Conto a su mujer lo ocurrido, le mostro a la niña ocultando como había sido hallada.

Dryas la tomo
en sus brazos, considerando divino tal hallazgo y la exhorto a tomarla por hija. Y enseñada por la
oveja a compadecer y amara a la niña, Napé, que así se llamaba la pastora, amó desde luego a la
niña como madre y rogo a las ninfas que la dejasen criar con buena suerte a la que se había puesto
bajo su amparo. Le puso de nombre Cloe y como ya era tiempo de llevar la manada al aprisco, volvió
a su cabaña.