Está en la página 1de 1

El nacimiento de la Luna y el Sol Ficha del alumno 2

Leyenda colombiana

Cuenta la leyenda… que hace mucho tiempo, los arhuacos


vivían en la Sierra Nevada de Santa Marta en la más completa
oscuridad. No existía la luna, ni tampoco el sol. Un día, una joven
arhuaca dio a luz a dos criaturas maravillosas: de sus cuerpos
salía un fuerte resplandor. La mujer tenía miedo de que le
quitaran a sus hijos y se escondió en una casita apartada y cerró
la puerta para no ser vista. Pero el resplandor era tan fuerte que
se filtraba por la puerta e iluminaba todo el poblado.

Los habitantes en seguida lo vieron y, curiosos, siguieron la luz


hasta la casita donde se escondía la mujer con sus dos hijos.
Llamaron a la puerta, pero nadie les abrió. Después de insistir
una y otra vez sin obtener respuesta, hicieron un nuevo plan.
Volvieron al poblado y cogieron flautas, tambores, caracoles…
todos los instrumentos que encontraron. De nuevo, delante de
la casita, tocaron una melodía muy bella y cautivadora. Cuanto
más fuerte tocaban, más brillaba el interior de la casita. De
repente, escucharon el sonido de la puerta al abrirse. El niño,
que se llamaba Yuí, resplandecía frente a la gente escuchando
la música. Dos de los arhuacos aprovecharon el momento y
se lanzaron sobre él para capturarlo. Pero Yuí fue muy rápido
y consiguió escapar volando hasta el cielo. Justo entonces, su
hermana Tima se asomó por la puerta, brillando. De nuevo, los
arhuacos intentaron capturar a la criatura. Esta vez cogieron
ceniza y se la tiraron a los ojos, pensando que así no podría
huir. Pero Tima salió volando y llegó hasta donde estaba su
hermano, arriba en el cielo.

Y desde ese momento, Yuí, convertido en Sol, se encarga de


darle luz al mundo y Tima, la luna, ilumina las noches con su
resplandor plateado.

campus.difusion.com
© Difusión, Centro de
Investigación y Publicaciones
de Idiomas, S.L. 2022

También podría gustarte