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Este documento resume un ensayo escrito por Francis Deng sobre el concepto de soberanía. Explica que la soberanía recae en el pueblo y se ejerce a través del voto, aunque los gobernantes son quienes la representan. También señala que la soberanía implica la independencia de un estado sobre su territorio y recursos. Sin embargo, Deng argumenta que la soberanía conlleva la responsabilidad de proteger a la población, por lo que en casos donde un estado no cumple con esta obligación, se justificaría la intervención human
Este documento resume un ensayo escrito por Francis Deng sobre el concepto de soberanía. Explica que la soberanía recae en el pueblo y se ejerce a través del voto, aunque los gobernantes son quienes la representan. También señala que la soberanía implica la independencia de un estado sobre su territorio y recursos. Sin embargo, Deng argumenta que la soberanía conlleva la responsabilidad de proteger a la población, por lo que en casos donde un estado no cumple con esta obligación, se justificaría la intervención human
Este documento resume un ensayo escrito por Francis Deng sobre el concepto de soberanía. Explica que la soberanía recae en el pueblo y se ejerce a través del voto, aunque los gobernantes son quienes la representan. También señala que la soberanía implica la independencia de un estado sobre su territorio y recursos. Sin embargo, Deng argumenta que la soberanía conlleva la responsabilidad de proteger a la población, por lo que en casos donde un estado no cumple con esta obligación, se justificaría la intervención human
U. E.P. Colegio Mater Dei Educación Media General Año Lectivo: 2021 – 2022 Soberanía 4to Año Sección A
LA SOBERANÍA COMO RESPONSABILIDAD
Alumna: Paula Carolina Vargas da Costa
Profesor: Rafael Moreno
San Antonio de los Altos, 25 de octubre de 2021
LA SOBERANÍA COMO RESPONSABILIDAD
Para poder comenzar a hablar de soberanía, sería necesario considerar su noción
conceptual. Sin embargo, es difícil encontrar una definición que no genere polémica y sea aceptada por todos. A esto debemos sumar los diferentes aspectos que algunos autores resaltan por sobre otros, consecuentemente el sentido que se le dará al concepto de soberanía estará inevitablemente influenciado por múltiples factores. Por todo lo antes expuesto, estamos ante un concepto variable, delimitado necesariamente según quien lo defina y el contexto histórico en el que sea definido. De allí que, en este ensayo, no se intentará conceptualizar el término soberanía, sino que nos enfocaremos en hacer un análisis del artículo propuesto y escrito por Francis Deng. Aunque, simplemente con fines didácticos y para ayudar a la comprensión del análisis que a continuación se presenta, solo señalaremos que etimológicamente el término soberanía significa “cualidad que tiene el soberano”. En el artículo, Francis Deng nos introduce en el contexto democrático al destacar que la soberanía es el poder que el pueblo tiene en un Estado, determinado por la voluntad del ciudadano, siendo éste la máxima autoridad que existe dentro de ese Estado. Sin lugar a duda, la soberanía recae en el pueblo y pasa por el ejercicio del voto popular. A través del sufragio, los ciudadanos elegirán a sus representantes (llamados gobernantes), en quienes delegarán facultades para que ejerzan la soberanía por ellos. En tal sentido, las leyes de un país establecerán el marco jurídico en el cual se apoye la soberanía, expresada por la vía del sufragio, para la designación de quienes serán los que representarán la soberanía de la nación. Indiscutiblemente, la titularidad de la soberanía pertenece al pueblo, por lo que la soberanía de una nación no puede adjudicarse a un solo individuo, pues aun cuando cada individuo forma parte de la nación, debe compartir la soberanía con los demás integrantes de esa nación, ya que como individuo particular no puede atribuirse la soberanía como propia. Asimismo, cada persona tiene la responsabilidad como ciudadano, por un lado, de asumir el ejercicio de la soberanía de forma consciente y sin intereses personales mezquinos, y por el otro, supervisar el ejercicio de la soberanía que le fue delegada temporalmente a sus representantes, todo orientado al bien común. Por otro lado, el artículo nos conduce hacía otro de los aspectos de soberanía, refiriéndose a que es ejercida por el Estado sobre un territorio determinado, a través de la de autorregulación y autodeterminación, destacando la condición de inviolabilidad y a no ser perturbado desde el exterior. Entendida así, la soberanía es entonces la independencia de cualquier Estado para controlar sus recursos y crear sus leyes sin la intromisión o coerción de otros Estados. Esto supone el fundamento de libertad e independencia contenido en la conceptualización de soberanía, y que pasa por el reconocimiento mutuo de la identidad de los diferentes Estados, así como el reconocimiento del derecho a trazar su propio destino, respaldado por el principio de autodeterminación de los pueblos. Al mismo tiempo, sobresale en el artículo que el Estado tiene la responsabilidad y la obligación de realizar las tareas que se esperan de un gobierno efectivo, como garante de la soberanía. Como puede advertirse, las ideas que plantea Francis Deng conducen a entender a la soberanía, no como un derecho, sino como la responsabilidad u obligación de orientar las funciones del Estado hacia el bienestar de la población. No obstante, en el caso de no poder o no querer cumplir con esa responsabilidad-obligación, se autorizaría la intervención de otros Estados con fines humanitarios y con el apoyo del derecho internacional. Visto de esta forma, la protección humanitaria pasaría a convertirse en una obligación de actuar en función de la responsabilidad compartida a proteger las poblaciones vulnerables, por lo que dejaría de lado la visión del principio de protección como solo una difusa posibilidad de ayuda. En este contexto, y ante la inactividad o incapacidad de un Estado a satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, o ante cualquier dificultad, la ayuda internacional puede ser solicitada voluntariamente por el Estado o, por el contrario, puede ser impuesta por la Comunidad Internacional sin considerar la voluntad de ese Estado. Esta nueva concepción de la soberanía implica desechar la idea según la cual cualquier Estado podría hacer dentro de sus fronteras lo que quisiera, amparado en el principio de no intervención, ya que el no cumplimiento de esta responsabilidad debilita, no sólo la legitimidad, sino también la autoridad interna y externa del Estado en cuestión. El dilema consiste en determinar cuándo un Estado puede o debe intervenir sobre otro para proteger a los ciudadanos amenazados dentro de ese otro Estado. En la actualidad, la noción básica de soberanía no debe ser solamente interpretada en términos tradicionales de autoridad, poder o control, sino que se hace necesario redefinirla para entenderla como un conjunto de obligaciones o responsabilidades destinados a proteger a la población de un Estado. En definitiva, soberanía es un concepto que evoluciona, se redefine y se adapta constantemente. Aunque la soberanía se aplique en diferentes ámbitos, queda claro que los Estados deben estar al servicio de sus pueblos, y nunca lo contrario.