Cuando yo era pequeña, no existía el fin de semana: sólo existía el domingo por la
mañana. Nos endomingaban, nos llevaban a misa de doce y pasábamos después por
la pastelería de la esquina, y ahí se acababa la fiesta. Hoy día la mitad de la vida es
una especie de domingo por la mañana, estirado al máximo, llamado fin de semana.
Hay una moda fin de semana, unos restaurantes fin de semana, unas discotecas fin de
semana, unos amigos fin de semana, una gastronomía fin de semana.
El viernes es el día de las copas; el sábado, es del amor, y el domingo, el de la familia.
El viernes por la noche triunfa el encuentro con los amigos, el local de moda y el bar
íntimo.
Al sábado amoroso sigue el domingo relax. Las personas se levantan tarde, porque el
domingo hay que volver a ponerse en forma.
El domingo es el día de la pereza, la lectura, el vídeo, las cartas, las sesiones
continuas de televisión y el vicio maravilloso de la gastronomía, cada vez más de
moda en familia.
Y no hablo del espeluznante tema del lunes por no amargarle el día.
2. Según la autora, ¿antiguamente había mucho qué hacer los domingos? Justifica
con palabras del texto.
Sí, según la autora: “nos llevaban a misa de doce y pasábamos después por la
pastelería de la esquina”.
3. La autora dice que hoy día la mitad de la vida es un fin de semana. ¿Estás de
acuerdo? Justifica tu respuesta.
Sí, aunque la vida sea un poco apresurada, depende de nosotros disfrutar los momen-
tos como si fueran fines de semana.
ETEC ILHA SOLTEIRA/SP – ESPAÑOL – FEBRERO/2020
4. ¿Sabes qué es gastronomía? ¿Qué quiso decir la autora con “una gastronomía fin
de semana?
En ese caso, la gastronomía serían las comidas “típicas” que se elaboran los fines de
semana.
Lee el texto y después contesta a las preguntas de 01 a 04, de manera clara, directa y
en español:
¿Va Usted todavía por allí?
Simón Camino tenía muy mala memoria para recordar caras. Esto le ponía a
veces en aprietos. Un sábado por la mañana. Camino fue de compras al
supermercado. Mientras esperaba en la cola para pagar, un señor de aspecto amable
le sonrió desde la cola de al lado.
-¡Hola, qué tal, amigo! – saludó aquél.
Camino contestó con la misma cordialidad y extendió la mano al hombre.
- Ya no le veo por el Círculo – dijo Camino.
- ¿Por dónde?
- Por el Círculo Mercantil.
- Yo no he estado nunca en ese Círculo, señor.
- ¡Cómo! Yo le he visto muchas veces allí, hemos hablado y hasta hemos
jugado juntos al billar.
- Imposible.
- ¿Pero, no es usted el antiguo capitán de barco?
- No, señor.
- ¡Pero usted me conoce a mí!
- ¡Claro, y usted a mí! Nos vemos todos los días desde hace más de treinta
años.
- ¿Todos los días
ETEC ILHA SOLTEIRA/SP – ESPAÑOL – FEBRERO/2020