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La libertad de expresión de unos pocos

Actualmente en nuestro país muchos han sido los personajes públicos, —incluidos aquí
políticos, periodistas y famosos— los que han declarado que la libertad de expresión peligra en
España, que existe una censura de sus voces por parte de una ideología progre predominante en todas
las esferas1. Al mismo tiempo, muchos periódicos y diarios son los que se han excedido en la
denuncia de la apertura de debates sobre el derecho a la vivienda, el racismo dirigido hacia los
emigrantes y las políticas de austeridad de la Unión Europea 2. Es por esta razón que lanzamos la
siguiente pregunta: ¿Existe algún límite a la libertad de expresión en nuestro país? ¿o, es esto tan
sólo una concepción errónea de unos pocos carcas muy tercos?
La manera de entender la libertad de expresión de estas personalidades se podría resumir en
tan solo una frase: ‘tengo derecho a ofender a quien me plazca’ 3. Esta creencia nace de un
sentimiento que mantienen estas personas que ellas mismas pueden expresarse de la manera que
ellos quieran sin que esto acarree repercusión alguna. Es más, normalmente los políticos y
periodistas que expresan esta opinión no son personas denunciando la verdad al poder, sino
miembros del mismo establishment del país: Santiago Abascal cobraba 83.000 euros anuales ya por
el año 2013 gracias a la “solidaridad” del Partido Popular madrileño a la hora de financiar con dinero
público su fundación/chiringuito; El periodista Eduardo Inda recibió en el año 2015 un préstamo
público en condiciones muy ventajosas de unos 300.000 euros para montar Okdiario; Iván Espinosa
de los Monteros, aparte de ser hijo de un marqués también tiene raíces franquistas, siendo uno de sus
antepasados, Eugenio Espinosa de los Monteros, el hombre que organizó la represión de la ciudad de
Madrid tras haber sido tomada en 1939 y que, años después, desempeñaría el puesto de embajador de
España a Alemania entre los años 1940-19414.
Conclusión, aquellos que en la actualidad se han postulado a favor de la libertad de
expresión, no la defiende por lo que es, un derecho útil que permite a las personas más
desfavorecidas denunciar la realidad material con la que lidian día tras día, sino, la defienden como
un derecho que les permite decir auténticas barbaridades sin objeción alguna por las personas a las
que insultan con sus palabras.

Leyenda
En azure pálido, el exordio.
En verde menta, los conectores.
En naranja azafranado, el planteamiento.
En rojo mandarino, los argumentos (posteriores al exordio y el planteamiento).
En azul cantabrigense, los ejemplos.
En amarillo meloso, la tesis

1Argumento de generalización indiscutible.


2 Argumento basado en valores.
3 Argumento basado en valores.
4Argumento de ejemplificación.

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