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HISTORIA, REESCRITURA Y PERVIVENCIA DEL ROMANCERO Estudios en memoria de Amelia Garcfa-Valdecasas Rafael Beltran, ed. PUBLICACIONS DE LA UNIVERSITAT DE VALENCIA DEPARTAMENT DE FILOLOGIA ESPANYOLA 2000 “Aquesta publicacié no pot ser reproduida, ni totalment ni parcialment, ni enregisirada fen, otransmesa per un sistema se rcuperaci dinformacis en eap Frtnam per cap ma sia fotomecanic,fetoquimic,elecrnic. per ftoedpia © per qualseval alte, HOESTEGAL | nse el permis previ de Pediat (© Bis autos, 2000, (© D'aquest ec: Universitat de Valencia, 2000 ‘Maps: Gersn Beliriny M. Angeles Sanz Fotocomposisis i maquetcié: Publiccion de la Universitat de Valencia ISBN: 84.3704836.7 Dips eal: 2-2010-2000 Inpresiés INO Reproducclones (Cr, de Caseléa Kin 3.800 Pol Miguel Servet- Nave 13 $0013 Zaragors COMO SE RELEYERON LOS ROMANCES: GLOSAS. Y CONTRAHECHURAS DE TIEMPO ES, EL CABALLERO EN FUENTES IMPRESAS DEL SIGLO XVI Paloma Diaz-Mas Universidad del Pats Vasco Desde que lo seals Menendez Pdal' es un pico relerirse al fragmentismo en el romancero hispnico, y muy especialmente al gusto de los impresores del siglo xv por Iosfinales truncos. sa insstencia en el caricter fragmentario nos hace olvidar a veces otra verdad gue no se Te escape al propio Menéndez Pidal: que, al mismo tiempo que un gusto por Jostextos fragmentarios o truncos, existe en la época un notable gusto por la ampificatio sobre la base de temas romaneisticos. Prueba de ello es lacantidad de glosas,contrahe- churasy otras reereaciones de textos poéticos (entre ellos, romances) que proliferan alo largo del sig” hasta el punto de que hay romances que nos son més conocidos por sus glosas 0 contrafacta que por sus versiones puras.” Glosar o contrahacer son, sobre todo, maneras de reerea un texto. ¥ esa recrea- cidn implica una relectura, una teinterpretacién de ese mismo texto, Solemos insistir con frecuencia -otro t6pico- en eémo el proceso de transmisién oral de un romance supone una recreacign y reescritura contnuas.* Pero zqué hay dela recreacién continua 1, specimen en su fibro de 19531 71-75 y 333, 2. VeaveMenéne Pia (1953 I; 27-29, 48-46, 51-5294: en pp. 4-46 sefialacémo muchas veces Jos poctas losanoconsahicen versiones omancstias que ellos miss abrevian, pa evita plied seomoda el texto asus infenciones; as, mientras amplifian solve la base del romance, simultineanente ‘ontibayen a difisiin de versions fragmemtrias «tunes. 3, Por ejemplo, de Lancarte yl ern de pie blanco slo bay una versinimpres en el Cancionero deromances, peo nos ha egada contact enel Canclonero musical de Paci. el Cancinero genera de ISily a Flor de enamoradas de 1862, amen de vain cits en ota fuenes, De La bella tnd hay ages gosas en legos de El prisonen ex ms conocida a vers beviadaquc contibuyeron a dif Silas gloss de Gari Sinchez de Badjory Nicole Nez qe vada larg de a Gurl exmaliad Se II2-14 del Cancionero de romances Se 1950, 4. Sobre proceso derecreacin yreseritua del romance en la aici oral ya insists Mendez Pill, con famosa ides de aol (1983 19-50 y passin). Véane tambien, desde una perspectv 'asmdern, los wabaos de Catalin (1970-71, 1978) y los compilaos en sus bros de 1997 y 1; dems se Catalin y Catela (197) 67 Pavoma Diaz-Mas «que nos transmiten fos textos impresos? Es cierto que la mayor parte de las versiones de romances impresas en pliogos sueltos y cancioneros del siglo xv1 suelen presentar una notable uniformidad, que contrasta con la variedad de las versiones recogidas modet- rnamente en la tradicién oral o incluso con las variantes que nos transmiten otras fuentes antiguas (manuscritos, citas en otras obras, versiones insertas en piezas teatrales, ete); la raz6n suele ser que, a la hora de editar el texto de un romance, Ios distntos impresores se plagian descaradamente unos a otros. Pero, paralelamente a esa aparente uniform dad de los impresos antiguos, las glosas, contrafacta, disparates 0 citas en ensaladas nos transmiten la otra cara de la moneda: las multiples lecturas y relecturas ~a veces muy ddispares-— que ba podido tener un romance a lo largo det siglo xv Para ejemplificarlo, hemos escogido un romance cualquiera: el que comienza Tiem: poes, el eaballero, de contenido més 0 menos er6tico y ambientacidn caballeresca va- ‘gamente carolingia, ya que se desarrolla en una hipotética corte donde una también hipotética infanta ha quedado prefiada de su amante. el romance nos han Hlegado los siguientes testimonios: 1) El mds antiguo es una cita parcial en el Cancionero musical de Palacio,* que se limita a cuatro octosilabos (véase texto 1), no sabemos si por aplicacién radical del gus- to fragmentista 0, lo que es mas probable, porque es una mera indicacién del incipit de tun romance bien conocida (no se olvide que se trata, precisamente, de un cancionero ‘musical, donde lo que se esti recogiendo es sobre todo una coleccién de cantos con su smisica).* 2) Hay una versién cabal (texto 2) en el Cancionero de romances impreso en Am- bres por Martin Nucio en 1550 (no aparece en la edici6n anterior de ese cancionero s.a., de hacia 1547-48), Se reimprime en las sucesivas ediciones de ese libro (1555, 1568 y 1581) pero, curiosamente, no parece tener mucho éxito, ya que no se incorpora ccon posterioridad a otras colecciones (Silvas de romances, Rosas de Joan Timoneda, tc), pese a la conocida aficién de los impresores a saquear las colecciones de romances impresas por sus colegas. Tampoco se incluye en el Romancero General. 3) Pero sin duda el romance habia circulado antes en pliegos suelo, de los cuales s¢ nos han conservado los siguientes: 3.1) «Sigue se vn romance que dize, / Tiempo es el cauallero: glosado nuewa- ‘mente, E otro que co / mienga essa guirnalda de roses hija quien te la endonara. / Otro por dat lugar al dolor: hechos por Francisco de Lora». Es el pliego nim. 318 del catélo- 0 de Rodriguez Monino (en adelante, RM). que se conserva en la Biblioteca Nacional 5. Aungue no siempre: isso la introduce de minim variants puede resulta revelador ea sti, In mentaidad nus la tenon subyacens: véanse, pr ejemplo os magisralesrabyjs de Di ‘Stefano (198, 1989, 19806, 19924, 1992b) sobre las varantes de dversos romances en fests ani su tcelo ms general (19H), con uta props para plicar la metodlogi del eetica textual al ance) impreso en los Silos de Ore, Como verenoe mis adelante tambign en ls impresiones del romance que ‘etdiremos agus detect igniiatvas varanesextuaes 16, Véase Dato (199092: MP: 86. 7, Néteve qu en ee text el inicio es «Tiempo es, el escudero, Para las poibes cass det cambio be excader por cahaller eis versiones posters, vase Menénder Pil (195311418. 68 (Como St RELEYERON Los ROMANCES de Praga (hay facsimil en Pliegos Praga Il: 76); un ejemplar de lo que parecer ser el mismo pliego esta consignado en el Regestrum de Ia biblioteca de Hemando Colén come adquirido en Medina del Campo el 23 de noviembre de 1524, La glosa de nuestro romance, elaborada por Francisco de Lora, comienza «Lastimado pensamiento..», 3.2) Otra glosa, probablemente posterior, la encontramos en el pliego «Co- ‘miengan ciertos romances con / sus glosas nueuamente hechas: y este primero es Por la ‘matan / ga va el viejo: con su glosa: otra, Que me crece la bartiga y se me / acorta el vestir: con una glosa nucua y muy gentil mejor que otra/ que vino hecha aeste romance con una glosa de Rosa fresca assi/ mesmo nueua y muy graciosa. Ninguna destas glosas trae el nom / bre de quien las hizo porque son de tales personas que huelgan / que se vvean sus obras y se encubran sus nombres» (RM nim. 774). Esté también en la Biblio- teca de Praga (Pliegos Praga II, nim. 70) la glosa en la que se inserta nuestro romance comienza «O, fortuna, que enojada...», 3.3) El mismo contenido que el pliego anterior tiene otro diferente ~difiere, entre otras cosas, en los grabadosque se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (RM nim. 773). 3.4) Tambi nim. 774), 3.5) La misma glosa -aunque con Ia variante «Oh, ventura enojaday~ se inclu yen el pliego «Glosa del romance que dize por la matan/ga va el viejo. ¥ otra glosa que {ize tiempom [sic] /es el cauallero, E otra glasa del romange / que dize. Por vnos puertos arriba mal /ferido va el saluaje>, impreso seguramente en Barcelona ca. 1540 y hoy ilocalizable (RM nim. 885.5). Parecido contenido tenia un pliego de la biblioteca de Hemando Colén, del {que nos ha legado noticia en su Abecedarium y en el Supplementum al mismo (cfr. RM ‘im. 885.3). 3.6) También glosado esté el romance en los «Disparates muy graciosos y / de ‘muchas suertes nueuamente hechos. Y vn apara/to de guerra que hizo Montoro. Y vnos fieros / que haze vn rufian contra otro» (RM nims. 846 y 847), del que hay ejemplares en Ia Biblioteca Nacional de Madrid y en la British Library. Por determinados detalles tipograficos (entre ellos, elementos del grabado que lo ilusra), el pliego parece haberse impreso en Valencia.* La glosa empieza «En danga mil putas viejas» 3.7) Seguramente 1a misma glosa debi6 de incluirse en un pliego con unas Coplas contra las rameras / con otras muchas obras» que describe Bartolomé José Gallardo (véase RM nim. 784) y que est actualmenteilocalizado. tiene i imtico contenido otro pliego de la British Library (RM. El resumen de todo esto es que, ademis de la cita parcial del Cancionero musical de Palacio (exo 1)y de la versi6n del Cancionero de romances de 1550 (texto 2), nues- {ro romance nos ha llegado en tres glosas distintas ineluidas en pliegos del siglo xvi’? 8. Apraderco al profesor losé Luis Cant i observaci sobre lox clementos ipogriios ae apantan ‘sunorgensalencino de este pep. 9 Puoden verse relerneas de a gloss romance publica en piego sls en Piacetin (1981 dm. 133) En Pace (1998, nim. 69), adem de a referencia a versin del Cancionero musical de ro) Patowta Diaz-Mas 4) Lade Francisco de Lora que comienza «Lastimado pensamiento» (ene pliego 3.1 mencionado més arriba es nuestro texto 3) +b) La anénima «Oh, fortuna (ventura, que enojada...» (en Tos pliezos 3.2., 3:3. 3.4 35 arriba mencionados: nuesto texto 4) ©) La también andnima «En danga mil putas viejas» (en los pliegos 3.6. y 3.7 citados: nuestro texto 5). [Ni que decir tiene que cada una de esas glosas supone una relectura del romance, haciendo uso de tonos y registros muy diferentes. Comentémoslas: 4) Bl autor de Ia primera («Lastimado pensamiento») es Franciseo de Lora, de uien sabemos bastante poco: se imprimieron glosas suyas de diversos romances y can- ciones en més de una docena de pliegos sueltos.””Y es autor de una glosa a uno de los _ms conocidos romances cidianos: Biicar sobre Valencia 0 El rey moro que reta a Valen- cia («Ay, Valencia, ay, Valencia»), que comienza «Aquel sol de castellanos / lamado Cid por renombre» y que se imprimi¢ en varios pliegos." en dos de los cuales va prece- dida de una dedicatoria en prosa a un hermano suyo; el tema «valenciano> del romance, algunas referencias de la dedicatoria, como Ia alusi6n a que el moro retador «lle fasta la puerta que agora se dize del Real de Valencia, cerca de la que eran las casas del Cid, Potaco yan glosa de Ferindee de Heredia dela que hablremos mis adelante cope ota gloss en diez estrofas ie empiea sLa fama que Tos heroes! desebre si ener senda» inclu enol Cartopaco de Pedro del Pre par contenida de este manoscritsalmantno de 1547, véae Rogue? Monivo 1949-50: edt a glosa del romance en 1980396298), En nesta abajo aos Himitamos «coments gloss que !garecierom en fuentes impress del silo wv no tomutos en considera por tanto, est sma, que nos hallegado exelsivamente en un manusrto. Domingue Bordona (1958 I: 3 nota) sala ambien qu een tan Cancionero ms, de Ta Biblitecs Nacional hay una goss, seule a don Las Margalit o don Luis de Min de este mismo romance» nica coninasein as variants del romance aunque a0 dal np de a glo; nobemos podid deniiear qué manuscio se refee, que no pede seelCarapaci de Pedr del Pico, yagueéxe perienecs aa iblioteca de Rodriguez Mofino, ho en la Real Academia Espa 10 La romances gloss sone de Melienda insnme, Tem sel walled y uno sobre el Cid 4c que ablremoe contnsacn,Tabicn xe publicaron en pegs canciones villanccon yen, gloss de opi de canciones y alga poeta decircnstacis que super un aldo de clive tpcament coves: “ruego de via sera motejandoa un geil hombre por wala ora muy sbee los ojos 0 sabe que lardaua de hazerle va mesced quel asin promt vos amigos suyosn (para oo esto RM As 08-918, 696 y 885), 1H. Con el nombre de Francisco de Lora, la gla aparece en tes pegs, comservados en Praga, ‘Cracow ya Bibotsea Nacional de Madr (fr RM mis 314, 316) 317) sn nombre del autoen uno de la colecedin Morbecy (RM nm. 1096), Los de Madi y Praga se sponea impeesos por Juande Junta en Burgos ha, 15809 en el de Cracovia se indies fn impress en Granada en casa de Hugo de Mena, ARO der y uinienos 9 setenan, pero a fecha de comprsicin dla lon l romance ha de ser ano todo ‘ete yaque on plop hoy desconocio que conten un pocmacon iso iepitseinclayeenelAbecedarun {la ible de Hernando Coe, y por tao ade Ser america 1540 (cfr. RM nde. 881). En el mismo ‘Abecedarum se menciona una «Gloria de enamorados. en coplas de Francisco de Lora ques supone qe ‘ehis do wer an canconar breve (Rodger Moin 1973: nm. 42)-Por ota pate la misma glos «Agel Sol de easellatonsseuribuye a Francisco Gano de illena Caualeo de Valencian not lego slmpresso Valencia junto molto de Rowell (RM nim. 215: para ode estos dats eas ambign Placentia 1981 tr, 86). Sobre el romance ET moro que rela a lena as glsas de Loa y Gatido, vése tabi Di Stefano (1969-70: 108-119 70 COMO Se RELEYERON Los ROMANCES 1 allt passaron las cosas que el Romance dize» -que parece referirse a una topograi conocid port autor y su dedicatario-y el mismo detalle de que la losa aparea en ott rliego impreso en Valencia aibuida an cabllero valenciano hacen pensar que el nto. no en que se compuso la glosa er a propia Valencia, y que precisamente por eso escoge Lora este romance épico ambientado en la ciudad para dedicéreelo,glosido, as herman. Sen como sea lo que nos interesa aqui esl relectura -yreesritura-que Lora ha- cede Tiempo es, el caballero El poema,en su version del Cancionero de 1550, es unt pico romance-escena, ene cual se nos presenta el dislogo de dos personajes (Ia nfanta Ys amante)sorprendidos in media res, 9 esa partir de es didlogo desde donde el lector (u ‘or del romance ha deimaginarlasituaciény reconstrurlos antecedentes dela histori Aunque, en esencia, a stuacién y el argumento implcito son los mismos, es ob- vio que Lora no glosa la versin del Cancionero de 1950, sino otra distinta. Asi lo demuestra ef diferente orden de los v. 3-10; la omisin en el texto de Lora de os wv 11-12 de la versin del Cancioneroy en éste dela peticion explicta de socorto que st encontramos en Lora 11-12 falta en Lora de fs dos octsilabos finales del Cancione- ro; lam coherente formulacin del v.16 de Lora: y dems de ora variantes meno- res la formulacién hijo soy dl rey de Francia / de fa rina emperatiz» en Lora, donde el Cancionero tae «.. J mi madre es dofa Beatriz» (aunque el nombre propio Beatriz se oplica ala princes en la estrofa 11 del glosa, seal de que probablente Lora tenia presente también una formulaciGn como la del Cancioner). En alsa de Lora, en coplas reales, la accion basda ene ddlogo se conviesteen una pequera obra dramatica, hast el punto de queelimpresorincluye unas acotaciones ue indican la intervenciGn de los personajes («El eavalleron, «La princes sel eavallero). Paralclamente el parlamento inicial de ka protagonista se desarollaen nada me- os que sis estrofas (es decir, lo que en el romance eran doce versos se amplifcan a seseta),convirtiéndose en un auténtico monélogoinroductorio donde no slo caben a descripién de lasituacin de prez y la peticién de auxilio como en el romance), sno también toda una serie de lamentaciones y reflexiones de la princesa, una auténtica ieza de itrospeccién en que la protagonist femenina analiza sos sentimientos, ponde- ‘a su sufrimient, inerepa al amor «falso falaguero», manifiesta sus zozobras en el «fortunoso mar» de suexstenca, expres el dolor quc la «amorosaafficiime produce en su esirt, ruega al amado que atempere ese dolor y (por fn) declara su apuro por la situacin de preiez en que e encuentra, Tanto propia amplifcaciin ~que conviete ct rarlamento dirigido al amante en una pieza de andlisi de los sentimentosarnorosos en boca de una mujer~ como el lenguaje en que se expres y las imagenes uilizadas, co- rectan la glosa con los gusto literarios cortesanos de finales del sig xv y primeras dada del xv, con los motives tépicos y los lich ingtsticos dela poesia cancionei y def narrativa sentimental En la misma linea apunta el dislogo que sigue entre el caballeo ta princess desde el éxico (con expresiones como lumbre de mi vida, tratamientos como restr se fora 0 su excelente seforia y el sigaifcativo uso de I palabra siero en su ya para énionces manida acepcin amoroso-conés) hasta la propia gstuaidad (el eabalero se , otra vez 1 Pavoma Dinz-Mas dirige a la dama las rodillas por el suelo) colocan la relectura del romance en clave de ce tipo de literatura amorosa caballeresca en boga en la corte. La glosa de Lora aporta, ademas, otra relectura del poema: al final -préctica no inhabitual en la poesia de Ia época y, en concreto, en las glosas de romances, se afiade tuna «Dessechan o desfecha, es decir, una composicién breve, agut en forma de villanci- co, que ofrece una versin lirica y condensada del romance al que sirve de terminacién. Bien puede decirse que los poetas de siglo xvi no sélo glosan o contrahacen el romance, sino que con frecuencia lo desfacen en desfechas como ésta, que viene a insistr en el final feliz de la historia después de las zozobras pasadas; bien esté lo que bien acaba: “pues te fue buena fortuna / de tal son, / que te quexas, coragon?>» ) No muy diferente, sino significativamente parecida, es la glosa anénima, tam. bign en coplas reales, que comienza «Oh, fortuna, que enojada>. Nétese que en la mis- ‘ma portada del pliego se alude a una glosa anterior al mismo romance, frente a la cual fa ‘de ahora se presenta como «nveua y muy gentil» y «mejor», insinuando de paso que esté compuesta por alguna persona de calidad 0 de mérito que ha elegido deliberadamente et sanonimato («son de tales personas que huelgan que se vean sus obras y se encubran sus nombres»). Basta leer el texto de esta nueva glosa para imaginar que la «otra que vino hechaa este romance» es precisamente Ta de Francisco de Lora. Es decir, que este glosador ‘wabaja teniendo presente la glosa de Lora que acabamos de comentar y, en ocasiones, siguigndola bastante al pie dela letra ‘Aunque no sigue el texto glosado: la versisn del romance no es ni la del Cancione- ro ni la uilizada por Lora, sino una tercera, donde encontramos variantes puramente verbales («tiempo es de ir de aqui» frente a «..de andar de aqui», por ejemplo), junto a otras mds relevantes: asf abrevia el parlamento inicial de la infanta, que tiene aqui diez ‘ctosflabos en vez de los doce de las otras versiones, omitiendo versos que estén en otras versiones, pero afadiendo otro («vergienga he del rey mi padre / de lo que dit de ‘mi») que no encontramos ni en Lora ni en el Cancionero, Donde si que ha tenido el glosador presente el poema de Lora es en Ta estructura y cen buena parte de los motivos y formulaciones. El romance dialogado se desarollaen la ‘losa en una especie de pequetia obra dramitica, como hacfa Francisco de Lora, aunque ‘aqui no encontramos explicitamente indicadas las acotaciones cuasiteatrales (responsa- bilidad, por otra parte, de los impresores mas que de los autores); la glosa tiende a con- vertir el parlamento inicial de Ia princesa en un mondlogo lamentoso de una mujer ‘enamorada, en la misma Iinea y con Tos mismos tpicos y clichés verbales que Ia de Lora. Es precisamente en algunos de estos clichés donde se trasluce hasta qué punto el nuevo glosador tiene presente la glosa de su predecesor: el inicio «Oh, fortuna...» (1a) recuerda el «;h qué fortunoso mar!» de Lora (2a), aunque el nuevo glosador elimina la ‘metéfora naval desarrollada por éste; «qué haré, desventurada?» (1c) evoca el «zqué serd de tu ventura?» de Lora (1b); el «triste de mi...» (2a) se parece al «stan triste mi dolor...» de Lora (3a); la expresién «conocer tierra estraflas» la encontramos en el ver- 0 3e de ambos poemas, rimando en los dos casos con entraftas (3b); y, en Ia misma estrofa, «que aunque lo quiero encubrin»/«no te la quiero encubrit» (32); en la estrofa 4, n (Como SE RELEYERON Los ROMANCES ambas glosas mencionan el dolor y el corazén; la invocacién a la muerte por parte de la princesa aparece en la estrofa 8 de la nueva glosa y la 9 de Lora: y en 9a encontramos laapelacidn al

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