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I Jesús condenado Meditación
"Desde entonces Pilato trataba de librarle. Pero los judíos «Condenado Jesús mío, que tu condena sea también la mía
gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que acepto por amor a ti; y para consolarte me fundiré
que se hace rey se enfrenta al César.» Al oír Pilato estas continuamente en ti, para llevarte a todos los corazones de las
palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el criaturas, hacer que todos te conozcan y darles a todos tu vida».
lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá. Era el día de la
Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los
judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey.» Ellos gritaron: «¡Fuera,
fuera! ¡Crucifícale!» Les dice Pilato: « ¿A vuestro Rey Antifona
voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No
tenemos más rey que el César.» Entonces se lo entregó para Señor, pequé. Ten misericordia de mí. Las almas de los fieles
que fuera crucificado" (Jn. 19,13-16) difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
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II Jesús carga con Meditación
"Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a « ¡Ah, Amor mío, no me animo a dejarte solo! Quiero dividir
Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la tropa. contigo el peso de la cruz, y para darte alivio por el peso de
Le desnudaron y le echaron encima un manto de color púrpura; tantas culpas, me estrecho a tus pies. Quiero darte a nombre de
y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su todas las criaturas amor por quien no te ama; alabanzas por
cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla quien te desprecia; bendiciones, gratitud y obediencia por
delante de él, se burlaban diciendo: « ¡Salve, Rey de los judíos!»; todos».
y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la
cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron Antifona
sus ropas y lo llevaron a crucificar." (Mt. 27, 27-31).
Señor, pequé. Ten misericordia de mí. Las almas de los fieles
difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
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III Jesús cae por Meditación
“Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; « Caído Amor mío, déjame ayudarte a ponerte de pie, déjame
nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, que te bese, que te limpie la sangre y que repare junto contigo
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros por quienes pecan por ignorancia, por fragilidad y por
crímenes. debilidad, y te suplico que ayudes a estas almas».
Nuestro castigo saludable vino sobre él, sus cicatrices nos
curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su
camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.”
(Is. 53, 4-6). Antifona
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IV Jesús se encuentra su última palabra y recibir tu última mirada; tú sientes sus penas,
su Corazón lacerado en el tuyo, enternecido y herido por el amor
mutuo. La encuentras abriéndose paso a través del gentío
con su Madre. queriendo a toda costa verte, abrazarte y decirte por última vez:
G: Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos. « Adiós ». Pero tú quedas aún más adolorido al ver su palidez
T: Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. mortal y todas tus penas reproducidas en ella por la fuerza del
amor. Si ella sigue con vida es solamente por un milagro de tu
omnipotencia divina. Diriges tus pasos hacia ella, pero a duras
penas pueden cruzarse la mirada.
“Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, éste está « ¡Oh dolor del Corazón de ambos! Los soldados se han dado
puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será una cuenta y a golpes y empujones impiden que Madre e Hijo se
bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos despidan por última vez. Jesús mío, me uno a mi traspasada
corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Su madre Madre para seguirte y para fundirme junto con ella en ti y tú
conservaba todo esto en su corazón” (Lc. 2, 34-35.51). dirigiéndome una mirada de amor, me bendices»..
Meditación
Canto de los Te Amo:
Vida mía, Jesús, tus enemigos, haciéndote sufrir penas
inauditas, han logrado ponerte de pie y mientras vacilante Amor Inmaculado. Te amo. Te amo oh Dios. Te amo.
caminas, siento tus afanosos respiros; tu Corazón late con más Amor Purísimo. Te amo. Te amo mi vida. Te amo.
fuerza y nuevas penas lo traspasan cruelmente; sacudes la Amor Virgen. Te amo. Te amo mi todo. Te amo.
cabeza para liberar tus ojos de la sangre que los cubre y buscas Amor Santo. Te amo. Te amo Amor. Te amo.
con ansiedad… ¡Ah, Jesús mío, ahora comprendo todo! Es tu
Madre, que cual paloma herida te está buscando. Quiere decirte
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V El cireneo ayuda Entonces, en tu Corazón hacen eco todos los lamentos de
quienes sufren las faltas de resignación, las rebeliones, los
enojos y los desprecios en el sufrir. Pero quedas mucho más
a Jesús. adolorido al ver que las almas consagradas a ti, cuando las
llamas para que te acompañen y te ayuden en tu dolor, huyen de
G: Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos.
T: Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. ti; y si tú con el dolor las quieres estrechar a ti, ¡ah!, ellas se zafan
de tus brazos para ir en busca de placeres, dejándote así
sufriendo solo.
“Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo «Jesús mío, mientras reparo contigo, te ruego que me estreches
forzaron a que llevara la cruz”. entre tus brazos tan fuertemente, que no llegue a haber ninguna
“Jesús había dicho a sus discípulos: «El que quiera venir pena que tú sufras en la que yo no tome parte, para
conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me transformarme en ellas y para compensarte por el abandono de
siga» (Mt. 27, 32; 16,24). todas las criaturas».
Antifona
Canto de Vidal: Toma la cruz preciosa,
Me está el deber clamando, Señor, pequé. Ten misericordia de mí. Las almas de los fieles
Tan generoso cuando difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
Delante va el Señor (bis).
Voy a seguir constante,
Las huellas de mi Dueño, G. ¡Ven Divina Voluntad!
Manténgame el empeño, T. ¡Ven a reinar en nosotros!
Señora, tu favor (bis).
Canto de los Te Amo:
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VI La Verónica enjuga Meditación
“No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, «Generoso Jesús mío, también yo quiero enjugarte, y no con un
despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de paño, sino que quiero ofrecerte todo mi ser para darte alivio;
dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan quiero entrar en tu interior, ¡oh Jesús!, y darte latidos por
los rostros; despreciado y desestimado” (Is. 53, 2-3). latidos, respiros por respiros, afectos por afectos, deseos por
deseos. Pondré mucha atención, ¡oh Jesús!, para hacer que ya
nada te aflija o añada otras amarguras a tus penas íntimas».
Antifona
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VII Jesús cae por Meditación
“Yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el látigo de su « Quebrantado Amor mío, mientras te sigo en tus reparaciones,
furor. Él me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin veo que ya no puedes sostenerte de pie bajo el peso enorme de
luz. Ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha torcido mis la cruz. Jesús mío, deja que ponga mi hombro bajo la cruz para
senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha darte alivio y para que repare contigo por todos los pecados
revolcado en la ceniza”. (Lm. 3,1- 2.9.16). ocultos».
Antifona
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IX Jesús cae por Meditación
“Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. El peso de la cruz te tortura y tú te sientes morir. Déjame que te
Que se sienta solitario y silencioso, cuando el Señor se lo sostenga y que proteja con mis manos tu santísimo rostro. ¡Te
impone; que ponga su boca en el polvo: quizá haya esperanza; estás muriendo, oh Jesús mío! ¡Qué pena! ¡Se me rompe el
que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. corazón por el dolor! Déjame unirme a tus reparaciones por
Porque el Señor no desecha para siempre a los humanos: si llega todas las ofensas de las almas consagradas a ti, que te dan tanto
a afligir, se apiada luego según su inmenso amor”. (Lm. 3, 27- peso, que por más que te esfuerzas para levantarte, te resulta
32). imposible.
Antifona
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VIII Jesús consuela a Meditación
“Lo seguía una gran multitud del pueblo, y de mujeres que « ¡Qué sublime enseñanza! ¡Qué dulce es tu palabra! ¡Oh Jesús!,
lloraban y hacían lamentación por él. Jesús se volvió hacia ellas reparo junto contigo todas las faltas de caridad y te pido que me
y les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por concedas la gracia de olvidarme de mí mismo, para que no me
vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en acuerde sino de ti solamente.».
que dirán: «dichosas las estériles y los vientres que no han dado
a luz y los pechos que no han criado». Entonces empezarán a
decirles a los montes: «Caigan sobre nosotros»; y a las colinas:
«Cúbranos»; porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con Antifona
el seco?”. (Lc. 23, 27-31).
Señor, pequé. Ten misericordia de mí. Las almas de los fieles
difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
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X Jesús es despojado tan grande tu dolor, que casi muerto, caes. Pero nadie se mueve
a compasión por ti, mi Bien. Al contrario, con rabia bestial te
ponen de nuevo la corona de espinas a fuerza de golpes; y es tan
de sus vestiduras insoportable tanto dolor por las laceraciones y por los cabellos
G: Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos. que pegados a tu sangre coagulada te han arrancado, que
T: Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. solamente los ángeles podrían decir todo lo que sufres,
mientras que ellos horrorizados y llorando retiran sus miradas
celestiales.
“Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir «La Desnudado Bien mío, mientras reparo contigo, te suplico que
Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, con tus santísimas manos me despojes de todo y que no
pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron permitas que ningún afecto malo entre en mi corazón;
su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo”. vigílamelo, rodéalo con tus penas y llénalo con tu amor. Haz que
(Mt. 27, 33-36). mi vida no sea más que la repetición de tu vida y confirma este
despojo con tu bendición.
Y aquí te esperan nuevos dolores. Te vuelven a desvestir Amor Deslumbrante. Te amo. Te amo oh Dios. Te amo.
arrancándote de nuevo tus vestiduras junto con la corona de Amor Hermoso. Te amo. Te amo mi vida. Te amo.
espinas. ¡Ah!, tú gimes al sentir que te arrancan de la cabeza las Amor Brillante. Te amo. Te amo mi todo. Te amo.
espinas; y al arrancarte tus ropas, te arrancan también tus Amor Pacífico. Te amo. Te amo.
Te amo Amor.
carnes laceradas que se encuentran pegadas a ellas. Tus llagas
se vuelven a abrir, la sangre diluvia corriendo hasta el suelo y es
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XI Jesús es habiéndote crucificado ya la mano derecha, tus enemigos, con
inaudita crueldad, toman la mano izquierda y te la jalan tanto
para hacer que llegue al agujero que ya habían empezado, que
Crucificado. sientes que se te dislocan las articulaciones de los brazos y de
G: Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos. los hombros. Jesús mío, veo que te colocan un pie sobre el otro y
T: Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. te los atraviesan con un clavo, por añadidura sin punta, y por la
violencia del dolor tus piernas se contraen y sufren una
tremenda convulsión. Oh Jesús mío, terminando los verdugos
de clavarte los pies, yo me acerco a tu Corazón; me doy cuenta
de que ya no puedes más, pero tu amor grita más fuerte:
"¡Quiero más penas!".
Del evangelio según
San Mateo Oración
“Cuando llegaron al lugar llamado: “Gólgota” le crucificaron y Jesús mío, abrazo tu Corazón, te beso, te compadezco, te adoro
con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Pilato y te doy gracias por mí y por todos. ¡Oh Jesús!, quiero apoyar mi
redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo cabeza sobre tu Corazón para sentir lo que sufres en tu
escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.» Esta crucifixión. Y yo, ¡oh Jesús!, por amor a este Corazón y por tu
inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde sacratísima sangre, te pido, te suplico por la santidad de las
había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba almas que te aman.
escrita en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los
judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: Antifona
"Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".» Pilato respondió: «Lo
escrito, escrito está.»" Señor, pequé. Ten misericordia de mí. Las almas de los fieles
difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
Canto de Vidal: El manantial divino
De sangre está corriendo,
Ven, pecador gimiendo, G. ¡Ven Divina Voluntad!
Ven a lavarte aquí (bis). T. ¡Ven a reinar en nosotros!
Misericordia imploro,
Al pie del leño santo, Canto de los Te Amo:
Virgen, mi ruego y llanto,
Acepte Dios por Ti. (bis). Amor Reinante. Te amo. Te amo oh Dios. Te amo.
Amor Real. Te amo. Te amo mi vida. Te amo.
Meditación
Amor Auténtico. Te amo. Te amo mi todo. Te amo.
Dulce Bien mío, ya te extiendes sobre la cruz, miras a los Amor Suave. Te amo. Te amo Amor. Te amo.
verdugos, pero los miras con tanto amor y dulzura, que como
que los invitas dulcemente a que te crucifiquen de inmediato. Y
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XII Jesús muere en Meditación
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XIII Jesús es bajado Meditación
"Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a Oh dulce Madre, veo que tu mirada se detiene en el Corazón de
verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien tu adorado Jesús. ¡Qué es lo que haremos en este Corazón? Tú
libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas me lo mostrarás, oh Madre, y me sepultarás en El, lo cerraras
con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el con la piedra, lo sellarás y aquí dentro, depositando en él mi
lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el corazón y mi vida; me quedaré escondido para toda la
huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido eternidad. ¡Oh Madre, dame tu amor para que ame a Jesús y
depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los dame tu dolor para interceder por todos y reparar cualquier
judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús" (Jn. 19, 39- ofensa a su Corazón Divino!
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Antifona
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