Es una fiesta celebrada cada 28 de diciembre, proveniente de la
devoción que llegó de España, en sus inicios y que se fusionó con los nativos de La Grita, el toro candela nace en honor a los años que se describieron de los peseros y de las fiestas aguinalderas.
La preparación de esta celebración comienza alrededor del 10 de
diciembre, donde artistas grítense se unen a fabricar con almidón, clavos y madera, el cráneo de un toro sacrificado en el matadero que en sus cachos lleva dos hachones de fuego, así llega el 28 de diciembre donde al ritmo de la música, danzas y caravana, se pasea al toro por las principales calles del pueblo, con los cachos encendidos, luego del recorrido es llevado a la plaza Sucre y allí lo queman por completo con el sonido de la pólvora y siguen celebrando toda la noche con músicos y poetas que acuden a la festividad.
Es una fiesta muy sentida y vivida por los gritenses.