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Maestre Coram

Interludio 1.

Coram examinó su herida bajo la clavícula – su subalterno, Joasim, un joven lleno de granos con una
perpetua sonrisa ausente de inteligencia, sostenía el metal pulido que le permitía examinar su propia
herida- quedaba todavía una costra negra, pero no había signos de infección, y el dolor era mínimo.
– Está bien Joasim, como puedes ver estoy totalmente recuperado. Espero que hayas sacado una
lección de mi infortunio. ¿Cuál es esta lección?
El joven comenzó a recitar algunas de las instrucciones que había aprendido estas semanas respecto al
tratamiento de heridas profundas. Viendo la cara de desaprobación del maestre, cambió su expresión, y
tras unos segundo mirándolo fijamente respondió.
– Al señor Maestre no le gusta el trabajo manual...
– No. Un maestre nunca hace las cosas por gusto, si no por obligación. Pero he perdido tres semanas
de estudio. Sin embargo, el señor Sagremore se ha restablecido totalmente, cosa que sin mí
presencia no hubiese resultado así.
– Quizás… ¿Los maestres no deben inmiscuirse en asuntos de caballería?
– Limpia y vete Joasim, reflexiona sobre una respuesta adecuada ante mi lección vital.
Coram se tendió sobre la silla de estudio de su gabinete, mientras escuchaba los esfuerzos del hijo del
comerciante para no importunarle. Tomando un mapa de la comarca, de su propia creación, comenzó a
analizar las nuevas informaciones y a ubicarlas en función del mapa.
“Ya está bien... Tres semanas trabajando sin descanso como un vulgar barbero, ¿para qué? Para tener un
resultado mediocre como cualquier matasanos sacacuartos. ¿Para esto los Blackwater han solicitado la
ayuda de un maestre? Como aquel maestre que fue despedido por los Malstorm... Qué osadía, ¡despedir a
un maestre por no poder resolver una enfermedad! Estos nobles se creen que el conocimiento es una
prostituta a la que pagas y te da un servicio, desconocen los años de estudios y los sacrificios a los que nos
exponemos para poder ayudarles en sus estupideces cotidianas, ¡cuánto talento malgastado! Eso haré, iré a
entrevistarme con él, puede ser un buen aliado, y además hay varias gestiones que llevar a cabo en
Villamercado.”
Acto seguido, informó al señor de que realizaría un breve viaje a Villamercado, así podría comprar el caballo
que había perdido Johan por culpa de aquel maldito bravosí, y así como podría reponer algunos de sus
ingredientes farmaceúticos.

El combate que Coram presenció le ha hecho cambiar su opinión sobre Sagremore, ya que en un principio
pensaba que era un fanático cegado. Ahora sabe que es un fanático muy útil para la protección de la Casa.
Desconfía de la capacidad de gestión de Olivar, ya que sus gestos cuando estaba terminando el combate
denotan que es una persona impulsiva, algo que antes no había constatado.
Coram va a Villamercado, acompañado por su subalterno Joasim, un chaval hijo de un comerciante de Puerto
Maril que quiere ingresar en la Ciudadela, así como por dos guardias.
Intentará tener un encuentro con el maestre expulsado, sobre el que buscará previamente información en la
ciudad. Quiere saber quién es exactamente, qué ocurrió en su antigua fortaleza, y si sabe algo del noble
Malstorm perdido.
Asimismo hará las compras necesarias para que todo el equipo perdido se restablezca.

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