Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Erase una vez en poligolandia, la hermosa Señora Cuadrado era muy feliz
porque pronto iba a tener cuadraditos y sus hijos siempre habían sido los más
guapos del reino. Ella era la envidia de todas las mamás cuadrados y eso la
llenaba de orgullo.
Pero la Señora Cuadrado no estaba preparada para lo que sucedió. El día del
parto entre sus hijos apareció uno que no podía ser más vergonzoso para una
madre. Tenía lados paralelos y sus ángulos medían 90 grados, pero las
medidas de sus lados eran distintas, no cuadraban. Había nacido un vulgar
rectángulo y no un rectángulo con todos sus lados iguales.
Nuestro amigo esperaba que con el tiempo sus lados se igualaran, pero no fue
así. Entonces tomó una decisión: “Si quieren que sea un cuadrado lo seré”.
Pensó, si trazo una paralela a uno de mis lados y corto seré un cuadrado, pero,
muy pequeño y tampoco me querrían”. No encontraba otra solución por eso
tomo sus cosas y salió al mundo a buscar ayuda.
Ja, ja, ja ¿Cómo yo? Ven te cuento: yo antes era un hermoso triángulo, pero
no conseguía trabajo así que decidí convertirme en cuadrado, visité al Dr.
Disección, acabo de salir de una operación, me siento muy mal y por eso
camino así.
¿Por qué lloras? Preguntó una señora rectángulo. Toma un pañuelo, eres muy
pequeño para andar solo, ¿Qué te pasa?, ¿Dónde está tu mamá?
Y por ahí anda nuestro amigo con una gran sonrisa ayudando a otros a
encontrar su belleza interior y a quererse tal como son.