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La situación política, económica y social venezolana y El Príncipe de Maquiavelo

Venezuela siempre fue un país que se caracterizó por ser una de las democracias
más ejemplares de América Latina; es por esto, que González (2012) afirma que
cuando cae la dictadura en Venezuela, para el año 1958, hubo alianzas entre los
actores principales en la sociedad que correspondían a los partidos políticos, grupos
empresariales, la iglesia católica y militares, lo que permitió una estabilidad política en
el país, aunado a la alternabilidad del poder; por lo tanto, la población aceptó al régimen
democrático, puesto que garantizaba el derecho al voto y por las mejoras sociales que
eran el centro de la oferta política, lo que conllevó a la igualdad de oportunidades y
movilidad social favorable. Sin embargo, para los años 80 caen los precios del petróleo
y se genera una crisis por la deuda externa, lo que originó el fin de la era de la bonanza
en las finanzas públicas.
Seguidamente, el gobierno a finales de la década de los 80, se ve en la necesidad
de instaurar una serie de medidas de ajuste económico, a fin de equilibrar las cuentas
de la nación, que al final afectaron a la población. Todo esto, para el momento de las
elecciones de 1998, “existe en Venezuela una crisis de legitimidad política y una
situación socioeconómica que ha dejado a los grupos más desfavorecidos al margen de
los beneficios del crecimiento” González (2012, p. 194). Con este escenario, gana las
elecciones Hugo Rafael Chávez Frías, con promesas de acabar con las dificultades del
pueblo y poner a Venezuela en vías al desarrollo económico a partir del inicio de su
mandato en 1999, creando una atmósfera de optimismo, especialmente entre las clases
bajas y empobrecidas, pero también entre clases medias urbanas progresistas,
tomando decisiones de políticas públicas con enfoque participativo, lo que promovió la
creación de diversas instituciones. Sin embargo, para el año 2001 se hace referencia al
inicio de una crisis política, económica y social, en la llamada revolución bolivariana, la
cual se ha intensificado cada día más, estando marcada por aspectos relevantes la
confrontación política entre Gobierno y poderosas fuerzas sociales y políticas
opositoras, una hiperinflación muy fuerte, un alto índice de delincuencia y pobreza,
enfermedades, emigración, deterioro de la calidad educativa, entre otros.
Ahora bien, este ensayo pretende hacer un análisis donde se presentará la relación
que existe entre la crisis venezolana entre el año 2001 al 2021 y la obra El Príncipe de
Maquiavelo, resaltando que Nicolás Maquiavelo expone el primer tratado de doctrina
política, donde se muestran estrategias a seguir por el líder que busque ejercer el
poder; en la obra se relata, un mundo utópico en el cual existe una retroalimentación
entre gobernantes y gobernados para la cual se toman resoluciones fundamentadas por
el bien común. Debe hacerse notar que, Maquiavelo revela las verdades prácticas del
poder y exhibe la forma del ejercicio del mismo, dejando a un lado las normas morales.
De modo tal que, en vez de dedicarse a emitir juicios acerca de la moral o la religión, se
centre más en asuntos de estrategia política (Hermosa, 2014).
En este orden, con respecto a la situación venezolana, López (2016), en su
investigación La crisis del chavismo en la Venezuela actual, afirma que, desde el inicio
del período presidencial de Hugo Chávez, ha existido una época altamente polémica,
tanto socioeconómico como político, ya que, la toma de posiciones políticas e
ideológicas, impide con frecuencia tener una visión equilibrada de los hechos que han
sucedido. De este modo, puede hablarse de una crisis que se perfila en aspectos
económicos tales como crisis inmobiliaria, la deuda, fraude fiscal, escasez, crisis del
efectivo, restricciones bancarias en el exterior, crisis energética, productividad, escasez
de combustible, entre otros. Asimismo, en el aspecto político puede nombrarse lo
relacionado a la iglesia católica, caso de los narcosobrinos, persecución a los medios
de comunicación, la falta de separación de poderes, sanciones durante la crisis,
suspensión del referéndum presidencial, corrupción, desgaste del unipartidismo.
Igualmente, en el aspecto social, se encuentran problemas como el desempleo, la
emigración, fuga de cerebros, vivienda, educación, transporte, manifestaciones,
pobreza, delincuencia, crímenes de lesa humanidad, entre otros.
De igual manera, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de
1999 se consagró el principio participativo como central en las relaciones entre Estado y
sociedad, es decir el régimen representativo pasó a ser participativo y protagónico,
combinando la democracia representativa con mecanismos de democracia directa y
participativa, centrándose en el ciudadano común, además de los partidos políticos
(López, 2016, p.175); pero, luego se originó la desviación del proyecto participativo por
el socialismo del siglo XXI, en donde ya no se trataba de una participación de la
ciudadanía o sociedad civil en los asuntos públicos, sino de la participación como sujeto
colectivo y dirigido por la presidencia, lo que conlleva a que la participación sin
autonomía es servidumbre y quienes comulgan con el viejo esquema leninista-
estalinista de cooptación de la sociedad por una cúpula todopoderosa.
De esta manera, se puede entonces hacer mención de la doctrina de la política de
Maquiavelo en su obra El Príncipe, donde se muestra la manera en que el dirigente
debe enfrentar las distintas situaciones o coyunturas que se le aparezcan, y determina
que la primordial finalidad de la praxis política es mantener con éxito el poder. También,
expresa Hermosa (2014, p.143) que Maquiavelo muestra la diversidad de gobernantes,
a los cuales el llama príncipes, que existen en el panorama político y cuál es su manera
de acceder al poder, señalando, que la forma de tener durabilidad es el ser aceptado
por el pueblo por medio de la conservación de sus costumbres. Cabe destacar, que la
ética, que no es sujeto de su interés, sobrevive en otro plano diferente al de la política,
el de la esfera de la moral individual interior.
En este orden de ideas, debe decirse que los hombres, estando en el poder,
deberían ser juzgados por los resultados obtenidos, y si al final los resultados deseados
se logran, los medios utilizados para alcanzarlos tendrían que ser perdonados
(Rodríguez, 2012, p. 3). Es decir que, en las acciones de todos los hombres, y máxime
en la de los príncipes, cuando no hay tribunal al que reclamar se juzga por los
resultados; haga pues, el príncipe lo necesario para mantener el Estado y los medios
que utilice siempre serán considerados honrados y serán alabados por todos. En este
sentido y haciendo alusión a lo expresado por Maquiavelo en el Príncipe, manifiesta
Rodríguez (2012, p.3) que la persona que está en una posición de poder está abocada
a escoger cuál camino va a seguir, mediante un proceso de libre elección personal,
pero teniendo plena conciencia de que la decisión que ponga en práctica, tiene un
efecto que va más allá de las disposiciones inmediatas que ejecute mientras esté en el
cargo, las cuales tendrán importantes consecuencias en el momento en el que la
comunidad o sociedad directamente afectada tome plena y total conciencia de las
decisiones emprendidas y de los beneficios o perjuicios que se deriven de ellas.
Por todo lo expuesto, se infiere que la situación de crisis venezolana desde 2001
hasta 2021, tiene una gran relación con la doctrina de la política de la obra El Príncipe
de Maquiavelo, ya que para los gobernantes de este período que corresponden a Hugo
Chávez y Nicolas Maduro, no han asumido lo que es la ética y moral para gobernar,
solo el empeño de lograr permanecer en el poder sin tomar en cuenta lo que pueden
llevarse por delante, tal y como ha sucedido hasta la actualidad, donde millones de
venezolanos vienen sufriendo una crisis económica, política y social sin precedente
alguno. Al respecto, opina Ugalde (2008, p.1) en su columna Elogios a la Política, que
es fácil crecer políticamente sobre los defectos del otro, pero a la larga no hay éxito
político sin demostrar virtudes propias, ya que una cosa es imponer la fuerza, el poder y
los intereses propios, disfrazados de pueblo y revolución, y otra construir, entre todos y
para todos, un espacio público con objetivos comunes. Agrega el referido autor, que la
política democrática es un ideal que transforma y dignifica; cultiva virtudes, desarrolla
prácticas sociales e instituciones, con reconocimiento del otro y la convicción de que los
logros duraderos propios pasan por los logros de los otros y de que todos tenemos
intereses, derechos y deberes que se desarrollan mejor en República.
En conclusión, en Venezuela el rechazo a los planes totalitarios es claro, pero se
necesita un liderazgo democrático alternativo fuerte y con valores que sobresalgan
entre tanta basura y que la mayoría de la sociedad, se movilice políticamente y defienda
democráticamente su futuro (Ugalde, 2008, p.2). En consecuencia, la política no es la
disciplina para lo cual se hace notar los actos impuros de aquellos que hacen política
sin ética, obran mal, cayendo en la corrupción sin alcanzar el bienestar de la comunidad
que gobiernan, sino una representación para el bien común de una sociedad. A esto,
debe decirse, que es lo que sucede actualmente en Venezuela, que muchas veces se
aleja lo ético y moral de la política y es donde se ve los errores de esta, teniendo
consecuencias desfavorables económicas, sociales y políticas para la sociedad
venezolana.
Referencias

González, L. (2012). La desigualdad en Venezuela, antes y después de la Revolución


Bolivariana. Revista Iberoamericana. Vol. 12 Núm. 47. DOI:
https://doi.org/10.18441/ibam.12.2012.47.193-197

Hermosa, A. (2014). Dos (nuevos) ensayos sobre el príncipe de Maquiavelo. Revista


Fragmentos de Filosofía. Nº 12, pp. 141-161. ISSN 1132-3329. Disponible en:
http://institucional.us.es/revistas/fragmentos/12/art_8.pdf

López, M. (2016). La crisis del chavismo en la Venezuela actual. Estudios


Latinoamericanos, Nueva Época, núm. 38, p. 159-185. Disponible en:
http://revistas.unam.mx/index.php/rel/article/view/57462/50990

Rodríguez, G. (2012). ¿"El fin justifica los medios”? Innovar, 22 (45), 3. Recuperado de
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-
50512012000300001&lng=en&tlng=es.

Ugalde, L. (25 de septiembre, 2008). Elogio de la política. Columna La opinión de Luis


Ugalde. Diario El Nacional. Disponible en:
http://w2.ucab.edu.ve/opinion-ugalde/items/elogio-de-la-politica.

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