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_ARCANE_

Había una vez … en un lugar muy lejano donde vivían príncipes y


princesas, hechiceros y reinas malvadas, piratas, duendes y hadas. En aquel
lugar predominaba la magia, una magia de la que muchos temían.
Todo empezó con el final de la historia, la cuál la única salvación era
volver a creer en ella.
¿Y tú? ¿Tienes fe?
CAP I . PILOTO

La historia comienza en una ciudad llamada Madrid, todo en la gente


parece ser normal, no hay magia, no hay cuentos de hadas… Todo indica a
que estamos en el mundo real.
Madrid siempre ha sido una ciudad muy tranquila, donde nunca ha habido
problemas ni nada fuera de lo común, estamos hablando del año 1999.
Un año que cambiaría para siempre la vida de nuestros protagonistas. Para
ello debéis de conocer la historia.
Pero estas historias se remontan a siglos atrás, lo que pasa es que ese año es
el de la realidad.
En otro mundo, sin embargo, si que había magia, pero no nacías con ella, si
no que la aprendías, allí todo era maravilloso, aquel lugar era magnífico.
Era un lugar donde cualquier niño querría habitar. Pero, un 29 de mayo de
1999 todo se congeló…
La reina malvada conocida como Evelyn había preparado un plan para
separar la felicidad del príncipe Jalon y de la princesa Amelia, aunque
alguien se les adelantó. Un reino vecino llamado Luar quiso hacer un pacto
con los príncipes. Por aquel entonces estos, tenían 2 hijas y un hijo. La hija
mayor se llamaba Adallina, el hijo se llamaba Argenis y por último
tenemos a las más pequeña a la que llamaron Ela, ella había nacido una
semana antes de que ocurriera todo (hablamos de siglos atrás)
Aquel pacto se trataba de fusionar ambos reinos para conseguir el libro de
arcane cuyo nombre da lugar al reino donde vivían nuestros personajes.
Este libro contenía la mayor magia luminosa posible. Este trato no agradó
demasiado a los príncipes, puesto que no podían confiar en este rey porque
su reputación lo dejaba marcado.
Este, quería fusionar Luar con Arcane para hacerse con el libro y acabar
con la magia que contenía, lo que dejaría una catástrofe para el mundo
donde habitaban.
Mientras tanto la reina Evelyn se hizo con el plan. Este “plan” era construir
un maleficio para ser la reina de Arcane para siempre. Quería desterrar a
Jalon, Amelia y a sus hijos sin importar donde fuera, pero no salió como
esperaba.

Días después, el reino de Luar estaba de ceremonia, se nos olvidaba


mencionar que el rey Arturo y su esposa Ginebra tenían un hijo llamado,
Iker, ese día cumplía 1 año. Desgraciadamente la felicidad no duró
demasiado…
En la ceremonia apareció Gandalf un hechicero muy poderoso que solo
buscaba su felicidad a cambio de tratos en su beneficio ¿por qué hace todo
esto? ¿Él era así? Pues claro que no, se convirtió en tal tiempo atrás,
aunque no lo parezca, pero es inmortal.
Gandalf no llegó con las manos vacías, este propuso un trato, él les daría el
libro aonaran, el libro de magia oscura que se ha conservado durante
muchos siglos. Sin embargo, el rey Arturo quería el de arcane que era el de
magia luminosa, lo que quería era deshacerse de ella pero sin recurrir a la
magia oscura para evitar que hechiceros como él o peligros mayores
pudieran causar más peligro del que ya hicieron.
En realidad, este rey no pensó que si destruía el libro de arcane también
destruiría el reino cuyo nombre ya se ha mencionado. Así, que se negó
Esto no agradó a Gandalf por lo que siempre tenía que salir beneficiado de
lo que propone, entonces alzó su voz y dijo las siguientes palabras:
- Como os atrevéis a rechazar un trato, mi rey – soltó con una risita
aguda. Yo os ofrezco aonaran a cambio de tu reino, por supuesto.

- Jamás Gandalf, yo deseo con todas mis fuerzas el libro de arcane,


quiero fusionarme con dicho reino para eliminar la magia luminosa
para siempre – añadió el rey, sosteniendo la espada en la mano.

- Oh, así que, queréis ese libro, pero no este que es mejor. Creo que no
te das cuenta de una cosa, “querido”- añadió en tono amistoso. No he
venido aquí para daros una ofrenda, además en el cumpleaños de
vuestro hijo. ¿Sabéis que?, yo tenía un hijo, pero ya no – dijo con la
misma risita aguda y chocando sus manos.
- Es una pena, que haya perdido a su hijo, pero por favor, ya le hemos
dicho que no queremos nada de usted – habló Ginebra, sin saber que
hacer.

- Claro, claro, pero nadie rechaza a Gandalf, nadie. No os preocupéis,


dentro de 22 años todos volveréis a juntaros. Habrá una personita, mi
querida Ginebra… una dulce niña que hará que todo el mal causado
se repare. ¿o no?

- ¿Qué es lo que buscas, Gandalf? Está claro, que no has venido solo
para ofrecerme un libro, esto se te está yendo de las manos –
exclamó el rey.

- Me has pillado, tenemos un problema llamado “bebé” del reino


vecino. Mi hijo, está en un “reino sin magia” gracias a ellos, y yo lo
que quiero, es matar a su pequeña – añadió, sonriendo y planeando
un malévolo plan.

- Nunca mataríamos a nadie y menos a un bebé, ¿verdad Arturo? Por


mucho que queramos eliminar Arcane, yo nunca haría semejante
locura. ¡Es un bebé, Gandalaf, un bebé!

- Lo sé, “querida”, pero, mi hijo también era un bebé, y no les


importó. Yo sé todo de vosotros, y si destruís arcane tenéis que estar
seguros de lo que hacéis – intervino Gandalf con el libro de aonaran
en la mano.
Así que dentro de ¿22 años? Es mucho tiempo, aunque este hechicero no se
fue en vano, se acercó a Ginebra le arrancó el corazón y lo estrujó
dejándolo hecho cenizas. Había dejado a Iker huérfano de madre. El rey
Arturo quedó desolado y para hacerle sufrir más, llevó a su hijo a un
mundo donde la magia no existe, a un lugar donde muy pocos pueden
llegar (a no ser que seas muy poderoso o atravieses un portal)
A todo esto, los príncipes antes de que alguien pudiera hacer algo más,
cogieron el libro de arcane, buscaron un hechizo para salir del reino y huir
a un mundo sin magia. Donde casualmente también estaría el bebé Iker…
Es así como estos llegaron a Madrid, tuvieron que empezar desde cero,
solo que tenían a una acompañante, se llevaron a su ayudante del castillo
para lo que pasaría años después, (al salir de su reino llegaron a nuestro
mundo, dónde el tiempo empezó a recobrar el sentido, por eso nos
encontramos en 1999).
La ayudante mencionada se llama Margaret y ella posee magia. Después
de esta salida todos los personajes que vivían allí quedaron congelados en
el tiempo hasta años después …
Aquí nuestros protagonistas dejaron el reino para venir a uno “sin magia”,
es así como le llamaban. Aquí pasaron los años, raramente recurrían al
libro y a la magia para hacer ciertas cosas. En Arcane todo seguía igual, lo
que pasa es que las cosas se salieron de control. La reina Evelyn planeó una
maldición que arrastraría a todos los habitantes hacia nuestro mundo. Solo
había un problema y era que todos perderían la memoria excepto ella,
porque es la que causante del maleficio. Aún así Gandalf, no se quedó
quieto y tuvo que actuar.
Seguía pasando el tiempo hasta que nuestra pequeña Ela cumplió 6 años,
actualmente estaríamos en 2005. Amelia y Jalon decidieron volver a su
reino y frenar todos los males posibles que pudieran suceder,(contando con
la malvada Evelyn) estos no volverían solos, sino que se llevarían a sus
hijos, bueno a dos de ellos, a Adallina y a Argenis. ¿Y Ela?
Bueno, Ela es la clave para deshacer el maleficio que lanzó Gandalf con
ayuda de Evelyn. Por eso este dijo que dentro de 22 años todo se rompería,
pero ¿acaso él quería que se rompiera? ¿Por qué lo creó?
Bueno, es una pregunta con muchos incógnitos pero, lo único que se sabe
es que Gandalf pensó que si hacía esto, volvería a reencontrarse con su
hijo(es Gandalf, lo hace todo por su beneficio), además de darle el placer a
la reina malvada de hacer infelices a los príncipes. Menos mal que estos se
percataron tras lo ocurrido con Ginebra y huyeron lo más rápido que
pudieron.
Ela sería la clave pare encontrar a sus padres, obviamente ella no iba a estar
sola, se quedaría con Margaret para enseñarle cual es su destino y lo que
debe creer.
Así fue como todo dio un giro de 360 en la historia:
- Jalon, hemos de irnos, aunque allí el tiempo esté congelado, las
personas no. Ellos tienen que saber que es lo que ocurre con sus
príncipes. Nuestro deber es proteger al reino, no protegernos a
nosotros, también debemos proteger a nuestros hijos, pero no
sabemos cómo. – dijo Amelia, dirigiéndose hacia su marido.

- Cálmate, esto hay que pensarlo muy bien, ambos sabemos que
Gandalf nunca se ha dado por satisfecho y mucho menos Evelyn.
Según este hechicero, nuestra pequeña es la clave para encontrarnos,
pero-

- ¿Pero? Ella es solo una niña, ¿Qué hacemos? La abandonamos a su


suerte, somos sus padres Jalon, ella tiene una familia que la adora,
que la ama ¿Crees que esto no va a tener consecuencias en un futuro?

Jalon y Amelia no sabían que hacer, pero es que Ela es la solución.


- Está bien, Jalon, tienes razón, hay que dejarla aquí. Va a estar a
salvo, sobre todo está con Margaret, no le va a pasar nada. Solo nos
queda volver y esperar. Son 6 años, los que tiene, pero no tenemos
elección – dijo Amelia, con la voz casi rota y los ojos aguosos.
Jalon, se acercó a ella, le acarició la cara y añadió:
- Nos encontrará, pase lo que pase, lo hará y venceremos a Gandalf y a
Evelyn de una vez por todas. Ahora nos toca a nosotros recuperar
nuestro reino, amor.
Ya era la hora en la que nuestros príncipes han de marcharse, sonaba muy
cruel el abandonar a una hija, pero no lo hacían por su beneficio, si no
porque era una cruel obligación. Margaret preparó una especie de portal de
vuelta su reino, aunque era un poco complicado porque hacía años que
nadie entraba ni salía de allí ¿en serio? ¿Crees que Gandalf se quedaría allí,
pudiendo traspasar mundos y encontrar lo que quiere? Él siempre hace lo
que piensa que está bien…Es por eso que él ya estaba aquí antes que los
príncipes y sus hijos.
Gandalf llegó el día en que estos vinieron a nuestro mundo, el problema es
que lo hizo tan cuidadosamente que nadie se percató de lo sucedido. Se
cambió el nombre incluso el aspecto. En aquel reino el tenía la piel verdosa
y brillante, el pelo plateado y grandes ojos verdes, y ahora es una persona
normal.
Pero, la magia de arcane no fue lo suficiente fuerte para abrir el portal que
los príncipes querían (aquí la magia es muy débil). Los pequeños
hermanos, se reencontrarían alguna vez, solo había que esperar. En ese
instante, una ráfaga de viento comenzó en la sala de estar, Ela no entendía
nada, (tampoco es que supiera de magia), pero viendo lo que estaba
pasando solo le quedó gritar:
- ¡Agen! ¡Allina! – así es como les llamaba Ela - ¿Qué es esto? ¡Hace
mucho viento en casa! ¡No os vayáis! – dijo llorando.
Amelia y Jalon se sentían destrozados, a lo que dijeron:
- ¡Encuéntranos! – gritó Jalon
- ¡Siempre nos encontrarás! – exclamó Amelia
Argenis y Adallina se despidieron de su hermana por última vez,
haciendo señas con las manos (ellos no se percataban de lo que estaba
ocurriendo)
El portal se cerró, pero antes de marcharse una hora antes, los príncipes
le habían dejado un recado a Margaret.
- Bórrale la memoria – dijo Amelia – hazlo por su bien.

- Señora, no puedo hacer eso, perdería sus recuerdos, de donde


procede y sobre todo con ustedes.

- No – intervino Jalon – no tiene porque ser así. Se trata de que le


borres estos recuerdos y le des unos nuevos.

- ¿Quiere que le de nuevos recuerdos? ¿Y qué pasa del lugar donde


proviene?

- Bórralos, Margaret, es lo mejor. Solo tienes que darle una nueva vida
a nuestra pequeña, haz que se olvide de donde proviene, solo tiene
que recordar que ella “supuestamente” ha nacido aquí. Además, haz
que nos olvide.

- Mi señora, no lo entiendo, ¡es una niña! Tiene que recordar a sus


padres, ¡aunque sea eso!

- Lo hará, pero solo tiene que acordarse de que la abandonamos


cuando era aún más pequeña. Tú, tienes que guiarla por el buen
camino, tienes que hacer que crea en ella otra vez.
De eso se trataba… tenían que construir una nueva vida para Ela, costara lo
que costara. Fue muy duro para Margaret, mientras Ela lloraba por sus
padres y sus hermanos, Margaret intervino con algo de magia y le dio
nuevos recuerdos. Acto seguido, Ela dejó de llorar, ya tenía una nueva
vida, más bien, nuevos recuerdos, unos recuerdos construidos en una
mentira. Después se secó las lágrimas, se preguntó que había pasado y su
ayudante, que se convertiría en su ángel guardián, le respondió que se había
dado un pequeño golpe, nada más.

Esto fue demasiado triste para ellos, excepto para la pequeña. Después
Jalon, Amelia y sus hijos llegaron a su tierra, allí casi todo seguía igual,
pero no había rastro de Gandalf… Esa era una preocupación que habían
dejado a un lado, solo les interesaba saber que había pasado con Evelyn.
Pues ella ahora era la que gobernaba su castillo protegido por caballeros
oscuros que podrían matar a cualquiera que se cruzara en su camino,
siempre y cuando la reina se lo ordenara.
El hada Amapola había perdido su polvo de hada a causa de la “nueva
reina”, otros personajes también se vieron afectados, el tiempo, sin
embargo, seguía congelado. Adallina y Argenis ahora preguntaban por su
hermana y sus padres no sabían que responderles, solo les quedaba esperar
y esperar…
Inmediatamente fueron a luchar al castillo, los príncipes dejaron a sus
pequeños en el rincón de las hadas, se armaron y se dirigieron al lugar a
donde pertenecen. El bosque y el reino había perdido ese color vivo que le
caracterizaba, solo estaba bajo una atmósfera morada que penetraba en la
mirada.
Una vez llegaron a su castillo, había perdido la esencia de lo que era
antaño. El agua que lo rodeaba ya no era cristalina, el color de las torres se
habían vuelto grises y todas las entradas estaban vigiladas por los
caballeros mencionados.
- Vaya, vaya, mis príncipes. Parece que habíais echado de menos este
lugar – dijo Evelyn rozando sus dedos y con una sonrisa malévola.
- Han sido muchos años los que habéis estado afuera ¿os habéis
tomado unas vacaciones?
Jalon alzó su espada y la puso enfrente de esta:

- Será mejor que nos devuelvas lo que es nuestro, si no, no querrás


probar la espada en tu cuello.

- Hemos venido por vuestra culpa Evelyn, pensaba que podías


cambiar, pero me doy cuenta que sigues siendo la misma campesina
pobre que fuiste, lo que pasa es que ahora te has vuelto una reina que
todo lo que quiere es poder – intervino Amelia, frustrada, con pocas
esperanzas.

- ¿Por mi culpa? – rió. Aquí los únicos culpables sois y seréis


vosotros, yo no tengo nada que ver en esto.

- Será mejor que te calles, “mi reina” – dijo Jalon cada vez más
furioso.

- Sabemos que esto lo has planeado con Gandalf, tú no quieres la


felicidad para nadie, porque tu la perdiste primero. No te guardes el
rencor ni lo demuestres con nosotros, porque no te hemos hecho
nada.

- ¿Estáis seguros? No voy a hablar de los sucedido años atrás, porque


no viene al caso – añadió la reina lanzándoles una mirada a ambos.
Al menos yo no hice que el hijo de Gandalf fuera desterrado a no sé
dónde – echó una carcajada.

- No lo hicimos a propósito – intervino Amelia

- Lo mío tampoco ha sido “a propósito” – dijo la reina. Además,


tampoco he abandonado a mi hija – siguió riendo. Sois unos pésimos
príncipes, pero es que sois más pésimos como padres.

Jalon en un acto imprevisto atacó a la reina, soltó la espada, la cogió y la


ató de manos, evitando así que usara su magia.
- Nuestras intenciones nunca han sido malas, y respecto al hijo de
Gandalf, tu debes saber dónde ha ido a parar – dijo entre dientes
Jalon.
- ¿Yo? Yo que voy a saber, ese niño lo más probable es que este
muerto – rió.

- No entiendo como puedes tener tan pocos sentimientos Evelyn,


sabiendo que tu también has perdido a gente querida.

Es cierto, la reina no sabe nada sobre el hijo de Gandalf, pero nosotros si lo


sabemos, se encuentra en nuestro mundo, bajo otro nombre: Marco. Es un
nombre común, dado que está viviendo aquí.
Los príncipes seguían intentando convencer a la malvada reina de
devolverle lo que era suyo. Todo parecía en que la reina iba perdiendo y
que por fin lo que se convirtió en ruina se podría reconvertir en esperanza y
felicidad otra vez.

En el otro mundo, el tiempo transcurría y Ela cada vez se hacía más mayor,
empezaba y terminaba etapas en su vida sola. Aunque tuviera a Margaret,
ella siempre se ha preguntado sobre el por qué sus padres le abandonarían
¿acaso no la quieren?
Margaret la observaba crecer y ver que la esperanza que sus padres tenían
en ella, se iría desvaneciendo poco a poco… Gandalf, sin embargo…
Perdón, aquí este adopto otro nombre no tan perverso como el anterior,
aquí se hacía y se hace llamar Arnaud. Paseaba constantemente por la casa
de Ela, ¿intentando averiguar algo? No se sabe, aunque podría ir en busca
de su hijo, este prefirió dejarlo estar hasta que la pequeña se hiciera un
poco más mayor. Todavía no habían cruzado palabras ambos hasta que un
día:
Arnaud (Gandalf) se disponía ir a dar una vuelta por la mañana como de
costumbre y Ela con solo 10 años se dirigió hacia donde se encontraba él
porque vio un estante llenó de juguetes y uno de ellos le llamó la atención,
mientras Margaret compraba en una especie de mercadillo.

- Guau, que bonitos que son, son preciosos – en ese instante Ela se
gira y se topa con Arnaud. Ambos se verían las caras por después de
siglos o en nuestro mundo, años. - ¡Ay! Perdona señor, solo estaba
mirando los peluches y… y … me he distraído.
- No te preocupes pequeña, ha sido solo un choque. Y llevas razón,
estos peluches son muy bonitos, Ela.

La pequeña se quedó sorprendida al escuchar decir su nombre por la boca


de aquel hombre, al que no conocía o más bien al que no recuerda (buenoa
aun así ella era bastante bebé, ¿Qué tendría semanas?)
- ¿Cómo… cómo… sabes mi nombre? – suspiró de sorpresa. ¡Eres un
mago! ¡Cómo el de mis cuentos! Todos ellos saben los nombres de
cualquier persona de la ciudad. ¡Qué guay! – a Ela no le importó
nada y solo pensaba que era un mago de uno de sus cuentos. La
verdad la niña no miente, un mago es.

- No soy un mago, pero soy algo mejor. Me alegro de haberte visto


por fin, y dime pequeña ¿has venido sola?

- Mmmm… No, Margaret está justo allí, enseguida vendrá por mí.

Arnaud miraba por todos lados en busca de Margaret hasta que por fin sus
ojos la encontraron.
- Genial entonces, mira si quieres hacemos un trato ¿vale? – a lo que
Ela no se lo pensó dos veces y asintió con la cabeza. Te voy a
comprar uno de estos peluches, así que escoge el que gustes.

- Pues, me gusta este verde. – cuando lo tiene entre sus brazos, lo


abraza. Arnaud confuso se conmueve por la niña por unos segundos
hasta que recuerda el por que de todo esto.

- No me des las gracias, Ela, no me las des.

Margaret se estaba aproximando a ambos, porque había terminado de


realizar su compra. Arnaud alzó la mirada y le dijo unas últimas palabras a
Ela.
- Bueno, creo que debo de irme ahora.

- Vale – dijo la niña con una sonrisa de oreja a oreja porque tenía a su
peluche.

- Nos volveremos a ver pequeña, y será dentro de un tiempo, créeme.


Y cuando nos volvamos a ver, todo será muy distinto. – le acarició la
cara y se fue al momento.

- ¿Ela? Pero, ¿quién te ha comprado este peluche? – dijo Margaret un


tanto desconcierta.

- Un señor que se llamaba… ala, no me ha dicho su nombre, pero me


lo ha comprado. – se quedó pensativa por unos segundos, pero luego
hizo una mueca de que no le daba importancia.

- ¿No te ha dicho su nombre? Ela, que te he dicho yo de hablar con


gente extraña – añadió la ayudante con tono de enfado y decepción.

- Mmm… no me lo dijo, pero si me ha dicho que muy pronto nos


volveríamos a ver. – añadió la pequeña Ela con una sonrisa en la cara
gracias a ese peluche.

Después de esto, Margaret cogió a Ela de la mano y se dirigían a su casa.


En ese tramo Arnaud las observaba, claro está que este sabía lo que se
avecinaba en un par de años. Pero a partir de ese momento las cosas
empezarían a cambiar en la historia.
Mientras ellas caminaban por la calle, un niño castaño y de ojos azules
cruzó en el camino de estas, el niño alcanzaría más o menos la edad de 14
años, 4 años más que Ela. Este niño, bueno pre- adolescente caminaba
casualmente por el lado de esta. Ambos se miraron a los ojos y todo se
sentía como si ocurriera a cámara lenta, como en las películas. Pero
estamos en la vida real, esas cosas no suceden a no ser que ellos de verdad
lo sintieron así. En ese momento en el chico suscitó un sentimiento de
alivio, pero a la vez miedo. Cuando menos nos lo esperamos aparece la
salvación para muchos. Ese pequeño niño al que desterraron a un mundo
muy distinto para él sin saber cual sería su destino halló una forma de
encontrar su misión, Ela
¿Seguro que fue casualidad, Iker?

CAP II. IKER


IKER
Después de buscar durante años a esa pequeña niña, por fin he dado con
ella, ahora tiene 10 años, todavía es muy pronto para poder iniciar con todo
esto. Me encomendaron protegerla cuando volví a Arcane, pero ahora se
me hace complejo poder hallar una forma de entablar conversación con una
pequeña joven que aun piensa que la magia solo existe en los cuentos de
hadas.
Cuando me desterraron a este mundo, mi padre me había dado una pulsera
que contenía un diamante rosado que permite cruzar reinos, pero cuando yo
vine aquí solo tenía 1 año de edad, pero en mi memoria cabe recordar el
momento en el que mí querido padre me colocó esta pulsera que había
pertenecido a mi madre mucho antes de conocerse ambos.
Estuve esperando mucho tiempo para poder usarla, porque solo tienes un
billete de ida, no hay de vuelta, para ello había que conseguir alguno…
He pasado mi vida de allá para acá en casas de acogida, en centros de
menores, (no, no es una cárcel) pero si es cierto que yo anhelaba estar con
mi padre porque era la única familia que tenía, por lo que decidí utilizar mi
único billete de ida para volver al bosque encantado, Arcane. Así fue como
me reencontré con mi padre:
AÑOS ATRÁS…
El portal se abre e Iker se deja caer sobre él, llegando a su destino.
- ¡Ahhhhh! – Iker cae después de ser absorbido por la magia. No me lo
creo, por fin estoy aquí, he vuelto. ¡Papá, voy a buscarte! Se dijo
para si mismo, mientras caminaba hacia su casa, su castillo.

Iker caminó y caminó hasta que la espera mereció la pena, con solo
10 años él volvió, todo estaba cambiado, estaba como destrozado, no
solo el castillo, el bosque en general.
IKER
Todo era diferente, pensaba que me lo encontraría de otra manera, no
he visto a Gandalf por ningún lado, debería aparecerse de la nada
como hace siempre, pero no lo ha hecho ¿qué ha pasado aquí todo
este tiempo? Me preguntaba a mi mismo como pudo llegar Arcane a
tal situación, era muy raro.
Ni siquiera los caballeros oscuros de la reina se han aparecido por
aquí, cada me estoy asustando más y no sé el por que, solo me
interesa encontrar a mi padre vivo y poder vivir aquí hasta que pase
lo que tenga que pasar. Y cuando por fin entré en el castillo…

- ¡Papá! ¡Papá! ¿Papá? Estoy aquí, he vuelto, por favor dime que estás
bien, es lo único que anhelo… Su cara se ponía cada segundo más
roja intentando contenerse las lágrimas.
- ¡Hijo! ¿Iker? ¿Estás aquí? ¡Cómo te atreves a venir! No deberías
estar aquí. Aun así, del rey Arturo unas lágrimas brotaron de sus ojos
porque después de mucho tiempo, se han reencontrado.
- Papá estoy aquí, usé el diamante para volver, aquel lugar es diferente
a este, no hay magia ni nada. Solo tengo 10 años y quiero pasar lo
que sea contigo, a tu lado.
- Iker, escúchame bien, cuando te desterraron allí, eras solo un bebé.
Me alegra que estés bien y que te pueda ver, ahora estás hecho todo
un príncipe. Si tu madre- El rey se detiene al recordar el nombre de
su esposa y con la voz rota sigue adelante. Si tu madre estuviera
aquí, estaría muy orgullosa de ver en lo que te has convertido. Pero
has de marcaharte.
- ¿Qué? ¡No! No puedo irme, el portal solo se abre una vez, no me
quiero ir, no puedo. No quiero abandonarte papá… Iker abrazó a su
padre como si el mañana no existiera para ellos.
- Mientras que no estabas, pasaron cosas terribles, la reina lanzó una
maldición en Arcane, ninguno puede estar aquí, ni siquiera tú. Le
colocó la mano en el hombro, mientras que ambos se miraban con
tristeza. La reina desapareció tras esto, Gandalf también pero aquí el
tiempo está congelado, cariño. Entiendo tu penar, pero por favor
debes marcharte.
- No es justo, yo… ,yo… no puedo irme sin ti. Llorando, añadió. ¿Qué
voy a hacer sin ti otra vez? Estoy… perdido.
- No, no lo estás, sigo con vida pero no sé por cuanto tiempo más,
verás hay una niña a la que Gandalf quería hacerle mucho daño.
Puede que no lo entiendas pero, llegará un momento en el que
reflexiones sobre esto y te darás cuenta de que los verdaderos
villanos nunca son los malos. A pesar de eso, quiero confiarte a Ela,
búscala y guíala por el buen camino, haga lo que haga, tú debes estar
con ella.
Iker le miraba sorprendido, sin saber que hacer o que decir, en su cabeza
solo se quedó grabado el nombre de ELA, ahora tenía una misión, entonces
da igual la forma en la que vuelva a nuestro mundo y da igual las familias
de acogida, solo importa que él tiene y debe guiar a esta niña.
- ¿Ela? No sé quién esa niña, ¿y si nunca la encuentro? ¿Y si no está en el
otro mundo?
- La encontrarás, por que ella y solo ella, es la clave para deshacer esta
maldición que nos tiene aquí atrapados, así que ahora vuelve, guardé mi
“billete de ida”, ahora úsalo tú.
IKER
Eso fue lo que hice, crucé ese portal que me trajo de vuelta a este mundo,
solo tenía y tengo el nombre de Ela en la cabeza, debo protegerla ¿yo? Las
últimas palabras que recuerdo de mi padre antes de ser absorbido
completamente fue: encuéntrala…
Se me hace compleja esa palabra, pero han pasado 4 años desde que intento
buscarla, al parecer hay una maldición allí, no importa lo que Gandalf o la
reina hagan, los héroes siempre ganan.

CAP III. ENCUENTRO


Cuando piensas que nada puede cambiar en tu vida, cuando piensas que lo
tienes bajo control puede llegar alguien para darle sentido. Ese esperado
encuentro ocurrió al final, solo queda que ambos vuelvan a reencontrarse,
deben volver a mirarse a los ojos. Aunque no se conozcan de nada, pero a
Iker le confiaron a Ela y ella debe ganar su confianza.
Es un poco extraño pero tiene que suceder de tal forma que los dos se
hagan buenos amigos, que lleguen a lo que gente atrás acordó, tiene que
salvar su destino.

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