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Son incontables e imperceptibles los daños o muertes ocasionadas por "una agresión", lo que

ocasiona seguir investigando. Así mismo, parte para entender que ocasiona la violencia en
una relación de pareja-involucra conocer cómo se edifica la personalidad del agresor y sus
impulsos agresivos.
Ser testigo de agresión o violencia no hace necesariamente que este sea violento en un futuro,
sin embargo, más de la mitad de los agresores si tienen antecedentes de violencia familiar.
La persona con un apego inseguro maneja su visión del mundo a su manera justificando
sus conductas agresivas. ¡Mi pareja no me entiende!, justificándose por su pasado
traumático.
Los celos se relacionan al apego inseguro por lo que sus impulsos se activan generando
intimidación, dominio y daños psicológicos a sus víctimas haciéndose ver controladores
para satisfacer su integridad del ego.
El miedo del victimario (agresor) a ser abandonado es el que provoca su necesidad
de controlar y dañar a la víctima. Cuando la persona agresora confunde
comportamientos agresivos con comportamientos de cuidado, de alguna manera estos
últimos refuerzan el acercamiento de la víctima, creándose un tipo de relación conocida
como “vínculo traumático” o “síndrome de Estocolmo ” (Graham et al., 2001; Loue,
2002).
Para reconocer el maltrato psicológico en una pareja, la persona debe de preguntarse si
es feliz con quien esta, estoy siendo "yo” con responsabilidades de pareja sin dejar de ser
feliz. El punto clave es cuando se justifica la mala elección de pareja por sus impulsos a
inicios de la convivencia.
El agresor no permite que mantengas un contacto social sin importar que sea amigos o
hasta familiares, controla tus contraseñas o tiende a agarrar el celular de su pareja ya
predispuesto y con mala intención, minimiza tus logros mientras que genera culpa por los
errores, ocupa el rol de madre o padre que sabe lo que es bueno para ti sin ti, organiza tu
tiempo libre sin consultar, controla cada salida de su casa, no le permite ser el mism@
dentro de su casa, hasta maneja su vestimenta o forma física, juzga lo que haces o dices o
te pones, te responsabiliza de su estado de ánimo.
Los agresores humillan, tratan desprestigiar la autoestima de su pareja, sus
comportamientos para manipular la autoestima de su víctima.
Se debe de aclarar que muchos de los casos de las víctimas, iniciaron su relación
aceptando la agresividad como un juego o un gusto sádico por vacíos o hechos
traumáticos en su inconsciente, que hizo aceptar dichos "rasgos" agresivos del agresor.

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