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Buenos Aires, 16 de abril de 2021.

A los pastores y sus comunidades

Es de público conocimiento que se nos presentan


tiempos difíciles, debido al aumento de los contagios, lo
cual nos lleva a extremar las precauciones para cuidarnos y
cuidar a los demás.
En esta hora tan compleja, de alternativas y divergencias, necesitamos caminar
juntos, guiados por el Espíritu, quien nos indica el camino. Asumimos con fortaleza
los cambios y sacrificios que esto trae. En medio de ellos, es urgente responder a los
desafíos del momento, y salir adelante con esperanza a través del encuentro con el
Señor y la creatividad de la caridad.
Nos acercamos a ustedes como pastores y padres, para ofrecerles una palabra de
gratitud, aliento y consuelo. Admiramos el esfuerzo sostenido de todos los que
padecen las consecuencias de esta pandemia y de los que cotidianamente se han
puesto al servicio de sus hermanos. Creemos necesario cuidar nuestro espíritu de
comunión fraterna, de modo que nos sintamos recíprocamente acompañados y
sostenidos ante los complejos desafíos que se nos presentan. Caminar juntos es
urgente.
A causa del alto crecimiento de los contagios, debemos extremar los cuidados en
nuestras comunidades. Por tal motivo compartimos las siguientes orientaciones:
• Si es posible, manteniendo el templo abierto, recibiremos a nuestros fieles
individualmente para su atención espiritual y sacramental.
• Sabemos que celebrar juntos es una necesidad vital para nosotros, aunque
momentáneamente las celebraciones religiosas no puedan realizarse en los
templos, por ser lugares cerrados. Los invitamos a buscar respuestas pastorales
creativas, de acuerdo a las posibilidades de cada comunidad.
• Reconociendo que la presencialidad es indispensable para tejer nuestros
vínculos fraternos, será tarea de los pastores, con sus Consejos de laicos,
discernir caminos posibles, acorde a las normativas sanitarias vigentes, para
animar la pastoral ordinaria, la catequesis, los grupos de apostolado, etc.
Los obispos damos gracias a Dios por contar con el generoso ministerio de
ustedes en esta nueva prueba, y les deseamos que, perseverando en la diaconía a los
pobres y enfermos junto a sus comunidades, el servicio se convierta en fuente de
unidad, alegría y consuelo para todos.
Rezamos con ustedes a nuestro padre San José en este, su año jubilar, y
comprometemos nuestra oración y cercanía fraterna. ¡Dios los bendiga!

Salve, custodio del Redentor Oh, bienaventurado José,


y esposo de la Virgen María. muéstrate padre también a nosotros
A ti Dios confió a su Hijo, y guíanos en el camino de la vida.
en ti María depositó su confianza, Concédenos gracia, misericordia y valentía,
contigo Cristo se forjó como hombre. y defiéndenos de todo mal.
Amén

Los obispos de la Arquidiócesis de Buenos Aires

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