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El concepto pedagogía en Philippe Meirieu

Para Philippe Meirieu, lo más importante a la hora de conseguir un aprendizaje en el alumno, es el deseo por
aprender. El trabajo del educador es hacer que ese deseo emerja, fluya o inicie, y la manera de hacerlo es crear
situaciones por parte del profesor o educador para favorecer ese deseo. Las situaciones son más favorables si
el profesor pone al alumno en la posición de actuar, no solo de recibir información, por esta razón, las
situaciones que favorecen esa necesidad de aprender deben ser variadas, diversas, estimulantes
intelectualmente y activas. Para ello muchas veces el profesor indica que es necesario un proyecto, o una
dificultad que haga que se saque mucha información de ella o que conlleve un trabajo extra que nos ayude a
estimular esa necesidad de aprender.

Para conseguir esto, el profesor propone trabajar con una trilogía: proyecto, problema, recursos.

Se produce una necesidad de respuesta por parte del alumno ante un problema que le ha surgido. Si el alumno
recibe una respuesta ante un problema que el mismo ha descubierto y ante una pregunta que el mismo ha
planteado, existen muchas más posibilidades de que ese alumno aprenda, simplemente, le damos nosotros
respuestas sin que ellos sean conscientes de lo que les estamos respondiendo. La manera de conseguir que
surja el deseo, es que el niño aprenda buscando respuestas a las preguntas que se formula, que el saber en la
escuela sea algo dinámico, no sirva solo para devolver en un examen lo que has aprendido, sino que lo que el
profesor le enseñe en la escuela le sirva para que aflore su deseo de saber todavía más.

El aprendizaje debe generar nuevas preguntas, personalmente creo que lo difícil es conseguir ese nivel de
interactuación y de motivación del alumno, es necesario plantearles proyectos en los que ellos se sientan
realmente interesados para que, con un alto grado de probabilidades, les parezcan interesantes para encontrar
la segunda parte de la trilogía de Meirieu, el problema, y estén interesados en la solución. Es importante como
docente saber trabajar en este tipo de proyectos, es necesario por parte del profesor conocer bien a los
alumnos con los que está trabajando para hacerles partícipes de los proyectos que ellos van a encontrar más
interesantes.

Otro factor, ¿Cómo pasar del “deseo de saber” al “deseo de aprender”? El profesor nos presenta una sociedad
en la que los niños están sobre informados, a su cabeza llega todos los días mucha cantidad de información a
través de muchos medios diferentes, libros, tele, video, escuela, familia, etc., y muchas veces no tienen tiempo
ni curiosidad para analizarla. Como había comentado anteriormente, el niño debe pasar a tener un deseo de
aprender, dedicando tiempo a analizar e investigar la información que está recibiendo. La inmediatez es un
factor importante en nuestra sociedad, (lo queremos todo para ya), y eso llega a producir que el niño no dedique
tiempo a analizar todo lo que quiere aprender. El profesor y la escuela, con sus normas, con su tiempo, son sus
ciclos, etc., son en buena parte responsables de que esto se pueda producir.

Mi punto de vista, el trabajo en grupo sobre temas que se han tocado en clase puede producir ese paso tan
importante del deseo de aprender en niños que llegan a la escuela “solo” para que les enseñen. No solo deben
los alumnos dedicar tiempo a investigar sobre lo que le enseña un docente, sino también los docentes debemos
dedicar tiempo a que ellos tengan esa necesidad de invertir suficiente tiempo para aprender, que al fin y al cabo
va a desembocar en “deseo de aprender”. Como dice el profesor Meirieu, la escuela se debe parecer más a la
guardería infantil que a la universidad, en el sentido en que es necesario dejar a un lado esa inmediatez y es
necesario la dedicación del tiempo a las diferentes tareas y alumnos.

El Meirieu habla de la relación entre profesor o maestro y alumno(s), desde el punto de vista de la Didáctica, en
primer lugar habla del trabajo de los profesores “codo con codo” con el alumno, y no tanto “cara a cara”, es
decir, el profesor debe comprender a cada uno de los alumnos y trabajar con ellos, estar a su lado, y
comprender lo que les pasa por la cabeza, ya que no solo basta enseñar para que los alumnos aprendan. Hay
que saber antes de entrar a clase, que es lo que haremos para hacer que los alumnos aprendan alguna cosa,
que actividad vamos a proponer para permitirles acceder a un conocimiento y estar a su lado para ayudarlos y
exigirles.

Me parece interesante que no solo pensemos en lo que van a aprender nuestros alumnos hoy, sino mucho más
importante, que es lo que voy a hacer para que aprendan, ya que si no, es probable que fracase en mi labor de
docente. Por otro lado, es importante motivar a los profesores jóvenes, que sean profesores por vocación, que
el oficio vuelva a ser lo que era, algo ligado al compromiso personal con su trabajo.

Hoy en día es un trabajo mucho más práctico y sin vocación, en mi humilde opinión ( hoy en día, nos
enfrentamos con una desventaja al momento de concursar para la docencia, ya que concursamos con personas
que no tienen pedagogía y vocación, que en el transcurso del camino estudian y de pronto aprenden
(pedagogía), pero, en sí, la vocación es algo con que se nace y no se aprende, y eso conlleva a que solo nos
fijemos en cumplir en el trabajo y no nos esforcemos a crear ese interés de que alumno investigue y aprenda.

Debemos nosotros los profesores jóvenes tener la visión de la importancia social que tiene nuestro trabajo y
que el futuro de nuestro país reposa sobre nosotros.

Es responsabilidad del educador hacer emerger el deseo de aprender …… Es una manera de ver la
educación que creo que es muy acertada. El profesor tiene una labor mucho más importante que enseñar, su
principal labor es conseguir que el alumno quiera aprender lo que le está enseñando, y después de eso, siga
manteniendo viva la curiosidad para seguir aprendiendo.

Las clases son hoy en día sitios donde hay más tensión y menos atención. Vivimos un momento en la escuela
en la que muchas veces creemos que es suficiente gritar o ser autoritario para hacer bien nuestro trabajo y
conseguir lo que queremos. Sin embargo la escuela debe dar al alumno un marco que no lo tiene fuera, y es el
espacio en el que se debe concentrar, estar atento, aprender a trabajar en cosas que llevan su tiempo. ( La
tensión en la que vive la sociedad  viene dada en cierta medida, por la falta de tiempo. Debemos intentar que
los alumnos hagan de ese tiempo su aliado y no su enemigo, sabiendo lo que consiguen dedicando tiempo a las
cosas que les interesan.

Se dice que un alumno fracasa porque no está motivado. Yo pienso al revés, que los alumnos no están
motivados porque fracasan. La humillación desmotiva, mientras que el orgullo motiva. Me parece una frase
genial y una afirmación literal y totalmente cierta. Un niño puede dejar de trabajar porque, por mucho que le
motives, no ve un resultado positivo a su trabajo. Todo alumno debe aprender, y es labor del profesor conseguir
que dé lo mejor de sí mismo, y estar orgulloso de lo que ha dado. Si una persona, en este caso un alumno, está
orgulloso de lo que ha hecho, o está orgulloso de lo que ha conseguido con su trabajo, va a ser una persona
motivada.

Pienso que haría falta devolver la dignidad al cuerpo de los enseñantes y devolver ambición a la escuela. Esta
frase yo la englobo en la necesidad de hacer de esta profesión algo vocacional. El profesor tiene en sus manos
la educación de los adultos del futuro, y esto es una responsabilidad muy importante que debe ser también vista
así por el resto de la sociedad, no solo por los mismos profesores. La escuela no puede ser un “aparcamiento”
para los niños durante el mayor número de horas posibles, sino que la escuela debe volver a ser un sitio donde
los alumnos salgan formados, con unos valores importantes, y, sobre todo, con unos conocimientos que les
ayuden a seguir aprendiendo e interesándose por las cosas.

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