Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PREDICAR EN EL DESIERTO
Juan Bautista es el protagonista de estos días de adviento.
Es un tipo rudo, libre y, por tanto, molesto del desierto.
Hasta nosotros llega este dicho, "predicar en el desierto",
para decir que no ganamos gran cosa cuando sabemos que los
avisos, las palabras... no tienen resonancia. Y Juan B. predicaba en
el desierto. De todas formas, y pese a toda la apariencia de fracaso,
la palabra se abre camino.
Hoy vemos muy bien lo que significa esto de predicar en el
desierto: parece que hablamos, decimos… ¿y a dónde van todas esas
palabras? No digo a dónde van las que no decimos, también las que
decimos.
3. ¿Y PARA QUÉ?
¿Bueno, y para qué? ¿Qué falta nos hace Dios en esta tierra si
nuestros problemas están más o menos resueltos?: seguridad social,
vacaciones pagadas, derecho a protestar, unos padres que ponen
casa y comida, estamos en el "estado del bienestar... ¿Para qué
queremos a este intruso que empieza a fastidiar incluso antes de
llegar con esto de la conversión, y de hacer los caminos llanos?
Como si no tuviéramos ya bastantes problemas, ahora viene éste a
decirnos que nos convirtamos, si resulta que aquí no hay nada de
qué arrepentirse, porque todo el mundo hace lo mismo.
4- ¿CÓMO?
Hace pocos días, en una clase, hubo algunos que preguntaban,
¿dónde está escrito cómo debe vivir una persona que cree y espera
en Dios?
Había varias teorías: unos decían que ahí estaban los
mandamientos; otros, que hay muchas leyes y está todo en el
catecismo… pero hubo quien dijo que se podría comparar la
relación del creyente y Dios con la de los novios… donde no hay
“normas” escritas: ¿por qué “se porta” bien un novio con su novia?
porque la quiere. Pues lo mismo.