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SOCIAL.
El movimiento armado en contra del Presidente Porfirio Díaz, cuyo gobierno había durado más de 30 años, periodo
que se conoce como el “Porfiriato”, comenzó a delinear el rostro del México actual.
La Revolución de 1910 dio lugar a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, la primera en el
mundo por su contenido político social.
El período del General Porfirio Díaz inicia el 28 de noviembre de 1876, cuando, al igual que otros gobernantes de
México, llegó a la Presidencia de México a través de un movimiento armado, en este caso a partir del Plan de
Tuxtepec
Si bien las políticas económicas del General trajeron consigo la modernización y crecimiento de la
economía mexicana, el porfiriato se caracterizó por ser un régimen represivo que recurría a la fuerza
para imponerse, cuando no funcionaban las prácticas de conciliación. Durante el porfiriato se
retrocedió en materia de libertad política y social, hasta tal punto, que desencadenó el levantamiento
armado.
En marzo de 1908, relativamente cerca de las elecciones, la revista británica Pearson's Magazine
publicó una entrevista de su reportero James Creelman con el Presidente Porfirio Díaz, que había
tenido lugar unos meses atrás en el Castillo de Chapultepec.
En dicha publicación Díaz declaró: "He esperado pacientemente que llegue el día en que el pueblo
de la República Mexicana esté preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección,
sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del
país. Creo que, finalmente, ese día ha llegado”.
“Los pueblos, en su esfuerzo constante por que triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven
precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios”, expresa el
primer párrafo del Plan de San Luis.
En ese manifiesto eran denunciados los abusos del régimen porfirista y ofrecida la restitución a los
campesinos de los terrenos que les habían sido arrebatados arbitrariamente, entre otros
compromisos.
El pueblo mexicano, al llamado de Madero plasmado en el Plan de San Luis, se lanzó a la lucha
armada el 20 de noviembre de 1910.
Las fuerzas revolucionarias fueron compuestas por campesinos que reclamaban su derecho a la
propiedad de tierras, por obreros que reclamaban justicia social y por las clases medias que pedían
libertad política.
A finales de mayo de 1911, los generales Pascual Orozco y Francisco Villa tomaron Ciudad Juárez,
Chihuahua, lo que representó el triunfo de los rebeldes; después de las elecciones de octubre de ese
año, Francisco I. Madero llegó a la Presidencia, en lo que fue la primera etapa de la Revolución
Mexicana.
El movimiento revolucionario continuó los siguientes años con descontentos entre las distintas
facciones que lo iniciaron.
Uno de esas facciones fue la de Emiliano Zapata, quien al frente del Ejercito Libertador del Sur,
reclamaba a Madero haber incumplido lo ofrecido en cuanto a la devolución de tierras a las
comunidades indígenas y agrarias del estado de Morelos.
Mientras tanto, en Chihuahua, al norte del país, Pascual Orozco acusaba al Presidente de corrupción
y traición al país.
Posteriormente, Madero fue víctima de la asonada militar conocida como la “Decena Trágica”,
ocurrida a partir del 9 de febrero de 1913.
Desigualdad social.
Al iniciarse el siglo XX el desarrollo económico del porfirismo perdió impulso, la tasa de crecimiento de
la producción industrial disminuyó, los productos agrícolas como el maíz y el frijol aumentaron de precio,
lo que redujo el consumo interno de la mayoría de la población hasta en un 57%. Naturalmente el mayor
peso de la crisis lo resistieron los trabajadores.
Para 1905 el gobierno realizó una reforma monetaria, adoptando como respaldo de la moneda
mexicana el patrón oro, antes había sido la plata, fijando la paridad en dos pesos plata por dólar, lo que
equivalía a una devaluación del 50%, medida que provocó inflación, deterioro de los salarios y aumento
de la deuda externa. Situación que aprovecharon los extranjeros para adquirir empresas y bienes raíces
a muy bajos precios.
Sin embargo fue la crisis económica mundial de 1907 la que frenó el desarrollo del país. Iniciada en
Nueva York, Estados Unidos, fue la primera crisis financiera del capitalismo moderno, las causas que la
originaron fueron la ambición de los capitalistas, la especulación con las acciones de bancos, minas y
ferrocarriles y la falta de regulación financiera, situación que provocó la reducción de los precios
internacionales de las materias primas impactando las economías de los países menos desarrollados
como México. En nuestro país, la crisis provocó aumento de los precios de los productos alimenticios y
las materias primas, desempleo y miseria.