DESEADOS
«¿Qué obstáculos puedes hallar cuando trates de poner en práctica esta acción?».
«¿Qué personas [sentimientos, ideas, situaciones] pueden interferir en el logro de ésto?».
«¿Qué o quién puede impedirte que hagas ésto?».
«¿Qué información o destrezas puedes necesitar para completar esta actividad satisfactoria-
mente?>>.
Algunas veces el terapeuta deberá sefialar los obstáculos visibles que el cliente
ha pasado por alto. Si se identifican obstáculos significativos se deberá programar
un plan para manejarlos o para contrarrestar sus efectos. A menudo esto puede ser
similar a un «plan de antisabotaje» (ver Capítulo 20), con el que el terapeuta y el
cliente tratan de predecir las formas en que el cliente puede evitar las actividades
deseadas y después elaborar las posibles barreras. Por ejemplo, suponga que exa-
minan los obstáculos que se han descrito en la sección anterior donde el cliente
quería perder peso. Quizá al examinar la primera submeta, andar un kilómetro
como mínimo al día, identifica dos aspectos que pueden impedirle que lo haga: la
lluvia y estar sólo. Las formas para prevenir estos dos factores son apuntarse en
un gimnasio y pasear con un compañero de ejercicio.
El siguiente fase consiste en identificar los recursos (factores que pueden ayudar
al cliente a ejecutar satisfactoriamente la tarea). Como los obstáculos, los recursos
incluyen conductas manifiestas y/o encubiertas. Posibles recursos que se deben
examinar son los sentimientos, sistema de valores y pensamientos, las personas,
las situaciones, la información y las destrezas. Durante esta fase el terapeuta trata
de ayudar al cliente para que éste identifique los recursos existentes y que si se
usan pueden aumentar la probabilidad o el éxito en la ejecución de la tarea.
Guías de entrevista para identificar los recursos. Posibles guías que usted
puede emplear son:
«¿De qué recursos dispones para ayudarte a ejecutar esta tarea [o actividad]?».
«¿Qué sentimientos o pensamientos particulares pueden ayudarte a hacer ?>>.
«l Qué personas pueden ayudarte a ?».
«¿Qué habilidades o información que pueda servirte para ésto , tienes ?».
Por ejemplo, el cliente que desea perder peso puede identificar un amigo con
quien puede practicar el ejercicio diario y la opinión de que el ejercicio favorece
los sentimientos de bienestar.
RESUMEN
Las metas bien definidas facilitan evaluar el progreso y también guían al cliente
en la dirección deseada. Las metas están definidas cuando se pueden especificar
las conductas manifiestas y encubiertas que se asocian con ellas, las condiciones
o el contexto en el que se va a poner en práctica y el nivel de cambio. Después
de definir la meta final, el terapeuta y el cliente trabajan juntamente para identificar
y secuenciar las submetas que representan las fases intermedias y que conducen
directamente hacia la meta final. También se deben examinar los obstáculos que
pueden dificultar este logro y los recursos que pueden facilitarlo.
Según se avanza el proceso de asistencia al cliente para la elaboración de las
metas, recuerde que éste es un proceso dinámico y flexible. «Las decisiones sobre
los objetivos no son irrevocables» (Bandura, 1969, p. 103). Las metas pueden
cambiar o pueden redefinirse de otra forma según progresa la terapia (Thomson &
Wise, 1976). Una vez que la persona empiece a cambiar en alguna dirección, las
consecuencias actuales del cambio pueden provocar la alteración de las metas
iniciales. Algunos cambios que el cliente consideraba factibles pueden verse ahora
como irreales. Además, como señala Bandura, en algunos puntos diferentes del
proceso, algunas «áreas previamente ignoradas del funcionamiento conductual pue-
den llegar a ser más importantes» (p. 104).
Por estas razones, las metas finales deberían observarse siempre como tem-
porales y sujetas al cambio. La «resistencia» del cliente en los últimos estadios
terapéuticos puede ser una forma de avisar al terapeuta que las metas originales
deben ser modificadas o redefinidas. El terapeuta que se siente obligado de trabajar
con las necesidades del cliente recordará que, en cualquier momento, éste tiene
siempre la prerrogativa de cambiar o modificar la dirección. Si el terapeuta es
«muy sensible al feedback que resulta de los cambios>) alguna o todas las partes
de la meta original pueden reevaluarse o modificarse (Bandura, 1969, p. 104).
La flexibilidad necesaria para modificar las metas finales debería ser siempre
una parte del proceso de entrevista para la definición de metas. No es recomendable
concentrarse demasiado en las categorías de la entrevista y perder el contacto con
el cliente. Según vaya sintiéndose más cómodo en la tarea de definición de metas,
esperamos que el procedimiento no absorba toda su atención. Recuerde que la
terapia es mucho más que plantear un procedimiento de forma lineal.
POSTEVALUACIÓN
PRIMERA PARTE
El objetivo uno consiste en identificar un problema y seleccionar y definir una
meta que le corresponda. Utilice para ello el Esquema de Desarrollo de Metas que
se presenta a continuación. Puede obtener feedback comentando su esquema con
un colega, un supervisor o con un instructor.
Esquema de Desarrollo de Metas
1. Identifique un conflicto o problema.
2. Exprese el resultado que se desea para la resolución del problema.
3. Evalúe el resultado deseado (#2):
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 311
13. Elabore un plan que especifique cómo conseguirá su meta especificando las
fases que se incluyen en el plan.
a.
b. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
C.
d. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
e. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
¡.
g. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
h.
i.
i
k. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
!.
14. Compruebe su lista de fases de acción:
a. Si !os intervalos entre fases son suficientemente pequeños, si no lo son,
añada una o dos fases.
b. Si cada fase implica una única actividad principal. De lo contrario. divida
este fase en dos o más.
312 SELECCIONAR Y DEFINIR LOS RESULTADOS DESEADOS
c. Si cada fase especifica qué, cuándo, dónde, con quién y cuántas veces
o con qué frecuencia se va a realizar. Si no es así vuelva atrás y redefina
las fase más concretamente.
15. Utilice una pirámide de metas para secuenciar su cuestionario de fases de
acción, empezando por las más fáciles e inmediatas en la parte superior y
descendiendo hacia la base de la pirámide según vaya aumentándose el
grado de dificultad y proximidad con la meta final.
16. Por cada fase de acción (empiece por la primera), piense en los obstáculos
que pueden impedir su realización satisfactoria. Tenga en cuenta los senti-
mientos, pensamientos, lugares, personas y la falta de conocimiento o des-
trezas. Escriba estos obstáculos en el esquema que se presenta un poco
más adelante.
17. Por cada fase de acción (empiece por el primera). identifique los recursos
como sentimientos, pensamientos, situaciones, personas y sistemas de re-
fuerzo, información y destrezas que facilitarán su consecución. Escríbalos
en el esquema que se presenta a continuación.
Fases de Recursos
Obstáculos
Acción
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11 .
12.
18. Idee una forma de auto-observarse y reforzarse para completar cada fase
de acción.
19. Elabore un plan que le ayude a mantener las fase una vez que !os ha logrado.
SEGUNDA PARTE
En este apartado de la postevaluación, usted debe identificar de los diez ejemplos
presentados aquellos que representan cambios correspondientes al cliente, que se
basan en ideas realistas y que están operativamente definidos, con un error máximo
del 20o/o (Segundo Objetivo del Capítulo). Examine con cuidado el cuestionario de
metas y escriba si la meta es correcta o incorrecta. Si decide que una meta es
incorrecta escriba cual de los siguientes problemas presenta (puede haber más de
uno):
Compruebe sus respuestas con las que se presentan en el feedback que sigue
a la postevaluación.
1. Me sentiría satisfecha si pudiera tener una buena experiencia sexual con mi
marido, si yo sintiera un orgasmo, como mínimo una vez por semana.
2. Quiero gustarle.
3. Quiero ser más cariñosa con mi hijo.
4. Deseo que ella lo vea como yo.
5. Quiero que mi padre deje de regañarme como mínimo una vez cada día.
6. Me gustaría ser capaz de levantarme y hablar al menos delante de la gente
que conozco sin sentir este nudo en el estómago.
7. No quiero tener problemas en la escuela.
8. Quiero sacar 1O en todas mis notas de tareas para casa.
9. Me gustaría que mi novia estuviera de acuerdo en mantener relaciones
sexuales cuatro o cinco veces todos lo días.
1O. Quiero ser capaz de decir <<no)> a cualquier petición que me haga mi familia
y no me parezca razonable.
TERCERA PARTE
En esta parte de la postevaluación, presentamos la descripción del caso de un
cliente, Jerry. Suponiendo que Jerry es su cliente, describa las fases que atravesaría
para ayudarle a examinar, seleccionar y definir las acciones deseadas dado el estado
de su problema (Tercer Objetivo del Capítulo). Intente incluir como mínimo 11 de
las 15 categorías que se han descrito en este capítulo para seleccionar y definir las
metas resultantes. Puede hacerlo oralmente por parejas, en pequeños grupos o a
solas. Si decide hacerlo a solas puede escribir sus respuestas para compararlas
posteriormente con el feedback que sigue a la postevaluación.
El caso de Jerry
Jerry Bolwin tiene 52 años y trabaja como jefe en una empresa de publicidad. Lleva 17
años trabajando con esta empresa y necesita seguir otros 12 o 15 años para obtener
una paga abundante en su jubilación. Sin embargo durante los tres últimos años, Jerry
se siente cada vez más insatisfecho con su trabajo en particular y con el mundo de\
trabajo en general. Dice que se siente como si no quisiera nada más que dejar el trabajo
y hacer un viaje a la China en barco de vapor. Jerry está divorciado y ya no tiene
obligaciones económicas que \e vinculan a su ex-mujer y a su único hijo. Sin embargo
manifiesta que le gustaría construir un «nido)) para los hijos de su hijo, porque sus
nietos son muy importantes para él. Reconoce que si abandona la empresa ahora perderá
muchos beneficios de su jubilación. Jerry define su problema como sentirse quemado
de la rutina diaria de ((nueve a cinco)).
FEEDBACK: POSTEVALUAC!ÓN
SEGUNDA PARTE
1. Meta correcta.
2. Meta incorrecta:
a. Cambio no corresponde al cliente.
314 SELECCIONAR Y DERNIR LOS RESULTADOS DESEADOS
TERCERA PARTE
1. En primer lugar, explicar a Jerry el propósito e importancia de la elaboración
de metas.
2. Ayudar a Jerry a expresar la meta o e! cambio deseado en términos positivos.
3. Comprobar con Jeny si la meta que persigue representa cambios que le
corresponden a él y si dichos factores se hallan bajo su control. Probable-
mente dejar su empleo y/o solicitar una excedencia son cambios que se
hallan bajo su control.
4. Determinar si las ideas de Jerry sobre el cambio son realistas. Parece haber
algo de pensamiento deseable o mágico (navegar a China). Sin embargo, el
grado de realismo que refleja su meta debe ser examinado con él.
5. Ayudar a Jerry a identificar las ventajas o beneficios que obtendrá cuando
logre la meta. Parece que él está pensando en aumentar su tiempo de ocio
como la principal ventaja. ¿Hay alguna otra?
6. Ayudar a Jerry a identificar !as desventajas o !os posibles costes que se
producirán como resultado del cambio. El ha comentado que la pérdida de
!os beneficios económicos es un coste. ¿Existen otros? ¿Los beneficios
percibidos superan los costes?
7. Si las metas de Jerry no son realistas o parece que los costes van a ser
superiores a las ventajas, examinar otras opciones dejando que sea él quien
adopte la decisión final. En este punto, se decide si el terapeuta es capaz o
no de ayudarle.
8. Asumiendo que se es capaz de ayudar a Jerry. Ayudarle a definir sus metas
operativamente, especificando exactamente qué desea hacer, pensar y sen-
tir como resultado.
9. Determinar dónde, cuándo, y con quién va ha ocurrir y
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS 315
1O. cuántas veces o con qué frecuencia va ha ocurrir. Una posíbilidad que puede
ser útil para Jerry es elaborar una escala de los cinco posibles resultados,
desde el más desfavorable hasta el más esperado o el mejor posible.
11. Asistir a Jerry en e! examen e identificación de las fases o submetas que
representan las pequeñas aproximaciones hacia la meta global. Ayudarle a
seleccionar actividades prácticas, basadas en sus recursos y que estén de
acuerdo con sus valores.
12. Asistir a Jerry en la secuenciac1ón de las fases en base a la inmediatez y la
dificultad para que sepa qué fase va ha adoptar primero y cuál será la última.
13. Examinar cualquier posible obstáculo que pueda impedir el progreso hacia
la meta final tal como la presencla de ciertos sentimientos, ideas, pensa-
mientos, situaciones, respuestas, personas, información y destrezas.
14. Examinar los recursos que dispone y que le pueden ayudar a completar
satisfactoriatnente las diferentes fases de acción. Al igual que con los obs-
táculos, el examen de los recursos incluye la presencia o ausencia de ciertos
sentimientos, ideas. pensamientos, situaciones, respuestas, personas y co-
nocimientos o destrezas.
15. Ayudar a Jerry a elaborar un plan para evaluar la ejecución de las fases y del
progreso general hacía la meta, incluida una forma para auto-observarse y
autorreforzarse por la mejoría y un p!an para ayudarle a mantener los cambios
realizados.