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2.1 El Ingreso A La Docencia
2.1 El Ingreso A La Docencia
de la identidad
Resumen
El presente trabajo forma parte de la investigación “La reconstrucción de la identidad docente en un espacio
de formación”, cuyo objeto de estudio es la identidad docente.
Aborda las circunstancias azarosas, fortuitas en las que los maestros de educación superior ingresan a la do-
cencia, así como los imaginarios con los que inician su experiencia como educadores.
Da cuenta de cómo las condiciones en las que el maestro inicia su actividad educativa mantienen una relación
estrecha con la construcción de su identidad docente.
Se realiza una aproximación a la manera en que el profesor va integrando elementos producto de su práctica
docente cotidiana a la construcción de la identidad como docente. Y cómo dicha construcción de la identidad se
sostiene en una tensión y equilibrio permanente entre la profesión inicial y su actividad de formar.
Descriptores: Identidad, identidad docente, docente, profesión, práctica docente.
Abstract
This work it’s just a part of the research call “The reconstruction of the identity of the teachers in a space of trai-
ning. The intention of this research is the identity of the teacher and the circumstances in which teachers of high
education get into education, and their representations.
It talks about the conditions in which teachers begin their educational activity and how it has a strong relation
with the constructions of their identity. Besides, it discuss the way teachers integrate in their identity, things of
their educational practice; and how this construction of identity moves between tension and balance from the ini-
tial profession to their activity of teaching.
Key words: Identity, teacher identity, teacher, profesion, educational practice.
1 Profesora investigadora del Departamento de Educación y Valores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente,
ITESO.
Elba Noemí Gómez Gómez
ARTÍCULOS
Un maestro refiere: “Yo caí en la docencia por bilidad completa. “nadar o ahogarse”, como “lanzarse
suerte. No había trabajo en otro lado. Bueno sí había al ruedo”.6
trabajo en otro lado, pero andaba uno experimen- Otra de las explicaciones que dan los maestros en-
tando”. trevistados, al preguntarles sobre el ingreso a la do-
Con el tiempo, éste entrar a la docencia por azar cencia, es la asociación con tendencias personales no
puede resignificarse como “una suerte”, si el maestro tan conscientes: el encanto por lo misterioso, lo mis-
logra tener “éxito” en esta actividad, como es el caso terioso que no termina de explicarse a partir de la ra-
del docente entrevistado. “Pues el valor de cualquier zón y conlleva consigo seguir sosteniendo su dosis
práctica se desconoce hasta que el maestro que la re- de sentido oculto.
toma la haya probado en el salón y haya decidido que Veamos un recorte de entrevista: “¿Qué cómo in-
“funciona”.4 gresé a la docencia? “...sale ya de mi forma de ser, o
El maestro principiante en la educación superior, de mi educación, o de mis... pasiones recónditas, o
muchas veces influido por un “tipo ideal de trabajo de mis traumas que se manifiestan por ahí... Yo creo
nada difícil”, compartido socialmente, acerca de la que lo traigo en la sangre”.
docencia y de la educación, reconoce a la actividad, Para la maestra, a quien pertenece el discurso an-
en un primer momento como, “algo fácil de realizar”. terior, su figura fuerte de identificación es su papá, al
Luego esos contenidos simbólicos son contrastados cual ella describe como un buen docente, como un
en el salón de clases, resultando con ello que no es catedrático. Asimismo, la mayoría de los entrevista-
tan fácil como se pensaba en un principio, y que se dos contaban dentro de su “capital cultural” con fa-
requiere aprender y desarrollar diversas habilidades. miliares cercanos (madre, padre, hermanos) que se
Cuando el maestro descubre que no es un trabajo dedican o se han dedicado a enseñar. Lortie afirma
tan fácil, que es una actividad compleja, y se enfren- que “la práctica docente pasa por un proceso de so-
ta a sus primeros “fracasos y frustraciones” tiene la cialización, que en gran medida es autosocialización,
sensación, como dice Ada Abraham, de estar en un donde las predisposiciones personales juegan un pa-
laberinto sin salida; por una parte, alejado de la pro- pel relevante. Desde esta perspectiva, la socialización
fesión para la que fue formado y por otra, avanzando en la docencia es en gran medida autosocialización
en la construcción de un imaginario complementario las predisposiciones personales no sólo son relevan-
en la práctica educativa. “La práctica le va corrobo- tes sino, de hecho, constituyen el meollo del proceso
rando el hecho de que sobrevivir en la actividad de para llegar a ser maestro”.7
enseñar está ligado principalmente a la resolución de Podemos decir que como parte de las predisposi-
problemas”.5 ciones está el hecho de que todos los profesionales
El maestro de educación superior aunque entra a han pasado durante muchos años por el salón de cla-
la docencia por circunstancias no del todo intencio- ses. En tanto alumnos, la docencia se vuelve algo fa-
nadas, y pareciera que el ingreso es aparentemente miliar, un tipo ideal del que todos tienen algo que de-
fácil, la permanencia no lo es tanto, no todos perma- cir, ya que han tenido algún tipo de acercamiento con
necen, depende de “cómo le haya ido en la feria” y de ésta. Compartimos la afirmación de Lortie de que
las posibilidades de trabajo que se les hayan presen- existe una idea común acerca del aprendizaje del
tado fuera. alumno sobre la práctica docente y es posible que la
El docente se inicia con poca información acerca muy difundida idea de lo fácil del trabajo docente se
de las alternativas y las soluciones concretas a pro- origine en este hecho.8 En esta línea, Madle corrobo-
blemas que se repiten en el salón de clases. El asu- ra en torno al proceso de socialización de la docen-
mir la responsabilidad de la docencia no es paulati- cia, el cual es un proceso que se liga con la trayecto-
no, desde el primer día de trabajo se le pide que de- ria personal, para él existe algún tipo de mensaje o
sempeñe las mismas labores que a un veterano con currículum oculto, a través del cual uno aprende qué
veinticinco años de experiencia. comportamiento es o no aceptable y qué cosas con-
Por una parte, está el hecho de no haber sido for- ducen a recompensas o bien a sanciones. Sugiere
mado académicamente para ejercer la profesión de que el hecho de estar expuestos continuamente a ese
docente; y por otra, el inicio de la actividad de ense- currículum oculto de la escuela, a sus prácticas y a
ñar no es paulatino, “sucede que una de las caracte- los presupuestos del sentido común que las justifi-
rísticas sobresalientes del trabajo docente es lo can, constituye la parte medular de la socialización
abrupto de la forma en que se asume una responsa- del maestro.9
Cuando va pasando el tiempo y el docente se en- do fue estudiante. El “abandono” de la profesión co-
cuentra más inmerso en la enseñanza y más alejado loca al maestro en una situación de deserción, de in-
por ende de su profesión inicial, se suceden una se- cumplimiento y de desistimiento de las tareas y fun-
rie de justificaciones para explicar el porqué se ciones propias de la profesión en que fue formado”.12
mantiene en esta actividad y lo liga, muchas veces, El maestro mantiene su conexión con la profesión a
con la llamada “vocación”, resalta el aporte a la for- través del discurso en torno al campo de conoci-
mación de la juventud. Eduardo Remedi, en Entrevis- miento.
tas e identidad, analiza cómo el maestro se encuentra Es importante remitirnos al origen que pone los ci-
incluido en una profesión no elegida, ambigua en mientos de esta práctica. En estos términos, en la re-
sus fines y tareas. Para definir o describir su activi- construcción de la identidad del grupo de profesores
dad como docente, se ve en la necesidad de recurrir que nos ocupa, se han conjugado varios elementos:
a una construcción subjetiva, cuyo componente cen- el que se reivindiquen en la actualidad como buenos
tral es el “deber ser” de la educación y la aspiración docente, respondiendo al mismo tiempo a la pregun-
de resolver dificultades en el aprendizaje.10 La do- ta ¿quién soy?, así como la recuperación histórica,
cencia oscila entre dos polos: el ideal inalcanzable y desde el proceso que ha ido estructurando la profe-
la realidad concreta que exige resoluciones día a sión, desde las ambigüedades y presiones externas e
día, es decir, ubicada entre el pragmatismo y la idea- internas, sobre las cuales ha construido su actividad.
lización. Por ello, la identidad tiene que ver con la imagen
El enseñante de nivel superior realiza un esfuerzo ideal, y por lo tanto con elecciones, con el proceso de
sostenido por conjugar la profesión de base y los be- socialización y con la producción de sentido. Aunque
moles de la actividad docente, y de convertir los co- la mayoría de los maestros llegan a la docencia en si-
nocimientos técnicos en constructos que puedan ser tuaciones fortuitas al enfrentarse a la práctica concre-
objeto de apropiación para el alumno. ta esta va produciendo un sentido equivalente y se
El reconocimiento por parte del maestro de que su convierte en una actividad con sentido, los espacios
actividad está ubicada en un lugar distinto al que él que parecían vacíos son llenados por simbolismos y
aspiraba, marca sin duda su identidad como docente. experiencias cotidianas.
“En una especie de profecía autocumplida, el maes- Hemos querido abordar en este escrito cómo las
tro “sabe” que dedicarse a la enseñanza no le permi- circunstancias en que ingresa el maestro a la docen-
tirá realizar una actividad científica reconocida, deli- cia de nivel superior se van resignificando en un con-
mitada y valorada socialmente. El sentimiento de ha- tinuo encuentro y desencuentro entre la profesión de
ber pretendido ser algo que no se es, marca en algún base y la profesión docente, formando ambas, parte
sentido su hacer en la negación, la incertidumbre y la del imaginario del maestro, imaginario que da color
frustración”.11 a la práctica diaria.
Podemos hablar de una lucha entre la identidad
construida en torno a una profesión estudiada: abo- Notas
gado, psicólogo, sociólogo, medico, etc.; y la profe-
1
sión asumida en la práctica profesional: la docencia. Pierre Bordieu, “Modos de objetivación de la historia y
de la cultura”, en de Les seus pratique, Tr. Por Gilberto
Muchas veces el maestro al concebir la actividad de
Gimenez, París, Les éditions de Minuit, 1980, p. 268.
enseñar como una práctica devaluada socialmente, 2
George Mardle y Walker Michel, “Algunas perspectivas
prefiere asirse a la profesión inicial que es más va- sobre la socialización del maestro”, en Ser maestro es-
lorada; si a esto le sumamos la no total claridad de tudios sobre el trabajo docente. Rockwell, Elsie. México.
los determinantes del trabajo educativo, la docencia SEP-El caballito, l985.
3
como profesión es más difícil de aceptar. Social- Remedi, et al., Maestros, entrevistas e identidad, México. De-
mente es más valorado ser médico que ser docente. partamento de Investigaciones Educativas, CINVES-
TAV, IPN, l989, p. 16.
O, simplemente, se hacen convivir los dos imagina- 4
Dan Leorti, “Los incentivos de la carrera docente”, en
rios: “realmente yo soy psicólogo, pero me dedico a Elsie Rockell (comp.), Ser maestro: Estudios sobre el traba-
dar clases, es una actividad que me gusta y que me jo docente, op. cit. p. 48.
llena”. 5
Abraham Ada, “Universo Profesional del Enseñante”
Para Eduardo Remedi “el docente de nivel supe- en: El enseñante es también una persona, Barcelona, Espa-
rior acepta de antemano la renuncia a un proyecto ña, Gedisa, 1986.
6
de orden profesional que le dio sostenimiento cuan- Leorti, Idem.
7
Idem.
Revista de Educación y Desarrollo, 2. Abril-junio de 2004. 80
El ingreso a la docencia y la construcción de la identidad
ARTÍCULOS
8
Idem. BORDIEU, P. (1980) Questions de Sociologie. Tr. de Gilberto
9
Mardle, op. cit. p. 25. Gimenez. Paris: Les éditions de Minuit.
10
Remedi, Maestros, entrevistas e identidad, op. cit. p. 17. GALLISOT, R. (1987) Bajo la identidad, el proceso de identifica-
11
Ibidem, p. 16. ción. México. (mimeografiado), Tr. de Gilberto Gime-
12
Ibidem, p. 17. nez.
MELUCCI, A. (1982) Sobre la identidad. Manuscrito. Tr. de
Bibliografía Mónica Mansour.
REMEDI, E. et al. (1989) Supuestos en la identidad del maestro:
ABRAHAM, A. (1986). El enseñante es también una persona. materiales para la discusión. México: Departamento de In-
Barcelona: Gedisa. vestigaciones Educativas, CINVESTAV, IPN.
ARISTI, P. et al. (1987) La identidad de una actividad: ser maes- REMEDI, E. et al. (1989) Maestros, entrevistas e identidad. Mé-
tro, México. Departamento de Investigaciones Educa- xico: Departamento de Investigaciones Educativas,
tivas, CINVESTAV, IPN. CINVESTAV, IPN.
BORDIEU, P. (1980) De Les seus pratique. Tr. de Gilberto Gi- ROCKWELL, E. (1985) Ser maestro estudios sobre el trabajo do-
menez. París: Les éditions de Minuit. cente. México: SEP-El caballito.