por José Luis Gómez de Francisco

Fotografiar
la naturaleza
Vivimos en un universo de imágenes. Televisión, libros,
revistas, publicidad, internet… son medios en los que la
máxima de “una imagen vale más que mil palabras” se
hace más real que nunca. Y la divulgación de la naturaleza
no es una excepción. Pero, ¿qué se esconde detrás de esas
imágenes de fauna? ¿Cómo logra el fotógrafo acercarse
a animales tan huidizos? ¿Cómo se hace una buena foto
de paisaje para ilustrar revistas como ésta? Pretendemos
desvelar algunos de los secretos.
Fotografías: José Luis Gómez de Francisco

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M ucho ha llovido desde los prin-

cipios de la fotografía en el si-
glo XIX. Aquellos pioneros debían
transportar en las espaldas pesados
y voluminosos equipos de gran for-
mato, cargados con delicadas placas
de cristal o con auténticos laborato-
rios de campaña. Las cortas focales
de esos objetivos y las exposiciones
tan largas que necesitaban hacían
que las dificultades aumentaran so-
bremanera. Por eso, la aparición en
1925 de la cámara Leica, que utili-
zaba película de 35 mm, y poco
después de las emulsiones en color
Kodachrome o Agfacolor, supuso un
gran paso y popularizó la fotografía
de una manera definitiva. Nombres
como Oliver J. Pike (primer fotógra-
fo profesional de la naturaleza), los
hermanos Kearton o Eric Hosking
(famoso fotógrafo inglés que quedó
tuerto en 1937 por un cárabo que
defendía vehementemente su nido)
forman parte de la historia de una
actividad que, ya desde sus inicios,
precisaba de grandes dosis de ima-
ginación, paciencia y capacidad de
sufrimiento.
Mucho ha cambiado desde enton-
ces, aunque la esencia sigue siendo
la misma. Ver al instante en la pan-
talla de una cámara digital la toma
realizada y poder hacer los ajustes Para captar imágenes de los animales en su entorno a menudo los fotógrafos se construyen un escondite o “hide”
y correcciones necesarios sobre la que camuflan convenientemente.
marcha, parece cosa de ciencia fic-
ción para los que no hace mucho Bueno, posiblemente sí si lo que El cable disparador nos ayudará a
debíamos esperar 10-12 días con los queremos es la foto para llevarnos evitar la transmisión de vibracio-
famosos Kodachrome 64, película un recuerdo sin importar demasiado nes al cuerpo de la cámara, pues
que durante una época no se reve- el resultado final. Pero el fotógrafo habitualmente trabajaremos con
ló en España, sino que se enviaba de la naturaleza busca algo más. velocidades de obturación bastante
al extranjero. Son otros tiempos, no lentas. De hecho, si estamos utili-
sé si mejores o peores. La espera y Trípodes, objetivos de zando una cámara réflex (de objeti-
el lento aprendizaje por ensayo y gran angular y filtros son vos intercambiables) y ésta dispone
error que implicaba, han sido sus- herramientas imprescindibles de la opción de levantamiento de
tituidos por la informática, el cono- para los fotógrafos de paisaje espejo, será mejor activarlo. El es-
cimiento de los distintos softwares y pejo de estas cámaras es una pieza
el dominio de la gestión de color. Lo primero que necesitamos es esencial, ya que la luz que entra por
Sin embargo, el fotógrafo de hoy en un buen trípode, suficientemente el objetivo es desviada por aquél
día debe sentir la misma pasión y el estable como para aguantar el peso hacia unos pentaprismas colocados
mismo amor por la naturaleza y por de la cámara y de los distintos obje- en la parte superior. Estos a su vez
la transmisión de sus valores que tivos que vayamos a utilizar, y alto la dirigen, correctamente orientada,
aquellos esforzados pioneros. como para permitirnos trabajar a hacia el visor y nos permite ver lo
Empecemos por la fotografía de la altura de los ojos o más en caso que sucede al otro lado conforme
paisaje. Parece, a priori, la más sen- necesario ya que si, por ejemplo, al objetivo que estemos utilizando.
cilla de acometer. El paisaje no huye estamos haciendo fotos desde una A la hora de disparar la foto el es-
ni se esconde. Está siempre ahí, es- ladera pronunciada, tendremos que pejo sube, para que pueda llegar la
perando. Sólo hay que apuntar y extender al máximo posible la pata luz al sensor, y vuelve a bajar colo-
disparar. Pero, ¿realmente es así? que queda más alejada de nosotros. cándose de nuevo en su posición

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normal. Aunque todo esto sucede

en fracciones de segundo, el im-
pacto de esta pieza durante su mo-
vimiento provoca tales sacudidas
que pueden arruinar nuestra foto si
disparamos con una velocidad de
obturación muy lenta o utilizamos
teleobjetivos de mucho aumento.
Posiblemente unos de los objeti-
vos más utilizados en la fotografía
de paisaje sea el gran angular. Con él
podemos abarcar un amplio campo
de visión y nos permite captar ins-
tantáneas que de otro modo serían
imposibles. Imaginemos, por ejem-
plo, un paseo por el Iregua cuando
a la altura de Viguera reparamos en
un tronco que se inclina sobre el río.
Queremos que nos sirva de marco
para una foto de las peñas que se
alzan en lo alto, pero si no es por
el gran angular, no nos “cabe” todo.
O que estamos en el interior de un
hayedo en Cebollera. Aquí el teleob-
jetivo no sería de gran utilidad. Y el
trípode, en este caso, indispensable
ya que la luz, materia prima de la
que se sirve el fotógrafo, es escasa
en el interior de un bosque.

Los macros y otros accesorios

nos abren las puertas al
increíble universo de lo pequeño

Otros elementos muy convenien-

tes son los filtros. El más interesante
es quizás el filtro polarizador. Al gi-
rarlo conseguimos eliminar los bri-
llos de las hojas en un día lluvioso,
por ejemplo, o los reflejos no desea-
dos en un río haciendo que el agua
parezca realmente transparente. En
general, aumenta la saturación de la
imagen (es decir, enriquece los co-
lores) y su efecto es especialmente
notorio en el cielo azul. Es, con dife-
rencia, el más utilizado al fotografiar
paisaje pero, siempre hay un pero,
tiene un inconveniente. Puede llegar
a quitar hasta dos pasos de luz, lo
que nos obliga a disparar a veloci-
dades aún más lentas.
Los fotógrafos de paisaje utiliza-
mos también con frecuencia los fil-
tros degradados neutros. Seguimos
en Viguera. Estamos asistiendo a
un hermoso amanecer con el cielo
cuajado de un entramado de peque-
Los objetivos diseñados para la fotografía a corta distancia permiten una relación de aumento de hasta 1:1. ñas nubes a modo de ajedrez. El sol

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Una técnica complicada pero que puede ofrecer resultados sorprendentes es el disparo por control remoto.
empieza ya a querer asomar por en-
cima de Peña Soto y nuestros ojos
distinguen ya con toda claridad los
pequeños matices del suelo y de las
fincas que se extienden alrededor.
Ni que decir de los del cielo, que
se está volviendo espectacular por
momentos. Queremos actuar a toda
prisa y hacemos varias tomas antes
de que el sol salga por completo.
Cuando, ya repuestos de la emoción
de ese momento mágico, revisamos
con tranquilidad las fotos, vemos
que una de dos: si salía mucho cie-
lo éste ha quedado correctamente
expuesto y las nubes se ven per-
fectas con todo su colorido pero el
suelo queda negro, o si he preferido
centrarme en las fincas éstas se ven
bien, con todos sus matices y relie-
ve, pero el cielo queda blanquecino,
totalmente deslavado, nada parecido
a la realidad. ¿Qué ha ocurrido? Sen-
cillamente, hay tanta diferencia de
luminosidad entre ambas partes de
la foto que la cámara es incapaz de
captar correctamente ambas. Nues-
tros ojos sí pueden. Nos adaptamos
perfectamente a los dos registros a
la vez. Pero la cámara no. En esen-
cia, el filtro degradado tiene una mi-
tad más oscura, de manera que al
colocarlo conseguimos que llegue
menos luz a la parte de la foto que
queremos, quedando así corregida
esa diferencia de luminosidad. Ésta
es la teoría. La práctica nos dice que
hay que ser extremadamente cuida-
Fotografiar la naturaleza
dosos con su utilización, eligiendo
para cada situación el de densidad
más adecuada y colocándolo en el
lugar exacto en función de la foto.
De otra manera el efecto resultará
muy artificial y arruinará una imagen
que podía haber sido maravillosa.
La fotografía de aproximación
(otra disciplina dentro de la foto-
grafía de la naturaleza) nos abre las
puertas a un increíble universo que,
por pequeño, pasa muchas veces
desapercibido. Fotografiar una dimi-
nuta flor, un insecto o los detalles de
una hoja, y hacerlo bien, no es tan
fácil como puede parecer a primera
vista. Precisamos de un objetivo es-
pecial, de los denominados macro.
Están específicamente diseñados
para la fotografía a corta distancia y
permiten una relación de aumento
de hasta 1:1, es decir, se consigue
en la película o sensor un tamaño
del sujeto que estamos fotografian-
do igual a la realidad. Si además
utilizamos determinados accesorios
(lentes de aproximación, tubos de
extensión, etc.) obtendremos mayo-
res aumentos y disminuiremos aún
más la distancia mínima de enfoque.
La fotografía de animales se
apoya en técnicas como la
espera prolongada en un “hide”
y el rececho
Las lentes de aproximación son
una especie de lupas de diferentes
dioptrías que, a modo de filtro, se
enroscan en la parte frontal del obje-
tivo. Es una opción económica y de
poco peso. Los tubos de extensión
son precisamente eso, unos “tubos”
huecos (no llevan ningún cristal)
que se insertan entre el cuerpo de
la cámara y el objetivo, aumentando
la distancia entre ambos. Se pueden
acoplar varios a la vez en función
de las necesidades y conservan los
automatismos de la cámara gracias a
que van provistos de los necesarios
contactos electrónicos. Sin embargo,
todo tiene un límite. Superar esa ba-
rrera de aumento de 1:1 a base de
añadidos que permiten disminuir la
distancia mínima de enfoque va en
detrimento de la calidad de imagen
final. Los objetivos están diseñados
para un rendimiento óptimo siempre
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que la distancia entre el plano focal rritorio y posarse en cualquier sitio atentos a todo lo que sucede a nues-
y la lente trasera sea menor que en- menos en el que habíamos elegido. tro alrededor, es más entretenido que
tre la lente delantera y el sujeto que Otro día de vacío. Otra jornada en esperar largas y tediosas horas escon-
estamos fotografiando. Cuando alte- la que el cansancio, el madrugón y dido. Para la fauna se utilizan grandes
ramos esa relación empiezan a apa- la incomodidad por las estrecheces teleobjetivos (habitualmente entre los
recer problemas de difracción que del escondite o “hide” (en el argot 300 y 600 mm) que proporcionan el
empobrecerán, o incluso arruinarán, fotográfico) no se han visto compen- aumento necesario en muchas de las
el resultado final. Una solución para sadas con el éxito. Y, sin embargo, situaciones. Pero un buen teleobjeti-
grandes aumentos consiste en inver- esta táctica, la de la espera prolon- vo suficientemente luminoso es caro
tir determinados objetivos (con un gada en los lugares de querencia de y, sobre todo, pesado, de manera que
angular de 28 mm invertido conse- nuestra fauna, es una de las que con lo que en principio prometía ser un
guimos un aumento de hasta 4:1), más frecuencia tenemos que utilizar agradable y tranquilo paseo, acaba
pero su uso requiere experiencia ya los fotógrafos de la naturaleza. Y una convirtiéndose en una agotadora y
que, entre otras cosas, se pierden de las que más satisfacciones puede extenuante jornada. Por eso hemos
los automatismos de la cámara y hay llegar a producir, pues permite un de llegar a un compromiso entre el
que diafragmar a mano. contacto más íntimo y directo con los aumento que precisamos y el tamaño
Personalmente prefiero la luz animales mientras estos, ajenos a tu y peso del equipo. En mi opinión, los
natural para fotografiar flores, setas presencia, se desenvuelven con toda 5 kilos que suman un 500 mm más un
o mariposas. La difusa iluminación naturalidad a tan sólo unos metros. buen cuerpo de cámara están ya en el
que se consigue en un día nublado No pocas veces, quien suscribe ha límite de lo admisible para esta mo-
supera con creces, para mi gusto, a preferido apartar los ojos del visor de dalidad fotográfica. Hay que tener en
la de cualquier flash. Sin embargo, la cámara y observarlos directamente cuenta también que las inevitables vi-
para pequeños detalles y con estos desde la mirilla de tela, aunque ello braciones que se producen al disparar
aumentos considerables, el uso de haya supuesto perder bastantes fotos. o por nuestro propio pulso al sujetar
unidades de flash se convierte en in- la cámara, se incrementan en la mis-
dispensable. Trabajar con luz natural En la fotografía de fauna es ma proporción que los aumentos del
tiene sus inconvenientes. Quedamos clave tener un conocimiento tele, por lo que con estos pesos el uso
a merced de los elementos, princi- profundo de sus costumbres y de un buen apoyo es indispensable.
palmente sol y viento, y la posibi- su hábitat Otra posibilidad es la del disparo
lidad de tomas movidas con según por control remoto. Una vez cono-
qué motivos, es alta. Aquí juega a Otra de las técnicas de los fotógra- cido el sitio donde se posará o por
nuestro favor la tecnología digital, fos de animales es el rececho. Pasear donde pasará nuestro protagonista,
ya que podemos comprobar “in situ” despacio por los sotos del Ebro, sin colocamos la cámara, nos alejamos
la calidad de la imagen, repitiéndola llamar la atención, pertrechados con convenientemente y disparamos des-
si es necesario o haciendo los ajus- una cámara dispuesta para disparar y de la distancia. Tiene la desventaja
tes pertinentes.
La fotografía de animales es su
medio ambiente es, quizás, la más
difícil de acometer. Primero, porque
hemos de vencer la natural descon-
fianza de la fauna salvaje. Segundo,
porque los resultados son muchas
veces desalentadores habida cuenta
la cantidad de horas invertidas (se-
siones de 8, 10 ó más horas no son
infrecuentes). Y tercero porque, en
cualquier caso, se necesita un cono-
cimiento profundo de sus hábitos,
costumbres, querencias… y una pa-
ciencia infinita. Mientras escribo es-
tas líneas la mía se empieza a agotar.
Una vez más hemos entrado antes de
amanecer en un pequeño escondite
de menos de un metro cuadrado que
hemos colocado, convenientemen-
te camuflado, delante del posadero
de un ave con la que llevamos años
trabajando. Sin embargo, a pesar de
las horas transcurridas, parece que
hoy han preferido sobrevolar su te-

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de que debemos prever todo con an-
telación: el lugar, la luz, el encuadre,
el enfoque… Si además conecta-
mos un sistema de células fotoeléc-
tricas, el propio animal disparará la
cámara en el punto que hayamos
previsto; y si añadimos todo un
conjunto de flashes para fotos de
alta velocidad los resultados pue-
den ser realmente sorprendentes,
aunque su uso es más complicado
y queda restringido para fotógrafos
con mucha experiencia.
Como decíamos, todo esto se
consigue en parte con un estudio
profundo de las costumbres de los
animales. Termina uno aprendiendo
a leer “entre líneas” en el discurso
de la naturaleza y, a partir de deter-
minadas señales mínimas, a prever
comportamientos que nos ayuden a
conseguir la foto exitosa. Pero hay
diversos trucos de los que nos po-
demos servir. Preparar un comedero
Con la ayuda de grandes teleobjetivos se consiguen captar bellas imágenes de la fauna silvestre.
Código ético
Aunque es uno de los más eficaces instrumentos para
la divulgación de los valores de la naturaleza, de los da-
ños que se la infringen y de la necesidad de conservarla,
una mala praxis fotográfica puede tener consecuencias
negativas. Por eso la Asociación Española de Fotógrafos
de Naturaleza propone el siguiente código ético:
• El bienestar del sujeto es siempre más importante que
la obtención de su fotografía.
• Documentarse ampliamente sobre la biología y com-
portamiento de las especies a fotografiar, con el fin de
prevenir actuaciones negativas.
Fotografiar la naturaleza
con semillas para los duros meses
invernales en la sierra de Cameros,
por ejemplo, es una estrategia que,
además de facilitarnos las cosas fo-
tográficamente hablando, ayuda a
multitud de pajarillos al aportarles
un alimento que complementará su
dieta. Por el contrario, un bebedero
atraerá, especialmente durante el ve-
rano, a un sinfín de especies depa-
rándonos auténticas sorpresas, como
la visita de pequeños mamíferos si EL AUTOR
estamos en el lugar adecuado.
José Luis Gómez de Francisco
Sea como fuere, para los que la Fotografía la naturaleza desde hace
retratamos, la naturaleza es una más de 25 años; es miembro funda-
fuente inagotable de recursos foto- dor de la Asociación Española de
gráficos. No importan los desvelos Fotógrafos de Naturaleza y colabo-
ni las horas invertidas. Muchas ve- ra en publicaciones nacionales e
ces su simple contacto es ya una re- internacionales del sector. En 2003
compensa. Y de paso usted, querido recibió en Londres un 1º premio del
lector, puede conocer cómodamen- concurso más prestigioso de la es-
te sentado algunos de los pequeños pecialidad, el Wildlife Photographer
secretos que oculta la naturaleza rio- of the Year, al que anualmente aspi-
ran fotógrafos de todo el mundo.
jana. Y conocer es amar.
• Solicitar los permisos necesarios a las autoridades com-
petentes para fotografiar especies protegidas por la ley.
• Para fauna trabajar sin alterar su normal comporta-
miento, evitando situaciones delicadas como animales
incubando o con crías recién nacidas.
• Evitar arrancar los ejemplares de flora para su fotogra-
fía, especialmente si es especie protegida.
• Pasar desapercibidos siempre durante nuestra activi-
dad, no atrayendo la atención del público o de un
depredador.
• Mantener limpio el lugar de nuestro trabajo de
campo.
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