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¿Qué son los trastornos del lenguaje?


Los trastornos del lenguaje son alteraciones que dificultan la comunicación oral, tanto
para hablar como para entender lo que otras personas dicen. Los trastornos pueden ser
de tres tipos:

Trastornos del lenguaje receptivo: representan la incapacidad de comprensión.


Trastornos del lenguaje expresivo: dificultan la capacidad de expresar pensamientos e
ideas.
Trastornos mixtos: representan la incapacidad tanto para hablar como para entender
correctamente.

¿Qué síntomas presentan los trastornos del lenguaje?


En el lenguaje receptivo, los síntomas principales son tener problemas para comprender lo
que los demás dice, para seguir instrucciones sencillas y para organizar la información que
uno oye. Estos síntomas son difíciles de detectar a temprana edad.
En el caso del lenguaje expresivo, los síntomas pueden identificarse más fácilmente a
temprana edad. No empezar a hablar hasta los dos años, empezar con tres años pero
siendo difícil lo que dice, o tener dificultades para explicar algo pueden ser síntomas de
trastornos del lenguaje expresivo.

¿Cuáles son las causas de los trastornos del lenguaje?


No hay una causa bien definida de los trastornos del lenguaje, aunque se estima que las
principales pueden ser:
Genética: según investigaciones, entre el 20 y el 40% de los niños con antecedentes de
discapacidades del lenguaje tienen este trastorno.
Otras condiciones: Síndrome de Down, trastorno del espectro autista, nacimiento
prematuro, discapacidades intelectuales.

¿Se pueden prevenir los trastornos del lenguaje?


Es importante llevar una buena nutrición durante el embarazo y la primera etapa de la
infancia, especialmente tomando ácido fólico (un tipo de vitamina B), para prevenir estos
trastornos. También se recomienda no utilizar jergas o estereotipos ni tener actitudes
inadecuadas ante la dificultad de expresarse de un niño, ya que puede derivar a otros
problemas como el tartamudeo.

¿En qué consiste el tratamiento de los trastornos del lenguaje?


Es importante tratar los trastornos del lenguaje lo antes posible. Las principales técnicas
que se emplean son:
Terapia del habla habitual: consiste en trabajar individualmente el desarrollo de
vocabulario y gramática.
Psicoterapia: se recurre cuando un niño tiene problemas emocionales a raíz de sus
dificultades en el lenguaje.
Orientaciones sobre Dislalia Minders®

El trastorno fonológico, antes conocido como dislalia, es un problema del lenguaje oral en
que se producen dificultades en la articulación, haciendo del lenguaje algo poco
comprensible y limitando la participación social. No puede emitir correctamente
determinados sonidos, y suele hacer sustituciones, transformaciones y omisiones de éstos.

Frecuentemente, cuando hablamos con los padres y madres de nuestro alumnado que
presenta algún tipo de dislalia, les insistimos en la importancia de coordinar nuestro trabajo.
Porque, por mucho que trabajemos en la escuela, si dicho trabajo no se continúa en casa, los
resultados no son los mismos y no se ven tan pronto como quisiéramos.

Por ello, les ofrecemos una serie de recomendaciones que es conveniente que tengan en
cuenta cuando están con sus hijos e hijas:

¿Qué actitudes se deben adoptar?

• Sepa “perder” tiempo con su hij@ busque tiempo diariamente para hablar con él: en la
merienda, en el baño, en la cena o en cualquier otro momento de que disponga para
hablar solo con él.
• Es muy importante que el niñ@ tenga necesidad de hablar que compruebe que no se
conforman con sus gestos y que necesitan escucharlo, por eso no deben adelantarse a
darle las cosas dejar que las pida verbalmente con la boca; no hacer caso cuando lo
señale con el dedo, nos interesa que hable aunque de momento no lo haga
correctamente.
• No pretendan que su hij@ hable correctamente a la primera. Lleva su tiempo. Hay que
enseñárselo poco a poco. Acepte con alegría (y manifiéstela) todos los intento de mejora
de articulación que haga su hijo. Así los potenciará.
• Evitar las comparaciones con otras personas de su edad. A menudo el profesorado
escucha cosas como “mi otra hija comenzó a hablar antes…”,o “creo que mi niño habla
peor que sus amigos”; recuerde que cada persona es única y que su evolución y tiempo
de maduración podrá ser similar a la de otras, pero nunca idéntica.
• Si su hij@ persiste en pronunciar una palabra de forma incorrecta no le atosigue, pero
recuérdele –repitiéndola bien usted- como es correctamente la palabra. El nin@ no debe
entender que su mala articulación se da por buena.
• Cada cosa debe ser denominada correctamente. No le hable con “lenguaje bebé”. No
contribuya a retenerlo en un grado de infantilismo afectivo y lingüístico.
• No debe exigirle un esfuerzo que no sea capaz de realizar. Su hij@ no debe tener
sentimientos de impotencia. La mayor catástrofe que nos puede ocurrir es que su hij@ se
niegue a hablar.
• Su hij@ adquiere su lenguaje viendo cosas, tocando cosas. No le abandone a su soledad.
Provoque situaciones de diálogo, suscite preguntas…
• Nunca emplee vocabulario complicado ni intente sostener conversaciones superiores a su
capacidad.
• Su hij@ tiene que “crear”. Hay que hacer que se esfuerce y no dirigirle en exceso de forma
que solo conteste “sí o no”.
• Huya de las conductas excesivamente proteccionistas. Por ejemplo: darle de comer o
tomar el biberón cuando es capaz de hacerlo por sí mismo. Puede que, de forma
inconsciente, haga la siguiente lectura de la situación: “Si mi mamá me da todavía el
biberón es porque soy pequeño; entonces debo seguir hablando como un niño
pequeño…” Dotarle de toda la autonomía posible.
Orientaciones sobre Disartria
Minders®

Se considera disartria a aquella dificultad en la articulación del lenguaje producida por una
alteración cerebral o situada en las fibras nerviosas que regulan la articulación y producción
del lenguaje. Se considera un tipo de dislalia orgánica. Al tratarse de un trastorno secundario,
en la mayoría de las ocasiones se trata de una consecuencia de lesiones en el sistema
nervioso central que afectan a la función motora y que provocan alteraciones motoras en el
habla.

El tratamiento de la disartria debe de ser gradual teniendo en cuenta las posibilidades y


características motrices del niño o niña. Por ejemplo, primero trataremos de facilitar los
movimientos de lengua y labios hasta que, de forma progresiva, lleguemos a la emisión de
palabras de una o dos sílabas, y a partir de aquí continuar con la ampliación de la longitud de
palabras y frases.

En relación con los aspectos metodológicos de la intervención, es necesario tener en cuenta


lo siguiente:
• Seguir las pautas del desarrollo normal.
• Facilitar el desarrollo neuromuscular.
• Inhibir los patrones anormales de movimiento (si es que existen).
• Facilitar el movimiento normal.
• Tener en cuenta el nivel intelectual.
• Valorar la capacidad comunicativa escrita del alumnado además de la oral.
• Tener presentes otras dificultades o problemas asociados.

Las características del tratamiento variarán en función de la evolución y características de


cada caso. No existe un patrón único en relación con las áreas de trabajo, aunque
básicamente se deben plantear las siguientes:

• Respiración: implicaría la ampliación del volumen del aire en la inspiración y su control


durante el habla.
• Articulación: se debe buscar el mejor modelo y procurar que el alumnado tome
conciencia de cómo debe obtenerse el sonido.
• Prosodia: mediante el entrenamiento de la entonación con distintos ritmos,
acentuaciones, exageraciones de patrones (interrogativos, admirativos, afirmativos,
negativos…).
• Fonación: utilizando técnicas similares a las utilizadas en las disfonías, pudiéndose incluir
prótesis en los casos más graves.
• Entrenamiento en movilidad: ejercicios repetidos para automatizar la movilidad y control
de la lengua, el velo del paladar, la laringe y la faringe, aunque en los casos más graves
pudiera necesitarse cirugía y/o prótesis.

La colaboración de la familia es fundamental a lo largo de todo este proceso, pues muchos


de los aspectos del tratamiento deben trabajarse también en casa, tales como la
alimentación, el balbuceo, la emisión oral, etc. Además, el hogar constituye el primer sitio en
donde debemos intentar la generalización de lo aprendido durante las sesiones de
rehabilitación, por lo que los padres deben conocer el proceso de rehabilitación y las técnicas
utilizadas para continuar en casa con el asesoramiento de los profesionales.
Orientaciones sobre
tartamudez o disfemia Minders®

El también conocido como tartamudeo es un problema relativamente común en la infancia,


aunque en algunos casos se cronifica. El principal problema se encuentra en las dificultades en
la fluidez con la que se produce el habla, acentuándose especialmente ante la presencia de
público.

En su discurso, el sujeto sufre diferentes bloqueos que interrumpen el ritmo habitual del habla,
sea uno brusco al inicio de palabra, varios pequeños espasmos a lo largo de una palabra o
frase o una mezcla de ambos. Suelen generar gran ansiedad y en ocasiones la evitación.

Es fácil que escuche a su hijo pequeño vacilar, reformular sus oraciones o repetir palabras.
También es normal que si está indeciso titubee al hablar. Pero tenga en cuenta que estos
errores o disfluencias también pueden ser anormales y preocupantes y pueden ser signos de
alarma de que algo no va bien en su forma de hablar.

Estos errores en el habla suelen ser normales y aparecen frecuentemente en el desarrollo del
lenguaje del niño. Suelen aparecer cuando el niño está alterado, nervioso, cansado, o cuando
quiere decir algo largo y complicado. Los niños pequeños no son conscientes de estas
disfluencias ni muestran reacciones emocionales por estas pausas o vacilaciones.

¿Que actitud tomar?


La conducta de los padres con su hijo es lo esencial para un niño disfluente; la forma en que
uno se relaciona y se comunica con él. Es lógico que cuando le oye atascarse intente
ayudarle. Lo primero que a uno se le ocurre es indicarle, que no se ponga nervioso, que hable
más despacio o que repita lo que ha dicho. La mayoría de los padres han aconsejado a sus
hijos cosas parecidas. Pero usted también habrá comprobado que no surte mucho efecto y
que el niño sigue teniendo dificultades para hablar. Sin embargo, este tipo de apoyos sí
trasmiten a su hijo la actitud y el sentimiento que usted tiene hacia su forma de hablar. Es decir,
le indica que usted se siente mal, al verle con dificultades y que desea evitar esa manera suya
de expresarse.

Tenga en cuenta que su hijo, como todos los niños, desarrolla sentimientos, observando a sus
padres. Si usted siente que tartamudear es negativo, su hijo aprenderá a sentirse también así; si
sus padres se muestran preocupados por su forma de hablar e intentan que hable de otra
manera, el niño interpretará que su expresión no es adecuada y se tensará. Es decir, que con la
intención de ayudarle probablemente le trasmite involuntariamente, otras emociones que no
desea.

Si usted le da ejemplo de hablar lento, le ayudará a mejorar su fluidez. Acuérdese que a su hijo
tarda más en iniciar la palabra y tarda y en elaborar su respuesta.

Evite hacer frases largas y complicadas, porque al niño le resultará más difícil seguirle.
Adáptese a la edad. Los niños pequeños hablan con frases de menos palabras que los
mayores. Aunque crea que el lenguaje de su hijo es elaborado, no debe hacer el suyo
complicado para favorecer su fluidez

Es conveniente que usted conozca que existen recursos que permiten controlar del habla.
Hablar lento, suave, sin fuerza, alargar, silabear, susurrar, canturrear, seguir un ritmo, hablar con
palabras y frases sencillas entre otras, ayuda a hablar fluido.
Orientaciones sobre
Trastorno de comunicación social Minders®

El trastorno de la comunicación social es una condición que dificulta hablar con otras
personas. No es un problema del habla o con la reglas del lenguaje, como por
ejemplo el uso de la gramática. Pero afecta otras áreas del lenguaje.

Las personas con este trastorno tienen dificultad para comunicarse de una manera
que sea socialmente apropiada. Puede que no sigan las reglas de la comunicación
oral o no entiendan el intercambio que se produce al conversar. Y a menudo no
“captan” la ironía o el lenguaje que no es literal. Estos desafíos dificultan la conexión
con las personas, ya sea en la escuela, el trabajo o en entornos sociales.

El trastorno de la comunicación social no está relacionado con la inteligencia. Las


personas que lo tienen son tan inteligentes como cualquier otra. Pero este trastorno
puede afectar el aprendizaje y crear desafíos en el trabajo.

Estas son algunas señales del trastorno a cualquier edad:


No entender la ironía: entender las cosas de forma literal.
No proporcionar información del contexto al hablar con desconocidos.
Dificultad para entender cosas que se sobreentienden y que por ello no se mencionan.
Dificultad para captar señales sociales como las expresiones faciales.
No usar formas de saludo apropiadas.

El trastorno de la comunicación social se evidencia en la infancia temprana, pero a


menudo se diagnostica más tarde.
Suele presentarse junto con el autismo, el TDAH y los trastornos del lenguaje.

¿Cuál es el tratamiento para el trastorno de la comunicación social?

El tratamiento principal para el trastorno de la comunicación social es la terapia del


habla y el lenguaje. Los terapeutas del habla y el lenguaje pueden trabajar con los
niños en sus habilidades de conversación en sesiones individuales o en grupos
pequeños. Podrían usar el juego de roles o apoyos visuales como los cómics.

Los grupos de habilidades sociales también pueden ayudar a los niños que tienen este
trastorno a mejorar sus habilidades de comunicación.
Los jóvenes y los adultos pueden encontrar grupos o talleres enfocados en el desarrollo
de habilidades sociales o para la vida. Estos programas pueden ser ofrecidos por
terapeutas del habla y el lenguaje, trabajadores sociales, psicólogos, consejeros
vocacionales y consejeros universitarios.

Las familias también pueden practicar las habilidades de conversación y la lectura de


expresiones faciales en la casa.

https://www.understood.org/es-mx/learning-thinking-differences/child-learning-disabilities/communication-disorders/understanding-social-communication-disorder
Orientaciones sobre dislexia
Para padres de familia Minders®

Los niños aprenden a leer a ritmos diferentes, y es normal que tengan dificultades en algún
momento. Pero si su hijo parece estar particularmente frustrado con la lectura y la escritura por un
período de tiempo extendido, existe la posibilidad de que tenga un trastorno del aprendizaje
llamado dislexia.

La dislexia podría describirse mejor como una dificultad inesperada para aprender a leer. Los niños
con dislexia tienen dificultades con la fonología, o el reconocimiento y la manipulación de los
sonidos en el lenguaje. La dislexia afecta la capacidad del niño para decodificar palabras:
descomponerlas en sonidos constitutivos o fonemas, y luego pronunciar palabras nuevas. Eso hace
que sea difícil reconocer palabras, generar palabras, leer, escribir y deletrear. Algunos niños con
dislexia simplemente tienen problemas para generar palabras rápidamente.

Un niño disléxico no carece de inteligencia y no necesariamente está fallando en la escuela, ya


que algunos niños con dislexia, al esforzarse mucho más que sus compañeros, pueden continuar
con su trabajo, al menos en los primeros grados. Sin embargo, cuando están alrededor del tercer
grado, a menudo se les hace imposible mantenerse al día, cuando se espera que puedan leer
con fluidez, de manera rápida, fácil y automática.

Un niño pequeño con dislexia puede:


• Tener problemas para aprender rimas simples
• Tener un retraso del habla
• Tener dificultades para seguir instrucciones
• Tener dificultad con palabras cortas; repetir o dejar de lado palabras como y, el, pero
• Tener problemas para diferenciar la izquierda de la derecha
• Tener problemas para comprender logotipos y signos
• Tener dificultad para aprender las reglas de los juegos
• Tener problemas para recordar instrucciones de varios pasos
• Tener dificultades para leer relojes y decir la hora
• Encontrar particularmente difícil el aprendizaje de un nuevo idioma
• Tener arrebatos emocionales como resultado de la frustración

¿Qué no ayuda? La tutoría simple en un centro de aprendizaje convencional que no está


enfocado en la rehabilitación, o en el desarrollo de las habilidades faltantes, puede ser
contraproducente si es una experiencia desagradable. Practicar la lectura ayuda a los lectores
típicos a mejorar, pero puede ser una fuente de angustia para los lectores disléxicos.

Ayudar a su hijo a comprender su trastorno del aprendizaje puede brindarle las herramientas que
necesita para controlar su dislexia, tanto académica como emocionalmente.
Hable con él sobre las dificultades que puede causar la dislexia y sea específico: “¿Sabes cómo te
cuesta leer letreros o copiar notas de la pizarra? Eso es dislexia”.
Reconozca sus dificultades y elogie su trabajo arduo, incluso si los resultados no son perfectos:
“Entiendo lo difícil que fue la tarea de lectura. Estoy tan orgullos@ de lo duro que trabajaste en
ella”.

Ayúdal@ a identificar fortalezas específicas: “Ese dibujo que hiciste de nuestra familia tenía colores
y detalles tan vívidos. Eres un gran artista”.
Combata el diálogo interno negativo: si su hijo comienza a decir cosas como “soy un estúpido”, no
lo ignores. En cambio, revise estas ideas para ayudar a los niños que son demasiado duros con
ellos mismos.

https://childmind.org/guide/guia-para-padres-sobre-la-dislexia/
Desarrollo del lenguaje en
Niños con discapacidad auditiva Minders®

Ante la presencia de una deficiencia auditiva significativa durante la infancia, la capacidad


lingüística puede verse afectada de forma muy variable dependiendo del área más
perjudicada, pudiendo diferenciarse entre vocabulario, gramática, articulación, fluidez,
comprensión, pronunciación, etc.

Además del tipo de afectación que presente el niño, el desarrollo del lenguaje también se ve
influido por la naturaleza y calidad de entorno comunicativo que le rodea, por ello parece
conseguirse una mayor habilidad lingüística si la madre es oyente respecto del caso en que
tanto la madre como el hijo son sordos.

La pronunciación se encuentra intensamente alterada en relación a la entonación, ritmo,


tiempo, etc., además de otras distorsiones sintácticas graves. En cuanto a la comprensión, el
niño debe valerse de claves visuales que le ayuden a entender la estimulación recibida.
Utilizan además, la lectura labio-facial y otros métodos complementarios que les faciliten la
diferenciación entre movimientos labiales compartidos por distintos fonemas o fonemas que
no poseen movimientos visibles labiales.

Silvestre (1998) ha propuesto un listado de condiciones consideradas óptimas para que


pueda darse el aprendizaje de la lengua oral de forma adecuada.

1. La implicación familiar. Se recomienda una elevada frecuencia de intercambios entre


padres e hijos para potenciar la estimulación recibida por este, asegurando un mayor nivel
de progreso.

2. Atención educativa temprana. Con la finalidad de alcanzar el mayor grado de desarrollo


posible atendiendo a los periodos sensibles de mielinización y plasticidad neuronal.

3. Si lo requiere, adaptación correcta del audífono, Indispensable para una correcta


interacción entre le niño y el ambiente.

4. Reeducación auditiva temprana. Esencial para compensar en la medida de lo posible las


deficiencias presentadas en cada caso concreto.

5. Aquisición de la lectura labio-facial. Deviene un requisito para la comprensión del lenguaje


oral recibido por parte del interlocutor presente.

6. Desarrollo comunicativo y cognoscitivo. Puesto que existe una estrecha relacion entre el
desarrollo orgánico y el psíquico, se debe actuar para impedir que dificultades en el primero
(deficiencia auditiva) conlleven perjuicios en el segundo (psicopatología o malestar
emocional o cognitiva).

El lenguaje del niño con discapacidad auditiva es aprendido, no adquirido, ya que el niño
normoyente se apodera del lenguaje de una forma natural, es decir, solo interactuando con
adultos e iguales. La diferencia entre ambas situaciones va a significar modos muy distintos de
enfrentarse a la tarea, y tiempos muy distintos de aprender códigos.

https://psicologiaymente.com/desarrollo/desarrollo-lenguaje-ninos-con-discapacidad-auditiva

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