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Rodríguez Hernández Carlos Adrián

Facultad de Filosofía y Letras


UNAM
Juventino Rosas. La construcción de un personaje

Introducción
La figura de Juventino Rosas en La Magdalena Contreras tiene un importante valor
cultural. Muestra de ello es la variada lista de recintos, tanto culturales como académicos
que llevan su nombre, honrando la memoria del músico guanajuatense que visito esta
localidad entre 1887 y 1893.1 La biblioteca pública central lleva el nombre de Juventino
Rosas, la escuela primaria No. 9 también lleva el nombre del compositor guanajuatense, la
Casa de Bellas Artes también fue bautizada con el nombre de Rosas, la orquesta juvenil
sinfónica contrerense de igual forma lleva el nombre del autor de Sobre las olas y uno de
los jardines del Foro Cultural honra al músico mexicano portando de igual manera su
nombre. Esta concentración de recintos honoríficos alrededor de la figura de Juventino
denotan el valor cultural con el que la imagen del compositor guanajuatense se ha cargado
para esta comunidad. Aunado a esto, en la memoria de la comunidad todavía aparece la
imagen de Juventino como un gran compositor mexicano cuyo recuerdo se mantiene
vigente en Contreras.
El presente ensayo es una exploración comparativa y crítica entre los diferentes
discursos que la prensa emitió entre 1886 y 1919 sobre el trabajo y la vida de Juventino
Rosas, así como algunos textos biográficos que vieron la luz a finales del siglo XX. Esto,
con el objetivo de comprender cómo y desde dónde comenzó a construirse la imagen que
para finales del siglo pasado se difunde en Magdalena Contreras. Para ello partimos de la
hipótesis de que en estos diferentes discursos hemerográficos se pueden encontrar las bases
discursivas que dieron forma e incluso construyeron las diferentes imágenes del músico
guanajuatense, incluyendo la que se adopto en la localidad de Contreras.

1
La placa puesta afuera de la iglesia de la Concepción, colocada en los años…por la comisión de
festejos de tal fecha a tal fecha, dice que Juventino Rosas estuvo en Contreras entre 1888 y 1891.
Sin embargo hemos decidido ocupar como referencia de su visita el año de 1887 simplemente
como un rango de posibilidad más amplio. Esta fecha fue propuesta por el ex cronista de la
Alcaldía, el señor Melesio Melitón García García.

1
Para lograr el cometido de esta investigación, la misma se dividirá en tres temas
generales:
1) Cultura y música a finales del siglo XIX . En este apartado haremos una
exploración sobre los aspectos culturales más importantes en el ámbito de la
música en la capital del país entre 1880 y 1910, esto con el fin de conocer el
contexto cultural en el que se inscribe el trabajo de Juventino Rosas.
2) Juventino Rosas, una construcción hemerográfica. Esta sección estará
dedicada a analizar y comparar los diferentes discursos hechos desde la prensa
entre 1886 y 1919 para ir desentrañando cómo y desde dónde se definen las
diferentes imágenes por las que transita la figura de Juventino en vida y de
manera póstuma. Esto nos permitirá reconocer cómo cada discurso se ancla a su
momento histórico y emite una imagen diferente del mismo personaje.
3) Juventino Rosas como símbolo. En este último apartado analizaremos la figura
de Rosas entendida cómo un símbolo desde la propuesta teórica de Paul Ricoeur
y expondremos la poca información encontrada sobre la adopción del símbolo
Juventino Rosas en Magdalena Contreras. Con ello podremos explicar cómo la
imagen de Rosas se va cargando de una significación compleja y esta misma es
adoptada en Contreras posiblemente con fines extra culturales y más aunados a
el discurso político propio de finales del siglo XX.

Cultura y música a finales del siglo XIX


Durante el último tercio del siglo XIX, México vivió un importante cambio que abarcó
diferentes niveles de la cultura; la economía, la política, el urbanismo, la medicina, la
industria, la ciencia y las artes. El periodo de relativa estabilidad política y pacificación
social conocido como la pax porfiriana, permitió el surgimiento de diferentes
manifestaciones culturales, todas ellas influenciadas por las principales modas francesas;
arquitectura, letras, teatro y música. En este tenor, el fomento de las bellas artes fue para el
gobierno porfirista una prioridad, con ello se buscaba alcanzar un refinamiento social que
permitiría y a la vez impulsaría el tan anhelado desarrollo material. Bajo esta idea la ciudad
de México durante la Belle Époque,2 se convirtió en el espacio de convivencia de diferentes
2
Con este concepto francés se le conoce a la etapa que va de 1890 a 1915 y es el resultado del
proceso modernizador al que México fue sometido durante el largo mandato del General Porfirio

2
actores sociales y fue el sitio donde florecieron las principales formas de entretenimiento;
opera, teatro, bailes, toros, circo y variados deportes. 3 Todo ello le daba a la capital del país
el toque de modernidad y de urbanidad propio de las ciudades europeas.
Los cambios tecnológicos trastocaron diferentes ámbitos de la vida cultural y la
música no fue la excepción. En la parte tecnológica la introducción del metal en la
elaboración de instrumentos hizo de ellos un importante y rentable objeto comercial,
gracias a ello el piano se convirtió en uno de los instrumentos más vendidos, convirtiéndose
en uno de los favoritos entre la burguesía mexicana. A este respecto los alemanes se
posicionaron con una marcada ventaja en el manejo de estos nuevos materiales, muestra de
ello es que en la capital en 1851 se fundó la Casa A. Wagner y Levin, dedicada a la venta
de instrumentos musicales, accesorios y partituras, siendo la producción y venta de pianos
el pilar de la empresa.4 Sus fundadores de origen alemán, August Wagner y Wilhem Levin,
supieron aprovechar el contexto de un país abierto a la migración y al capital extranjero, y
lograron hacer de su empresa quizás el más importante comercio de instrumentos a inicios
del siglo XX.5 Otro rasgo significativo es que la casa Wagner se convirtió en la más
importante promotora de la música de la época a través de la impresión de partituras de las
composiciones más destacadas, de hecho esta casa fue la que compro los derechos del
“Vals sobre las olas” a Juventino.6
Por otra parte es importante mencionar que a lo largo del siglo XIX el piano
trascendió su condición de objeto musical para convertirse en un símbolo cultural, “un
distintivo de pertenencia a la clase alta,” 7 un signo que combinaba el aspecto material y
espiritual de la burguesía mexicana. 8 La importancia del piano como distintivo en la
Díaz. Es el resultado de una serie de acontecimientos: la industrialización, el cientificismo, el dinero
como medida de todos los valores. Véase Juan Somolinos P., La Belle Époque en México, México,
Secretaria de Educación Publica, 1971.
3
Ricardo Pérez Monfort, “Circo teatro y variedades. La diversión en México a finales del porfiriato”
en Alteridades, México, UAM, núm. 26, 2003, pp. 57-66.
4
Olivia Moreno Gamboa, “Casa centro y emporio del arte musical. La empresa alemana A. Wagner
y Levin en México. 1851” en Los papeles de Euterpe. La música en la ciudad de México. De la
historio cultural, siglo XIX, Laura Suárez de la Torre (coord.), México, Instituto Mora, 2014, pp. 148-
149.
5
Ibid. p. 153.
6
AGN, Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, caja895, fol. 157170, f. 7.
7
Abigail Sánchez Rojas, “El piano en las artes plásticas del México decimonónico: una
aproximación al problema de estudio”, en Cuadernos de iconografía musical, México, vol. II, núm 1,
junio del 2015, pp. 99-119.
8
Olivia Moreno Gamboa, op. cit. p. 146.

3
sociedad de la última década del siglo XIX, puede verse reflejado en dos aspectos; el
primero: los virtuosos de este instrumento provocaron euforia entre el publico,
principalmente femenino, al grado de frecuentar con insistencia los lugares de sociabilidad
y ostentación publica, principalmente el teatro.9 Y dos: incluso las familias que no tenían
piano en casa, pero que aspiraban a formar parte de la burguesía mexicana podían rentar
pianos, hecho que resultó significativo pues permitió que este sector de la sociedad
mexicana conociera la literatura pianística, factor que sin duda propulso al Vals sobre las
olas al plano internacional.10
Otro de los grandes aciertos de La Casa Wagner y Levin fue el haber incursionado
en la edición musical. Los empresarios alemanes promovieron y financiaron numerosas
obras de compositores mexicanos, de entre los que se encuentra Miguel Lerdo de Tejada,
quien formará parte en la comitiva que en 1909 recibiera los restos de Rosas en Veracruz, y
del mismo Juventino. A finales del siglo XIX la Casa se dedico a buscar y comprar piezas
inéditas que formaran parte de su catálogo. En este sentido no cabe duda de que, lo que
permitió que el famoso vals de Juventino trascendiera al plano internacional, fue que
Miguel Ríos Toledano hiciera el arreglo para piano de la pieza escrita por Rosas, que en un
primer momento se titulo “Junto al manantial”, 11 y fue el mismo Toledano quien le cambio
el nombre por Sobre las olas. El hecho resulta no menos importante pues si la Casa Wagner
buscaba piezas para piano inéditas para su edición y publicación, el Vals Sobre las Olas en
ese momento estaba listo para ser publicado gracias al arreglo que Miguel Toledano le
había hecho.12
Con respecto al arte musical en México, a inicios del siglo XIX la música más
popular eran: la chupicuaracua, los sonecitos que se caracterizaban por su acompañamiento
instrumental con violines, guitarras, guitarrón y arpas. 13 El movimiento independentista
9
Olivia Moreno Gamboa, op. cit., p. 146.
10
Ibid. p. 156.
11
Miguel Ríos Toledano fue músico de varias bandas en el centro y sur de la Republica Mexicana.
En 1863, durante el Segundo Imperio tomo parte contra los franceses y una vez que Benito Juárez
regreso al poder se incorporo a la Banda de Música de Ingenieros Militares. En 1882 recibió la
batuta de la Banda de Zapadores con la que tuvo giras por el norte de México y el sur de los
Estados Unidos. Cfr. Diccionario Enciclopédico de Música en México, vol. 2, 2º Ed., México,
Universidad Panamericana, 2007.
12
Consuelo Carredano, Magdaleno C. Fernando, Carnet Musical, vol. 1, núm. 7, p. 356.
13
Luis Ariel Waller González, Características de la música mexicana del siglo XIX: un catalogo
comentado de obras y compositores, Tesis para obtener el grado de maestro en musicología,
México, UNAM, 2014, p. 48.

4
corto los lazos culturales con Europa lo que en México impidió que el romanticismo de los
grandes compositores europeos encabezados por Ludwig Van Beethoven pudiera ser
apreciado,14 cosa que trajo repercusiones a largo plazo pues la música de cámara tardo
mucho tiempo para ser apreciada en territorio nacional, esto a pesar de haber tenido a uno
de los grandes expositores latinoamericanos del género, Ricardo Castro.15
Ya bien entrado el porfiriato la música de salón surge como una necesidad, por un
lado económica, pues los músicos mexicanos no podrían encontrar su sustento en géneros
camerísticos pues, como ya se menciono, en México tardo mucho en surgir el gusto por
este estilo y por el otro, al popularizarse la música de piano trae consigo un nuevo modo de
entretenimiento. Como he mencionado antes, para este momento el piano había adquirido
una doble significación posicionándose como el instrumento más popular dentro de la alta
sociedad mexicana, por ello la mayoría de la música que se compuso en México durante
este periodo fue para piano y los géneros más populares fueron los valses, schottisches,
mazurkas, polkas, habaneras, marchas y paso doble.16
Es bajo este contexto histórico donde se inscribe el trabajo de Juventino Rosas y la
obra que le daría reconocimiento internacional El vals sobre las olas. En el siguiente
apartado exploraremos los rasgos biográficos de los que se tiene noticia sobre este
personaje, desde noticias de la época hasta biografías y noticias póstumas que se han escrito
sobre él y que creemos son la base discursiva de las muchas imágenes que se construyeron
alrededor de Juventino.

Juventino Rosas. Una construcción hemerográfica


La vida de Juventino Rosas se dibuja entre la biografía y la leyenda, y en su dinámica
narrativa la una alimenta a la otra. A partir de esto, un misticismo cultural ha envuelto la
figura de Juventino, desde que su nombre empezó a sonar en el mundo cultural del último
tercio del México decimonónico, hasta la actualidad, siento veintisiete años desde su
14
Ibid. p. 49.
15
Rogelio Álvarez Meneses, “La obra de cámara de Ricardo Castro Herrera (1864-1907)
Contextualización y estudio analítico”, en Revista de Musicología, vol. 42, núm. 1, enero-junio de
2019) pp. 103-130.
16
Ibid. p. 112.

5
muerte. A continuación exploraremos y expondremos algunos de los rasgos biográficos que
me ha sido posible rastrear, intentando comprender cómo comienza a entretejerse la
leyenda que rodea la vida de este artista. Para ello será importante resaltar los rasgos
incongruentes, contradictorios o polémicos que estos vestigios biográficos muestran.
Las primeras noticias que he podido rastrear aparecen en la prensa de la época y
muchas de ellas dan cuenta de la actividad musical y algunas de la vida privada de Rosas;
La voz de Guanajuato el 26 de febrero de 1886 publica una noticia en la que informa del
éxito obtenido por Juventino en Laredo Texas: ”La orquesta típica jalisciense y diez artistas
más, dieron… en Laredo Texas su primera audición musical, figurando entre ellos, el
reputado violinista don Juventino Rosas.”17 El siglo diez y nueve, el lunes 5 de junio de
1893 en su sección de “noticias diversas” informa: “la orquesta de Juventino Rosas, se
estrena en el Teatro Marlow de Chicago”,18 y tres meses después este mismo diario
reproduce una nota aparecida en un periódico de Laredo, donde se informa: “…el popular
compositor mexicano Juventino Rosas autor del Vals sobre las olas se encuentra loco y
enfermo de reumatismo en un hospital de aquella ciudad.” 19 Transcurren quince días y el
mismo diario publica una nota en la que se niega la noticia publicada antes y aclara: “…se
presume que Juventino gozaba de perfecta salud en este momento.” Las noticias sobre
Juventino hasta aquí presentadas fueron publicadas estando él en vida, y dan muestra de la
imprecisión e incluso la contradicción al referirse a la vida y actividad musical del joven
Juventino, rasgo que se acentuará conforme se de a conocer más información de su vida.
Las siguientes noticias que he podido rastrear, informan sobre el fallecimiento
prematuro de Juventino acaecido en Batabanó, Cuba, el 9 de julio de 1894. El Universal el
29 de julio de 1894, es decir diez días después de la muerte de Rosas, publica una nota
escrita por el cronista del porfiriato, Manuel Gutiérrez Nájera, en la que presenta una
semblanza del músico guanajuatense:
“No conocí a ese artista.., pero aunque no le conocí con lo que de su vida
supe y lo que he oído de su música, tengome hecho un Juventino Rosas para
mí, que no será precisamente como él fue, pero si, en espíritu se entiende,
parecido al original, al hombre real.”20
De ahí pasa a describir quién era y cómo murió Juventino:
17
La Voz de Guanajuato, 26 de febrero 1986.
18
“Noticias diversas” en El siglo diez y nueve, novena época, año 52, tomo 108, núm. 6641, p. 3.
19
El siglo diez y nueve, novena época, año 52, tomo 104, núm. 16731 (21-sep-1893), p. 3

6
“¿Cómo me lo figuro? Vais a oírlo: era un bohemio. Allá en los limbos de su
vida anterior, de la vida que vivieron sus padres o sus abuelos, descubro
instintos aristocráticos de más o menos remoto origen…borrados o
deslustrados por la pobreza. Ya niño él, le siento resistiéndose al estudio,
desertando de la escuela y ora de pie en la esquina de la calle oyendo un vals
tocado en el piano de la casa frontera, ora marchando, con descuadernado
libro bajo el brazo, detrás de la banda militar. Le llamarían aturdido,
aparejado, las personas graves de su casa: como que llevaba de seguro,
gorjeos, y cantos de cien pájaros muy adentro del alma. Y así creció con los
oídos muy abiertos, gozando al oír repiques, al escuchar las voces del órgano
en los templos, las músicas militares en las plazas y muy de tarde en tarde, y
siempre en tarde de domingo, algunas operas en la galería del teatro.
Después cogió un violín, y empuñando el arco evocador movió el brazo tan
natural y espontáneamente como el ave mueve el ala.
Así murió joven, tristísimo y pobrísimo, ese artista que, si bien no con gracia
discreta y elegante, llevaba en el nombre y en el apellido frescura juventud y
primavera.”21
Es a partir de este tipo de noticias que comienza a dibujarse una de las imágenes que
acompañaran la memoria del hijo prodigio de Guanajuato, intentando definir quién fue
Juventino. Esto a partir de que la semblanza que se hace sobre el músico guanajuatense se
escribe sin haberlo conocido, sin una idea clara de quién fue. La narrativa, propia del
modernista mexicano más importante, transita entre los datos biográficos de los que en ese
momento se tenía noticia y la pluma poética de Gutiérrez Nájera, 22 lo que da como
resultado una visión romantizada e idealizada. Desde aquí comienza a fomentarse una
visión sesgada sobre la vida y muerte del compositor.
La siguiente y última noticia de la que tengo referencia con relación al fallecimiento
de Rosas, fue publicada por el periódico El relámpago, también fechada el domingo 29 de
julio de 1894 en la que se da la noticia sobre la partida de Juventino en medio de la soledad
y la miseria económica.23
Cuatro años después de su deceso, el 9 de julio de 1898, El universal publica una
nota titulada “Juventino Rosas en España” que es la reproducción de un articulo aparecido

20
Manuel Gutiérrez Nájera, “Crónica de la semana”, en El Universal. Periódico Bicotidiano,
segunda época, núm. 10, (29-julio-1894).
21
Idem.
22
Manuel Gutiérrez Nájera es considerado el primer modernista mexicano.
23
“Gacetilla” en El relámpago, tomo 1, núm. II, (29 de julio de 1894), p. 3.

7
por las fechas en Madrid, España. Lo interesante de este texto es que emite otra opinión
sesgada sobre Juventino: “La biografía de este mal logrado músico mexicano es poco o
nada conocida. Su música llega a España en el Centenario de Colón. Por lo poco que de él
sabemos, adivinamos que su merito fue desconocido y postergado.”24 Hay que resaltar que
se refieren a Rosas como un mal-logrado, concepto que se contrapone con la visión que
cuatro años antes se había publicado en este mismo diario. Ambas formaran la doble visión
con la que se construirá la imagen de Rosas en el ideario popular.
Transcurren quince años para que el nombre de Juventino Rosas aparezca
nuevamente en la prensa. En el mes de julio de 1909, la Sociedad de Compositores
Mexicanos, fundada ese mismo año,25 apoyada por la Secretaria de Instrucción Pública y
Bellas Artes, fomenta la iniciativa para que los restos de Juventino Rosas fueran traídos a
México.26 En un primer momento su llegada había sido programada para el miércoles 14 de
julio, pero los festejos de las fiestas francesas lo impidieron, así que la fecha se pospuso dos
días.27 La intención del cambio de fecha está en que la comisión de festejos pretendía hacer
de la llegada de los restos una solemne celebración, cosa que se vería opacada con otra
festividad.
Finalmente los restos llegan al puerto de Veracruz el viernes 16 de julio donde son
recibidos por una comisión de artistas enviada por la Sociedad de Compositores Mexicanos
integrada por el compositor Ernesto Elorduy, el músico Miguel Lerdo de Tejada y el poeta
Rafael López.28 En la ciudad de México los restos son esperados por la Banda de Artillería
de Policía, una comitiva formada por el Conservatorio Nacional de Música, las escuelas
Preparatorias, de Medicina, la de Jurisprudencia, la de Ingeniería, de Agricultura, de
Comercio, de Artes y Oficios, la escuela de Ciegos entre algunas otras. 29 Posteriormente los
restos son llevados al teatro del Conservatorio donde la memoria del mal-logrado Juventino

24
Lusinas de Mavi, “Juventino Rosas en España” en El Universal. Diario de la mañana, (9 de julio
de 1898.
25
Rubén M. Campos, “Juventino Rosas y la música popular de su época (1880-1890)” en Anales
del Instituto de Antropología e Historia, núm. 29, Tomo 1, Sexta época, (24 de octubre de 1940), p.
349.
26
“Llegan a la capital los restos del músico popular Juventino Rosas” en El Tiempo. Diario Católico,
año XVIII, núm. 8613, (18 de julio de 1909).
27
El tiempo. Diario Católico, año XXVII, núm. 8608, (13 de julio de 1909).
28
Los restos de Juventino en México en El Tiempo, año XVII, núm. 8612, (17 de julio de 1909).
29
Idem.

8
Rosas será honrada con una velada artístico literaria.30 Como puede percibirse, la llegada de
los restos del compositor guanajuatense dieron motivo de una basta celebración que a su
vez denota que quince años después de su muerte, la figura de Rosas comenzaba a ser
retomada desde el discurso de las grandes figuras nacionales, con ello Juventino comenzó a
ser valorado como uno de los representantes del espíritu mexicano. Como a continuación
tratare de demostrar, a partir de este momento, la figura de Juventino Rosas transitará entre
la leyenda y la biografía para ser usada como símbolo un tanto utilitario.
En la velada fue leída una oración fúnebre compuesta por el escritor Rubén M.
Campos. En ella se dibuja una nueva imagen de Juventino. El hijo del pueblo es honrado y
ensalzado de manera póstuma:
“El artista que hoy tardíamente glorificamos era el alma popular de nuestra
raza: era un cancionero obscuro que ritmaba el alma de la patria… En las
ciudades latinas, en las ciudades eslavas, como en las tudescas, dondequiera
que se vive, dondequiera que se goza, dondequiera que se sueña,
dondequiera que se ama, se escuchará esa bella invitación al vals que se
llama Sobre las olas. Nos congregamos a honrar al pueblo mismo porque
honramos a un hijo del pueblo… Fue un desterrado de la felicidad en vida,
un pobre obrero del arte que alegró, sonoro y vacío como su violín… De
Juventino Rosas sino ese puño de cenizas. Pero su alma flota y vive en su
música melodiosa, en la alegría sempiterna de la vida que recogió en su
espíritu abierto como una flor para que fuera fecundado por el sagrado polen
del arte, y derramara su fragancia en notas áureas, arrulladoras del sueño de
los tristes que se levantarán de tu sepulcro, ¡oh, músico ignorado y gozado
en tu música padecedora y bella!, dondequiera que se vive, dondequiera que
se goza, dondequiera que se sueña, dondequiera que se ama, porque tu
música es amor y consuelo y embriaguez y deleite, y traspasara las fronteras
y las distancias en las alas de la gloria de los años, sobre los vientos, sobre
las nubes, sobre las nieves, sobre las brumas, sobre las olas!...”31
En la oración fúnebre de Campos, que mas bien se convierte en un poema, podemos
ver en transito la imagen de Juventino, que ha pasado de ser una idea descrita por Gutiérrez
Nájera, después un mal-logrado desconocido desde la opinión internacional, hasta el hijo
del pueblo de R. M. Campos. La figura de Rosas comienza a ser valorada desde un ideario
popular. En este momento su imagen se abre de la reducida intelectualidad mexicana al
nutrido pueblo de México. Una anécdota descrita por Campos deja ver esto; cuando los
30
Idem.
31
Rubén M. Campos, op. cit., p. 353.

9
restos de Rosas llegaron a Veracruz se sabe que durante parte de la noche el pueblo
veracruzano desfilo por el vagón del tren en que los restos serían trasladados a la Ciudad de
México y que fue arreglado como una capilla. Según el escritor, pobres y ricos
reverenciaban el cuerpo encerrado en una urna de cristal; se cuenta “…que un obrero
alijador del puerto, al tocarle su turno de desfilar, levanto en sus brazos a un niño de ocho
años y le dijo en voz alta: Mira, hijo, los restos de un hombre del pueblo, de humilde
condición como nosotros, que supo distinguirse para honrar a su Patria y a quien hoy le
tributamos los honores debidos.”32 Esta anécdota es una muestra de la función que la
imagen de Rosas comenzaba a adquirir como mexicano ilustre, como representante del
espíritu de un pueblo y como símbolo de una cultura en puertas de la renovación.
La siguiente noticia que resulta relevante para este ensayo fue publicada por el
periódico El Imparcial el 20 de julio de 1909, cuatro días después de la celebración de la
repatriación de los restos y es la primer “biografía” de la que se tiene noticia. 33 Ésta, fue
enviada por un paisano de Juventino de nombre Juan Galván y va acompañada de una
famosa imagen donde se ve a Juventino junto a la orquesta de Jesús Reyna. Entre los datos
biográficos que se dan a conocer en esta nota están:
 Fecha de nacimiento: 25 de enero de 1865.
 El nombre de sus padres: Jesús Rosas y Paula Cárdenas.
 Tuvo un hermano llamado Manuel y una hermana llamada Patrocinio.
 La familia Rosas llego a la ciudad de México en julio de 1875.
 Sus primeros trabajos fuero la venta de ante y con los hermanos Elvira.
 En la ciudad de México vivió en los baños del padre, fue campanario y cantaba en
el coro en una iglesia del barrio de Tepito.
 Durante un tiempo fue alumno del Conservatorio Nacional de Música.
 El General Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio le otorgaron decidido apoyo.
 Acompaño a Ángela Peralta en algunas giras.

32
Ibid. p. 349.
33
“Ecos de la manifestación en honor de Juventino Rosas” en El Imparcial, (20 de julio de 1909), p.
8.

10
 El Vals sobre las olas fue compuesto en Tláhuac población del Distrito andando
huyendo de la leva.34
Esta información resulta importante, porque se ha retomado una y otra vez en estudios
más recientes. Con el paso del tiempo se han ido modificando algunos detalles acerca de su
fecha exacta de nacimiento, el lugar de origen del Vals sobre las olas e incluso el apellido
de su madre. Pese a ello, es importante exponerla en este ensayo, porque es un hito
historiográfico en los escritos posteriores que tendrán como objetivo hacer estudios sobre la
vida de Juventino. Resulta interesante que en la actualidad, a pesar de que se han hecho
biografías bajo un marco más riguroso de investigación, parece todavía no haber un
consenso con respecto a la información que se expone.
El ambiente que se generó con la repatriación de los restos de Juventino fue
ambivalente. La figura de Rosas se disputaba bajo dos discursos, uno el de los festejos y el
otro, el de la crítica. Bajo este matiz el 25 de julio de 1909, cinco días después de la
publicación de la “biografía”, El Tiempo ilustrado publica una nota escrita por Francisco
E., donde el autor considera que los elogios hechos al autor de Sobre las olas son
exagerados. El escritor nos dice que Rosas tuvo que salir a buscar el pan que en tierra
mexicana le hizo falta y no por falta de talento o de protección sino por su carácter
bohemio, porque Juventino fue “…un hombre que le gustaba vivir al día que de estudiar y
trabajar con método, que gastaba en una orgía cuanto dinero había podido ganar, murió en
la habana joven y en la miseria.”35 En este articulo el concepto de bohemio cobra relevancia
y rema a contracorriente con los discursos de celebración que de él se escribían en el
momento; para la época se entendía como bohemio a un hombre errante, sin lugar de
pertenencia del que se cree algo, pero no se sabe con exactitud, sin raíces. 36 En cambio,
cuando se usa el concepto de bohemio en las ultima década del siglo XIX, éste se refiere a
una especie de héroe melancólico, propio de las letras modernas.
La siguiente noticia en este mismo tono fue publicada también por El tiempo ilustrado
el 5 de febrero de 1911 con respecto de una gira realizada por el violinista Julián Carrillo
por Europa para dar a conocer las obras musicales mexicanas. Lo relevante es que el

34
Idem.
35
Francisco Elguero, El tiempo ilustrado, año ix, núm.30, (25 de julio de 1909), p. 486 .
36
Gran Diccionario de la Lengua Castellana por Aniceto de Pagés, Madrid, Tomo 1, Impresores de
la real casa, 1902.

11
cronista se refiere a Rosas en términos despectivos: “…la verdad es que en composición
andamos bastante deficientes. ¡Con decir que Juventino Rosas es considerado como una
notabilidad!”37 Con ello podemos ver que para este momento la imagen del músico
guanajuatense rebota de los elogios al menos precio.
A partir de este momento los matices por los que transitará la imagen de Rosas se harán
más notorios. Los gobiernos posrevolucionarios expondrán la imagen de Juventino
relacionándola con los nuevos proyectos, tanto culturales como políticos. En 1915 el
periódico El Redentor publica una nota titulada “Sobre las olas” escrita por el poeta Amado
Nervo, una de las figuras intelectuales más relevantes de la época. En el texto, Nervo dibuja
a un Juventino desconocido para el mundo de manera paradójica, pues el Vals sobre las
olas es internacionalmente conocido: “Pobre músico…, pensé en el loco desbordamiento de
alegría que hubiera determinado en su corazón aquel Luis de oro pagado por oír su vals, en
el corazón de París en un certamen que congregaba a todo el universo y torne a ponerme
triste. ¡Pobre Juventino. Se hacia célebre despersonalizándose.”38
Otra de las rutas discursivas por las que transita la figura de Juventino, la del símbolo
patrio, aparece expuesta en San Antonio Texas en la Revista Mexicana el 24 de diciembre
de 1916. Esta revista publica un artículo titulado “Acércate, Beltrán viejo flautista.” 39 En él
se rememora la actuación del pianista mexicano Alfonso Marrón en tierra extranjera. En la
semblanza se recuerda a Juventino Rosas bajo un discurso nacionalista. Se habla de las
fuerzas que se necesitan para la reconstrucción de la Patria y el fallecido Rosas, en este
momento, es un símbolo patrio: “En Sobre las olas, la transformación fue completa. La
vieja tonada popular de Juventino se convierte en un himno brillante y heroico.”40
Habiendo comenzado la segunda década del siglo XX ya bajo un nuevo discurso liberal
la imagen de Juventino Rosas se dibuja como una victima de los abusos de un gobierno
retrogrado encadenado al capital extranjero. La propuesta del nuevo gobierno esta enfocada
en reconocer los beneficios de la iniciativa privada, esta sería la fuerza capaz de desarrollar
la industria mexicana, el comercio, la ciencia hasta que México se convirtiera en un país
capaz de bastarse a sí mismo y, en medio de este discurso progresista, la imagen de Rosas
37
El tiempo ilustrado, año xi, núm. 6, (5 de febrero de 1911).
38
Amado Nervo, “Sobre las olas” en El Redentor, tomo 1, núm. 21, (6 de julio de 1915), p. 2.
39
“Acércate Beltrán, viejo flautista” en Revista Mexicana, San Antonio, Texas, vol. iii, núm.68, (24
de diciembre de 1916).
40
Idem.

12
viene a ser un pretexto de autovalidación: “Es fama que la casa editora que compró a
Juventino Rosas su hermoso Vals sobre las olas, pago por el la miserable cantidad de
cincuenta pesos al autor, obteniendo en cambio por su venta una utilidad que hubiera sido
una fortuna para aquel desdichado artista, pero gracias al gobierno progresista esto ya no
sucederá. Estas sociedades representaran la civilización.”41
Como hemos podido ver, el rastreo hemerográfico hasta aquí expuesto permite ver el
transito que la figura de Rosas recorre desde 1886, cuando la prensa respondía a un
discurso positivista, propio del porfiriato, hasta 1919 bajo un gobierno progresista al mando
de Carranza. De acuerdo a este recorrido, las primeras noticas nos muestran a Rosas como
un músico “conocido”, pero de perfil bajo, si bien el Vals sobre las olas fue altamente
valorado no fue lo mismo con su autor. Posteriormente nos encontramos con la “idea” de
Juventino Rosas, construida desde las letras mexicanas, desde la poesía modernista en la
que la vida es un poema de tintes exóticos. Después, la imagen de Rosas viene a ser la
imagen del espíritu nacional, tardíamente valorado. Posteriormente aparece la crítica y
Juventino es infravalorado, regresado a su condición de humano corrompido por los
excesos. Finalmente, ya bien entrado el siglo XX y con los discursos de los gobiernos
posrevolucionarios en el ambiente cultural, el artista guanajuatense adquiere el carácter de
símbolo, éste fue victima de las circunstancias impuestas por las condiciones retrogradas en
las que el país vivió durante la dictadura de Díaz. El estandarte de Rosas fue tomado bajo
una visión de un futuro prometedor para toda una nación.

Juventino Rosas un símbolo local


En este último apartado exploraremos y expondremos el contexto cultural en el que la
figura de Juventino Rosas se inserta en la comunidad de La Magdalena Contreras a finales
del siglo XX, intentando conocer qué imagen del compositor guanajuatense se adopto en
esta localidad y la función que ésta desempeñó. Para alcanzar el cometido de este segmento
partimos de la hipótesis de que para esta localidad, la imagen de Juventino se utilizó como
un símbolo de carácter un tanto utilitario. En este tenor el primer paso a seguir es definir de
manera breve lo que se entiende como símbolo y aclarar porque proponemos que la imagen

41
“La iniciativa privada” en El pueblo. Periódico liberal político, año v, núm. 1537 (24 de enero de
1919), p. 3.

13
de Rosas fue tomada por los contrerenses como un símbolo cuya utilidad fue poner a la
entonces delegación en tono con el discurso nacional.
De acuerdo con Paúl Ricoeur un símbolo es una región del lenguaje de doble
sentido, un lugar de significaciones complejas dado que un sentido se oculta a otro que se
percibe de manera inmediata,42 de manera diferente al signo, pues en este último el sentido
o significado esta dado de manera explicita, mientras que en el símbolo se necesita un
ejercicio interpretativo para desentrañar su significado profundo. La figura de Juventino
entendida como símbolo contiene esta doble significación; un signo, un músico mexicano,
quizás un número en la estadística de natalidad, poblacional o de mortalidad. Mientras que
en su sentido profundo se va dibujando de manera más compleja; en este nivel las
significaciones que acompañan la figura de Rosas en los diferentes discursos –como antes
hemos visto– van desde la representación de la vida romántica bohemia, pasando por la
despersonalización internacional para después convertirse en el representante del espíritu
nacional, es decir, Juventino Rosas en su carácter simbólico deja su papel personal de haber
sido un músico mexicano medianamente conocido a finales del siglo XIX, para convertirse
en un ente activo a partir de la primera década del siglo XX, un estandarte cultural tan
vigente como el discurso y el momento que lo enuncia.
A lo anterior habrá que sumar que desde la propuesta de Ricoeur “…el termino
símbolo parece conveniente para designar los instrumentos culturales de nuestra
aprehensión de la realidad: lenguaje, religión, arte y ciencia.” 43 En este sentido Juventino
toma el carácter de instrumento cultural. En su figura se concentra el ámbito artístico del
que se quiere hacer uso, pero ahora convirtiendo al músico en un tipo de discurso local, lo
que nos lleva a la última propuesta tomada de Ricoeur: “la expresividad del mundo llega al
lenguaje por medio del símbolo como doble sentido”,44 es decir, la imagen de Juventino
Rosas se carga de esa doble significación desde los discursos que intentaron definir quién
era este músico y el uso que posteriormente se le da a esa imagen para convertirlo en un
estandarte cultural local.

42
Paúl Ricoeur, Freud: Una interpretación de la cultura, Trad. Armando Suárez, 8º Edición, México,
Siglo XXI Editores, 1990, p. 10.
43
Ibid. p. 131.
44
Ibid. p. 17.

14
La información rastreada sobre nuestro personaje para finales del siglo pasado es
casi nula y la que existe no permite encontrar indicios de que la figura de Juventino Rosas
haya tenido una función política para esta época. Pese a ello es indudable que la imagen del
músico guanajuatense tiene un importante valor cultural para la comunidad de Contreras.
Muestra de ello es que su biblioteca pública central lleva el nombre de Juventino Rosas, la
escuela primaria No. 9 también lleva el nombre del compositor guanajuatense, la Casa de
Bellas Artes también fue bautizada con el nombre de Rosas, la orquesta juvenil sinfónica
contrerense de igual forma lleva el nombre del autor de Sobre las olas y uno de los jardines
del Foro Cultural honra al músico mexicano portando su nombre. Es evidente que en
diferentes puntos de la Ciudad de México hay otros lugares que honran la memoria de
nuestro músico, pese a ello el caso de Contreras es particular porque en un limitado espacio
geográfico, el pueblo de La Magdalena, se encuentran reunidos estos recintos culturales.
Cada uno de estos espacios dan cuenta del valor simbólico con el que se ha cargado la
imagen de Rosas y su vigente importancia dentro de esta Alcaldía.
Sin embargo, esta importancia póstuma que se la ha dado a la imagen de Rosas se
ha ido construyendo a lo largo del siglo XX. De acuerdo a la poca evidencia documental que
se ha podido rastrear el despunte de esta valoración se hace notar a partir de los años
ochentas de la centuria pasada. Los festejos del centenario de la composición del Vals
sobre las olas en 1988, dieron el motivo para que un año después en 1989, se integrara la
Orquesta Sinfónica Juvenil “Juventino Rosas”.45 Poco más tarde, la última década del siglo
XX, vio nacer en Contreras el recinto que alberga de manera más solemne la memoria de
Juventino Rosas, así, el 24 de enero de 1991 bajo el mando de Ramón Ojeda Mestre, la
Casa de Cultura de las Bellas Artes, en la que se presume el músico guanajuatense estuvo
entre 1888 y 1891 y en donde también se cuenta que compuso su gran obra, fue bautizada
como “Casa de las Bellas Artes Juventino Rosas” y uno de sus jardines también fue
bautizado como “Jardín Sobre las Olas”.46
Este recinto capitalizó la veneración que en Contreras se tiene por el compositor
mexicano. Si bien la casa ya funcionaba como centro de enseñanza artística su refundación
bajo la estrella de Juventino ponía a la entonces Delegación de Contreras en tono con el

45
Melesio Melitón García García, Magdalena Contreras Efemérides Históricas, México, Consistorio
de la Gaya Ciencia, 2002, p. 46.
46
Ibid. p. 48.

15
espíritu de celebración que se pretendió difundir a partir de la celebración del aniversario de
la composición del afamado vals. Lo interesante es que la imagen que se traslada a
territorio contrerense es la imagen que comenzó a definirse a través del discurso de los
gobiernos posrevolucionarios. Como antes he señalado el periódico El pueblo. Periódico
liberal político, de carácter carrancista, el 24 de enero de 1919, publica un articulo en el
que Rosas adquiere la figura de mártir.47 En este tipo de publicaciones se encuentra el hito
que definirá la imagen de un Juventino Rosas como símbolo patrio.
Es de llamar la atención que a partir de la segunda década del siglo XX y a lo largo
del mismo, la mayoría de las biografías y publicaciones que he podido rastrear sobre la vida
del músico guanajuatense se ciñen a este nuevo discurso, además de que repiten datos con
poco o nulo ejercicio crítico Ejemplo de esto; en 1994 celebrando los cien años de la
muerte del músico mexicano, el Gobierno de la Ciudad de Guanajuato publicó el Álbum
Musical Juventino Rosas.48 La semblanza que acompaña este texto esta permeada con la
imagen de Rosas en construcción. Cuando se habla de la infancia del niño nos dice: “El
niño confirmo su vocación en la escuela, pues si no se distinguió en la aritmética y en la
geografía, sí destacaba en la clase de música.” 49 Este pequeño dato resulta relevante, porque
no remite a ninguna referencia que nos permita corroborar que efectivamente Rosas destacó
como músico desde sus primeros años de vida, sin embargo se asemeja a lo que en 1894
Manuel Gutiérrez Nájera dijo de nuestro músico en cuestión.
Otro ejemplo lo encontramos en un pequeño texto titulado Juventino Rosas
(Apuntes y reflexiones),50 escrito por el periodista Manuel Magaña Contreras. Este libro se
publicó en en La Magdalena Contreras en julio de 1994, también como parte de las
celebraciones de los cien años de la muerte del artista guanajuatense. Aquí podemos
encontrar una basta información sobre la vida de Juventino, bajo esta ya consolidada
necesidad de ensalzamiento y sin referencias claras sobre la obtención de los datos. La
primer referencia con este tono adulador y que esta en la misma línea que la nota
periodística publicada setenta y cinco años atrás dice así: “Puede decirse, con certeza, que
Juventino Rosas es en gran parte, la representación de muchos mexicanos. Tal vez del
47
vid. supra., nota 41.
48
Álbum musical. Juventino Rosas, México, Gobierno del Estado de Guanajuato, 1994.
49
Ibid. p. 15.
50
Manuel Magaña Contreras, Juventino Rosas (Apuntes y reflexiones), 2º Ed., México,
Corporación Mexicana de Impresión S.A. de C.V., 1994.

16
México mismo que, en medio de adversidades y carencias impone el genio interior y surge
pese a todos los obstáculos para cumplir con destino plagado de vicisitudes, pero lleno de
una incontenible vocación creativa.”51 Y más adelante, en la cúspide del engrandecimiento
del talento del compositor mexicano nos dice: “El verdadero arte tiene la virtud de
colocarse por encima de convencionalismos y lo mismo capta el sentimiento de pobres que
de ricos, de potentados o desposeídos, de provincianos y capitalinos.” 52 Esta visión
totalizante del arte de Juventino Rosas, resulta una idea un tanto simplista. Se convierte en
el nuevo discurso redentor del artista. Como antes he mencionado, el arte del que fue
creador Juventino Rosas no rompió por sí mismo la barreras de la desigualdad social, ni
para finales del siglo XIX, ni durante todo el siglo XX. De hecho parece ser que casi al
termino de la pasada centuria, bajo el surgimiento de estos homenajes, a Rosas se le conoce
más por lo que se dice de él que por su propio arte musical.

Conclusiones
La figura de Juventino Rosas indudablemente tiene un importante valor cultural como parte
del folclore mexicano. La Magdalena Contreras guarda veneración a este músico por haber
sido visita allá a finales del siglo XIX, para posteriormente convertirse en un símbolo de la
cultura nacional. De aquel que visito esta comunidad a aquel del que hoy tenemos notica,
muchos fueron sin duda el mismo y probablemente ninguno fue él.
Como hemos visto a lo largo del presente ensayo, el trabajo de Juventino Rosas, así
como parte de su actividad musical y personal, se inscriben en un momento muy particular,
el ultimo tercio del siglo XIX. La estrella del porfiriato propulso importantes cambios
tecnológicos en México y muchos de estos cambios se concentraron en la capital del país.
La posibilidad de que los extranjeros pudieran invertir en nuestro país permitió que los
alemanes Augusto Wagner y Wilhem Levins crearan una de las más grandes empresas en la
manufactura y venta de instrumentos musicales así como en la difusión de la música de la
época. Esto permitió que el trabajo de Rosas, encabezado por el Vals sobre las olas
trascendiera al plano internacional.
Sin embargo, aunque el trabajo de Rosas haya trascendido el plano nacional no fue
así con su persona. De hecho como hemos podido ver a lo largo de este ensayo, hablar de
51
Ibid. p. 9.
52
Ibid. p. 23.

17
Juventino Rosas es hablar de varios personajes. La poca información fidedigna acerca de la
vida de nuestro músico es muy poca. Así resulta que la imagen que recorre el final del siglo
XIX y toda la centuria pasada, resulta ser una construcción que a través de los discursos
hemerográficos va adquiriendo forma.
Entre 1886 y 1919, varios diarios de circulación nacional dan a conocer al menos
cinco personajes diferentes refiriéndose a la misma persona. Cada uno de estos discursos
hemerográficos se ancla perfectamente a su contexto histórico; cerca de 1886 se supo que
existía un peculiar violinista mexicano, que una de sus composiciones comenzaba a llamar
la atención del publico. Sin embargo el interés por el compositor no era tan profundo y a la
hora de emitir noticias sobre su actividad había contradicciones. Posteriormente, para 1894,
año del fallecimiento de Juventino, aparece lo que he decidido llamar “la idea de
Juventino”; una construcción que se hace desde la prosa del modernista mexicano más
importante, Manuel Gutiérrez Nájera, que al hablar del músico y sin haberlo conocido,
construye una especie de héroe melancólico, personaje muy propio del movimiento literario
modernista. Posteriormente, 1898, se sabe que su celebre composición trascendió al plano
internacional, más no así su personalidad. Quince años más tarde, para 1909 el nombre de
Juventino se revindica con la repatriación de sus restos. Misma que fue promovida por la
naciente Sociedad de Compositores Mexicanos. Así, bajo la pluma de Ruben M. Campos la
figura del músico originario de Guanajuato es cargada con el espíritu nacional. Y
finalmente para 1919 en el contexto de un México posrevolucionario y bajo los nuevos
discursos progresistas y reconstructores, El pueblo, diario de corte carrancista, da a conocer
la nueva imagen de Juventino Rosas como la victima de un gobierno retrogrado. De esta
forma damos cuenta de las diferentes imágenes que se emiten del hijo prodigo de
Guanajuato. Es por ello que de Juventino sabemos más por la que se dice que por lo que
realmente se sabe de él.
Es importante hacer saber a nuestro lector que ha resultado sido imposible consultar
todas las fuentes posibles acerca de la vida y obra de Juventino Rosas. La pandemia
ocasionada por el virus COVID 19 a limitado la revisión de todas la fuentes; queda
pendiente por consultar al menos dos biografías de las que tengo noticia y el Archivo
Histórico de Guanajuato. Quizás en estas fuentes logre encontrar información relevante que
me permitan continuar y expandir esta investigación. Pese a ello creo que a sido posible

18
reconocer que en los discursos hemerográficos que abarcan los treinta y tres años en los que
se ha centrado este ensayo, es posible reconocer las bases narrativas sobre las que la figura
de Juventino Rosas va adquiriendo distintos matices hasta definirse como la gran celebridad
mexicana que recorre todo el siglo XX, imagen que es posible rastrear en Magdalena
Contreras y de la que vale la pena continuar investigando.
Bibliografía:
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núm. 1, enero-junio de 2019) pp. 103-130
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 Diccionario Enciclopédico de Música en México, vol. 2, 2º Ed., México,
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 Moreno Gamboa Olivia, “Casa centro y emporio del arte musical. La empresa
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 Ricoeur Paúl, Freud: Una interpretación de la cultura, Trad. Armando Suárez, 8º
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19
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maestro en musicología, México, UNAM, 2014
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 “Acércate Beltrán, viejo flautista” en Revista Mexicana, San Antonio, Texas,
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 Lusinas de Mavi, “Juventino Rosas en España” en El Universal. Diario de la
mañana, (9 de julio de 1898).

20
 “Llegan a la capital los restos del músico popular Juventino Rosas” en El
Tiempo. Diario Católico, año XVIII, núm. 8613, (18 de julio de 1909). Manuel
Gutiérrez Nájera, “Crónica de la semana”, en El Universal. Periódico
Bicotidiano, segunda época, núm. 10, (29-julio-1894).

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