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DIA MUNDIAL DE LA

SEGURIDAD Y SALUD
EN EL TRABAJO 28 DE
ABRIL.
Actuar juntos para construir una cultura de seguridad
y salud positiva
Durante la pandemia de COVID-19, nos hemos dado cuenta que contar con un
sistema de seguridad y salud en el trabajo (SST) sólido, que incluya una participación
efectiva de los Gobiernos, los empleadores, los trabajadores, los actores de la salud
pública y todas las partes relevantes a nivel nacional y empresarial, ha sido decisivo
para proteger los entornos de trabajo y salvaguardar la seguridad y la salud de los
trabajadores.

El diálogo entre gobiernos y entidades sociales no sólo contribuye a mejorar las


políticas y estrategias en materia de SST, sino que también es esencial para fomentar
la apropiación y el compromiso, facilitando el camino para su rápida y más eficaz
puesta en práctica.

En el lugar de trabajo, una cultura de SST sólida e inclusiva es aquella en la que tanto
la dirección como los trabajadores valoran y promueven el derecho a un entorno de
trabajo seguro y saludable. De esta forma, los trabajadores se sienten cómodos
planteando sus preocupaciones sobre posibles riesgos o peligros en el lugar de
trabajo y la dirección colabora con ellos para encontrar soluciones adecuadas,
eficaces y sostenibles. Para ello es necesario establecer una comunicación abierta y
un diálogo basado en la confianza y el respeto mutuo.

Mientras seguimos viviendo una crisis sanitaria mundial y nos enfrentamos a


continuos riesgos en materia de SST en el mundo laboral, debemos seguir avanzando
en la construcción de una cultura de seguridad y salud sólida a todos los niveles.
¿Sabías que...?

Alrededor de 2,9 millones de trabajadores mueren cada año debido a


accidentes y enfermedades profesionales.

Al menos 402 millones de personas sufren lesiones profesionales


El factor de riesgo profesional al que se atribuye un mayor número de muertes
es la exposición a largas jornadas de trabajo (que provocaron 745 000
muertes), seguido de la exposición a partículas, gases y humos, que provocó
450 000 muertes.

Priorizar e invertir en la prevención de los accidentes del trabajo y las


enfermedades profesionales dentro de los programas en seguridad y salud en
el trabajo (SST) ayuda a la sostenibilidad de las economías, garantizando así
una mano de obra sana y productiva.
Antecedentes

En 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) empezó a celebrar el Día


Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. En esta cita anual que tiene lugar
cada 28 de abril, se pretende promover la prevención de los accidentes del trabajo y
las enfermedades profesionales en todo el mundo. Es una campaña de sensibilización
dentro de la estrategia global de la OIT destinada a centrar la atención internacional
sobre la magnitud del problema y sobre cómo la creación y la promoción de una
cultura de la seguridad y la salud puede ayudar a reducir el número de muertes y
lesiones relacionadas con el trabajo.

Cada uno de nosotros es responsable de frenar muertes y lesiones en el trabajo.


Como gobiernos, debemos proporcionar la infraestructura (leyes y servicios) necesaria
para garantizar que los trabajadores sigan siendo empleados y que las empresas
prosperen. Esto incluye el desarrollo de una política y un programa nacional y un
sistema de inspección para hacer cumplir la legislación y política de seguridad y salud
en el trabajo. Como empleadores, somos responsables de garantizar que el entorno
de trabajo sea seguro y saludable. Como trabajadores, tenemos la responsabilidad de
trabajar de manera segura y protegernos y no poner en peligro a otros, conocer
nuestros derechos y participar en la implementación de medidas preventivas.

El 28 de abril es también el día en el que el movimiento sindical mundial celebra su


Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y
Lesionados, para así honrar la memoria de las víctimas de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales, y se organizan con este motivo movilizaciones y
campañas en todo el mundo.
Riesgos emergentes en el trabajo.

La pandemia es uno de los ejemplos más palpables de la necesidad de adaptar los


SST a los nuevos riesgos emergentes, una reivindicación que también está presente
en este día internacional. Los riesgos del trabajo nuevo y emergente pueden ser
provocados por la innovación técnica o por el cambio social u organizativo, por
ejemplo:

 Nuevas tecnologías y procesos de producción. Tal es el caso de campos como la


nanotecnología o la biotecnología.
 Nuevas condiciones de trabajo, por ejemplo, mayores cargas de trabajo,
intensificación del trabajo a raíz de los recortes de plantilla, malas condiciones
asociadas con la migración por motivos de trabajo, trabajos en la economía
informal.
 Nuevas formas de empleo, por ejemplo, el empleo independiente, la
subcontratación o los contratos temporales.

Estos riesgos pueden gozar de un reconocimiento más amplio a través de una mejor
comprensión científica, por ejemplo, los efectos de los riesgos ergonómicos en los
trastornos del sistema osteomuscular. Pero también pueden tener una mayor o menor
influencia en función de las percepciones sobre la importancia que revisten en cada
sociedad, como puede ser los efectos de factores psicosociales en el estrés
relacionado con el trabajo.

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