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Introducción

El caballero de la armadura oxidada es un libro reconocido por su historia y contenido


plasmando una historia de reflexión. La obra posee un realismo mágico relacionando la
fantasía con la discordia vivida en una realidad que el autor brinda al dar a entender los
problemas que creamos ante ciertos aspectos de la vida que inclusive algunos son producto
de la imaginación, además de presentar moralejas relacionadas a la ética y la moral. Nos
lleva a enfrentarnos al hecho de que, por muy sociables que seamos, tenemos la tendencia
de evadir los momentos que nos obligan a estar a solas con la persona a quien más
desconocemos: nosotros mismos.

Desarrollo

El Caballero de la armadura oxidada es una obra literaria escrita por Robert Fisher, que nos
lleva automáticamente a la reflexión, a encontrarnos con nuestro yo, a darle la importancia
a aspectos importantes como la familia, y otras cosas más, que el autor busca dar a entender
con historias que cautivan y que nos orienta a reflexionar sobre nuestros actos y las
consecuencias de los mismos.

En la primera parte del libro vemos que el caballero es una persona con muy buenas
intenciones, al menos aparentemente, que todo el tiempo está intentando realizar actos
heroicos, para su propia satisfacción y para que todas las personas que lo rodean tengan
siempre una imagen de él como alguien de gran corazón y de nobles ideales. A tal grado
llega su afán por causar esta buena impresión, que olvida y deja de lado la importancia del
contacto con su familia, su esposa y su hijo y en general con todo el mundo que existía
afuera de su armadura. Con el tiempo el caballero se habitúa a llevar la armadura siempre
puesta, sin quitársela ni para dormir. Un día, tras las súplicas de su mujer, su esposa Julieta,
decide quitársela y descubre que no puede. Así es como comienza un largo peregrinaje para
encontrar ayuda para poder deshacerse de su armadura.

Entonces el caballero intentó quitarse el yelmo de la armadura, pero este no se movió. Tiró
con mucha fuerza e incluso intentó abrir la visera, pero tampoco pudo. La armadura del
caballero no le dejaba sentir nada y la había llevado durante tanto tiempo que había
olvidado como se sentían las cosas sin ella. Cada día que pasaba el caballero se sentía más
triste porque no podía quitarse la armadura. Acudió a quienes creyó que podían ayudarle.
Sólo un bufón le dio un sabio consejo puesto que le dijo que: A todos, alguna armadura nos
tiene atrapados. Sólo que la vuestra ya la habéis encontrado. Ya que todos nosotros
tenemos algo que nos ata y no nos deja ver lo evidente para los demás, pero no para
nosotros mismos ya que nos tiene atrapados y lo que se necesita es liberarse de ella. El
bufón lo encaminó a consultar al mago Merlín para hallar la solución. La armadura del
caballero que alimentaba su ego no le permitía conocer a los demás, a poder relacionarse
con las personas importantes para él. Cuando la armadura desaparezca y estéis bien,
sentiréis el dolor de los otros también.

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