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SEMESTRE 01
2021
Introducción
Conocer la Teoría General del Estado es muy importante porque gracias a esta ciencia,
podemos entender: la naturaleza, el origen, la evolución, los tipos de Estado que han
existido, el desarrollo del ser humano, y cómo se ha ido transformado hasta nuestro
entorno actual.
El ser humano no puede vivir aislado, es social por naturaleza propia, y ello lo obliga a
agruparse formando la sociedad que se rige bajo normas y leyes, dando origen
al Estado.
Los Estados, que surgen junto a la sociedad y al ser humano, como pensaba Rousseau
(1721-1778), son la organización más trascendental que demuestra el intelecto de los
hombres, ya que toda su organización es compleja y extensa, pero a su vez es
armoniosa y ordenada, puesto que son los Estados, los que junto al derecho y a
la política direccionan la voluntad del ser humano.
Será necesario, entonces, realizar nuestro análisis de la ciencia política bajo la idea de
ser el arte de gobernar, y con ello, la necesidad de la institución del Estado como
mecanismo de desarrollo de esta actividad.
Por ello, el estudio de esta unidad representa una base doctrinaria en la formación de
los estudiantes de la licenciatura en Derecho, debido a que una de sus actividades
profesionales está encaminada al análisis de los fenómenos que se presentan en la
sociedad, a través del marco normativo establecido por el Estado, y a su posterior
regulación, con el fin de establecer reglas de orden para una vida social en armonía, ya
que el Estado es un producto de la cultura y es una obra de la sociedad construida para
su servicio.
(1) Estado
Objetivo particular
Temario
La teoría general del Estado nos permite conocer las diferentes organizaciones
sociales que han existido y cómo se han ido transformando o cambiando a través del
tiempo, se conocerá el pensamiento de diversos filósofos como Hermann Hegel, quien,
en Alemania, a mediados del siglo pasado dio origen al surgimiento de Algemeine
Staatslehre lo que se traduce como teoría general del Estado, sin embargo a partir de
los estudios de Heller en 1930, se le suprimió la palabra general por considerar que no
era posible que una ciencia tuviera la objetividad universal para poder explicar la
magnitud del Estado por lo que se redujo el término sólo a teoría del Estado.
El conocimiento científico del Estado según Adolfo Posada (1935: 22) debe ser
reflexivo, objetivo, metódico y sistemático, a fin de poder interpretar los fenómenos
políticos.
¡Importante!
Es conveniente señalar que los hechos naturales se distinguen de los fenómenos
sociales en que, en los primeros los efectos están sometidos a leyes generales,
pudiendo ser comprobados mediante ellas, pero en los hechos de naturaleza histórica
o social acontece de manera diferente, porque es imposible evaluar, contar, y medir al
individuo por completo en todos los fenómenos sociales, como también resulta
imposible un conocimiento de las leyes de su actividad. No existen resultados sociales
para un determinado género, sino es algo que existe sólo una vez y no vuelve a
repetirse de manera igual de la misma forma, tampoco se repiten los individuos porque
cada uno es único e irrepetible.
La teoría general del Estado nos permite adentrarnos en los aspectos esenciales que
conforman la construcción del concepto Estado, que de manera general aplica a
cualquier experiencia o modalidad de organización de sociedades políticamente
estructuradas, con asiento permanente en territorio delimitado en sus fronteras,
además de que dichas sociedades cuentan con un régimen legal en el que se establecen
las facultades o atribuciones de los órganos de gobierno, los límites en el ejercicio de
dichas facultades frente a los derechos de los ciudadanos, y los derechos y o garantías
que éstos tienen para lograr un desarrollo integral tanto en lo individual, como en lo
colectivo.
Aunque para algunos podría no serlo, tenemos como segundo dato o elemento de
reflexión el espacio físico en el que se asienta la sociedad humana, pues aun cuando en
la actualidad se tienen formaciones sociales que no están asentadas en un
mismo territorio (como las comunidades cibernéticas), el Estado necesariamente se
asienta en este elemento, pues es el lugar en donde residen las personas que lo
conforman.
Definamos...
“El Estado es una sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde,
estructurada y regida por un orden jurídico, que es creado, definido y aplicado por un
poder soberano, para obtener el bien público temporal, formando una institución con
personalidad moral y jurídica” (Porrúa, 2016: 26-27).
Inmersa en el fenómeno del Estado tenemos a la política, como una actividad que tiene
su expresión fundamental en el funcionamiento de aquél, por ello ambos conceptos se
encuentran íntimamente relacionados, en un marco de instituciones jurídicas que
permiten su sana convivencia.
La teoría del Estado, no puede comprenderse como una simple “ciencia de hechos”, en
primer lugar porque la “realidad del Estado” posee componentes normativos; y en
segundo término porque una comunidad sólo puede concebirse como una estructura
de conducta orientada con sentido en especial guiada por normas.
En este sentido, el derecho es esencial al Estado, no es posible tener un conocimiento
pleno del mismo, sin tener a la vez un conocimiento de su naturaleza jurídica.
Para identificar con claridad la naturaleza de la teoría general del Estado, es necesario
distinguir su objeto de estudio, de tal suerte que si el Estado se percibe en su
existencia cotidiana, a través de sus datos esenciales, su objeto necesariamente se
identifica con los principios que le dan vida y que son denaturaleza social o colectiva.
Jorge Jellinek (1954: 181-188) señala que hay maneras posibles de concebir al Estado
como objeto de derecho, como relación jurídica y como sujeto de derecho.
Objeto de derecho.
Implica un sujeto conformado por el conjunto de hombres que dirigen al Estado, pero
el pueblo no puede ser considerado como objeto ya que es sujeto, por lo que esta
concepción no puede explicar por sí misma el derecho.
Relación jurídica.
Señala que en el Estado se observan relaciones entre gobernantes y gobernados,
existiendo relaciones de dominación, pero el Estado no comprende una relación de
dominio sino una multitud de ellas. El error de esta doctrina es que no señala de dónde
procede la relación jurídica del Estado, porque toda relación jurídica necesita de
normas que la regule, lo que supone la existencia de un poder sobre los miembros, del
cual nacen estas normas, por lo que el orden jurídico estaría sobre el Estado.
Al respecto, las teorías del Estado, pueden ser individualistas o colectivistas. Las
individualistas consideran al individuo como lo único realmente existente; pero la
posición puramente individualista ha fracasado porque no concibe al Estado como una
unidad colectiva.
En otras palabras “El objeto central de la teoría del Estado es el estudio del conjunto
de instituciones estatales, normas y procedimientos a través de los cuales se
manifiesta el poder público” (Rivera, 2013: 1).
Para Heller en “la teoría del Estado se propone investigar la específica realidad de la
vida estatal que nos rodea. Aspira a comprender al Estado en su estructura y funciones
actuales, su devenir histórico y las tendencias de su evolución” (2002: 21).
En este sentido, la Teoría del Estado nos permite identificar los aspectos constantes
que se dan en cualquier organización estatal, en donde convergen los elementos
sustanciales de lo que se entiende en términos generales como Estado.
En el ensayo titulado “La Teoría del Estado como disciplina académica. Su naturaleza
epistemológica. Su función actual”, González Uribe (1980) atrae el concepto
de teoría contenido en el diccionario del filósofo alemán Walter Brugger, en sus
diferentes sentidos:
En este sentido, la teoría es una suposición pragmática, por lo tanto, no está dispuesta
a aceptar algo como un todo, puede irse adaptando, modificando o enriqueciéndose,
es algo que se está estudiando y actualizando constantemente.
En este sentido, al decir que la teoría política es una reflexión congruente lógica y
sistemática, es inevitable remitirnos al concepto de metodología. Y al hablar de ésta,
algunos científicos de las ciencias naturales y sociales hacen referencia a la aplicación
del método, y utilizan ambos términos en forma sinónima. Sin embargo,
el método constituye el objeto de estudio de la metodología, y una rama de ésta es
la metodología política.
Definamos…
Método y método científico
Entendemos al método como una sucesión de pasos encaminados y ligados entre sí que
buscan un fin determinado, mientras que el método científico “es la actividad científica
deliberada y reflexiva para conseguir el conocimiento de la naturaleza y de la sociedad” (Cruz,
Ochoa y Robles, 2007: 38).
El método científico está compuesto por los siguientes componentes del proceso de
forma general:
La metodología puede comprenderse como la ciencia del método que hace un estudio
crítico del mismo. Así, la metodología política puede definirse como…
Definamos…
Metodología política
“Una disciplina social que estudia la aplicación de los métodos de conocimiento a los diferentes
ámbitos de la política, o también que es una rama o derivación de la metodología en general
(estudio de los métodos), cuyo campo de aplicación se restringe a la política” (Cruz, Ochoa y
Robles, 2007: 42).
Existen múltiples métodos que la ciencia política utiliza para analizar su objeto de
estudio. Tantos métodos como profundas diferencias existen entre los politólogos
para analizar los fenómenos políticos. Derivado de esto, la ciencia política se auxilia de
diversos métodos, entre los que destacan: la teoría
normativa, el institucionalismo, el conductismo, la elección racional, el feminismo y
el análisis de discurso.
Los métodos jurídicos tienen por objeto conocer la doctrina jurídica del Estado y la
evolución que ha tenido, para lo cual se analizarán los siguientes métodos:
Histórico
Deductivo
Inductivo
Documental
Otros
Histórico
El Estado tiene una existencia histórica. Su origen y desarrollo se conocen por medio
del método histórico.
El método histórico es una disciplina que se aplica sobre la descripción de los hechos
históricos y el tipo de análisis científicos necesarios a nivel general para explicar los
hechos; tiene como objetivo el estudiar cuál es el método del proceso de investigación
en la ciencia histórica y así identificar patrones que sean regulares y las causas
generales que hay en los procesos históricos.
Deductivo
Se conoce comúnmente porque es el pensamiento que va de lo general a lo particular,
para que la conclusión sea verdadera debe ser verdadera la premisa general.
Inductivo
Partimos de una premisa particular para concluir en una general, para que la
conclusión sea verdadera los estudios particulares deben tener una ley común.
Observación: Mirar algo con mucha atención para conocer las características
de su comportamiento.
Hipótesis: Suposición de un hecho o fenómeno que sirve de base para la
investigación.
Experimentación: Estudio de los fenómenos o hechos planteados en la
hipótesis.
Generalización: Determinación de la ley general a fin de determinar las
características, y relaciones universales de ciertos fenómenos.
Documental
El método documental se basa en el estudio de documentos, siendo estos una prueba
escrita, que registra o ilustra un hecho para el conocimiento de la verdad; cabe
mencionar que existen diferentes fuentes documentales que nos sirven para llevar a
cabo este método.
Es importante saber que el derecho, por supuesto ha recurrido a este método, ya que
ha tenido que basarse en documentos del pasado como el Código de Hammurabi o
todos aquellos del derecho romano (el cual es la cuna del derecho) para poder
desarrollar su estudio.
Otros
En este apartado, se harán mención de dos métodos más, los cuales son:
Para entender al Estado desde un punto de vista del conocimiento científico, existen
varias disciplinas que se encargan de estudiarlo y a continuación nos referiremos a
ellas.
La política ha existido siempre porque donde existen los hombres, existe la sociedad,
y donde existe una sociedad, resulta indispensable que exista una organización, fruto
de ella misma, de decisiones vinculantes. De ahí que Aristóteles conceptualizara al
hombre como un zoonpolitikón y con ello expresara la concepción griega de la vida, es
decir, la manera como calificaba al ciudadano griego de esa época que vivía en
sociedad, una concepción que hacía de la polis la unidad constitutiva y la dimensión
completa de la existencia humana.
Así, debe señalarse que la política se encuentra en todos los ámbitos de la vida
económica, social y cultural, en el dominio de lo público y de lo privado, que entraña
enfrentamiento y colaboración entre los individuos por la adquisición del poder,
además de que refleja la estructura de la sociedad. En este sentido, podemos decir lo
siguiente:
Definamos...
Ciencia política
“Es la disciplina que estudia, mediante un método científico, los fenómenos referidos
al poder político, al Estado y a las relaciones que se establecen entre éste y la sociedad,
así como a las formas de organización y representaciones políticas” (Cruz, Ochoa y
Robles, 2007: 20).
Para que ésta estudie, analice y reflexione de mejor manera acerca de los fenómenos
políticos, se divide en ramas y subramas de disciplinas políticas fundamentales,
especiales y auxiliares.
Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para
desplegar la información correspondiente.
Fundamentales
Estudian diversos aspectos de los hechos políticos.
Corresponden a la filosofía política, la historia política y la ciencia política.
Especiales
Estas disciplinas se ocupan de aspectos parciales del Estado.
Algunas forman parte de la teoría del Estado, como la teoría de las formas de gobierno
o la teoría de la Constitución.
Otras estudian algunos componentes del Estado, como el derecho político,
la economía política, la sociología política o la pedagogía política.
Auxiliares
Estudian algunos de los elementos integrantes del Estado:
La política aplicada se refiere a los puntos de vista adoptados por el Estado frente a
los diversos problemas sociales que enfrenta y que implican la adopción de
determinadas decisiones. Así, puede hablarse de política económica, política social,
política internacional, políticas públicas, etcétera.
¡Importante!
En un concepto amplio, la política y lo político se vinculan a todo tipo de poder
organizado, en donde las actividades humanas están perfectamente delimitadas de
mando y obediencia, de autoridad y de consentimiento, etcétera. Lo político nos
remite a los conflictos emanados del sistema de diferencias inherentes a una sociedad,
y la política denota el sistema institucional que se produce en cada orden social para
controlar los conflictos, así como las acciones cuyo sentido depende o remite a dicho
sistema.
La teoría del Estado pretende desentrañar los datos fundamentales que como
principios son permanentes y exclusivos a dicha formación social o colectiva, en donde
destaca en primer término el elemento humano, en tanto las personas tenemos la
necesidad de unir nuestros esfuerzos para el logro del bien común en un plano de
convivencia equitativa.
Bibliografía
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Cruz Gayosso, Moisés, Ochoa Hoffmann, Alfonso y Robles Vázquez, Jorge, Teoría
general del Estado, México, IURE Editores, 2007.
González Uribe, Héctor, Teoría política, México, Porrúa, 1992.
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2000.
Porrúa Pérez, Francisco, Teoría del Estado, México, Porrúa, 40.ª ed., 2011.
Posada, Adolfo, Tratado de Derecho Político, España, Librería Suárez, 1935.
González Uribe, Héctor, “La Teoría del Estado como disciplina académica. Su
naturaleza epistemológica. Su función actual”, en Revista de la Facultad de Derecho de
México, México, núm. 115, enero-abril de 1980, t. XXX, disponible
en https://bit.ly/2NV2v5c, consulta: 11/03/2019.
Jellinek, Georg, Teoría General del Estado, trad. de Fernando de los Ríos, México, FCE,
2000, disponible en https://bit.ly/2TwS7a0, consulta: 11/03/2019.
Juárez Jonapa, Francisco Javier, Teoría General del Estado, México, Red Tercer
Milenio, 2012, disponible en https://bit.ly/2DArN6c, consulta: 11/03/2019.
Perícola, María Alejandra, “El objeto de estudio de la Teoría del Estado” en Revista
sobre enseñanza del Derecho, Argentina, año 11, núm. 22, 2013, disponible
en https://bit.ly/2T0L0S2, consulta: 11/03/2019.
Pérez Porrúa, Francisco, Teoría del Estado, 39.ª ed., México, Porrúa, 2005, disponible
en https://bit.ly/2F3derq, consulta: 11/03/2019.
Prado, Gerardo, Teoría del Estado, 11.ª ed., Guatemala, Serie Praxis-Ediciones
Renacer, 2012, disponible en https://bit.ly/2HobdrD, consulta: 11/03/2019.
Universidad Americana Latina, Objeto de la teoría del Estado, elaborado por la
Universidad Americana Latina, México, s. f., disponible en https://bit.ly/2ERGmAN,
consulta: 11/03/2019.
Imágenes
Para recordar…
Ejercicio 1. El Estado
Falso o verdadero
Hemos visto qué es la teoría del Estado, así como los métodos que colaboran para su
estudio y las disciplinas que contribuyen a ellos, sin embargo, para partir a lo general,
es necesario estudiar lo particular, en este caso entender qué es la teoría y qué es el
Estado, para entonces lograr un mayor análisis de lo que es la teoría del Estado.
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Introducción
(1) Civilizaciones
Objetivo Particular
El alumnado reconocerá la importancia de las formaciones políticas como
antecedentes a la formación del Estado, las características de cada una de ellas, que
permitan comprender las teorías que dieron origen y fundamento al Estado
contemporáneo; y aplicar las diversas tesis sobre la razón de Estado.
Temario
(2) Faraón
Grecia
¿Sabía que?...
Dentro del periodo presocrático podemos encontrar a pensadores como Heráclito,
Heródoto, Protágoras, Gorgias, Trasímaco, Pericles y Tucídides, en cuyas obras se
encuentran algunas referencias sobre el estudio de la política y la idea de la
democracia en Atenas.
(4) Sócrates
Por otro lado, de acuerdo al pensamiento platónico, el ser humano es un ser social, por
lo cual ninguno puede mantenerse aislado, pues esto ocasionaría no llevar una vida
normal. De hecho, en su obra La República, Platón señala que el hombre sólo puede
vivir en una sociedad organizada, lo cual es base para su propuesta acerca de un Estado
basado en ello y en la ética, siendo representado por la Ciudad-Estado, de acuerdo a
los griegos.
(4) Platón
Platón buscaba determinar la verdadera naturaleza del Estado y su real función, por
ello destacan las siguientes ideas:
Ciudadanos
Debe haber una equivalencia entre la moral y los principios de justicia, para
ciudadanos, así como para el Estado, los cuales suponen hacer felices a todos.
Estado
Platón estaba interesado en el estudio de lo que deberían ser todos los Estados, lejos
de enfocarse en uno en particular, por lo cual en su obra propuso un Estado ideal que
funge como modelo a imitar por todos los Estados.
Gobernantes
El arte de gobernar debería ser manejado por todos los gobernantes de un Estado
ideal, así como acerca de lo que tendría que hacer, pues de lo contrario, podría llevar
al Estado y a sus ciudadanos al fracaso.
Filosofía
Esta posibilita que los gobernantes consideren qué es lo mejor para la sociedad y para
los ciudadanos; por ello, los filósofos son las personas más calificadas para gobernar y
evitar a los malos gobernantes. También son filósofos aquéllos que tienen el poder y
que se convierten en verdaderos filósofos.
Para Aristóteles, la Ciudad–Estado tiene el fin de lograr el bien más alto del hombre,
su desarrollo moral y su educación. Así, la política y la ética se encuentran en estrecha
relación.
¡Importante!
En su obra La Política, señala que el Estado tiene como base a la familia, pues ésta
cubre las necesidades cotidianas de sus miembros. Se constituye una aldea cuando se
agrupan varias familias con la intención de abastecer al grupo, y cuando esta aldea se
expande y forma una comunidad, se convierte en una Ciudad-Estado capaz de
bastarse a sí misma casi por completo.
La educación poseía una gran importancia para Aristóteles, por lo que consideraba que
debía estar en manos del Estado. Señalaba que la educación del cuerpo es la primera
educación, siendo la más importante la moral, puesto que los ciudadanos deben ser
formados primero como soldados y posteriormente como gobernantes o magistrados.
Consideraba que mientras el Estado fuera sano y moral, de él surgirían individuos
sanos y morales también, estando las medidas políticas orientadas hacia la paz
(González González, 2008: 167–190).
(6) Aristóteles
Con el paso del tiempo la idea de Ciudad-Estado se fue perdiendo, especialmente con
el Imperio de Alejandro Magno (356-323 a. C.). En el pensamiento de este periodo
encontramos a los cínicos, corriente de la cual se desprendieron los epicúreos y
los estoicos.
Roma
Roma se fundó por Rómulo y Remo el 21 de abril del 753 a. C. Aquí encontramos las
figuras de Polibio y Cicerón, los representantes del pensamiento político en la Antigua
Roma.
(9) Polibio
Polibio fue un historiador griego que estudió la historia romana y que analizó los
principios que le dieron estabilidad y eficacia a la Constitución romana. Basó sus ideas
en la clasificación aristotélica de los regímenes políticos:
Pulse en las áreas que se marcan como sensibles para visualizar la información.
Formas de gobierno
Polibio consideraba que el poder y la estabilidad de Roma, así como el éxito de su expansión
imperial, podía ser explicado con base en las características estructurales de la Constitución
romana, pues ésta combinaba y armonizaba las tres formas puras.
Aristocracia
Asimismo, Polibio sugirió que las diferencias entre ellas son externas e institucionales,
más no de principios, además de que representan modos de resolución de conflictos
de fuerzas. De acuerdo con su análisis de casos, concluyó que estas tres formas son
inestables debido al antagonismo de las otras dos, ocasionando en realidad que
tiendan a sucederse cíclicamente.
Aproximadamente 100 años después de Polibio, apareció Marco Tulio Cicerón, que
introdujo en su obra De la República (55 a. C.) los elementos justicia y derecho como
parte importante en la forma de gobierno.
“Un gobierno justo es aquel que se gobierna bajo el imperio de la ley, la cual está regida
bajo el derecho natural que son aquellas características que están inscritas en los
hombres por propia naturaleza y por propia razón” dicen Cruz, Ochoa y Robles (2007:
102 y 103) al explicar los postulados de Cicerón. Es así que Cicerón encontró al
individuo participando de la ley natural para así poder vivir en sociedad.
(10) Marco Tulio Cicerón
El cristianismo
Esta concepción fue de la mano con el Edicto de Milán (313 d. C.) de Constantino, que
concedió la libertad de culto a los cristianos, y con los Decretos de Tesalónica (380 d.
C.) de Teodosio en los que se proclamó la religión católica como religión del Imperio
romano.
Junto con la decadencia del Imperio romano, los primeros padres de la Iglesia,
como San Agustín, establecieron los dogmas religiosos que habrían de regir a la
Iglesia y que repercutieron a lo largo de la Edad Media. De acuerdo con dichos dogmas,
desarrollaron sus propias concepciones políticas y junto a ellos hubo también algunos
autores laicos. De entre todos nos referiremos a los más destacados.
San Agustín
En su obra La ciudad de Dios, expuso que el Estado no es obra diabólica, sino que
surge de la necesidad de la naturaleza humana. El Estado como instrumento tiene sus
raíces en el pecado original ya que en el estado de inocencia no es necesario, pero el
Estado no puede ser justo a menos que sea cristiano. Por lo que, la ley humana debe
estar en función de la ley natural que se encuentra en los corazones de los hombres
dada por Dios, conforme a la ley eterna que es la voluntad de Dios.
San Agustín apostó por un Estado regido por los principios cristianos, un Estado donde
la ley natural rigiera y por ende se alcanzará la justicia, que en última instancia es la
justicia de Dios.
Juan de Salisbury
En su obra Policraticus, escrita en 1159, se opuso a la intervención de la Iglesia en los
negocios temporales y estableció la jurisdicción de la autoridad secular y la
eclesiástica, proponiendo la colaboración de ambas. Así, el poder temporal deberá
tener sustento en la justicia y no en la voluntad del monarca: el verdadero
gobernante combate en defensa de las leyes y la libertad del pueblo, y por ello
justifica el tiranicidio.
Juan de Salisbury reconocía que la Ley es el vínculo entre los gobernantes y los
gobernados.
Según San Agustín, el Estado se crea a partir de la unión de las diversas familias y tiene
el objeto de procurar el bien común a los individuos. En este sentido, el Estado procura
impartir justicia con el objeto de lograr conciliar los diversos intereses que se
presentan en sociedad. De esta forma, el derecho es el objeto de estudio de la justicia,
principio que comprende dar a cada quien lo que le corresponda, definición influida
por la jurisprudencia romana.
Dante Alighieri
En su obra De la monarquía expuso en tres grandes ideas su pensamiento político
(Cruz, Ochoa y Robles, 2007:109):
Marsilio de Padua
Escribió Defensor Pacis, donde expuso de manera radical la supremacía del poder del
emperador incluso sometiendo el poder papal a la autoridad terrenal. Dicho poder
terrenal “no tiene límites de ningún tipo, la ley no es obra del monarca sino del pueblo
que es el legislador último, compuesto por la totalidad de los ciudadanos o por su
mayoría” (Cruz, Ochoa y Robles, 2007: 110).
Padua consideró que la democracia debe no sólo quedarse en el plano temporal sino
incluso abarcar a la Iglesia.
Guillermo de Ockham
En sus Ocho cuestiones sobre la potestad del Papa, consideró que el sumo pontífice
sólo debe ser obedecido en cuestiones espirituales, en caso de errores del Papa, deben
ser combatidos; y en caso de que éste cometa algún crimen notorio, cualquier fiel
puede juzgarlo, aun cuando en última instancia se encuentre el emperador.
El Papa debe respetar los derechos y libertades de los individuos concedidos por Dios.
La patrística
La patrística consta en el estudio del origen del cristianismo, como fueron los primeros
siglos de la religión en referencia a su organización, así como del estudio de las obras
de sus primeros autores conocidos como padres de la Iglesia.
Lo relevante es que en la doctrina católica se considera que todos los seres humanos
son iguales ante Dios, y así Porrúa Pérez (2016: 71), en su Teoría general del Estado,
señala que los pensadores de los primeros siglos del cristianismo elaboraron su
doctrina en torno al principio “toda potestad proviene de Dios”.
Clemente de Alejandría, ,
con su exhortación a los
gentiles.
1.- Este primero inicia en el periodo que va del siglo I al III d. C., en el que los seguidores de las
creencias de Jesucristo se dedicaron a la defensa del cristianismo contra sus adversarios.
2.- El segundo va del siglo III hasta el año 450, en el que se formulan las bases doctrinales de
las creencias cristianas.
3.- El tercero va del siglo V, hasta fines del siglo VIII, caracterizándose por la reelaboración y
sistematización de las doctrinas ya establecidas.
Siguiendo a Nicola Abbagnano (1963: 894), la herencia de las doctrinas elaboradas por
los padres de la Iglesia católica, cuyo representante más importante es Pablo de
Tarso, fue recogida a comienzos del Renacimiento Carolingio por la escolástica.
La escolástica
Se considera así a la filosofía y teología de la Edad Media debido a que los maestros de
la época la impartían en el claustro, catedral y después en las universidades, por lo que
se le denomina la filosofía de la escuela. La escolástica procede del latín scholasticus,
que significa "el que enseña o estudia en la escuela".
Definamos...
Escolástica
El feudalismo
Se caracteriza por la acumulación de grandes extensiones de tierra en manos de unos
pocos y a esas extensiones de tierra se les conoció como feudos, dieron origen en
la Europa naciente a las figuras de condes, duques, marqueses y barones.
El vasallaje originó el llamado beneficio que era “una extensión de tierra que el señor
otorga para su explotación y sin transmitir la propiedad, a fin de que el vasallo atienda
sus necesidades de sobrevivencia”. El mansus constituía una forma de beneficio y era
“una unidad de medida territorial aproximadamente de 10 hectáreas” (Weebly,
https://bit.ly/2H6NGev). El beneficio podía consistir desde un mansus, hasta grandes
extensiones denominadas feudo lo que dio origen al feudalismo.
(14) Vasallos feudales
La poliarquía política
En la Alta Edad Media, los señores feudales con mayor extensión de tierra contaban
con una fuerza económica y política que les permitía imponer sus propias reglas. Es en
este sentido que la historia nos da la muestra de un gobierno dividido en diversas
manos, que convivían a su vez con el poder de la Iglesia católica, la cual detentaba el
poder en el aspecto de la fe y la espiritualidad.
El poder del monarca origina las condiciones que dan lugar para la formación del
primer Estado moderno: el Estado absolutista.
Lo que originó este nuevo sistema estatal fue el aumento de la población y de las
relaciones comerciales, debido al tráfico de productos que provenían de América con
destino a Europa a fin de tener más posibilidades de desarrollo económico.
El paso del siglo XIV al siglo XV significó un gran cambio desde el punto de vista
político: el poder de los monarcas aumentó de manera considerable y, en cambio, el
poder papal se vio mermado, dividido y fuertemente criticado. En este momento
histórico se gestó el denominado absolutismo.
¿Sabía que…?
El absolutismo se caracterizó por el poder hegemónico del monarca, concentrando
facultades ejecutivas, legislativas, militares e incluso religiosas; y trajo, por
consiguiente, el surgimiento de los Estados nacionales.
Los primeros Estados modernos surgidos en Europa en los siglos XV y XVI, a través de
las características anteriores, afirmaron su soberanía en dos direcciones: al interior,
expropiando los medios de poder a los particulares y al exterior, afirmando su
autonomía frente a otras entidades Estados o potencias.
En el siglo XVII y XVIII, la génesis del pensamiento liberal se manifestó como una
respuesta directa ante las teorías que postulaban el poder absoluto o divino de los
reyes. De esta forma, el pensamiento político tiene un claro antecedente en el
pensamiento de los teólogos jesuitas españoles, especialmente Suárez y Mariana, a
quienes nos referiremos a continuación.
Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para
desplegar la información correspondiente.
Juan de Mariana
En su obra Del rey y de la institución real, consideró que el poder del monarca deriva
de un pacto con el pueblo representado por las cortes, partiendo de la idea de una
situación de naturaleza.
Francisco Suárez
Consideró a la Iglesia como una institución universal y divina, a diferencia del Estado,
el cual es nacional y particular. Señaló que la sociedad posee el derecho inherente de
gobernarse y, de esta forma, el poder político es un fenómeno natural que se da en
sociedad para satisfacer necesidades, brindar bienestar y no posee un origen divino.
Sin embargo, una vez que la sociedad otorga el poder a un monarca a través de un
pacto, ella ya no puede reclamarlo a menos que el gobernante se convierta en un
tirano.
Según Suárez, el Estado es una institución humana que tiene su origen en la unión
voluntaria de las cabezas de familia.
Con estos antecedentes filosóficos, se abrió el camino para las grandes aportaciones
al pensamiento liberal que constituyeron las ideas de Locke, Rousseau y Montesquieu en un
primer momento (y que sirvieron de base teórica a movimientos como la Independencia de
Estados Unidos y la Revolución francesa), y las de Bentham, Stuart Mill y Smith en el siglo XIX.
El Estado contemporáneo
Pulse en cada una de las pestañas con números para ver la información
correspondiente.
Esta dinámica hay que situarla en el influjo que ejerce sobre el marxismo la teoría del
proceso dialéctico de Hegel. Según este filósofo cada hecho o
circunstancia (tesis) lleva en su seno su propia contradicción (antítesis). De la pugna
entre ambas surge una nueva realidad (síntesis) que implica la superación de las
anteriores y que a su vez se transforma en una nueva tesis.
La humanidad ha pasado por varios estadios con diferentes estructuras y sus propias
contradicciones: sociedad comunitario-tribal, la esclavista, la feudal y la capitalista.
En ésta última, la burguesía ha creado unas condiciones, económicas, legales, modos
de vida y hasta la religión, que le permiten prosperar material y socialmente, pero a
costa del proletariado. Del mayor o menor desarrollo del movimiento
obrero depende que la clase trabajadora reconozca cuáles son realmente sus
intereses y luche por ellos a través de la acción revolucionaria (Cruz, Ochoa y Robles,
2007: 128).
Las obras más conocidas de Marx son el Manifiesto del Partido Comunista (1848) y El
Capital (1867), y sus ideas tuvieron un momento fundamental a partir de
la Revolución rusa de 1917.
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Es a partir de los años setenta y como consecuencia de la Guerra Fría, que se empieza
a delinear el Estado neoliberal: un Estado en el cual encontramos como ejes
fundamentales el adelgazamiento del Estado, la globalización e integración
económica (que conlleva una crisis del Estado-nación para dar paso al Estado-región),
y la era de la comunicación informática.
Para finales del siglo XX y principios del XXI, entramos en una etapa de crisis y de
conformación de un nuevo rostro para el Estado, un Estado que responda a las nuevas
realidades y evite atender las necesidades actuales con instituciones o modelos que
no dan respuesta ante los retos del presente.
Para conocer el origen del Estado, se puede utilizar el método histórico, que puede
determinar cuando surgió el Estado, cuándo apareció la sociedad humana como una
comunidad política, a través de los datos que puedan obtenerse al respecto.
También es necesario conocer la justificación del Estado, porque no es lo mismo
resolver cuál es el origen del Estado, que contestar por qué debe existir el Estado, la
diferencia es también de método, ya que para justificarlo se debe emplear el método
filosófico para resolverlo.
Respecto al origen del Estado es posible utilizar también el método filosófico cuando
se plantea en abstracto conocer la aparición histórica del Estado, no refiriéndose como
a uno en concreto, sino de una manera general.
Es importante conocer por qué debió existir el Estado, es decir, su justificación moral.
Para dar respuesta, se debe determinar el proceso que lo originó. Porrúa Pérez (2016),
explica al Estado como una justificación de poder, del que se deben buscar las bases o
fundamentos del principio de autoridad para tratar de encontrar la fundamentación
del poder.
Este problema del origen del Estado es distinto de su justificación, por dos razones:
Por ser diferente en sí, pues no es lo mismo resolver cuál es el origen del Estado
que contestar a la interrogante de por qué debe existir el Estado.
Por ser distinto en cuanto a método, pues el segundo problema (el relativo a la
justificación) implica la necesidad de emplear el método filosófico para resolverlo.
Adolfo Posada (1996, 410) señala que existen tres doctrinas para explicar el origen del
Estado:
La doctrina teológica, que señala que el Estado es creado por Dios por lo que tiene
un origen sobrenatural.
La doctrina del pacto social, menciona que el Estado es una creación humana, con
origen en el pacto social.
La doctrina histórica, que afirma que el Estado tiene un origen histórico,
consecuencia de la vida de los hombres y de un proceso real y positivo.
Considera al Estado como algo natural, originado por leyes naturales, las cuales
incluyen además de las leyes físicas, las funciones espirituales del hombre
consideradas también como fenómenos naturales (Porrúa Pérez, 1996: 411) al
elaborar esta doctrina, los pensadores afiliados a la misma se sirven de un método
complejo: utilizan los datos de la historia, analizan de manera directa los fenómenos
sociales y políticos de la vida real, estudiando las sociedades humanas y sirviéndose
de las conclusiones de las ciencias sociales
“El Estado aparece, al cabo de una larga evolución, como un orden de convivencia de
la sociedad políticamente organizada, en una institución o ente público superior,
soberano y coactivo” (Serra, 2000: 151).
Porrúa Pérez (2006: 414) dice a este respecto que “se trata de saber —como hace
notar Dabin— si el Estado siempre y en todas partes encuentra su causa primera en
una exigencia de la naturaleza humana, o bien, si es el producto de la libre voluntad de
los individuos”. Es decir, debemos determinar si el Estado es “dado” o “construido”.
El problema del origen filosófico del Estado consiste en estudiar las causas que dieron
surgimiento a éste, considerado de manera abstracta como concepto.
Para resolver este problema, se han elaborado diversas teorías y entre las más
destacadas se encuentran la contractualista de Rousseau y
la institucionalista de Hauriou.
Teorías contractualitas
Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para
desplegar la información correspondiente.
Pero ese consentimiento tiene características especiales que lo distinguen del que se
requiere para la celebración de los contratos porque el Estado no es un contrato sino
una Institución, toda vez que el vínculo con el Estado requiere la existencia de un
consentimiento consuetudinario otorgado espontáneamente por los ciudadanos a las
reglas de derecho.
Razón de Estado
La expresión tiene origen francés, y se atribuye a las acciones del gobernante que
solamente pueden ser juzgadas por su éxito (Borja, 1997: 811).
Esto significa que si el gobernante tiene que elegir entre una decisión moral y otra que
garantice la estabilidad del Estado, optaría por la última, aún y cuando resulte
impopular y odioso para los gobernados; ejemplo de ello es cuando está en riesgo,
además de la estabilidad del Estado, su seguridad, el orden del gobierno, sus intereses
económicos generales, etcétera.
¿En qué consiste la razón de Estado? Consiste en que coordina la forma y los medios
que el gobernante utiliza para asegurar que exista como organismo político. Aunque
lo principal no es el gobernante sino el Estado que proporciona la seguridad y
protección ante los ámbitos extraestatales.
No es igual la razón de Estado durante los siglos XVI y XVII que en el siglo XIX y XX.
Unos y otros están caracterizados por hechos distintos en la época del capitalismo,
pero con modificaciones en la legitimidad que los sustenta.
Friedrich Meinecke
En su obra La idea de la Razón de Estado en la Edad Moderna (1952), utiliza las bases
del historicismo para dar tratamiento a los problemas de la razón de Estado. Menciona
que esta razón es la máxima del obrar político, la ley motora del Estado. “La razón de
Estado dice al político lo que tiene que hacer, a fin de mantener al Estado sano y
robusto. Y como el Estado es un organismo, cuya fuerza no se mantiene plenamente
más que si le es posible desenvolverse y crecer, la razón de estado indica también los
caminos y las metas de este crecimiento”. Señala que “la razón de Estado consiste,
pues, en reconocerse a sí mismo y a su ambiente y en extraer de este conocimiento las
máximas de obrar” (Meinecke ,1983: 3). Tiene un contenido histórico-político.
Carl Schmitt
Su obra La Dictadura, es una de las más representativas del pensamiento político
moderno, en ella se refiere a los problemas del poder, no desde el ángulo lógico-formal,
sino realista e histórico. La razón de Estado tiene sus orígenes en las aportaciones que
Maquiavelo hace en su obra El Príncipe, señala que no hay que confundir la concepción
de la dictadura con la figura del príncipe. La primera es una institución estatal que
responde a problemas donde se involucran decisiones del Estado y el gobierno, es por
tanto, institución político-estatal que permite preservar con medios específicos, la
retención del poder.
Michael Foucault
En su obra Dioses, Pastores y Hombres: El Origen de la Tecnología del Poder y la
Razón de Estado, la razón de Estado constituye una tecnología del poder, entendiendo
por tecnología el conjunto de conocimientos, proceso y procedimientos aplicados para
la ejecución de las prácticas políticas.
El problema de la legitimidad
Dos conceptos representan la clave para la comprensión de casi todos los problemas
de la teoría del Estado, referentes al Estado moderno: soberanía y legitimidad. El
problema de la soberanía hace referencia a la fuerza de imposición del poder estatal;
el problema de la legitimidad, a su justificación. Ambos conceptos están entrelazados
“la soberanía del Estado depende de su legitimidad, y la legitimidad fundamenta su
soberanía” (Kriele, 1980:25), en este sentido el problema de la legitimidad es el lado
interno del problema de la soberanía.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Sitio electrónico
Weebly, https://bit.ly/2H6NGev
Imágenes
Introducción
Debemos recordar que en esta época la Iglesia tenía gran injerencia en el pueblo, por lo que
veremos cuáles son los eventos sociales que detonaron este cambio al Estado moderno y
los detonadores sociales en el Renacimiento permiten volver al derecho más humanizado.
Revise el siguiente video para contextualizar cuáles fueron los sucesos históricos,
económicos y políticos que permitieron tener una nueva concepción del Estado moderno,
cuándo surge la modernidad y sus características. Finalmente podrá observar las
aportaciones de los principales pensadores de esta época en la nueva concepción de Estado.
Objetivo particular
El alumnado identificará los diversos fenómenos que han dado origen a la formación del
Estado moderno como forma de organización política predominante en el desarrollo social,
así como las causas y los diversos acontecimientos que lo han moldeado hasta nuestros
días.
Temario
Renacimiento
Es importante analizar los sucesos que ocurrieron en los siglos XV y XVI, en donde se dan
cambios importantes dentro de la sociedad originando la etapa que hoy conocemos
como renacimiento, es en esta época donde se desarrolla el humanismo, esto permite
tener una nueva concepción del hombre y el mundo además del reconocimiento de los
derechos naturales de todos los seres humanos.
Existen tres sucesos en este periodo que indicen en la evolución de la sociedad que son: los
viajes y el descubrimiento de nuevos territorios; el descubrimiento de la imprenta que
permite acercar el conocimiento a la población nuevos descubrimientos como la pólvora,
avances en la navegación.
La caída de Constantinopla.
La teoría de Copérnico de que la Tierra es redonda, lo que origina una nueva concepción del
nuevo mundo.
El descubrimiento de América.
La reforma religiosa.
La invención de la imprenta.
Reforma religiosa
La reforma religiosa fue emprendida por Martin Lutero junto con otros líderes protestantes,
quienes buscan ver el significado de la autoridad temporal en relación con lo espiritual. En
esta época se tienen dos enfoques de la política, la católica que pretendía fuese universal,
válida para todos y dependiente de Roma y la protestante que tiene una visión de los
Estados Nacionales.
En 1517, Lutero propone 95 tesis que contravienen las posiciones de la Iglesia católica, este
pensador consideraba que la Iglesia se había apartado de los principios que se señalaban
en la Biblia y que la corte del Papa vivía en un exceso de lujos y degeneración que se alejaba
de los principios de la vida cristiana. Uno de sus principales postulados es que se debían
retomar los valores originales y auténticos señalados en la Biblia.
Ante el auge de las teorías de Lutero, la Iglesia en 1529 prohíbe la interpretación libre de las
escrituras ordenando que las mismas se apegaran a los criterios ya establecidos con anterioridad
por la Iglesia católica y sus ministros.
Descubrimientos geográficos
Los nuevos descubrimientos del siglo XV en cuanto a la tecnología permiten hacer más
eficiente la navegación dando la posibilidad al continente europeo de expandirse por medio
de las navegaciones portuguesas y españolas, más adelante empieza la colonización por
parte de Holanda, Francia e Inglaterra, por lo que se produce un cambio en el orden estatal.
Mercantilismo
Separación de la Iglesia
El exponente más significativo de esta época histórica es Martín Lutero, además de Juan
Calvino y Ulrich Zwingli entre otros pensadores.
Ante el auge del humanismo, se brinda la posibilidad de que el hombre se acerque de
manera directa a Dios y se le da la libertad de elegir su religión, es decir, se le deja al libre
albedrío, además de que se reconoce el derecho a pensar y decidir libremente.
Estado moderno
El Estado moderno se desarrolla del siglo XIII a finales del siglo XIX en Europa.
Inglaterra, Francia y España que en esa época eran las potencias más importantes, tenían
organizaciones políticas sólidas, por lo que inician su expansión en diversos territorios del
nuevo mundo. Un factor para lograr este cambio fue que se le quito poder a la Iglesia y a
los señores feudales, dando paso al naciente Estado nacional.
Las causas que tienen injerencia en este cambio de la Edad Media a la Edad Moderna, son
de carácter ideológico, en este rubro se da fin a la concepción medieval y la reforma de la
Iglesia. En el ámbito fáctico se dan cambios económicos, políticos, sociales y el surgimiento
de Estados nacionales independientes.
Las características del estado Moderno de acuerdo con el maestro Eduardo Andrade
Sánchez (2017:144-145) serían las siguientes:
1
Una entidad territorial amplia que le permita tener una carga más ligera para el mantenimiento
del Estado.
2
Un poder central suficientemente fuerte, en donde sus unidades políticas consolidadas pudiesen
conquistar el mundo, Inglaterra, Francia y España se encontraban en dicho supuesto, situación que
les permitió llegar a nuevos territorios. Empieza a vislumbrarse el Estado nacional y al mismo
tiempo con la recaudación de los impuestos se permitió que el monarca tuviera un ejército más
fuerte a su servicio, también ante la expansión del nuevo territorio se hace necesario la presencia
de embajadas en los nuevos territorios.
3
Creación de una infraestructura administrativa, financiera militar y diplomática; en este rubro nace
la burocracia administrativa que auxiliará en sus labores al Estado. El Estado regula y dirige la
economía y al exterior implanta un régimen de aduanas para controlar el ingreso de las
mercancías.
4
La consolidación de la unidad económica, se empieza a vislumbrar la pluralidad de estados con
relaciones de igualdad entre ellos, el mundo constituye una unidad geográfica y se reconoce a
cada Estado como una unidad autónoma
Maquiavelo separa la moral del ejercicio del poder y de su obra puede desprenderse la
frase “el fin justifica los medios”.
Otro autor distinguido de la época fue Jean Bodin, quien en su obra Los seis libros de la
república (1576) señala que la principal característica del Estado es la soberanía, la cual es
una potestad absoluta, perpetua e indivisible, que se manifiesta en la capacidad de dar,
quebrantar o anular leyes.
La soberanía no se confunde con las formas de gobierno y, de entre éstas, Bodin prefiere a
la monarquía, ya que el príncipe soberano es la imagen de Dios en la Tierra y es puesto por
él.
Este autor considera a la soberanía como un poder supremo sobre los ciudadanos y los
súbditos y por tanto no se encuentra sometido a las leyes. Plantea que las características
de la soberanía son: que es perpetua, inalienable y que no prescribe.
El concepto de la república en Thomas Hobbes
Por otro lado, Thomas Hobbes (1588–1679) culminó en 1651 su principal obra política, El
Leviatán. En ella determina que el hombre es malo por naturaleza, ya que lo rige el deseo
de poder, el cual sólo termina con la muerte (homo homini lupus: el hombre era el lobo del
hombre). El hombre no tiene garantizada la vida, para lograr su supervivencia es necesario
que el pueblo dependa de un poder común, que les permita subsistir.
Este pensador plantea la teoría del contrato social, la cual es retornada posteriormente por
Rousseau, en ella se habla del pacto social entre el Estado y los seres humanos con la
finalidad de construir una organización, que vigilará que la misma se cumpla.
Hobbes señala que el soberano no es una parte de ese pacto social, en ese sentido, no se
compromete ante la ruptura de este, precisa que al soberano le corresponde el
establecimiento de la paz y la defensa común de los hombres.Importante!
El Leviatán (la figura de un mítico monstruo bíblico que Hobbes asocia con el Estado: un
monstruo compuesto por pequeños seres humanos) surge como el medio para evitar el
estado permanente de guerra, depositando la soberanía en el Estado creado por el pacto
social. La soberanía es reconocida por los súbditos a quienes protege y de donde obtiene su
legitimación.
Para hablar del pensamiento político de Juan Jacques Rousseau, habremos de explicar que
este autor parte de que los hombres se encuentran en un estado de naturaleza y, al
momento de originarse la propiedad privada, surgen las desigualdades sociales y la
necesidad de mantener un orden en la sociedad. Ante esta situación, los hombres pactan
un contrato social a fin de “encontrar una fórmula de asociación que defienda y proteja con
la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y por la cual cada uno, uniéndose
a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como antes, tal es el problema
fundamental cuya solución da el contrato social” (Rousseau, 1992:11).
→ Mediante el pacto social el ser humano adquiere su libertad civil y pierde la libertad
natural en la que se encontraba originariamente. La libertad civil tiene como límite la
voluntad general expresada mediante la ley. En este supuesto el individuo, al obedecer las
disposiciones de las autoridades, en virtud del contrato social, en realidad se obedece a sí
mismo, ya que él es partícipe de la creación estatal. Así, el Estado debe cumplir
exclusivamente con las funciones convenidas al realizar el pacto y no contravenirlas con el
efecto de dañar a un individuo en su derecho.
¿Sabía que?...
Las concepciones de Rousseau tuvieron un gran eco en dos movimientos políticos
fundamentales:
Con todo esto, el pensamiento político liberal constitucional será el paradigma emergente
en el siglo XIX para la construcción de los Estados.
En su obra más trascendente Dos tratados sobre el gobierno Civil (1689), John Locke sentó
los principios básicos del constitucionalismo liberal postulando que todo hombre nace
dotado de ciertos derechos naturales que el Estado debe proteger, como éstos:
Locke, siguiendo a Hobbes, reafirmó que el Estado nace de un contrato social originario, y
rechazó la doctrina tradicional del origen divino del poder; sin embargo, contrario a Hobbes,
Locke indicó que el poder radica en la sociedad organizada y por lo tanto no es un privilegio
de los gobernantes, en ese sentido reconoce que la sociedad tiene el poder de destituir a
sus gobernantes en los casos de que estos abusen del poder que les fue conferido.
¿Sabía que?...
Al inclinarse por la supremacía de un Poder Legislativo representativo de la mayoría, se
puede considerar a John Locke como un teórico de la democracia, hacia la que acabarían
evolucionando los regímenes liberales. Por legítimo que fuera, sin embargo, ningún poder
debería sobrepasar determinados límites, y de ahí la idea de ponerlos por escrito en una
constitución.
Los tres poderes del Estado por Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu
El francés Charles-Louis de Secondat, Barón de Montesquieu, en su obra Del espíritu de
las Leyes (1748) elaboró una teoría sociológica del gobierno y del derecho, mostrando
que la estructura de ambos depende de las condiciones en las que vive cada pueblo: en
consecuencia, para crear un sistema político estable había que tener en cuenta los siguientes
elementos:
De los diversos modelos políticos que definió, Montesquieu asimiló la Francia de Luis XV
(una vez eliminados los parlamentos) al despotismo, que descansaba sobre el temor de los
súbditos; alabó en cambio la república, edificada sobre la virtud cívica del pueblo, que él
identificaba con una imagen idealizada de la Roma republicana; pero, equidistante de
ambas.
Definió la monarquía como un régimen en el que también era posible la libertad, pero no
como resultado de una virtud ciudadana difícilmente alcanzable, sino de la división de
poderes y de la existencia de poderes intermedios (como el clero y la nobleza) que limitaran
las ambiciones del príncipe.
Fue ese modelo, que identificó con el de Inglaterra, el que Montesquieu deseó aplicar en
Francia, por entenderlo adecuado a sus circunstancias nacionales. La clave de este sería la
división de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, estableciendo entre ellos un
sistema de equilibrios que impidiera que ninguno pudiera degenerar hacia el despotismo.
Afirma que el espíritu de las leyes se construye en cada pueblo y que en esto influyen
muchos factores, el clima, la religión, las leyes, las costumbres.
La división de poderes establecida por Montesquieu es hoy plenamente aceptada por los
regímenes democráticos, que basan en este esquema político sus planteamientos de
gobierno.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Andrade Sánchez, Eduardo, Teoría General del Estado, México, Oxford, 2017.
Cruz Gayosso, Moisés, Ochoa Hoffmann, Alfonso E. y Robles Vázquez, Jorge, Teoría
general del Estado, México, IURE editores, 2007.
Fernández del Valle, Agustín Basave, Teoría del Estado, México, Trillas, 2016.
González González, María de la Luz, Teoría General del Estado, México, Porrúa,
2008.
Kelsen, Hans, Teoría General del Estado, México, Ediciones Coyoacán, 2015.
Paoli Bolio, Francisco, Teoría General del Estado, México, Trillas 2016.
Rousseau, Juan Jacobo, El contrato social. Discurso sobre las ciencias y las artes.
Discurso sobre el origen de la desigualdad, México, Porrúa, 1992.
Audiovisual
Historia del Pensamiento Social y Político Mexicano, La política y la Formación del
Estado Moderno, [archivo de video], 09/08/2017, disponible
en https://youtu.be/bawm2pH8d58, consulta: 07/03/2019.
Imágenes
(1) s. a., Texto de las noventa y cinco tesis, [fotografía], 2014, tomada
de https://bit.ly/2H3bAaG , consulta: 27/02/2019.
(2) Gun Thomas, Portrait of Niccolò Machiavelli [Nicolás Maquiavelo], [fotografía],
2010, tomada de https://bit.ly/2GT56IB , consulta: 07/03/2019, [pintura de Santi di
Tito, s. f.].
(3) s. a., Jean Bodin, [grabado], 2016, tomada de https://bit.ly/2SNyTI0, consulta:
07/03/2019, [grabado de François Stuerhelt, s. f.].
(4) s. a., Jean-Jacques Rousseau, [fotografía], 2012, tomada
de https://bit.ly/2htehHL , consulta: 07/03/2019, [pintura de Maurice Quentin de La
Tour, s. f.].
(5) ArtMechanic, Montesquieu, s. f., [fotografía], tomada
de https://bit.ly/2NMDXLH , consulta: 07/03/2019.
El Estado Contemporáneo y la Ideología Liberal
Introducción
Revise el siguiente video para conocer la forma en que surge la monarquía, esto le permitirá
ver cuáles son sus características y qué elementos de ésta persisten en nuestros días,
además le permitirá ver cómo la forma de gobierno de los Estados fue cambiando y dando
paso a los gobiernos parlamentarios y la formación del Estado contemporáneo, gracias a las
revoluciones liberales que iban en contra de los gobiernos absolutistas.
El video también le permitirá ver la manera en que se fueron conformando dentro de los
Estados la división de poderes, en los gobiernos democráticos, tema que se tratará a
profundidad en las siguientes unidades.
Objetivos particulares
El alumnado analizará las peculiaridades del Estado Liberal, así como las características de
la Revolución Francesa y de la Independencia Norte Americana, explicará el Estado Social y
Democrático de Derecho, y otros modelos de Estado desarrollados en el Siglo XX.
Temario
El Estado liberal
Este periodo abarca del siglo XVII a principios del XIX, aquí el régimen
absolutista consideraba al ser humano como un medio para alcanzar los fines que se
planteaba el Estado; esta forma de gobierno había prevalecido hasta ese momento, pero
debemos recordar que la sociedad es cambiante y los sucesos económicos, políticos y
sociales inciden en las estructuras de los sistemas de gobierno y la composición de la
sociedad, aunado a esto los nuevos descubrimientos científicos, la Revolución industrial y
el descubrimiento de nuevos territorios influyeron en la formación política de los Estados.
En 1776 Adam Smith escribe su obra La Riqueza de las Naciones, donde plantea que el
Estado absolutista terminaba con la economía de la época; por lo tanto, sugiere que debe
existir una libertad económica y el derecho a la propiedad, además propone una económica
libre de productos entre los países.
El autor Jaime Cárdenas (2017: 38) precisa que este autor concede tres facultades al Estado
liberal entre las cuales podemos señalar las siguientes:
1. Acometer aquellas obras y servicios de interés público que no sean campo de las
empresas privadas.
2. Garantizar el orden público.
3. Garantizar la defensa de la nación contra las agresiones del exterior.
En Alemania también se dio este movimiento y fue conocido como la Ilustración, dentro de
sus principales expositores destaca Immanuel Kant, quien sostuvo que la capacidad del ser
humano para sostenerse con su inteligencia no necesitaba la guía de otras personas para
alcanzar sus objetivos en la vida.
Cárdenas García, Jaime, Del Estado Absolutista al Estado Neoliberal, México, UNAM/
Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2017:
o Capítulo segundo. “El Estado Liberal de Derecho”, pp. 37-65.
Este pensador señala que los hombres poseen derechos dados por la propia ley natural,
pero que acuerdan con el Estado para que éste los proteja, pues de no ser así cada individuo
pretendería hacerse justicia de propia mano.
En su Ensayo sobre el gobierno civil, plantea que en la forma de gobierno debe de existir la
división de poderes, que éste no puede ser concentrado en una sola persona, y que la base
de las instituciones políticas es el contrato social, que después sería retomado por
Rousseau.
Una de las características del Estado moderno es el poder autónomo y centralizado del
Estado.
Thomas Hobbes plantea, en su teoría del contrato social, que existe una ley positiva y que
fue dictada por el soberano y que nada tiene que ver con la ley divina o la ley natural,
comenta que estas leyes no resultan obligatorias en cuanto a su cumplimiento al soberano,
por lo tanto, en este mundo nadie puede reclamarle su cumplimiento. Estas leyes son de
tipo moral por lo cual no son obligatorias en el exterior.
Hobbes concibe al ser humano como un ser egoísta y ambicioso que sólo busca satisfacer
sus intereses personales, lo que lo lleva a una lucha constante con los demás, en ese
sentido, es necesario que los individuos por bien propio cedan unos de sus derechos, con la
finalidad de que el Estado les garantice que no serán atacados por otros hombres. Para que
el Estado pueda realizar sus funciones la autoridad debe ser suprema e ilimitada, es decir,
el soberano estará por encima de la Ley y no se sujetara a la misma.
“Para Hobbes el contrato social es el medio de acabar con la lucha constante del estado de
naturaleza, y de facilitar la aplicación del derecho natural. El estado, por tanto, surgió como
una necesidad de ordenación pacífica de la vida de los hombres, y por ende, se justifica
cuando ha acabado la guerra entre aquellos, para llegar a la formación de un Estado capaz
de imponer la tranquilidad y el orden públicos” (2016:169).
(5) El pueblo cargando al Gobierno
Recordemos que en esa época se descubre la imprenta y esto ocasiona una censura
a la escritura dando como resultado que se persiguiera a todos aquéllos que fuesen
críticos del sistema.
La aportación de la Revolución francesa al Estado moderno la encontramos en el
pensamiento de los enciclopedistas, destacando entre ellos, Locke, Diderot,
Voltaire y Rousseau, quienes criticaban el absolutismo y simpatizaban con las ideas
de Locke expuestas en su obra Sobre el gobierno civil.
Una aportación importante la encontramos en Montesquieu quien era partidario de
la división de poderes para evitar la concentración del poder en una sola persona, y
preservar la libertad individual.
Uno de los objetivos de la Revolución francesa fue eliminar el poder absoluto y
cancelar los privilegios de la Iglesia y la nobleza. Se buscaba una redistribución de la
tierra a los campesinos y el reconocimiento pleno de los derechos humanos.
Con la implantación de un nuevo gobierno se busca tener una forma de gobierno
sustentada en instituciones, basadas en la soberanía del pueblo. Se establece un
nuevo sistema jurídico cuya base fue el contenido del Código Civil de Napoleón en
donde se consagran las libertades de la burguesía, la tolerancia religiosa, la
defensa de la propiedad privada y la igualdad de los ciudadanos ante la Ley.
(6) Independencia de los Estados Unidos de América
La Independencia de los Estados Unidos de América se da en 1776, tiene como
sustento la ideología de la Ilustración, dando como resultado una nueva
organización política al proponerse nuevas formas de gobierno, establecen
instituciones republicanas y demócratas, que a la fecha subsisten y cuyas bases
fueron tomadas de los pensadores de la Ilustración tanto ingleses como franceses,
algo importante de destacar es que toman como base lo señalado por Montesquieu
respecto de la división de poderes lo que les permitirá el desarrollo de las Trece
Colonias.
Dichas colonias, que lograron su independencia del Imperio británico, tenían
intereses diversos, además de que unas eran nacionalistas y otras federalistas; las
Trece Colonias estaban constituidas como una república burguesa y religiosa, la
mayoría de sus pobladores eran comerciantes protestantes, mientras que las del sur
eran repúblicas aristocráticas, en las cuales se estableció la esclavitud de la raza
negra en las haciendas, sin embargo eran coincidentes en sus ideales de libertad y
gobierno autónomo e imponer sus propios impuestos.
Cabe señalar que las ideas expuestas por Locke fueron parte importante para
plantear su independencia y la organización de un nuevo país, por una parte los
revolucionarios y sus ideas democráticas desconfiaban de un gobierno central y por
otra parte los republicanos tenían temor de que se pusiera en riesgo el orden social
y que predominara la comunidad de los negocios.
En Estados Unidos, al momento de plantear su independencia se unen las Trece
Colonias dando paso al sistema federal planteado por Montesquieu y
posteriormente una vez consolidado el Estado establecer la división de poderes en
donde se impone como forma de gobierno el reconocimiento de instituciones
republicanas y democráticas que subsisten a la fecha, y que su base fue el
pensamiento de la ilustración tanto francesa como inglesa, se retomaron los
planteamientos de Montesquieu y Locke y se estableció el principio de soberanía
reconociendo que la misma radica en el pueblo.
En el Estado liberal se reconoce la protección del gobernado en contra de los abusos del
poder y el respeto a los derechos fundamentales de la población. Dentro de estas
prerrogativas se encuentra la de la mínima intervención del Estado en la vida de los
ciudadanos, por lo tanto, podemos decir que existe igualdad ante la Ley. La idea del Estado
social y democrático de derecho tiene su origen en Inglaterra en el siglo XVII y
posteriormente se extiende en Europa y América en el siglo XIX.
El Estado socialista
Pulse en los recuadros que se marcan como sensibles para que se despliegue la
información correspondiente.
Socialista utópica
Dentro de sus principales exponentes encontramos a Saint-Simón, Charles Fourier y Roben Owen,
quienes se plantearon como eje en sus teorías, una sociedad en la cual no existiera desigualdad
social, sino que viviera en colectivo, para ello, formulan soluciones proponiendo nuevos modelos
de sociedad y producción distintos a los plateados por el sistema capitalista. Cabe señalar que se
les denominó socialistas utópicos debido a que las propuestas que presentaban eran soluciones
ideales, pero no viables.
Socialismo científico
Por otra parte, esta corriente es conceptualizada en las teorías de Karl Marx y Federico Engels, su
mayor auge se da en la Revolución industrial, hacen una crítica a la sociedad y al pensamiento de
su momento, se oponen al socialismo utópico.
Marx plantea que con la finalidad de eliminar la desigualdad existente entre la mano de obra y lo
que ganaba el dueño de la producción debía de eliminarse la plusvalía, haciendo necesario
eliminar la propiedad privada en los medios de producción, haciendo más justa la distribución de
la riqueza.
Entre los principales exponentes de esta teoría están Lenin, Stalin, León Trosky y Carlos
Marx, entre los manuscritos de este último destaca Crítica a la Economía Política, la Miseria
de la Filosofía y su principal obra es El capital, en esta obra realiza una crítica a la economía
de los países capitalistas, habla de las fuerzas productivas y los medios de producción.
Martín Carnoy, citado en Andrade Sánchez (2017: 189-190) nos señala cuáles son las
principales características de la teoría del Estado marxista y se pueden resumir de la
siguiente manera:
La forma del Estado esta determinada por las formas de producción y constituyen la estructura de
la sociedad que a partir de ella se desarrolla en una superestructura política y jurídica.
Con el desarrollo del capitalismo, la clase dominante es la burguesía ya que posee los medios de
producción y por lo tanto el Estado responde a los intereses de esta ultima.
Derivado del supuesto anterior, el Estado es un instrumento de la burguesía.
El Estado fascista es una organización política que surge entre 1922 y 1943, uno de sus
fundadores es Benito Mussolini, esta forma de organización surge en Italia.
Las condiciones antes enunciadas fueron propicias para que surgiera un régimen autoritario
en beneficio de los individuos, como ya se mencionó, en Italia con Mussolini y en Alemania
con Hitler quienes encabezan la corriente del fascismo ante la desesperanza de los pueblos.
“La creación del Estado fascista fue posible a partir de la existencia de estos factores
combinados con una capacidad organizativa real de sus líderes, la habilidad de estos para
conseguir apoyos de distintos sectores sociales y la desatención y confusión que privaba en
las democracias occidentales. Todo ello permitió el desarrollo de un modelo que en una
primera etapa resolvió problemas inmediatos” (2017:193).
1. Un Estado totalitario.
2. La existencia de un líder y culto a su personalidad.
3. Oposición al marxismo y liberalismo.
4. Régimen dictatorial.
5. Eliminación de oposición política.
6. Exaltación del sentimiento nacionalista.
7. El Estado de bienestar
8. Este tipo de organización política surge después de la Segunda Guerra Mundial toda
vez que la misma había ocasionado desigualdad social, depresión económica y la
explotación capitalista a la clase trabajadora.
9. Una de sus características es la entrega de subsidios a la población vulnerable y
creación de sistemas de protección universal y gratuita en servicios de salud y
educación. Su objetivo es la redistribución de la riqueza y que toda la población
tenga una vida adecuada.
10. Uno de los impulsores de este sistema fue John Maynard Keynes , quien señaló que
era necesaria la intervención económica del Estado para solucionar los problemas
económicos de la población.
11. Rodrigo Borja lo define como:
12. “Estado de bienestar se emplea para describir dentro de los regímenes democráticos con
economía de mercado, una serie de políticas de orden social que persiguen proporcionar a la
población más pobre de un país, en forma gratuita y con cargo a los fondos y asistencias
estatales, los servicios básicos y otras prestaciones que mejoren su calidad de vida” (1997:386).
13.
Bibliografía
Andrade Sánchez, Eduardo, Teoría General del Estado, México, Oxford, 2017.
Borja, Rodrigo, Enciclopedia de la política, México, Fondo de Cultura Económica,
1997.
Cruz Gayosso, Moisés, Ochoa Hoffmann, Alfonso y Robles Vázquez, Jorge, Teoría
general del Estado, México, IURE editores, 2007.
Fernández del Valle, Agustín Basave, Teoría del Estado, México, Trillas, 2016.
Galindo, Camacho Miguel, Teoría del Estado, México, Porrúa, 2016.
Paoli Bolio, Francisco, Teoría General del Estado, México, Trillas, 2016.
Serra Rojas, Andrés, Teoría del Estado, México, Porrúa, 2018.
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Imágenes
Introducción
De este modo, podemos mencionar que los elementos esenciales de la organización política
contemporánea de la sociedad son el territorio, la población, el poder y el derecho, en tanto
que los elementos modales son la soberanía y el imperio de la ley.
Finalmente, es importante conocer los elementos del Estado, en virtud que, el Estado como
ente o persona moral para el ejercicio de sus atribuciones, derechos, deberes y obligaciones
requiere contar con sus elementos que en esencia son la base de la sociedad y le otorgan
presencia jurídica en el concierto de naciones.
Objetivo particular
El alumnado identificará el concepto de Estado, sus elementos esenciales y modales, así
como su personalidad jurídica.
Temario
Son las interrogantes naturales que deben surgir al introducirnos en esta materia.
Plantear las respuestas, lleva implícito un interés que debe internarnos a disciplinas
determinadas dentro de la ciencia política y el derecho.
Al enunciar al Estado nos damos cuenta de que existe algo en la realidad a lo que se
ajusta esa denominación, es decir, sentimos la presencia del Estado como algo que
se encuentra en nuestra vida social en actividades como las señaladas enseguida:
a) Expedición de ordenamientos jurídicos para regular la vida social del hombre.
b) Prestación de servicios públicos a la sociedad: educación, salud, vivienda, alumbrado,
limpia, policía, justicia, etcétera.
d) Visitas de jefes de Estado y de gobierno, nacionales o extranjeros.
e) Regulación de la vida pública y privada de los ciudadanos, mediante el pago de impuestos,
requisitos legales para votar y ser votado en cargos de elección popular, expedición de
licencias y permisos para ejercer una determinada profesión, contraer matrimonio, suscribir
contratos, etcétera.
Es así que del Estado podemos tener diversas clases de conocimientos: vulgar, de
divulgación, científico y filosófico. En el caso de nuestra materia, nos interesa
adoptar el conocimiento científico, que “se caracteriza por buscar la verdad que se
pueda comprobar y alcanzar en un tiempo y lugar determinados, de acuerdo con
una metodología disponible y confiable, pero aceptando que dicha verdad pueda
ser superada, complementada y corregida cuando se tengan otras experiencias o
mejores técnicas metodológicas de investigación” (Cruz et al., 2007: 12).
De acuerdo con Héctor González Uribe (1992: 143) en su libro de Teoría Política eltérmino
Estado es utilizado para designar la organización política fundamental de los hombres.
Los mismos autores indican que, etimológicamente, “Estado deriva de status, que era la
palabra empleada en Roma para caracterizar la situación jurídica en que se encontraba una
persona; así era el conjunto de sus derechos y obligaciones, ya sea respecto a la ciudad
política (status civitatis), a la libertad (status libertatis), o a su familia (status familiae)” (Cruz
et al., 2007: 57).
Sin embargo, un significado más preciso de la palabra estatus o Estado sólo comienza a
perfilarse cuando se emplea para designar así a la organización política de la sociedad, es
decir, la manera de ser o estar constituida. La naturaleza del Estado se puede estudiar en
dos aspectos: formal y material.
¡Importante!
El concepto social del Estado tiene que ver con la suma de las relaciones sociales que se
dan entre los hombres, que lo conciben como una creación humana eminentemente social
y que existen junto al hombre.
El concepto jurídico se establece cuanto el Estado se somete o autolimita al sistema jurídico
que le da estructura, funciones y limitaciones, a la vez que se convierte en sujeto de
derechos y obligaciones.
Una definición nominal del Estado es aquella que describe sus notas y características
esenciales. Por ello, el Estado es definido por Héctor González Uribe (1992: 162) de acuerdo
con cada uno de sus elementos como:
Derivado de lo anterior, Héctor González Uribe (1992: 162) refiere que el Estado es una
sociedad humana (unidad de asociación o comunidad organizada) con vida sedentaria en
un territorio determinado con un poder supremo, soberano y que es intrínseco al Estado,
es decir, no viene de fuera, es originario.
Los elementos jurídico y valorativo, son señalados por González Uribe (1992: 162) como
la esencia del Estado moderno que después de una larga evolución ha llegado a ser
un Estado de derecho.
Los elementos esenciales son los que determinan la existencia, dan vida y orientación a la
organización política moderna de la sociedad denominada Estado.
En la teoría tradicional se ha sostenido que el Estado tiene como elementos esenciales para
su formación y determinan su existencia y cumplimiento de sus fines:
Territorio.
Población.
Poder soberano.
Derecho.
Si falta alguno de estos elementos no existe la forma política a la que se pueda considerar
como Estado (Garita et al., 2018: 101 – 103).
Pueblo
La palabra pueblo deriva del latín populos y es un conjunto de individuos que dentro de la
población se encuentra habilitado para ejercer derechos políticos, es decir, el titular de la
soberanía.
El pueblo es una parte de la población que goza de la plenitud de los derechos políticos y
constituye el núcleo político activo del Estado y puede participar en los procesos de
formación del ejercicio del poder político del Estado (Garita et al., 2018: 105-107).
Concepto de población
Héctor González Uribe (1992: 295) refiere que la población como elemento
humano del Estado puede ser concebida desde diversos puntos de vista: como
sociedad, como población (pueblo) o como nación.
Concepto de raza
Para Hermann Heller la raza es una condición estatal que se relaciona con el
pueblo, y señala que “la raza natural vendría a ser una comunidad de origen cuyas
esenciales características serían hereditarias” (1998: 165), de igual manera
menciona que el modo de vida social da lugar también a una selección
inconsciente. Las razas se clasifican según sus zonas principales de dispersión en
las diversas partes de la Tierra, por regiones.
Concepto de nación
Héctor González Uribe (1992: 296-297) menciona que el territorio cumple con dos
funciones esenciales en la vida del Estado:
Pulse en los recuadros que se marcan como sensibles para que se despliegue la
información correspondiente.
La función negativa consiste en señalar al Estado sus límites, fronteras, el ámbito espacial
de validez de sus leyes y órdenes, lo cual es indispensable para que exista seguridad jurídica
y paz en sus relaciones entre Estados. Estas fronteras son fijadas por el propio derecho
interno de cada Estado, o bien, por convenios internacionales denominados tratados de
límites.
La función positiva que consiste en dotar al Estado del instrumento físico necesario para el
cumplimiento de su misión de servir al bien público temporal, es decir, realizar sus funciones
de control y vigilancia sobre la población.
Poder
De este modo, el poder político es el que ejerce el pueblo políticamente organizado, por sí
o a través de sus representantes en un ámbito determinado y tiene como fin lograr el orden
social otorgando seguridad y bienestar al propio grupo social que lo originó.
El poder formal del Estado es algo especial que genera el orden a la vida social, sin él, no
hay dirección.
En síntesis, el poder del Estado políticamente organizado tiene como fin lograr el orden
social otorgando seguridad y bienestar al propio grupo social que lo originó.
Elementos modales
Artículo 41. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos
de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a
sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente
Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en
ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.
Los juristas distinguen dos aspectos correlativos de la soberanía territorial, una positiva,
consistente en que cualquier sujeto que se encuentre dentro del territorio de un Estado
queda sometido al poder de éste y, la negativa, que indica que dentro del territorio de un
Estado no puede ejercerse poder político alguno que no derive del propio Estado, o bien,
que no sea reconocido por éste.
La soberanía se encuentra relacionada con el imperio de la ley, es decir, es una cualidad del
poder del Estado.
En ese sentido, en el Estado nación existe un marco legal que bajo el principio de legalidad
rige y da certeza jurídica al interior del mismo, así como regula sus relaciones con otros
Estados.
En un aspecto externo es una propiedad del poder del Estado que consiste en que este
poder máximo es la única fuerza social interna organizada jurídicamente, que se impone a
cualquier otra fuerza. El Estado ejerce un poder directo y extenso sobre sus súbditos y
puede tomar legalmente las providencias que estime adecuadas para su mejor desarrollo.
Por su parte, el imperio de la ley no tiene una definición formal aceptada, sin embargo, es
entendido como el reconocimiento del principio de legalidad.
Durante el tiempo que el orden jurídico se encuentre vigente, debe ser observado y hecho
valer por los organismos Ejecutivo y Judicial, con sus respectivas funciones de velar por el
cumplimiento de la ley y restablecer con absoluta imparcialidad y celeridad, la impartición
de justicia conforme a ese orden jurídico del Estado.
En conclusión, con el principio de legalidad todo ejercicio del poder público debe estar
sometido a la voluntad de la ley y de su jurisdicción más no a la voluntad de las personas,
con lo cual se establece la seguridad jurídica. Luego entonces, la autoridad tiene su
fundamento y límite en las normas jurídicas. (Garita et al., 2018: 122-124).
Es esencial la relación existente entre el Estado y el derecho y que sin el derecho como
elemento esencial de la organización política tomando en consideración al poder como uno
de los elementos del Estado, carece de significación y sentido, pues todas las relaciones
políticas se resuelven en relaciones jurídicas.
¡Importante!
No solo la unidad estatal proviene del derecho, también la personalidad, las limitaciones
del poder y el carácter del Estado moderno. En cuanto al territorio, la población y
el poder son elementos de hechos, sin embargo, el elemento jurídico es el que determina
su esencia por lo que no se puede concebir al Estado sin el derecho.
Zippelius (2009: 87) argumenta que la teoría de los órganos estatales se ocupa del modo de
cómo el Estado puede obrar con eficacia jurídica. La construcción teórica de dicha acción
orgánica se relaciona con la cuestión de si es posible, y en qué forma, concebir al Estado
como unidad con capacidad jurídica de obrar, es decir, como persona jurídica, según el uso
lingüístico tradicional.
El Estado como persona jurídica, es la manifestación de un poder que el pueblo le ha
otorgado, pero a su vez que se somete al derecho, creado por él, ha generado teorías que
tratan de explicar la dualidad consistente en órgano político y persona jurídica.
Los derechos y obligaciones del Estado son de derecho público, sin embargo, también
pueden ser de derecho privado, por lo cual en la teoría de la personalidad jurídica del
Estado refiere que tiene una doble personalidad.
Como reflexión final se señala que el Estado cuenta elementos esenciales y elementos
modales o determinantes que le dan personalidad jurídica plena, es decir, el Estado es libre
y soberano, el cual está dotado de poder político organizado para su ejercicio jurídico tanto
al interior como al exterior, y su finalidad es lograr el orden social otorgando seguridad y
bienestar al propio grupo social que lo originó.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Andrade Sánchez, Justino Eduardo, Teoría General del Estado, 2.a ed., México,
Oxford University Press, 2007.
Cruz Gayosso, Moisés et al., Teoría General del Estado, México, IURE Editores, 2007.
Garita Alonso, Miguel Ángel et al., Enciclopedia Jurídica, t. 5: Teoría General del
Estado, UNAM, México, Porrúa/UNAM-Facultad de Derecho, 2018.
González Uribe, Héctor, Teoría Políticaem>, 8.a ed., México, Porrúa, 1992.
Heller, Hermann, Teoría del Estado, 2.a ed., trad. de Luis Tobío, México, FCE, 1998.
Zippelius, Reinhold, Teoría General del Estado. Ciencia de la Política, 5.a ed., trad. de
Héctor Fix-Fierro, México, Porrúa, 2009.
Legislación
Interpretación de la Ley
Sitio electrónico
Introducción
A través de las formas del Estado se señalan los límites en que la soberanía estatal actúa
con la nota exclusividad que le es propia. La extensión territorial determinada por las
distintas formas de Estado es la garantía de que ha de ser posible al Estado llevar a cabo por
completo la realización de sus fines.
Hemos analizado a lo largo de las unidades precedentes que el Estado es la máxima forma
de organización jurídico-política del ser humano; conformado por tres elementos:
territorio, población y poder. En esta unidad, se estudiará al Estado a partir de las formas
que adopta para el ejercicio del poder político, territorialmente localizado; a eso se refiere
el concepto formas de Estado.
Las formas de Estado constituyen una noción vinculada al ámbito territorial de ejercicio del
poder estatal; es decir, a la estructuración del poder en ámbitos territoriales específicos
dentro de un país determinado, a lo largo de la unidad se abordarán diferentes temas
referidos a la manifestación territorial del Estado a partir de las formas que adopta
políticamente.
Por ello, el estudio de esta unidad es importante debido a que le permitirá entender el
funcionamiento interno del poder político del Estado y su proyección paralela en el contexto
internacional.
Objetivo particular
Georg Jellinek, jurista alemán del siglo XIX y padre de la teoría general del Estado,
conceptualiza al ente estatal como “corporación territorial, dotada de un poder de mando
originario” (2000: 196).
Es importante recapitular el concepto y los elementos del Estado para poder distinguir la
diferencia que existe entre forma de Estado y forma de gobierno (tema que se verá más
adelante), pues en el análisis de estos dos conceptos entra en juego el estudio de dos
elementos del Estado: territorio y poder.
Las concepciones clásicas del Estado, desde que surgió una teoría general del mismo, se
formaron a partir del Estado unitario tipo la polis griega. La polis, ciudad-Estado griega, es
considerada el paradigma del Estado, el cual es un ente territorialmente cerrado e
interiormente autónomo; no se admite poder político ajeno y el Estado se desenvuelve
como una unidad jurídico-política.
En este Estado tipo, toda vida política parte del centro y vuelve a él; las autoridades son
centrales (Estado unitario), y la idea de una organización local, administrativa o judicial,
territorialmente distante (Estado compuesto) era completamente extraña.
A través del paso de los siglos, con la evolución tecnológica y administrativa, las polis griegas
fueron sustituidas por entidades territoriales cada vez mayores y más complejas en las que
el hombre extendía paulatinamente el horizonte de su conciencia y cobraba, poco a poco,
conocimiento sobre su individualidad en primer lugar, después sobre su posición dentro
una comunidad territorial dada y finalmente su espacio en el concierto de las naciones.
Cuando el ser humano organizó territorialmente el ejercicio del poder político, surgieron
las formas de Estado. El territorio del Estado es la porción de tierra sobre la que se yergue
un Estado, jurídicamente denominada “territorio nacional” y al referirnos a las Formas de
Estado, hablamos del "espacio en que el poder del Estado puede desarrollar su actividad
específica, o sea, la del poder público.” (Jellinek, 2000: 368).
Las formas de Estado son el fundamento espacial para que el Estado pueda desplegar su
autoridad jurídica sobre todos los hombres que viven en él y su naturaleza política se
exterioriza de una doble manera (Jellinek, 2000: 371):
Lo anterior significa que todos los actos realizados dentro del Estado mantienen
necesariamente una relación con una forma de Estado específica, y dentro de un territorio.
En este orden de ideas, las formas de Estado se refieren a su organización político-
territorial del poder estatal; de tal manera que el Estado podrá adoptar alguna de las dos
formas de estructuración existentes:
Las formas de Estado implican la relación del espacio geográfico de un país con el poder
estatal; esto es, la distribución territorial del poder, pues "todo acto de mando solamente
puede alcanzar su plenitud dentro del propio territorio” (Jellinek, 2000: 374).
Las formas de Estado sirven de fundamento real del ejercicio del poder político estatal, por
lo que a continuación analizaremos cada una de ellas.
Como hemos visto, las formas de Estado son los diversos modelos que los Estados
adoptarán con base en la relación existente en sus tres elementos constitutivos: territorio,
población y poder; dando entonces lugar al Estado unitario o al Estado federal.
El Estado unitario o simple
En los primeros Estados modernos, la unidad del poder conlleva la centralización del mismo,
de tal manera que, dichos Estados originarios, se configuran como unitarios o simples. Es
hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX cuando en los Estados paulatinamente
empiezan a configurarse las formas de Estado compuesto o federal.
El Estado unitario o también llamado simple es aquél con un único aparato gubernativo; es
decir, una sola organización estatal con un sistema jurídico único y unificado que dispone
de la totalidad de competencias sin ninguna distribución territorial existente.
Esto es:
El Estado unitario o simple es aquél que agrupa a los diferentes órganos que lo componen
bajo un orden determinado, alrededor de un solo centro de dirección y decisión de toda la
función gubernativa.
Este tipo de Estado se funda en la metodología llamada centralización, que coordina una
estructura organizacional vertical cuya organización se mantiene fundamentalmente en
razón de un vínculo, denominado jerarquía.
Díaz Revorio establece que “puede entenderse por Estado unitario aquel que posee un solo
núcleo de decisión política, un solo centro de poder. De esta forma, sólo existe un poder
Legislativo, un Ejecutivo y un Judicial" (2018: 167).
El Estado simple o unitario es la forma estatal en la cual existe un solo órgano de producción
de normas generales y un ámbito espacial de aplicación y validez del sistema jurídico
nacional.
Ventajas de la centralización:
Desventajas de la centralización:
Mediante la distribución del poder, surge lo que se conoce como descentralización; tema
que analizaremos a continuación.
Ventajas de la centralización:
Desventajas de la centralización:
Resulta evidente que la Constitución de 1824, buscó sentar las bases jurídicas para generar
estabilidad política del naciente Estado mexicano; toda vez que en la época imperaban dos
corrientes de pensamiento antagónicos:
Pulse en las áreas que se marcan como sensibles para desplegar la información.
Ámbito de validez
Esas entidades autónomas están representadas por un poder (gobierno) central que las
coordina.
Autonomía
constitucional
Pluralidad de
normas
constitucionales
Cada Estado miembro puede aprobar su propia Constitución, que no requiere intervención
alguna de aprobación de los órganos federales.
Constitución federal
Cada uno de sus Estados miembros posee una organización institucional propia: un Poder
Ejecutivo, un Legislativo y un Judicial; distintos a los de la Federación.
El Estado es una sola persona jurídica conformado por un conjunto de órganos integrados
en un solo ente estatal, y sus ordenamientos jurídicos múltiples están dotados de unidad a
partir de la Constitución federal.
¡Importante!
El Estado federal debe buscar el mayor grado posible de homogeneidad política entre los
gobiernos estatales, y entre éstos y el federal, por lo que frecuentemente la Constitución
federal impone a los estados federados límites y condiciones para que su funcionalidad se
adopte a la forma de gobierno federal.
“En los primeros Estados modernos, la unidad de poder conlleva la centralización del
mismo, de tal manera que estos Estados se configuran como unitarios. Es en la Edad
Contemporánea cuando empiezan a encontrarse las actuales formas de Estado compuesto”
(Díaz, 2018: 165).
La teoría tradicional del Estado concibe al Estado federal como la unión o asociación de
varios Estados miembros de la corporación estatal global, un “Estado de Estados”. De
acuerdo con este criterio, en el Estado federal coexisten dos tipos de estados que son los
Estados miembros y el Estado superior formado de la unión de aquéllos.
Una vez aprobada la Constitución Federal el 4 de octubre de 1824, los Estados empiezan a
aprobar sus propias Constituciones, abrazando los postulados de la Constitución de
Apatzingán del 22 de octubre de 1814, concebidas para el Estado mexicano por José María
Morelos y Pavón: ser una república, representativa y popular.
"Los padres fundadores de la República Federal norteamericana, al igual que sus pares de
México, habían bebido de tres fuentes intelectuales:
a. La filosofía política del Mundo clásico de la Antigüedad, de donde toman las ideas sobre
la libertad, la ley, el Estado de derecho, la democracia, la responsabilidad política de los
gobernantes, el derecho natural y la federación.
b. La filosofía cristiana, origen de la idea de la igualdad de los hombres y de sus derechos
individuales inalienables.
c. La filosofía de la Ilustración, simiente de la creencia de que por medio de la razón y su
producto –la ciencia– se podía modelar el futuro, sustento de la ‘ciencia del gobierno’ que
pretende embridar el ejercicio del poder político a través de la Constitución como
dispositivo de control del poder” (Barceló, 2016: 7).
La teoría política del federalismo norteamericano hizo eco en México, al compartirse una
herencia cultural entre las élites ilustradas de ambos países.
El Estado federal prevé la división de las funciones estatales entre un Estado superior, que
abarca todo el territorio del Estado, y varios Estados miembros, que comprenden cierta
porción del territorio estatal donde estos miembros ostentan cierta autonomía
gubernativa.
¡Importante!
Al hablar de los distintos modos de organizarse el Estado debemos tener presente que,
cualquiera que sea la pluralidad posible de sus miembros, el Estado es el exclusivo titular
del poder público.
El tipo de Estado estudiado por las escuelas doctrinarias clásicas ha sido el centralista, en el
cual toda la actividad pública de Imperium (poder público) parte del centro del Estado y
vuelve a él; es decir, todo lo que cae dentro del derecho público corresponde a órganos
cuya competencia, desde el punto de vista geográfico, parte del centro y se extiende a todo
el territorio del Estado.
A esto se opone la nueva teoría el Estado descentralizado, en el cual los asuntos políticos
son ejecutados en mayor o menor escala por órganos de gobierno con competencia
limitada a una localidad geográfica distinta y alejada del centro del poder político.
La descentralización se lleva en toda su proporción si todas las normas tienen solo vigencia
local, debiendo existir al menos una norma que sea válida para todo el territorio y que
delegue las órdenes locales.
Existe una distribución de competencias entre los órganos centrales y regionales, así como
la existencia de una forma de representación de las entidades locales en el gobierno federal
y de partición en la formación de la voluntad federal.
En los Estados compuestos, el reparto del poder exige una distribución de competencias
entre el ente central y los autónomos. Esta distribución se articula a través de una lista de
competencias que suele incluirse en la constitución del ente central. Esta lista puede
contener las competencias que se reservan al ente central, con una cláusula residual a favor
de los entes autónomos.
¡Importante!
En general, las relaciones entre los Estados miembros de una confederación se basan en el
derecho internacional, mientras que los de los estados que forman parte de una federación
se fundamentan en el derecho constitucional.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo tribunal judicial de nuestro país, formuló
una jurisprudencia que explica la existencia de la distribución de competencias
Interpretación de la Ley
Vaya a la página del Semanario Judicial de la Federación y lea la jurisprudencia
constitucional “Controversia constitucional. Distribución de competencias entre la
Federación, las entidades federativas y los municipios”, con registro: 195029.
Esta jurisprudencia significa que en México se prevé un esquema administrativo del sistema
jurídico-político mediante facultades residuales en la cual, se establece que las materias no
concedidas expresamente a las autoridades centrales corresponderán a la esfera de las
entidades federativas o Estados federados.
Traspaso de competencias
La Constitución mexicana abre la posibilidad de ceder parte del ejercicio del poder político
nacional a un órgano territorial menor, dotado de personalidad jurídica propia. Dicho
traspaso de competencias implica los siguientes caracteres:
La teoría del Estado federal sostiene como principio la igualdad jurídica de las entidades
autónomas que lo componen, pero en la práctica es preferible recurrir al concepto
de equiparabilidad, puesto que no existe una igualdad real entre las diferentes entidades
territoriales.
Interpretación de la Ley
Vaya a la página del Semanario Judicial de la Federación y lea la tesis aislada constitucional
administrativa “Entidades federativas”, con registro: 287610.
En el régimen de centralización administrativa, la participación de las entidades federativas
en el poder federal se realiza al agruparse los Estados miembros en una situación de
dependencia, unos respecto de otros. Esta participación nace de un vínculo que, partiendo
del Estado federal como organismo superior de ese orden, los va ligando hasta el órgano
territorial de más ínfima categoría; es decir, el Estado federal aglutina a las entidades
territoriales federadas mediante una relación de jerarquía entre las diversas unidades
federativas que integran el sistema federal o compuesto. Mediante esta relación jerárquica
se mantiene la unidad del poder administrativo, a pesar de la diversidad de los órganos que
lo conforman.
La política es una actividad ejercida de forma colegiada para el bien común, donde deben
intervenir entes territoriales menores.
Esto se acredita con una de las definiciones de política que contempla la Real Academia de
la Lengua Española:
Definamos...
Político (a)
Del lat. politĭcus, y este del gr. πολιτικός.
(...)
7. f. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
Las políticas públicas (public policies) forman parte del ámbito de la gobernanza y
constituyen el conjunto de actividades de las instituciones de gobierno que van dirigidas a
influenciar un rubro específico de la vida de los ciudadanos, como respuesta a las exigencias
o iniciativas concretas originalmente planteadas por la propia sociedad, y a través de los
cuales el gobierno proyecta y establece programas y sistemas institucionales cualitativos e
innovadores.
¡Importante!
Hay materias en las que el Estado nacional legisla en forma exclusiva, pero puede trasladar
la ejecución gubernativa a distintas autoridades territoriales, las cuales cuentan con
atribuciones específicas, pero también puede haber concurrencia de competencias entre
ambas autoridades.
Al respecto, existen dos visiones que analizan el ejercicio del federalismo y las dificultades
que enfrenta en el ejercicio del poder público.
Escuela norteamericana
A pesar de que el federalismo se vincula con las relaciones cambiantes entre Estado y
sociedad, el Estado sigue siendo centro de un considerable poder político (Cerrillo,
2005:15).
Fukuyama ha manifestado que “son los esfuerzos constantes del hombre por
automodificarse culturalmente los que han configurado la historia humana y el aumento
progresivo de la complejidad y sofisticación de las instituciones humanas con el correr de
los tiempos” (2003: 35), es decir, el Estado (creación institucional humana), está sujeto al
cambio permanente. Estas transformaciones han sido más o menos inveteradas en la
Europa de la segunda posguerra en la que sus naciones han dirigido y sumado desde hace
décadas sus esfuerzos y recursos con miras a una asociación comunitaria supranacional.
Supranacionalismo europeo
Ante este logro se redoblaron esfuerzos para cristalizar la gestión comunitaria de otros
sectores económicos y del rubro atómico. De esta forma unos años más tarde los mismos
países creaban, mediante los Tratados de Roma del 25 de marzo de 1957, la Comunidad
Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom),
que iniciaron sus actividades con la entrada en vigor de los Tratados el 1 de enero de 1958.
Posteriormente, con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea (TUE) en 1993,
nace una confederación de Estados llamada Unión Europea, que conformó una política
exterior común y la cooperación judicial y policial, dotándose así de personalidad jurídica
propia como sujeto de derecho internacional.
Los tratados constitutivos crearon las comunidades europeas y ellas persiguen sus objetivos
utilizando el derecho comunitario, sistema de instrumentos normativos que permiten
adoptar actos jurídicos con efectos vinculantes para los Estados miembros y sus ciudadanos
(Borchardt, 1999: 57); y que tienen las siguientes características:
Estructura institucional
Transferencia de competencias
A las instituciones comunitarias, que va más allá que en el caso de las demás
organizaciones internacionales y se extiende a ámbitos normalmente reservados a
los Estados.
Las disposiciones jurídicas surten pleno efecto de modo uniforme en todos los
Estados miembros y concede derechos e impone obligaciones tanto a los Estados
miembros como a sus ciudadanos.
De esta manera, el derecho comunitario se integra en los sistemas jurídicos nacionales sin
perder su autonomía; forma parte del derecho que se aplica en cada Estado miembro, pero
no se confunde con el derecho interno ni obedece en su formación ni en sus efectos a las
normas del procedimiento normativo interno.
¡Importante!
El derecho comunitario es autónomo respecto del derecho internacional y no constituye
derecho interno.
Las formas de Estado actuales son: Estado unitario o simple, donde el poder radica en el
centro y se difumina a los entes territoriales de forma homogénea y unificada, fundado en
una sola constitución nacional y suprema; y el Estado federal o compuesto, donde el poder
se distribuye (mas no se divide) en diversas entidades territoriales, permitiendo diversos
sistemas jurídicos y políticos, con distintas y propias constituciones locales, pero unificados
en una Constitución suprema.
La importancia de las formas del Estado radica en saber dónde se ubica el poder político y
cómo se ejerce sobre todo el territorio nacional, ámbito de validez de la norma jurídica
estatal.
Para saber más...
Para profundizar en el estudio de este tema revise el artículo:
Fuentes de consulta
Bibliografía
Andrade Sánchez, Justino Eduardo, Teoría General del Estado, 2.ª ed., México,
Oxford University Press, 2007.
Borchardt, Klaus-Dieter, El ABC del Derecho comunitario, 5.ª ed., Bruselas, Comisión
Europea, 1999.
Burgoa Orihuela, Ignacio, Derecho constitucional mexicano, 11.ª ed., México,
Porrúa, 1997.
Fukuyama, Francis, El fin del hombre. Consecuencias de la revolución biotecnológica,
Madrid, Punto de lectura, 2003.
Garita Alonso, Miguel Ángel, González Blanco, Carlos y Anlen López, Jesus, Teoría
General del Estado. Enciclopedia Jurídica de la Facultad de Derecho, México, UNAM/
Porrúa, 2018.
Jellinek, Georg, Teoría general del Estado, México, Fondo de Cultura Económica,
2000.
Sorensen, Max, Manual de derecho internacional público, México, Fondo de Cultura
Económica, 2000.
Legislación
Interpretación de la Ley
Imágenes
Introducción
Al inicio de la unidad, se hará referencia a los aspectos que distinguen a un Estado de otro
y le otorgan una personalidad concreta. Posteriormente, se señalan, a manera de
recordatorio, los elementos que conforman el Estado, para centrarnos en uno de ellos, el
poder; que da lugar a la definición de gobierno. Una vez que se cuenta con esta noción, se
precisa lo que se entiende por formas de gobierno.
Por cuestión de orden, se distinguirá entre dos conceptos que, aunque parecieran análogos,
se refieren a cuestiones diferentes: formas de Estado y formas de gobierno. Hecho esto, nos
centraremos en el análisis de las ideas expuestas por diversos tratadistas sobre las formas
de gobierno, ese recorrido nos llevará desde la Grecia Clásica hasta la Edad Moderna.
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(1) Formas de Gobierno en el mundo
Objetivo particular
El alumnado conceptualizará las formas de Gobierno y las distinguirá con las formas de
Estado, y conocerá sus tendencias actuales.
Temario
Cada Estado cuenta con características específicas que lo distinguen de otros, éstas dan
lugar a una personalidad concreta, las cuales derivan de los aspectos sociológico,
geográfico y jurídico, este último, se refiere a la estructura de los órganos fundamentales
del Estado y la situación en que se encuentran respecto de los elementos constitutivos del
mismo (Porrúa Pérez, 2017: 463-464).
En este punto, es conveniente recordar los elementos constitutivos del Estado moderno, al
respecto, Arnáiz (1995: 37) sostiene que son:
De tales elementos, para este tema, resulta relevante el poder, que está relacionado con la
noción de gobierno, que ha sido entendido como “el conjunto de instituciones, organizadas
por el ordenamiento jurídico, para el ejercicio de la soberanía” (Porrúa Pérez, 2017: 464).
Teniendo en cuenta esta definición, las formas de gobierno han sido conceptuadas como:
Definamos…
Formas de gobierno
“Los diferentes modos de constitución de los órganos del Estado, de sus poderes y de las
relaciones de esos poderes entre sí” (Porrúa Pérez, 2017: 464).
Hay autores, como Reinhold Zippelius (2017: 149-183), que al llevar a cabo el análisis de los
tipos de organización del poder, se refieren al tema como un estudio sobre las formas de
Estado. No obstante, para efectos de esta materia, es preciso distinguir los conceptos
de formas de Estado y formas de gobierno.
En consecuencia, cuando se habla de formas de Estado, se hace referencia a éste visto como
un todo, por el contrario las formas de gobierno designan a los modos como están
constituidos los órganos del Estado y, por ello, constituyen una visión parcial de la
organización estatal, que atiende a la manera como se integra uno de sus poderes, el Poder
Ejecutivo y cómo se relacionan sus funciones (Serra Rojas, 2018: 453 y 550).
Para efectos de esta materia, resultan de especial importancia Platón, Aristóteles, Polibio,
Maquiavelo y Montesquieu, cuyas ideas básicas sobre las formas de gobierno, se delinearán
a continuación.
Platón
Platón, en su obra La República, hace una descripción del gobierno ideal cuyo fin es la
realización de la justicia e implica la armonía entre tres clases: los gobernantes-filósofos; los
guerreros, y quienes desarrollan trabajos productivos.
1. La monarquía.
2. La aristocracia.
3. La timocracia.
4. La oligarquía.
5. La democracia.
6. La tiranía.
Las dos primeras son identificadas con el gobierno ideal. Las otras cuatro, son consideradas
como formas de gobierno corruptas, en orden decreciente (Bobbio, 2008: 21-23).
Aristóteles
Aristóteles expone su teoría sobre las formas de gobierno en La Política. Para catalogarlas
utiliza dos criterios: quién gobierna, y cómo gobierna.
En relación con el primer criterio, señala que el poder puede ser ejercido por los siguientes
sujetos:
1. Una persona.
2. Unas pocas personas.
3. La mayoría de las personas.
Por lo que se refiere al segundo criterio, sostuvo que, cuando el poder se ejerce teniendo
en consideración el interés general, la forma de gobierno será recta; pero por el contrario,
cuando se ejerce atendiendo al interés particular, existe una desviación (Bobbio, 2008: 33-
36).
Atendiendo a esos dos criterios, esto es, el número de personas que ejercen el poder y si
atienden al interés general o al particular, considera que los gobiernos pueden ser:
Número de personas
Interés al
que
atiende Una Pocas
La mayoría
persona personas
Polibio
En el “libro VI” de Historias, Polibio expone su teoría sobre las formas de gobierno, que
parte de tres tesis:
1. Hay seis formas de gobierno, de las cuales tres son buenas y las otras malas.
2. Las formas de gobierno se suceden, en un proceso que se repite.
3. Existe una séptima forma de gobierno, que está ejemplificada en Roma, la cual es una
síntesis de las tres formas de gobierno buenas.
En Roma, los órganos que participaban en el gobierno eran los cónsules, el Senado y los
comicios del pueblo, que representaban la monarquía, la aristocracia y la democracia,
respectivamente.
Lo que hace excelente a esta séptima forma de gobierno, es que existe un mecanismo de
control entre los poderes, también llamado principio del equilibrio (Bobbio, 2008: 44, 45 y
51)
Maquiavelo
Maquiavelo, Estudia las formas de gobierno en El Príncipe y en Los Discursos sobre la
primera década de Tito Livio. La teoría de este pensador se distingue porque es bipartita, ya
que considera que todos los Estados han sido:
1. Repúblicas.
2. Principados.
Esta división atiende a un criterio cuantitativo, según el cual, los Estados gobernados por
una persona corresponden al principado, en tanto que los gobernados por varios, ya sean
pocos o muchos (aristocracia y democracia, respectivamente), están comprendidos en la
categoría de la república (Bobbio, 2008: 64 y 65).
Montesquieu
Montesquieu (1906: 20, 21 y 31-35) considera que existen tres tipos de gobierno:
1. El republicano.
2. El monárquico.
3. El despótico.
Las repúblicas, a su vez, se subdividen en dos categorías: si la soberanía la ejerce todo el pueblo, se
está ante una democracia, pero si la ejerce sólo parte del pueblo, se trata de una aristocracia. En
este tipo de gobierno, es fundamental el establecimiento del derecho al sufragio, que es la
manera en que el depositario de la soberanía expresa su voluntad.
En el gobierno despótico, es natural que quien detenta el poder lo entregue para su ejercicio a
otra persona, por ejemplo, un visir, quien se ocupará de todos los asuntos.
El análisis de las ideas de estos pensadores, permite concluir que hay una constante en la
clasificación de las formas de gobierno, que es la utilización de un criterio cuantitativo
respecto de las personas que ejercen el poder. Además, en la mayoría de ellos, vemos la
distinción entre formas de gobierno buenas y malas.
Cada uno de los autores abordados, generaron teorías propias sobre la clasificación de las
formas de gobierno, probablemente la que ha tenido más impacto ha sido la teoría
clásica que fue expuesta por Aristóteles, cuyos criterios de distinción quedaron señalados
en el apartado referente a los principales tratadistas sobre el estudio de las formas de
gobierno.
Ahora bien, existe una clasificación más actual de las diversas formas de gobierno, según la
cual los regímenes se catalogan, según la preponderancia en la relación entre poderes, de
la siguiente forma:
1. Sistemas presidenciales, que implican una preeminencia del Poder Ejecutivo sobre
el Legislativo.
2. Sistemas parlamentarios, en los que hay preponderancia del Poder Legislativo, la
cual puede llegar al punto de que el Poder Ejecutivo derive de aquél.
Además, existen sistemas mixtos o semipresidenciales, que conjugan elementos de los dos
ya mencionados (Gómez Díaz de León, 2015: pp. 43-45).
Monarquía
Serra Rojas (2018: 459-461) considera que la monarquía se caracteriza por los siguientes
rasgos:
La monarquía absoluta implica que el rey es el titular de la soberanía y, por ello, la ejerce
en nombre propio. En tanto que, en la monarquía limitada, se considera que el poder del
rey debe subordinarse a frenos jurídicos y constitucionales.
La doctrina señala que las monarquías limitadas pueden ser de los tipos siguientes:
1. Templadas.
2. Representativas.
3. Constitucionales.
4. Simbólicas.
De ellos, resulta de especial interés el tercer tipo, en el cual, se considera que la
Constitución es la norma suprema, a la que está sujeto el rey.
República
La titularidad del Poder Ejecutivo no es hereditaria, sino que se accede a ella mediante
elecciones.
La elección del titular del Ejecutivo la realiza el pueblo o los representantes de éste.
Es considerada como una forma de gobierno popular, en el sentido de que permite la
participación del cuerpo electoral constitución de los órganos directivos.
El ejercicio del poder es limitado.
La existencia de un régimen de responsabilidades políticas (Serra Rojas, 2018: 463 y
464).
La referencia a estas dos formas de gobierno las encontramos desde los pensadores griegos
hasta los de la Edad Moderna. Las notas distintivas más relevantes entre ellas consisten en
que la monarquía, por regla general, es hereditaria y se justifica en la divinidad, en tanto
que, en la república, el titular del Poder Ejecutivo es elegido por el pueblo o sus
representantes, por lo que su legitimidad deriva de la designación hecha por el depositario
de la soberanía.
Considera que la democracia “es un sistema o régimen político, una forma de gobierno o
modo de vida social, en que el pueblo dispone de los medios idóneos y eficaces para
determinar su destino, la integración de sus órganos fundamentales o para expresar la
orientación ideológica y sustentación de sus instituciones” (2018: 510).
Por otro lado, Jorge Carpizo (2011: 1063-1068) considera que la democracia, como la
entendemos en nuestros días, es un fenómeno del siglo XX, que tuvo algunos antecedentes,
por ejemplo, en la Grecia Clásica, con la diferencia de que solo se consideraba dotado de
derechos políticos al hombre libre por nacimiento y originario de la ciudad de la que se
tratara.
Este mismo autor sostiene que los elementos que definen a la democracia, conocidos
como núcleo duro, son los siguientes:
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Libertades democráticas
Las libertades democráticas tienen dos acepciones. La primera hace referencia a los derechos o
libertades específicas que las personas poseen por el simple hecho de ser humanas, están dirigidos
a proteger la posibilidad de elegir la manera de vivir, así como de desarrollar su plan particular. La
segunda se entiende como la capacidad de autogobernarse, que implica la prerrogativa de las
personas de participar en la adopción de las decisiones colectivas que le incumben; este derecho
es la base del principio de la soberanía popular.
La igualdad jurídica y política de los ciudadanos implica que las diferencias o desigualdades no
pueden ser utilizadas para legitimar la preeminencia política de unas personas sobre otras. Por
ello, cada persona tiene derecho a un voto, que tiene el mismo valor, independientemente de las
circunstancias particulares de cada una de ellas
La fraternidad
La fraternidad como valor democrático supone que, aunque hay diferencias de opinión o de
intereses, los integrantes de una sociedad no deben considerarse unos a otros como enemigos.
Esos conflictos no deben impedir la cooperación, por el contrario, debe haber consciencia de que
las diferencias no son contradicciones absolutas que deban resolverse mediante la aniquilación del
contrario, sino mediante procedimientos de negociación y concertación de soluciones aceptables
para todos los actores.
Presidencialismo
Parlamentarismo
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El Poder Ejecutivo está dividido entre:
1. Un jefe de Estado.
2. Un jefe de gobierno.
1. La Cámara Alta.
2. La Cámara Baja.
El primer ministro está facultado para disolver el Parlamento, en nombre del jefe de Estado.
Entre los mecanismos de control político a los que está sujeto el primer ministro y el
gabinete están las siguientes facultades:
1. Investigación.
2. Interpelación.
3. Información o requerimiento de comparecencia.
Semipresidencialismo
La división de poderes en el sistema semipresidencial es más compleja que en los otros dos
sistemas analizados, por la relación que tienen el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
Los elementos que caracterizan este sistema son (Espinoza Toledo, 2016: 61-63):
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respectivos.
Semipresidencialismo
El análisis de los procesos de reforma política en Latinoamérica revela que los mismos han
tenido como fin renovar los sistemas presidenciales, poniendo especial atención en la
modificación de las relaciones entre el presidente y el Poder Legislativo, dando a este mayor
campo de acción y consolidando mecanismos de control del Poder Ejecutivo.
Entre los países latinoamericanos que la doctrina ha identificado como representantes del
presidencialismo parlamentarizado están Argentina, Guatemala, Perú y Uruguay (Reniu y
Albala, 2012: 162-163).
En relación con los gobiernos de coalición, se ha dicho que expresan de mejor manera los
valores de la democracia, pues el compartir el gobierno con otros partidos políticos implica
el apostar por el pluralismo político, que hace crecer la base social del gobierno.
Existen críticas en contra de este tipo de gobierno en el sentido de que los acuerdos entre
los partidos políticos pueden considerarse como una traición a la voluntad de los electores.
Además, se ha dicho que les permite a los partidos menores llevar a cabo chantaje político;
así como que los acuerdos que implican reflejan la incapacidad del partido vencedor de
ejecutar su programa político.
Sin embargo, varios de los países más desarrollados han sido gobernados por coaliciones
por más de 50 años (Reniu, 2012: 107-109).
Señala que la coalición política puede ser entendida como “la dinámica de colaboración que
se establece entre dos o más partidos políticos, bien sea temporal o permanente, a fin de
obtener algunos resultados” (2001: 50).
Asimismo, señala que existen coaliciones de tres tipos, que dependen del ámbito en que se
da la colaboración:
Pulse en las áreas que se marcan como sensibles para desplegar la información.
Las coaliciones parlamentarias pueden ser de dos tipos: puntuales o estables.Las primeras
se caracterizan porque no buscan permanencia, son pasajeras y no implican la existencia de
un acuerdo previo. Las segundas, tienen su origen en un acuerdo entre el o los partidos en
el gobierno y algunos otros que tienen miembros en el Parlamento, que se negocia antes
de que se forme el gobierno, en el cual se señalan las políticas a implementar y la forma de
garantizar la supervivencia del gobierno.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Legislación
Decreto
Introducción
El poder, para su ejercicio equilibrado, se ha dividido entre los poderes representativos del
Estado, quienes lo ejercen a través de sus órganos, mediante la realización de funciones,
atribuciones y actividades determinadas, en este sentido, el Estado debe tener una
organización, atendiendo a la división del poder; con el estudio de la presente unidad, usted
conocerá en qué consiste la teoría de la división de poderes, la finalidad que se persigue
con esta división, así como las funciones que realizan cada órgano detentador de parte de
ese poder.
Asimismo, conocerá las teorías que se han creado para lograr el control del poder político
del Estado.
Objetivo particular
Temario
Como persona jurídica de derecho público, el Estado requiere expresar su voluntad en todos
los actos que emita, para el cometido para el que fue creado (el bien común), para ello la
teoría más aceptada es la teoría del órgano, la que ve a la parte orgánica de la persona
moral y que, esencialmente, consiste en que las personas jurídicas expresan su voluntad
por conducto de los órganos que la integran; esta teoría es de origen alemán y explica el
procedimiento mediante el cual, la expresión de la voluntad humana expresada recae en la
persona colectiva.
Para este autor, el órgano del Estado no solo es creador del orden estatal, sino que también
lo ejecuta; el mismo órgano es el creador y ejecutor material de la voluntad del Estado,
señala:
Los órganos del Estado se clasifican de acuerdo con diversos criterios, de los que se destacan
las siguientes:
Mediatos
Estos órganos participan en la soberanía y en el poder, y en cierta forma evita los excesos
por parte de los órganos inmediatos del Estado.
Por ejemplo…
Los ejemplos más importantes de este tipo de órganos son los considerados facultativos y
necesarios, como se ha visto, la diferencia entre ambos estriba en la facultad que tiene o
no tiene el Ejecutivo para poder crearlos o, ya están establecidos en el ordenamiento
jurídico; un ejemplo de ellos es el municipio, este órgano auxilia al Poder Ejecutivo, pero no
queda en el arbitrio del Ejecutivo su creación, sino que su estructura ya está fijada en el
orden jurídico.
El municipio, a su vez, puede tener órganos mediatos y órganos inmediatos para realizar
sus funciones; los órganos inmediatos son el presidente municipal y las actividades
ejecutivas que le corresponden; los órganos mediatos se identifican con los funcionarios de
segundo orden del municipio y las actividades que les corresponden.
Inmediatos
De acuerdo con Jellinek, citado en el artículo La organización del Estado, los órganos
inmediatos son los que tienen una derivación directa de la Constitución y se les considera
órganos creadores y órganos creados, uno da origen a otro; a su vez estos órganos
inmediatos pueden subdividirse de la siguiente forma:
Los órganos inmediatos son característicos del Estado moderno y se concretan en el Poder
Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. En nuestro país, teóricamente no debe
existir supremacía de ninguno de estos poderes respecto de los otros.
Serra Rojas, Andrés, Teoría del Estado, 20.ª ed., México, Porrúa, 2018:
o “Clasificación de los órganos”, pp. 222-225.
Este autor pone de relieve el riesgo en que se coloca la libertad ante la concentración del
poder en una sola persona; considera que los poderes con los que el Estado cumple sus
funciones esenciales son el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, todos
ellos intervienen en sus respectivos ámbitos en el origen y la materialización de la Ley (quien
la emite, quien la reglamenta y quien la interpreta respectivamente).
Si bien los poderes deben ser independientes entre sí, también deben accionar de forma
coordinada, mediante la asistencia mutua, complementándose y controlándose;
teóricamente, este es el deber ser de la teoría de la división de poderes, no obstante, la
realidad muestra que en varias ocasiones que uno de los poderes prevalece sobre los otros,
quienes se colocan en situación de subordinación y dependencia.
Anselmino, Valeria L., “La división o separación de poderes (de la teoría clásica a lo
que ocurre en la realidad”, en Revista Anales de la Facultad de ciencias Jurídicas y
Sociales, Argentina, Año 13, núm. 46, 2016.
Diversas teorías sobre la división de poderes y su evolución
Dentro de las principales teorías de la división de poderes, se destacan las
siguientes:
John Locke
Las ideas propuestas por John Locke aportaron nuevos elementos a la teoría, distinguiendo
dos poderes principales; el Legislativo y el Ejecutivo, asimismo, agregó como poder
secundario, dependiente del Ejecutivo, un Poder Federativo, que debía encargarse de las
relaciones exteriores, con facultades para declarar la guerra y acordar la paz.
Este pensador fue el precursor de la teoría, cuyo núcleo consistía en sostener que el poder
de elaborar leyes debe concentrarse en personas distintas de las que se encargan de su
cumplimiento; una vez dictadas las leyes, todos, incluyendo quienes las han hecho, deben
quedar sometidos a la Ley.
Montesquieu
En el marco de la historia, la división de poderes fue una de las conquistas revolucionarias
de Francia a finales del siglo XVIII en su lucha contra el absolutismo, en esta época la
autoridad se concentraba en un pequeño círculo gobernante; el Rey y sus allegados
legislaban, administraban el Estado, comandaban los ejércitos e impartían justicia. Todo de
modo centralizado y absorbente.
Con base en la comparación de la teoría con el plano fáctico, Kelsen señala que los poderes
no se encuentran divididos sino distribuidos, ya que las funciones que ejercen no les son
exclusivas, sino sólo guardan una posición de privilegio respecto de ellas, pero en cierta
forma, también son ejercidas por los otros poderes; por estas características que señala el
autor empieza a hablarse de que la división de poderes ha pasado a ser una colaboración
de poderes.
Hay una diferencia para conceptualizar al órgano en derecho privado y en derecho público;
para el primero, es una entidad que expresa legamente la voluntad de una persona jurídica;
en el derecho público el órgano puede ser una persona, una institución o una unidad
administrativa a quien se encomienda la aplicación de una parte de la Ley; el órgano es una
parte del todo que es el Estado.
La relación entre ambos elementos, órgano y titular, se entiende como la creación jurídica
abstracta y permanente que implica a la Ley misma organizando un servicio; por su parte,
el titular es una persona física que expresa la voluntad que la sociedad ha incluido en una
ley. El órgano requiere de los titulares para manifestarse, ya que sin ellos sólo sería un
conjunto de normas irrealizables; por otra parte, las personas sin el órgano carecerían de
la capacidad para actuar.
A través de esta teoría, las personas jurídicas expresan su voluntad por medio de los
órganos que la integran. Ésta es de origen alemán y explica el procedimiento de
imputación de la voluntad humana a la persona jurídica.
Serra Rojas, Andrés, Teoría del Estado, 20.ª ed., México, Porrúa, 2018:
o “La teoría del órgano”, pp. 220-226.
Teoría del órgano legislativo
La razón de ser del Poder Legislativo es transmitir la voluntad del pueblo, por ello, se considera
que la voluntad popular es la piedra angular de este poder, esta voluntad no necesariamente debe
ser una voluntad general, sino de una parte del pueblo, pero que se extenderá a la generalidad de
aquél.
Por tanto, podemos decir que los Estados democráticos toman en cuenta la voluntad popular,
puesto que ésta es la que legitima al poder.
El Poder Judicial no tiene voluntad autónoma porque hace las veces de complemento de
los otros dos poderes; asimismo, carece de un poder de mando a diferencia de los otros
dos, el Poder Legislativo se ejerce a través de la Ley y el Ejecutivo a través de la fuerza
material legítima.
Los órganos autónomos son aquéllos que derivan en forma directa de la Constitución y que
no se adscriben claramente a ninguno de los poderes tradicionales del Estado. Son
considerados como parte de la evolución a la teoría clásica de la división de poderes porque
se asume que puede haber órganos diversos a los tres poderes, sin que se vulneren los
principios democráticos y de la Carta Magna.
De acuerdo con Jaime Cárdenas (2015:209-233) dichos órganos presentan las siguientes
características:
Por último, es importante tener en cuenta las siguientes características de los órganos que
se han analizado:
1. Los órganos no tienen personalidad jurídica propia, sólo el Estado la tiene con relación a
sus órganos.
2. Los órganos no tienen a su cargo fines propios, porque sólo realizan fines del Estado.
3. El Estado se integra con órganos públicos y los actos de éstos son actos del Estado.
De acuerdo con las teorías que se han revisado, para evitar el abuso del poder como
planteaba Montesquieu, se requiere enfrentar el poder al poder, estableciendo un
equilibrio que sirva de freno y de control recíproco; hoy se piensa más en órganos que en
poderes y en cómo establecer los medios adecuados para realizar la colaboración de las
funciones estatales.
Función administrativa
Función jurisdiccional
En cuanto a la función jurisdiccional, el autor Miguel Galindo Camacho (2016: 300), señala
que es necesario distinguir entre dos momentos diversos:
Basave Fernández del Valle, Agustín, Teoría del Estado, 10.ª ed., México, Trillas,
2012:
o “La organización y funciones del Estado”, pp. 137-141.
Galindo Camacho, Miguel, Teoría del Estado, 7.ª ed., México, Porrúa, 2016:
o “Las funciones del Estado”, pp. 299-300.
Como hemos visto desde la refutación que Kelsen hace a la división de poderes, cada uno
de dichos órganos no se limita únicamente a la función que esencialmente le
correspondería, por lo que la separación de funciones en cuanto a su distribución, se realiza
en forma imperfecta, de tal forma que los tres poderes participan en la realización de
funciones que en teoría deberían corresponder a sólo uno de ellos (ejemplo: los tres
realizan funciones administrativas).
Los principales pilares que influyen en la conformación de la teoría de las funciones del
estado son Aristóteles, Locke y Montesquieu; para el logro de las funciones que ya se han
comentado, el Estado realiza un cúmulo de actividades, (actos, operaciones, tareas y
servicios), identificadas como las siguientes:
Facultades.
Prerrogativas.
Derechos del Estado.
Competencia.
Servicios públicos.
Atribuciones.
Funciones.
De acuerdo con el autor Miguel Galindo Camacho (2016: 299), los conceptos
de funciones y atribuciones son los que expresan la actividad del Estado. Las atribuciones
presentan la siguiente clasificación:
Kelsen, Hans, Teoría General del Estado, 5.ª ed., México, Ediciones Coyoacán, 2015:
o “No separación, sino distribución de poderes”, pp. 323-335.
Mediante el contrato social, las personas se someten al poder político del Estado,
renunciando a una parte de su libertad individual, a cambio de los bienes y servicios que el
Estado debe proporcionarle (seguridad y preservación de la autonomía personal), ante esto,
el Estado gobierna mediante leyes positivas formalmente iguales para todos y cuya finalidad
es proteger los derechos individuales.
El Estado despliega un poder político para cumplir con la protección de los derechos de las
personas, dicho poder se institucionaliza con la generación y organización del Estado, a
través de normas jurídicas.
Existen diversas formas de poder que derivan de las funciones que cumplen quienes lo
detentan, las más sobresalientes son las siguientes:
Con independencia del origen del poder, éste debe de ser controlado en forma directa o
indirecta, mediante su regulación; cabe señalar que la mayoría de las fuentes del poder se
concretizan en poder político para que puedan, legítimamente, ejercer la dominación que
buscan.
El poder es necesario cuando se requiere ejecutar las decisiones de autoridad del Estado,
pero ello no quiere decir que autoridad y poder sean sinónimos; el poder es la posibilidad
de imponer la voluntad de uno sobre otros, normalmente se encuentra depositado en el
sistema jurídico y la autoridad es la legitimación en la materialización del poder.
El autor Serra Rojas, señala que el poder político es el poder del Estado y lo conceptualiza
como “un medio poderoso para que el Estado pueda realizar sus fines o, la capacidad de
imponer obediencia” (2018: 292).
De acuerdo con la teoría tradicional del Estado, su tercer elemento es el poder, y éste debe
ser utilizado para organizar la vida política, por lo que el poder del Estado debe
ser soberano, sin admitir otras entidades soberanas. El ejercicio de éste es como se podrá
organizar la vida del Estado, ejerciendo la facultad de mandar; el poder es la fuerza con la
que se obliga a obedecer a otra; la autoridad es el derecho a dirigir y a mandar, la autoridad
requiere del poder y el poder por sí solo no podría subsistir sin la autoridad, de haber poder
sin autoridad estaríamos frente a la tiranía del Estado.
Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para desplegar la
información correspondiente.
La teoría en la CPEUM
De acuerdo con el autor Serra Rojas (2018:303) y con base en los artículos 39 y 40 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el poder que se deposita en los
órganos y en sus titulares es un derecho expreso que corresponde al pueblo de nuestro
Estado.
El poder político es una fuerza material y jurídica concentrada en una organización política
determinada, corresponde al órgano y aun cuando lo ejerce una persona física, el derecho
de ejercerlo no está asignado a ésta.
La misión de éste es la realización del bien público, por ello, aparece como una capacidad y
autoridad para dominar, frenar y controlar a las personas, obtener su obediencia y guiar su
actividad en una dirección determinada. Para ello, el Estado crea un sistema de relaciones
de poder que se contienen en su organización político-administrativa.
Ningún poder es superior al poder del Estado, esto quiere decir que el Estado tiene el
monopolio del poder legal, porque sin el derecho, dicho poder se volvería incontenible e
indomable; el poder del Estado se dispersa en la Ley, en la forma de una coacción material
o de un sistema de sanciones proporcionadas a la magnitud de la violación infringida.
Teniendo ya un antecedente del poder, su origen y sus formas, podemos iniciar el análisis
de la teoría del control del Poder político; un antecedente importante de esta teoría, es el
establecimiento de mecanismos de control parlamentario, ya que estos se han visto como
una reacción al absolutismo que permitieron fortalecer a uno de los tres poderes, en
específico al Poder Legislativo.
La teoría clásica del control del poder político nace en Francia, en el periodo de la
Revolución francesa, esta teoría supone que el gobierno es un comité delegado del
parlamento que no tiene legitimación propia ya que no es electo por el pueblo, sino
designado por el parlamento, quien sí tiene representación, tiene una legitimación
proveniente de un solo órgano, sin intervención del pueblo. En esta teoría, el gobierno
carece de autonomía y de facultades propias; la cámara y el parlamento tienen el control de
las facultades del gobierno, de esta forma, el control parlamentario es el mecanismo para
instituir un gobierno, sostenerlo y quitarlo, delimitando sus facultades, con apoyo en la
Constitución.
De acuerdo con la teoría clásica, las facultades del gobierno dependían del parlamento y
ello implicaba un alto grado de inestabilidad, ya que el gobernante se encontraba a merced
del parlamento, quien además podía utilizar al representante del gobierno a su voluntad. Es
importante tener en cuenta que en la época de la teoría clásica que se comenta, no existía un
órgano que vigilara el apego a la Constitución y tampoco se controlaban los actos del Poder
Legislativo, por ello, para esta teoría, el control parlamentario era el único y el verdadero
control, ya que hacía posible vigilar y limitar al gobierno, garantizando el funcionamiento
del orden jurídico, en esta teoría los principales mecanismos de control del poder político
son los siguientes:
Dentro de las nuevas doctrinas en materia del control del poder político, se insertan las
siguientes:
Pulse en cada una de las pestañas para ver la información correspondiente.
Para este autor, los medios de control son heterogéneos y el objeto de control puede ser
variado: normas jurídicas, actos de gobierno y administrativos. Propone la siguiente
clasificación de mecanismos de control del poder político:
Políticos.
Jurídicos.
Teoría de Loewenstein
Este autor sostiene que para que el poder político pueda ser controlado, debe ser
restringido, las técnicas que se establezcan para ese control deben partir de la Constitución;
los mecanismos de control pueden referirse al gobierno o a los detentadores de poder y
considera que el método de control más eficaz es la distribución de diferentes funciones
estatales a diferentes órganos, lo cual, en su concepción, es un control recíproco del poder
en sí. Aunado a la distribución del poder como mecanismo de control, propone los
siguientes:
La diferenciación de funciones.
La distribución de funciones entre diversos órganos.
Un método de reforma a la ley fundamental.
El reconocimiento de derechos individuales y libertades fundamentales.
El veto presidencial.
El nombramiento de gobierno.
El rechazo de iniciativas de ley.
El veto del presupuesto anual.
Preguntas e interpelaciones.
Comisiones parlamentarias de investigación.
Ratificación parlamentaria de tratados.
Confirmación de nombramientos.
La destitución del gobierno.
En resumen, el control del poder político es la facultad que tienen los órganos establecidos,
para vigilar y sanciona los actos que excedan la esfera competencial de otros órganos del
Estado, observando el marco normativo que determine el orden jurídico; la finalidad del
control es evitar el abuso de las facultades que en el orden jurídico se confieren a distintos
órganos y funcionarios del Estado.
En el caso del control a cargo del Poder Legislativo, tiene como objetivo evitar que el Poder
Ejecutivo abuse de sus facultades y se extralimite en perjuicio de los gobernados, tratando
de mantener un equilibrio entre los poderes, para evitar que el Ejecutivo adquiera mayor
influencia sobre los otros o ejerza más facultades de los que le han sido atribuidos.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Audiovisual
Imágenes
(1) Anton, Walter, Hans Kelsen, [fotografía], 2018, tomada de https://bit.ly/2J6YL1X,
consulta: 11/03/2018.
(2) Zscout370, Cámara de Diputados de México, [fotografía], 2006, tomada
de https://bit.ly/2EA60Kb, consulta: 05/03/2019.
(3) Delso, Diego, Palacio Nacional, [fotografía], 2016, tomada
de https://bit.ly/2HeY3Nv, consulta: 05/03/2019.
(4) Gabrieldrogba11, Edificio de la Suprema Corte de Justicia [Suprema Corte de
Justicia], [fotografía], 2011, tomada de https://bit.ly/2NLiGSO, consulta:
05/03/2019.
Es un adagio que indica la suprema importancia del orden jurídico para la coexistencia humana;
sin embargo, no bastan únicamente las intuiciones o quizá hasta los ideales de justicia para lograr
que aquello que se ha erigido en una norma jurídica logre positivarse en el plano fáctico de las
relaciones humanas.
En principio nos sentiríamos tentados a afirmar que es el Estado aquella estructura orgánica y
funcional que tiene como misión positivar dichos ideales elevados a la jerarquía de norma stricto
sensu, es decir, de juicio normativo; sin embargo, permanecen abiertos los debates que tratan de
dilucidar si es el derecho artífice del Estado, o viceversa, el Estado artífice del derecho.
El alumnado determinará la importancia del Estado, sus fines, así como su justificación y su
relación con el fenómeno de la globalización.
Temario
Jean Jaques Rousseau, en su libro Emilio o De la educación, escribe: “Todo nace perfecto de
las manos de su creador, es en manos del hombre que todo degenera” (1990: 33). Si
concedemos a esta afirmación la debida proximidad con la verdad, hemos de considerar que
la institución del Estado es algo no solamente importante, sino esencial para posibilitar la
coexistencia humana, ya que los múltiples y disímiles intereses que caracterizan a cada ente
humano, resultan de una disparidad tal, que indefectiblemente son y serán causa de
conflictos. La expresión de Rousseau, muestra que el hombre no puede ser dejado a sí mismo,
en plena libertad de seguir los dictados de la naturaleza.
“[…] La causa final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el
dominio sobre los demás) es el cuidado de su propia conservación y, por añadidura, el
logro de una vida más armónica, es decir, el deseo de abandonar esa miserable condición
de guerra que […] es consecuencia necesaria de las pasiones naturales de los hombres,
cuando no existe poder visible que los tenga a raya y los sujete por temor al castigo, a la
realización de sus pactos y a la observancia de las leyes…” (Hobbes, 2012:133)
De lo anterior, podemos inferir que la importancia de la existencia del Estado es tal, que sin él no
podría darse la coexistencia y por consecuencia tampoco el desarrollo de nuestra singularidad,
dado que ésta obtiene su florecimiento, según Aristóteles, únicamente en la coexistencia, pues
es el hombre, un ζῷον πολῑτῐκόν (zoon politikón), esto es, un animal social (1999: 15).
El profesor de la Facultad de Derecho, Héctor González Uribe, sintetiza en una pregunta la quinta
esencia de este tópico de la teoría política, cuando interroga: “¿es el Estado para el hombre o el
hombre para el Estado?” (González Uribe, 1977: 150). Para el antiguo catedrático de la Escuela
Nacional de Jurisprudencia, esta pregunta representa la reflexión más profunda que puede darse
sobre el sentido y valor de la comunidad estatal. Se trata de un aspecto donde se muestra
fuertemente aquella relación que Aristóteles indicara como existente entre la ética y la política,
ya que la reflexión sobre los fines últimos del Estado es de tipo ético y valorativo o axiológico.
Para resolver esta espinosa cuestión se debe considerar si el Estado es un fin o un medio para
lograr más altos fines, pero dado que los fines sólo pueden ser concebidos por entidades
racionales, no resulta posible que el Estado, siendo un ente desprovisto de consciencia, tenga
fines per se y consecuentemente, el punto cardinal de esta discusión es la persona, en sus
facetas ontológica y moral.
Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para desplegar la
información correspondiente.
Personalismo
La respuesta a la pregunta que interroga por la teleología del Estado debe responderse en favor
del individuo. La persona humana y sus valores han de ser considerados el elemento más valioso
de la institución estatal y ésta debe estar a su servicio.
Transpersonalismo
La persona no tiene primacía, sino más bien la condición de instrumento por cuya virtud se logre
la asecución de los valores de la colectividad.
La realidad es que, la cuestión concerniente a los fines del Estado, admite diferentes
interpretaciones y respuestas, en relación al momento histórico y pensamiento filosófico en el
que nos ubiquemos. Quizá, siendo el Estado un producto intelectual del hombre, habría que
admitir que el Estado tiene los mismos fines del hombre, pues ambos contienen la misma
suatancia ética.
El tema de la justificación del Estado es diferente de aquél otro que pregunta por su origen.
Mientras el tópico del origen del Estado consiste en preguntar: “¿por qué existe el Estado?”, el
tema que aquí se aborda interroga, no por la causa fáctica u “ontológica” de la existencia de dicha
institución, sino por la causa “deontológica” es decir, por el “deber ser” del Estado y se materializa
en la cuestión: “¿por qué debe existir el Estado?”.
La pertenencia de este tipo de cavilaciones al campo de la filosofía, ha hecho que los estudiosos
de la etiología estatal afirmen que mientras la “ontología” estadual es una quaestio facti (cuestión
de hecho) la “deontología” estadual es una quaestio iuris (cuestión de Derecho) cuya formulación
más esencial queda expresada en la interrogante: ¿por qué debe existir el Estado?
Otras preguntas que las grandes mentes teóricas de esta materia han formulado con base en la
que hemos dejado explicitada son, por ejemplo las de Georg Jellinek, quien se preguntó por qué
el Estado tiene facultad coactiva, y también por qué una persona debe acatar la voluntad a la de
otra; de la misma forma que Hermann Heller buscaba el porqué del sacrificio personal y
patrimonial en aras de la colectividad que en no pocas ocasiones se exige a los miembros de un
Estado.
La justificación del Estado ha sido intentada en alguna de las vías teoréticas siguientes que
Jellinek (Juárez, 2012: 120) categorizó y que son a saber: la teoría patriarcal, la teoría patrimonial
y la teoría del Estado como institución contractual.
Pulse en cada uno de los conceptos de la parte superior para ver la información
correspondiente.
Teoría patriarcal
La teoría patriarcal de justificación del Estado sostiene que éste existe como una consecuencia
lógica de transición potestativa desde el padre de familia hasta el jefe del grupo político, lo cual
significa que la autoridad que al interior del núcleo familiar ejerce el padre transita desde aquél
hasta la comunidad política.
Teoría patrimonial
La teoría patrimonial estima que el Estado debe existir para garantizar la satisfacción de las
necesidades primigenias humanas garantizando la producción de los bienes menesteres para
ello. Para esta teoría Platón y Cicerón compartieron un pensamiento explicativo de la etiología
estatal que fue de tipo patrimonialista, ya que para el primero, el conglomerado social agrupó
distintas profesiones económicas en una estructuración jerarquizada; mientras que para el
segundo, la res publica (Estado) era guardián de los derechos reales.
La teoría del Estado como institución contractual preconiza que el Estado tiene su origen y su
pervivencia motivada por un acto jurídico consistente en un acuerdo volitivo principesco.
Más adelante se estudiará de qué manera fueron acometidas diversas tentativas de exégesis
deóntica estatal, o lo que es lo mismo, de justificación de la existencia del Estado por sendos
autores a lo largo de la historia y cómo sus postulados pueden sin mayor esfuerzo ser admitidos
en alguna de las tres categorías exegéticas estatuidas por el jurista George Jellinek.
Teorías sobre la justificación del Estado
Las tentativas teóricas para justificar la existencia del Estado no datan de los recientes siglos que
han sometido a un fuerte escrutinio a la doctrina estatal; sino de aquéllos de la más prístina
antigüedad, que aunque no conocían al Estado como tal, sí fueron bastante fecundos en
reflexiones tocantes al fenómeno político.
Al ser tales perspectivas teóricas tocantes al Estado tan abundantes como el número de filósofos
que han trazado el decurso de la reflexión racional (ya que cada filósofo digno de haber recibido
dicha denominación se ha ocupado del tema político y sobre el origen y legitimidad del poder
público) resulta de suma importancia categorizar dichas tentativas para proceder
metódicamente a su estudio y comprensión.
Ya el sabio juriconsulto austriaco, Georg Jellinek, en su obra Teoría General del Estado, aportó
una categorización que abraza, según la docta opinión de los más destacados tratadistas de la
Teoría del Estado del foro mexicano -como Aurora Arnáiz Amigo y Héctor González Uribe- todas
aquellas tentativas exegéticas de la justificación estatal efectuadas en las tres edades de la
histora. Tales categorías o direcciones por cuya virtud se trata de probar la necesidad del Estado
son: la religiosa, física, jurídica, moral y psicológica, las cuales, salvo la excepción de su
denominación, coinciden exactamente con las que a continuación se explicarán.
Pulse los recuadros que se marcan como sensibles para que se despliegue la información
correspondiente.
Esta teoría afirma que el Estado remonta su existencia al poder de una divinidad, que ha creado y
sostiene todos los seres y cosas que pueblan el universo. Por obviedad puede inferirse que si el Estado
ha sido creado por la humanidad y la humanidad por Dios, entonces el Estado ha sido creado por Dios. En
este orden de ideas, el Estado cumplirá con su objetivo si en las disposiciones que hace éste valer acata
las ordenanzas divinas.
Además de la apuntada clasificación de Jellinek se podría decir que debido a que estas teorías justifican
la existencia del Estado mediante la referencia a una entidad que existe fuera del Estado mismo,
entonces estas teorías religiosas de justificación del Estado son trascendentes, a diferencia de aquellas
otras que pretenden justificarle mediante referencias a una realidad perteneciente al Estado mismo, las
cuales toman el nombre de inmanentes.
No es ocioso mencionar que este tipo de teorías no únicamente son las que justifican la existencia del
Estado mediante referencias al numen de la religión monoteísta de la tradición judeocristiano; sino
todas aquéllas que hacen consistir el origen de la comunidad estatal y su excelencia en la volitividad de
uno o más entes superiores ultramundanos.
De esta suerte, podríamos connumerar entre éstas las ideas políticas de la época heroica griega
expresadas por Homero y Hesíodo, en sus respectivas obras Ilíada y Teogonía. De la misma condición
son los asertos aducidos por Demóstenes y recogidos por el Digesto, en donde se afirma que la Ley es
obra de Dios y que consecuentemente debe ser obedecida.
Teoría de la fuerza
Esta teoría sostiene que el Estado es un efecto de la dinámica del mundo natural en donde existen
siempre miembros que son más fuertes que otros y en dónde necesariamente predominan los fuertes
sobre los débiles. A esta doctrina también se da el nombre de naturalismo, ya que estima que la
institución política ha sido un efecto ineluctable de la estructura cósmica, es decir, como resultado de
leyes físicas y biológicas. Si acatar el orden natural es lo más sano para el individuo y la sociedad,
también será legítimo y justo someterse al más fuerte tal cual acontece en la naturaleza.
Reflexiones políticas con este sentido surgieron principalmente entre los sofistas griegos. El conjunto de
sus cavilaciones a este respecto tuvo un aspecto común, a saber, la idea del derecho natural, que
consistía para ellos en un orden superior al del derecho positivo al que éste debía supeditarse.
Algunos de estos sabios, como lo fueron Protágoras y Gorgias, partiendo de la oposición entre los
conceptos de fisis (Φυσις, “naturaleza”) y nomos (νόμος, “ley”), sostenían que la democracia es una forma
de gobierno contraria a la naturaleza, ya que a través de su orden convencional se subvierte el orden
natural en donde invariablemente los fuertes predominan sobre los débiles.
El sofista Trasímaco sostenía que las leyes carecen de un valor sagrado ya que sus dispositivos o pautas
de conducta no tienen preceptos útiles para la conservación colectiva; sino que son artificiosamente
configurados para proteger a los grupos más poderosos.
Con diferentes expresiones, pero en un sentido semejante expuso sus consideraciones el sofista Calícles
que categóricamente tildó de injustísima la forma democrática del gobierno ateniense, porque ahí,
según él, un gran número de débiles se habían asociado y coaccionado contra natura a un pequeño
número de los más fuertes, lo cual no se encuentra según el orden cósmico, donde se muestra que en el
reino animal y en la guerra, los débiles son sujetados por la fuerza de los poderosos. El orden acomodado
a la disposición cósmica de las cosas, sería un orden de derecho natural; mas no se observa que la
democracia sea tal cosa, pues no hay nada más contrario a él que igualar al fuerte con el débil y al
excelente con quien jamás ha de serlo.
Según nos enseña el jurista y también miembro de la compañía de Jesús, González Uribe, destacado
estudioso del Estado, la doctrina del derecho natural tuvo en Thomas Hobbes y Baruch Spinoza, dos
destacados cultores de la época moderna. El primero pensaba que el derecho natural no es una
construcción jurídica, sino más bien mera fuerza natural la cual es el único factor limitante que puede
tener el derecho, los límites del hombre en estado natural fueron solamente los límites de la fuerza;
Spinoza, por otra parte, llega al extremo de aseverar que existía una relación de identidad entre el
derecho y la fuerza. Este autor sostenía tales tesis basándose en su concepto de Dios: Deus sive
subtantia sive natura (Dios, sustancia o naturaleza). En este orden de ideas, la voluntad divina y las leyes
de la naturaleza resultarían idénticas y consecuentemente la fuerza, que es un atributo natural de todo
ente creado por Dios sería también la extensión de su derecho.
Aún en el siglo XIX puede rastrearse otro pensador partidario de la doctrina de la fuerza para la
justificación del Estado, Karl Ludwig von Haller, quien defendió la idea de que la potestad estatal se
basaba en la desigualdad humana y que al ser ésta de orden natural e imperecedera, también habría de
serlo dicha dominación.
Teoría jurídica
Esta tercera categoría de teorías justificativas del Estado comprende a todas aquéllas que consideran
prexistente un orden jurídico que por ser superior al Estado éste hubo de crearlo.
Estas doctrinas que atribuyen antelación al orden jurídico con respecto al Estado pueden a su vez
subcategorizarse en doctrinas de derecho familiar, doctrinas de derecho patrimonial y doctrinas de
derecho contractual.
La doctrina del derecho familiar como justificación del Estado se deriva de las llamadas teorías
patriarcales cuyos postulados indican que el Estado fue conformado por el conjunto de familias
que integraban los antiguos pueblos griego, romano y hebreo. Ella concibe al Estado como una
amplísima organización de familias y como tal, hace derivar sus disposiciones normativas de
aquéllas que son propias del núcleo familiar, trasladándolas desde sendos padres hasta los
gobernantes, quienes absorbieron la misma condición natural y divina que se estima propia del
mandato patriarcal.
Por cuanto refiere al aspecto patrimonial de la teoría de la necesidad jurídica de justificación del
Estado, ella afirma que el derecho de propiedad antecede en el orden cósmico impuesto por el
derecho natural a cualquier otra formación jurídica o política.
Platón y Cicerón ya habían iterado los caminos de esta ramificación exegética del Estado, el
primero en el “libro II” de La República y el segundo en su obra De officis. En efecto, Cicerón
manifestó explícitamente que las repúblicas habían sido creadas para la protección patrimonial.
Teorías éticas
En la patrística y la Edad Media, San Agustín y otros santos padres consideraban que “la vida del sabio es
la vida en sociedad” (San Agustín, 1989: 1381), esto es, en el Estado. En principios de la Época Moderna,
algunos teólogos-juristas españoles como Francisco de Vitoria y Francisco Suárez creían que el hombre
vive en el Estado como resultado de una exigencia de su condición racional. Dichas premisas son
también correspondientes con el derecho natural racionalista cuyos más granados artífices son Thomas
Hobbes y Christian von Wolff.
Ya en el siglo XVIII, Imannuel Kant y luego en el XIX los idealistas Johann Gottlieb Fichte y Georg
Wilhelm Friedrich Hegel justificaban el Estado a partir de la ética.
Teoría psicológica
Esta última clasificación de las teorías justificativas de la realidad estatal abraza a todas aquéllas que
parten para fundar sus asertos de la afirmación aristotélica que indica en su conceptuación del ente
humano, que éste es un ente social por naturaleza. En esta última categoría pueden también prohijarse
autores iusnaturalistas, románticos e historicistas de la primera mitad del siglo XIX, como Georg Jellinek,
quien sostenía que el Estado era una emanación del espíritu del pueblo (Geist der Menschen) y también
un hecho histórico.
En principio, estas teorías psicológicas de la justificación del Estado nos parecen muy semejantes a las
teorías éticas y ello se debe a que tanto en éstas como en aquéllas el fundamento de la perfección
humana posible es un elemento subjetivo que impele al hombre a coaligarse con sus semejantes.
Una doctrina que clasificada dentro de esta categoría puede presentar servir para establecer una sutil
distinción entre las de tipo ético y psicológico es la del solidarismo de Léon Duguit. El poder no se
justifica por su origen, sino por su función; el poder nunca podrá ser legítimo si no es por medio de la
rectitud de su ejercicio.
En síntesis, para las doctrinas asimiladas en esta categoría la justificación del Estado se encuentra
en la solidaridad social que asigna a los miembros de la comunidad estatal determinados deberes
insoslayables y por ende, sanciones a quienes no son recalcitrantes a su cumplimiento, es
precisamente hasta el momento del incumplimiento del deber cuando, según estos constructos
teóricos, se hace notoria la necesidad del Estado.
Indudablemente, existen diversos y variados factores por los que el Estado se está
transformando y rediseñando. Uno de ellos, por ejemplo, es la política económica. En principio,
fenómenos como la globalización, entre otros, están reduciendo radicalmente la autonomía y la
discrecionalidad que tienen los gobiernos al desarrollar su política económica.
El primer factor lo hallamos en las políticas económicas. La globalización está provocando que
los gobiernos tengan menos injerencia en la planificación de sus políticas económicas, pensemos
en los países sumergidos en procesos de integración como lo son los miembros de la Unión
Europea.
Así, la política fiscal y política de redistribución de rentas, limita la posibilidad de obtención de
ingresos públicos vía impositiva. Por ejemplo, en la política monetaria se presenta una limitante
debido a la movilidad existente en los mercados de capitales y de la apertura de las economías.
El segundo factor es el nacionalismo, éste tiene un carácter político. A partir de los cambios que
experimentó la estructura económica mundial se presentó la liberación y desregulación de los
mercados de bienes y servicios, capitales y factoriales. Asimismo, hubo avances en los
transportes y comunicaciones, entre otros. Es así como las comunicaciones, el trasporte y la
información permiten una mayor movilidad de las personas y les permite conocer otros países y
culturas.
El cuarto factor consiste en la creciente dificultad para ofrecer algunos bienes públicos. La
globalización está causando que la provisión, parcial o total, de muchos bienes públicos no
puedan ser garantizados por parte del Estado. Esta situación, ha provocado de forma incipiente
la aparición de los bienes públicos globales, como la seguridad, la paz y salud mundial.
Concepto de globalización
Para la condición de conectividad, no sólo suscribimos la noción de proximidad, sino que también
colocamos su propio sello en la manera que entendemos la cercanía global.
Estar conectado significa estar cerca de maneras muy específicas: la experiencia de proximidad
que brindan estas conexiones coexiste con una distancia física innegable y obstinadamente
duradera entre lugares y personas en el mundo (Tomlinson, 1999: 2-3).
No cabe duda, que nos ha tocado presenciar una época de grandes cambios: tanto sociales,
económicos, culturales y tecnológicos. El Estado –como una organización política– no puede
quedar impertérrito ante estas transformaciones y aunado al fenómeno de la globalización, el
Estado tiene que buscar nuevas rutas y alternativas para su subsistencia por medio de la
cooperación internacional, un ejemplo fehaciente son los bloques regionales, como la Unión
Europea.
El papel del Estado en relación con los derechos humanos es ambiguo, ya que por un lado, los
Estados deben garantizar la protección de los derechos humanos, pero por otro lado, pueden ser
violadores de ellos. Se debe de tener en cuenta que la soberanía del Estado parece oponerse a los
derechos humanos, es decir, la soberanía se trata en última instancia de tener la última palabra,
pues es el “poder absoluto” en términos de Jean Bodin.
Ahora bien, los derechos humanos no siempre son un desafío a la soberanía del Estado. Una de
las formas en que éstos se han adaptado a las presiones globales sobre los derechos humanos es
a través de la creación de nuevas instituciones.
Se han formado instituciones nacionales de derechos humanos (NHRIs por sus siglas en inglés),
que son organismos estatales permanentes, creados para promover y proteger los derechos
humanos a nivel nacional. Estas instituciones tienen el potencial de domesticar las normas
internacionales de derechos humanos (Cardenas, 2010:1). Al respecto, recordemos que en la
Antigüedad, la participación democrática de los ciudadanos no podía superar las tiranías, pues no
existían límites que lo obstaculizaran.
Los derechos humanos que se consagran en las Constituciones de los Estados modernos, son
prerrogativas personales específicas sometidos al poder del Estado de forma limitada, resultado
de la estructuración democrática (Juárez, 2012:125).
Las variopintas características de cada país, incluyendo la económica, la política, el derecho y las
instituciones, son factores para legitimar e institucionalizar una nueva problemática como lo es
la desigualdad de género.
Para llegar a la igualdad de género se necesita de un Estado de derecho fuerte, además, de una
institucionalidad pública y estatal transparente, pero también de una ciudadanía protectora, así
como contar con la existencia de políticas económicas y sociales que reduzcan la inequidad entre
las personas.
Por otro lado, es necesario que se desarrolle un abordaje más dinámico respecto a los diferentes
factores que participan en los procesos de institucionalización y legitimación del género por
medio de la discusión de nuevos conceptos. Esto es provechoso para la elaboración de acuerdos
políticos y estrategias de acción orientadas al enfoque integrado de género en las políticas
públicas. (Guzmán, 2001:7-8).
Bibliografía
Arnáiz, Aurora, Ciencia del Estado, México, Antigua Librería Robredo, 1961, t. II
Burgoa, Orihuela, Ignacio, Derecho Constitucional Mexicano, México, Porrúa, 2006.
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Sabine, George, Historia de la Teoría Política, México, Fondo de Cultura Económica, 2010.
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desaparición?, España, Universidad Católica de Ávila, 2006.
Tomlinson, John, Globalization and culture, Estados Unidos de América, University of
Chicago Press, 1999.
Audiovisual
Imágenes
Introducción
En la presente unidad conocerá cuales son los fenómenos que ocasionan las crisis de los
Estados y cómo afecta el funcionamiento de éstos, hasta lograr su transformación.
Por otra parte, también se verá cómo los Estados han tenido que transformar y adaptar sus
estructuras en un mundo globalizado y ampliar a otros países sus actividades comerciales
en beneficio de su economía.
Para finalizar, se verá cómo el Estado actual en el caso de los países más desarrollados
enfrenta los fenómenos migratorios y las afectaciones que esto conlleva.
Revise el siguiente video para saber más acerca de la globalización y las migraciones:
Objetivo particular
El alumnado explicará las tendencias actuales del Estado, en virtud de la dinámica del
pensamiento político en el ámbito de la globalización que genera nuevos paradigmas para
la organización, desarrollo y bienestar de la sociedad.
Temario
Carlos Marx fue el primer tratadista que habló de crisis del Estado, poniendo en duda su
idoneidad, señaló que no es capaz de resolver los problemas sociales y además el Estado es
quien avala la explotación de la clase trabajadora por parte de la clase que detentaba el
poder.
Miguel Galindo Camargo (2016: 364) considera que hay crisis cuando, la sociedad o un
grupo de ella han llegado a un punto culminante de una forma de acción que presagia el
cambio de la propia sociedad o de sus estructuras porque las mismas han fracasado, o
porque no responden a los reclamos sociales y es necesario buscar otra alternativa.
El maestro Rafael Preciado Hernández en su obra ¿Crisis del estado? (1980:245) señala que
es adecuado referirse a la crisis del Estado, cuando el mismo tenga una afectación real en
su estructura, se vuelva inoperante, se debilite o en uno de sus extremos se paralicen los
órganos que ejercen la autoridad política.
Precisa el autor que también existe la crisis del gobierno, ésta se presenta cuando el Estado
trata de defenderse de los ataques que realizan los grupos o individuos, pero estas acciones
no hacen inoperante su funcionamiento.
Para que exista una crisis real del Estado es necesario que se afecte el funcionamiento del
poder público, su estructura y que el mismo se vuelva inoperante; para sacarlo de esa
situación es necesario ejercitar acciones que permitan retomar su buen funcionamiento,
esas modificaciones deberán ser en varios ámbitos (político, jurídico, socioeconómico) y
realizar una reestructuración total de el mismo.
Esta crisis puede originar cambios profundos y dar paso a un nuevo sistema de gobierno
como ocurrió en Alemania Federal, Italia y Japón, que de un gobierno autocrático (régimen
de una sola persona) transformaron su gobierno para dar paso a una verdadera democracia,
que cambió también sus estructuras gubernamentales.
El autor nos dice…
Rafael Preciado Hernández
“Todos los factores y grupos sociales, en la medida en que realizan sus funciones
satisfactoriamente conforme al derecho objetivo plenario de un régimen, constituyen
condiciones favorables a la salud de un Estado democrático; en caso contrario, representan
causas o motivos que trastornan el orden social, pueden afectar la estructura política
fundamental del Estado y conducirlo a una crisis” (1980: 258).
En ese sentido podemos señalar que no todos los Estados entran en crisis, algunos pueden
tener problemas de gobierno que no afectan sus estructuras, pues éstos siguen
funcionando con sus estructuras.
Recordemos que la crisis de Estado incide en el gobierno y en sus estructuras y ésta lo obliga
a realizar cambios profundos en el mismo.
Miguel Galindo Camacho (2016: 366-367) identifica cinco elementos de la crisis del Estado:
Pulse en los números que aparecen a la izquierda para poder ver los contenidos
respectivos.
Elementos
de
crisis
1.Crisis del gabinete: Cuando los mismos no cumplen con la encomienda de sus
responsabilidades, ocasionando la ineficiencia del gobierno. La crisis puede ser total o parcial.
4. Crisis de las formas tradicionales del Estado: Se presenta cuando el sistema es incapaz
de resolver los problemas sociales, o por otras causas, es necesaria una reforma total o
parcial a sus estructuras, porque las mismas son obsoletas o no responden a los cambios de
la sociedad.
5. Crisis de las formas del Estado considerados según la titularidad del poder: Se presenta
cuando las estructuras de las formas de gobierno fallan o fracasan propiciando que los
titulares de los órganos del Estado no cumplan con su cometido, y se ponga en crisis al
Estado con independencia de si es un gobierno autocrático, democrático o totalitario.>
Dentro de las nuevas corrientes del pensamiento político actual encontramos la del Estado
benefactor que surge después de la Segunda Guerra Mundial, en dónde el Estado es el
principal actor de la actividad económica y política, además de controlar los medios de
producción.
Este tipo de Estado tuvo su auge en los años cincuenta e inicios de los setenta, para
posteriormente entrar en crisis.
En un mundo globalizado en ocasiones las decisiones que tiene que tomar el Estado no
solamente afectan en su territorio, sino que se extienden más allá de sus fronteras y, a
veces, sus decisiones se toman conforme a las economías de mercado.
Florence Lézé Lerond precisa que este tipo de intercambios económicos y la idea de la
autorregulación del sistema económico mundial han ocasionado la desreglamentación
económica, a favor de grandes empresas multinacionales, se apoya sobre la reducción de
las prerrogativas de los Estados; de su papel de intermediarios (económico, político o social)
entre las fuerzas antagonistas dentro de los Estados y dan lugar a un nuevo “principio de
soberanía de las empresas transnacionales, las cuales, a través de los organismos
internacionales, dictan las políticas nacionales”(2005: 343-.344).
En ese sentido, los Estados se ven obligados a responder a esas economías mundiales y
adaptarse a estas formas de comercio multinacional que evidentemente traerá efectos
colaterales en los ámbitos, políticos y sociales, dando como resultado la migración.
El maestro Eduardo Andrade Sánchez (2017: 330-331) señala que hay tres teorías a este
respecto:
Pulse en los números que aparecen a la izquierda para poder ver los contenidos
respectivos.
La teoría estatista: Ve al Estado como unidad monolítica, que se organiza en defensa del
interés nacional. En ella se plantea que el fenómeno de globalización incide en los Estados
en lo particular.
La teoría transformista: Observa al Estado de una manera más cuidadosa en cuanto a las relaciones
que se dan al interior y exterior. El papel del Estado nacional está en el sistema mundial, que de
algún modo lo condicionan.
La teoría marxista: Señala que la clase dominante en el mundo es quien tiene los capitales buscando
cada vez mayores ganancias y que entonces, la acción del Estado es para beneficiar al capital.
La transnacionalización de la economía
El Estado ante este fenómeno evidentemente busca ofrecer las mejores condiciones a las
empresas transnacionales y multinacionales para atraer los capitales a sus países y generar
más empleos a sus ciudadanos y por ende mejorar las condiciones de vida.
En este contexto, surge en el año de 1993, la Organización Mundial del Comercio (OMC),
este órgano es el que se encarga de fijar las normas que rigen el comercio internacional.
Actualmente cuenta con 164 gobiernos afiliados
Hoy en día, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), no son otra cosa que
la utilización de medios ya sea tecnológicos o informáticos por medio de los cuales se
procesa y difunde información, visual o digital, y a través de ellas se pueden realizar
actividades laborales, de investigación, académicas entre muchas otras.
Uno de los beneficios de las TIC es que facilitan la participación directa de los ciudadanos
en algunas decisiones de interés público del Estado, mediante una comunicación digital.
Por ejemplo…
Hemos visto en los últimos años como en las campañas políticas las redes sociales han
jugado papeles importantes y se ha incidido de alguna forma en los cambios de los sistemas
de gobierno, surgiendo a través de estos medios, distintas formas de comunicación entre
sus autoridades y ciudadanos, es decir, existe una comunicación más directa.
Las TIC permiten que los mensajes del Estado se difundan de una manera más rápida y
también que los gobernados exijan y exhiban las acciones en donde el Estado incumple con
sus obligaciones.
Las TIC han permitido el fortalecimiento democrático de los Estados ya que a través de éstas
existe un acceso por parte de los ciudadanos a la información pública, ligado a la
transparencia y a la rendición de cuentas, es decir, la conformación de gobiernos abiertos,
lo que significa una mayor transparencia que fortalece al Estado democrático.
Julio Téllez Valdés precisa que por gobierno electrónico se entiende “el conjunto de
actividades de la función pública que aprovecha las TIC, para conseguir un mejoramiento
en la provisión de los servicios a los ciudadanos y habitantes, mediante la automatización
de procesos internos de organización y funcionamiento propios de cada entidad pública,
trámites en línea y la optimización de los recursos tecnológicos financieros y humanos. Así,
se establecen canales de participación ciudadana para la rendición de cuentas y
transparencia dentro del entorno de la sociedad de la información y el conocimiento”
(2013: 17).
Los Estados tienen la facultad soberana de administrar sus fronteras, sin embargo, también
tienen obligaciones que cumplir a nivel internacional.
Por ejemplo…
Existen normas internacionales que protegen los derechos humanos, y que prohíben
cualquier forma de discriminación, con independencia de la nacionalidad o condición
jurídica de las personas, los Estados están obligados a respetar esos derechos humanos
fundamentales.
Algunos de los factores que impulsan la migración son: la desigualdad económica, los bajos
ingresos y la pobreza en las zonas menos desarrolladas, aunado a las crisis económicas,
políticas y las guerras.
Como hemos señalado, las TIC facilitan y estimulan los procesos migratorios, ello en razón
de las comparaciones en cuanto a la calidad de vida en los distintos países.
La migración implica retos para los Estados más subdesarrollados quienes deberán mejorar
las condiciones de vida de su población, con la finalidad de evitar que la gente emigre a
países más desarrollados.
Una organización supranacional es aquélla que se encuentra por encima de una nación o
de un Estado, dentro de sus objetivos busca conciliar y establecer diálogo de igualdad entre
los Estados.
Otro ejemplo de este tipo de organización es el Mercosur, los países que lo conforman son
Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia (en proceso de integración), su
objetivo es que de manera conjunta generen oportunidades comerciales y de inversión,
mediante una integración competitiva de economías nacionales al mercado internacional.
(4) Bandera del Mercosur
Los países que integran esta organización también han firmado acuerdos en materia
migratoria, laboral y cultural en beneficio de los países parte, como vemos ya no sólo se
conforman para acuerdos económicos, también inciden en otros aspectos como el
intercambio cultural y de mano de obra en empresas nacionales y transnacionales.
“Podemos decir que la crisis y transformación del Estado actual se advierte en dos
direcciones: la del Estado ampliado y la que tiene que crecer en sus funciones, en
responsabilidades y en eficacia para garantizar los derechos humanos de las distintas
generaciones; y la de la reducción de las funciones del Estado a entidades multiestatales o
transestatales para lograr una eficacia mayor y crear maneras más vigorosas que se den las
condiciones que permitan a los seres humanos progresar y ser más” (2014: 137).
Después de ver cómo ha ido evolucionando el Estado junto con el desarrollo de las
sociedades, ahora veremos hacia dónde se encamina en un mundo globalizado e inmerso
en el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación.
El mundo se ha ido transformando desde la primera concepción que se tuvo del Estado
hasta el Estado moderno, que se está transformando constantemente por el fenómeno de
la globalización, generando relaciones con otros Estados a nivel mundial.
Fuentes de consulta
Bibliografía
Andrade Sánchez, Eduardo, Teoría General del Estado, México, Oxford, 2017.
Galindo Camacho, Miguel, Teoría del Estado, México, Porrúa, 2016.
Fernández del Valle, Agustín Basave, Teoría del Estado, México, Trillas, 2016.
Paoli Bolio, Francisco, Teoría General del Estado, México, Trillas, 2014.
Serra Rojas, Andrés, Teoría del Estado, México, Porrúa, 2018.
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