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Cuestionario

1. ¿Cuáles fueron las principales características de la geopolítica civilizatoria?


La geopolítica civilizatoria se estableció durante el contexto económico de 1815-1875, sus
principales elementos eran: 1) la dedicación a la sin par civilización europea; 2) una
creencia en que las raíces de la singularidad europea se encontraban en su pasado; 3) un
sentimiento de que otras culturas, aun- que pudieran tener un noble pasado con grandes
logros, habían sido eclipsadas por Europa, y 4) una creciente identificación con un Estado-
nación en concreto como representación de la versión más perfeccionada de la diferencia
europea.
Los actores de la geopolítica civilizatoria, pese a evocar una perspectiva y unas pautas
europeas, procedían de diferentes Estados que competían entre sí en la reivindicación de
la autoridad espiritual de los antepasados. Abundaban las «nuevas» Romas, pero las
reivindicaciones se basaban más en la imitación de los modelos de construcción de la
nación francés e inglés que en una experiencia universal compartida del pasado «clásico»
europeo. Después de haber lo- grado controlar las filiaciones religiosas, estos prototipos
de Estados-nación modernos expandieron sus competencias hasta construir una serie de
tradiciones, perspectivas e intereses colectivos.
Agnew, J. (2005). Geopolítica: una revisión de la política mundial. Madrid, Spain: Trama
Editorial. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/remington/55535?page=105-110

2. ¿Cuáles fueron las principales características del Concierto Europeo?


El Concierto fue diseñado para poner freno a los impulsos revolucionarios procedentes de
la Revolución Francesa de 1789 y de sus secuelas. Las guerras que perseguían hacer la
revolución o que pretendían conseguir territorios se contemplaban como amenazas al
«equilibrio de poder» entre los Estados más poderosos o Grandes Potencias. Al mismo
tiempo, el despegue del crecimiento eco- nómico de Gran Bretaña gracias a la Revolución
Industrial tuvo como consecuencia que tuviera unas relaciones con los otros continentes
distintas a las de los otros Estados europeos (excepto los Países Bajos). Esta es una fase de
crecimiento del capitalismo mundial, las elites europeas consideraban mayoritariamente
que la posición central de Gran Bretaña estaba no sólo al servicio de un interés nacional
sino también de un interés «global». La economía nacional británica llegó a ser la
locomotora de la economía mundial. El reciclado de capital de las inversiones en todo el
mundo convirtió a Londres en el principal centro financiero mundial. El interés político
primordial del capital financiero es- taba en evitar problemas económicos en los lugares
donde tenía inversiones. No es de extrañar entonces que los gobiernos británicos llegaran
también a valorar la «estabilidad» y frecuentemente intervinieran militarmente fuera de
Europa cuando el status quo estaba amenazado. Con el éxito económico de las economías
alemana y estadounidense, la economía británica, todavía comprometida en su mayor
parte con las viejas tecnologías, se enfrentaba a un dilema. Por un lado, se encontraba con
una competencia cada vez mayor en cuanto a manufacturas y, por el otro, tenía una
ventaja relativa sobre los otros en su acceso al resto del mundo. Consecuentemente,
después de 1875 Gran Bretaña dio la espalda a Europa y Estados Unidos (don- de el capital
británico tenía importantísimas inversiones) y se concentró en su Imperio y en aquellas
regiones donde su hegemonía era aparentemente más segura.

Agnew, J. (2005). Geopolítica: una revisión de la política mundial. Madrid, Spain: Trama
Editorial. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/remington/55535?page=103-104

3. ¿Cuáles fueron las principales características de la geopolítica naturalizadora?


Consiste en interpretar la naturaleza utilizando términos propios de los grupos humanos,
tales como parentesco y genealogía, mientras que la naturalización sería lo opuesto:
representar lo humano desde el punto de vista de los procesos y fenómenos naturales.
En la década de 1890 esta división ya se había convertido en la característica principal de
la política mundial. Se debió en parte al espectacular crecimiento de la economía alemana
pero también al ferviente nacionalismo de la época. La ampliación de los sistemas
nacionales de ferrocarril y la reorganización de los espacios económicos para dar un papel
más importante a los mercados y sistemas financieros nacionales contribuyó
decisivamente a la formación de las economías nacionales, a lo que se unió la ampliación
de la alfabetización en las lenguas vernáculas y la universalización de la educación
elemental obligatoria que produjo un intenso sentimiento de diferencia y exclusividad
nacional entre las masas populares. El nacionalismo había dejado de ser algo exclusiva-
mente elitista.
La naturalización tenía una serie de precondiciones. Una era la (aparente) sepa- ración
entre las afirmaciones científicas y la posición subjetiva de un escritor o político en
concreto. Estas afirmaciones partían de un conocimiento universal que trascendía
cualquier punto de vista nacional, de género o étnico. Así, aunque el «interés nacional»
era manifiestamente dirigido, se enmarcaba dentro de una perspectiva que lo situaba en
el dominio de la naturaleza más que en el de la política. Un aspecto fundamental de esta
concepción, y otra precondición para la naturalización, era la convicción de que la
observación de las divisiones político-económicas mundiales era una forma de percepción
inocente de la que podían deducirse generalizaciones sobre recursos y poder. En muchas
ocasiones no se reconocía el compromiso preexistente con esta concepción de la
percepción y la consiguiente forma de cartografiar, denominar y calificar diferentes
espacios como «coloniales», «euro- peos», «potencias» o «atrasados».
Agnew, J. (2005). Geopolítica: una revisión de la política mundial. Madrid, Spain: Trama
Editorial. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/remington/55535?page=110-113

4. ¿Cuáles fueron las principales características de la geopolítica ideológica?


La geopolítica de la Guerra Fría fue «linguacultural» (por usar el término de Friedrich) más
que naturalizadora o civilizatoria. Con esto me refiero a que los valores, mitos y eslóganes
procedentes de las experiencias de los dos Estados victoriosos, los EE UU y la URSS,
definirían y determinarían las condiciones de la imaginación geopolítica de aquel período.
Uno de ellas, los Estados Unidos, demostraría mayor efectividad en conseguir una
aceptación más amplia para su «modelo» de organización político-económica. Pero su
éxito se basó fundamentalmente en la presencia activa del otro como punto de
comparación y amenaza. Es necesario hacer hincapié en el carácter ideológico del
conflicto que define el período.

Definición de dos zonas geopolíticas opuestas ideológicamente dio mu- cha importancia al
hecho de mantener la pureza doctrinal en ambas partes de la «valla» que dividía los dos
mundos. En consecuencia, las realidades geopolíticas y militares sirvieron para mantener
la lucha sobre todo en el ámbito de la ideología. La rivalidad dio lugar a una carrera de
armamentos de inconcebible derroche y capacidad destructiva, y alimentó numerosos
conflictos mortíferos en el tercer Mundo; pero nunca se produjo la escalada a un
enfrentamiento abierto entre la OTAN y el Pacto de Varsovia
La Guerra Fría comenzó como una serie de políticas estadounidenses diseñadas para
reconstruir Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, pero se transformó
en un sistema de relaciones de poder y de representaciones ideológicas en que cada una
de las «partes» se definía según lo que no era la otra. Eso sucedió de una manera ad hoc,
pero tenía hondas raíces linguaculturales.
El debate sobre política exterior en los Estados Unidos giraba en torno a «aislacionismo»
versus «internacionalismo». Pero alrededor de los años cuarenta las respectivas elites
dominantes aspiraban a un do- minio ideológico global. En el caso soviético se
manifestaba en el linaje ideológico que inspiraba la ideología oficial (Marx-Engels-Lenin),
aunque fuera menos evidente en la práctica oficial de aislar la economía soviética de
conexiones externas. En los EE UU, el afán de exportar el «ethos americano» no era
nuevo, pues desde 1890 en adelante los líderes estadounidenses estaban cada vez más
convencidos de que la propia «América» era una idea que se podía vender.

Una importante consecuencia de este sentimiento de vulnerabilidad compartido fue que


cada uno de los Estados idealizó al otro. Cada uno se transformó en un adversario
superpotente a ojos del otro, hecho especialmente evidente en el caso americano, donde
se exageraban sistemáticamente las capacidades económicas y militares soviéticas.

Agnew, J. (2005). Geopolítica: una revisión de la política mundial. Madrid, Spain: Trama
Editorial. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/remington/55535?page=121-125

Libro: Geopolítica: una re-visión de la política mundial

Autor: Jhon E. Agnew

Capítulo: Las tres edades de la Geopolítica (pp. 103-135)

https://elibro.net/es/ereader/remington/55535?page=125

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