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\U. B.

Yeats
tina (t925, 1937)t
visit'»t

IPasaje de la lntroducción]

X\'
Alguien se preguntará si creo en la existencia real de mis circuitos del sol y de la luna. Aquellos
que incluyen, ya sea todo ei tiempo registrado en un circuito, ya sea lo que Blake llamó "la pulsa-
ción de una añeria", son plenamente simbólicos. pero ¿y aquellos que fijados. como una maripo-
sa en un alfiler, a ¡ruestra fecha central, al primer dia de nuesfra Era- dividen la historia real en
períodos de igual extensión? A esta pregunta no puedo sino responder que si a veces, abrumado
por el nrilagro como deben estar todos los honrbres en el medio de é1, he considerado dichos pe-
riodos literalmente, recuperé pronto la razón, y ahora que el sistenra se destaca claranrente en nli
imaginación los considero como arreglos estilistico\ de Ia experiencia comparable a los cubos en
un_dibujo de W¡ndham Levris2 ¡ a los oroides en Ia escullura de Brancusi.¡ Ve a¡udaron a uuir
rálidad l justicia en un único pensarnienro.
23 de not'iemhre tle 1928 7'desptré.;

Las lases de la luna

Un anciano estaba atento a un puente-


El ¡ su amigo. sus caras al sur-
Habian hollado el camino desparejo. Sus botas estaban sucias.
Su ropa Connemara habia perdido su ibrma.
Soslenían un ritmo flrme como si sus camas.
A pesar de la luna menguante y tardia,
Estuvieran todavía distantes. El anciano estaba atento.

AHERNE
¡,Qué hizo ese ruido?
ROBARTES
Una rata o polla de agua
Se echó al agua, o una nutria se deslizó en la corriente
Estamos sobre el puente; esa sombra es la torre,
Y la luz denruestra que él sigue leyendo
Encontró, según las costumbre de su clase,
\leras imágenes. eligio este lugar para r ir ir
debido, podria ser, a la luz de la vela
de la lejana torre donde se asentó
el platónico N{ilton o el principe visionario de Shelley:
la luz solitaria que gravó Samuel Palmer,
una imagen de sabiduría misteriosa obtenida con esfuerzo,
¡ ahora busca en libro o nranuscrilo

I W. B. Yeats. I ir.vor. A reissuc


-.1 $ith thc aulhor-s final relisions. Nc§ York: Collicr Books- 1966.
: Pe¡§ W\ndham
Lc\\is (ltttt.t-1957). no\elista- ens:¡\jsta \ pintor ingiés. ,f,e origcn noneamericano
¡
Colst¿nlill Brancusi (I lt7(F 1957). escultor rurlralro

4
que nunca hallará
AHERNE
¿Por qué tú,
que lo sabes todo, no tocas a su puerta y le dices
la verdad necesaria para mostrarle que toda su vida
apenas le permitirá alcanzar un peduo de corteza
de todas aquellas verdades que son tu pan cotidiano;
y una vez que hayas hablado, retomar el camino?
ROBARTES
Escribió sobre mi con estilo extravagante,
Que aprendió de Pater. y para cerrar su relato
Dijo que estaba nruerto; y mlrerto decido estar.
AHERNL,
Cantanle los cambios de Ia luna una \ ez ma5,
Canción verdadera, aunque discurso: '1¡i autor me cantó a mí"
ROBARTES
Veintiocho son las lases de la luna.
La llena y el lado oculto de la luna 1.'todas las crecientes,
Veintiocho y aún asi veintiséis
Las cunas en que el deber de un hombre necesita ser acunad(),
Porque no hay vida humana en la plenitud o en la oscuridad.
Desde la primera creciente a la mitad, el sueño
Solo convoca a la aventura, y el honrbre
E.s siempre feliz como el ave o la bestia.
Pero nrientras la luna se llena hacia la plenitud
Aquel sigr-re cualquier capricho que sea el ntás dificil
Entre los caprichos no imposibles. v aunque nrarcado.
Como con el gato-de-nueve-colas de la ntente.
Su cuerpo moldeado desde adentro
Se desarrolla más lindo Pasan once I luego
Atenea toma a Aquiles del cabelio,
Héctor yace en el polvo, Nietzsche nace,
Puesto que la creciente del héroe es la doce.
Y aún asi, doblemente nacido, doblemente enterrado, crecer debe.
Antes de la luna llena, indefenso como un gusano
La decimotercera luna dispone el alma para la guerra
En su propio ser, y cuando la guerra ha comenzado
No hay músculo en el brazo; y después,
En el frenesi de Ia luna decimocuarta.
El alma comienza a temblar hasta la quietud,
¡Para morir en el laberinto de si mismal
ALIERNE
Canta la canción; cántala hasta el fin, y canta
La extraña recompensa de toda esa sabiduria.
ROBARTES
Todo pensamiento se r.uelve imagen y el alma
Se luelve cuerpo: ese cuerpo y esa alma

L
Denrasiado perfbctos en plenitud para morir en una cuna,
Demasiado solos para el tráfico del mundo:
El cuerpo y el alma expulsados y náufragos
N{ás allá del mundo visible.
AHERNE
Todos los sueños del alma
Ten¡inan en un hermoso cuerpo de hombre o de mujer.
ROBARTES
¿No lo has sabido desde siempre'
AHERNE
La canción dirá
Que aquellos que amaron sacaron sus largos dedos
De la muerte, y las heridas, o de la cima dei Sinaí.
Corrieron de cuna en cuna hasta que al final
Su belleza decantó de la soledad
Del cuerpo 1, el ahna.
ROBARTES
El corazón del anrante lo sabe.
AI{ERNE
Debe ser que el lerror en sus ojos
Es recuerdo o anticipación de la hora
En la que todo se llena de lLrz 1'el cielo queda desnudo
ROBARTES
Cuando la luna esta llena. los campesino'
Esperan aquellas criaturas de la plenitud
En las colinas baldías: cuerpo y alma
Aislados en nledio del aislamiento de si mismos.
Atrapados en conteÍnplación, el ojo de la mente
Fijcl en imágenes que alguna vez eran pensadas.
Porque las imágenes distintas, perfectas
E inamovibles pueden romper la soledad
De los ojos hermosos, satislechos, indilerentes.

1'de inntadiult¡ tt¡tt tt¡z uito:¿t, ugutlLt


Aherne s¿ rilt, pens<trrtlo ¿tt el homhre inlet it»,
Su velo inx¡mne y su lobrtrioso lopiceru.

ROBARTES
Y después del desmoronamiento de la luna
El alma que recuerda su soledad
Se estremece el') numerosas cunas, todo cambia.
Debe convertirse en sirviente del mundo, y nrientras sirwe,
Eligiendo cualquier tarea que sea la más dificil
Entre todas las tareas no imposibles. impone
AJ cuerpo v también al alnla
[.a r'ulgaridad de la bestia de carga.
A}{ERNF

J
Antes la llena
Se buscó a si misma y luego al mundo.
ROBARTES
Porque lo has olvidado, la mitad de tu vida,
Y lrunca escribiste un libro, tu pensamiento es claro.
El reformador, el mercader, el hombre de estado, el ilustrado
El nrarido consciente de sus deberes, la esposa honesta a su vez
Cuna a cuna, y todos en !'Lrelo y todos
Deformados, porque no hay deformidad
Nos sah.'an de un sueño.
AHER"\iE
uY que pasa con aquellos
que Ia última creciente senil ha liberado?
ROBARTES
Debido a que son oscuros, como aquelios que son toda luz,
Se sitúan más allá del lirnite, y en una nube,
Gritándose uno a otro como murciélagos;
Pero ya que no tienen deseo no pueden decir
I-o que está bien o rnal, o 1o que significa triunfar
En la perfección de la propia obediencia de uno.
Y aún así dicen lo que les es insuflado en la cabeza.
Defor¡nados más allá de la deformidad. sin forma-
Insípidos como la masa antes de ser cocinada.
Cambian sus cuerpos al instante.
AHERNE
¿Y entonces?
ROBARTES
Cuando toda la masa ha sido bien sobada
De modo que pueda tomar la lorma que la Naturaleza cociner-a imagina
l
La creciente primera delgada se cierTa una r ez n¡ai
AHER¡.-E
Pero la fuga; la canción ncl ha terminado todar ia
ROBARTES
EI Jorobado -v el Santo y el Tonto son las últimas crecientes,
El arco ardiente que alguna vez pudo disparar una l1echa
A partir de las vicisitudes, la rueda del carro
De la belleza es crueldad y Ia de la sabiduria parloteo
A partir de esa marea incontrolable, se arrastra
Entre la delormidad del cuerpo y del alma.
AHERNE
Si nuestros lechos no estuvieran demasiado lejos, haría sonar la campana,
l\le palaria bajo las nraderas del techo de la entrada
Al lado de la puerta del castillo, donde todo es severa
Austeridad, lugar establecido para la sabiduria
Que nunca habrá de hallar; representaria un papel;
EI nunca me reconoceria después de todos estos años
Sino que me confundiria oon un campesino borracho.

tl
\le pararra t hablarra entre dienles hasta que entie;da
"EI Jorobado y el Santo y el Tonto", y que ellos vinieran
bajo las lres Írltimas crecienles de la luna.
y luego rne iria tambaleando. El se romperia la aabeza
dia tras dia, pelo nllnca er'¡conll aria e[ sentido.

|' luego.se rilt pctr.sundo en tpre lo qtre purece difít'il


I)eb¿rio .var lor .simple un murt'iéktgo :;urgió tle lt¡s at'elluttts
)'dio nrcltu.t olre¿leclt»'dc él «trt .srr g1rilo chilkin,
I tt ltt: t'tt l(t ft'ttltttkt Ll.' ht t(tt t r' \¿ dlr,t{t).

[Del Libro L La Gran Rueda


De la Parte I: El símbolo principal]

ll
De acuerdo con Simplicio,a comentador tardio de Aristóteles. la Concordia de Ernpédocles con-
vierte a todas las cosas en "una est'era homogénea", y la Discordia separa los elementos para fa-
bricar el mundo que habitamos. Sin embargo, incluso la esfera tbrmada por la Concordia no es la
eternidad inantovible, porque la Concordia o Amor no hace sino ofrecernos la imagen de aquello
que es inamovibie.
Si pensanros en el vórtice atribuido a la Discordia como lormado por círculos que disnrinuven
hasta desaparecer y en el de la eslera opuesta atribuido a la Concordia, formándose a partir-del
l.órtice opuesto. situando el vértice de cada vórtice en la mitad de la base del otro, tenenlos el
simbolo fundamental de mis instructores.
Si denomino al cono sin sombrear "Discordia" ¡' al otro "Concordia" r'pienso en cada ttno como
el limite de un giro, veo que el giro de la "Concordia" disnlinuye a media que el giro de la'Dis-
cordia" se acrecienta, y puedo imaginar después que el giro de la "Concordia" aumenta mientras
el de la "Discordia" disrninuye, e1cétera. sienrpre un giro dentro del otro. Aqui el pensamiento de
Heráclito lo domina todo: "Morir la vida ajena, vivir la muerte ajena".

r
Citado por Picrrc Duhem en ¿é §iul¿r¡e tfu nontle-to\.I. pág. 75. [N. dcl a.j

.r
[De la Parle I[. Eramen de la rueda]

D¡.ror.ry ol StrG¡¡l¡t
II
Esta rueda es todo nrovimiento completo del pensamiento o la vida, veintiocho encarnaciones,
una encarnación única, un juicio o acto de pensamiento pafiicular. El hombre busca su opuesto o
el opuesto de su condición, alcanza su objeto en la nredida en que es alcanzable, en la Fase l5 '"'
vuelve' a la Fase I una vez más.
La Fase l5 se Ilama So1 en I-una porque el tinle ¡»'imurio o solar es consumido por el lunar, pero
desde otro punto de vista es la l\l¿i.s¡-ttru consumida en la lblutúui, todo es belleza. Por decirlo
asi, la !\.'fúscuro se desea a si ntisma conto belleza, pero como dice Plotino puesto que las cosas
que son de un tipo son inconscientes, es una encanración ideal o sobrenatural. La Fase I se llanta
Luna en Sol porque el linle d t¡télicr¡ o lunar es consunrido en e1 pr¡ntur¡() o solar. pero desde
otro punto de vista es el (-ttcryt del Deslittt¡ consumido en la .,11€,¡r1r, ('rcaliwr; el hor¡bre es dócil
y plástico; a menos que interlengan poderes sobresensuales, la plasticidad casi de acero del agua
donde se ha desvanecido la última oleada. En esfe rnomento debentos considerar los l't'itt,t¡t,,t
en los tlue es posible el pensamiento puro, pero en las l:ttctttlitil¿r la [tnica acti\,idad y la única
unidad es natttral o lunar y en las fases prinrurl¿r.s la unidad es moral. En la Fase I la moral es su-
rrisión cornpleta Toda unidad proviene dela l\ltistl'tru. y la,\lti;utru uttitétit'tt es descripta en la
lelra autornática como una "lornra creada por la pasión para unirnos a nosotros mismos", el yo asi
buscado es esa L:nidad del Ser comparada por Dante en el ('rnyit¡t oon la de "un cuerpo humano
perfectanrente proporcionado". El ('rrcr¡xt d¿l l)e.:titto es la suma, no la unidad, de hecho, el
hecho tal como alecta a un hombre particular Solo en los C.uatro l)rincipir.¡.r descrrbriremos la
Concordia de Empédocles. La li¡luttttd es prácticamente la Voluntad que describe Croce.^
Cuando no es alectada por las otras [,acultucles. no tiene ninguna emoción, moral ni interés inte-
lectual, pero conoce cómo están hechas las cosas, como se abren y cierran las ventanas, como se
cruzan los caminos, todo lo que llamamos utiiidad Busca su propia continuación. Solo mediante

' Un movinriento circular scmc-ianlc. lnndamental cn tas obras de Gio¡anni Gcntilc lco cn algún lugar- es cl ñlnd¡-
mcnto scmiconscicnte dcl pc¡'lsrmicnto politico dc h Italia modcrua. Los indir idr¡os r las clases complctan sus pcr-
sondid.:rdcs I lucgo ruelrett a surnclgrrsc para curiqucccr la masa. El gobicmo dcbc- scgún sc indica. dcbi,Jo r quc
todo 1o bucno ha sido creldo por l¡ lucha dc clascs. ¡cconoccr que la luch¡ dc clascs aunquc dcbc scr rcgulad¡ nunca
puede lcnni[ar. Es la antigua c¡tscñlrva dc Heráclito: "La guerra es el Dios dc todos. \ cl pad¡c de todo- en
Flllrte hár
hecho Dioscs ¡ cn partc holnbrcs. cn partc sonrctidos r cn paíc libres" \ lo conlrario dcl socialisnlo mtr\istt. lN. del
.I, I
o
Dc algurta ntarlera. las C dtro ¡,'o(ultotles recuerdan los cuatro rnornclltos a los que Croce ha detlic¿do cuatro li-
bros: que el ptrccido uo ser llla\or se dcbr: a quc Crocc a¡xnas ernplcl la tnlilesis \ Ia ¿rntinomia [N. dcl a.]

b
Ia búsqueda o aceptación de su opuesto directo. el objefo de deseo o ideal rnoral que es el r¡ás
dificil de todas las cosas posibles, y nlediante el sonretinriento de la forrna en el Cueryto tlel l)es-
1lr(r, puede lograrse auloconocimiento y erpresión. La Fase 8 y ia Fase 22 son fases de lucha y
tragedia, la prinrera es una lucha para encontrar personalidad, la segunda para perderla Después
de la Fase 22 y antes de la Fase I hay una lucha para aceptar la unidad impuesfa por el destino, de
la Fase I a la Fase 8, para escapar de ella.
Todos estos enunciados abstractos son, sin embargo, engañosos, porque tratamos siempre con un
hombre particular, el honibre de la Fase I3 o Fase 17. por decir Las ('uotrt¡ littt:ulkult's no son
categorias abstractas de la {ilosofia, resultado de las cuatro memorias del Duimtn o el últitno i o
de ese hombre. St (-rterpo tla D¿.stitut.la serie de acontecinrientos que se Ie imponen desde afue-
ra, se fbrma a part¡r del recuerdo del l)uiutott de los acontecimientos de sus pasadas encarnacio-
nes; su,l./rÍsc'rau u ob.jeto de deseo o idea del bien. a partir de su recuerdo de los momentos de
eraltación en sus vidas pasadas; su lilunlttd o ego norrral a pafiir de sus mernorias de todos 1os
acontecimientos de su vida presente, recordados de nranera conciente o no, su A!¿ttt¿ (-t.,utn'd a
partir de sLr recuerdo de ideas *o unirersales ntanilestados por hombres reales en sr-rs lidas pa-
sadas o sus espiritus entre r, idas.

IDe Parte III: Las veintiocho encarnaciones]

Fase quince

l)¿*tt¡ I
I

i\.[á"¡c¿tra (de la Fase I ) I


Sin descripción, sah'o que es una lase
l4e te ('reLtt¡tLt (de la Fase t5) I
de entera belleza.
('uerpts tle l)estino (de la Fase I )
I

)
El (-rrerpo de Destitx¡ y \a Altiscaro sotl ahora idénticas. y la Iitlttntutl ¡, la lfente (i?ú/^u son
idénticas; o rlás bien la llfente ('reufittt se clisuelve enla l't¡lutttutl 1' el ('ucrpo Lle l)e.;tino enla
l.ltiscctrtt No se puede distinguir entre pensarliento y voluntad- tampoco enlre esluerzo y logro,
se trata de la consumación de un lento proceso, nada es aparente salt o la litlunlt:d que sueña v la
Imagen que es soñada. Desde ia Fase l? todas las imágenes. y cadencias de la mente, han sido
satisfactorias para esa mente en la r¡redida en clue han expresado la confluencia de voluntad 1'
pensanriento, esfiierzo y logro Las palabras "musical". "sensuai" r¡o sor¡ sino descripciones de
ese proceso de confluencia. Aunque se lo ha procurado, no coluo medio sino como fin. el poenta.
la pintura, el ensueño ha sido si¡ficiente en sí misnro Sin enrbargo, no es posible separar eÍt la
cqlmprensión esta convergencia en uno de Ii r ttad y l4etttt (-reutit'u de la conr,ergencia en uno
de la ll'lo.vcttt'¿t y' el (-rrcrpo dc l)esli¡to. Sin la lvlú.scoro y el (- ery)() tle Des¡itu¡ la li¡lutttud no
tendría nada que desear, la ll4enl¿ ('rcut¡t'tt nada clue aprehender Desde la Fase 12, la l,Íente
('tcttlittt se ha impregnado lanto del linle Lt t¡tctico que ha limitado cada vez más su contempla-
ción de las cosas reales a aquellas que parecen imágenes de la nrente deseada por la l?tlu¡tkul. Se
eligió, moldeó y volvió a moldear el ser, se estrechó su círcuio de vida, siendo cada vez más el
artista, creciendo cada vez más como "distinto"' en toda prelerencia Ahora la contemplación y'el
deseo, lundidos en uno, habitan ulr mundo donde cada inragen amada tiene lorma oorporal, y
cada fornla corporal es atnada. Este anlor no conoce el deseo, porque el deseo irnplica esfuer-zo y
aunque hay lodavia separación del objeto amado, el amor acepta la separación como necesaria
para su propia eristencia. Se reconoce el !)esli¡to por el linrite qr"re da a nuestro /)esl¡¡¡¡.r su lorma,

1
) conro no podemos desear nada fuera de esa fon¡a corno erpresión de nL¡estra libertad. La
Casualidad y la Elección se han vuelto intercambiables sin perder su identidad. Conto han cesado
todos los esfuerzo¡. todo pen:arniento sc ha conrenido cn imagen. porqrre ningrrn pensanlienlo
puede e\islir si no fi-¡era arrastrado hacia su propia extinción, en medio del temor o en contempla-
ción. ), toda irnagen está separada de 1as denrás, porque si la irnagen estuviera ligada a la imagen,
el alma despertaria de su trance inquebrantable. Todo 1o que ha erperimentado el ser conro pen-
samiento es visible a sui ojos como totalidad. v de este modo percibe, no como son para los
otros. sino de ¿cuerdo con su propia percepción, todos ios órdenes de la eristencia. Su pr'opio
cuerpo posee la rnavor belleza posible. siendo de hecho el cLrL.rpo que habita pernranente el alrna.
cuando todas sus lases se han repetido dc acuerdo con el núrrero adjudicado: el c¡ue llamamos el
Cuerpo Celestial o clarihcado Donde el ser haya r.'ivirlo ftrera de lase, buscando r.ir.i¡ ¿ traves de
fases a¡tiilé/ictt.s como si ñreran ptintrrio.t, hay ahora terror a la soiedad, su aceplación lolzada.
penosa y lenta. y una vida amenazacla por sueños terribles. Incluso para el más perfecto. ha.v un
lnorreuto de pena, un pasaje a través de una visión, en ia que el r¡al se reveia en su sentido final.
En cste pasaje Cristo. se dice, lamentó la ertensión del tiernpo v la lalta de valor del todo del
irorttbte para el horrbre. nlientras qlre su precursor larrentó ia bret'edad del tiempo y la lalta de
! alor del hombre para su todo- pero esto todavia no puede conrprenderse.

Fase diecisiete

I?lunto.l el hombre ¿.1¿rr¿.,r r iutr t fde Daimon.]

l\,fúscaru (de Ia Fase 3). I'ertlotle nt Simplificación a trar'és de l¿ intesidad lirl.vr dispersion.

.\fenlc (-reulit'a (de la Fase 13). l'erdodt,ru la imaginacii»r creatir a a trar.és de la entoción ¿rl//-
téI itu. l'ol.;a -autocorlprensión forzada.

(-trerpo de ))estirn (de la Fase 27)-Pérdida impuesta


Ejemplos. Dante, Shelley, Landor

Se llama honbre Llenx»ti¿tco porque la Unidad del Ser, y la erpresión derilada de pens¿nliento
tl¿t»t»tiuto. es ahora más lacil que en cualquier otra fase. En contraste con la Fase l3 y la Fase
14, en las que las imágenes mentales estaban separadas entre si de modo que podrian ser someti-
das a conocimienlo, ahora todas fluyen, canrbian, se agitan. reclarlan a gritos o se mezclan en
otra cosa. pero. como en la Fase 16, sin rom¡rerse o rasgarse entre si, porque la Fase 1 7, lase cen-
íraf de su tríada. no tiene frenesi La 11¡lu¡¡fotl se parte ¿ la rnitad pero sin erplosión ni nrido [.os
fragmentos separados buscan imágenes más que ideas, y aquellas el intelecto, asentado en la Fase
13, debe sintetizar en vAno. trazando con su compás una linea que no hará sino representar el con-
torno de un cuenco repleto. El ser tiene por fin supremo, como tu\o en la Fase l6 (y como tendrá
en todas las lases u r¡l¿li«t.\ siguientes). ocultar de si mismo y de los denrás esta separación ),
desorden, y los disinrula bajo la imagen emocional de la Fase 3. asi como la Fase 16 disimula su
rnayor violencia balo la de la Fase 2. Cuandt¡ es fiel a su flase. el inteleclo debe orientar todo su
poder de sírrtesis a su tarea Encuentra. no el nrito apasionado que encontró la Fase 16. sino una
l,Listnru de sinrpiicidad que también es intensidad. Esfa ,\ltiscurtt puede representar la pasión
intelectual o sexual; parezca alg[rn Jerjes o Atanasio: sea el descarnado Dante de la l)ivino (-i-
nrcdi<i', su inragen correspondiente podría ser la Venus Urania de Shelley, la Beatrjz de Dante o
incluye la Gran Rosa Amarilla del l'urutliso l.a l\¡luttÍutl, cuando es fiel a la fase. asunre. al

r
asumir la |lhi:cttrtt, una intensidad que nunca es dramática sino siempre lírica y personal, y esta
intensidad. aunque sier¡rpre sea una asunción deliberada, no es para los demás más que Ia marar i-
lla del sert y aún asi la íblttttlud es siempre conciente del Cuerpo cle l)e.slitxt, que destn¡ye perpe-
tuamente esta intensidad. dejando así librada la litluntad a su propia dispersión.
En la Fase 3, no c{rnro l.íástunt sino como flrse- debería haber un balance o bienestar fisico per-
f'ecto, aunque no belleza o intensidad emocional, pero en la Fase 27 están aquellos que se apartan
de lo que la Fase i representa y buscan todas aquellas cosas que no puede ver. El ('trerpo iel
I)a.stirto, por lo tanto, deriva de una lase de renuncia, es "pérdida", ! trabaja para hacer irnposible
la "siniplificación a través de la intensidad" El ser. a través del intelecto, selecciona algunas ob-
jetos dc deseo para una representación de la L'f¿iscuru como imagen, alguna mujer quizá. 1 el
('tergt da Dasliw¡ arrebala ei objeto. Luego el intelecto (Nfente (-reutit'u). rlue en las ftses mas
Lü¡l¡l¿l¡co.\ habia sido rnejor descripto como irnasinación. debe sustituir alguna nuela inra¡¡en de
deseo, y en la nredida de su poder l- de su captación de la unidad, relacionar ac¡uello rlue es pérdi-
da, aquello que ha sido arrebatado, a 1a nuei'a imaqen de rleseo, lo que allenaza la nueva inragerr
a la unidad del ser Si esta unidad fuera ya pasado. t¡ si Ia unidad todavia no se h¡.lb;efa alcanzado.
podría aún asi ser fiel a la lase. Entonces t¡sará el intelecto solo para aislar la .\"/¿Í.rr¿r¡rr y la Ima-
gen, conro fornras selectas o como concepciones de la niente.

Si estuviera hrera de lase. evitaría el conflicto subjetir,o, consiento, con 1a esperanza de tlue el
(-terpo le l)estino poúia rnorir, y enloncesla.\fti.sctu'ct se aferrará a él ¡, l¿ 1¡1o*." lo at¡aerá. Se
sentirá a si nlismo traicionado 1 perseguido. enredado en un conflicto ¡;rinnu ir¡. hasta que se en-
luiezca ccrnlra todo lo que destruye ala.\fisctrit,v la hnagen. Estarii sujeio a la pesadilla, porque
s¡ Nlen¡e ('reutivu (desviada de la Imagen y dela l,[tisctut¿ hacia el ('rttrpo de l)r,stlirr.r) da Lrna
forma nritológica o abstracta aislada a todo aquello que excita su odio Incluso po(lria soñar en
escapar de la mala suerte, poseyendo al impersonal ('rrerpo de l)e.slitt¡¡ de su fase opuesta canr- l
biando pasión por escritorio y Iit»o ile contabiliclad. Debido al hábito de sintesis, 1'a la compleji-
dad creciente de la energia, que despierta rruchos intereses. e incluso las débiles percepciones de
las cosas en su peso 1'rrasa. los hor¡lbres de esta lase son casi siempre partidarios, propagandistas
¡' gregarios, sin embargo, debido a la \fit.:ttu u de la simplificación, qLre les muestra la vida solita-
ria de cazadores ) pescadores y los "bosquecitos que ama la páiida pasión", hacen fiestas, reunio-
nes y propa-uanda. Fuera de fase. Shellev escribe panfletos ]- sueña con conveñir el nrundo o
transforrnar ¿rl honrbre de negocios Y ios trisles gobiernos, y ai¡n asi nreh,e ulta y otra vez a aque-
llas dos imágenes de soledad, un joven culo cabello ha encanecido por el fucgo de sirs prsn5¿-
mientos, un anciano en cierta cuer'a r.narina a cluien es posibie llamar, cuando se habia con ei Sul-
tán, "tan inaccesible como Dios o corlro tii'
Por otra parte, ;qué sujeto está a la pesadilla! \'e al
tlenronio apo¡ado en Lrn árbol. es atacado por asesinos imaginarios, y, en obediencia a Io que con-
sidera una voz sobrenatural, crea 'l'he ('ctrti para darle a Beatriz Cenci su increible padre Su-\
enernigos polítict'rs son monstruosos. imágenes sin significado Y a dilerencia de Byron, que es
dos lases posterior. nunca puede ver nada que se le opongo tal como es. Dante. que lamentó su
exilio conro la peor-de las cosas posibies para él v suspiró por su soledad perdida. 1, aun asi nunca
pudo dejar de lado la politica, fue, de acuerdo con un contemporáneo, tan particlista que si uu
¡tiño o una rnujer hablaban en corltra de su parlido les arrojaba piedras. Con todo, Dante habiendo
logrado como poeta la Unidad del Ser, vio como poeta todas 1as cosas en orden v tuvo un intelec-
to que servia solo a Ia LIttscora, que obligaba incluso a las cosas que se le oponian a servirle y se
contentaba con Ver tanto e1 bien conro el mal. Shellev. por otra parte, en quien inoluso corno poe-
ta ia unidad no era sino lograda en parte, encontró conrpensación para su "pérdida", para la sepa-

q
ración de sus hijos, para la pelea con su pri¡rera nrujer, para la insatislacción serual posterior,
para su exilio, para su oprobio no habia más de tres o cualro personas. Cijo, qLre no lo considera-
ran u¡1 monstruo de inirluidad- en sus esperanzas en el futuro de la humanidad Le laltó la Visión
del N{al, no pudo concebir el mundo como conflicto continuo, asi, por grande que lue corno poe-
ta, no alcanzó l¿¡ márima altura. Sufiendo injusticia r'la pérdida de Beaf¡iz, Dante encontró la
justicia divina 1 la Beatriz celestial, pero la justicia de l'ronalhaus [ ]nl.¡rntn¿l es una vagit emo-
ción propagandística ,v las mujeres que esperan su llegada no sotr sino nubes. Esto se debe, en
parte, a quc la época en que r. ir.'ió Shelley estaba en si r'¡tisuta tan lraqmentada que la rerdadcra
lJnidad dei ser era casi inrposibie y, en pade, a rpre estando luera de lase en 1o que se refiere a su
razón práctica. estaba sujeto a:un oul(»nofi.t ro que el conlundió con in-"'ención poética, en ¡arli-
cular en sus poenras extensos Los honrbres uttt¡l¿f¡«).\ (una vez pasada la Fase I 5 ) usan este ¿/r/-
luntú¡sn?o para evitar el odio, o más bien para ocultarlo a sus propios t!os; quizás totlos en algún
ntontento u L)tro, en nromentos de fatiga, se abalrdonan a 1as inráuenes construidas, fantásticas- o a
una risa casi nrecánica.
Landor ha sido estudiado en ]'er Amit'ii,\ilct¡titt Lun¿tL El holnbre más violento de los hombres,
usa su inteleclo par'¿ separar una inragen r.isionaria de la razón perlecta (la Nláscaro en la Fase 3)
vista siempre en el arle rllás clásico \: sereno iuraginable Tal rez tuvo tanta Unidad de Ser conlo
su época penritía ),pose1'ó, aunque no en plenitud, la Visión del \fal

[del Libro V. Paloma o Cisne]

lV
la1050d.C
Pienso que en la primitir,a Bizancio. tal r.'ez nunca antes ni después en la historia conocida, la
vida leligiosa, Ia estética y la práctica eran una. cle modo que los ar-quitectos \ añistas aunqlle
no, tal vez, los poetas. porquc el lenguaje ha sido instrunrento de contro\elsia r debe haberse
desarrr¡liado abstracto- hablaban tanto a la nrLrltitud como a ios selectos. El pintor, eJ ntosairlrris-
ta. el orfebre, el ilunrinador de libros sagrados. eran casi impersonales, quizá ni tenían conciencia
del diseño indiridual. absorbidos en sus te¡ras ¡ en la visión de todo el pueblo. Podian copiar de
1os viejos libr-os evangélicos aquellos cuadros qLre parecian tan sagrados como el terto, ), aún asi
entretejerlos en un \asto diseño, obra de lnuchos (lue parecía el trabaj{r de uno soio. que hacra qlre
la construcción, el dibujo, el diseño, el trabajo de metaies, no parecieran si¡ro una inragen irnica. y
esta visión, esta proclanlación de su nraestria in'"isible, liene la nobleza griega. Satan sientpre la
Serpiente serridir'ina, nunca el cspantajo con clrernos de la Edad \{edia didáctica

Tr. Da niel Altam¡randa

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