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NOMBRE DE LA INSTITUCION: Universidad Nacional de Santiago del

Estero.

CARRERA: Licenciatura en Cooperativismo y Mutualismo.

ASIGNATURA: Sociedad, Estado y Entidades de la Economía Social.

NOMBRE DEL TRABAJO: La economía social como alternativa para

la comunidad actual.

ALUMNO: Mariela Herrera y Liliana Llanos

CURSO: 3º Año

RESPONSABLE DEL ESPACIO CURRICULAR: Lic. Edgardo Argibay

AÑO ACADEMICO: 2015


Introducción 
 
        Este trabajo apunta a analizar las posibilidades ciertas de la economía
social en un contexto de cambios constantes en lo económico y social surgidos
como efecto de la globalización. 
        Se indaga  también la relación e intervención del Estado en la economía
social , observando las razones que abren el debate de posturas
enfrentadas ,con posiciones que marcan por un lado, el apoyo a las políticas
públicas encaradas por éste,   ya que lo observan como indispensable para dar
empuje a las empresas de economía social  que se plantean como
herramientas para el desarrollo de la comunidad ,  y aquellas corrientes
opositoras que observan la intervención del Estado como la  persecución  de
beneficios propios ,partidarios ,en búsqueda de la conservación de poderes . 
         Se señalan las diferencias entre las empresas de economía social a partir
de la forma de acceso a los planes y programas otorgados por el Estado. 
          Este análisis crítico parte de la lectura del documento preparado para el
lanzamiento del debate sobre "Distintas propuestas de Economía social"  del
autor José Luis Coraggio y un repaso  de diversos autores que aportan al
conocimiento de la historia y  conformación   de empresas cooperativas
como Drimer y Drimer ,más una mirada  actual a través de  los  debates
presentados en el artículo de la revista  CCC online que tiene como título 
Estado , políticas públicas y economía social.  
 
 
 
 
 
 
 
           
 

 
 
 
 
 
 
 
 La economía social como alternativa para la
comunidad actual 
En el marco actual de una economía capitalista en la que se descuidan los
aspectos sociales, la economía social, aparece con posibilidades reales de no
solo perdurar, sino de expandirse, ya que permiten hacer frente a las
desigualdades surgidas de la globalización que se ven incrementadas por un
sistema político y económico dominante. La globalización ha construido áreas
de poder en los países más ricos y una influencia limitada en el mercado
mundial de los países con pocos recursos para competir. Este proceso ha
llevado a gran parte de la población mundial a situaciones de extrema
pobreza.  
El capitalismo desregulado o desorganizado favorece la
concentración económica y el crecimiento de las desigualdades,
el desanclaje de las condiciones de prosperidad de las elites de los
asalariados. El empleo deja de ser el gran integrador de la sociedad,
configurando por tanto, este proceso sociedades duales o débilmente
integradas. (Delgado García, 2000:23-24). 
Erradicar y reducir las grandes desigualdades que se han producido, a partir de
una competencia económica feroz, se ha convertido en el nuevo desafío para
las naciones que se han comprometido a garantizar los derechos humanos.
Surgen así nuevas ideologías que intentan revertir los resultados actuales
acercando el concepto de globalización a los de solidaridad y justicia, para
pensar en una distribución más equitativa de la riqueza.  
Si bien el movimiento cooperativo no es nuevo, ante esta realidad de cambios
constantes por el efecto mundializante,  busca tomar fuerza para promover los
valores de la economía social al entorno empresarial, favoreciendo así su
relación con todo el ámbito económico y así también verse favorecido ante el
impulso del movimiento y el acercamiento de la comunidad en general, que
vera las ventajas del mismo ,procurando la adhesión o por lo menos evitar la
oposición o detracción hacia las mismas que suele ocurrir por
desconocimiento.  
Las empresas de economía social1, vienen siendo estudiada por diversos
autores y pensadores que “ven en las mismas una de las mejores soluciones
para lograr un equilibrio entre el individuo y la comunidad o, lo que es lo mismo,
para conjugar o conciliar lo individual y lo colectivo, desde los puntos de vista
económico y social” (Kaplan de Drimer, Alicia; Drimer, Bernardo, 1975, págs.
37-38) 
Las experiencias actuales hacen sostener  ese pensamiento y se sustentan en 
que  la economía social basa su mirada en lo humanitario y esto desarrollado
dentro de una institución con acuerdos de voluntades basados en valores de
solidaridad y cooperación que surgen de una filosofía que posee principios
establecidos en los pioneros2 del movimiento cooperativo y son la base
fundamental para perdurar y extenderse. Con esto se entiende, se puede hacer
frente y limitar la competencia.
1
 Las empresas de economía social son organizaciones empresariales democráticas, fundamentadas en
la valoración de la persona y en entorno (local) por encima del capital, en las que los beneficios de la
actividad son repartidos entre todos sus integrantes. 

2
véase ,Manual de Educación Cooperativa, José Espinosa .pag.45
“Se trata de poner límites sociales al mercado capitalista, y si es posible,
construir mercados donde los precios y las relaciones resultan de una
matriz social que pretende a la integración de todos con su esfuerzo y
unos resultados distribuidos de manera igualitaria” (Coraggio José Luis,
2002: pag.1) 
El estado juega un rol importante en el desarrollo de este movimiento, lo hace
dando respuestas a los requerimientos que surgen desde lo local y propiciando
espacios de articulación a través de diferentes líneas de acción, pero ¿Qué
sucede cuando el Estado en su tratamiento de la Economía Social se enmarca
en políticas sociales con prácticas cuyo objetivo aparente es la generación de
empleo y el mejoramiento de la calidad de vida de la población en situación de
pobreza, y en realidad está limitando sus acciones al asistencialismo focalizado
y solo para mantenerse en el gobierno?. 
En este sentido se conformaron cooperativas como parte de las políticas, que,
en apariencia, apuntan al desarrollo de estrategias superadoras de exclusión y
de la generación de empleo a los sectores sociales más desfavorecidos, pero
que ante la ausencia de información sobre las repercusiones económicas y su
impacto en los diferentes aspectos que abarcan estas acciones, surge un
debate en la comunidad que sostienen por un lado la aceptación a este tipo de
políticas, que en su fachada promueven canales y mecanismos de participación
y construcción colectiva y plantea el cooperativismo como una herramienta de
acción transformadora. 
El Estado refuerza esta posición en los discursos políticos con mención de
normas morales, la economía social y su importancia en el desarrollo
nacional.  
Por otro lado, están los opositores de este tipo de política, que consideran
asistencial, que promueve el clientelismo político con un proceso que no es
más que la institucionalización de la pobreza que vacía la democracia de
contenido, dejando a los ciudadanos sin su autonomía. 
Debe destacarse la disimilitud de las empresas de economía social surgidas
desde abajo con objetivos y metas propias del territorio que abarcan, con la
participación de la población en su organización, destacándose el capital
social3 con el cual se conformaron, y si bien llegaran a tener acceso a los
planes y programas ofrecidos por el Estado, surgen con propuestas propias
que resuelven y cubren sus reales necesidades y dan la pauta de permanencia
en el tiempo más allá de los gobiernos de turno.  
Así mismo surge otro interrogante. ¿Es necesaria o no la intervención y/o
contribución del Estado en las empresas de Economía Social?  
La corriente opositora argumenta que el Estado acumula poder político
asentado en las clases menos favorecidas como se mencionó antes con la
aplicación del modelo asistencialista. 
Otra corriente propone conquistar espacios en el Estado difundiendo los
valores propios de la economía social mediante la información y promoción de
acciones participativas a nivel local, planificación de estrategias, modificación
de políticas de Estado, fomento de la democracia participativa, y que esta actúe
como multiplicadora en todas las esferas de la administración pública. 
3
Los diversos analistas hacen hincapié en distintos aspectos. Así, Newton (1997) opina que el capital
social puede ser visto como un fenómeno subjetivo, compuesto de valores y actitudes que influyen en la
forma en que se relacionan las personas. Incluye confianza, normas de reciprocidad, actitudes y valores
que ayudan a la gente a superar relaciones conflictivas, competitivas, para establecer lazos de
cooperación y ayuda mutua. (Revista CEPAL N°69: Capital Social Cultura y Desarrollo. 
La Economía Social no puede ser para los pobres, sino que debe ser
una propuesta para todos los ciudadanos que además se asegura de
lograr la inclusión de los pobres, de los excluidos […] se trata de
activar ya las capacidades de todos los ciudadanos excluidos del
trabajo, y propiciar el desarrollo de lazos sociales vinculados a la
satisfacción de una amplia variedad de necesidades materiales,
sociales y de la recuperación de los derechos de todos. (Coraggio,
2002, págs. 4-5). 
 

conclusión
       Es indudable que las empresas de economía social tienen asegurada
su permanencia en el tiempo, con más o menos fuerza, de acuerdo al contexto
social y económico en el que transcurra, y de acuerdo a los fenómenos
transformadores que se den. 
       Es importante destacar,  que al ser parte de la dinámica económica de un
territorio ,  no  puede quedar apartada la presencia del Estado ,que en su
naturaleza, se lo define como un agente de integración de la sociedad
y actúa en base a las demandas  de las clases sociales , este a su vez, no
puede dejar de ver  los beneficios que trae a su comunidad este tipo de
empresas que se  basan en  autogestión y en valores solidarios y es
considerada una herramienta de desarrollo 
      Que mejor si las propuestas surgen desde la misma comunidad y así poder
cubrir con los requerimientos de cada sector y adecuar las acciones optimas a
cada uno. 
      El Estado en concordancia con este tipo de empresas solidarias, debe
procurar proyectos socioeconómicos y políticos comunes que sean  legítimos,
para que coincidan las voluntades y no se caiga en acciones netamente
asistenciales y en oposición, no se manifiesten  movimientos anti estatales que
redundarían en el apartamiento de sectores que si bien poseen autonomías de
gestión, no pueden conducirse aisladamente, por cuanto forman parte de un
todo social que es condición innata del ser humano 

BIBLIOGRAFIA
 Delgado García, 2000
 Kaplan de Drimer, Alicia; Drimer, Bernardo
 Coraggio José Luis, 2002
 Revista de la CEPAL 69. 1999
 Fernández Arturo. Historia sobre la sociedad y el estado.
 José Espinosa. Manual de la educación cooperativa.
 Http://www.centrocultural.coop/revista/articulo246estado-
politica_publicas_y_economia_social/html 

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