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No Creía en Dios
No Creía en Dios
No creía en Dios
Relatado por Andreas Golec
MI PASADO
Nací en un pueblo del estado de Sajonia, en lo que era entonces la
República Democrática Alemana (RDA). En casa había un ambiente
muy cariñoso, y mis padres me enseñaron elevados valores
morales. Como la RDA era un país comunista, mucha gente en
Sajonia no consideraba importante la religión. Yo, personalmente,
no creía en Dios. Hubo dos ideologías que marcaron los primeros
dieciocho años de mi vida: el ateísmo y el comunismo.
Entonces, mi mundo se vino abajo. En 1989 cayó el muro de Berlín, y con él, el bloque
comunista de Europa del Este. Una decepción llevó a la otra. No tardé en descubrir que se
habían cometido muchas injusticias. Por ejemplo, a quienes no apoyaban el comunismo se
les trataba como ciudadanos de segunda clase. Pero ¿cómo era eso posible? ¿No enseñaba el
comunismo que todos somos iguales? ¿Era esa ideología política solo una ilusión? Todo
aquello me causó mucha ansiedad.
Mis prioridades habían cambiado, así que empecé a interesarme por la música y la pintura.
Entré a estudiar en una escuela superior de música con la idea de ir a la universidad; soñaba
con dedicarme a la música y al arte. Tiré por la borda los valores morales que aprendí de
niño. Lo único que me importaba era divertirme; incluso llegué a salir con varias chicas a la
vez. Pero ni la música ni el arte ni un estilo de vida liberal lograron calmar mi ansiedad, y eso
se reflejaba hasta en mis cuadros. ¿Cómo sería el futuro? ¿Qué sentido tenía la vida?
Cuando finalmente encontré las respuestas que buscaba, me quedé helado. Una tarde, 11
mientras estaba en la escuela, me senté con un grupo de estudiantes que estaban hablando
sobre el futuro. Entre ellos estaba Mandy, * una testigo de Jehová que me dio un buen
consejo. Me dijo: “Andreas, si quieres encontrar respuestas a tus preguntas sobre la vida y el
futuro, investiga lo que dice la Biblia”.
Tenía mis dudas, pero pudo más mi curiosidad. Mandy me mostró el capítulo 2 del libro de
Daniel, y al leerlo me quedé impresionado. Esta profecía habla de una serie de potencias
mundiales, es decir, gobiernos, que han tenido un gran impacto hasta nuestros días. Luego,
Mandy me mostró otras profecías bíblicas relacionadas con el futuro de la humanidad. Por fin
hallé respuesta a mis preguntas. Pero ¿quién escribió esas profecías? ¿Quién había podido
predecir el futuro con tanta exactitud? ¿Probaba eso la existencia de Dios?
No me fue fácil cambiar y vivir en armonía con lo que dice la Biblia. El éxito que había
alcanzado como músico y pintor me convirtió en una persona orgullosa, así que tuve que
aprender a ser más humilde. Además, me costó dejar mi estilo de vida inmoral. Agradezco
mucho que Jehová sea tan paciente, comprensivo y cariñoso con quienes se esfuerzan al
máximo por hacer lo que la Biblia enseña.
El comunismo y el ateísmo marcaron los primeros dieciocho años de mi vida, pero la Biblia
me ha ido transformando desde entonces. Lo que aprendí dio sentido a mi vida y calmó la
ansiedad que me producía pensar en el futuro. En 1993 me bauticé y me hice testigo de
Jehová, y en el 2000 me casé con Tabitha, una entusiasta compañera de creencia. Los dos
dedicamos todo el tiempo que podemos a enseñar a las personas lo que dice la Biblia. Como
en mi caso, muchas de ellas han sido moldeadas por el comunismo y el ateísmo. Me llena de
satisfacción ayudar a la gente a conocer a Jehová.