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señales no verbales

La comunicación verbal es todo lo que expresamos a través de las palabras, mientras que la
comunicación no verbal es la información que transmitimos a través de los gestos y el lenguaje
corporal. Aunque no lo parezca, y según la investigación del antropólogo Albert Mehrabian, las
palabras representan solo el 7% de la comunicación, mientras que el 55% se destina a la
comunicación corporal (movimientos y proyecciones del cuerpo) y el 38% a la comunicación
paraverbal. (por ejemplo, la entonación) omitida.

La importancia de la comunicación no verbal llega tan lejos que incluso puede cambiar la
percepción de toda una conversación, como ocurrió en el primer debate televisado de la
historia. El 26 de septiembre de 1960, John F. Kennedy y Richard Nixon debatieron por primera
vez en la televisión estadounidense. Quienes pudieron ver el debate por televisión declararon
ganador a Kennedy, mientras que quienes lo escucharon por radio confiaban en que Nixon era
el ganador.

En realidad, Nixon no aceptaba maquillaje y su rostro estaba tan pálido frente a las cámaras
que parecía enfermo. Kennedy, por su parte, cuidó mucho su aspecto, lo que le permitió estar
un paso por delante desde el primer minuto, gracias también a un lenguaje corporal que
destilaba seguridad y compostura.

El reciente cambio de presidencia en Estados Unidos es también un claro ejemplo de la


importancia de la comunicación no verbal, como se explica en Nonverbal Analysis: Joe Biden's
Deepest Moment in His First Presidential Address. El análisis muestra que Biden emana calma
y compostura a través de su lenguaje corporal relajante.

Tres ejemplos de grandes comunicadores

Como se mencionó al comienzo de este artículo, algunas de las líderes más influyentes como
Angela Merkel, Jacinda Ardern y Christine Lagarde tienen algo en común: han demostrado en
diversas situaciones que dominan la comunicación verbal y no verbal. Cada una de ellas tiene
un estilo diferente, pero las tres son claros ejemplos de liderazgo femenino.

Angela Merkel: 16 años en lo más alto La canciller alemana Angela Merkel se ha convertido en
una de las mujeres más influyentes de la historia reciente. Después de 16 años al mando,
emprende un viaje extraordinario; no solo en Alemania sino también en Europa, lo que le ha
valido ser considerada por muchos como la líder del continente en los últimos años. Sus
habilidades de comunicación verbal y no verbal tienen mucho que ver con su imagen de
liderazgo. Su fuerza, determinación y seguridad son algunas de sus cualidades más conocidas.
Además, su neutralidad y claridad en la transmisión de sus ideas, así como una postura rígida,
le permiten afirmar su posición de liderazgo de manera contundente. Su discurso tranquilo y
deliberado, acompañado de un lenguaje corporal apropiado, le permitió ganarse en repetidas
ocasiones la confianza de los votantes alemanes, quienes veían en ella una política segura de
sus decisiones y sabiendo cuál era el camino correcto para los intereses nacionales. . Jacinda
Ardern: un ejemplo de inteligencia emocional La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda
Ardern, es otro ejemplo de cómo debería ser un líder del siglo XXI. Durante la crisis del
coronavirus volvió a demostrar sus dotes políticas. Jacinda tomó medidas como recortar su
salario hasta en un 20% y fue la primera en dar ejemplo de cumplir con las estrictas medidas
para combatir el virus Covid-19. Estos gestos la han convertido en una de las mejores líderes
internacionales de nuestro tiempo, al igual que sus discursos centrados en la unidad y la
empatía, y su gran dominio de la comunicación no verbal. Su estilo fresco y moderno se aleja
de los discursos políticos tradicionales, lo que la acerca a la ciudadanía y le permite ganarse su
confianza. Es natural, extrovertida y no tiene miedo de ser vulnerable y humana con los demás
cuando es necesario. Su mensaje es cercano y lleno de inteligencia emocional, y se muestra
más severa o más comprensiva según la situación. La Primera Ministra de Nueva Zelanda
domina a la perfección las técnicas modernas de liderazgo: honestidad, transparencia, acción
decisiva y comunicación no verbal abierta, lo que le permite llevar su mensaje al mundo.

Christine Lagarde: el poder del carisma

Christine Lagarde es uno de los ejemplos más fuertes de liderazgo femenino en el siglo XXI.
Después de convertirse en la primera Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional
(FMI) en 2011, ahora enfrentaba un nuevo desafío como la primera mujer Presidenta del
Banco Central Europeo (BCE): unir a un BCE que estaba profundamente dividido; algo que ha
logrado hacer gracias a su posición tranquila y carisma.

"Aprieta los dientes y sonríe" es uno de los dichos más famosos de Lagarde. Lo aprendió
durante su etapa como nadador sincronizado, lo que sin duda moldeó su actitud. Entre sus
valores más arraigados se encuentran la voluntad, el compromiso y la disciplina, que expresa
en cada uno de sus discursos.

Otra característica de su comunicación no verbal es su cuidado aspecto, que le permite


transmitir un carisma muy fuerte. Junto con su determinación, esto lleva a que las decisiones
económicas más difíciles sean comprendidas y aceptadas por la confianza que infunde.

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