Empecemos a groso modo con el paso al contexto histórico de Liberia el cual
revela la necesidad de una intervención que ayudara a cesar y/o mitigar las problemáticas que se estaban viviendo, así las cosas, la historia de Liberia se basa en una serie de conflictos los cuales son los siguientes: 1980: Golpe de Estado por Samuel Kanyon Doe (quien fue un dictador liberiano quien encabezó el 12 de abril de 1980 un golpe de estado sangriento que culminó con la muerte del presidente Tolbert y uno de sus hijos. En consecuencia Doe erigió una dictadura militar hasta que fue investido en enero de 1986 como vigésimo primer presidente de su país en unas elecciones fraudulentas hasta que fue secuestrado y asesinado en septiembre de 1990. Su régimen se caracterizó por ser una dictadura basada en el hostigamiento étnico y por reprimir a la oposición política.
1989: Revuelta encabezada por Charles Taylor, primera guerra civil
1997: Taylor gana las elecciones 1999: Segunda guerra civil, Taylor contra LURD (Liberians United for Reconciliation and Democracy) y MODEL (Movement for Democracy in Liberia) 2003: Taylor se exilia en Nigeria El Comprehensive Peace Agreement (CPA) lanza el DDRR Nacido en 1948, llegó a la presidencia de Liberia en 1997. De todos modos, su apoyo a los rebeldes de Sierra Leona se remonta a 1991, cuando el Ejército se enfrentó allí a la guerrilla. Ambos países son vecinos, y desde la presidencia, Taylor traficó con diamantes sierraleoneses. Los recibía a cambio de armas para el Frente Unido Revolucionario, también de Sierra Leona. Por eso son llamados “diamantes de sangre”. Charles Taylor, expresidente de Liberia, ha visto confirmada su sentencia de 50 años de cárcel por crímenes de guerra perpetrados en su país, y también en Sierra Leona, entre 1991 y 2002.
Con todos estos eventos, aparece el programa de Desarme, desmovilización,
rehabilitación y reintegración (DDRR) múltiple y masivo, dirigido hacia diversos grupos de combatientes, con atención a menores-soldado, y repartición del poder político, con la finalidad de promover seguridad en zonas donde hay presencia importante de milicias bandas criminales narcotraficantes o grupos paramilitares que utilizan grandes dosis de violencia contra la población civil. Por lo tanto, el DDRR se aplicó en Liberia de la siguiente manera:
Entendiéndose primeramente que, la responsabilidad del proceso recae en la
Comisión Nacional de DDRR (NCDDRR) el cual está compuesto por una plantilla de unas 400 personas y están representados el Gobierno, los grupos armados, ECOWAS, Naciones Unidas, la UA y el Grupo Internacional de Contacto. En el cual con estos se busca crear una nueva forma de logística en el que haya responsabilidades operativas de planificación y asimismo de coordinación, por lo tanto, el sistema de naciones unidas supervisa las cuatro áreas que se ven señaladas como el comité de coordinación técnica, los cuales son los siguientes:
Dicho lo anterior, las logísticas de intervención con su respectiva actividad para
que fuera aplicado el DDRR en Liberia fueron las siguientes:
Para concluir, Los resultados oficiales muestran una mejoría de la situación
Desarme: 100 000 desarmados; 30 000 armas de asalto y pesadas, 35 000 proyectiles gran calibre y 6 millones de proyectiles para armas ligeras. Desmovilización: 8 cuarteles temporales, "Interim Care Centres" para niños. Reintegración/rehabilitación: educación formal (22 000 participantes), orientación profesional (60 000 matriculados). Mujeres y DDRR: programas especiales para mujeres y niñas. Comunidades: excombatientes más aceptados, avances socio-económicos. Sin embargo, la realidad revela circunstancias mucho más complejas. La violencia sigue amenazando la población liberiana en la cual se presenta: Desmovilización incompleta, Tensiones étnicas, Reformas insuficientes, Sistema de justicia opaca, etc. Como conclusión se puede decir que el DDRR empezó la lucha contra la violencia pero claramente es un arduo camino y un trabajo constante para ello, por lo tanto, hay que apoyar las medidas de prevención y resolución de conflictos, fomentar la confianza entre excombatientes, autoridades y comunidades, reforzar el respeto de los derechos humanos y la eficacia de las fuerzas de seguridad y justicia, reducir la violencia, discriminación y combatir la impunidad y por último, garantizar empleos, servicios, estrategias y reformas que ayuden a mejorar la situación en Liberia.