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Introducción

Sin lugar a dudas una de las obras fundamentales que constituyen el patrimonio cultural de la República
Argentina es el "MARTÍN FIERRO", poema gauchesco que escribiera José Hernández (1834-1886) y referente
obligado cuando se habla de Literatura Gauchesca. El poema - que consta de dos partes: "El Gaucho Martín
Fierro", escrita en 1872 y "La Vuelta de Martín Fierro" que data de 1879 - es considerado la obra cumbre de este
autor argentino, uno de los más originales del romanticismo hispánico.

Esta historia épica y popular es una obra clásica ya que trata de cuestiones universales como la vida, la muerte,
la libertad y el destino del hombre. Su significación en las letras americanas ha sido comparada con la del Cantar
del Mío Cid en las españolas; recoge los más característicos recursos de la poesía nativa y a fuer de argentino y
americano, entronca con la literatura castellana, especialmente con el romancero y la picaresca. Está escrito en
metro octosilábico, formando cuartetas, sextinas y romances, que suman un total de 7210 versos. Elementos
líricos, satíricos, costumbristas y épicos se entremezclan en él en perfecta unidad de forma y contenido. Su
argumento es sencillo y tiene, por sobre todo, la virtud de representar magníficamente un tipo humano -el
gaucho-, una época y un pueblo. Por otra parte, la superabundancia de matices e incidencias, así como la
naturalidad del lenguaje, lo hacen igualmente accesible a todas las culturas y gustos estéticos, de donde resulta
que si la inmensa mayoría puede deleitarse con la belleza y la humanidad intrínsecas del poema, también
críticos, investigadores y sociólogos pueden escrutar en él los rasgos históricos-sociales de una civilización.

El interés que despertó "Martín Fierro" en su época fue tal que dio origen a círculos de lectura entre los hombres
del campo, y a recitadores que memorizaban pasajes de la primera o la segunda parte y los decían ante grupos
de oyentes entusiasmados. Y aunque el éxito popular de Martín Fierro fue inmediato a su publicación, su
consagración literaria data de los primeros años del siglo XX; a elevarlo a la consideración crítica contribuyeron
Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones, con fundamentales estudios, y Eleuterio F. Tiscornia, con una notable
edición comentada. En Europa le dieron definitivo espaldarazo las plumas de Unamuno y de Menéndez y Pelayo.
Sus ediciones son innumerables y está traducido a casi todos los idiomas.

Con un lenguaje diáfano, vigoroso y creador, su protagonista, el gaucho y payador Martín Fierro canta de
manera humana su lucha por la libertad, contra las adversidades y la injusticia. "El gaucho Martín Fierro" recorre
la felicidad inicial de su vida familiar en las planicies, hasta que Martín es obligado a alistarse en el ejército, su
odio de la vida militar, su rebelión y su consiguiente deserción. A su regreso, descubre que su casa ha sido
destruida y su familia se ha marchado. La desesperación le empuja a unirse a los indios y a convertirse en un
hombre fuera de la ley. En la secuela del poema, "La vuelta de Martín Fierro", se reúne por fin con sus hijos y
vuelve al seno de la sociedad, para lo que ha de sacrificar gran parte de su preciosa independencia.  

El "Martín Fierro" de José Hernández ha sido fuente de extracción de refranes, especialmente los
"Consejos de Martín Fierro a sus hijos", con la intención de que ellos eviten los males por los que ha
pasado su padre, un gaucho que por las circunstancias adversas que debió enfrentar, se convirtió en
desertor, perseguido y matrero. 

"Consejos de Martín Fierro a sus hijos"


CANTO XXXII (Segunda Parte)

 Un padre que da consejos  Los hermanos sean unidos,


Más que padre es un amigo, Porque ésa es la ley primera.
Ansí como tal les digo Tengan unión verdadera
Que vivan con precaución- En cualquier tiempo que sea-
Naides sabe en qué rincón Porque si entre ellos pelean
Se oculta el que es su enemigo. Los devoran los de ajuera.

 Yo nunca tuve otra escuela  Respeten a los ancianos,


Que una vida desgraciada- El burlarlos no es hazaña-
No extrañen si en la jugada Si andan entre gente estraña
Alguna vez me equivoco- Deben ser muy precavidos-
Pues ha de saber muy poco Pues por igual es tenido
Aquél que no aprendió nada. Quien con malos se acompaña.

 Hay hombres que de su cencia  La cigüeña cuando es vieja


Tienen la cabeza llena; Pierde la vista, -y procurar
Hay sabios de todas  menas, Cuidarla en su edad madura
Mas digo sin ser muy ducho: Todas sus hijas pequeñas-
Es mejor que aprender mucho Apriendan de las cigüeñas
El aprender cosas buenas. Este ejemplo de ternura.

 No aprovechan los trabajos  Si les hacen una ofensa,


Si no han de enseñarnos nada- Aunque la echen en olvido,
El hombre, de una mirada Vivan siempre prevenidos;
Todo ha de verlo al momento- Pues ciertamente sucede-
El primer conocimiento Que hablará muy mal de ustedes
Es conocer cuándo enfada. Aquel que los ha ofendido.

 Su esperanza no la cifren  El que obedeciendo vive


Nunca en corazón alguno- Nunca tiene suerte blanda-
En el mayor infortunio Mas con su soberbia agranda
Pongan su confianza en Dios- El rigor en que padece-
De los hombres, sólo en uno, Obedezca el que obedece
Con gran precaución en dos- Y será bueno el que manda.

 Las faltas no tienen límites  Procuren de no perder


Como tienen los terrenos- Ni el tiempo ni la vergüenza-
Se encuentran en los más buenos, Como todo hombre que piensa
Y es justo que les prevenga;- Proceder siempre con juicio-
Aquél que defectos tenga, Y sepan que ningún vicio
Disimule los ajenos- Acaba donde comienza.

 Al que es amigo, jamás  Ave de pico encorvado


Lo dejen en la estacada, Le tiene al robo afición-
Pero no le pidan nada Pero el hombre de razón
Ni lo aguarden todo de él- No roba jamás un cobre-
Siempre el amigo más fiel Pues no es vergüenza ser pobre
es una conducta honrada. Y es vergüenza ser ladrón.

 Ni el miedo ni la codicia  El hombre no mate al hombre


Es bueno que a uno le asalten- Ni pelee por fantasía-
Ansí no se sobresalten Tiene en la desgracia mía
por los bienes que perezcan, Un espejo en qué mirarse-
Al rico nunca le ofrezcan Saber el hombre guardarse
Y al pobre nunca le falten. Es la gran sabiduría.

 Bien lo pasa hasta entre Pampas  La sangre que se redama


El que respeta a la gente- No se olvida hasta la muerte-
El hombre ha de ser prudente La impresión es de tal suerte,
Para librarse de enojos- Que a mi pesar no lo niego-
Cauteloso entre los flojos Cai como gotas de fuego
Moderado entre valientes. En el alma del que la vierte.

 El trabajar es la ley  Es siempre en toda ocasión


Porque es preciso alquirir- El trago el pior enemigo-
No se expongan a sufrir Con cariño se los digo,
Una triste situación- Recuérdenlo con cuidado-
Sangra mucho el corazón Aquél que ofende embriagado
Del que tiene que pedir. Merece doble castigo-.

 Debe trabajar el hombre  Si se arma algún revolutis


Para ganarse su pan; Siempre han de ser los primeros-
Pues la miseria en su afán No se muestren altaneros
De perseguir de mil modos- Aunque la razón les sobre-
Llama en la puerta de todos En la barba de los pobres
Y entra en la del haragán. Aprienden pa ser barberos.
 A ningún hombre amenacen  Si entriegan su corazón
Porque naides se acobarda- A alguna mujer querida,
Poco en conocerlo tarda No le hagan una partida
Quien amenaza imprudente- Que la ofienda a la mujer-
Que hay un peligro presente Siempre los ha de perder
Y otro peligro que aguarda. Una mujer ofendida.

 Para vencer un peligro,  Procuren si son cantores,


Salvar de cuelquier abismo, El cantar con sentimiento,
Por experiencia lo afirmo, Ni tiemplen el instrumento
Más que el sable y que la lanza- Por sólo el gusto de hablar-
Suele servir la confianza Y acostúmbrense a cantar
Que el hombre tiene en sí mismo. En cosas de jundamento.

 Nace el hombre con la astucia  Y les doy estos consejos


Que ha de servirle de guía- Que me han costado alquirirlos,
Sin ella sucumbiría, Porque deseo dirijirlos,
Pero sigún mi esperiencia- Pero no alcanza mi cencia-
Se vuelve en unos prudencia Hasta darles la prudencia
Y en los otros picardía. Que precisan pa seguirlos.

 Aprovecha la ocasión  Estas cosas y otras muchas,


El hombre que es diligente- Medité en mis soledades-
Y téngalo  bien presente, Sepan que no hay falsedades
Si al compararla no yerro- Ni error en estos consejos-
La ocasión es como el fierro Es de la boca del viejo
Se ha de machacar caliente. De ande salen las verdades.
 
 Muchas cosas pierde el hombre
Que a veces las vuelve a hallar-
Pero les debo enseñar
Y es bueno que lo recuerden-
Si la vergüenza se pierde
Jamás se vuelve a encontrar.

 Del "Martín Fierro" de José Hernández, también se puede extraer un refranero de los "Consejos del Viejo
Vizcacha" que recibe el hijo segundo de Martín Fierro, por parte de su tutor. Vizcacha era un personaje
ladino y lleno de artimañas que se dejan entrever en sus consejos y refranes que trasuntan una visión
negativa de la vida, de la mujer y de las inquietudes humanas.

"Consejos del Viejo Vizcacha" 


CANTO XV (Segunda Parte)

 Siempre andaba retobao,  "Yo voy donde me conviene


Con ninguno solía hablar- Y jamás me descarrío,
Se divertía en escarbar Llevate el ejemplo mío,
Y hacer marcas con el dedo Y llenarás la barriga;
Y cuando se ponía en pedo Aprendé de las hormigas,
Me empezaba a aconsejar- No van a un noque vacío".

Me parece que lo veo  "A naides tengas envidia,


con su poncho calamaco- Es muy triste el envidiar,
después de echar un buen taco Cuando veas a otro ganar
Ansí principiaba a hablar: A estorbarlo no te metas-
"Jamás llegués a parar Cada lechón en su teta
Ande veas perros flacos". Es el modo de mamar".
   "Ansí se alimentan muchos
 "El primer cuidao del hombre Mientras los pobres lo pagan-
es defender el pellejo- Como el cordero hay quien lo haga
Llevate de mi consejo, En la puntita, no niego_
Fijate bien lo que hablo: Pero otros como el borrego
El diablo sabe por diablo Toda entera se la tragan".
Pero más sabe por viejo".
 "Si buscás vivir tranquilo
 "Hacete amigo del Juez Dedicate a solteriar-
-No le dés de qué quejarse;- Mas si te querés casar,
Y cuando quiera enojarse Con esta alvertencia sea,
Vos te debés encojer, Que es muy difícil guardar
Pues siempre es güeno tener Prenda que otros codicean".
Palenque ande ir a rascarse".
 "Es un bicho la mujer
 "Nunca le llevés la contra Que yo aquí no lo destapo,-
Porque él manda la gavilla- Siempre quiere al hombre guapo,
Allí sentao en su silla Mas fijate en la elección;
Ningün güey le sale bravo- Porque tiene el corazón
A uno le da con el clavo Como barriga de sapo".
y a otro con la cantramilla".
 Y gangoso por la tranca
 "El hombre, hasta el más soberbio, Me solía decir,:"Potrillo,
Con más espinas que un tala, Recién te apunta el colmillo,
Aflueja andando en la mala Mas te lo dice un toruno,
Y es blando como manteca, No dejés que hombre ninguno
Hasta la hacienda baguala Te gane el lao del cuchillo".
Cai al jagüel con la seca".
 "Las armas son necesarias
 "No andés cambiando de cueva, Pero naides sabe cuándo;
Hacé las que hace el ratön- Ansina si andás pasiando,
Conservate en el rincón Y de noche, sobre todo,
En que empezó tu existencia- Debés llevarlo de modo
Vaca que cambia querencia Que al salir, salga cortando".
Se atrasa en la parición".
 "Los que no saben guardar
 Y menudiando los tragos Son pobres aunque trabajen-
Aquel viejo como cerro- Nunca por más que se atajen
"No olvidés, me decía, Fierro Se librarán del cimbrón.-
Que el hombre no debe creer, Al que nace barrigón
En lágrimas de mujer Es al ñudo que lo fajen".
Ni en la renguera del perro".
"Donde los vientos me llevan
 "No te debés afligir Allí estoy como en mi centro-
Aunque el mundo se desplome- Cuando una tristeza encuentro
Lo que más precisa el hombre, Tomo un trago pa alegrarme;
Tener, según yo discurro, A mí me gusta mojarme
Es la memoria del burro Por ajuera y por adentro".
Que nunca olvida ande come".
"Vos sos pollo, y te convienen
 "Dejá que caliente el horno Toditas estas razones,
El dueño del amasijo- Mis consejos y lecciones
Lo que es yo, nunca me aflijo No echés nunca en el olvido-
Y a todito me hago el sordo- En las riñas he aprendido
El cerdo vive tan gordo A no peliar sin puyones".
Y se come hasta los hijos".
 Con estos consejos y otros
 "El zorro que ya es corrido Que yo en mi memoria encierro,
Dende lejos la olfatea- Y que aquí no desentierro
No se apure quien desea Educándome seguía-
Hasta que al fin se dormía
Hacer lo que le aproveche- Mesturao entre los perros.
La vaca que más rumea
Es la que da mejor leche".

 "El que gana su comida


Bueno es que en silencio coma
Ansina, vos ni por broma-
Quieras llamar la atención_
Nunca escapa el cimarrón
Si dispara por la loma".
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