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SINDROME MIELODISPLÁSICO: PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO Y

TRATAMIENTOS EN PERSONAS DE TERCERA EDAD.

Lectura y Escritura Académica


Elaborado por: Francine Vaca
Fecha: 17 de octubre de 2022
MOTIVACIÓN

El síndrome mielodisplásico es una enfermedad que ha sido considera en estos últimos años como
rara y difícil de curar, es debido a esto que la mayoría de las personas que la padecen normalmente
no suelen concluir con el tratamiento recomendado (Américan Cancer Society, 2022). Dicha
enfermedad es estudiada y diagnosticada por el área de hematología la cual se centra en el estudio
a nivel tanto fisiológico tanto como patológico del tejido sanguíneo, dicha área es muy importante
dentro de la carrera que estudio y es una de mis preferidas, es por lo que he optado por el enfoque
en esta área y el diagnóstico y tratamiento que se aplican a varias personas que sufren una
enfermedad sanguínea grave que les impide tener una calidad de vida digna. Otra motivación
importante fue el hecho de que creo que es una buena oportunidad para ampliar mis conocimientos
con respecto a la carrera que estudio y poner llegar a determinar tanto en la investigación presente
como en el futuro medidas de diagnóstico útiles, así como buena praxis que permitirá al paciente
poder recibirá un tratamiento adecuado con respecto a esta enfermedad, especialmente para
aquellas personas que se ven más afectadas por ella, es decir las personas de tercera edad, pues
como lo menciona Américan Cancer Society (2022): “Cerca del 80% de los pacientes con SMD
tienen más de 60 años de edad y es una enfermedad frecuente en pacientes mayores de 70 años”.
Por último, otro factor que también me ha motivado a hablar sobre este tema, no es únicamente mi
beneficio como estudiante, o para aquellos pacientes que sufren de síndromes mielodisplásicos,
sino también, debido a extrañeza de la enfermedad y su complejidad a nivel genético, considero
que es importante que las personas conozcan sobre ella y sobre ciertas medidas que pueden ayudar
a prevenirla, así como también de factores que la ocasionan, logrando así una comunidad más
informada sobre temas relevantes para nuestra época.

PROBLEMÁTICA

El síndrome mielodisplásico es una enfermedad poco común, de poco conocimiento especialmente


en países poco desarrollados como lo es Ecuador, es debido a esto y a que la enfermedad no suele
presentar síntomas hasta agravarse que el diagnostico suele ser realizado tarde, teniendo este lugar
cuando el paciente ya se encuentra en una situación grave de salud y en consecuencia tanto su
calidad de vida como su expectativa de esta misma se ven afectadas. Debido a este factor expuesto,
es de suma importancia la realización de las pruebas de diagnóstico al tiempo debido, un correcto
tratamiento, así como también la concientización y el conocimiento de los síntomas que pueden
presentarse por el agravamiento de esta. Es por todo lo mencionado que la presente investigación
tiene como objetivo el profundizar en que consiste el síndrome mielodisplásico, sus síntomas, sus
debidas pruebas de diagnóstico y sus respectivos tratamientos, enfocándose principalmente en
personas de tercera edad entre 60 a 80 años.

MARCO TEÓRICO
El síndrome mielodisplásico (SMD por sus siglas en inglés) es una enfermedad que surge cuando
aquellas células formadoras, ubicadas en la médula ósea, formadoras de otras células sanguíneas
cómo: glóbulos blancos o leucocitos, glóbulos rojos o eritrocitos y plaquetas. En el caso del
síndrome mieloblástico dichas células pasan a ser anormales, ya que sufren alteraciones de tamaño,
forma y ordenamiento, en este caso estas son destruidas por el cuerpo ocasionando que este se
quede con pocas células normales que son necesarias para su funcionamiento adecuado, es por
todo lo mencionado que la enfermedad adopta el nombre que le pertenece, “mielo” es por médula
ósea, mientras que “displásico” es debido a su reestructuramiento anormal. El daño surge
principalmente cuando que la médula ósea deja de funcionar de forma habitual y fisiológica, por
lo cual no puede producir suficientes células sanas. Una persona sin la enfermedad posee un
aproximado de 5% de células blásticas (inmaduras) de todas las células en la médula ósea, en
contraste, quienes padecen de un síndrome mielodisplásico poseen entre 5% a 19% de células
blásticas lo que permite determinar la gravedad de la enfermedad, pues normalmente un 20% de
células blásticas en médula ósea indica un progreso significativo llegando a convertirse en un tipo
de leucemia aguda (DeZern, 2020).

Los síndromes mielodisplásicos se pueden considerar como una enfermedad de adultos, en la cual
la mayoría de aquella población afectada son personas de tercera edad donde la media de edad es
de 70 años, reportándose que hasta el 80% de casos son pacientes mayores de 60 años. Sin
embargo, también se puede presentar en jóvenes, jóvenes adultos y, siendo casos poco frecuentes,
niños, un estudio realizado en Dinamarca permitió concluir que existe una incidencia anual de 4
millones de niños están asociados a alguna enfermedad genética sanguínea, entre ellas los
síndromes mielodisplásicos (Delgado & Hernández, 2000).

De forma general, el cuadro clínico que presenta esta enfermedad no es específico, pues a base de
estudios se ha podido identificar que: un 50% de los pacientes suelen ser asintomáticos al inicio
de la enfermedad hasta que esta va empeorando, donde adquieren anemia la cual, si es grave, el
paciente puede presentar síntomas secundarios de esta como: palidez, cansancio, fatiga, pérdida
de peso, astenia, malestar, disnea de esfuerzo, etc. Otras personas pueden padecer infecciones
asociadas con granulocitopenia o fenómenos hemorrágicos por la trombocitopenia. Todo esto
dependerá del estadio de la enfermedad.

En relación con lo mencionado, el diagnóstico temprano de los síndromes mieloblásticos con el


fin de garantizarle al paciente calidad de vida. Las pruebas diagnósticas consisten en estudios de
sangre periférica y médula ósea en estas se debe determinar: la presencia de citopenia, grado de
displasia y el porcentaje de blastos presentes, esto permitirá clasificar al enfermedad. Según
American Cancer Society (2022) otros factores que son importantes de considerar para el
diagnóstico son “verificar que no se confundan las causas de citopenias malignas provocadas por
la enfermedad, con aquellas que no son malignas, tener presente que los cambios displásicos que
ocurren en la médula ósea no son un sinónimos de SMD”

Una de las pruebas que es útil para el diagnóstico es el hemograma completo, permite el recuento
de eritrocitos, leucocitos y plaquetas, este análisis se ve acompañado de la observación de la
muestra en un frotis de sangre. Como resultados se podrá obtener una baja cantidad de glóbulos
rojos, debido a que los pacientes con MSD padecen de anemia, así como también, baja cantidad
de glóbulos blancos y plaquetas. Además, será posible visualizar blastos en la sangre del paciente,
es decir células inmaduras y grandes, las cuales normalmente solo se encuentran en médula ósea
y su presencia en sangre periférica no es normal significando un problema a nivel de la médula
ósea, otra característica morfológica que podrá ser observable en la examinación microscópica es
la presencia de anisocitosis (o variación de tamaño de los glóbulos rojos) estos pueden ser más
pequeños o más grandes al estándar de medida que presenta un eritrocito normal (7 micras)- el
médico también puede solicitar pruebas que permitan determinar las posibles causas de recuentos
bajos de las células sanguíneas con el fin de poder descartar otras enfermedades como: niveles
bajos de hierro, vitamina B12, etc. si se encuentra una anomalía presente en los valores normales
indicaría otro tipo de enfermedad (American Cancer Society, 2022). Es en esta parte del
diagnóstico es donde pueden surgir varios problemas debido a errores humanos o negligencias,
confundiendo MSD con otras enfermedades o viceversa, causando un daño hacia los pacientes, es
por lo que lo más recomendable en estos casos es solicitar más pruebas que permitan descartar
otras enfermedades y verificar si el diagnostico presentando es correcto. En relación con lo
mencionado, se pueden realizar pruebas de médula ósea, por aspirado o biopsia, permitiendo un
diagnóstico más acetado y clasificación de síndromes mielodisplásicos, además de verificar si el
paciente está respondiendo adecuadamente al tratamiento o esta enfermedad está agravando y
convirtiéndose un una leucemia aguda. Dichas pruebas también deben estar a cargo de
profesionales en estas áreas como patólogos y hematólogos para tener más resultados más certeros.

En cuanto a los tratamientos, aunque no se puede lograr la cura de la enfermedad, estos tienen
como objetivos prolongar la vida de los pacientes y mejorar su calidad de vida. Estos se basan en
la realización de soportes que permiten tratar las principales problemáticas que se presentan como
la anemia, infecciones y sangramientos. Como transfusiones sanguíneas, suministración de
eritropoyetina y trasplantes de medula ósea.

Conocer cómo prevenir, así como los factores de porque suceden. Debido a que no es posible
prevenir de manera absoluta los síndromes mielodisplásicos, pero es posible adoptar en nuestra
forma de vida ciertas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo, es por lo que es necesaria la
divulgación para impartir conocimiento sobre esta enfermedad permitiendo que las personas
logren evitar esta enfermedad y tener una vida sana. Según American Cancer Society (2022) una
buena práctica es el evitar fumar, evitar la exposición a radiación o a determinados productos
químicos cancerígenos, además menciona que:

Los investigadores han descubierto los cambios genéticos que causan algunos síndromes
hereditarios infrecuentes (como trastorno plaquetario familiar con propensión a padecer
malignidad mieloide) vinculados a un mayor riesgo de padecer MDS. Este síndrome es
causado por cambios hereditarios en el gen RUNX1. Normalmente, este gen ayuda a
controlar el desarrollo de células sanguíneas. Los cambios en este gen pueden provocar
que las células sanguíneas no maduren como lo harían normalmente, lo que puede
aumentar el riesgo de desarrollar un MDS. Además de los cambios genéricos adquiridos
durante la vida de una persona, donde se recalca que algunas exposiciones externas pueden
propiciar el MDS al causar daño al ADN dentro de las células de la médula ósea. Por
ejemplo, el humo del tabaco contiene sustancias químicas que pueden ocasionar daños a
los genes. La exposición a la radiación o a ciertos químicos, tal como benceno o algunos
medicamentos de quimioterapia, también puede causar mutaciones que conducen a MDS.
BIBLIOGRAFÍA
Américan Cancer Society. (2022, 2 febrero). Detección temprana, diagnóstico y clasificación
por etapas. https://www.cancer.org/content/dam/CRC/PDF/Public/9106.00.pdf
Américan Cancer Society. (2022, 6 febrero). Vida después del diagnóstico de síndrome
mielodisplásico. https://www.cancer.org/content/dam/CRC/PDF/Public/9108.00.pdf.
American Cancer Society. (2022, 28 enero). Acerca de los síndromes mielodisplásicos.
https://www.cancer.org/content/dam/CRC/PDF/Public/9104.00.pdf
DeZern, A. (2020, 1 marzo). Síndromes mielodisplásicos. Leukemia & Lymphoma society.
https://www.lls.org/sites/default/files/2021-05/PS22S_SPAN_MDS_Booklet_2019.pdf

Delgado, N. & Hernández, P. (2000, 4 agosto). Síndrome mielodisplásico. I. Biología y Clínica.


Revista Cubana de Hematología. http://scielo.sld.cu/pdf/hih/v16n1/hih01100.pdf
Rodríguez, J & Luján, I. (2011). Actualización en síndromes mielodisplásicos (SMD). Revista
médica Rosario.
http://www.circulomedicorosario.org/Upload/Directos/Revista/0a99e3Rodriguez.pdf
Ramos, F, Sanz, C & Arrizabalaga, B. (2020, 17 julio). Guías españolas de SMD y LMMC.
https://www.gesmd.es/actividad-cientifica/guias-smd-y-lmmc-2/

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