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Libro Economia Acemoglu PDF 181 202
Libro Economia Acemoglu PDF 181 202
7 perfecta y la mano
invisible
144
IDEAS CLAVE
La mano invisible distribuye con eficiencia bienes y servicios entre compradores y vendedores.
Existe una disyuntiva (trade-off ) entre hacer la tarta económica lo más grande posible y repartirla
de manera equitativa.
7.4 Ton, María, Salvador, Felipe, Andreu, Mateo y Celia son vendedores en este mercado, y
cada uno de sus valores de reserva (valores por los que están dispuestos a vender, o costes
marginales) también aparece en la figura 7.1. Por ella sabemos que Ton está dispuesto a
7.5 vender su iPod por 10 $; María, por 20 $; y así vamos subiendo hasta llegar al valor de
reserva de Celia, que no vendería su iPod por menos de 70 $. Todos estos valores se pueden
reunir para crear la curva de oferta del mercado que se muestra en la figura 7.2.
¿Cuál es el precio de equilibrio en este caso? El precio de equilibrio viene determinado
por la intersección de la curva de demanda con la curva de oferta del mercado. La figu-
ra 7.2 revela que ese cruce arroja un precio de 40 $, que resulta ser el precio al que David
está dispuesto a comprar un iPod y Felipe está dispuesto a vender el suyo.
¿Cuál es la cantidad negociada en este precio de equilibrio de 40 $? De manera pare-
cida a como determinamos el precio de equilibrio, detectamos la cantidad de equilibrio
volviendo a consultar la intersección entre las curvas de demanda y de oferta del mercado.
Con ello vemos que la cantidad de equilibrio asciende a cuatro iPod. Esto se debe a que
cuatro personas (Magdalena, Cristina, Juan y David) están dispuestas a pagar al menos
40 $ por un iPod, al tiempo que cuatro vendedores (Ton, María, Salvador y Felipe) tienen
valores de reserva inferiores o iguales a 40 $. En este ejemplo damos por hecho que si una
persona es indiferente ante la operación, como les pasa a David y Felipe a un precio de 40
$, también la realizan.
Excedente social
Una consecuencia importante de la optimización de compradores y vendedores en mer-
cados perfectamente competitivos es que el excedente social se maximiza. El excedente
El excedente social es la suma social es la suma del excedente del consumidor más el excedente del productor, que abor-
del excedente del consumidor y el damos en los capítulos 5 y 6. Tal como comentamos en esos dos capítulos, el excedente del
excedente del productor. consumidor es la diferencia entre el valor de reserva de los compradores y lo que los com-
pradores realmente pagan; mientras que el excedente del productor es la diferencia entre el
precio cobrado y los valores de reserva de los compradores (el coste marginal). Por tanto,
el excedente social representa el valor total del comercio en el mercado. Para maximizar
y demanda en el mercado
Celia
de iPod 70 Oferta
Magdalena
Mateo
Al plasmar la tabla de oferta 60
Cristina
Felipe
40
unas curvas escalonadas, Salvador
David
Ton
en el precio de equilibrio de 10
Demanda
Alberto
80 80 80
Precio en $
Precio en $
Precio en $
70 70 70
60 60 60
Andrés
50 50 50
Juan
40 40 40 Pérdida
Salvador
30 30 30
Pedro
20 20 20
10 10 10
0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8
(a) Cantidad (b) Cantidad (c) Cantidad
7.5
Sección 7.2 | Ampliación del alcance de la mano invisible: del individuo a la empresa 149
cero beneficios económicos (porque P = CTM), la nueva planta está consiguiendo unos
beneficios económicos de 50.000(10 $ – 7,5 $) = 125.000 $.
7.1 Durante el encuentro anual de accionistas, los directores de ambas fábricas exponen
ante el nuevo director general, un conjunto de datos sobre producción y costes. Los núme-
ros le resultan tan desoladores que declara: «Dadas las diferencias en cuanto a tecnologías
7.2 y costes, ¡me sorprende que la planta más antigua aún produzca algo!». Supone que tiene
que deberse al equipo de trabajadores que lleva en ella toda la vida, y añade: «No podemos
mantener abiertas fábricas obsoletas e ineficientes sólo porque tengamos amigos traba-
7.3 jando en ellas».
Como primera medida, el nuevo director general anuncia que «ya es hora de entrar en
el siglo xxi; debemos trasladar de inmediato toda la producción a la fábrica nueva. Ésta
producirá por sí sola el total de 70.000 microchips (20.000 + 50.000) porque tiene mejor
7.4 tecnología; así demostraremos al mundo que nuestra empresa no para de avanzar con el
mínimo coste para nuestros accionistas».
Los directores de las fábricas intentan explicarle al director general los errores de su
7.5 razonamiento económico (ya que debería aplicar razonamientos de tipo marginal), pero el
gran jefe está convencido de que su intuición es correcta. Impone sus directrices y altera
la producción anual de las fábricas, tal como se muestra en la figura 7.7. A los niveles de
producción impuestos, el coste total de producción viene dado por CTM × C, o las zonas
sombreadas debajo de las curvas de CTM de la figura. El gran jefe ha conseguido lo que
quería: que la fábrica nueva produzca por sí sola los 70.000 microchips.
Precio en $ 40 Precio en $ 40
CMPREVIO
CTMPREVIO CMACTUAL
30 30
CTMACTUAL
20 20
Beneficios:
125.000
10 10
Precio en $ 40 Precio en $ 40
CMPREVIO
CTMPREVIO CMACTUAL
30 30
CTMACTUAL
20 20
Pérdidas:
875.000
Sin
10 producción 10
Pérdidas: $1.575.000
Sección 7.2 | Ampliación del alcance de la mano invisible: del individuo a la empresa 151
beneficios de cada una de ellas produciendo hasta que IM = CM, sino que además consi-
guen algo que nadie se propuso: minimizar los costes totales de producción. Esto es así
7.1
porque CMPREVIO = CMACTUAL, que es una condición necesaria para reducir al mínimo los
costes totales entre los productores.
Un detalle no menos importante es que, con ello, las fábricas también maximizan los
7.2 beneficios totales de ambas fábricas juntas. En este sentido, conviene subrayar que las fuer-
zas del mercado dictan que la producción entre ambas plantas se distribuya de una forma
óptima para el bienestar social: consiguiendo la fabricación de bienes con la cantidad mí-
7.3 nima de recursos escasos. Eso es justamente lo que pretendió hacer el director general, sin
lograrlo. Sin embargo, cuando se permite que el mercado competitivo opere con eficiencia,
no se necesita ningún organizador (o director) general que imponga objetivos para mejorar
la sociedad. Los directores de cada fábrica lo harán así por sí solos, sin siquiera saberlo.
7.4
Por tanto, podemos afirmar que en un mercado competitivo, la segunda función específica
del precio de equilibrio es que distribuye con eficiencia la producción de bienes dentro de
un mismo sector. ¿Por qué? Porque cualquier optimizador expande la producción hasta que
7.5 CM = P; de modo que los costes marginales se igualan entre todas las empresas, por-
que todas ellas asumen un mismo precio de mercado.
20 40 60 80
Cantidad (en millones)
20 20
P = 12 P = 12 7.3
10 10
D
7.4
200 400 600 800 20 40 60 80
Cantidad (en millones) Cantidad (en millones)
(a) Mercado del papel de imprenta (b) Costes de la empresa
7.5
Figura 7.10 Entrada de nuevas empresas y sus efectos en el mercado
Cuando entran empresas adicionales en el mercado del papel de imprenta, la curva de oferta se desplaza hacia la dere-
cha, lo que reduce el precio de mercado. La entrada de competidores continúa mientras haya beneficios económicos (P >
CTM). Sin embargo, en cuanto los beneficios económicos caigan a cero, las empresas dejarán de tener un incentivo para
entrar en el negocio de la venta de papel y dejarán de llegar nuevos competidores.
Precio en $ 40
Figura 7.11 Pérdidas económicas
(por tonelada)
en el mercado CTM
CM
del transporte por carretera 30
El mercado del transporte por ca-
rretera tiene un precio de mercado
20
de 10 $ por tonelada de maíz. A
ese precio, el coste total medio
P = 12
es mayor, lo que genera pérdidas 10
económicas (representadas por el Pérdidas
rectángulo rosa). Si hay libertad para
entrar y salir del sector, las empresas
de transporte saldrán de él. 100 200 300 400
Cantidad (en millones)
Sección 7.3 | Ampliación del alcance de la mano invisible: reparto de los recursos 153
Y ¿a dónde van a actuar esas empresas? Una posibilidad es que empiecen a distribuir pa-
pel para las imprentas. Como es natural, no tiene por qué ocurrir así, puesto que hay miles
7.1
de trabajos alternativos para los camioneros, pero es una posibilidad indiscutible. El efecto de
esta salida de los camioneros del mercado del transporte de grano aparece representado
en el gráfico (a) de la figura 7.12: la curva de oferta se desplaza hacia la izquierda, lo que
7.2 incrementa el precio de equilibrio (de 10 $ a 12 $) y reduce la cantidad de equilibrio (de
3.200 a 3.000 millones de toneladas de maíz transportado).
¿Cuándo cesará la salida de empresas del mercado de transporte de grano? Igual que
7.3 sucedía con la entrada, los camioneros seguirán abandonando el sector hasta que el precio
alcance el mínimo de la curva de CTM, tal como ilustra el gráfico (b) de la figura 7.12.
De nuevo, en cuanto el precio de mercado alcance el mínimo del CTM, se habrá llegado al
punto de equilibrio, porque P = CM = CTM, así que no hay ninguna razón para que más
7.4
empresas abandonen el sector.
Este ejemplo sencillo revela que el poder de la mano invisible llega mucho más allá de
los individuos que comercian en los mercados y de los directores de fábricas de micro-
7.5 chips. Lo que acabamos de aprender es que los mercados competitivos aportan grandes
incentivos para que los empresarios que persiguen beneficios trasladen sus recursos de
sectores poco rentables a los rentables. Ese desplazamiento de recursos continúa hasta que
cada sector alcanza exactamente la cantidad adecuada de producción.
Este desplazamiento de recursos provoca un resultado muy importante: cuando hay equi-
librio en un mercado perfectamente competitivo, la producción se efectúa en el mínimo
CTM, tal como ilustran las figuras 7.10 y 7.12. Como los recursos salen de los sectores en los
que el precio no llega a cubrir los costes de producción, y entran en los sectores donde el pre-
cio sí cubre los costes de producción, el valor total de la producción se maximiza en el equi-
librio. De este modo, el precio de mercado actúa como un incentivo para que los vendedores
promuevan el máximo bienestar para la sociedad (desplazan los recursos escasos hacia su
mejor uso posible), aunque cada uno de ellos sólo aspire a maximizar sus propios beneficios.
Este razonamiento conduce a una tercera función específica de los pre-
cios de equilibrio en un mercado competitivo: reparten los recursos esca-
La entrada y salida de empre- sos entre los distintos sectores de una economía de una manera óptima.
Esto se debe a que el equilibrio de un sector se sitúa allí donde P = CTM =
sas es un buen indicativo de CM, y esto sólo ocurre en el punto más bajo de la curva de CTM. Visto así,
que el mercado está funcio- la entrada y salida de empresas en un sector es un buen indicativo de que el
nando, no un signo de que mercado está funcionando, no un signo de que algo vaya mal.
De hecho, si no se detectaran entradas ni salidas, habría que temer que
algo vaya mal. el mercado no funciona bien: la zanahoria de los beneficios económicos y
el palo de las pérdidas económicas no estarían cumpliendo con su función
distributiva en ese caso.
Precio en $ 40 Precio en $ 40
O2 CTM
CM
30 O1 30
20 20
P = 12 P = 12
10 10
El hecho de que el mercado pueda cumplir su función sin que nadie lo dirija tal vez le
parezca un misterio científico tan fascinante como los grandes retos que desafían hoy a la
humanidad. ¿De qué está hecho el universo? ¿Cuál es la base biológica de la conciencia? 7.2
Desde la perspectiva de la economía, uno se puede preguntar hasta qué punto se puede
desentrañar el misterio de la mano invisible.
Lo que sabemos hasta ahora es que, cuando se dan las condiciones adecuadas (y de- 7.3
bemos subrayar que se trata de unas condiciones muy estrictas), el interés personal y el
interés general están perfectamente alineados. Esto es lo que animó a Adam Smith a afir-
mar que, cuando los mercados funcionan bien, quienes promueven sus intereses privados
7.4
también favorecen los intereses de la sociedad, como si estuvieran dirigidos por una «mano
invisible»1 que les insta a hacerlo. Esta idea fundamental nos enseña que cuando los mer-
cados alinean el interés propio con el interés social, se obtienen resultados muy deseables.
Pero, ¿qué induce a los agentes económicos a actuar de esta manera? La respuesta sim- 7.5
ple es que el incentivo radica en los precios. Los precios del mercado funcionan como la
unidad de información más importante, que hace que compren los compradores con un
alto valor de reserva y favorece la venta de los vendedores de bajo coste. Por ejemplo, los
precios se ajustan hasta que la cantidad demandada de propiedades en primera línea de mar
se equipara con la cantidad ofertada de propiedades frente al mar. De la misma manera, los
precios obligan a los empresarios a repartir la producción de bienes de manera eficiente, ya
sea entre empresas pertenecientes al mismo sector, o entre sectores dentro de la economía
global. El flujo de mano de obra y de capital físico hacia los sectores más rentables sitúa la
producción justo en el nivel adecuado cuando hay equilibrio en un mercado competitivo.
No parece realista creer que los precios por sí solos organizan los miles de mercados
conectados entre sí de formas que aún no hemos empezado ni a desentrañar. Nadie conoce
todas las conexiones que existen entre los mercados de la madera en Canadá, los mercados
del grano en Iowa, los mercados de la pesca en el mar de Irlanda, los mercados del té en
China, y el mercado del turismo en Costa Rica, pero el hecho de que el sistema de precios
sea capaz de organizar el comportamiento de una red tan amplia de mercados, individuos y
grupos, revela el poder de los incentivos dentro del sistema de mercado.
Vernon Smith, premio Nobel de economía y pionero en el empleo de experimentos de
laboratorio en economía, declaró lo siguiente acerca de los precios:
¿Cómo es posible que el sistema de precios cumpla su función global sin que nadie lo
dirija…? Destrúyanlo con la economía dirigida y resurgirá como un ave Fénix de mil
cabezas… ninguna ley y ninguna fuerza policial pueden detenerlo, porque la policía se
convierte por igual en parte del problema y de la solución… El sistema de precios… es
un misterio científico… comprenderlo es saber algo sobre cómo pasó la especie humana
de ser cazadora-recolectora a las revoluciones agrícola e industrial y, por último, a un
estado de opulencia.2
Parte del funcionamiento de los precios para guiar la mano invisible se puede entender me-
diante un ejemplo muy anecdótico que le ocurrió a uno de los autores de este libro cuando
vivía en Florida a finales de la década de 1990. En aquella época hubo muchísima actividad
y avisos de huracanes. Con cada uno de ellos se disparó la demanda de bienes tales como
planchas de contrachapado para cubrir ventanas, agua embotellada y hielo, así como gene-
radores por si se iba la corriente. Y, como ya sabes, ese aumento repentino de la demanda
desplaza la curva de demanda hacia la derecha, lo que incrementa el precio.
Para ilustrarlo, analicemos el mercado del agua embotellada. ¿Qué pasaría si de pronto
se disparara la demanda de agua embotellada en Florida? la situación aparece representada
en la figura 7.13. A cualquier nivel de precio, se solicitan más unidades con la nueva curva
de demanda (D2) que con la curva de demanda previa (D1)
¿Cómo podría actuar la mano invisible en este caso? La subida de precio se notaría
en toda la economía, ya que animaría a los distribuidores de agua envasada a organizar
transportes especiales a Florida para cubrir el aumento de la demanda. De hecho, durante
aquellos periodos se veían con frecuencia camiones con matrículas de otros estados trans-
portando agua embotellada. La mano invisible guió a esos camioneros de otros estados
7.5 para cubrir la demanda transportando agua hasta los consumidores de Florida, porque eso
les daba más beneficios de los que habrían conseguido con su actividad habitual.
Como es natural, las autoridades locales se quejaron de la subida de precios. En algunos
casos, intentaron imponer que los precios permanecieran invariables en épocas de hura-
canes. Las restricciones que imponen las autoridades sobre el precio que puede pedir una
El control de precios es la empresa por un bien o servicio reciben el nombre de control de precios.
restricción que imponen las Tal como vimos en el capítulo 4, si se impone el control de precios (es decir, el precio se
autoridades al precio de un bien mantiene por debajo del precio de equilibrio), se produce escasez: la cantidad demandada
o servicio.
supera la cantidad ofertada, tal como ilustra la figura 7.14.
Es interesante señalar que, durante la estación de huracanes, cuando el incremento del pre-
cio fue más criticado y los vendedores fueron obligados con más dureza a mantener los
precios bajos, llegaron menos camiones con matrículas de otros estados transportando agua
embotellada. Esta reacción tiene sentido dentro del modelo del sistema de mercado: si no se
permite la subida de los precios y los agentes del mercado carecen de incentivos, los provee-
dores no responderán tan rápido, si es que llegan siquiera a responder. Esto se debe a que la
obligación de mantener el precio al nivel anterior no ofrece ningún incentivo a los empresa-
rios para suministrar su producto, en este caso, agua. Si los camioneros no prestaban sus ser-
vicios en el mercado antes del huracán con los precios que había entonces, ¿por qué habrían
de hacerlo ahora si su único interés radica en maximizar sus beneficios? El control de precios
que impusieron las autoridades eliminó el incentivo del precio, y garantizó que los residentes
tuvieran menos agua para beber de la que habrían tenido sin esos controles de precios.
Además de la limitación artificial de la cantidad, el control de precios genera otro pro-
blema: ¿cómo se distribuye el agua embotellada disponible (C1 en la figura 7.14)? Los
mercados libres relacionan bienes con precios (todo el que quiera una botella de agua al
precio del mercado simplemente la paga y recibe el agua). El mercado es eficiente porque
quienes están dispuestos a pagar más reciben el bien. Pero cuando se imponen controles de
precios, el mercado pierde la libertad de funcionar de manera eficiente. En esos casos, el
resultado habitual es que se forman largas colas de gente esperando a comprar el agua. Esta
situación no sólo es frustrante, sino también nada eficiente, porque nuestro tiempo tiene un
valor y el agua no siempre llega a quienes más la valoran.
Precio
Figura 7.14 Carestías: la
O
cantidad demandada supera
la cantidad ofertada
Si mantenemos el precio en P2
su nivel de equilibrio antes del
huracán, los proveedores no P1
tienen ningún incentivo adicio- Carestía
nal para cubrir el aumento de la
demanda de agua embotellada,
lo que genera escasez.
D1 D2
C1 C2 Cantidad
O O 7.2
A
C
P2 D
B P1 7.3
E
D D 7.4
C2 Cantidad C1 Cantidad
(a) Excedente en un mercado libre (b) Excedente con control de precios
7.5
Figura 7.15 Pérdida de eficiencia debida a los controles de precios
El gráfico (a) muestra un mercado libre. El precio de equilibrio (P2) y la cantidad (C2) hacen que los consumidores re-
ciban el triángulo A, y que los productores reciban el triángulo B. El excedente social está maximizado. En el gráfico
(b) rige un control de precios: el precio está restringido a un valor inferior al precio de equilibrio, lo que da lugar a
una pérdida de eficiencia igual al área D. Ahora el excedente del consumidor se corresponde con el área C, y el ex-
cedente del productor es el área E. El excedente social ha descendido por la pérdida de eficiencia debida al control
de precios.
Pérdida de eficiencia
El descenso de excedente social que resulta de una distorsión del mercado se llama en econo-
La pérdida de eficiencia es el
mía pérdida de eficiencia. La pérdida de eficiencia debida a un control de precios se ve en la
descenso del excedente social
debido a una distorsión delfigura 7.15. El gráfico (a) de la figura 7.15 ilustra el excedente social cuando se permite que
mercado.
el mercado opere libremente: la cantidad comercializada es C2 a un precio de equilibrio P2.
El excedente del consumidor es el triángulo A, y el excedente del productor es el triángulo B.
Por tanto, el excedente social es el triángulo A + el triángulo B.
El gráfico (b) ilustra cómo repercute en el mercado la restricción del
precio a P1. El control de precios impide que compradores y vende-
El descenso del excedente social dores obtengan todas las ganancias que se derivan de ese mercado.
Cuando rige el control de precios, los consumidores pagan un pre-
debido a una distorsión del mer- cio P1 por botella de agua, y consumen C1 botellas. El excedente del
cado es una pérdida de eficiencia. consumidor es ahora el área C, y el excedente del productor es el
triángulo E. Al mantener el precio bajo de manera artificial, las auto-
ridades ayudan al consumidor (el área C del gráfico [b] es mayor que
el triángulo A del gráfico [a]), pero perjudican a los productores (el área del triángulo B
del gráfico [a] es mayor que el área del triángulo E del gráfico [b]). En general se produce
una pérdida de excedente debido a esa imposición. La pérdida de excedente la representa
el triángulo D del gráfico (b). Esta área representa la pérdida de eficiencia debida al control
de precios. Una pregunta obligada es si nos sentimos cómodos con esta situación
En resumen, los controles de precios obligatorios tienen tres efectos: (1) reducen el ex-
cedente social porque el número de transacciones es más bajo que en un mercado libre; (2)
redistribuyen el excedente de un lado del mercado al otro. En el caso de un tope de precios,
como el que se ilustra aquí y se comentó en el capítulo 4, el excedente se transfiere de los
productores a los consumidores; y (3) conllevan una redistribución del excedente a favor de la
gente que sale beneficiada, lo que sucede a través de mecanismos ajenos al precio. En nuestro
ejemplo de control de precios, los consumidores que están dispuestos a esperar más tiempo,
los que tienen mejores contactos, o simplemente los más fuertes, son los que reciben el bien.
Como consecuencia, unos consumidores se benefician, mientras que otros salen perjudicados.
Habrás notado que esta situación se parece mucho a la que se daba con el ejemplo del
iPod que vimos un poco antes. Cuando se limita la cantidad comercializada a dos iPod, nos
encontrábamos con un excedente total menor comparado con el resultado que arrojaba un
mercado competitivo en equilibrio. En el capítulo 10 profundizaremos mucho más en la
pérdida de eficiencia debida a los impuestos.
Sección 7.4 | Los precios dirigen la mano invisible 157
7.1
DECISIÓN Y CONSECUENCIA
La economía dirigida
Para comprender la dificultad de lo que consigue la mano invisible, resulta esclarecedor
considerar los casos en que diferentes países han intentado imponer controles estrictos a la
economía, pretendiendo hacer el trabajo de la mano invisible. Un ejemplo de las grandes
diferencias que pueden deparar este tipo de intervenciones lo ofrece el caso de Corea. Des-
pués de la Segunda Guerra Mundial en el año 1945, la Unión Soviética y Estados Unidos
acordaron la rendición y el desarme de las tropas japonesas en Corea. La Unión Soviética
aceptó la rendición de las tropas japonesas al norte del paralelo 38, mientras que Estados
Unidos aceptó la rendición al sur del paralelo 38. Ambos países instauraron gobiernos y
sistemas de mercado acordes con sus propias ideologías, lo que derivó en la división actual
de Corea en dos entes políticos: Corea del Norte y Corea del Sur.
El sistema económico que implantó la Unión Soviética en Corea del Norte sigue vigente
en la actualidad como una de las pocas economías dirigidas que quedan en el mundo,
donde una autoridad centralizada decide qué bienes y servicios se producen. Con la ayuda
de Estados Unidos, Corea del Sur instauró una economía de mercado basada en indicado-
res de precios y fuertes incentivos económicos. La economía de mercado en Corea del Sur
sigue pujante en la actualidad. Esta situación es, de hecho, un experimento natural único
que permite analizar qué sucede en dos regiones similares cuando en una de ellas se im-
pone una economía dirigida, y en la otra se instaura una economía de mercado.
Examinemos ambas economías un poco más de cerca. Un punto de partida es el valor de
mercado de los bienes y servicios finales producidos por cada país durante un periodo
10.000
7.3
5.000
Corea del Norte
0 7.4
1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Año
Figura 7.16 PIB per cápita de Corea del Norte y Corea del Sur 7.5
Desde mediados de la década de 1970, Corea del Sur empezó a apartarse de Corea del Norte en cuanto a PIB
per cápita. A partir de 2008, Corea del Sur tuvo un crecimiento tremendo, mientras que Corea del Norte se quedó
estancada.
Fuente: Statistics on World Population, GDP and GDP Per Capita, 1-2008 AD (Horizontal file, copyright de Angus Maddison).
Disponible en http://www.ggdc.net/maddison/..
Figura 7.17 Cotejo de Corea Corea del Sur Corea del Norte
del Norte y Corea del Sur PIB de 2008 1,34 billones de $ 40.000 millones de $
a lo largo de diversas dimensiones
Puesto del PIB en 2008 13º 95º
En esta tabla se analiza con más deta- Valor de exportaciones en 2008 355.100 millones de $ 2.062 millones de $
lle el gráfico de la figura anterior. Se Valor de importaciones en 2008 313.400 millones de $ 3.574 millones de $
aprecia el dinamismo del comercio en % industrial del PIB 39,5% 43,1%
Corea del Sur, y la dependencia de la % de servicios del PIB 57,6% 33,6%
agricultura en Corea del Norte.
% agrícola del PIB 3% 23,3%
El producto interior bruto (PIB) es determinado, o lo que en economía se denomina producto interior bruto (PIB). La figu-
el valor de mercado de los bienes y ra 7.16 muestra el PIB real per cápita de Corea del Norte y Corea del Sur desde 1950 hasta
servicios finales producidos por un
2008. Las diferencias son impresionantes. En Corea del Norte, el PIB per cápita creció de
país durante un periodo de tiempo
determinado 850 $ a tan sólo 1.133 $ durante ese periodo. En cambio, el PIB per cápita en Corea del
Sur pasó de apenas 850 $ a 18.356 $. Por poner estas diferencias en perspectiva, téngase en
cuenta que países muy pobres como Sudán y Nicaragua, tienen un PIB per cápita aproxi-
mado de 1.015 $, una cifra muy parecida a la de Corea del Norte. Es más, el patrimonio de
Bill Gates supera el PIB anual de Corea del Norte.
La figura 7.17 revela otras diferencias entre Corea del Norte y Corea del Sur medidas en
años recientes. La tabla muestra las grandes diferencias que existen en cuanto a importacio-
nes, exportaciones, resultados en los sectores agrícola y manufacturero, y el grado de servi-
cios disponibles. Curiosamente, las estadísticas apuntan a que bajo un sistema dirigido, Corea
del Norte ha tenido muchas dificultades para desarrollar algo más que una economía agrícola.
Tal vez la imagen más clara de las diferencias entre ambas Coreas sea la figura 7.18.
Esta fotografía impresionante se tomó desde un satélite estadounidense en diciembre de
2000 mientras se tomaban imágenes de distintas regiones del mundo de noche. Durante una
rueda de prensa celebrada el 23 de diciembre de 2002, el secretario de Defensa estadouni-
dense, Donald Rumsfield, comentó: «Cuando se mira una imagen de la península de Corea
de noche tomada desde el espacio, se ve que Corea del Sur está rebosante de luz, de energía
y vitalidad, y de una economía pujante. Corea del Norte se ve oscura». Aunque la región
más floreciente de Corea del Sur es la de su capital, Seúl, incluso fuera de esta ciudad hay
El planificador central
7.2 ¿Por qué es difícil que las economías dirigidas funcionen de manera eficiente y experimen-
ten un crecimiento del PIB significativo y sostenido? Veamos un caso extremo poniéndo-
nos en la piel de un planificador central. Imagina que te encargan dirigir la economía de
7.3
Estados Unidos con el objetivo de maximizar el bienestar de los ciudadanos y que tienes
ante ti una economía dirigida, y no de libre mercado. ¿Qué harías? ¿Cómo coordinarías
a tantos millones de individuos consumidores, comerciantes, proveedores de recursos y
vendedores? ¿Cómo te asegurarías de que la fábrica de tractores de Racine, en Wisconsin,
7.4 recibe el acero, el caucho, el vidrio y el resto de factores esenciales que necesita para fabri-
car tractores? ¿Cuántos coches tendría que ensamblar la planta de Chrysler de Belvidere,
Figura 7.18 Historia
Illinois? ¿Debe usarse el último gramo de cobre procedente de las minas de Utah para fa-
de dos economías
7.5 diferentes
bricar cables eléctricos o para ollas y sartenes? ¿Y qué hay del gas natural que discurre por
los campos de Texas? ¿Deben usarse esos metros cúbicos para calentar hogares de Boston
Esta fotografía nocturna o de Denver, o deberían servir para propulsar las plantas químicas de Biloxi, Mississippi?
tomada desde el Después de plantearte estos interrogantes es posible que empieces a apreciar de un modo
espacio es una imagen más global las interrelaciones de los distintos sectores. Si las minas de arena de sílice no pro-
vehemente de las
ducen suficiente sílice, las fábricas de vidrio no consiguen cubrir sus objetivos de producción.
diferencias económicas
entre Corea del Norte y
Si escasea el vidrio, disminuye la cantidad de vidrio disponible para bienes como bombillas,
Corea del Sur. espejos, pantallas LCD y parabrisas de coches. Si no se entregan a tiempo los parabrisas en la
fábrica de Chrysler de Belvidere, Illinois, los trabajadores entran en tiempo muerto, lo que a
su vez impide que Chrysler cumpla sus objetivos de producción. La reacción en cadena con-
tinuará con la fabricación de menos coches y con menos vehículos enviados por tren y por
carretera, con lo que las empresas de transporte tampoco cubren sus objetivos de portes. En
consecuencia, los concesionarios reciben menos coches para vender, lo que reduce la venta
de coches nuevos y las comisiones de los vendedores de coches. Esa disminución de ingresos
implica a su vez que los vendedores de coches reducen sus vacaciones en la playa, lo que
provoca una nueva reacción en cadena en el sector del turismo. ¡Y la sucesión de afectados
seguirá y seguirá como si fueran parte de un inmenso circuito de fichas de dominó!
Cuando los intereses de los agentes Como ves, el problema de coordinación para que varios agentes operen adecuada-
económicos coinciden, puede surgir mente es complejo para cualquier planificador central. Y, una vez resuelto el problema de
un problema de coordinación para
la coordinación, tendrás que pensar cómo atajar el problema de los incentivos: es decir,
que todos los agentes operen los
unos con los otros adecuadamente. cómo alinear los intereses de los distintos agentes. En las economías de mercado, son los
precios (no el planificador central) los que incentivan a los productores, y los beneficios
Cuando las decisiones de finales son los que determinan el éxito de los empresarios.
optimización de dos agentes Pero en las economías planificadas, las recompensas se basan en cumplir con los objeti-
económicos no están alineadas, esos vos de producción. Imagina que al director de una fábrica le encargan producir tableros de
agentes se enfrentan a un problema madera para tarimas de jardín. Si le fijan su objetivo en términos de peso, fabricará planchas
de incentivos.
de madera muy largas, anchas y gruesas, porque quiere maximizar el peso, y es insensible a
los costes del transporte o las preferencias de los consumidores. Si le dicen que su objetivo
es la cantidad, fabricará tableros de madera muy cortos, estrechos y finos. No le importa que
se rompan cuando el consumidor camine sobre ellos para preparar una barbacoa, porque al
jefe no lo premian por la calidad. Casos como este abundan en las economías dirigidas.
Este tipo de dificultades apuntan a que el fracaso de la mayoría de las economías di-
rigidas (Cuba y Corea del Norte representan los dos últimos bastiones de las economías
dirigidas) se debe a que el planificador central no conoce bien qué quiere y necesita el
consumidor, ni las capacidades productivas de todos los sectores de la economía, y es
difícil incentivar a los trabajadores sin recurrir a los precios. Como cualquier individuo
sólo conoce una pequeña fracción de todo lo que importa a la colectividad, es imposible
que alguien realice el trabajo de la mano invisible. Esta verdad aparece en las palabras del
premio Nobel de economía Friedrich Hayek:
La maravilla es que en un caso de escasez de una materia prima, sin que se dé ninguna
orden, sin nada más que, tal vez, un puñado de gente conocedora de las causas de la
situación, decenas de miles de personas cuya identidad no podría determinarse ni con
varios meses de investigación, deciden usar esa materia o sus derivados con más mode-
ración; es decir, actúan en la dirección correcta.4
P
uede que este capítulo te haya despertado la curiosidad por el funcionamiento de la
mano invisible. Pero tal vez te has quedado con ganas de más comprobaciones concre-
tas para ver si la teoría describe bien la realidad. En particular, quizá te parezca que,
aunque hemos mostrado, desde un punto de vista conceptual, varios rasgos del equilibrio del
mercado competitivo, en ningún momento hemos aportado pruebas empíricas que indiquen
que alguno de ellos sea cierto realmente en la práctica (o, al menos, aproximadamente cierto).
De todos modos, es una tarea difícil porque, al igual que el planificador central en las
economías dirigidas, no observamos las curvas de demanda ni las curvas de oferta del
mercado, así que no podemos comprobar si los precios y las cantidades tienden hacia sus
valores de equilibrio. ¿Cómo podríamos ir más allá de los argumentos conceptuales de este
capítulo y ofrecer alguna prueba empírica de que la mano invisible funciona, de verdad, tal
como creen los economistas?
Para mostrar cómo han abordado los economistas esta peliaguda cuestión, proponemos
acotarla y ponerte en la piel de un operador de la Bolsa de Nueva York mediante un pequeño
experimento. Imagina que entras en la clase de economía y que en tu pupitre te encuentras una
tarjeta que te dice dos cosas: si eres comprador o vendedor, y cuál es tu precio de reserva. Es
decir, el valor que figura en la tarjeta representa para los compradores el precio máximo que
están dispuestos a pagar (precio de reserva), y para los vendedores, el precio más bajo
que están dispuestos a aceptar (otro precio de reserva, pero desde el punto de vista opuesto).
Así, por ejemplo, retomando la situación del principio de este capítulo, en la tarjeta de Mag-
dalena pondría «70 $: Comprador», y en la tarjeta de Andrés especificaría «50 $: Vendedor».
Entonces te informan de que, si eres comprador, puedes comprar una unidad en cada
ronda y, si eres vendedor, puedes vender una unidad cada vez. El experimento consistirá en
cinco rondas, y tus ganancias se decidirán de la siguiente manera: tanto para los comprado-
res como para los vendedores, la diferencia entre el precio real de compraventa y el precio de
reserva determinará sus ganancias. Así, por ejemplo, si eres un comprador con un precio
de reserva de 25 $ y consigues comprar una unidad a 20 $, tus ganancias ascienden a 5 $.
Quizá recuerdes que esto se denomina excedente del consumidor. De la misma manera, si
eres un vendedor con un precio de reserva de 5 $ y consigues vender una unidad a 20 $, en-
tonces ganarás 15 $ de excedente del productor. Cuando ocurre una compraventa, se hace
público el precio acordado para que todos los compradores y vendedores estén informados.
7.2
Cada ronda dura 10 minutos y, durante cada una de ellas, los compradores deberán levan-
tar la mano para hacer públicamente ofertas de compra que el encargado del experimento irá
anotando en la pizarra. Los compradores harán lo mismo. Los precios que proponen los com-
pradores los llamamos precios de demanda, y los precios que proponen los vendedores los 7.3
llamamos precios de oferta. La idea esencial es que los compradores quieren comprar a
los vendedores al precio de oferta más bajo, y los vendedores aspiran a vender a los com-
pradores a los precios de demanda más altos. Una vez que se acuerda una compraventa, se 7.4
borran los precios previos de oferta y demanda y se vuelve a empezar. Este esquema sencillo
se parece a la manera en que ha funcionado tradicionalmente el comercio en las bolsas de va-
lores (los precios de oferta y de demanda se gritan y, si coinciden, se ejecuta una operación).
7.5
Bien, pues ya estamos listos para comenzar el experimento.
Suena el timbre para iniciar la primera ronda de compraventas, y enseguida se proponen
precios de oferta y de demanda. Un comprador de tu derecha grita: «¡Compro a 10 $!». El
encargado del experimento anota este precio de demanda en una pizarra. Otros compradores
situados detrás de ti siguen su ejemplo, y suben satisfactoriamente el precio por encima de 10 $.
Al mismo tiempo los vendedores proponen sus precios de oferta, sin apartarse demasiado
de los valores recién propuestos con la finalidad de negociar con el comprador dispuesto a
pagar más. Entonces tú gritas: «¡Compro a 20 $!» y un vendedor acepta tu precio. Si tienes
un precio de reserva de 25 $, te das por satisfecho porque acabas de conseguir una ganancia
neta de 5 $ en la primera ronda. Ya puedes relajarte hasta que comience la segunda ronda.
Negociaciones bilaterales
Si dejáramos que compradores y vendedores se juntaran y negociaran de manera privada
para comprar y vender bienes, ¿tendríamos unos resultados tan prometedores como los que
obtuvo Smith en sus dobles subastas orales? Esta es precisamente la pregunta que se hizo
uno de los autores de este libro (List) al concluir varios experimentos de campo en una gran
Una negociación bilateral es diversidad de mercadillos: desde un encuentro de intercambio de cromos deportivos, hasta
un sistema de mercado donde Disney World, donde niños y adultos comerciaban con insignias diversas. A diferencia
un solo vendedor y un solo
comprador negocian en privado
de Smith, List trató con compradores y vendedores reales enfrascados en negociaciones
el precio del bien. bilaterales (donde un solo comprador y un solo vendedor regatean entre sí), en lugar de
vociferar sus propuestas a un grupo.
7.2
En gran cantidad de situaciones (con distintos tipos de comerciantes, de curvas de de-
manda y de oferta del mercado, y cantidades diversas de compradores y vendedores) List
detectó una fuerte tendencia en los precios a acercarse al equilibrio competitivo. ¡El re- 7.3
sultado se mantuvo incluso con niños pequeños! La figura 7.20 presenta un ejemplo de la
investigación de List, donde el precio de cada transacción figura en el eje y, y cada tran-
sacción se representa de manera secuencial en el eje x. Estos datos indican que el mercado
converge hacia la intersección de la oferta y la demanda (la cual se representa aquí como un 7.4
precio situado entre las dos líneas de puntos, una en 13 $ y la otra en 14 $).
Una de las consecuencias de esta investigación es que in-
cluso en mercados reales descentralizados, los precios y las 7.5
La mano invisible es mucho más po- cantidades convergen allí donde la demanda se cruza con la
oferta. De hecho, incluso con un pequeño número de compra-
derosa de lo que muchos suponen. dores y vendedores (seis de cada), List comprobó que el pre-
cio y la cantidad convergen en la intersección de la demanda
y la oferta. De este modo se verifica que la mano invisible es
mucho más poderosa de lo que muchos suponen de entrada, ya que esos mercados suelen
acercarse a la eficiencia total: el excedente social casi se maximiza en muchos mercados.
Y la cuestión que planteamos al principio de este capítulo (¿Es posible que los mercados
regidos únicamente por el interés particular de los participantes maximicen el bienestar
general de la sociedad?) tiene una respuesta afirmativa.