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UDABERRI; la realidad tras el espejo

Hola, gente de Soberanía Alimentaria Candeleda.

Lo que sigue es un extracto del libro que escribí el año pasado. Como en el grupo de Soberanía Alimentaria se está
hablando sobre Derecho Natural, Derecho Positivo y Ley del Almirantazgo, le he pedido a Richar que os lo envíe
pues está suficientemente desarrollado y necesitamos estar bien informados. El contenido de todo el libro está
totalmente contrastado con al menos tres fuentes diferentes por lo que no se trata de mi opinión ni de cortar y
pegar sino de una indagación profunda de mucho tiempo. Un saludo afectuoso.

Sergio.

Te propongo ponerte al tanto de algo que te incumbe directamente; para ello, te pido que vayas a por tu DNI,
pasaporte, certificado de estudios, licencia de conducir, tarjeta de crédito o debido; en fin, todo aquello que
muestre quién eres. Ahora te enterarás que eres doble, que existen dos tú. Paciencia y verás…

La ley marítima que nos rige a todos para que


la élite globalista gane dinero con nosotros en la bolsa.

LEY de ALMIRANTAZGO; la esclavitud a través del lenguaje

Después de que nos hemos dado cuenta de que detrás de sistemas políticos, económicos y sociales se
encuentran grupos y jerarquías dirigiéndolo todo desde el parcial anonimato, no nos debería de extrañar que
exista también un entramado establecido para que aceptemos someternos a través de la manipulación de las
leyes y del lenguaje usado en estas.

Pensamos que las leyes son creadas por un poder legislativo independiente electo por medio del sistema
democrático para el bienestar y el buen funcionamiento de una sociedad. Pero, ¿qué ocurre cuando las leyes
comienzan a actuar en contra del bienestar y la libertad de las personas? ¿Cómo puede coexistir la esclavitud y la
creencia de que vivimos en una sociedad libre, amparados por derechos supuestamente inalienables, mientras el
Estado y las leyes nos imponen limitaciones a estos derechos?

Conocemos las cada vez mayores restricciones a la libertad de expresión (Ley Mordaza en España); libertad de
movimiento (escáneres corporales y controles en áreas públicas y privadas); restricciones a libertades en la vía
pública en forma de las llamadas ordenanzas para la convivencia.

La razón por la que tienen poco que ver los derechos que piensas que tienes con los que en realidad se aplican
radica en obtener -mediante refinados trucos y manipulaciones del lenguaje- tu consentimiento para ser
gobernado, convirtiéndote en una corporación o persona jurídica que pasa a ser regida por la Ley Marítima.

La Ley Marítima o Ley de Almirantazgo es un cuerpo normativo internacional que rige las relaciones entre
entidades de Derecho privado o corporaciones dedicadas al tráfico marítimo, y tiene su origen en los usos
comerciales de los antiguos egipcios y fenicios que llevaban a cabo comercio marítimo en el Mediterráneo. Fue
primero recopilado en la edad media en el Llibre de Con solat dels mar, de Barcelona, que aún sigue siendo
internacionalmente el texto de referencia sobre Ley Marítima.

Si miramos nuestro documento de identidad, permiso de conducir y cualquier otro emitido por organismos
públicos nos daremos cuenta de que el nombre de la persona está escrito todo en
MAYUSCULAS. Piénsalo bien, ¿qué razón estética, informática o legal pueden aducir
los controladores para usar en toda documentación emitida por el Estado esta forma
de escribir los nombres, aún en contra de los usos gramaticales?

En el momento de tu nacimiento tus padres o cualquier persona que represente al


recién nacido te inscriben en el Registro Civil. En ese mismo instante una corporación
es creada con un nombre similar al tuyo, pero escrito en MAYUSCULAS, de la misma
forma que los nombres de barcos o empresas. Con este procedimiento se crea una
corporación, una ficción legal que tú, el hombre o mujer de carne y hueso, acepta
inconscientemente representar y con ello aceptar ser regida por la Ley de
Almirantazgo. Esto es lo que en el derecho de la antigua Roma se conocía como
Capitis deminutio máxima; la pérdida total de derechos de una persona.

Para entender el porqué de tan refinada farsa debemos remontarnos a la gran recesión creada tras la I Guerra
Mundial y a la quiebra de los Estados. La Corporación conocida como ‘The United States’ entró en estado de
insolvencia en 1933, a través del Emergency Banking Act. Para poder continuar funcionando dicha corporación
ofreció sus empleados (ciudadanos) a la Reserva Federal como garantía de la deuda. En 1933 se introdujo la
obligatoriedad del registro de nacimiento y el Certificado de Nacimiento funge desde entonces como título de
Valor, parecido a las acciones en la bolsa. Su valor se corresponde a las ganancias promedio que se esperan de
una persona a lo largo de una vida promedio, proveniente de su fuerza de trabajo, ideas creativas, experticia,
consumo, impuestos, enfermedad y las que aún se les puedan ocurrir. Este sistema se ha establecido a lo largo del
mundo y es válido para los países, con algunos matices.

Ya que el dólar, el euro y en general las monedas desde 1971 no están vinculadas al patrón oro y son creadas
por los Bancos Centrales privados (Fed, Banco Central Europeo, etc.) y son simples letras de cambio que
representan una deuda, éstas solo están cubiertas por el crédito involuntario que las personas le dan a «su
Estado» con el registro de su nacimiento y con la energía en forma de trabajo esclavo con la que sostenemos el
sistema.

Desde este punto de vista esta creación de una


corporación, que pasa a ser representada por el hombre
o mujer de carne y hueso (y espíritu), salta a la vista si
nos detenemos a observar que el número asignado al
Documento Nacional de Identidad es idéntico al Número
de Identificación Fiscal, necesario para ejercer
actividades comerciales. Este número le es asignado,
independientemente de que ejerza actividades
comerciales o laborales, ya que el documento se emite al cumplir los 14 años de edad o incluso antes de manera
optativa.

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Al estar basada toda esta manipulación en la perversión del lenguaje, necesaria para respetar el libre albedrío,
es en él en dónde encontramos ejemplos e indicios de cómo este sistema funciona. La mayoría de estos términos
suelen venir del inglés, como los tristemente famosos daños colaterales collateral damage. Collateral tiene en
inglés también el significado de garantía de una deuda, por lo tanto se refiere a la pérdida de una mera
mercancía.

El término recursos humanos nos recuerda que somos considerados como un bien a administrar; una parte más
de los recursos de una corporación. La tergiversación del lenguaje más conocida es la aplicada en países
anglosajones por la policía que al preguntarte: Do you understand? (¿Ud. entiende?), en realidad buscan que el
sujeto acepte entrar en contrato bajo Ley Marítima porque en realidad quieren decir: Do you stand under? (¿Ud.
se somete?). Esto es un juego del lenguaje que es aprendido por los agentes en la práctica, probablemente sin
saber por completo sus connotaciones, al ser ellos solo parcialmente conscientes de la profundidad de la
manipulación del sistema.

Aunque te resulte increíble de imaginar esto tiene su origen en el Vaticano y la farsa de la ley divina. La Ley
Marítima o de Almirantazgo que rige a toda persona registrada ante el estado se remonta al supuesto de la
historia de Noé. Es decir, de cuando en un gran barco solo había una familia elegida y pocos más que
desarrollaron su vida sobre el agua y por tanto, fuera de su ámbito natural terrestre, no correspondiéndole
entonces la Ley Natural.

De esto hablaremos a continuación porque creo que es fundamental saber, estar enterados, de estas cosas para
poder recuperar nuestro poder individual y social. Lo arriba expuesto lo ampliaré por lo que te pido paciencia con
las reiteraciones que pueda citar; son necesarias para asentar mejor toda esta información. Su lectura es un reto
pero es de vital importancia para entender el mundo occidental moderno y de los hechos históricos que lo
llevaron a la situación actual. Vamos con ello.

Comencemos por citar cuatro bulas papales –son documentos firmados por las altas esferas del papado y
sellados con plomo- que por no haber sido aún cuestionadas nos rigen negativamente; sobre ellas se levanta el
edificio de la política y la justicia de nuestros días. Estas bulas son:

Año 1302; el papa, rey de todo el planeta.

Año 1455; el papa nos roba todas las propiedades y bienes.

Año 1481; el papa roba nuestras propiedades personales.

Año 1537; el papa, dueño de todas nuestras almas.

A día de hoy si las cosas no salen como quisiéramos es porque hemos dado nuestro consentimiento para que así
ocurran; incluso si no somos conscientes de ello porque hemos sido extorsionados de mala fe por el fraude.

Todo comenzó el 18 de noviembre 1302 a la fecha de publicación de la Bula del Papa Bonifacio VIII titulada
Unam Sanctam Ecclesiam; las repercusiones aún se encuentran entre nosotros porque al nacer damos nuestro
consentimiento para ser explotados eficazmente como esclavos de por vida.

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¿Por qué hemos dado la soberanía nacional a un grupo de poder privado? ¿Por qué esta quiebra de todas las
economías occidentales se realiza con nuestra aprobación de la que no sabemos nada? Lo primero que se debe
hacer es encontrar la manera de entender cómo obtuvieron nuestro consentimiento para luego ser capaces de
poner en práctica una estrategia para retirarla y romper su juego.

Si no partimos de aquí, antes de hablar de la recuperación de la soberanía monetaria, las elecciones


democráticas verdaderas y la reforma, estamos desarmados y no volveremos a salir. Hagamos lo que hagamos
sería inútil. Así que la segunda cosa en que concentrarse es: ¿por qué para el poder mundial, también llamado
Cabal o Estado Profundo, es crucial contar con nuestro consentimiento? Porque saben muy bien que su ley no es
una ley universal, una ley suprema, que regula y domina todo el universo, que es la ley natural de Libre Albedrío,
que va más allá de todas las posibles leyes humanas.

Como vengo desarrollando a lo largo de este recorrido que comparto contigo los controladores regresivos,
devenidos en gobernantes de hecho sobre todos nosotros, usan a su favor la matemática vorticial, los
conocimientos herméticos y tienen en cuenta, muy en cuenta, que para no recibir las consecuencias de sus actos
deben conseguir que la humanidad, nosotros, lo hagamos por ellos. De este modo todas las repercusiones de sus
planes recaen en nuestras vidas y no en las de ellos. Es más, ellos solo reciben los beneficios de sus ideaciones
que nosotros implementamos. ¿Cómo? Mediante una batería de herramientas que centran su implementación en
cinco áreas de la vida humana: la política, la económica, la religiosa, la científica, la educativa.

Su instrumento supremo está en la manipulación de nuestra


percepción (¿recuerdas lo que ya vimos sobre el cerebro?);
manipulación que llevan a cabo sin problema alguno ya que son los
dueños de los medios de información, entretenimiento y
comunicación.

En definitiva, como borregos se nos conduce a los rediles que desean;


se nos induce a pedir y exigir respuestas a problemas que ellos
mismos generan en nosotros, mediante el sistema por el cual nos instalan un problema, nosotros reaccionamos
pidiendo a nuestros representantes que lo resuelvan, no importando el costo, y ellos nos aportan esa solución. De
este modo tan sencillo se hacen con el control cada vez mayor de cada uno de nosotros: problema-reacción-
solución.

Por eso es tan importante saber la berdad, con «b»; saber la berdad de nuestra historia, de cómo se nos
manipula y así no seguir cayendo en su hipnotismo perverso ejecutado por los psicópatas narcisistas que elegimos
como gobernantes, sus lacayos.

Antes de hablar de la historia de la aplicación de la Ley del Libre Albedrío, daré un ejemplo de aplicación de esta
ley universal.

Si firmaste un contrato de hipoteca con un banco, que a su vez se lleva la casa en caso de insolvencia, has dado
tu consentimiento (libre albedrío) a ese contrato. ¿Alguna vez han obligado a alguien? Entonces, si vas a los
tribunales por causa de la crisis y reconoces los órganos legislativos y luego los tribunales que los legitiman, has
dado tu consentimiento (voluntad) a la legitimidad de lo que no lo tiene. Pero entonces, ¿por qué funciona así?
Pregunta que prácticamente nadie se hace, cuando es la pregunta fundamental, porque estamos programados
para no hacérnosla nunca.
Para comprenderlo debemos remontarnos siglos y milenos en el tiempo; ¿vamos?

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Mauro Biglino se encuentra abocado a la traducción literal del hebreo antiguo del Viejo Testamento bíblico.

Sus traducciones son validadas por los ancianos de la comunidad judía porque es literal y no se interpreta.
Revela la verdadera naturaleza de la Biblia, que es en realidad un Código Marítimo de Derecho Mercantil válido y
aplicado aún hoy, casi incontestable en cualquier tribunal del mundo.
Según dice en las traducciones manipuladas del Antiguo Testamento el «dios» Yahweh, también traducido como
Yahvé, Jehová, -que según Biglino no lo es en absoluto, pero en la traducción manipulada lanzada por la Iglesia se
ha traducido como Dios-, se vio en la necesidad de entrar en una alianza con el pueblo judío, con las normas y
cláusulas recíprocas precisas, como el sacrificio de los primogénitos de cada par, etc., que ahora sabemos por la
versión bíblica que ha llegado hasta nuestros días.

Así Moisés y sus seguidores con su libre albedrío deciden seguir a Yahweh, quien con su poderosa arma, desató
la matanza y destrucción de todas las ciudades a su paso matando a hombres,
mujeres, ancianos y niños. Entre ellas destaca Sodoma y Gomorra; «hacer lo
justo» para ser salvados de la destrucción por Yahweh; dando origen a la
circuncisión, además del mito negativo de la sodomía practicada en esas
regiones.

Toda esta introducción sirve principalmente para sentar las bases de la primera
unión indisoluble entre la ley de libre albedrío, la religión, la política, el código
marítimo de derecho mercantil, el dinero, y lo que vivimos hoy en día.

Pero este es el comportamiento autodestructivo medianamente sostenible que el poder puede hacer y que la
élite cabalista lo sabe muy bien. Porque incluso el peor de los satanistas masones, que se prepara para llevar a
cabo un sacrificio humano, está obligado a seguir las reglas y luego elegir la primera víctima ofrecida
voluntariamente, impulsada por una «atracción inexplicable». O bien, un ejército que está a punto de invadir una
nación extranjera está obligado a dar una advertencia al Estado que se va a someter bajo fuego y espada
explicando todas sus peticiones. Horrible o no todavía había una advertencia, por lo que se mantuvo el honor.
Hoy, ese detalle de honorabilidad ha caído prácticamente en desuso.

La universalidad de la ley de consentimiento es la base de lo que vivimos hoy en día, demostrando que la élite
dominante en el mundo sigue esta ley desde el principio de la historia humana y lo pone en práctica en todo
momento y en todos los aspectos de nuestras vidas.

Siguiendo esta ley los gobernantes de hoy necesitan el voto. Se requiere absolutamente de nuestro
consentimiento; ¿cómo lo hacen para eludir la ley natural? Han ideado un sistema perfecto que funciona de
acuerdo con los principios descritos más arriba: «advertencia» y «silencio». Si tú no respondes significa que estás
de acuerdo y por lo tanto peor para ti.

Acudo a un ejemplo sencillo que nos pasa a muchos. Cuando el banco cambia las condiciones de contrato, y lo
hace a menudo, está obligado a enviar un documento de transparencia bancaria -advertencia-, que muy pocos de
nosotros leemos. Si no se contesta es consentimiento tácito; es decir, que nuestro silencio es válido como
aceptación. Toda la historia de nuestro mundo, durante milenios, ha funcionado de acuerdo con este principio.

Todas las leyes se derivan de los cánones, o derecho canónico, debido a que todas las leyes, directa o
indirectamente, tienen que ver con la Ley Divina y Eclesiástica. Pero los cánones, en particular, son reglas o

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principios que se derivan del hecho de que nunca han sido cuestionados (consentimiento tácito). Doy ejemplos de
algunos cánones, reglas o principios universalmente reconocidos -porque nadie los ha cuestionado- aunque hay
muchos más.

Todas las deudas deben ser pagadas; todos los contratos deben cumplirse. Todas las controversias presentadas
ante la ley deben ser resueltas ante la ley; es decir, que si recibes una acusación, por infundada, injusta, inmoral o
ilegal que sea, no la puedes ignorar. Y tienes la imposición de probar la nulidad de la acusación ante la ley frente a
la cual se ha presentado.

Las peticiones, si no se impugnan, se hacen válidas. Si recibes una multa o penalización injusta se fija una
audiencia y si no apareces, los responsables decidirán por ti y sin ti… debiendo tú acatar esa decisión.

En este punto hay que tener en cuenta que casi la totalidad de los procedimientos judiciales se basan en la
suposición de algo; pero casi la totalidad de los seres humanos no se molestan en entender estos supuestos o no
se molesta en rechazarlos. En otras palabras: el sistema todavía se basa en el sacramento de la confesión, al igual
que en los tiempos de la Inquisición, donde es esencial que uno se acuse a sí mismo. En ausencia de este acto de
auto-acusación el sistema no puede continuar.

La Ley es jerárquica, siempre desciende del derecho divino: por encima de todo está el derecho divino; como
tal, es descendiente del Creador Divino. De este deviene el derecho positivo, que es privado, integrado por leyes
nacionales e internacionales, administrativas, etc. dictadas por humanos, llamado Derecho Positivo, que
pertenece al escalafón más bajo y se opone per se al derecho natural.

Aquí hay que tener en cuenta que cada propiedad es un derecho asociado a un fideicomiso; es decir, a un
fiduciario. Fideicomiso es una disposición por la cual el testador, quien hace testamento, deja sus bienes
encomendados a la buena fe de alguien para que, en caso y tiempo determinados, lo transmita a otra persona o
la invierta del modo que se le señala. Por su parte un fiduciario es la persona a quien el testador manda transmitir
los bienes a otra u otras personas o darles determinada inversión.

Sin embargo los poderosos, la élite mundial, han sabido siempre que la propiedad es un concepto ficticio. De
hecho, ¿cómo puedes ser dueño de un pedazo de planeta? La tierra, los ríos, lagos, mares pertenecen al globo
terrestre. En realidad solo tenemos el derecho de uso de la casa, el coche y la tierra todo el tiempo que estemos
vivos. Al morir: ¿qué va a pasar con la casa, el auto o ese pedazo de tierra si no hay disposiciones testamentarias?
Ya no depende de ti. Así que la casa, entendida como paredes, piso y techo, y a su vez como un título y un
fideicomiso, o como un régimen de administración fiduciaria, son dos cosas diferentes.

La legislación referente a quién está en posibilidades de actuar como fiduciario varía con el país. En general
solamente las instituciones de crédito (y algunas instituciones de seguros y de fianzas) pueden ser fiduciarias.
También les está permitido a los despachos de abogados con autorización de la Superintendencia de Valores.

El juego consta de tres partes: un Artista, un Administrador y un Beneficiario. El Artista es siempre el que «dio el
título», que es el Estado. El Administrador es el que administra el título (comunidad autónoma, estado, provincia
o municipio). El Beneficiario, a quien llamamos «dueño». Hasta acá nada nuevo, queda por ver cómo este sistema
se está utilizando en contra de nosotros.

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BULAS PAPALES no CUESTIONADAS

El sistema actual que se basa en el concepto de propiedad fue creado por los antiguos romanos que han
derramado su «derecho romano» por todo el mundo hasta hoy.

Cada tierra conquistada y destruida se asentaba en un registro guardado en Roma y cada nueva tierra del
Imperio podía trabajarse sólo por un ciudadano romano. Hoy en día vivimos en un sistema que ha sido aprobado
por la existencia del Imperio Romano; imperio que de hecho nunca se terminó y sigue vigente mediante el
Vaticano.
Con las invasiones lombardas el Papa León III coronó a Pipino el Breve como rey de los francos y a Carlomagno
como emperador del Sacro Imperio Romano.

El sistema que padecemos hoy en día en la organización de la propiedad y el derecho positivo - el dinero y la
política- nació en 1302, fecha de publicación de la Bula Papal escrita por el Papa Bonifacio VIII, que tuvo como
título La UNAM sanctam ECCLESIAM.

¿Quién era este papa? Bonifacio VIII es considerado uno de los hombres más corruptos, malvados y poderosos
en la historia de la Iglesia y el mundo; tanto es así que el propio Dante Alighieri le coloca en el círculo octavo, el
más bajo, del infierno de su Divina Comedia.

Unam sanctam Ecclesiam determina el régimen de administración fiduciaria que hoy sigue vigente. En ella se
afirma que Dios le había confiado todos los títulos y propiedades de la Tierra a la Santa Sede.

Esta declaración no fue impugnada, objetada ni debatida y, por tanto, de conformidad con el apartado 4) de la
Ley de Canon se convirtió en válida. El Vaticano designa al albacea, administrador y depositario beneficiario del
sistema. El Ejecutor es la Orden de los Franciscanos Menores junto con la Orden de los Jesuitas y es claramente
visible en el emblema que aparece en la publicación de la encíclica. El propietario es «Dios»; el administrador es el
papa; los beneficiarios del fideicomiso son todos los pueblos del mundo.

En la práctica y traducido en otras palabras la Bula Papal de 1302 usa la metáfora del Almirantazgo y Derecho
Marítimo (la Biblia) que indica que la Unam Sanctam Ecclesiam y la primera Iglesia Santa es el Arca de Noé:
porque mientras todo el mundo estaba cubierto por agua lo único que se elevó por encima de ella era el Arca.
Claramente se basa en las suposiciones de que hubo un diluvio universal, que no había tierra emergida y que los
únicos humanos del mundo eran los que estaban en el arca y que solo la Iglesia Cristiana es la válida y verdadera;
por ende, ley de «Dios».

Así que todos los seres humanos, a partir de ese día, certificados por la Biblia como la Ley del Código Náutico, se
pierden en el mar. El papa, por lo tanto, reclama todo el poder, toda la propiedad, tanto espiritual como
temporal, hasta que la «falta» vuelva a reclamar sus derechos.

Esta ley proclamada por el Papa Bonifacio VIII se basa en el derecho divino y por eso no podemos hablar de
política sin hablar de religión; como tampoco de la economía y las finanzas sin incluir también a la religión.

153 años más tarde otro papa va por más. Su bula es testamentaria en la naturaleza; es decir que el papa tiene,
en el momento de su muerte y la muerte de los futuros papas, el derecho de utilizar todos los privilegios y todos
los bienes derivados de la bula anterior de Bonifacio VIII.

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Entonces el artista es la Curia Romana, el administrador es el Colegio Cardenalicio y el beneficiario es el rey, en
los terrenos propiedad del papa. Así que Dios le dio la tierra al papa y el papa da piezas de este mundo al rey (o su
equivalente de ahora). Actualmente la única beneficiaria de todo es la Corona Británica, a través del Banco de
Inglaterra, que rinde cuentas a El Vaticano.

Así que desde ese momento el Rey del Mundo tiene un mandato divino. Esta encíclica de 1455 se llama
Romanus Pontifex y fue publicada por el papa Nicolás V.

Entre otras cosas esta bula da al rey de turno designado por el papa, y cito: «…el pleno y total derecho de
invadir, buscar, capturar, conquistar, subyugar a todos los enemigos de Cristo, vivan donde vivan, junto con sus
reinos y ducados, principados, dominios, posesiones, y cualquier propiedad, mueble e inmueble, que es
propiedad de ellos y tirarlos a la esclavitud perpetua y ocupar, aprovechar y convertir a su propio uso y beneficio,
o dominios, posesiones (…) y así se puede lograr y cumplir con esta piadosa y bella obra, digno de ser recordado
en todo momento, para que nosotros siendo los favoritos de él para la salvación de las almas y la propagación de
la fe y de la derrota de sus enemigos, considere una tarea que se refiere al mismo Dios, la fe, la Iglesia universal,
con mayor perfección, ya que elimina todos los obstáculos, va a tomar conciencia de ser fortalecido por los
grandes favores y privilegios otorgados por nosotros y la Sede Apostólica».

Casi 30 años después, en 1481, el papa Sixto IV promulgó la bula "Aeternis Regis Clementia" que es diferente de
la anterior ligeramente: como el bien que otorga al rey ya no es la tierra, pero son los seres humanos que viven en
esa tierra, que a partir de ese momento se consideran incompetentes, incapaces y por lo tanto sujetos a la
administración obligatoria. En otras palabras, el papa se convierte en dueño de nuestras almas.
De hecho, en esta bula de Sixto IV se da cuenta de la visión ilustrada de Bonifacio VIII para que los seres
humanos se pierdan en el mar y entonces nada nos pertenece, estamos en quiebra, porque nunca hemos vuelto a
reclamar nuestros derechos y bienes, así como el Estado debe cuidar de nosotros por «nuestro propio bien».

Este es el sistema que sigue vigente a día de hoy.

En todo esto hay que tener en cuenta algo fundamental: su esencia satánica o desviada del amor. Los originales
de estas bulas de 1302, 1455 y 1481 no están visibles o accesibles debido a que hasta el siglo XVIII el Vaticano
escribió sus bulas no en papel porque se consideraba un medio carente de vida y por lo tanto sin valor. Los
documentos para ser válido tenía que ser escrito en un material vivo. Entonces, se firmaron con sangre humana y
se escribieron en pergaminos hechos de piel de niños inocentes.

Sí, hay constancia de esto en la firma de la reina Elizabeth del Tratado de Lisboa que se llevó a cabo en un
pergamino de piel de niño puesto que la reina, como beneficiaria de una ley divina, no puede firmar un
documento sobre material «muerto». Esto explicaría el porqué del celo Vaticano en mostrar los originales. Esta es
la secta que controla el mundo desde la Ciudad del Vaticano.

Fuentes sobre las bulas:

http://one-evil.org/content/texts_papal_bull_1302_unam_sanctam.html

http://one-evil.org/content/texts_papal_bull_1455_romanus_pontifex.html

http://one-evil.org/content/texts_papal_bull_1481_aeterni_regis.html

http://one-evil.org/content/texts_papal_bull_1537_convocation.html

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Avancemos en el tiempo…

En 1933 se produjo la peor quiebra ahora infame: las deudas se borraron y se prohibió la posesión de oro por
particulares y los Estados entregaron todo su oro, recogido en un único fondo mundial para su custodia, el BPI, el
Banco de Pagos Internacionales con sede en Basilea, Suiza, fundada y controlada por los Jesuitas y los Caballeros
de la Orden de Malta, el brazo armado de la Iglesia de Roma.

A partir de entonces las naciones se convirtieron en sociedad de derecho privado, registradas en la SEC (Security
Exchange Commission) con sede en Washington DC, desde donde también rige el UCC (Código Uniforme de
Comercio). Estas llamadas Sociedad de las Naciones de Derecho Privado, de acuerdo con las tres bulas papales,
hoy en día tienen el derecho de propiedad de las personas nacidas en cada Estado.

Aquí una copia de pantalla, del día 11 de octubre de 2020, de la página mencionada con el ejemplo de la
República Argentina. Está registrada en mayúsculas, como exige el Código Marítimo o de Almirantazgo.

Si tomamos el caso de Italia veremos que está registrada como REPÚBLICA DE ITALIA bajo el número de registro
0000052782, asociado con documentos de cotización de acciones, venta de acciones, etc. La dirección de la
empresa es el Ministerio de Economía y Finanzas. Italia, como el resto de países, no es una república libre sino
una empresa privada y el Estado es dueño de los derechos de propiedad de las personas que han nacido en su
territorio. Es más, cada uno de nosotros -del país que seamos- cotizamos en bolsa; somos activos del Estado.

Pero hemos dicho que la propiedad es un derecho asociado a un fideicomiso, una escritura de fideicomiso. Los
poderosos saben que la propiedad es un concepto ficticio y, por tanto, la gente puede tener solamente un título
que confiere el derecho de uso. En el momento de tu nacimiento, sin previo aviso, se crea un fideicomiso; es
decir, un sistema de confianza, que tiene por objeto la existencia de tu vida. Y tus padres avalan y firman esta
confianza al registrarte con la partida de nacimiento sin haber sido notificados de lo que eso implicaba.

De hecho el acta o partida de nacimiento es una advertencia porque es la creación de una personalidad ficticia
que no pertenece a ti sino a ellos.

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Tú podrías pensar, erróneamente, que el acta de nacimiento te pertenece; no es así. Tienes una copia de un
extracto, pero nunca el original que permanece en el Registro Civil. Entonces desde la creación de la partida de
nacimiento hay dos entidades (recuerda el ejemplo de la casa de ladrillo y el título de propiedad de la casa que
necesita un ejecutor, un administrador y un beneficiario), que son el ser humano de carne y hueso y la persona,
que es una entidad holográfica, un «maniquí» intermediario o una ficción legal; es decir, un fideicomiso.

Esta confianza se crea de acuerdo al derecho marítimo y Almirantazgo (La Biblia) que siempre trasciende las
leyes de los distintos países y que es la ley secreta de los poderosos y la élite. De esta confianza que se crea en el
momento de tu nacimiento, sobre tu existencia en la vida, el artista siempre es un órgano del Estado; pero:
¿quién es el beneficiario de esta partida de nacimiento? Se trata de la Sociedad de Derecho Privado llamado la
REPÚBLICA DE… o la CORONA DE...

¿De qué es beneficiario?

De un bono, un título de propiedad o una participación en la sociedad, que se estima actualmente en un valor
de aproximadamente 2 millones de dólares. En la práctica se te crea un bono valuado en dos millones de dólares
en medio de una fianza o garantía y la garantía de este bono es tu existencia en la vida. Esto significa que la
productividad, la fuerza de trabajo, es el valor real. Esclavitud pura y dura… ¡Y tú ni hueles los beneficios de esa
participación!

Pero hay todavía un tercer participante a la creación de esta ficción jurídica abominable: el administrador de ese
contrato (confianza, o partida de nacimiento en este caso) que asumirá la obligación de hacerse cargo.

Dicha función la asume la autoridad (policía, juzgados, rectorados, administración pública, etc.) Estás tan
atrapado desde tu nacimiento porque en la ficción crees que necesitas al administrador de ese «estar vivo». En
realidad confiar en ti y llevar tu nombre son dos entidades completamente distintas y separadas. El ser humano
de carne y hueso se escribe con letra minúscula; la persona jurídica, ficticia, se escribe toda con MAYÚSCULAS,
que es la que vale para el sistema.

Si no lo has hecho todavía te propongo ir a por tu DNI, tu licencia de conducir, tu tarjeta de crédito, tu título
secundario, terciario o universitario, tu tarjeta sanitaria o de tu obra social, el título de tu coche o casa; en fin,
todos tus documentos para comprobar que tendrán tu nombre completo escrito con letras mayúsculas. ¡Eres un
fideicomiso cotizando en bolsa!

¡Fraude! El uso del nombre que no te pertenece; ese nombre desde que naciste fue escrito en mayúsculas y es
una propiedad intelectual del Estado, que se ha puesto en condiciones de utilizarlo de manera fraudulenta. En el
momento en que lo utilices has de declarar que naciste sin derechos, que estás en quiebra, porque tu vida, tu
nombre y tu existencia son gestionados por alguien que no eres tú; por tanto, desde que naciste y te registraron
en este sistema abominable de administración tu nombre no te pertenece, sino que ese nombre es para los
demás.

De acuerdo con el Código de Almirantazgo o Código Marítimo (la Biblia) naciste perdido en el mar, porque dicen
que las bulas papales sobre el que se basa todo el sistema, y que en el momento del nacimiento y a través del
canal de parto tú has caído en el agua y estás perdido en el mar y nunca serás capaz de llegar a tierra firme para
levantarte y decir: «soy un ser humano libre delante de Dios».

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Curiosamente hay una ceremonia que todavía se realiza vinculada con esto: el desposado con el mar.

El papa Alejandro III y el emperador Federico Barbarroja firmaron la Paz


en Venecia el 24 de julio de 1177, poniendo fin al conflicto entre ambos.
El papa regaló un anillo al dux Sebastián Ziani como agradecimiento a sus
servicios con el que debía cumplir cada año el rito conocido como
«Matrimonio con el Mar».

El dux, a bordo del Bucintoro, con el resto de autoridades de la


República y seguido por un cortejo popular de barcas, debía lanzar el
anillo al mar y pronunciar la fórmula «Desponsamus te, mare nostrum, in signum ven perpetuique dominii» (te
desposamos, mar, como signo de eterno dominio)

La fiesta se sigue celebrando hasta nuestros días y podría estar relacionada con alguna celebración pagana
vinculada a Neptuno. El primer domingo después del día de la Ascensión las autoridades cívicas, religiosas y
militares, en un pequeño Bucintoro, acuden al puerto de San Nicolo donde se procede con el ritual ordenado por
el papa de arrojar el anillo de oro al Mar Adriático, renovando una vez más su unión perpetua con el Mar.

¿Por qué están usando la palabra «Dios»? Porque ellos son los que invocan a Dios, ellos son los que tradujeron
la Biblia con la palabra de Dios, que en un principio nunca se menciona (por cierto, la Biblia se convierte en Código
de Derecho Náutico sustituyendo la palabra «pecado» por la palabra «deuda») El derecho es, por tanto, siempre
de origen divino. De esta manera se creen criaturas «divinas» y ellos lo saben muy bien; por eso, pueden crear
una ley ficticia para derivar sus derechos de parte de Dios.

El concepto es, por tanto, que si aceptas esta premisa te autodefines incompetente en la necesidad de ser
administrado de manera forzada, ya que estás perdido en el mar, y por tanto sin derechos, en la quiebra y ni
siquiera sabes quién eres. Para que esta farsa funcione toda autoridad, de hecho, debe preguntarte quién eres;
de lo contrario ni siquiera te pueden tocar con un dedo. No tendrían la competencia para ello.

Lo mismo ocurre con el dinero. Tomemos por caso el euro, aunque se aplica a cualquier moneda del mundo. Los
billetes dicen «propiedad del Banco Central Europeo», no es nuestro porque tácitamente aceptamos ser
incapaces e incompetentes (perdidos en el mar). Entonces crearon un sistema de gobierno llamado Cosa Pública,
pero que en realidad es muy privada que incluye a los partidos políticos, el parlamento, el gobierno, los sistemas
de poder, las autonomías, las provincias, los municipios, las elecciones y si estás de acuerdo en participar de este
juego te autodefines incapaz e incompetente y en la necesidad de ser administrado de forma obligatoria.

En definitiva; habiendo nacido en la tierra nos aplican los códigos del mar a través de un registro de nuestros
nombres en mayúsculas, ya que el UCC y la SEC (Código de Comercio Uniforme y la Comisión de Bolsa y Valores)
así lo estipulan. El tribunal de justicia es una mentira, no es tal, no imparte justicia sino que arbitra entre parte.

¿Hay algo que podamos hacer al respecto?

Individualmente podemos utilizar sus propias leyes y el Código Náutico Almirantazgo (La Biblia) de tal manera
que ellos caigan en su propia trampa. Conocer la ley puede variar esto en algo.

Por ahora solo podemos dejar de participar. En conclusión, tenemos que tener claro que la economía dispone la
política, que a su vez está regida por la religión que estableció las leyes.

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Si te animas puedes enviar una carta notariada o mediante escribanía al rey o presidente, según quien sea el
máximo representante del papa en tu país; debes indicarle que sabes de la estafa legal del nombre y
asegurándole que dejas de cometer fraude al no usar más esa identidad falsa que te asignaron al nacer.

Otra manera es enviar una nota a la oficina de Asilo y Refugio informando de que pasas a ser apátrida.

Una más es recuperar tu certificado de nacimiento, el original. Aunque debes tener en claro que no lo soltarán
fácilmente.

La más drástica de las opciones es la de deshacerte de todo documento que te vincule con la falsa persona que
te asignaron y que no te reconozcas como persona ante ninguna autoridad. En definitiva: dejar de ser una
persona y empezar a ser un ser humano.

LEY NATURAL; origen Laniakea (el universo observable)

Se conoce como Derecho Natural a aquellos principios basados en la naturaleza del ser humano y que suelen ser
compartidos por casi todos los integrantes de la sociedad. Las leyes naturales, en este sentido, se vinculan a la
doctrina conocida como Iusnaturalismo.

El iusnaturalismo es un concepto jurídico con características éticas y filosóficas que reconoce la existencia de
derechos humanos que vienen dados por la naturaleza antes que cualquier otro ordenamiento creado por el
humano.

Para el iusnaturalismo hay un derecho natural que tienen todas las personas por el hecho de pertenecer a la
especie humana. Esto quiere decir que ese derecho se asocia a la naturaleza humana, es universal y se
corresponde con las leyes naturales.

Según esta postura el derecho natural es originado por la naturaleza que establece lo que es justo de manera
universal y se independiza
de los ordenamientos del
Estado. Los principios
deben ser entendidos
racionalmente y se
relaciona con la moral,
entendida como la rutina
de las costumbres
humanas.

Una de sus características


destacadas es la
inalienabilidad; es decir,
evita ser apoderado por el
control político, ya que el
derecho natural se considera previo y superior a la existencia del poder del Estado y el derecho positivo, creados
por el humano. En definitiva alude a la conciencia, son legítimos, universales y eternos.

Por su parte, el Iuspositivismo, o también llamado derecho positivo o positivismo jurídico, es un concepto que
define al derecho como el principio de la ley y no admite ninguna idea previa como su fundamento.

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El derecho positivo es el conjunto de normas jurídicas escritas por una soberanía (por el órgano estatal que
ejerza la función legislativa).

No solo se considera derecho positivo a la ley sino además a toda norma jurídica que se encuentre escrita
(decretos, acuerdos, reglamentos, etc.)

En otras palabras el derecho positivo es el derecho que está escrito. A diferencia del derecho natural (inherente
al ser humano) y del consuetudinario (dictado por la costumbre), el derecho positivo es impuesto colectivamente
a favor de normar la convivencia de las personas, sancionado por las instituciones del Estado conforme a lo
establecido en un código común —un cuerpo de leyes escritas— que, a su vez, pueden ser cambiadas por
consenso. Se trata de leyes fundamentadas en un pacto jurídico y social, temporal y mundano. El derecho positivo
debe subordinarse al derecho natural.

MOVIMIENTO FREEMAN o cómo ser activista por el derecho natural

De nada nos sirve conocer todo esto sin saber cómo darle la vuelta. A lo largo de la última década han surgido
hombres y mujeres, sobre todo en Canadá, que se han dedicado a estudiar y entender cómo funciona este
sistema y cómo usar estos conocimientos para lograr que la Ley Marítima no aplique para ellos, con resultados a
veces sorprendentes.

La pionera probablemente sea la canadiense Mary Croft que publicó el libro gratuito «Cómo vencí a todas las
agencias de confiscación de efectivo conocidas por el hombre». En él revela cómo descarga impuestos, multas y
demás tributos de su certificado de nacimiento.

Rob Menard, también canadiense, ha creado la «Sociedad Freeman Internacional»; por su parte, el carpintero
británico John Harris ha creado «La Comunidad de la Gente Unida». Ambas sociedades están dedicadas a difundir
y seguir investigando sobre la mejor forma de aplicar estos conocimientos en la práctica.

Pero la heroína icónica mundial de este movimiento se llama Ghislaine Lanctot, de Canadá. La mafia médica
(1994) es el libro que le costó su expulsión del colegio de médicos y la retirada de su licencia para ejercer la
medicina. Se trata probablemente de la denuncia publicada más completa, integral, explícita y clara del papel que
juega a nivel mundial el complejo formado por el sistema sanitario y la industria farmacéutica. Pasados ya 18 años
y después de varias amenazas y de haber estado en la cárcel, sigue activa y publicando en contra del negocio de la
medicina, del sistema establecido y a favor de lo que ella llama muerte civil, cuando dejamos de reconocer las
autoridades externas para someternos a la única autoridad que existe: la de uno mismo. Ahora vive sin cargos
públicos ni títulos académicos, sin propiedades, sin pagar impuestos, sin carnets, sin documentación, sin tarjetas,
sin pasaporte, sin identidad ficticia... libre.

En el vínculo que sigue podrás conocerla un poco más en esta entrevista hecha en Quebec, de dónde por ahora
no puede salir al prescindir también de documentos personales. En ella habla de temas tan actuales como la
inexistencia de la deuda de los países; de cómo las elecciones (¿democráticas?) son grandes farsas en las que los
borregos eligen a los pastores que los van a llevar al matadero; de que el SIDA y el COVID no existen como
enfermedades o que el cáncer no es ya ningún misterio; más bien una enfermedad que se puede curar muy bien
pero cuyos tratamientos están prohibidos por el sistema impuesto por las farmacéuticas.

https://www.youtube.com/watch?v=6njdE-YNmmg&feature=emb_title

Quién conozca las acciones de la «Love Police», creada por Charlie Veitch, habrá visto muchas afirmaciones y
conocimientos del movimiento Freeman aplicadas a sus encuentros con agentes de policía.
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En cualquier interacción con la autoridad los Freeman (hombres libres) básicamente niegan representar esta
ficción; por ejemplo, no levantándose en la corte al ser mencionado el nombre y apellido que aparece en el
registro de nacimiento. En el caso de los países anglosajones se refugian en la «Common Law», que básicamente
aplica a delitos contra la integridad física o la propiedad y en los que hay una víctima o afectado. La herramienta
más importante de un Freeman es un Acta Notarial (Affidavit, en inglés) enviada a las autoridades como al primer
ministro, al rey o reina; incluso al presidente de la república donde uno viva, y en la que se declaran como
hombres libres que no aceptan representar a la ficción legal u «hombre de fideicomiso» y reconociéndose bajo la
«Common Law» o Ley Natural.

Sin embargo es importante saber que utilizar esto en la vida real nunca debe hacerse de forma ligera y sin saber
lo que se hace. La mayoría de quienes ponen esto en práctica, si bien no son profesionales del derecho, han
investigado cómo aplica esto para la jurisdicción del país en que viven; han intercambiado experiencias y
conocimientos con otros y profundizado con minuciosidad en el significado de cada palabra. En las comunidades
virtuales en la red hay muy extensa información. Aquí comparto una para comenzar a entrar en tema:

https://tribunadeljurista.foroes.org/t2467-ley-y-derecho-natural

A que te dejé otra vez con mucho que pensar y ordenar. Pues ahora te sugiero hacer un alto para ir a tomar aire
un momento; vienen más remesones para la cajita mental. Si todo esto te ha parecido increíble y difícil de
asimilar ni te cuento con lo que viene directamente a continuación. En lo personal significó un antes y un
después; una refundación de bases.

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