Está en la página 1de 2

2.

TALLER LA EVANGELIZACIÓN EN LA CALLE:


AMBIENTACIÓN DE LA IGLESIA Y MATERIALES.
(Artículo publicado en la revista Nuevo Pentecostés, nº 151, marzo/abril de 2014)

En el taller anterior compartíamos con vosotros la gracia que el Señor está


regalando con la evangelización en la calle. En este número veremos cómo ambientar
la Iglesia y los materiales necesarios para realizar una Vigilia de Evangelización: un
modo sencillo y pobre que a Dios agrada mucho, y que no deja de bendecir y
contagiar, para que a todos llegue su misericordia.

El centro es Jesucristo expuesto en la custodia para ser adorado y con un


deseo enorme de tocar los corazones bendiciéndonos. Todo gira en torno a Él:
salimos de Él, somos sus enviados y portadores, y a Él volvemos, con las personas
que nos hemos encontrado. Nunca salimos sin tener un tiempo previo de alabanza,
adoración e intercesión por la misión. Se abren de par en par las puertas de la iglesia
y salimos a evangelizar.

Ayuda bajar la intensidad de las luces en el interior del templo durante la


adoración y el tiempo de la evangelización; así, las personas que entran se sienten
menos cohibidas. También conviene disponer de un foco que ilumine al Señor para
que lo que más destaque sea Jesucristo y quien entre dirija su mirada a Él.

Vamos ahora con la ambientación del templo. Lo importante no es tanto el


modo concreto en que se haga, cuanto que sea un signo de belleza que ayude al que
entre a la iglesia a tener un encuentro con Jesús Eucaristía. No hemos de poner la
confianza en los medios materiales empleados, pero sí tratar, siempre que sea posible
y los medios lo permitan, de crear un ambiente hermoso.

Hay varios espacios que cuidar:

1. El altar: La ambientación del altar se hace de un modo sobrio: el protagonista es


Jesús vivo. Se puede situar un caballete cubierto por una tela a un lado del altar y, en
él, los iconos de la Virgen María y de algún santo, a quien se le encomiende
especialmente la misión, y colocar velas delante. Nosotros solemos llevar a santa
Teresita del Niño Jesús, porque es patrona de las misiones y nos ayuda como ejemplo
de sencillez y humildad.

A los pies del Señor ponemos unos cestillos de mimbre: uno con Palabras de Vida-
papelitos de colores enrollados que contienen textos bíblicos; son la Palabra del
mismo Dios que nos habla-que podemos ofrecer a los que se acerquen al altar, ante
Jesús Eucaristía, y otro vacío, donde se vayan depositando papeles con las
intenciones que cada uno haya escrito.

2. El pasillo: Desde la entrada del templo hasta el altar ponemos velas, rojas o
blancas (“velas del Santísimo”) a ambos lados, formando un camino de luz hasta
Jesús. Se pueden encender cuando se expone al Señor, significando que Él es
nuestra luz, que se irradia al mundo entero y sale a la calle para encontrarse con las
almas, que andan perdidas, como ovejas sin pastor.

3. La mesa de acogida se sitúa a la entrada del templo y desde allí se acoge y se da


la bienvenida tanto a los que llegan con los misioneros, como a los que, por
curiosidad, se acercan a la iglesia. En ella habrá cestos con Palabras de Vida para que
las cojan los misioneros cuando salgan a evangelizar, estampas, velas de té, en
vasitos de cristal o plástico, para llevar a los pies del Señor (o bien se puede disponer
a los pies del altar una superficie cubierta de papel de aluminio para depositar las
velas) y encendedores. También se pone un cesto con papeles en blanco y bolígrafos.
Todo el que lo desee puede escribir sus intenciones y depositar los papeles ante
Jesús vivo. Después, esas peticiones se llevan a algún convento de clausura para que
recen por ellas. Sería conveniente, si la evangelización se hace desde un grupo de
oración, que en la mesa de acogida haya alguna información con la hora de reunión
del grupo y un teléfono de contacto, para repartir a los que puedan estar interesados.

4. El exterior del templo. Con el mismo tipo de velas del pasillo, se pueden marcar
las paredes exteriores de entrada al templo, al nivel del suelo, que inviten a la gente a
acercarse. Muchas personas que pasean por la calle, viendo la iluminación exterior de
la Iglesia se sienten movidas por la curiosidad a entrar dentro. La belleza nos conduce
a Dios. Somos testigos, a lo largo de estos años, de muchas personas que al entrar a
la iglesia, ante el ambiente de belleza, cálido, de las luces y del canto ungido, se
sienten ayudadas a orar, quizás por primera vez en mucho tiempo, a permanecer en la
adoración ante Jesús, incluso a hablar después con algún sacerdote y a confesarse.

La misión puede vivirse desde distintos lugares:

- Desde la música: La presencia de la música y del canto ungido es un elemento muy


importante. Al tratarse de un contexto de evangelización, es fundamental que quien
entre en la iglesia se encuentre en un ambiente de música y adoración que invite a
orar. De ahí la necesidad de que quien cante, ore, para que Dios pueda actuar a
través de la música. Es bueno que quien lleve la música vaya intercalando oraciones,
evitando dejar espacios de silencio.

- Los que se quedan en intercesión: Son quienes permanecen dentro de la iglesia


orando, intercediendo y sosteniendo la misión con su oración.

- Quienes están en la mesa de acogida: Conviene que sean varios, para que puedan
acompañar hasta Jesús a las personas que entren solas y haya siempre alguien en
ella.

- Los que salgan a evangelizar, que lo hacen por parejas.

La presencia del sacerdote (o sacerdotes) es muy necesaria, pues él nos trae al


Señor, lo expone para la adoración y nos da la bendición. Es bueno que esté
disponible para hablar o confesar, para acoger a los que llegan y, si hay varios, para
salir a evangelizar.

Podéis encontrar en nuestro blog imágenes que os pueden ayudar y materiales para
utilizar:

http://kerygmadiocesisalcala.blogspot.com.es/

El próximo taller será: Preparando la misión: oración de intercesión.

También podría gustarte