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Interculturalidad verde

Promover la inclusión
de las personas
migradas mediante la
concienciación
medioambiental
y estrategias
ecológicas
Interculturalidad verde
Promover la inclusión de las personas
migradas mediante la concienciación
medioambiental
y estrategias ecológicas

MARCO TEÓRICO DEL PROYECTO

El apoyo de la Comisión Europea a la elaboración de esta publicación no constituye una aprobación de su


contenido, que refleja únicamente la opinión de los autores, y la Comisión no se hace responsable del uso que
pueda hacerse de la información contenida en ella.
Este informe se ha elaborado en el marco del proyecto Erasmus+ "Interculturalidad verde: Promover la
inclusión de las personas migradas a través de la conciencia medioambiental y las estrategias ecológicas"
(número de referencia: 2020-1-FR01- KA204-080110).

Coordinación: Manfredi Trapolino - CESIE

Giorgia Scuderi - CESIE

Autores: Adrián Crescini - Associació La Xixa Teatre

Alexia Madec - Elan Interculturel

Ana Fernández-Aballí - Associació La Xixa Teatre

Ángela Moneta - Associació Animacción Arteterapia

Cécile Stola - Elan Interculturel

Emilie Albert - D'Antilles & d'Ailleurs

Francesca De Sanctis - CESIE

Jessica Chekroun - D'Antilles & d'Ailleurs

June Portela - Elan Interculturel Manfredi Trapolino - CESIE

Manon Crozet - Elan Interculturel

Meritxell Martinez - Associació La Xixa Teatre

Mónica Bocaz - Associació Animacción Arteterapia

Rut Mestres - Associació La Xixa Teatre

Diseño: CESIE Publicación: 2021

Derechos de autor: Todo el material contenido en esta publicación está bajouna licencia
Creative Commons con atribución, no comercial, no derivada y compartir por igual, a menos que se
permita lo contrario directa y explícitamente por los autores. Usted es libre de: compartir (copiar y
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adapta el material, nos informe ypreferiblemente nos envíe una prueba de su adaptación a la dirección
de correo electrónico de cualquiera de los socios colaboradores..
Yo creo,
que la lluvia grita en la ventana
y que la guitarra abraza su muerte
en la soledad de los parques.

Creo en la sombra fusilada


a la orilla del río,
en el llanto que se escurre
de la ropa en el tendedero,
que el cielo tiene fecha de caducidad
y nos queda poco tiempo.

Creo que la ciudad


es un animal come sueños,
que huyen a los arrecifes
las nubes de la tarde,
que el horizonte se extinga
como un cigarro.

Creo
que quien nace del mar
es un sol distinto
y que los días se nos escapan por la ventana,
que más allá de la puerta nos muere un país.

Y veo frente a nosotros


crecer la sombra incendiada de un árbol,
hemos existido alrededor del fuego
y visto la última luz del mundo
apagarse con la última gota de agua.
Y creo también que el corazón de un pájaro
es otro pájaro,
habitados en el mismo canto
del río y el campesino.

Les pregunto ahora


¿Cuánto dolor hay
en el pétalo de una flor?
¿Cuántos niños ríen
bajo la sombra de un semáforo?
¿Cuántas veces Juntamos las manos para rezar?
¿Cuándo dejará de llorar la montaña?
Yo quiero caminar mañana
hacia un horizonte verdadero,
descifrar el lenguaje oculto de las flores,
y después de la puerta
luchar hasta despojarnos del miedo y decir:
''yo soy otro tú, tu
eres otro yo''.

También creo en los fantasmas


que habitan el poema,
en la guerra de los mapaches,
que en el fondo del mar duerme lo olvidado,
y que a pesar del mundo y de sus huesos dolientes,
yo creo
en vos
como en el camino.
Kevin Bustillo
Índice de contenidos
1. Introducción

1.1. El proyecto de Interculturalidad Verde

1.2. Pilares del proyecto (Marco teórico)

2. Glosario

3. Interculturalidad y migración en un mundo globalizado: el dilema entre el


mantenimiento de la identidad y la adaptación cultural

3.1. El fenómeno migratorio en perspectiva histórica

3.2. Sociedades interculturales frente a sociedades multiculturales

3.3. Enfoques interculturales: sensibilidad intercultural y los modelos


de aculturación

3.4. Choques culturales e incidentes críticos

4. La relación entre el medio ambiente, los valores culturales y la identidad

4.1. Qué es el "medio ambiente": definición y visiones en las culturas


del Norte y del Sur

4.2. La relación entre la identidad y los valores culturales y actitudes o


comportamientos medioambientales.

4.3. Clase social, origen, género y salud: identidad y cambio climático


en una encrucijada

4.4. La dimensión medioambiental de la Agenda 2030 y sus


implicaciones
4.5. Perspectivas holísticas y alternativas sistémicas a la crisis
medioambiental: pistas del Norte y del Sur global

5. Un enfoque ecológico renovado del trabajo social.

5.1. El pensamiento ecológico en las prácticas de trabajo social

5.2. Ecología social

5.3. Descolonizar la naturaleza.

5.4. Activismo delicado (sobre cómo y por qué)

6. Conclusión

7. Bibliografía
8. ANEXO I

Investigación de campo - Elan Interculturel (Francia, París)

Investigación de campo - Associació Animacción Arteterapia (España,


Barcelona)

Investigación de campo - Associació La Xixa Teatre (España, Barcelona)

Investigación de campo - D'Antilles et D'Ailleurs (Martinica, Fort de


France)

Investigación de campo - CESIE (Italia, Palermo)


9. ANEXO II

Elan Interculturel

-Le Jardin Des Aures

-Dispositivo Premières Heures

-Compagnonnage en maraîchage agroécologique

Associació Animacción Arteterapia

-Un proyecto social disfrazado como restaurante

-Fortalecer los procesos organizativos y la autonomía de las


personas migradas,

- Unir fuerzas en las luchas antirracistas

Asociación La Xixa Teatre

-Precioso plástico

-Top manta. Sistema falso, ropa verdadera

-Keras buti a la marina

D'Antilles et d'Ailleurs

-Sortie de partage (salida para compartir)

-Jardín de la ciudad en una guardería

CESIE

-Sicilia Integra. Integración socioeconómica de las personas


migradas y la juventud siciliana a través de productos ecológicos

-Puliamo il Mondo dai Pregiudizi (Limpiemos el mundo)

-No Scado
"La cultura adopta diversas formas a través del
tiempo y el espacio. Esta diversidad se materializa en la
unicidad y la pluralidad de las identidades de los
grupos y sociedades que componen la humanidad.
Como fuente de intercambio, innovación y creatividad,
diversidad cultural es tan necesaria para la humanidad
como la biodiversidad para la naturaleza. En este
sentido, es patrimonio común de la humanidad y debe
ser reconocido y afirmado en beneficio de las
generaciones presentes y futuras".

Art.1 de la UNESCO (Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural)


1. Introducción
1.1. El proyecto de Interculturalidad Verde

Green Interculturality es un proyecto que nació en octubre de 2020 y que


surge del deseo de combinar los temas de interculturalidad y migración con la
conciencia y la acción medioambiental. De hecho, Elan Interculturel (París, Francia)
cuenta con un equipo diverso y algunos de sus miembros miembros tienen un gran
interés medioambiental. Elan Interculturel ha tratado muchos temas, desde la
educación hasta la salud, pasando por las dinámicas de poder y muchos otros, pero
el medio ambiente nunca fue uno de ellos, hasta ahora. Impulsado por la idea de
abordar este tema por primera vez, el equipo de Elan buscó socios que estuvieran
dispuestos a partir de una idea común y convertirla en un proyecto: ¿cómo podemos
utilizar la conciencia medioambiental para fomentar el diálogo intercultural y
contribuir a la inclusión social de los grupos vulnerables?

Tras una lluvia de ideas y una redacción, Animacción (Barcelona, España),


Associació La Xixa Teatre (Barcelona, España), D'Antilles & D'Ailleurs (Martinica,
Francia), CESIE (Palermo, Italia) y Elan Intercultural crearon Green Interculturality,
un proyecto para promover la inclusión de las personas migradas a través de la
concienciación medioambiental y estrategias ecológicas.

LA INTERCULTURALIDAD VERDE TIENE UN DOBLE OBJETIVO:

• Fomentar la inclusión de las personas migradas adultas valorando sus


conocimientos y experiencias mediante el desarrollo de las competencias
lingüísticas y aumentando la creación de redes a través de la integración del nuevo
contexto medioambiental.

• Proporcionar a los formadores de personas adultas y a los/las


trabajadores/as sociales herramientas educativas para que puedan llevar a cabo
talleres de inclusión relacionados con la concienciación medioambiental
LOS GRUPOS DESTINATARIOS SON :

• Formadores/educadores/trabajadores sociales de personas adultas que


trabajan con personas migradas adultas

• Personas adultas migradas (solicitantes de asilo, refugiados, recién


llegadas)

• Miembros de la sociedad que están dispuestos a co-construir un espacio


seguro para acoger a las personas recién llegadas a través de prácticas
medioambientales.

Se eligió a las personas migradas adultas como grupo objetivo porque los socios del
proyecto creen que la concienciación medioambiental y las estrategias ecológicas
pueden ser herramientas innovadoras y útiles para contribuir a la acogida de las
personas recién llegadas en las sociedades de acogida, donde este tema está cada
vez más presente. Los formadores de personas adultas y los/las trabajadores/as
sociales fueron elegidos como grupo objetivo para que la metodología desarrollada
en el proyecto pueda ser transferida a ellas/os y así multiplicar el impacto del
proyecto. Los miembros de la sociedad de acogida fueron elegidos como grupo
objetivo porque la inclusión de las personas recién llegadas en los debates sociales
no puede producirse sin una sociedad de acogida abierta. Tienen un papel activo en
la creación de espacios sociales inclusivos, en los que las personas migradas adultas
puedan participar activamente.

La Interculturalidad Verde pretende contribuir a hacer de la acción medioambiental


un espacio más inclusivo para quienes migran a nuestros países: utilizar la conciencia
y la acción medioambiental como herramienta para diversificar las vías de inclusión
y co-construir con las personas recién llegadas y los miembros de la sociedad de
acogida un espacio seguro donde sientan que pueden contribuir.
Socios del proyecto:
La Asociación La Xixa Teatre es una organización sin ánimo de lucro fundada en 2010
que tiene como objetivo investigar, desarrollar y multiplicar las herramientas
educativas y teatrales como medio de transformación social. Creen que la educación
en todas las edades es la clave para el cambio social hacia un mundo con igualdad
de oportunidades.

La misión de La Xixa es facilitar la creación de espacios de empoderamiento a través


de Metodologías Participativas, Psicología Orientada a Procesos y Teatro del
Oprimido para generar procesos de transformación individual y colectiva en
contextos de vulnerabilidad social. El alcance de sus actividades se orienta hacia los
siguientes temas

• Educación escolar, abandono escolar prematuro, prevención de


comportamientos de riesgo entre los jóvenes.

• Comunicación intercultural, racismo, xenofobia, inclusión social e integración.

• Género, políticas de igualdad y diversidad sexual.

D'Antilles & D'Ailleurs (DA&DA) es una organización que trabaja por la promoción
de una participación activa en la sociedad civil, especialmente de las mujeres y los
jóvenes con menos oportunidades. Promueven la diversidad, la igualdad y la
inclusión social a través de 4 ejes:

• Formación: mediante la organización de conferencias, seminarios,


formaciones y encuentros interculturales sobre la ciudadanía, el espíritu
empresarial, el acceso a los derechos sociales y la participación activa de los grupos
desfavorecidos.

• Apoyar la movilidad y el empleo: poniendo en marcha iniciativas de


prevención, información y actividades de educación no formal que impulsen el
acceso a la movilidad y la inclusión profesional de las personas con menos
oportunidades
• Sensibilización: mediante el desarrollo de colaboraciones con asociaciones
e instituciones públicas para llevar a cabo acciones de información/sensibilización y
lucha contra las discriminaciones.

• Cooperación: apoyando y desarrollando iniciativas de cooperación,


desarrollo y capacitación de las comunidades y grupos desfavorecidos, promoviendo
la paz, los derechos humanos y la equidad.

Animacción Arteterapia fue impulsado en 2017 por dos arteterapeutas procedentes


de América Latina y que habían adquirido experiencia trabajando en Europa durante
muchos años. El proyecto fue posible gracias a una serie de personas vinculadas a la
enseñanza, el trabajo social y las organizaciones no gubernamentales. Animacción
ha trabajado con grupos interculturales de migrantes en el barrio de Nou Barris, a
través del desarrollo de actividades adaptadas a los niños de las familias migrantes
dentro del huerto popular (espacio público, no gubernamental, gestionado por el
barrio). También, a través de más de un año de intensos programas aplicados de
arte-terapia para "Lola, no estás sola" (un grupo de apoyo a mujeres sin hogar), han
llegado a un número de migrantes en duras condiciones de vida. Su implicación en
el barrio altamente intercultural de La Prosperitat, les ha puesto en contacto con las
autoridades locales encargadas de desarrollar programas de inclusión, así como con
los líderes locales, ambos abiertos y comprometidos a trabajar con los migrantes en
una dirección no colonialista. Recientemente han comenzado a trabajar con familias
monoparentales en el barrio del Raval.

CESIE es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro con sede en


Palermo (Italia) y creada en 2001. Se dedica a promover el desarrollo cultural, social,
educativo y económico a nivel local, nacional, europeo e internacional.

CESIE contribuye al crecimiento y al desarrollo mediante la participación activa de


las personas, la sociedad civil y las instituciones, valorando siempre la diversidad.

Inspirados en la obra y la vida de Danilo Dolci, centran sus acciones en la


investigación de las necesidades y los retos sociales y en el uso de enfoques de
aprendizaje innovadores. De este modo, CESIE conecta activamente la investigación
con la acción mediante el uso de enfoques de aprendizaje formales y no formales.

Elan Interculturel es una organización creada por psicólogas, investigadoras y


formadoras -todas ellas mujeres inmigrantes residentes en París- interesadas en
explorar y desarrollar nuevos métodos para facilitar la comunicación, la
colaboración y la adaptación intercultural.

Los principales objetivos de Elan Interculturel son:

• Crear una mejor comprensión de cómo la diversidad afecta a nuestras vidas

• Concienciar sobre los recursos inherentes a la diversidad, y

• Desarrollar competencias para que los individuos y las organizaciones se


beneficien de la diversidad cultural y las transiciones interculturales.

1.2. Pilares del proyecto (Marco teórico)

En la actualidad, la intensificación del comercio internacional, las finanzas


especulativas, la sobreexplotación de los recursos naturales y la creciente
desigualdad son algunos de los principales factores que contribuyen a la extrema
complejidad de los sistemas económicos y sociales mundiales, cada vez más
vulnerables a las crisis financieras y a las tensiones sociales que cíclicamente ponen
en peligro su estabilidad. Esta complejidad se ve agravada por un posible aumento
de los conflictos sociales debido a los cambios demográficos en curso relacionados
con los flujos migratorios.

Abordar la migración implica ocuparse de los procesos de inclusión e


integración de los extranjeros que, por la razón que sea, pisan una tierra que,
aunque no haya sido testigo de su primer aliento, se desarrolla rápida y
constantemente en una dirección multiétnica. La convivencia de personas física y
culturalmente diversas es, de hecho, todo menos evidente y requiere una acción
educativa eficaz y adaptada. La educación intercultural tiene, por tanto, una
importancia crucial, ya que tiende puentes para que personas de diferentes culturas
se encuentren a medio camino.

En este contexto socioeconómico cada vez más globalizado, el medio


ambiente desempeña un papel clave en su conexión e interacción con los temas del
multiculturalismo y la interculturalidad. Por un lado, los problemas relacionados con
la escasez de recursos y los factores naturales y sociales hostiles han contribuido
históricamente a los flujos migratorios; por otro, la difícil experiencia de las personas
que han migrado puede afectar negativamente a su trayectoria de integración,
comprometiendo la inclusión y causando dificultades en el establecimiento de
nuevas relaciones. La educación intercultural, destinada a desarrollar el
pensamiento plural y las capacidades de comunicación intercultural, se entrelaza y
comparte objetivos con la educación medioambiental, ya que ambas pretenden
promover la integración y la inclusión sostenibles y participativas.

Reconociendo la fuerte interconexión entre el entorno natural y la


interculturalidad, proponemos considerar el concepto de "biodiversidad" no sólo
como un patrimonio biológico que hay que proteger para la supervivencia de las
especies de flora y fauna, sino también como un sustrato cultural que hay que
preservar para promover la cohesión social y nuestro enriquecimiento como
humanos. En este sentido, la biodiversidad adquiere un significado más amplio y
significativo y se convierte en una poderosa metáfora para ilustrar las complejas
interacciones que se desarrollan principalmente en el seno de un grupo
representado por la familia, los amigos y los compañeros (microsistema), para luego
interactuar con el entorno social en el que los individuos tienen sus raíces y
desarrollan sus conocimientos y experiencias (macrosistema). Es una
representación de la realidad que evoluciona y cambia, influyendo en los factores
económicos, sociales y políticos que conforman el esqueleto organizativo de la
comunidad global. Esto puede ayudarnos a avanzar hacia lo que defiende Jason
Moore (2015): la disolución del dualismo cartesiano de naturaleza versus cultura
que tiende a impedirnos comprender plenamente y poder actuar realmente sobre
este complejo metabolismo del que somos partícipes y creadores.

El objetivo de esta base teórica es, por lo tanto, promover la adopción de


una nueva perspectiva para las prácticas de trabajo social que integren enfoques
pedagógicos centrados en la sostenibilidad ambiental y vinculados a la educación
intercultural, con el fin de valorar plenamente la amplia gama de tradiciones,
creencias, hábitos, prácticas, lenguas e identidades que conforman los diferentes
ecosistemas de nuestro planeta Tierra.

Este informe se ha elaborado conjuntamente con otros documentos


complementarios que encontrará en el anexo:

- Cinco informes de países asociados en los que se detallan los resultados de los
grupos de discusión con trabajadores sociales y migrantes en relación con las
estrategias ecológicas para la inclusión de las poblaciones migrantes

- Recopilación de 14 buenas prácticas en materia de iniciativas medioambientales


que sirven o podrían servir de espacio para la inclusión de los migrantes
2. Glosario
La actual transformación cultural de nuestras sociedades, impulsada por el
auge de los movimientos sociales, la creciente movilidad de bienes y personas y la
digitalización generalizada de los servicios, también afecta al lenguaje, que nunca es
neutral ni estático, al igual que la realidad en la que vivimos. Existe una relación
cíclica entre la sociedad, la cultura y la lengua: la sociedad y la cultura influyen en las
palabras que hablamos, y las palabras que hablamos influyen en la sociedad y la
cultura. Cuando existen prejuicios y discriminación en las actitudes individuales,
suelen reflejarse en el lenguaje y en la forma en que los individuos interactúan.

El lenguaje, por tanto, no sólo desempeña un papel clave en la transmisión


de la cultura humana, sino que también fomenta tanto el conservadurismo como la
innovación cultural. En este sentido, las etiquetas de las categorías (por ejemplo,
emigrante, pobre, mujer, musulmán, etc.) contribuyen en gran medida a la
transmisión y evolución de las representaciones de las categorías, ya que preservan
el statu quo y, al mismo tiempo, permiten, o incluso fomentan, los cambios
conceptuales. Atribuir rasgos, características y comportamientos a una persona de
acuerdo con creencias compartidas y generalizadas es, de hecho, una tendencia
humana muy común que surge de una necesidad cognitiva básica de categorizar,
simplificar y comprender el complejo mundo que nos rodea. Lamentablemente, el
uso consciente e inconsciente de un lenguaje discriminatorio vago y normalizado,
sobre todo cuando lo emplean los medios convencionales, puede llevar a reforzar
los estereotipos y prejuicios contra cualquier grupo que se considere apto para
desempeñar el papel del "otro".

El objetivo de este glosario es, por tanto, fomentar la reflexión sobre la


terminología relevante relacionada con el tema que nos ocupa, siempre bajo el
entendimiento de que estos términos son marcadores de posición abiertos de las
estructuras sociales, y que las palabras pueden contribuir tanto a la fractura como a
la cohesión social. Ser conscientes de nuestro lenguaje puede ayudar a crear una
sociedad solidaria e inclusiva, por lo que las definiciones de los términos clave
utilizados en este marco teórico, y que se detallan en el glosario que figura a
continuación, se han elaborado a partir de la experiencia sobre el terreno de las
organizaciones socias de Interculturalidad Verde, y del resultado de los diferentes
debates de grupo celebrados en cada país socio con representantes tanto de la
sociedad de acogida como de la comunidad de personas migradas.

Ciudadanía: vínculo jurídico particular entre un individuo y un Estado, adquirido por


nacimiento o naturalización, ya sea por declaración, elección, matrimonio u otros
medios conforme a la legislación nacional, que conlleva responsabilidades, derechos
y privilegios. La ciudadanía es un estatus social que contribuye al sentido de
identidad del individuo, ya que la posesión de la misma le permite participar plena y
legalmente en las diferentes estructuras sociales de su sociedad de residencia.

Cultura: conjunto de conocimientos, lenguaje, valores, normas, tradiciones, hábitos,


creencias, estilos de vida, patrones, herramientas, productos artísticos y técnicas
propias de un individuo o compartidas por los miembros de un mismo grupo, que se
transmiten de una generación a otra para orientar las prácticas individuales y
colectivas. Las prácticas culturales pueden ser tanto habilitantes como limitantes,
en función de las expectativas individuales y grupales, así como de sus implicaciones
en las interacciones intergrupales.

Discriminación: es el trato desigual, la consideración y/o la distinción que se aplica a


un individuo o grupo de individuos en función de una categorización social y/o de
sus opiniones políticas. Corresponde a una diferencia de trato entre individuos que
no está justificada por la mera situación, sino que, en términos de esta clasificación,
da lugar a la exclusión social del individuo que es víctima del comportamiento
discriminatorio.

Sociedad de acogida: el conjunto de estructuras e individuos (nativos y extranjeros)


que forman una comunidad nacional, regional o local con la que el extranjero se
relaciona a diario.

Identidad: constructo multidimensional, dinámico y cultural que comprende


características biológicas, psicológicas y sociales - generalmente pre condicionadas
por las estructuras de poder social - que se refiere a la idea que una persona tiene
de sí misma y a su sentido de pertenencia a los grupos sociales. La identidad se
conforma en yuxtaposición con categorizaciones grupales socialmente construidas
y contextuales, de modo que el sentido de sí mismo de un individuo puede ser
armonioso y/o conflictivo con los grupos sociales que lo rodean, lo que hace de la
identidad un espacio de interacción social tanto seguro como conflictivo.
Inclusión: proceso por el cual la sociedad de acogida garantiza el pleno disfrute de
los derechos económicos, sociales y culturales a una persona o grupo,
independientemente de su origen o antecedentes culturales, mediante la
eliminación de las barreras normativas y culturales, así como la aplicación de
medidas políticas activas.

Personas desplazadas por motivos medioambientales (PDE): toda persona que se ve


obligada a abandonar su país de origen porque sus medios de vida son insostenibles
debido a la proliferación de catástrofes naturales o a la degradación irreversible de
los recursos medioambientales, principalmente a causa del calentamiento global
inducido por el hombre y el cambio climático asociado.

Inmigrante: todo individuo establecido de forma permanente en un país distinto al


de su nacimiento, en el que es miembro de la comunidad, y que potencialmente
puede convertirse en ciudadano con igualdad de derechos y deberes si la legislación
del país de acogida lo permite. El término inmigrante tiene connotaciones legales y
sociales que dependen del país de origen y del país de destino, de modo que, por
ejemplo, un ciudadano británico de piel blanca en España puede ser un inmigrante
desde el punto de vista legal, pero es poco probable que tenga todas las dimensiones
sociales (y el estigma) relacionadas con el término. En estos casos, es más adecuado
referirse a estos personas migradas como expatriados.

Migrante: todo individuo que, temporal o permanentemente, abandona su país de


origen o sus lugares de residencia habitual impulsado por factores endógenos o
exógenos que influyen en gran medida en las experiencias, la identidad y la cultura,
al tiempo que suele realizar un viaje personal hacia la autodeterminación.

Migrante de segunda generación: término controvertido utilizado para referir a


cualquier individuo que haya nacido y/o crecido en un país en el que al menos uno
de sus padres haya entrado previamente como migrante, y que a menudo es
percibido como extranjero y discriminado por ese motivo.

Nacional de un tercer país: desde una perspectiva europea, cualquier individuo que
no sea ciudadano de la Unión Europea y que no tenga derecho a la libre circulación
en el espacio Schengen.
3. Interculturalidad y migración en un mundo
globalizado: el dilema entre el mantenimiento de la
identidad y la adaptación cultural

3.1. El fenómeno migratorio en perspectiva histórica

La migración es un fenómeno polifacético y de múltiples niveles que ha


formado parte de la historia de la humanidad desde sus inicios, desempeñando un
papel fundamental a lo largo de los años en la configuración del mundo tal y como
lo conocemos hoy. Tiene una relevancia global, ya que es consecuencia del deseo
ancestral de los seres humanos de desplazarse de la tierra natal a lugares que
ofrecen mayores oportunidades, de forma permanente o temporal. Actualmente, la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirma que se calcula que hay
casi 272 millones de migrantes internacionales en todo el mundo. Aunque esto sigue
siendo un porcentaje muy pequeño de la población mundial (alrededor del 3,5%), lo
que significa que la gran mayoría de las personas a nivel mundial (96,5%) siguen
viviendo en sus países de origen, el número y la proporción estimados de migrantes
internacionales ya superan las proyecciones realizadas hasta el año 2050, que eran
del orden del 2,6% o 230 millones1.

Cuál es el motivo de la emigración: ¿Por qué emigra la gente?

Para tener una comprensión más amplia de por qué la gente emigra,
además de reconocer la toma de decisiones individual, es necesario hacer hincapié
en factores estructurales más amplios y diversificados, así como subrayar la
importancia de algunos factores externos. Aunque los datos cuantitativos no son
fáciles de recopilar, debemos considerar los factores de empuje y atracción como
razones por las que la gente abandona su país.

Los factores de empuje son los que obligan a los emigrantes a abandonar
su país de origen, como la dislocación económica, las presiones demográficas, los

1 OIM, Informe sobre las Migraciones en el Mundo, 2020.


factores medioambientales, la persecución religiosa o la negación de los derechos
políticos y humanos.

Los factores de atracción son los que animan a los emigrantes a trasladarse,
como los salarios más altos y el mayor nivel de vida, así como las oportunidades
educativas, las oportunidades laborales y la libertad política o religiosa. Debemos
tener siempre presente a los migrantes que tienen el privilegio de elegir libremente
y a los aquellos que no pueden: algunas personas eligen emigrar, mientras que otras
se ven obligadas a hacerlo. De hecho, la mayoría de las personas emigran
voluntariamente por razones relacionadas con el trabajo (las remesas de los
emigrantes son una fuente externa de capital en constante crecimiento para los
países en desarrollo2), la familia (durante los últimos 20 años, la reunificación
familiar ha sido una de las principales razones de la inmigración, al menos en la
Unión Europea3 y los estudios. En cambio, otras personas abandonan sus hogares y
países por serie de razones de peso como los conflictos, las persecuciones y las
catástrofes naturales.

Además de los factores mencionados, una perspectiva interesante para


analizar el fenómeno es la geográfica. En efecto, la geografía es uno de los
componentes más significativos que configuran las pautas migratorias y las
dinámicas migratorias que siguen evolucionando, al igual que en el pasado.

La globalización ha impulsado y acelerado este fenómeno, que empezó a


cobrar mayor importancia en las últimas décadas del siglo XX. Desde entonces, los
migrantes han sido esenciales para el desarrollo social y económico de muchos
Estados occidentales, habiendo configurado la dinámica laboral en todo el mundo.
Aunque muchos migrantes siguen realizando un movimiento unidireccional
permanente del Sur al Norte del mundo, los flujos Sur-Sur han cobrado una gran
importancia en los últimos años4. Las motivaciones para la migración Sur-Sur
incluyen la proximidad -los costes financieros, sociales y culturales de migrar a países

2 Fondo Internacional para la Agricultura y el Desarrollo (FIDA), Remesas y Migración. Disponible en:

https://www.ifad.org/en/remittances

3 Comisión Europea, Migración y Asuntos de Interior, Reunificaciones familiares. Disponible en:

https://ec.europa.eu/home-affairs/what-we-do/policies/legal-migration/family-re- unification_en

4 Centro de Análisis de Datos de Migración de la OIM, Future Migration Trends. Disponible en:

https://migrationdataportal.org/themes/future-migration-trends
cercanos son probablemente menores que los de desplazarse más lejos,
especialmente cuando una persona no tiene documentos de viaje adecuados- y las
redes -los lazos étnicos, comunitarios y familiares reducen los costes y las
incertidumbres que conlleva la migración. Los cambios en la dirección de la
migración también se han visto acentuados por la crisis económica, los flujos de
remesas y la creciente importancia de mercados emergentes como los llamados
BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los CIVETS 5 (Colombia, Indonesia,
Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica). La mayoría de ellos se encuentran en el Sur, y
se caracterizan por un rápido crecimiento económico y una población en edad de
trabajar relativamente joven, elementos ambos asociados a una economía
típicamente estable y a un bajo nivel de endeudamiento.

Dadas las condiciones actuales, es probable que en los próximos años los
flujos migratorios se dirijan hacia y a través de estos centros económicos6.

En los últimos años, el impacto del cambio climático es un aspecto que ha


cobrado interés tanto académico como público, mientras que siempre ha sido un
motor de la migración7 (frente a la idea centrada en Occidente de que el progreso
tecnológico disminuiría la influencia de la naturaleza sobre la vida humana), ya que
la gente huye cada vez más de las catástrofes naturales, como inundaciones,
huracanes y terremotos8.

Sin embargo, los conocimientos en este campo siguen siendo limitados y


fragmentados, y la falta de una definición oficial del concepto de migrantes
medioambientales sigue afectando a la posibilidad de definir un marco jurídico

5 Hay que discutir la validez y veracidad actual de estas siglas, que en este caso se utilizaron como mera

indicación geográfica.

6 A. Guerra-Barón, y A. Méndez, Un estudio comparativo de las políticas económicas exteriores: los

países del CIVETS, LSE Global South Unit, Working Paper (3/2015), 2015

7 Organización Meteorológica Mundial (OMM), Programa de las Naciones Unidas para el Medio

Ambiente (PNUMA), Climate Change: The IPCC 1990 and 1992 Assessments, 1992.

8 " E. Piguet, A. Pécoud, P. de Guchteneire, Migration and Climate Change: an Over- view, en Refugee
Survey Quarterly 33, número 3, 1-23, 2011: "Los fenómenos de aparición rápida provocan
mayoritariamente desplazamientos internos a corto plazo que migraciones a largo plazo o de larga
distancia".
global capaz de atender sus necesidades. Aunque las condiciones medio-
ambientales por sí solas rara vez conducen al desplazamiento, no cabe duda de que
han surgido importantes interconexiones entre ambos temas, y cabe esperar que el
impacto del cambio climático aumente, sobre todo impulsando, la migración
interna9.

Por lo tanto, las causas de la migración medioambiental también pueden


estar directamente relacionadas con el factor humano: la presión de la población
sobre los recursos naturales, la forma en que se explota el medio ambiente, son
condiciones que se dan más en los países menos desarrollados que en los más
desarrollados. Está claro que la degradación ambiental con- temporánea tiene sus
raíces profundas en procesos históricos como la explotación colonial y el
imperialismo, las desigualdades internacionales en el poder político y económico y
el acceso a los recursos han influido en la configuración de las pautas de explotación
de la tierra y el reasentamiento humano.

Un aspecto necesario a tener en cuenta es el hecho de que la migración


implica a personas, que no son meros números o datos, sino que tienen proyectos
personales, sueños, esperanzas y frustraciones. La integración conlleva costes, tanto
para los países de origen (desintegración de las estructuras familiares, destrucción
de los lazos afectivos, pérdida de sectores dinámicos de la población, etc.), como
para los países receptores (financiación de las políticas de integración social de los
migrantes, inestabilidad política, presión sobre los servicios públicos y las
infraestructuras, especialmente en las regiones pobres, etc.). Los costes y los
sacrificios también son reconocibles a nivel individual, ya que quienes emigran
experimentan múltiples tensiones que pueden repercutir en su bienestar mental: de
hecho, las tasas de enfermedades mentales han aumentado en algunos grupos de
emigrantes durante las últimas décadas10. La pérdida de normas culturales
consolidadas y de sus sistemas de apoyo social, la adaptación a una nueva cultura y

9 OIM, Migración, Desarrollo y Medio Ambiente, nº 35, 2008.

10D. Bhugra, M.A. Becker, Migration, cultural bereavement and cultural identity in World Psychiatry, Feb;
4(1): 18-24, 2005: "La compleja interacción del proceso migratorio, el duelo cultural, la identidad cultural
y la congruencia cultural, junto con los factores biológicos, psicológicos y sociales, es la hipótesis que
desempeña un papel importante en el aumento de las tasas de enfermedades mentales en los grupos de
inmigrantes afectados".
los cambios en la identidad y el concepto de sí mismo pueden transformar el choque
cultural y los conflictos en una fuente de profundo sufrimiento y disfunción
psicológica. El contacto de las personas migradas con la comunidad dominante o de
acogida puede dar lugar a diferentes reacciones, como la asimilación, el rechazo o
la desculturización.

No obstante, esto no significa que la migración deba ser vista únicamente


como un sacrificio o que sólo implique una pérdida: debemos cambiar la perspectiva
y enfatizar su relevancia social en términos del plus de enriquecimiento cultural que
aportan tanto en la dimensión global como en la local11. Los migrantes, de hecho,
desempeñan un papel activo en la remodelación de la cultura y los espacios, y tienen
un impacto significativo en fenómenos sociales más amplios, como las instituciones
democráticas, la gestión/relación con del medio ambiente, las normas de género,
las estructuras familiares e incluso las identidades, principalmente a través de la
transmisión de valores y conocimientos. Especialmente a nivel local, es probable que
actividades sencillas como hacer la compra en nuestro mercado local o comer en un
restaurante hayan sido influenciadas por los migrantes con sus hábitos, aunque no
seamos conscientes de ello. Del mismo modo, el impacto económico de la migración
es muy relevante y beneficia en gran medida a las sociedades de acogida, aunque a
menudo sigue estando impulsado por percepciones mal informadas que, a su vez,
pueden dar lugar a un antagonismo público hacia la migración. Los migrantes, de
hecho, suelen impulsar la población en edad de trabajar, apoyan el desarrollo del
capital humano y el progreso tecnológico de los países receptores, y contribuyen
más en impuestos y cargas sociales de lo que reciben en prestaciones.

Además, la evidencia sobre la centralidad de las remesas de las personas


migradas en sus países de origen es innegable. El dinero se destina a apoyar a las
familias y a las comunidades locales, pero también puede apoyar el acceso a los
servicios sanitarios y la inversión en nuevas empresas, al presentar un activo
importante para configurar la distribución de la renta del país12. Además, al

11 Documentos de la ONU, Hacer que la migración funcione para todos, Informe del Secretario General

(A/72/643), 2017.

12 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)/Organización Internacional del

Trabajo (OIT), How Immigrants Contribute to Developing Countries' Econo- mies, 2018, OECD Publishing
contrarrestar el fenómeno de la fuga de cerebros, los emigrantes que regresan traen
y transfieren nuevas ideas, habilidades y conocimientos, valores y prácticas que
pueden mejorar los resultados económicos y políticos en su país de origen. Y no
menos importante, la migración reduce la presión sobre los recursos naturales de,
incluidos los suministros de alimentos y agua (no debemos olvidar que a menudo la
falta de recursos es la causa de la propia migración, como se ha mencionado
anteriormente).

No cabe duda de que, dada la importancia que reviste el fenómeno


migratorio y la forma en que afecta a todos los aspectos de la sociedad, los propios
inmigrantes deben tener voz en este debate, y tener la oportunidad de contribuir a
la aplicación de políticas eficaces, especialmente a nivel de inclusión social.

3.2. Sociedades interculturales y multiculturales

El tema de la identidad cultural ha sido central en el debate sobre la


transformación multidimensional de nuestra sociedad que se ha visto cada vez más
como un espacio común durante el siglo XXI. La identidad cultural es el sentimiento
de pertenencia a un determinado grupo o sociedad que comparte la misma
nacionalidad, etnia, religión, clase social, lengua, o a cualquier tipo de grupo social
que tenga una cultura propia y diferenciada. La identidad cultural es tanto una
característica individual como un rasgo colectivo de un grupo cuyos miembros
comparten también la misma forma de ser. Por lo tanto, la identidad cultural no sólo
nos define a nosotros, sino también a cómo los demás deciden definirnos.

La diversidad cultural es, de hecho, un hecho que caracteriza a las


sociedades contemporáneas. La globalización ha tenido la ventaja de conectar
culturas, permitiendo a las personas viajar y moverse por el mundo, sumergiéndose
en la cultura de acogida y experimentando el gran valor que la cultura aporta a la
sociedad. Un valor que hay que potenciar y no un problema que hay que eliminar.
No obstante, del plus de enriquecimiento del plus de enriquecimiento la
globalización parece reforzar la hegemonía de la cultura y los valores occidentales,
que a menudo se consideran la norma frente a los "otros", impulsando las
costumbres y el consumo hacia la perspectiva más dominante e influyente.
La forma en que las sociedades se han adaptado a la presencia de culturas
coexistentes en el mismo espacio común ha cambiado a lo largo de los años,
siguiendo principalmente dos enfoques diferentes: el multicultural describe la
presencia de diversos grupos que comparten un marco común en el mismo espacio
social, deseosos de mantener aspectos relevantes y reconocibles de su diferencia.
Por otro lado, el intercultural hace hincapié en la interacción, la comunicación y las
relaciones entre culturas, con el fin de crear confianza y colaboración (un paso
adelante lo da el transculturalismo, según el cual las diferencias reconocidas pueden
conducir a cambios individuales, pero no a transformaciones colectivas. Este
enfoque se refiere a las respuestas particulares de las distintas culturas a un mismo
problema, y no pretende necesariamente unir a las culturas).

El multiculturalismo ha caracterizado a las sociedades humanas durante


decenas de miles de años. Se intensificó en los años 80, principalmente a raíz de la
escalada de los procesos de globalización capitalista. Las personas migradas añaden
a las diferencias ya presentes en los territorios (migraciones internas, minorías,
diferencias lingüísticas y culturales, etc.) otros elementos de diversidad que hacen
que la sociedad adquiera un aspecto cada vez más polifacético13. Sin duda, la
diversidad aporta un gran valor en términos de impulso a la innovación y la
creatividad, fomentando la adaptabilidad, la empatía y la tolerancia, pero, por otro
lado, puede percibirse como una amenaza, que refuerza los estereotipos, y conduce
al extremismo.

Como ya se ha mencionado, el multiculturalismo se refiere a las sociedades


en las que coexisten e interactúan diferentes culturas en espacios comunes como
los lugares de trabajo, las escuelas y los lugares de reunión pública. El término revela
un enfoque descriptivo de la realidad, como una fotografía captar lo que existe en
un momento determinado. Por tanto, esta perspectiva es limitada porque se basa
en una conciencia estática de las diferencias culturales. Las diferencias culturales se
consideran "hechos absolutos" que deben discutirse y negociarse en función de la
situación y las necesidades, cuando no hay que suponer que las culturas sean

13 Sobre las sociedades plurales: J.W. Berry, Integración y multiculturalismo: Caminos hacia la solidaridad

social, en Papers on Social Representations, volumen 20, pp. 2.1-2.21, 2011.


inmutables. Las culturas cambian y se entrelazan constantemente en relación con
los con-textos en los que operan.

Partiendo de un supuesto incorrecto, el multiculturalismo ha revelado sus


limitaciones en la potenciación de las diferencias14, pero por el contrario ha
conducido a la creación de identidades confinadas, que con el tiempo han originado
formas de segregación en aras de la defensa de una homogeneidad nacional
histórica15. Del mismo modo, el enfoque multicultural puede ser problemático
cuando la adaptación al nuevo país exige una renuncia a la propia identidad cultural
con el fin de asimilarla16.

La asimilación puede parecer el auténtico objetivo del compromiso


comunitario, en lugar de una apertura colectiva a nuevas ideas y perspectivas.
Afortunadamente, a medida que los migrantes del Sur al Norte se organizan y
desarrollan un discurso público, se impugna la imposición de la cultura europea y su
supremacía sobre las demás, así como el legado de los procesos de colonización y
descolonización. Las voces de los migrados en Europa reclaman el reconocimiento
de las diferencias como formas legítimas de práctica e interacción social, y la
voluntad de no querer asimilarse a toda costa.

Las políticas multiculturalistas en Europa, y en particular en el Reino Unido -


donde más se ha elaborado el valor normativo del concepto de
multiculturalismo- han tenido dificultades para evolucionar desde la fase
inicial de elaboración. La secuencia más visible son los violentos disturbios
urbanos que tuvieron lugar en las ciudades de Oldham, Burnley y Bradford
en 2001, donde las divisiones sociales se tradujeron en un conflicto racial

14W. Kymlicka, Multiculturalismo: Success, Failure and the Future, Migration Policy Insti- tute, 2012.
15S. Hasanaj, Multiculturalismo vs. Interculturalismo: ¿Nuevo paradigma? (Sociologic and Ju- ridical
Aspects of the Debate between the two Paradigms), en Journal of Education & Social Policy Vol. 4, No. 2;
2011.

16 Nicolas Sarkozy dice que las personas migradas deben "hablar francés" y ataca el burkini "medieval".

Disponible en: https://www.independent.co.uk/news/world/europe/nicolas-sarkozy-presi- dent-


immigrants-should-speak-french-attacks-medieval-burkini-a7318016.html
entre las comunidades asiáticas y musulmanas, y los grupos nacionalistas17.
En los últimos años, los sentimientos antiinmigración, junto con la elevada
tasa de desempleo y un fuerte sentimiento de insatisfacción con respecto a
las instituciones democráticas, parecen haber contribuido al auge de los
partidos neofascistas y de extrema derecha, cuya retórica antiinmigración ha
ido creciendo en poder e influencia en casi todos los países de la Unión
Europea. Los flujos migratorios subsiguientes e intensificados, especialmente
en las regiones fronterizas de la UE, han vuelto a plantear la urgencia de las
cuestiones de inclusión. No es casualidad que el debate sobre la migración
haya estado dominado en los últimos años por la cuestión de la identidad. No
cabe duda de que, sobre todo ante los retos de la globalización, hay que
valorar el legítimo pluralismo identitario para enriquecer una sociedad y
desactivar los potenciales conflictos entre las comunidades que tienden a
encerrarse en enclaves. Y es precisamente este conflicto potencial el que
rechaza el enfoque intercultural, dando la posibilidad a cada individuo de
encontrar un nuevo espacio identitario a través del diálogo. En la última
década, la interculturalidad no sólo ha sido definida como el nuevo enfoque
para la gestión de la diversidad cultural en las sociedades democráticas
liberales, sino que también se considera cada vez más una condición previa
para el éxito de la labor social y educativa. Esta nueva categoría propone un
concepto de interacción basado en:

• aprender unos de otros en una interacción dinámica;

• hacer hincapié en la comunicación y el diálogo más allá de las fronteras


étnicas y culturales;

• preferir lo local a lo nacional como lugar de intervención política e


intercambio interpersonal.

17 M. Angelikis, E. Arvanitis, El multiculturalismo en la Unión Europea: A Failure beyond Re- demption?,

en International Journal of Diversity in Organisations, pp. 1-18, 2019.


A partir de allí, el término interculturalismo se ha utilizado ampliamente en
muchos programas para la inclusión de las minorías culturales18, y el diálogo
intercultural ha sido fuertemente fomentado por la Unión Europea desde 2008,
cuando el Consejo de Europa aprobó el Libro blanco sobre el Diálogo Intercultural19,
que ha declarado el interculturalismo como base de la identidad europea20.

¿Desde dónde construimos la identidad cultural?

¿Cómo nos relacionamos con nuestra propia cultura y, en consecuencia,


con las demás? ¿A quién corresponde el protagonismo en el desarrollo y
fortalecimiento de las sociedades interculturales?

Sin duda, la educación, que desempeña un papel fundamental en la forma


en que cada persona se relaciona con las diferencias culturales y que, como se indica
en el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible21, debe ser de alta calidad, inclusiva y
equitativa para 2030.

Algunos sistemas escolares europeos ya han empezado a trabajar en mayor


o menor medida en la promoción de valores interculturales entre los jóvenes.22 Los

18 El enfoque ha sido muy popular en Alemania y los Países Bajos (es decir, Estados poliétnicos), donde

la preocupación por el asentamiento de las personas migradas poscoloniales -la mayoría de ellos de
origen musulmán- y sus formas de integración, incluida la expresión y organización de las identidades
colectivas, sus reivindicaciones de representación y el reconocimiento, ocupan un lugar central en el
debate público.
19 Consejo de Europa, Libro Blanco sobre el diálogo intercultural "Vivir juntos como iguales en la dignidad",

2008.

20 CE, Educación Inclusiva en: ttps://ec.europa.eu/education/policies/european-poli- cy-

cooperation/inclusive-education_en

21 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, Objetivo 4: Garantizar una educación de calidad inclusiva

y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, en:


https://sdgs.un.org/goals/ goal4

22 Según el Informe Eurydice 2019: "En Suecia e Italia, (la interculturalidad) es un principio que sustenta

todo el currículo: se considera una respuesta educativa, que concierne a todos los alumnos, a la creciente
dimensión multicultural de nuestras sociedades. En Alemania (Brandemburgo), España (Comunidad
Autónoma de Cataluña), Austria y Finlandia, la educación intercultural se promueve como un tema
transversal; y las asignaturas a través de las cuales debe desarrollarse se indican en los currículos. Por
último, en Francia, Eslovenia y el Reino Unido, la educación intercultural se imparte a través de
asignaturas específicas, en particular la educación para la ciudadanía”.
objetivos son: desarrollar el respeto por los diferentes estilos de vida, cultivar el
compromiso con la igualdad, ir más allá de la mera conciencia de un crisol de
culturas, para sentar las bases de una sociedad intercultural. Por supuesto, si la
educación intercultural se limita a apoyar la diversidad, no obtendrá resultados
significativos, sino que, por el contrario, debe establecer las condiciones para que la
diversidad florezca. En aras de la inclusión cultural, es necesario no sólo conocer las
culturas, sino también desarrollar la simpatía por ellas. En este punto, aún queda
mucho camino por recorrer, y el éxito de este proceso se ve socavado por los
partidos de extrema derecha que con su retórica nacionalista fomentan las
divisiones y hacen que el camino de la integración sea cada vez más fragmentario a
nivel europeo.

La educación intercultural se configura no sólo como una estrategia de


inclusión dirigida a las personas migradas, pues sería reduccionista, sino como una
verdadera filosofía capaz de impregnar todo el sistema educativo a cualquier nivel.
No puede ser un simple añadido a los planes de estudio. Debe afectar al entorno de
aprendizaje y a los procesos educativos en su conjunto, como la vida escolar, la
formación y capacitación de los profesores23, los métodos de enseñanza, los
materiales didácticos y, sobre todo, las interacciones con los alumnos, a los que la
educación debe prestar especial atención.

Es necesaria una actitud comunicativa que tenga en cuenta el enfoque de


aprender a hacer y aprender a ser24, con el objetivo de potenciar las diferencias
individuales y socioculturales y el desarrollo de la autoconciencia:

• Aprendizaje cooperativo -compartir el bagaje individual, cultural y


experiencial-.

23 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), La enseñanza

inclusiva: preparar a todos los profesores para enseñar a todos los alumnos, 2020.

24 UNESCO, Directrices sobre la educación intercultural, 2006: "[...] la educación debe basarse
ampliamente en los pilares de: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender
a ser".
• Tutoría entre iguales

Se conseguirá un mejor resultado en el fortalecimiento de la base social de


forma inclusiva, cuando la educación intercultural ya no implique sólo a los sistemas
escolares, sino a todos los ecosistemas sociales que reflejan las diversidades
culturales, lo que acabará afectando a la sociedad civil en su totalidad. Las escuelas
podrían tener un impacto máximo si establecen una cooperación con socios
externos, y la comunidad educativa debería interactuar directamente con
asociaciones, organizaciones y movimientos e instituciones juveniles.

En este contexto de apertura educativa, el concepto de educación


ambiental (EA), puede mostrar su potencial. Desgraciadamente, es un tema que a
menudo se descuida, pero su enfoque holístico e interdisciplinario dirigido a crear
ciudadanos responsables podría sin duda ayudar a dar un impulso al enfoque
intercultural de la educación. Al concienciar sobre los problemas que afectan al
medio ambiente del que todos dependemos, así como sobre las medidas que
podemos tomar para mejorarlo, la educación ambiental anima a los estudiantes a
investigar diferentes aspectos de las cuestiones, fomentando la tolerancia y
complementariedad de los distintos puntos de vista y de los diferentes enfoques del
tema. La educación ambiental promueve un sentido de conexión a través de la
participación de la comunidad, involucrando a expertos e instalaciones para ayudar
a reunir a la comunidad para entender y abordar los problemas ambientales con
medios más amplios.

3.3. Enfoques interculturales:

Sensibilidad intercultural y modelos de aculturación

La aculturación se define como el conjunto de fenómenos que resultan del


hecho de que grupos de individuos de diferentes culturas entren en contacto
continuo y directo con los cambios que se producen en los patrones culturales
originales de uno o ambos grupos25.

La aculturación se produce cuando dos personas o grupos de personas de


diferentes culturas se encuentran, e incluye choques culturales. Por cultura,
entendemos la cultura de cada individuo: está formada por el país en el que una
persona ha crecido, pero también por su familia, su religión, su educación y sus
experiencias. Es una parte integral de la identidad de una persona. Así, dos personas
que han crecido en el mismo país pueden tener culturas radicalmente diferentes.

ASIMILACIÓN INTEGRACIONISMO
COMUNICACIÓN

MARGINACIÓN/ SEPARATISMO/
EXCLUSIÓN SEGREGACIÓN
IDENTIDAD

En 1980, John W. Berry diseñó una tabla que simplifica las diferentes
"estrategias de aculturación". El eje vertical representa el grado de comunicación
con la cultura de acogida y de aprendizaje de la misma, mientras que el eje
horizontal representa el grado de conservación de la propia cultura dentro de uno
mismo. Por ejemplo, si una persona es capaz de aprender de la cultura local y a la
vez preservar su propia identidad cultural, está en proceso de integración. Si reniega
de su cultura original y aprende de la cultura local, se encuentra en un proceso de
asimilación.

El modelo anterior proporciona un marco teórico para entender cómo se


experimenta subjetivamente la aculturación. El supuesto no subyacente es que la
diferencia puede experimentarse de varias maneras, pero debe procesarse para

25 Redfield, R. y otros (1936). Memorandum for the study of acculturation, American An- thropological

Association. Disponible en: https://anthrosource.onlinelibrary.wiley.com/


doi/10.1525/aa.1936.38.1.02a00330. Consultado (mayo de 2021).
26
aumentar el potencial de la conciencia intercultural , las etapas no son lineales
pero el objetivo es la integración.

Para las personas migradas, el entorno sociocultural también desempeña


un papel importante en el proceso de aculturación, que es una dimensión olvidada
en el modelo de Berry (en la ficha, no hay espacio para la actitud de la cultura de
acogida hacia el inmigrante). A veces, el trabajo o el aula son los únicos momentos
en los que las personas migradas pueden experimentar la aculturación, porque viven
e interactúan principalmente con personas de su cultura de origen o porque la
sociedad de acogida puede ser muy difícil de penetrar. Por tanto, la calidad de estos
momentos es fundamental para que puedan elegir la estrategia adaptada a su
situación que les lleve gradualmente a la integración (que sólo es posible en una
sociedad abierta, la persona por sí sola no puede integrarse).

Las personas recién llegadas no siempre pueden elegir plenamente su


estrategia de aculturación, especialmente si pertenecen a grupos minoritarios. Es
importante que la sociedad de acogida esté dispuesta a facilitar este proceso
participando en él.

Además, la palabra "integración" se discute mucho hoy en día. En el modelo


de Berry, la integración significa poder/permitir conservar la propia cultura y, al
mismo tiempo, recoger aspectos de la cultura de acogida para hacerla propia. Pero
en los debates públicos actuales, la palabra "integración" se utiliza a veces para
hablar de una adaptación forzada de una persona inmigrante a la cultura local. Por
ello, algunos prefieren la palabra "inclusión" para indicar un proceso en el que se
conserva la cultura original.

Otra forma de ver el proceso de aculturación es el modelo de sensibilidad


intercultural: creado por Milton Bennett, este modelo proporciona un marco teórico
para entender y evaluar cómo experimentamos subjetivamente las diferencias. El
modelo que se presenta a continuación es un proceso de seis etapas de

26
Sandu, O. y Lyamouri-Bajja, N. (2013). El aprendizaje intercultural, un enfoque educativo para la
transformación social. Revista Más Educación. Vol IX, No. 2, pp.81-89. Disponible en :
https://www.researchgate.net/publication/272943354_Intercultural_Learning_-_An_
Enfoque_educativo_de_transformación_social. Consultado (mayo de 2021).
sensibilización intercultural, aunque no existe necesariamente una progresión lineal
durante el proceso de aculturación que conducen a la integración. Tres etapas son
etnocéntricas (evitan la diferencia cultural) y tres etapas son más etnorelativas
(buscan la diferencia cultural). El supuesto subyacente es que las diferencias deben
ser experimentadas y luego procesadas para aumentar el potencial de la
competencia intercultural y evocar cambios en los niveles de sensibilidad
intercultural.

INTEGRACIÓN
ADAPTACIÓN
ACEPTACIÓN
MINIMIZACIÓN
INVERSIÓN
DENEGACIÓN DE LA
DEFENSA

Ambos modelos pueden utilizarse para pensar en la aculturación en todos


los ámbitos de la vida, incluida la adaptación a un nuevo entorno físico, pero también
a nivel de adaptación a las cuestiones sociales y a las luchas del país de acogida. Poco
a poco, las personas migradas se adaptan a su nuevo entorno físico y empiezan a
comprender los problemas que están en juego, aquello por lo que lucha la población
local. Algunos de ellos pueden sentir el deseo de formar parte de la sociedad a través
de estos temas y luchas. Así pues, la Interculturalidad Verde trata de profundizar en
los procesos de aculturación en esos ámbitos (adaptación al nuevo entorno físico y
contacto con las formas locales de luchar contra los problemas medioambientales y
sociales).

¿Cómo puede la acción medioambiental facilitar el proceso de aculturación?

¿Cómo puede la aculturación, desde el punto de vista de la sociedad, ser un medio


para desarrollar una acción medioambiental?

3.4. Choques culturales e incidentes críticos


En una sociedad más intercultural, en la que se reúnen e interactúan
personas de diferentes orígenes culturales, los choques culturales (también
llamados incidentes críticos) son inevitables. Los choques culturales son inherentes
a los encuentros interculturales y la comprensión de lo que son es esencial para
adquirir competencias interculturales, como profesionales que trabajan en un
contexto intercultural o como miembros de una sociedad multicultural o
intercultural.

Para ello, primero tenemos que ser conscientes de lo que es la cultura y de


cómo afecta a nuestra vida cotidiana. La cultura puede representarse de muchas
maneras. Una de las metáforas más comunes para explicar la complejidad de la
cultura es el iceberg. Cuando vemos un iceberg, la parte que se ve por encima del
agua es, en realidad, sólo un pequeño trozo de un todo mucho mayor. Se puede ver
la parte superior (alrededor del 10%), pero el 90% de su masa está bajo la superficie.
Esta metáfora fue desarrollada por el antropólogo Edward T. Hall en los años 70.27

¿Qué podemos encontrar en la parte visible del iceberg cultural? Podemos


encontrar todas las manifestaciones culturales que se nos presentan
inmediatamente cuando interactuamos por primera vez con una nueva cultura:
formas de vestir, rituales, lengua, literatura, comida, etc.

Sin embargo, ninguno de los elementos visibles puede tener un sentido real
sin comprender las causas subyacentes de lo que vemos, oímos, saboreamos, etc.
¿Y qué se esconde en el fondo del iceberg? Elementos como las creencias, las
normas de relación, las suposiciones, las nociones de limpieza, los roles de género,
los valores, las representaciones de la belleza, etc.

La representación del iceberg también es útil para comprender la


complejidad de la identidad. En esta perspectiva, al igual que la cultura, la identidad
se compone de múltiples elementos, desde sus aspectos más visibles y manifiestos
hasta los menos visibles y profundos. Para entender a una persona, hay que ir más
allá de los hábitos y la apariencia, y tratar de tomar conciencia de los valores, las
normas y los bienes que hay debajo de sus aspectos visibles. De hecho, cuando nos
relacionamos con los demás, son nuestros "icebergs" los que interactúan. Cuanto
más diferentes sean nuestros icebergs, más probable será que surjan
malentendidos. Un concepto importante para entender mejor los problemas de

27
Hall, E. T. (1976). Más allá de la cultura. New York Anchor Press/Double day.
encuentros interculturales es que todos somos etnocéntricos. En otras palabras,
todos estamos determinados por nuestro propio contexto cultural y social.

La cultura es como un par de gafas que no nos podemos quitar. Ser


etnocéntrico significa que sólo podemos ver el mundo a través de nuestro propio
par de gafas. Y no nos damos cuenta de la existencia de nuestros propios valores y
normas culturales hasta que se cuestionan o se ponen en duda.

Basándose en este concepto, la psicóloga francesa Margalit Cohen-


Emerique28 ha desarrollado una metodología útil para facilitar los encuentros
interculturales y la resolución de conflictos en situaciones profesionales. La
particularidad de este enfoque es que reconoce que, en todos los conflictos
culturales, hay dos partes implicadas y que un conflicto nunca puede reducirse ni
explicarse por la extrañeza del otro, sino por la interacción de dos marcos de
referencia culturales diferentes.

Esta metodología abre el espacio para una mejor comprensión de cómo


nuestro propio marco cultural da forma a la interacción. También nos ayuda a
alcanzar cierto grado de neutralidad cultural, lo que permite una mejor negociación
de posibles soluciones a través del análisis de las experiencias de choque cultural.

¿Qué es un choque cultural?

Se trata de una interacción con una persona u objeto de una cultura


diferente, situada en un espacio y un tiempo determinados, que provoca reacciones
cognitivas y afectivas negativas o positivas, una sensación de pérdida de puntos de
referencia, una representación negativa de uno mismo y un sentimiento de falta de
aprobación que puede dar lugar a malestar y enfado.29

Cuando dos icebergs chocan, los valores enterrados salen a la luz y pueden
tener dificultades para comunicarse. Estas dificultades de comunicación pueden

28 Cohen-Emerique, M. (2011). Para un enfoque intercultural en el trabajo social. Teorías y prácticas.

Francia: Prensa de la EHESP

29 Cohen-Emerique, M (1999). "Le choc culturel, méthode de formation et outil de re- cherche", en J.

Demorgon & E.-M. lipiansky (dir.), Guide de l'interculturel en formation, Paris : Retz, pp. 301-315.
manifestarse en acciones cotidianas como saludar al otro. Por ejemplo, una persona
A está hablando con una persona B: A puede evitar encontrarse con los ojos de B
para no parecer intrusivo o grosero. B se sentirá entonces desestabilizado y
devaluado porque mirar a una persona a los ojos es importante para ella. Sin
embargo, puede tratarse del mismo valor de respeto que A y B están tratando de
expresar en realidad, un choque cultural es una situación preciosa para tomar
conciencia de la parte invisible de nuestro propio iceberg, para comprender mejor
nuestras gafas culturales con las que filtramos nuestra lectura de la otra persona.
Tomar conciencia primero de nuestra propia cultura puede ayudarnos a ser
conscientes de nuestros prejuicios y a disminuir las suposiciones simplistas sobre los
demás. Esto ocurre mediante lo que llamamos "descentramiento", que es el primer
paso de la metodología de Margalit Cohen-Emerique. Una vez que hemos hecho
evidente nuestro propio marco cultural, estamos preparados para pasar al segundo
paso: "descubrir el marco de referencia del otro". Los objetivos de este movimiento
son ir más allá de las suposiciones simplistas y los estereotipos, y tratar de tomar
conciencia de los valores culturales, las normas y los patrones del otro.

El último paso es la "negociación": encontrar una solución a un problema


concreto de forma que se respete al máximo la identidad de ambas partes. Muchas
veces, conocer las razones ocultas detrás del comportamiento del otro disminuye la
"amenaza" a nuestra identidad profesional y permite que la comunicación continúe
en mejores condiciones.

El enfoque intercultural de Cohen-Emerique se basa en tres pasos, cada


uno de los cuales se basa en diferentes métodos y herramientas de formación y
requiere el desarrollo de diferentes competencias por parte de los profesionales.

Tras el análisis de cada uno de estos tres pasos, el método de incidentes


críticos crea las condiciones de oportunidad para fomentar y desarrollar el diálogo
intercultural, así como para facilitar la resolución de conflictos en el contexto
profesional. Esta metodología nos permite abordar las cuestiones de diversidad de
forma constructiva, considerando las situaciones interculturales como
oportunidades de aprendizaje profesional y personal.
Medio ambiente: sustantivo
ES. /ɪnˈvaɪ.rən.mənt/

1. FR. (entornoa) aquello que rodea todos los lados


2. ES. (naturaleza) El mundo de la naturaleza y toda la
tierra, el agua, el aire y la Tierra.
4. La relación entre el medio ambiente,
los valores culturales y la identidad
4.1. Qué es el "medio ambiente": definición y visiones en las
culturas del Norte y del Sur
Empecemos por una definición general extraída de un diccionario francés:
"El medio ambiente es lo que nos rodea por todas partes". En un diccionario inglés,
la primera definición es "el mundo de la naturaleza y toda la tierra, el agua, el aire y
la Tierra". En la versión inglesa, la idea de naturaleza está claramente presente.

Dependiendo de las disciplinas que utilicen este término, el entorno puede


tener un significado diferente, o al menos específico. Cuando se utiliza con un
adjetivo, especifica su predilección. Se puede hablar entonces de entorno social o
económico. Sea cual sea el significado, cuando se trata del medio ambiente, la
cuestión de su protección está cada vez más presente. ¿Qué es lo que intentamos
proteger? ¿Existe una distinción clara y tajante entre las culturas del Norte y las del
Sur en cuanto a lo que es el medio ambiente y la relación que las poblaciones tienen
con él? En todas las disciplinas, "la caracterización del individuo depende de su
entorno y viceversa, en función de múltiples interacciones, de naturaleza muy disímil
(físicas, químicas, biológicas, alimentarias, sociales, etc.)" (Charvolin, 2016). En este
sentido, el medio ambiente es distinto de la naturaleza, que podría entenderse en sí
misma, en su unidad, donde el medio ambiente es por definición un concepto de
relación. Es el entorno de algo, de un sujeto, ya sea este sujeto una planta OMG, un
humano o toda la humanidad.

Cuando nos cuestionamos las definiciones del medio ambiente en los


países del Norte y del Sur, nos referimos al concepto de cultura. En efecto, ¿qué
puede ser más pertinente que la cultura para expresar una definición?

Sin embargo, ¿es posible definir cuáles son las culturas del Norte y del Sur?

Para Malcolm Ferdinand (2019), esta dicotomía forma parte de una


fractura mayor del mundo:
"La división colonial separa a los seres humanos y a los espacios
geográficos de la Tierra entre los colonos europeos y los colonizados no
europeos, entre los blancos y los no blancos, entre los cristianos y los no
cristianos, entre los amos y los esclavos, entre las metrópolis y las
colonias, entre los países del Norte y los países del Sur".

Para ir más lejos, el uso de distinciones geográficas para definir a los


pueblos se emplea a menudo como una forma de estigmatizar a quienes han
experimentado un viaje migratorio.

"La relación con el otro-extranjero (contextualmente, el migrante


africano) dentro de los países ex-coloniales, considerada a largo plazo,
muestra claramente que en realidad, las categorizaciones geográficas
traducen procesos de naturalización de la diferencia, especialmente al
encerrar a los individuos en determinaciones que son a la vez culturales,
históricas y económicas. Para seguir existiendo, estos procesos de
distinción deben apoyarse en diferencias culturales supuestamente
irreductibles. Estas formas de tratar al Otro contribuyen a la perennidad
de la distinción Norte/Sur, en la medida en que la geografía parece así
irremediablemente inscrita en cada persona bajo la forma de una
determinación genealógica". (Fouquet, 2007)

En definitiva, hablar de las visiones del Norte y del Sur sería hablar de las
culturas occidentales y no occidentales. Los países de los que procede el capitalismo
y los países de los que vive el capitalismo.

En este contexto, nos parece muy complicado determinar una visión común
para los países del Norte y del Sur sin entrar en una esencialización de estas
poblaciones.

Además, en un contexto de globalización, la idea de dos mundos distintos,


el del Norte y el del Sur, parece obsoleta. Como ya se ha dicho, los modelos
culturales deben entenderse en la complejidad de sus interrelaciones y encuentros.
Además, podría ser interesante cuestionar las formas de habitar el mundo, y el
modo en que este hábitat configura y modela nuestra definición y nuestra
experiencia del entorno. En este sentido, exploraremos diferentes corrientes de
protección del medio ambiente en todo el mundo.
En primer lugar, descubramos la relación con la naturaleza en las
sociedades humanas con el antropólogo Philippe Descola, antiguo alumno de Levi-
Strauss, cuyas teorías ha superado. Según él, no existe una distinción universal entre
naturaleza y cultura, sino varias relaciones con el mundo. Este análisis lo extrae de
su trabajo antropológico, que se basa en sus observaciones etnográficas. Ha
trabajado especialmente con los pueblos indígenas del Amazonas. También nos
basaremos en sus ontologías, que son, según él, las formas en que "los humanos
perciben continuidades y discontinuidades en el mundo" (Descola, 2019): animismo,
totemismo, analogismo y naturalismo. En estas diferentes experiencias del mundo,
las continuidades o discontinuidades varían.

En el animismo, que se encuentra entre los pueblos amazónicos, pero


también en América del Norte, Siberia, en ciertas regiones del sudeste asiático y en
Melanesia, no hay discontinuidad entre los humanos y los no humanos, ya que se
considera que todos tienen alma. Por tanto, las clasificaciones utilizadas para los
humanos son las mismas que para los no humanos. La discontinuidad se produce
entonces en los mundos de la experiencia física, ya que las diferentes entidades
tienen mundos físicos distintos: el mundo sensible del hombre no es el mismo que
el de la planta o el del pájaro.

Lo interesante de la investigación de Philippe Descola, es la idea de que


bosques como el Amazonas, considerados por el público en general como espacios
vírgenes y naturales, son en realidad moldeados por el hombre a través del trabajo
secular de estos pueblos que no han dejado de practicar una técnica mixta de
jardinería de tala y quema y el cultivo de plantas silvestres en el bosque. Todo ello
en armonía con esos otros habitantes no humanos del bosque. En esta visión, la
noción de entorno pierde su sentido, ya que no es una sociedad la que busca
adaptarse en su entorno, sino "un colectivo de humanos que mantiene relaciones
con colectivos no humanos" (Descola, 2019).

Con el totemismo, los grupos de individuos se basan en cualidades físicas y morales


compartidas por todos los miembros de un grupo de humanos o no humanos, como
los rápidos o los lentos, los redondos o los angulosos. La continuidad se hace aquí
en la presencia de esta cualidad dentro de un grupo. El totemismo se encuentra
especialmente en Australia. El analogismo gira en torno a una visión del mundo
basada en una visión transitiva de las cosas y de los seres en relación con los demás.
Esta sería la ontología prenaturalista de los europeos, y la de gran parte de África y
del Extremo Oriente.

En la visión naturalista propia de Occidente, la gran discontinuidad proviene


de las aptitudes morales y cognitivas, que hacen del hombre un ser distintivo,
dotado de cultura. La continuidad proviene de la naturaleza y de las leyes que la
rigen: la gravedad, la química molecular, etc. De esta visión naturalista del medio
ambiente proceden las tradiciones occidentales de protección del medio ambiente.
Una tradición centrada en los espacios naturales, una naturaleza virgen que hay que
preservar, de la que nace la cultura de los parques naturales regionales en los que
se regula la acción del hombre. De nuevo vemos la discontinuidad entre naturaleza
y cultura. En muchos de estos parques viven pueblos indígenas, cuyas tradiciones
son despreciadas por ser contrarias al principio de protección de este entorno
natural, especialmente con la prohibición de la caza de especies en peligro de
extinción.

Hasta los años 90, la visión que prevalecía en los países occidentales sobre
lo que es el medio ambiente y cómo debe protegerse, era un punto de vista muy
cartesiano, afectado por una visión científica del mundo. Se trata de responder de
forma matemática con herramientas legislativas y jurídicas. Pero esta visión de la
ecología, dejada en manos de los expertos, se vio trastocada en los años 90 cuando
se tuvo en cuenta el aspecto social y se empezaron a notar los impactos ambientales
en la alimentación y otras industrias relevantes.

Sin embargo, algunos pensadores fueron más allá al cuestionar nuestra


relación con la naturaleza, planteando el problema ambiental como una cuestión
ética, y la crisis ecológica como la consecuencia de un capitalismo insidioso y una
sociedad consumista (Afeissa, 2016). Aquí se asume que cualquier cosa y cualquier
ser tiene un valor intrínseco independientemente de la utilidad que pueda tener
para los humanos. En esta línea de pensamiento, se va más allá de una visión de la
naturaleza como recurso, se señala el antropocentrismo intrínseco a la cultura
occidental, y se pide que para resolver la crisis ecológica, debemos descentralizarnos
de nuestra posición de ser humano-superior.

Con Arne Naess, el padre de la ecología profunda, la ecología pasa al


siguiente nivel, ya que reclama una revolución metafísica en la que la noción de
medio ambiente pierde su sentido al estar de nuevo demasiado centrada en el ser
humano. Prefiere hablar del medio con la idea de que al nombrar el mundo,
sesgamos su realidad. Esta realidad está totalmente contenida en el continuo
hombre-naturaleza, y en las relaciones que los distintos elementos de lo vivo
mantienen entre sí. Esta visión nos recuerda a la cosmovisión amazónica, y nos hace
entrar en lo que comúnmente se llama eco espiritualidad. Este movimiento se nutre
de las poderosas nuevas olas que se extienden por los países occidentales desde los
años 70, y que Aurélie Choné (2016) resume "Exaltan otra forma de conocimiento,
[que es] cualitativa, global, simbólica e intuitiva, basada en el despertar espiritual.
Frente al diferencial Norte-Sur, la insostenibilidad de los recursos, las catástrofes
periódicas [...] subrayan la urgencia [...] de la conciencia medioambiental." La Tierra
se convierte entonces en una casa en la que las tradiciones occidentales deben
encontrar nuevas formas de vivir. Si esta ecoespiritualidad se apoya en pensadores
occidentales como Barud Spinoza, también se refiere a pensadores del Sur como
Mahatma Gandhi. Finalmente, el programa de la Fundación Eco espiritualidad
(constituida en el año 2000), describe el retorno buscado a estas filosofías del Sur
dañadas por las masacres de la colonización "[para apoyar] la protección de los
derechos civiles y la salvaguarda de los diversos patrimonios culturales de los pueblos
originarios, a decir verdad, de los pueblos naturales y de las minorías étnicas del
planeta, para que puedan contribuir al patrimonio vivencial y espiritual de toda la
humanidad" (Choné, 2016).

Con estas filosofías, parecería que Occidente ve redimirse por su pasado


destructivo, devolviendo a la sabiduría del Sur todo el poder que le corresponde.
Para Françoise Vergés (2019) la conexión es aún más evidente. Según ella, "el Norte
[es] una creación del Sur". En el sentido de que fue construido "sobre el saqueo de
las riquezas del mundo". Entonces, ¿no es obvio que las formas más innovadoras de
protección del medio ambiente no son más que el reflejo de las sabidurías invadidas
de los pueblos indígenas?.

Una breve digresión a través de los movimientos de las luchas ecológicas


en la India (Guha, 2014) nos permite descubrir una gran diversidad de corrientes, y
que, al final, a veces tienen más similitudes con las luchas del otro lado del mundo
que con las que tienen lugar dentro del mismo país. Las disensiones vuelven siempre
a los factores subyacentes de la crisis ambiental y a las acciones que hay que
emprender para remediarla.
Hay otros factores que pueden arrojar luz sobre las diferentes relaciones
con el medio ambiente que deben ser cuestionadas. Por ello, en los siguientes
apartados exploraremos las razones psicosociales que subyacen a la protección del
medio ambiente, su gestión en términos de políticas públicas y los impactos
diferenciados de los distintos tipos de iniciativas.

4.2 La relación entre la identidad, los valores culturales y las


actitudes o comportamientos medioambientales.
La identidad es un constructo multidimensional que, a grandes rasgos, se
refiere a la idea que una persona tiene de sí misma, como individuo y como entidad
dentro de un contexto social y cultural. Es el conjunto de características biológicas,
psicológicas y sociales que determinan a un individuo en su forma única de ser,
querer y relacionarse con los demás, estableciendo lo que es valioso y lo que no, lo
que se debe hacer o evitar lo que se debe perseguir o a lo que se debe oponer.30

La identidad se refiere a la forma en que las personas responden a la


pregunta "¿Quién soy?" y es el resultado de un proceso interminable que ocurre
tanto consciente como inconscientemente, moviéndose entre la autopercepción y
la percepción de los demás: cada vez que decimos "soy", estamos indicando
implícitamente una diferencia o delimitación en relación con los demás. Este
concepto suele ponerse en duda en situaciones de crisis, cuando uno se siente
desorientado y ya no está seguro de sí mismo ni de su posición en la sociedad. En
este sentido, la identidad también significa orientación, conocer la posición de uno
en la vida cotidiana, en el entorno y en el mundo.

Las perspectivas sobre la identidad tienden a enfatizar la dicotomía entre


contenidos personales/sociales y procesos personales/sociales. Según este modelo
dualista, la identidad personal es la idea más profunda e íntima que una persona
tiene de sí misma, y está conformada por una vida en continua búsqueda de un
equilibrio que pueda satisfacer sus propias necesidades a la vez que mantiene una

30 Leary, M.R. y Tangney, J.P. (2012). Handbook of Self and Identity. The Guilford Press. Disponible en:

https://dornsife.usc.edu/assets/sites/782/docs/handbook_of_self_and_ identity_-_second_edition_-
_ch._4_pp._69-104_38_pages.pdf
relación de comparación, integración y respeto con el entorno físico y social que la
rodea. Por otro lado, la identidad social viene determinada por los roles que
adoptamos dentro de un determinado contexto, y es precisamente el nivel de
coherencia que existe entre esos roles y nuestros valores lo que contribuye a la
creación de una personalidad integral y segura de sí misma.31

Mientras que las identidades personales se basan en los rasgos, valores y


capacidades individuales, las identidades sociales se reflejan en la posición de la
persona en una red social e influyen en la pertenencia a grupos que se basan en
atributos compartidos, que incluyen tanto rasgos físicos, como el color de la piel,
como rasgos internos, como los valores y las actitudes. La identidad es, por tanto,
ineludiblemente personal y social en su contenido debido a los procesos
socioculturales, relacionales e individuales por los que se forma, se mantiene y se
modifica a lo largo del tiempo.

Si los componentes personales y sociales de la identidad nos hablan de


quiénes somos, cómo pensar o sentir, así como de cómo reaccionar en diferentes
entornos, existe otra dimensión que se expresa en la tendencia a incorporar el
entorno natural a nuestro sentido del yo. Se trata de la llamada identidad ambiental,
que se ha definido como "un sentido de identidad que trasciende al individuo y
abarca la posición de uno como parte de un ecosistema vivo". 32 Representa, por
tanto, el conjunto de características individuales que están fuertemente
influenciadas por el medio ambiente, basadas en las experiencias personales y
colectivas que un individuo ha vivido en él, y que contribuyen a definir la forma en
que cada uno de nosotros se comporta y se relaciona con la naturaleza. 33

31 Gómez, Á. & Vázquez, A. (2015). Identidad personal e identidad social: ¿dos procesos
diferentes o uno solo? / Identidad personal e identidad social. ¿Dos procesos diferentes o uno
solo? , Revista de Psicología Social, DOI:10.1080/02134748.2015.10650

32 Naess, A. (1973). The Shallow and the Deep, Long-Range Ecology Movement. A Sum- mary.

Disponible en: https://iseethics.files.wordpress.com/2013/02/naess-arne-the-sha- llow-and-


the-deep-long-range-ecology-movement.pdf

33Clayton, S. (2003). Identidad medioambiental: Una definición conceptual y otra operativa. En S. Clayton
& S. Opotow (Eds.), Identity and natural environment. 45-66. Cambridge: MIT Press.
De hecho, las actitudes y los comportamientos están íntimamente
relacionados con las tendencias culturales, económicas, científicas y filosóficas que
prevalecen en la sociedad moderna y contemporánea, dominada por la influencia
del paradigma mecanicista34 y sus implicaciones antiecológicas.

La visión occidental del mundo como un sistema mecánico justifica la


manipulación y explotación de la naturaleza, lo que da lugar a una cultura
progresivamente fragmentada y a tecnologías, instituciones y estilos de vida
perjudiciales. Por el contrario, una sociedad que concibe la Tierra como un
organismo vivo y sensible contiene las acciones de los seres humanos dentro de
ciertos límites, ya que realizar acciones destructivas contra ella constituye una
violación ética, estableciendo finalmente un sistema de valores basado ante todo en
comportamientos ecológicos.35

Las personas que hacen un esfuerzo consciente por explorar su identidad


medioambiental se ven a sí mismas como parte integrante de la naturaleza,
superando el marco científico para recurrir a una conciencia intuitiva de la unidad
de toda la vida, de la interdependencia de sus múltiples manifestaciones. El
resultado de este proceso introspectivo es un cambio drástico en los
comportamientos, tanto individuales como colectivos, hacia acciones más

34El paradigma mecanicista newtoniano, también llamado el universo del reloj, es el paradigma científico
que sustenta la ciencia moderna y se caracteriza por su visión materialista y atomista de objetos inertes
aislados (materia) que interactúan de forma lineal de causa y efecto, dando una visión del universo
análoga a la de una gran máquina, o reloj que es a la vez ordenada, conocible y predecible.

35Grierson, D. (2009). The Shift from a Mechanistic to an Ecological Paradigm. The International Journal
of Environmental, Cultural, Economic and Social Sustainability, Volu- me 5, Number 5. Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/279492885_
The_Shift_from_a_Mechanistic_to_an_Ecological_Paradigm
favorables al medio ambiente. Estudios recientes36 37han corroborado este
supuesto, demostrando que los valores pueden influir en las visiones del mundo y
en las creencias, lo que a su vez afecta a las normas personales y al comportamiento,
aunque la relación entre valores y comportamiento es principalmente indirecta. En
este contexto, la identidad medioambiental puede actuar como mediadora y
explicar por qué algunas personas realizan acciones responsables con el medio
ambiente y adoptan comportamientos de protección de la naturaleza más que otras.

Según Schultz (2000)38, existen tres tipos diferentes de actitudes que, en


lugar de indicar si una persona se preocupa o no por las cuestiones
medioambientales, investigan las razones que hay detrás de esta preocupación.

Mientras que las actitudes egoístas giran en torno al individuo por encima
de otras personas y entidades vivas, reflejando una preocupación por los problemas
ambientales para uno mismo (salud personal, bienestar financiero, calidad de vida y
disponibilidad de recursos), las actitudes socio-altruistas se centran en otras
personas aparte de uno mismo, incluyendo amigos, familia, vecindad, generaciones
futuras o la humanidad.

Por último, las actitudes biosféricas se centran en todos los seres vivos,
incluidas las plantas, los animales, los ecosistemas y la biosfera. En otras palabras,
los valores egocéntricos (como el poder, la riqueza, el éxito o la ambición personal)
se asocian con actitudes medioambientales más egoístas, mientras que los valores

36
Balundè, A. et al. (2019). Explorando la relación entre la conexión con la naturaleza, la identidad
ambiental y la identidad propia: Una revisión sistémica y un metaanálisis. Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/332223402_Exploring_the_
Relationship_Between_Connectedness_With_Nature_Environmental_Identity_and_
Environmental_Self-Identity_A_Systematic_Review_and_Meta-Analysis

37Freed, A. (2015). Explorando el vínculo entre la identidad ambiental y la toma de decisiones. Disponible
en:
https://d.lib.msu.edu/etd/3354/datastream/OBJ/download/EXPLORING_THE_ENLACE_entre_los_comp
ortamientos_de_identidad_ambiental_y_la_toma_de_de_decisiones.pdf.

38 Schultz, P. W. (2000). Empatizar con la naturaleza: Los efectos de la toma de perspectiva en la

preocupación por las cuestiones medioambientales. Journal of Social Issues, 56, 391-406
que trascienden el yo (como la apertura de mente, la honestidad, el perdón o la
lealtad) se asocian con actitudes medioambientales más biosféricas.

Al ser el individualismo una piedra angular de la identidad occidental, las


culturas occidentales suelen tener su propia orientación hacia la naturaleza y una
conceptualización específica de las necesidades y los recursos con la que sus
miembros justifican sus estrategias de comportamiento: el medio ambiente se
entiende como un espacio en el que existen abundantes recursos en un equilibrio
estable y global, y la naturaleza es algo que hay que controlar, gestionar y consumir,
partiendo del supuesto de que cuando uno prospera todos los demás se benefician
también. 39

Promover un cambio cultural hacia una mentalidad que valore los objetivos
colectivos por encima de las ambiciones personales es, por tanto, un paso crítico en
las transformaciones globales hacia la sostenibilidad.

Este cambio sólo puede ser impulsado por la mejora de la aceptación


mutua entre todos los grupos culturales con el fin de proporcionar apoyo y estímulo
para el mantenimiento y el desarrollo cultural, al tiempo que se ofrecen
oportunidades para el contacto intergrupal y la eliminación de las barreras a la
participación plena y equitativa en la vida cotidiana de la sociedad en general,
mejorando finalmente las relaciones interculturales.

4.3 Clase social, origen, género y salud: la identidad y el


cambio climático en una encrucijada
La identidad puede explicar en gran medida tanto la desigualdad como el
comportamiento, que son fenómenos sociales muy relevantes para entender las

39
Tulloch, L. (2015). ¿Está Emile en el Jardín del Edén? Ideologías occidentales de la
naturaleza. Available at:
https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1478210314566729
causas y el impacto del cambio climático, así como la acción y la mitigación del
mismo. Por un lado, la identidad está estrechamente relacionada con la desigualdad:

"...hay desigualdades basadas en las características demográficas, como el


género, la raza, la etnia, la religión y la edad. Otro tipo de desigualdad es la
relativa al patrimonio y a los ingresos. Un tercer tipo de desigualdad se
refiere a la toma de decisiones públicas (poder político) y al acceso a los
recursos públicos, como la sanidad, la educación, la vivienda, la financiación
y otros servicios financiados con fondos públicos".

(Daalen, Jung, Dhatt, & Phelan, 2019, p. 2)

Todos los tipos de desigualdades responden a rasgos de identidad: ya sea


un rasgo de identidad heredado (como el género), un rasgo de identidad relacionado
con la salud/el cuerpo (como la edad o la discapacidad), rasgos de identidad
relacionados con el acceso a los recursos o al poder político (como la clase social), o
rasgos de identidad relacionados con grupos culturales (como el lugar de nacimiento
y la etnia), entre otros.

Por otra parte, la identidad también puede explicar el comportamiento en


relación con las causas y los factores del cambio climático, así como la acción (y la
inacción) en relación con el clima. Los grupos dominantes -los que tienen rasgos de
identidad de alto rango40 - tienen una mayor responsabilidad en el cambio climático,
ya que su comportamiento y estilos de vida producen una mayor cantidad de gases
de efecto invernadero (GEI), así como la sobreexplotación de los recursos naturales,
la deforestación, etc. - basados en patrones de consumo marcados por elecciones
nutricionales altamente contaminantes, consumo superfluo y relaciones sociales
mediadas por interacciones productivas (en lugar de reproductivas) (Daalen et al.,
2019; Dietz, Shwom, & Whitley, 2020; Islam & Winkel, 2017). Esta existencia cultural
se basa en lo que llamaremos "subjetividad extractivista".

40 En el contexto europeo actual, los rasgos de identidad social que se identifican como normativos -o

de alto rango- son ser un varón urbano heterosexual cisgénero, sano, de mediana edad y plenamente
discapacitado, nacido en Europa Central o del Norte, con un título universitario, de una clase social
acomodada y una situación económica cómoda. Cuanto más se alejan los rasgos de identidad de la
normatividad predefinida, más minoritaria es la persona, o más baja es su posición.
La conformación de la subjetividad extractivista -que se aplica no solo a
nuestra relación aprendida con la naturaleza, sino también a las relaciones
intergrupales- abarca un conjunto de procesos sociocognitivos y emocionales
(Butler, Laclau y Žižek, 2000; Hooks et al., 2004; Junka-Aikio y Cortes-Severino, 2017;
Zylinska, 2014):

• Objetivación: cuando las vidas humanas y no humanas se perciben como


objetos
• Legitimación: cuando el grupo dominante crea una racionalización para un
reclamo moral sobre aquellos que han sido objetivados
• Mercantilización: cuando el grupo dominante formaliza la propiedad y
establece un sistema de imposición de fuerza para manipular, explotar,
poner precio y comercializar con los objetos (es decir, a través de las leyes,
de los sistemas educativos, de los militares, etc.)
• Obsolescencia: cuando los grupos dominantes determinan que quienes
han sido cosificados ya no tienen valor
• Eliminación: cuando los grupos dominantes descartan lo que queda de los
cosificados, generando la llamada basura.

Ante los impactos del cambio climático, los grupos subalternos -aquellos con
rasgos de identidad de bajo rango que son sometidos al proceso de subjetividad
extractivista por parte de los grupos dominantes- se encuentran en una situación de
desventaja cada vez mayor.

Islam y Winkel (2017) explican:

"Los datos disponibles indican que esta relación se caracteriza por un círculo
vicioso, en el que la desigualdad inicial hace que los grupos desfavorecidos sufran de
forma desproporcionada los efectos adversos del cambio climático, lo que da lugar
a una mayor desigualdad subsiguiente... [Hay tres canales principales a través de los
cuales se materializa el efecto del cambio climático que agrava la desigualdad, a
saber: (a) el aumento de la exposición de los grupos desfavorecidos a los efectos
adversos del cambio climático; (b) el aumento de su susceptibilidad a los daños
causados por el cambio climático; y (c) la disminución de su capacidad para hacer
frente y recuperarse de los daños sufridos... También señala que el mismo marco
analítico puede utilizarse para discutir la relación entre el cambio climático y la
desigualdad en los distintos países."
A pesar de que los grupos dominantes tienen mayor acceso a la
información, los recursos y la tecnología, tienen menos motivación para cambiar su
comportamiento a favor de la acción y la mitigación del clima. Mientras que los
grupos que más sufren el cambio climático , que son en su mayoría grupos con
identidades de bajo rango, tienen mayor motivación, pero menos acceso. Islam y
Winkle (2017) explican:

"Sucede que las actividades intensivas en GEI sirven más a las utilidades de
los grupos favorecidos, que además pueden protegerse de los efectos adversos del
cambio climático. En consecuencia, la desigualdad conduce a políticas públicas que
dejan a los grupos desfavorecidos más expuestos y susceptibles a los riesgos
climáticos. Como se ha señalado anteriormente, incluso las políticas de adaptación
suelen beneficiar más a los grupos favorecidos que a los desfavorecidos. La influencia
de la política a la hora de determinar el efecto que sufren los grupos desfavorecidos
debido a los efectos climáticos adversos puede ser bastante generalizada".

Los grupos vulnerables están sobreexpuestos, sobre-susceptibles y poco


resilientes (menor capacidad de afrontamiento y recuperación), inmersos en un
círculo vicioso en el que el cambio climático genera una mayor polarización entre las
causas (grupos causantes) y el impacto (grupos de impacto) en la exposición, la
susceptibilidad y la resiliencia, además de polarizar los recursos públicos y privados
(Islam & Winkel, 2017). Esto significa que (Daalen et al., 2019; Dietz et al., 2020;
Islam & Winkel, 2017):

• en relación con la clase social, los pobres serán más pobres;


• en relación con el origen, las zonas del planeta que actualmente sufren los
mayores impactos estarán cada vez más expuestas;
• en relación con el género, aumentarán las disparidades entre los géneros
(tanto en el espectro binario como en el no binario);
• en relación con la edad, las vulnerabilidades durante la infancia y después
de la "vida laboral" se profundizarán;
• en relación con la salud, los enfermos se pondrán más enfermos;

A menos que se tomen medidas concretas y conscientes para abordar las


identidades que subyacen al cambio climático, ya que los grupos sociales se
polarizan y se separan en términos de estilos de vida, experiencias, acceso a los
recursos y espacio geográfico, la subjetividad extractivista prevalecerá y aumentará.
Esto conduce al concepto de justicia climática.41 (Dietz et al., 2020, p. 144):

"La justicia climática es la preocupación por el hecho de que las causas y las
consecuencias del cambio climático, así como el impacto de los esfuerzos para
reducir la magnitud del cambio climático y adaptarse a él, se distribuyen de forma
desigual. Estas injusticias a menudo son impulsadas por el ejercicio directo del poder
y por el poder arraigado en las instituciones y la cultura".

Independientemente de los sistemas de creencias en relación con el cambio


climático y la acción climática, los grupos con estilos de vida de bajo consumo
(grupos nativos con bajo acceso a los recursos) tienen un bajo impacto climático,
mientras que los grupos con estilos de vida de alto consumo (es decir, los grupos
dominantes) tienen un alto impacto climático. Esto crea una paradoja en la que una
persona concienciada con el cambio climático puede tener un estilo de vida con altas
emisiones de GEI, mientras que una persona sin conciencia, o incluso con desprecio
por el clima, puede tener un estilo de vida considerablemente bajo en emisiones de
GEI. Esto implica que la concienciación sobre el clima tiene que ver tanto con la
creencia como con la adopción de medidas de reducción de GEI (tanto a nivel
individual como colectivo).

4.4. La dimensión medioambiental de la Agenda 2030 y sus


implicaciones
Los debates sobre el desarrollo sostenible suelen remontarse a la definición
del concepto elaborada por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo
(CMMAD) en 1987, y que se convirtió en una constante en el vocabulario de
políticos, profesionales y planificadores de todo el mundo. La Comisión publicó sus
resultados en el informe Brundtland para ayudar a orientar a todas las naciones
hacia el objetivo del desarrollo sostenible, en su acepción de "desarrollo que

41 Un recurso interesante para analizar la intersección entre el cambio climático y la identidad, así como

la implicación material de la subjetividad extractivista, es el Atlas de Justicia Ambiental


(https://ejatlas.org), un proyecto realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la
Universidad Autónoma de Barcelona, que documenta y cataloga los conflictos sociales en torno a
cuestiones ambientales
satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".42

Desde entonces, el concepto de desarrollo sostenible se ha elaborado hasta


incluir algo más que la habitabilidad de nuestro entorno biofísico. Desde la Cumbre
de la Tierra de Río hasta la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de
Johannesburgo, la Conferencia de Estocolmo y el Acuerdo de París, ha habido
muchos debates y muchos compromisos y aspiraciones. Un punto de inflexión lo
representa la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un importante programa
de acción firmado en 2015 por los gobiernos de los 193 Estados miembros de las
Naciones Unidas (ONU). Abarca 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y un
total de 169 metas correspondientes, que guían al mundo por el camino que debe
seguirse en los próximos 15 años, con el compromiso de los países de abordar de
forma holística las tres dimensiones del desarrollo sostenible: el crecimiento
económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.

Los ODS reflejan un escenario muy complejo caracterizado por la aparición


de urgencias que hasta hace unas décadas ocupaban una posición secundaria en el
panorama de prioridades de la agenda política mundial. Por primera vez, las
cuestiones del cambio climático, la energía asequible y limpia para todos, la
construcción de ciudades inteligentes y los modelos de producción y consumo más
conscientes y sostenibles se han incluido en un plan de acción oficial destinado a ser
aplicado de forma transversal tanto en los países del Norte como del Sur. Además,
estas consideraciones medioambientales se complementan con una visión que
intercepta importantes necesidades humanas y sociales, situando a las personas en
el centro de un sistema integrado en el que se promueve el bienestar en todos los
niveles y dimensiones. Por ejemplo, se espera que el cambio climático provocado
por el hombre tenga un gran impacto en los contextos urbanos, tanto pobres como
ricos, en las próximas décadas en términos de altos índices de contaminación,
escaso acceso a los recursos, empeoramiento de las condiciones de salud debido a
enfermedades y pandemias, lo que eventualmente conducirá a la pobreza, el
hambre, los conflictos y la migración.

42 Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (WCED) (1987). Nuestro futuro común.

Disponible en línea en: https://sustainabledevelopment.un.org/content/docu- ments/5987our-common


Al examinar más de cerca la dimensión medioambiental de la Agenda 2030,
no hace falta decir que los objetivos históricos y cruciales para la prosperidad a largo
plazo, como la introducción de los principios de desarrollo sostenible en las políticas
y programas nacionales, la protección de los recursos medioambientales y la
biodiversidad, el acceso seguro y sostenible al agua y la energía, se han reiterado y
reforzado con una perspectiva más amplia y significados más ricos que trascienden
las referencias a las implicaciones medioambientales. Los ODS relacionados con el
tema de la sostenibilidad medioambiental son diversos y van desde el ODS 6, que
subraya la necesidad de "garantizar la gestión sostenible del agua y la salud para
todos", hasta el ODS 7, que recuerda la importancia de "garantizar un acceso seguro,
fiable y moderno a la energía para todos". Además, el ODS 11 se centra en la
cuestión de gran actualidad de "crear entornos urbanos inclusivos, seguros,
resilientes y sostenibles", el ODS12 en "promover modalidades de consumo y
producción sostenibles", y el ODS13 en "adoptar medidas urgentes para combatir el
cambio climático y sus efectos".

Si, por un lado, la atención prestada a las acciones de protección y


preservación del medio ambiente, así como el uso prudente de los recursos
naturales, nos habla de la necesidad de pasar de modelos de vida insostenibles a
modelos sostenibles, por otro lado, la implicación fundamental de la Agenda 2030
es que, a partir de una visión transversal e interdisciplinar de las distintas
dimensiones de la sostenibilidad, el actual modelo de desarrollo es insoportable a
largo plazo no sólo en términos medioambientales, sino también desde el punto de
vista económico, social y cultural.

El sistema económico se basa en el crecimiento ilimitado, que ahora se


reconoce ampliamente como insostenible tanto social como ecológicamente. Esta
ideología del crecimiento, que hace hincapié en el aumento continuo de la
producción de bienes y servicios a pesar de los costes para las personas y el planeta,
se puede rastrear en el marco general establecido por la Agenda 2030. Por ejemplo,
el objetivo del ODS 9 es buscar "la inversión en infraestructuras e innovación como
motores cruciales del crecimiento económico y el desarrollo", mientras que el
enfoque del desarrollo sigue basándose en "un crecimiento económico sostenido,
inclusivo y sostenible" (ODS 8). Este enfoque refleja la ilusión humana de
omnipotencia, fomentada por la creencia de que la tecnología puede ofrecer la
solución a todos los problemas. El consumo excesivo de energía se aborda mediante
el desarrollo de centrales nucleares, y el envenenamiento del medio ambiente
natural se remedia mediante el desarrollo de tecnologías sofisticadas que, a su vez,
afectan al medio ambiente de manera aún desconocida. Al buscar soluciones
tecnológicas a todos los problemas, sólo los "reubicamos" un poco más en el
ecosistema global, y a menudo los efectos secundarios de la solución son más
perjudiciales que el problema original43

A nivel mundial, el indicador de la salud general de la economía es el


Producto Interior Bruto (PIB), que sólo comprende las actividades que implican una
transacción monetaria. Los países miden y comparan los resultados de sus
economías sobre la base del PIB año tras año. Si la producción de bienes y servicios
tiene que ser cada vez mayor, también lo es la cantidad de materia y energía que se
degrada irreversiblemente y el impacto en los ecosistemas. La producción, que se
basa en la explotación de recursos finitos y no renovables, no puede crecer
indefinidamente, ya que está restringida por los límites físicos de la biosfera. En este
sentido, el PIB funciona de forma paradójica: los resultados económicos positivos
requieren un aumento de la producción y el consumo que, a su vez, imponen costes
al medio ambiente. El impacto medioambiental del crecimiento económico, de
hecho, incluye un aumento del consumo de recursos no renovables, mayores niveles
de contaminación, el calentamiento global y la pérdida potencial de hábitats
medioambientales. Por el contrario, los comportamientos favorables al medio
ambiente, que implican necesariamente una reducción de los patrones de consumo
y una disminución de la demanda de recursos naturales, no contribuyen al
crecimiento económico y, por tanto, afectan negativamente al PIB44.

Aunque las palabras economía y ecología comparten la raíz griega "oikos",


que significa hogar, la economía actual no sólo está separada de los procesos
ecológicos y del bienestar social e individual, sino que incluso se opone a ellos, como

43 Geisinger, A. (1999). El desarrollo sostenible y la dominación de la naturaleza: Sprea- ding the Seed of

the Western Ideology of Nature. Disponible en: https://www.bc.edu/


content/dam/files/schools/law/lawreviews/journals/bcealr/27_1/02_TXT.htm

44 Everett, T. y otros (2010). Economic Growth and the Environment. Disponible en: https://

assets.publishing.service.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_
data/file/69195/pb13390-economic-growth-100305.pdf
señala Vandana Shiva45 , ya que cuanto más nos enriquecemos, más nos
empobrecemos en términos ecológicos y culturales. Por lo tanto, es necesaria una
mayor conciencia eco-filosófica para corregir radicalmente el comportamiento
humano, que con demasiada frecuencia es irresponsable y destructivo. Es necesario
entonces redefinir la naturaleza de la tecnología, cambiando su dirección y
reinventando el sistema de valores que la sustenta. Las nuevas formas de tecnología
deben ser pequeñas, descentralizadas y sensibles a las condiciones locales, para
aumentar la autosuficiencia y ofrecer la máxima flexibilidad. Su impacto en el medio
ambiente debe reducirse en gran medida mediante el uso de recursos renovables y
el reciclaje constante de materiales, incorporando los principios observados en los
ecosistemas naturales.

No obstante, reconociendo que los problemas complejos requieren


soluciones complejas, no basta con promover un cambio en la ideología económica
que da preferencia al beneficio y beneficia principalmente a los que tienen poder.
Además de adoptar indicadores de prosperidad no centrados en la economía, como
la Felicidad Nacional Bruta (FNB), un índice que valora la felicidad colectiva como el
objetivo de la gobernanza haciendo hincapié en la armonía con la naturaleza y los
valores tradicionales, deberíamos mirar los 17 ODS a través de nuestra lente
personal de manera que puedan inspirar un cambio de comportamiento y ser una
luz de guía en nuestra vida diaria tanto en el trabajo como en casa. En este contexto,
el trabajo social, en su acepción de profesión que promueve el cambio y el desarrollo
social, la cohesión y la justicia social, el empoderamiento de la comunidad, los
derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad, puede
aprovechar su perspectiva y sus competencias únicas para reinventar una sociedad
basada en el entendimiento y la cooperación mutuos, el reparto de la abundancia y
las relaciones basadas en la reciprocidad entre las personas y el planeta.46

45 Shiva V. (2011) Equidad: El camino más corto hacia la sostenibilidad global. En: Jaeger C., Tàbara J.,

Jaeger J. (eds) European Research on Sustainable Development. Springer, Berlín, Heidelberg.


https://doi.org/10.1007/978-3-642-19202-9_3

46 Kay, J. J. (2008). Una introducción al pensamiento sistémico. En: D. Waltner-Toews, J. J. Kay,

N. E. Lister eds. The ecosystem approach: Complexity, uncertainty, and managing for sustainability, pp.
3-13. Nueva York, Columbia University Press.
4.5. Perspectivas holísticas y alternativas sistémicas a la
crisis medioambiental: pistas del Norte y del Sur
global
La acción y la mitigación del cambio climático requieren cambios urgentes en los
sistemas de creencias. Las meras reformas de los hábitos de consumo ya han
demostrado ser insuficientes. Dietz et al. (2020) explican:

"Hay pruebas fehacientes de que las acciones domésticas que reducen


el consumo directo de energía, fomentan los cambios en la cadena de
suministro de productos de consumo y participan en la producción
distribuida de energía renovable pueden ayudar a reducir el riesgo
climático. Pero algunas de estas acciones son mucho más importantes
que otras. Los sociólogos que trabajan en el consumo deben centrar
su atención en las acciones de mayor repercusión, como la
climatización de los hogares, la transportación y la elección de
alimentos, en lugar de las prácticas rutinarias que tienen menos
impacto. Y es fundamental tener en cuenta la cadena de producción,
consumo y eliminación de residuos".

Otros intentos de reforma, como el modelo de las 3R (reducir, reutilizar, reciclar) y


la Economía Circular, también han demostrado carecer de impacto, sobre todo
teniendo en cuenta que en las economías capitalistas se pone el foco en la parte
de reciclaje de la ecuación. Savini (2019, p. 687) explica:

"Las búsquedas actuales de la economía circular no parecen preocupadas


con la reducción de los residuos a través de políticas progresistas y
anticonsumistas. Los paquetes de políticas actuales están muy lejos de los
principios radicales de las primeras aplicaciones de la economía circular”.

Como subrayó Jackson (1996) años antes de que la ecología circular se


convirtiera en un modelo ampliamente reconocido, cualquier
desmaterialización de la economía a través de la circularidad debería
priorizar las intervenciones del lado de la demanda orientadas a reducir el
consumo en primer lugar. Estas intervenciones incluyen tanto la
promoción de una cultura anticonsumista explícita en los hogares como la
regulación de los precios reales en la producción. La práctica política
actual, en cambio, postula los residuos como el manantial de la
producción económica y el consumo, una fuente de materiales, justificada
a posteriori como estrategia para cumplir los objetivos climáticos en una
creciente economía postindustrial.

Estas políticas indican los límites de un enfoque de la circularidad que se


supone que debe provocar una transición fundamental hacia una
economía desmaterializada. En su lugar, justifican una codependencia
viciosa, en la que la acumulación de residuos y el suministro de
material/energía pasan por alto la fuente más fundamental de los
problemas ecológicos: el capitalismo de consumo en constante
crecimiento."

Las acciones climáticas deben orientarse a generar un cambio profundo en la


forma en que los humanos se relacionan con la naturaleza, con todos los seres
vivos y entre sí. Estas alternativas sistémicas se basan en gran medida en
cosmovisiones precapitalistas e indígenas. Al acercarnos a las alternativas
sistémicas rechazamos la subjetividad extractivista, que se basa en una ética de la
escisión, y favorecemos una ética de la integración.

La ética de la escisión es (Noguera de Echeverri, 2004):

• Ética que excluye.

• Ética basada en la jerarquía, donde el orden es sinónimo de privilegio o


dominación.

• Ética que permite habitar en base a la dominación.

• Ética donde los valores se basan en la dicotomía: bueno-malo, dentro-


fuera, deseado-rechazado, recordado-olvidado, racional-irracional, etc.

• Ética basada en un pensamiento que sólo legitima lo racional, analítico,


reduccionista y lineal.
• Ética basada en tendencias asertivas: expansión, competencia, cantidad y
dominio.

Frente a la ética de la integración que es:

• Ética que incluye.

• Ética en la que el orden se basa en la heterarquía (posibilidades de


clasificación no clasificadas o múltiples entre los elementos de un sistema).

• Una ética que permita habitar desde el respeto y el reconocimiento del


otro.

La ética de la integración está en el centro de las alternativas sistémicas, que


proporcionan las bases filosóficas para el establecimiento de un nuevo orden
económico, social y ecológico que ponga la vida y la naturaleza en el centro (en
lugar de la dominación y la acumulación de capital).

A continuación enumeramos posibles alternativas sistémicas que ya se practican


en diversas partes del mundo47:

Buenvivir: basado en la cosmovisión andina, el buenvivir (también conocido como


vivir bien o sumac kawsay) es una propuesta cultural y política que invita a
establecer un socialismo inspirado en las formas comunitarias ancestrales de
organización social quechua. En su esencia, promueve un equilibrio dinámico,
donde lo humano y la naturaleza se entienden como un todo, y que integra la
complementariedad de las diversidades y la multipolaridad de las contradicciones.
Los puntos de vista políticos del Buenvivir han sido adoptados por Ecuador y Bolivia
durante las últimas dos décadas.

47 Esta lista de alternativas sistémicas es sólo un ejemplo y no es en absoluto exhaustiva. Para más

información sobre el buenvivir, los bienes comunes, los derechos de la Madre Tierra, el decrecimiento y
la desglobalización, consulte https://systemicalternatives.org. Para más información sobre la ecología
profunda, consulte: https://workthatreconnects.org. Para más información sobre ecofeminismo
consultar Puleo, A. (2013) Ecofeminismo para otro mundo posible. Para más información sobre los
paradigmas del cuidado, por favor consulte la CEPAL en https://www.cepal. org/es/temas/politicas-
cuidado.
Bienes comunes: práctica política, económica y social que aboga por una lógica
comunitaria en la propiedad de los recursos materiales, digitales, naturales y del
conocimiento, en lugar de formas privadas o estatales.

Decrecimiento: propuesta económica, política y social que subyace en muchos


movimientos sociales, como el del ecofeminismo y el de la justicia ecológica, que
ofrece pistas sobre cómo transitar hacia una sociedad basada en la felicidad y la
convivencia, en lugar del consumo y la producción como base del modelo de
desarrollo.

Desglobalización: conjunto de movimientos sociales que pretenden frenar la


integración e interdependencia global de los pueblos de todo el mundo basada en
el capitalismo global, y proponen generar dicha interdependencia basada en
principios de internacionalismo, promoción de las culturas y lenguas locales y
minoritarias, solidaridad y autodeterminación de los pueblos.

Ecofeminismo: corriente de pensamiento dentro de los movimientos feministas


que señala que el patriarcado es la raíz común tanto de la opresión de las mujeres
como de la explotación de la naturaleza y los animales, y que la liberación de la
opresión patriarcal sólo se logrará si la naturaleza y todas las vidas humanas y no
humanas se liberan de la explotación.

Ecología profunda: corriente filosófica y movimiento social que considera que el


ser humano es parte de la naturaleza (y no superior a la naturaleza o a cualquier
otra vida no humana), y como tal, propone cambios culturales, políticos, sociales y
económicos integrales que permitan una convivencia armónica con todos los seres
vivos.

Paradigmas del cuidado: cambio de paradigma en la configuración de las políticas


públicas que pone en el centro las tareas reproductivas y no las productivas. Esto
significa priorizar el bienestar de los cuidadores en la sociedad, mediante el
establecimiento de programas públicos adecuados basados en los derechos, la
solidaridad, la inclusión y la equidad.

Por último, nos gustaría hacer una mención especial a la filosofía Ubuntu, que no
es concretamente una alternativa sistémica, pero que proporciona una base
filosófica completa para una forma de vida alternativa que no sea depredadora de
la naturaleza y de todos los seres humanos y no humanos.
5. Un enfoque ecológico renovado del
trabajo social
5.1.El pensamiento ecológico en las prácticas de trabajo
social
Tener en cuenta el medio ambiente y salvaguardar la biodiversidad se ha
convertido en una de las preocupaciones centrales del trabajo social en los últimos
años. Hasta tal punto que aparece en la agenda global de 2018 de la Federación
Internacional de Trabajadores Sociales.48

Los problemas que el trabajo social y la ecología tratan de resolver


provienen del mismo patrón: el consumo masivo, el desarrollo industrial y el
capitalismo. De ahí que ambos estén intrínsecamente vinculados por su propia
naturaleza (Närhi y Matthies, 2016), y que sea interesante estudiar sus evoluciones
cruzadas.

Medio ambiente y trabajo social

Mary Richmond fue la primera en integrar el medio ambiente en la


comprensión de los problemas sociales con su "Social Case Work". Explicó esta
interrelación de la siguiente manera: "El Trabajo Social de Casos consiste en
aquellos procesos que desarrollan la personalidad a través de ajustes efectuados
conscientemente, individuo por individuo, entre los hombres y su entorno social".
En otras palabras, Richmond introdujo la idea de que los seres humanos podían ser
entendidos a través de su interacción con su entorno, una visión que compartía
con el célebre psico-sociólogo Georges Herbert Mead, y que se encuentra en el
núcleo de los estudios sociales de principios del siglo XX (Graviere, 2013).

Si Mary Richmond entendía el entorno en términos de interacción social,


Jane Addams llevó esta noción más allá al incluir "el entorno físico y construido (por
ejemplo, las condiciones de la vivienda, la calefacción, los alimentos y la

48 https://www.ifsw.org/social-work-action/the-global-agenda/
contaminación) y los servicios locales (saneamiento, higiene, etc.)" (Närhi y
Matthies, 2016). Y adoptó medidas para realizar cambios: al mejorar el entorno de
los destinatarios, Addams pretende abordar las causas fundamentales de los
problemas sociales.

Con su visión extremadamente progresista, algunos podrían considerar a


Addams como la inventora de la ecología social un siglo antes de su tiempo.
Gracias a su Hull House, un centro social creado en Chicago en 1889, aplicó los
beneficios de la interculturalidad y la integración a la vida cotidiana.

Teorías ecológicas

Más tarde, en los años 70 y 80, surgieron teorías que abordaban la ecología
desde un punto de vista más científico, junto con el concepto de ecosistemas, y
una "analogía entre el funcionamiento de la sociedad y el de los sistemas
biológicos". Podemos llamarlo un enfoque teórico de sistemas.

Al mismo tiempo, la creciente conciencia medioambiental dio lugar a otra


visión denominada perspectiva ecocrítica. Esta última fusiona una postura política
con una crítica a nuestro modelo de sociedad. Estos dos enfoques marcan el
escenario de la actual ruptura de la tradición ecocrítica en el trabajo social, tal y
como analizan Närhi y Matthies (2016):

• Los enfoques ecosociales en el trabajo social "ponen el énfasis en la relación


recíproca entre el entorno vital y el bienestar humano"

• Con el trabajo social profundamente ecológico surge el concepto de "justicia


ecológica racional", en el que los seres humanos son vistos simplemente
como parte de la naturaleza, de una manera no-autocentrada.

• En el trabajo social eco-espiritual, la ecología profunda también es


fundamental, pero la espiritualidad y los puntos de vista de los pueblos
indígenas son igualmente esenciales. Así, se enfatiza la unidad de la vida
(Ferreira, 2010).
• El trabajo social ecológico es defendido por Lena Dominella y su exhaustivo
estudio "Green Social Work: From Environmental Crises to Environmental
Justice" (Dominella, 2012). También explora la visión ecológica profunda de
una manera muy práctica y específicamente en el contexto de los desastres.
La forma en que examina la cuestión de la migración es especialmente
relevante para el proyecto de Interculturalidad Verde. De hecho, profundiza
en la relación entre la crisis medioambiental debida a un sistema capitalista y
las migraciones. Y, sobre todo, cómo deben actuar los trabajadores sociales
en esta situación. Los estudios de caso que utiliza no están orientados a
Occidente, sino que plantean cuestiones relativas a Asia, África y otras partes
del Sur global.

• El trabajo social ecológico hace hincapié en la importancia del desarrollo


sostenible mediante el uso del empoderamiento, el capital social y la
resiliencia: "El empoderamiento parte de las capacidades y fortalezas de las
personas -individuos y grupos- para potenciar su capital social. El capital
social es la base de la resiliencia. Y la resiliencia es una condición para el
empoderamiento y, por tanto, para el cambio social real en un proceso
ascendente" (Peteers, 2012).

• En su publicación sobre el trabajo social medioambiental, Mel Gray y John


Coates (2013) hicieron una evaluación de los aspectos conceptuales y
prácticos del campo del que podemos quedarnos:

— De la estrecha relación persona-entorno al impacto del entorno físico en


el trabajo social.

— Nuevo paradigma con el desarrollo sostenible, incluyendo una nueva


visión sobre el bienestar de los seres humanos y el planeta.

— De la justicia humana a la justicia ecológica.

— Teoría crítica para una nueva visión del capitalismo.

— Entender la naturaleza como algo sagrado.

— Investigación interdisciplinaria.
Si bien estos diferentes estudios tienen sus propias especificidades, Närhi y
Matthies arrojan luz sobre sus puntos de convergencia: todos ellos proceden de la
tradición ecocrítica del trabajo social ecológico y siguen la tradición de Jane
Addams del trabajo social. Intentan invertir la visión habitual del trabajo social
impulsando un cambio de paradigma. Si bien todos ellos abogan por una visión
global de la sociedad dentro de un conjunto medioambiental que todo lo abarca,
también reclaman una acción local dentro de las comunidades, considerando así a
los "seres humanos como parte de la naturaleza".

Por lo tanto, la postura política es en este punto una piedra angular en el


pensamiento ecológico en el trabajo social, en el sentido de que los trabajadores
sociales no sólo ayudan a los individuos dados, sino que también trabajan hacia un
modelo de sociedad y ponen sus esfuerzos en la protección de la naturaleza. Desde
este punto de vista, la naturaleza se convierte en política.

5.2. Ecología social


Partir de las raíces es a menudo una buena opción, sobre todo cuando la
complejidad de la trama es tal que se ve invadida de motivaciones y puntos de
vista. Definir la ecología, en este caso, tiene el poder de reubicar el campo en el
nivel de lo cercano, lo particular y, al mismo tiempo, lo inmensamente complejo.

La ecología, como es bien sabido, proviene del griego oikos (hogar) y de su


estudio, es decir, de las palabras y conocimientos que se han vertido sobre ella. El
término ha crecido y abarcado diversos campos, generalmente vinculados a la
biología, el estudio de la interacción entre los seres vivos y el medio ambiente. Por
el camino nos ha perdido a nosotros, los humanos, hasta recuperar nuestra huella
cuando aparecemos como la última amenaza, como una realidad independiente
sobre la que poco se puede hacer y hay que aceptar.

En este escenario, como advirtió tempranamente Murray Bookchin, ya no


es posible seguir pensando en términos de trucos para evitar las consecuencias
ambientales, para sostener y defender pequeños paraísos al estilo del
conservacionismo. No hay lugar para el pensamiento lineal y estático: es la hora de
una praxis que piense y pueda amenazar el modelo universal que explica, a
múltiples niveles, el saqueo, la opresión y la sociedad consumista en su conjunto:
el capitalismo, estructuralmente amoral al murmurar en la sociedad el imperativo
"devora a tus rivales"... (Esto) nos recuerda que el verdadero campo de batalla en el
que se decidirá el futuro ecológico del planeta es claramente social,
particularmente entre el poder corporativo y los intereses a largo plazo de la
humanidad en su conjunto" (Bookchin, 2007).

Bookchin entiende el fenómeno a través de una perspectiva humanista, en


la que se hace inviable pensar en lo ecológico sin lo social: en el fondo está la
convicción de que no son dos esferas separadas y que cualquier perspectiva que se
centre en la conservación o en la ecología prescindiendo de la necesidad de justicia
y de la lucha contra la opresión será, en el mejor de los casos, una forma
personalista más "de consumo e inversión que a menudo cae bajo la rúbrica
oximorónica del movimiento verde".

Con una perspectiva dialéctica, que pretende analizar los procesos libres y
activos -en lugar de contemplar el planeta como un paisaje, idílico en su
estaticidad- la ecología social integra varias disciplinas complejas (sociología,
economía, biología de sistemas, antropología, psicología, ciencia política e historia)
y las entrelaza en patrones claros: observación racional, complementariedad entre
los actores, la acción política, la crítica activa del modelo, la creación de modelos
de convivencia que integren la multiplicidad de conocimientos y competencias.

Es una sugerencia utópica, como saben los ecologistas sociales, pero, sobre
todo, rechaza el ser sin una forma concomitante de hacer, no le interesa el saber
sino el llegar a ser un proceso: "...ninguna ética o visión de una sociedad ecológica,
por muy inspirada que sea, puede tener sentido si no se traduce en una política
viva".

El capitalismo como infraestructura que se filtra en todos los niveles de la


vida de las sociedades (superestructura), dando vida a las mil caras de nuestros
monstruos: sumisión, mercantilización, dogmatismo, patriarcado, racismo,
exclusión, saqueo, etc. Aparece con mayor o menor sutileza en todos los
intersticios de nuestra vida cotidiana. Los problemas a los que se enfrentan los
activistas socio-ecológicos (y todas las criaturas, lo sepamos o no) son las
relaciones de clase, así como la jerarquía, el reduccionismo (la visión
antropocéntrica: un mundo "hecho para los humanos", o bien la biocéntrica: "la
naturaleza sabe más"), y el insano imperativo de "crecer o morir". Es contra ellos, a
pesar de ellos, que debemos actuar hacia una síntesis de lo social y lo natural.

Los humanos, como elementos emergentes de un continuo natural,


tenemos la flexibilidad, la inteligencia, la espontaneidad y la complejidad que nos
permiten cooperar, elaborar formas creativas y complejas, e integrarnos. Esta
segunda naturaleza no es ajena a la primera, es su forma más rica, pero exige un
pensamiento orgánico, situado y crítico. Bookchin analiza una serie de
características de las sociedades capitalistas que han conducido a la crisis
ambiental y social, y propone enfoques alternativos:

JERARQUÍA vs. COMPLEMENTARIEDAD

ETERNO-EXTERNO vs. PROCESO

MISTICISMO/SUMISIÓN vs. LÓGICA NATURAL

DOMINACIÓN vs. APRENDIZAJE, CIRCULARIDAD

HOMOGENEIZACIÓN/RECETA vs. VERDAD Y. JUSTICIA

RAPACIDAD vs. MUTUALISMO SIMBIÓTICO

En consonancia con los trabajos de Shiva, Biehl, los acólitos del decolonialismo, los
economistas de la solidaridad social, el ecofeminismo y los movimientos populares
de protesta en los países periféricos, el impulso que mueve la ecología social se
basa en visiones críticas y evolutivas y en una acción política fuertemente
arraigada en los bienes comunes, una dirección opuesta a la centralización: son las
comunidades, y su interés legítimo por vivir en plenitud y justicia, las que
garantizan el bienestar y la sostenibilidad. Nos moveremos mediante la
observación y el cambio constantes, la vigilancia, la apertura, con toda la
flexibilidad y la inteligencia que seamos capaces de evocar. Pero el cambio no
estará en manos de los Estados-nación capitalistas, ni en manos de las empresas
privadas. Es necesario un cambio individual, colectivo y global que proponga
alternativas que rompan con las estructuras centralizadas, rígidas y
antropocéntricas.

¿Cómo puede contribuir la ecología social a la integración social de los


inmigrantes?

• LEGALIDAD: Una aproximación histórica, crítica, a las formas de exclusión,


sumisión y explotación proporciona argumentos a favor de la legitimación de la
migración (libre circulación de personas en busca de una vida más digna). La
verdad no contada, pero evidente, de los estados capitalistas: si los bienes
inanimados (mercancías, productos) circulan "comercialmente" por el mundo,
¿qué imperativo prohíbe, limita, la circulación de los seres humanos en la
sociósfera? Por tanto, es un deber de los Estados y las sociedades hacia las
personas y las comunidades, en cumplimiento de su derecho a la vida, permitirles
circular y asociarse en todos los territorios del planeta. La ciudadanía es la
ciudadanía de todas las personas.

• ACCIÓN POLÍTICA: Los dispositivos que ha generado este movimiento


implican acciones locales, intercambio y cooperación. Estos modelos convocan a
todas las personas capaces de comprometerse, cuestionar, aprender de los modos
de acción en la sociedad que pueden cambiar las estructuras de poder y de
consumo. El encuentro con los demás es, como postulan los teóricos del
decrecimiento, una fuente de placer y de cambio, de una comprensión más sutil
del ser ecosocial. La ecología social reclama, pues, la participación activa de todas
las personas, independientemente de los territorios de los que procedan, en
igualdad de condiciones políticas, haciendo frente a la discriminación.

• COMPLEMENTARIEDAD: "La mentalidad que hoy organiza las diferencias


entre los seres humanos y otras formas de vida según líneas jerárquicas de
"supremacía" o "inferioridad" dará paso a una perspectiva que trate la diversidad
de forma ecológica, es decir, según una ética de la complementariedad". La
diversidad de visiones del mundo, las rebeliones locales y las sensibilidades
periféricas a la centralidad europea son, por tanto, elementos inmensamente
poderosos para producir nuevas y mejores tecnologías, hallazgos sólidos y una
ética más humana.
• ECONOMÍA: La lógica de clases y de subclases que se esconde detrás de la
marginación que se enhebra en los cuerpos e identidades de los migrantes, y la
lógica meritocrática que puede determinar el papel y la autopercepción de los que
tienen que migrar, es cuestionada y subvertida por la ecología social. Quienes
viven en cualquier sociedad deben poder acceder a recursos que nunca debieron
salir de la esfera de lo común, y que pueden ser recuperados para ser cuidados,
compartidos y resurgidos. La circularidad que define el orden de los seres vivos
debe ser la norma para la gestión de lo que existe.

• LA ESFERA LOCAL: La reivindicación de un municipalismo libertario y de


asambleas ciudadanas en el contexto europeo, implica un retorno a lo local, a la
escala en la que nos encontramos con la vida y con los demás, donde se pueden
aprender, negociar y nacer nuevas formas. Mientras que hemos sido entrenados
para pensar en los migrantes en términos de países de origen y destino (o
continentes), debemos acoger a las mujeres y los hombres como portadores de
una historia de vida que lleva a sus barrios y pueblos, a nuestras propias ciudades,
pueblos y municipios. En este encuentro todos podemos convertirnos en testigos
de lo que hemos sido y de lo que podemos llegar a ser.

• LOS TERRITORIOS: Siendo la migración un componente central de


nuestras sociedades actuales, las ciudades europeas son el escenario donde
emerge una nueva ciudadanía. Desde esta perspectiva, ¿qué ocurre en nuestra
ciudad? ¿Qué hacemos de la ciudad? Merece la pena pensar en la transformación
de los espacios, como espacios públicos, interculturales, abiertos, y también como
espacios que hacen posible la vida. No hay una fórmula global, sino formas
múltiples y evolutivas de cohabitar en territorios física y culturalmente diversos
("las posibilidades de cada zona ecológica"), en interés de la humanidad en su
conjunto.

• LOS RECURSOS: Al cuestionar la idea de la propiedad privada y de los


bienes de consumo, se impulsa la idea de un usufructo y responsabilidad común
de todos los bienes materiales e inmateriales bajo la perspectiva de la
renovabilidad y la autosuficiencia. Si bien esta iniciativa implica un cambio
revolucionario (en la idea de producción y circulación de bienes) y al mismo
tiempo una reconversión gradual (en la medida en que se trata de ecosistemas
urbanos, caracterizados hoy por un intercambio en el que entra materia y energía
y salen residuos), para las personas que viven en las ciudades vale la pena pensar
en la reconversión de los espacios en términos de su uso y autogestión. En el caso
de los migrantes recientes, esto implica necesariamente una mejora, siempre que
el acceso para ellos se base en criterios igualitarios y cooperativos.

¿Qué aportan los inmigrantes a una sociedad que necesita cambios?

• SOCIEDAD: Los desplazados, los migrantes, los emigrados, pueden, por la


propia naturaleza de su situación, generar redes, construir nuevas formas de
interacción que sean menos dependientes de los focos de poder
institucionalizados. El síndrome del "nuevo horizonte" puede proporcionar un
impulso hacia el cambio y la empatía que es fundamental para la coexistencia
ecológica y la creación de nuevas formas de vida.

• POLÍTICA: La procedencia de diferentes orígenes culturales, así como la


propia experiencia migratoria, producen individuos capaces de una visión crítica y
una capacidad de adaptación, inteligencia y muchas veces un sentido de urgencia
que los cambios sociales y ecológicos exigen. Algunas personas también pueden
compartir su experiencia comunitaria en la defensa de sus propios territorios, que
ha servido para "plantar cara" al avance de las industrias depredadoras en su
propio país de origen.

• RECURSOS: La gestión de los bienes de consumo y su eliminación suele


tener características diferentes en las sociedades periféricas que en las sociedades
de mercado acomodadas. Un oído atento y un sentido de apertura y respeto por
parte de las comunidades de acogida pueden ofrecer al colectivo local lecciones
en cuanto a una mejor gestión de los materiales y la energía y el cuidado del
medio ambiente. El propio concepto de mercancía como parte central de la vida
en las sociedades opulentas puede ser ajeno a ciertas culturas.49

• VISIÓN DEL MUNDO: Sin caer en un romanticismo vacío, es evidente


(véanse los resultados de la Investigación de campo de Green Interculturality) que
las concepciones de la naturaleza, los recursos, los cuidados y la propiedad varían
entre los grupos migrantes y los locales (y tampoco son uniformes dentro de los
grupos). Los miembros de las sociedades colectivistas pueden, por ejemplo,
ofrecer una experiencia novedosa de la "propiedad" a las personas criadas en
sociedades individualistas; la concepción de lo social, lo ritual y lo festivo puede
ayudar a desarrollar lo colectivo; nuestra imagen del mundo puede hacerse menos
borrosa y más humana al experimentar que abarca comunidades muy diversas.
Así, en la expiación atenta -sin caer en la fascinación ni cerrarse en la opresión
unilateral- se puede custodiar un espacio simbólico y concreto en el que dar vida a
nuevas realidades.

"Hasta que los seres humanos no dejen de vivir en sociedades


estructuradas en torno a jerarquías y clases económicas, nunca nos
libraremos de la dominación, por mucho que intentemos disiparla
con rituales, incantaciones, ecoteologías y la adopción de formas de
vida aparentemente 'naturales'..." (Bookchin, 2004)

La mirada de Bookchin, llena de interrogantes, e incómoda en su falta de fórmulas,


nos presenta realidades tan evidentes que nos reconocemos tontos por no estar
actuando, en este mismo momento, hacia esa otra realidad posible. Que sea,
pues, incómoda. Que nos empuje más allá: "Si no hacemos lo imposible debemos
enfrentarnos a lo inconcebible". (Bookchin, 2004)

49
En esta línea, por ejemplo, José Bautista Segalés (2020) encuentra la comida ("alimento") en el
centro de las culturas andinas de Sudamérica, en contraste con el imperativo capitalista donde la
acumulación originaria dirigía la rueda hacia la explotación y la apropiación.
5.3. Descolonizar la naturaleza
Dentro de un enfoque holístico del medio ambiente como es la ecología
social, es interesante y esencial reflexionar sobre la colonización y la
descolonización y cómo esos procesos impactaron en la organización del mundo
actual en cuanto a la relación de los seres humanos con la naturaleza y la dinámica
de poder entre los grupos sociales. En este marco de pensamiento, entendemos
que la naturaleza también ha sido colonizada y que este aspecto de la colonización
se entrelaza con las dinámicas de poder existentes entre los seres humanos en la
actualidad.

Pensadores poscolonialistas:

Fue con los pensadores sudamericanos que surgieron las nociones de


poscolonialismo y colonialidad 50. Para Aníbal Quijano, sociólogo peruano, "la idea
de raza es, sin duda, el más eficaz instrumento de dominación social inventado en
los últimos 500 años"51. Este instrumento fue utilizado al servicio del colonialismo.
Ya que era necesario justificar el dominio de Europa sobre estos territorios a
colonizar por una inferioridad de sus habitantes nativos. Para estos pensadores, y
sus sucesores, esta estructuración social es la que prevalece en nuestras
sociedades. En efecto, aunque el colonialismo occidental haya cesado en las
formas que conocemos: anexión de territorios considerados inferiores por una
sociedad que se dice desarrollada con la intención de mejorar la gestión de este
espacio geográfico, esta colonialidad de poder no ha cesado, y su legado sigue vivo
en nuestras sociedades.

50
Quijano, A. (2007). "Raza y colonialidad del poder. Mouvements, N°51, pp.111-118. Disponible en:
https://www.cairn.info/journal-mouvements-2007-3-page-111.htm. Consultado (mayo de 2021).

51 e Peticorps, C. & Desille, A. (2020). La colonialité du pouvoir aujourd'hui : approches par l'étude des

migrations. Migrations Société, N°182.


En una lucha común, los movimientos decoloniales y poscoloniales quieren
reparar esta fractura colonial, que sigue viva hoy en día: la que dejó a una parte de
la población "en las bodegas de los barcos negreros".52

Movimientos criticados:

Desde su aparición, la noción de poscolonialismo ha sido temida y criticada.


En Francia, algunos pensadores que habían luchado por la descolonización en la
época de los movimientos de independencia (en África del Norte en particular) se
sienten ofendidos al ver que estas nociones vuelven a entrar en el debate. Los
estudios poscoloniales fueron criticados por un ministro de educación para quien
estas nociones van en contra del pacto republicano53. Si bien no es sorprendente
ver a la derecha del sistema político francés preocupada por ello, la carta abierta
de apoyo al ministro, con más de 100 firmas de académicos franceses, puede
plantear preguntas, y Françoise Verges, politóloga, analiza:

"El mundo político y social francés no ha llevado a cabo su propia


descolonización. Cuando Aimé Césaire, en el Discurso sobre el
Colonialismo, habla del "choque de vuelta" -del hecho de que una
sociedad no esclaviza o coloniza impunemente, que provoca un
choque de vuelta-, habla de un hecho que permanece marginado:
que incluso las teorías progresistas han sido "contaminadas" por las
ideologías racistas. En resumen, la teoría de la colonialidad se
trabaja ahora en Francia. Pero la negativa a reconocer hasta qué
punto el colonialismo y el imperialismo han configurado este país y

52 Ferdinand, M. (2019). Une Écologie Décoloniale : Pensar la ecología desde el mundo ca- ribeño,

Anthropocène Seuil.

53 Norimitsu,O. (2021). Les idées américaines menacent-elles la cohésion française? The New York

Times. Disponible en: https://www.nytimes.com/by/norimitsu-onishi. Acces- sed (mayo de 2021).


siguen haciéndolo, impide que la sociedad realice un verdadero
trabajo sobre sí misma".54

La doble fractura:

Una vez analizado el pensamiento poscolonial, veamos cómo podemos


conectarlo con la acción medioambiental. La doble fractura, tal y como la concibe
Malcolm Ferdinand, se refiere al modo en que la historia colonial se ha separado
de la historia medioambiental en la narrativa. De hecho, existen "movimientos
medioambientales y ecológicos por un lado, y movimientos poscoloniales y
antirracistas por otro "55. Ferdinand señala que estas luchas a menudo se separan
como si no estuvieran vinculadas.

Esta idea se refleja en los estereotipos sobre las acciones de ambos


movimientos: por un lado, personas blancas y ricas que pueden permitirse pensar
en el medio ambiente, como si éste no tuviera una importancia fundamental en
comparación con el sufrimiento real de las personas pobres no blancas que luchan
contra el racismo y que supuestamente no se preocupan por el medio ambiente.

Es esta dicotomía estereotipada que se transmite en Francia la


manifestación más clara de la doble fractura: fractura colonial por un lado, fractura
ambiental por otro, cuando en realidad están estrechamente relacionadas. Esta
doble fractura "se pone de manifiesto [...] a diario por la flagrante ausencia de
personas negras y racializadas en los ámbitos de producción del discurso
medioambiental " (aquí, Ferdinand se refiere al discurso visible y oficial en países
como Francia o al frente de las organizaciones medioambientales

54 Poinsot, M. & Vergès, F. (2019). "La pensée décoloniale est peu développée dans le monde politique
français et académique". Hommes & Migrations, 4(4), 170-176. Disponible en:
https://doi.org/10.4000/hommesmigrations.10398. Consultado (mayo de 2021).

55 Ferdinand, M. (2019). Une Écologie Décoloniale : Pensar la ecología desde el mundo caribeño,

Anthropocène Seuil.
internacionales)56. La doble fractura está "completamente oculta por el argumento
falaz de que los no blancos supuestamente no se preocupan por el medio
ambiente”57. Esta observación podría extenderse a la ausencia, la mayoría de las
veces, de los inmigrantes y los recién llegados, a menudo no blancos, en el discurso
visible y oficial de los movimientos ecologistas (lo que no significa que estén
ausentes de esta lucha, sino que se les hace invisibles).

En Une Ecologie Décoloniale, Ferdinand (2019) propone convertir esta


doble fractura en el problema central de la acción medioambiental. El proyecto
Green Interculturality quiere seguir este mismo enfoque contribuyendo de la
siguiente manera: ¿cómo dar un lugar a los grupos vulnerables excluidos del
debate (en este caso, los recién llegados y los migrantes) de la acción
medioambiental? Ferdinand describe el ecologismo como "el conjunto de
movimientos [...] que intentan revertir la escala vertical de valores de la fractura
ambiental sin tocar la escala horizontal de valores, es decir, sin cuestionar las
injusticias sociales". Interculturalidad Verde quiere empezar a trabajar en la
dirección contraria: invitando a los movimientos de acción ambiental a ser más
inclusivos y a trabajar sobre la fractura social e invitando a los recién llegados a
trabajar sobre la fractura ambiental, ambos públicos en un marco común.

Interculturalidad Verde quiere infundir una dimensión intercultural a la


acción medioambiental y, como describe Ferdinand, "la ecología es una
confrontación con la pluralidad, con otros que no son yo, con el objetivo de
establecer un mundo común". Vemos aquí que la acción medioambiental puede
considerarse intrínsecamente intercultural porque nos enfrenta directamente a la
alteridad: Comparto con el otro.

¿Cómo podemos hacer frente a esta doble fractura? Esta es la pregunta a la


que la Interculturalidad Verde quiere dar respuesta, en parte, a través de la

56Taylor, D. E. (2014). El estado de la diversidad en las organizaciones medioambientales. Disponible en :

http://orgs.law.harvard.edu/els/files/2014/02/FullReport_Green2.0_FINALReducedSi- ze.pdf.
Consultado (mayo de 2021).

57 Ferdinand, M. (2019). Une Écologie Décoloniale : Pensar la ecología desde el mundo caribeño,

Anthropocène Seuil.
cuestión de la interculturalidad y la acogida de personas que han tenido una
experiencia migratoria. Veamos más de cerca la migración y el vínculo que puede
establecerse con el medio ambiente.

Descolonización de la naturaleza e inmigración:

Los vínculos entre descolonización e inmigración son numerosos. En primer


lugar, la mayoría de las colonizaciones dieron lugar a migraciones forzadas. Tras la
descolonización, ya sea total o parcial, llegó una época de inmigración para los
habitantes de los antiguos países colonizados. La figura del descolonizado se
superpone a la del inmigrante. Ambos son víctimas del mismo imaginario racista.

Como recuerda Françoise Vergés, "la descolonización de las colonias


francesas dio lugar a la represión y a terribles y sangrientas guerras en
Madagascar, Vietnam, Camerún y Argelia. El imperio colonial francés fue
desmantelado con violencia. Luego vino la "Trente Glorieuses": La sociedad
francesa quiere modernizarse y pasar la página colonial, pero el país también
necesita trabajadores para cubrir los puestos que los franceses ya no quieren
ocupar. La amnesia, el rechazo de la propia descolonización, el deseo de consumir y
olvidar, todo ello se combina para construir la visión de los migrantes poscoloniales,
filtrada por siglos de colonialismo y, por tanto, de racismo"58

Pensar en la huella del colonialismo en la naturaleza es también tomar nota


de la responsabilidad de las antiguas potencias colonizadoras en las catástrofes
medioambientales que inexorablemente pondrán a millones de "refugiados
climáticos "15 en el camino de la inmigración. Y los pensadores decoloniales llaman
a una necesaria hospitalidad.

Para salir de esto, podemos inspirarnos en la figura del Marron, este


antiguo esclavo que toma posesión de su cuerpo, recreando un vínculo carnal con

58 Poinsot, M. & Vergès, F. (2019). "La pensée décoloniale est peu développée dans le monde politique

français et académique". Hommes & Migrations, 4(4), 170-176. Disponible en:


https://doi.org/10.4000/hommesmigrations.10398. Consultado (mayo de 2021).
.
la naturaleza. Creando una vida de autosuficiencia, el Marron representa la posible
creación de una sociedad autónoma que abandona el hábitat colonial.

Para los migrantes, la cuestión de la recuperación del cuerpo es esencial


porque la experiencia migratoria suele ir acompañada de la desposesión del
mismo, ya sea por la falta de libertad, la violencia o incluso a la llegada al país de
acogida. Este paralelismo es aún más fuerte en el caso de las poblaciones
colonizadas, que siguen sufriendo el estigma y que, sin embargo, quieren unirse a
los antiguos países colonizadores. Por ello, la experiencia sensible en el contexto
de su integración en la sociedad de acogida es esencial: acompañar la recuperación
del cuerpo.

La descolonización de la naturaleza no puede lograrse sin una


descolonización de nuestras mentes: luchar por una sociedad más acogedora que
respete el elemento sobre el que se construye, como el Marron que,
redescubriendo la libertad, se hace uno con su entorno.

Para contribuir a esta descolonización de nuestras mentes junto con la


descolonización de la naturaleza, veamos la interculturalidad: tener en cuenta la
diversidad cultural en la acción medioambiental para enriquecer la lucha y
horizontalizar el conocimiento.

Inspiraciones para pensar en la acción medioambiental y la interculturalidad:

Una primera y sencilla reflexión sobre la interculturalidad nos permite


encontrar movimientos ecologistas que tienen sus raíces en un marco no
occidental para responder a la pregunta: ¿cómo pueden alimentarse mutuamente
la interculturalidad y el medio ambiente? Estos proyectos, que proceden de
marcos culturales diferentes, nos permiten ilustrar cómo la diversidad cultural
puede ser una rica contribución a la acción medioambiental.

El movimiento del Cinturón Verde de Wangari Maathai

Wangari Maathai (1940-2011), doctora keniana, profesora universitaria,


activista por el medio ambiente y los derechos humanos, y Premio Nobel de la Paz,
creó el Movimiento del Cinturón Verde en 1977 animando a las mujeres a plantar
árboles para luchar contra la deforestación (se estima que se han plantado más de
50 millones de árboles como resultado del movimiento). El Movimiento del
Cinturón Verde también se convirtió en un modelo para las organizaciones de
mujeres y permitió a Wangari Maathai luchar contra los abusos de poder, como la
confiscación de tierras públicas o la detención ilegal de opositores políticos,
abordando así la doble fractura social y medioambiental. 59

Assaupamar en Martinica

ASSAUPAMAR es una asociación homologada de protección del medio


ambiente, fundada en 1981. Lucha por la preservación y defensa de los derechos
humanos, del medio ambiente, de las especies animales y vegetales de Martinica,
del suelo, del subsuelo, de los bosques, etc.60 También podríamos tomar como
ejemplo el movimiento de los trabajadores agrícolas que luchan por la reparación
del uso de la clordecona (producto químico) en las explotaciones bananeras hasta
1993, que afectó al 90% de los habitantes de la isla.61

Casa Pueblo en Puerto Rico

Casa Pueblo, fundada en 1980, es un proyecto de autogestión comunitaria


que respeta y protege los recursos naturales, culturales y humanos. Casa Pueblo
tiene muchos proyectos en torno a la energía solar, la educación, la producción
artesanal de café, etc. (https://casapueblo.org)

59
Ofoego, O. y Muthoga, E. (2014). Wangari Maathai : le Mouvement de la Ceinture Ver- te,
Organización de las Naciones Unidas.
60
L'ASSAUPAMAR (Asociación para la salvaguarda del patrimonio martiniqués). (2018, 26 de febrero).
Observatorio del agua, Martinica. Disponible en: https://www.observatoi- re-eau-
martinique.fr/politique-de-l-eau/acteurs/associations/239-l-assaupamar-asso- ciation-pour-la-
sauvegarde-du-patrimoine-martiniquais
61
Chlordécone et autres pesticides : Santé publique France présente aux Antilles de nouveaux
résultats. (2019, 20 de mayo). Santé publique France. Disponible en: https://www.
santepubliquefrance.fr/les-actualites/2018/chlordecone-et-autres-pesticides-san- te-publique-france-
presente-aux-antilles-de-nouveaux-resultats. Consultado (mayo de 2021).
Movimiento campesino de Papaye en Haití

Este movimiento fue creado hace 40 años por un ingeniero agrónomo


haitiano y cuenta con 60.000 miembros para defender los derechos de los
campesinos y desarrollar el campesinado en sus actividades económicas (donación
de semillas, equipos, acceso a microcréditos, etc.), acceso a la formación y a los
servicios sanitarios básicos.

Movimiento del pueblo Saramaka en Surinam

Los descendientes de los esclavos de Surinam, que constituyen el pueblo


Saramacca, llevan siglos luchando por la conservación de la selva tropical en este
país, que es el que tiene la mayor proporción de superficie de lluvia del mundo en
relación con su tamaño.

El movimiento afrocolombiano de Francia Márquez

Francia Márquez recibió el Premio Ambiental Goldmann en 2018 por su trabajo en


la lucha contra las consecuencias de la minería: desplazamiento de poblaciones,
contaminación de ríos, etc.

Esta lista no exhaustiva62 de movimientos medioambientales y sociales


muestra no sólo que las luchas sociales y por los derechos humanos no pueden
disociarse de las medioambientales, sino también cómo la diversidad de
experiencias y, por tanto, de marcos culturales aporta creatividad y motivación
para la acción medioambiental. Estos movimientos son "un conjunto de personas
que articulan la preservación del medio ambiente con la búsqueda de un mundo
libre de desigualdades".63

62
EJatlas (2020). El Atlas Global de la Justicia Ambiental. Disponible en: www.ejatlas. org Consultado
(mayo de 2021).

63 Ferdinand, M. (2019). Une Écologie Décoloniale : Pensar la ecología desde el mundo ca- ribeño,
Anthropocène Seuil.
En julio de 2020 tuvo lugar en París una marcha para conmemorar la
muerte de Adama Traoré, que reunió a activistas antirracistas y climáticos64. La
ecología decolonial se manifiesta aquí a través de esta colaboración. El Front des
Mères, fundado en 2016, lidera una lucha ambiental en los barrios obreros: "En
torno al acceso a la comida vegetariana y de calidad en los comedores, el derecho a
poder moverse en un entorno saludable, a tener ascensores que funcionen, el Front
des Mères ha liderado una lucha medioambiental desde el principio. El medio
ambiente se nos presentó como la herramienta de liberación más relevante para la
emancipación de los barrios populares. Nuestras luchas son profundamente
medioambientales". Esta cita nos ayuda a contrarrestar el argumento y el
estereotipo de que cuando se lucha por la supervivencia y la igualdad,
supuestamente no es en un marco medioambiental.

Al abrir los ojos a estos hechos, ¿cómo no ver que este movimiento de
unión de luchas se aplica también al contexto de la acogida de los inmigrantes?
Son ellos los que se encontrarán en los barrios populares citados por Fátima
Ouassak y los que sufren o sufrirán primero los impactos de la degradación
medioambiental. Abriendo los ojos a la diversidad cultural de las luchas
medioambientales y a la riqueza que constituye un punto de vista cultural
diferente sobre este tema, Interculturalidad Verde desea formar parte de este
movimiento para que la acción medioambiental se convierta también en un lugar
de acogida y empoderamiento, donde los recién llegados sean visibles, un lugar
donde se celebre la diversidad cultural y se utilice para una acogida digna.

64 Kokabi, A-R. (2020, 17 de julio). Quatre ans après la mort d'Adama Traoré, écologie et

quartiers populaires tracent un trait d'union. Reporterre, le quotidien de l'écologie. Disponible en:
https://reporterre.net/Quatre-ans-apres-la-mort-d-Adama-Traore-ecologie-et- quartiers-populaires-
tracent-un-trait
5.4. Activismo delicado (sobre cómo y por qué)

"Es la creación de ese modelo ahora omnipresente, de proceso como técnica


limitada, lo que señala la subversión y aquiescencia final del activismo, lo que
convierte la originalidad radical en una práctica de conformidad y abstracción" es
como Davidoff y Kaplan (2014) describen un pecado muy ingenuo pero poderoso
del activismo. Como resultado:

• Los activistas tienden a actuar con plena convicción y con objetivos claros
(aunque los consideren inalcanzables), con un saber hacer derivado de éxitos
anteriores, o de teorías, o de la pura necesidad de cambiar;

• Trabajadores sociales, conservacionistas, educadoras y expertas


intervienen en un gesto "incuestionable" que pretende proteger, mejorar y dar
forma a formas radicalmente diferentes de actuación de las comunidades en su
entorno;

• Los conocimientos y los mecanismos "objetivamente" probados y


justificados se convierten en las herramientas evidentes para gestionar la
vulnerabilidad de los seres vivos y las voluntades de las sociedades;

• El cambio se convierte, si se tiene mucha suerte, en aquello que estaba


previsto, convirtiéndose en un cambio instrumental: algunas zonas son menos
borradas, un par de especies se conservan, un territorio se sustrae al avance
desenfrenado del mercado sobre los vivos, y como tal, contabilizamos los
resultados como si fueran mercancías.

Y de ahí, los que saben seguirán pensando que saben, y los que cumplen,
seguirán pensando que no saben; y hay rebotes imprevistos (efectos colaterales). Y
los que querían el cambio, habrán cambiado poco.

Antes (kilómetros antes, tiempo, reflexión y larga observación antes)


Davidoff y Kaplan conciben otra forma de construir y descubrir el cambio. Frente a
la estridente torpeza de los activismos e intervenciones guiadas por la urgencia o
por los protocolos de los gobiernos, las organizaciones o el propio mercado, el
activismo delicado se ofrece como una forma de tomar conciencia tanto de
nuestras acciones como del proceso que se promueve.

Un punto de partida, que no explicitan en sus textos, pero que es evidente


en cuanto se inicia una conversación con ellos, es la abstención total de actuar en
contra, o por encima, lo que ocurre en el colectivo con el que trabajan: "Un
activismo social verdaderamente radical en un mundo de complejidad sin
precedentes, va al corazón de la lucha por la justicia, y por la libertad".

Desde este enfoque, han acompañado procesos (urbanos, rurales, sociales,


eco) de naturaleza compleja, pero dejando el mandato de la eficacia en su lugar -
muy subordinado- e introduciendo el factor tiempo en la ecuación con un criterio
bastante inusual en estos campos de acción. "El activismo sensible es
verdaderamente radical en la medida en que es consciente de sí mismo, que
entiende que su forma de ver es el cambio que quiere ver" es su forma de
expresarlo.

Por tanto, si queremos ser más sensibles como activistas, debemos


empezar por cuestionar nuestra práctica. Es una apuesta por el no autoritarismo y
la no objetivización de quienes habitan la realidad en la que actuamos, siempre
atentos a no caer en nuevas formas de dominación.

Esto, que es relevante para cualquier intervención en el ámbito social, es


aún más necesario en el ámbito de la sostenibilidad: ¿Cómo podemos aprender a
entender y cuidar la naturaleza si ni siquiera escuchamos a nuestros semejantes
con respeto? ¿Cómo pretendemos intervenir ecológicamente si ni siquiera
podemos empezar a comprender las profundas y múltiples relaciones entre los
seres vivos de un entorno?

Es, por tanto, una invitación a revisar nuestras prácticas, siendo coherentes
con nuestros objetivos de cambio: una perspectiva poderosa a la hora de pensar
en la promoción de los cuidados (y eventualmente en el buen uso de los recursos
naturales), dado que respetamos, honramos, la sociedad en la que conviven. Sin
observación, la idea más radical puede convertirse en un impulso conservador,
sordo y neurótico.
El activismo delicado nace en contraposición a un activismo que se
caracteriza más por la acción que por la reflexión, que mira más a los resultados
que a los procesos, y que impide aprender de nuestros errores y dificultades. La
atención, la observación, el tratar de integrar y trabajar conjuntamente con todas
las personas y grupos implicados, los conflictos, los puntos de vista y las
necesidades, implica una mayor inteligencia y coherencia en la intervención. Así
podemos evitar "el riesgo de quedar atrapados entre ser un proveedor de servicios
ineficaz, por un lado, o un fundamentalista angustiado, por otro".

Las acciones que protejan la vida, que la sostengan, implicarán un


compromiso sostenido en términos de entender y generar espacios para la
convivencia de los seres vivos (humanos, comunidades, en su singularidad y
complejidad), formando parte de ella. Desde esta coherencia, desde este cuidado,
es imaginable una convivencia más sana entre los seres vivos: "Trabajar en el
campo del cambio social y del activismo nos enfrenta a las contradicciones. No
como anomalías, sino como el suelo que pisamos. Ese suelo en el que cada
problema, cada obstáculo, cada injusticia o distorsión es, por otro lado, la semilla a
través de la cual nacen el cambio y la intervención activista".

El desarrollo de las relaciones entre las personas que habitan el entorno es


un factor clave en cualquier intervención consciente.

Confianza, calidad, abordaje de la complejidad, práctica, diálogo, tiempo,


encuentro, son conceptos centrales a una práctica no-tecnificable, en que el cómo
es siempre inseparable del qué:

¨Cómo las personas son y cómo están entre sí, parece ser tanto el medio
como el fin para la protección de la biodiversidad en sí, representa un
punto de partida sorprendente¨

El trabajo de Davidoff y Kaplan se resiste a una receta, a una explicación simplista,


a una descripción. Va más profundo y empieza en cada una. Pero nos invita a
observar.

Algunas preguntas se nos abren, desde esta perspectiva, para pensar nuestras
intervenciones, en comunidades concretas, con personas diversas, hacia un estar-
en-el-mundo más justo y ecológico:
¿Cómo volver accesible y significativa la naturaleza, el medio ambiente, para todas
las personas que la comparten?

¿Qué sentires se juegan, en la vida cotidiana de las personas (migradas o


autóctonas) en torno a la naturaleza? ¿Qué prácticas y experiencias se dan en el
terreno de lo privado y cuáles podemos abrir a lo común?

¿Cuáles son las necesidades y cuáles las mejoras ligadas a las prácticas y
encuentros posibles?

¿Qué alianzas pueden generarse en estos ámbitos (urbanos, europeos) que tengan
sentido para todos los grupos e individuos que participan?

¿Qué queremos cambiar? ¿Qué hace falta cambiar? ¿Qué cambio desean
protagonizar los miembros de la comunidad?

¿Cómo escuchar mejor? ¿Qué nos habla desde nuestro interior y cuán abiertos
estamos a que esa verdad pueda no ser compartida?

¿Creemos realmente que todas y todos, con nuestras enormes diferencias,


tenemos un rol central en lo que se construya colectivamente? ¿Somos capaces de
generar un espacio para cada una/uno?

¿Seremos capaces de detener nuestros relojes, nuestras urgencias, para dejar


nacer un cambio que tenga sentido para todas las personas?

¿Aguantaremos el miedo (el picor) de observarnos, y dejar de hacer, y abrirnos


intencionalmente para que lo que tenga que aparecer pueda surgir?¿Seremos lo
suficientemente disciplinados?

Preguntas que podemos llevar con nosotras, ir habitando, y ser, humildemente,


parte del cambio que queremos ver en el mundo.
¨Cuando una cosa cambia,

la otra también lo hace.

Cuando una de las partes ve el mundo de manera diferente,

el mundo cambia…¨65

65
Ibid
6. Conclusión:
En nuestra sociedad contemporánea, diferentes lenguas, creencias,
costumbres, hábitos, representaciones y esquemas mentales se encuentran cada
vez más compartiendo espacios, ideas, estructuras e instituciones. Todo comienza
con el viaje de quienes deciden o se ven obligados a abandonar su país por
diversas razones, por períodos largos o cortos, temporal o permanentemente. Un
viaje que implica encuentros positivos o negativos, simétricos o asimétricos que, a
su vez, permiten el descubrimiento de algo inaccesible, la construcción de una idea
que nos representa ante el "otro". Así pues, todo comienza con la identidad y las
culturas.

Mientras el mundo se desarrolla de forma rápida y constante en un sentido


multiétnico, gracias a fenómenos dinámicos como la migración, el reto del
multiculturalismo es cada vez más urgente. La mera coexistencia de personas física
y culturalmente diversas no es suficiente, ya que puede abordarse fácilmente,
aunque de forma inadecuada, a través de la tolerancia, lo que puede propiciar
distinciones y separaciones entre culturas. Para construir puentes sólidos para que
personas de diferentes culturas se encuentren a mitad de camino, es necesario un
enfoque intercultural de la coexistencia y la comunicación entre culturas que
considere que la co-construcción y la negociación de significados, actitudes y
perspectivas son enriquecedoras y positivas para todas las partes implicadas.

En este contexto, el medio ambiente desempeña un papel clave en su


conexión e interacción con los temas del multiculturalismo y la interculturalidad.
Por un lado, los problemas relacionados con la escasez de recursos y los factores
naturales y sociales hostiles han contribuido históricamente a los flujos
migratorios; por otro, la difícil experiencia de quienes tienen un origen migratorio
puede afectar negativamente a su trayectoria de integración, comprometiendo la
inclusión y causando dificultades en el establecimiento de nuevas relaciones. La
educación intercultural, destinada a desarrollar el pensamiento plural y las
habilidades de comunicación intercultural, se entrelaza y comparte objetivos con la
educación medioambiental, ya que ambas pretenden promover la integración y la
inclusión sostenibles y participativas.
El trabajo social, como profesión que colabora entre disciplinas y dentro de
las comunidades, se encuentra en una situación única para desarrollar la
conciencia comunitaria global y local, destacando la importancia de la conexión y la
relación en el restablecimiento de un sentido de comunidad, lugar y pertenencia.
Los trabajadores sociales, como profesionales con conocimientos
interdisciplinarios y dentro de un contexto interdisciplinario, podrían, por tanto,
asumir nuevas funciones y responsabilidades realizando una acción innovadora y
adaptada que integre enfoques pedagógicos centrados en la sostenibilidad
medioambiental y vinculados a la educación intercultural, para valorar plenamente
la amplia gama de tradiciones, creencias, hábitos, prácticas, lenguas e identidades
que conforman nuestro mundo.

Opuesto a un contexto con enfoque individualista e insostenible de las


relaciones y los patrones de consumo, este marco teórico espera proporcionar
algunos rudimentos para ayudar a los trabajadores sociales, educadores,
proveedores de formación y, más en general, a cualquier individuo interesado en
contribuir a una sociedad más equitativa e inclusiva, a tomar decisiones formales y
conscientes sobre la sostenibilidad ecológica y social, con el fin de construir
conjuntamente estrategias ecológicas, compartir experiencias, derribar barreras y
participar activamente en una vida cotidiana que merezca la pena vivir para todos
los seres humanos y no humanos.
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